4

Belisario.

Recordar a Santana López, hizo que todo mi organismo reaccionara. Era la energía que necesitaba mi cuerpo para dejar a un lado la vergüenza. No permitiría que ella tratara de destruirme, así que si tengo que ser una bocanazas, lo seré.

Las "Leyes de Darwin y de Oparin" lo deja más que claro cuando nos demuestran que sobrevive el más fuerte y que lo no usado, se pierde cuando se evoluciona. Y el perder algo tan dañino como Santana, no es algo que realmente me atormentara o quisiera mantener en mi camino. Quisiera un giro contundente en mi vida, y lo primordial para lograrlo, es borrarla de la ecuación sea como sea.

Por eso, caminé con decisión hasta mi ángel, y para que nadie más se enterase, se lo conté con discreción susurrándoselo en su oído, pero nuevamente, ese atrayente olor a coco entró por mi nariz extasiándome, y volviéndose mi estirpe preferido— obviamente después de su encantadora y brillante sonrisa—por eso es que por unos segundo, que incluso se sintieron como minutos, me sumergí en una profunda limerencia. Rachel estaba siendo mi droga preferida, y ni siquiera pueden imaginarse el como quería caer en esa deliciosa y prohibida tentación. Tampoco saben el cómo deseaba llevar mi nariz hasta su cuello y poder acariciarlo, impregnarme de su olor, y finalmente besarla. Pero me mantuve al límite de atravesar esa delgada línea, aún soy muy cuadrada a la hora de expresar mis emociones, porque primero hablemos un poco de las matemáticas y del amor. Empecemos con mis planteamientos de problemas:

¿Es factible el que Rachel Barbra Berry rompa también mi corazón? Por supuesto que sí, mis estadísticas marcaban que por cada vez que me enamoro, esa persona está dispuesta en lastimarme. No lo digo yo, lo dice el 99.99% de las veces que ha sucedido ese evento en mi vida, además, que influye el que ella esté comprometida.

¿Cuánta validez y confiabilidad puede existir al enamorarse de una persona tan rápido? Pues la confiabilidad es también conocida como estabilidad, fiabilidad, consistencia y reproductibilidad. Por ejemplo, una persona se dice que es realmente confiable cuando su comportamiento es consistente diariamente. Es decir, lo que siente el día de mañana será muy parecido a lo que sienta hoy. Y para mí es muy rápido el sostener que sentiré lo mismo cuando la conozca con todas sus cualidades y defectos. Por ello, para que mi amor por Rachel sea válido, es requisito imprescindible que sea confiable y cercano a la realidad. Y una relación con ella, está muy alejado de ser real. Mi validez de criterio no incluye como estatus de oro el que yo sólo la ame y ella no lo sepa.

¿Cuántas posibilidades distintas existen en encontrar el amor a primera vista? Infinitas, los números son infinitos y las personas son miles de millones, así que básicamente en cada esquina, factiblemente podría caer prendada de alguien más pero de quién yo me enamoré fue de ella, quien soy un cero. No tengo algún valor existente en sus ecuaciones románticas.

¿Cuál es el porcentaje de conocer a tu alma gemela cuando menos lo esperas? Eso aún no lo sé, pero realmente anhelo que se trate de Rachel o estaré perdida.

Muchos datos por procesar, y muy pocas operaciones aritméticas avanzadas para saber el valor real del amor.

Ella se mantuvo estática sobre el escritorio mientras retuvo su respiración por mi atrevida cercanía.

—Rachel ¿Qué está pasando aquí?

Entonces mi ángel reaccionó y no de una forma tan tranquila, pues parecía un fantasma por lo pálida que se había puesto, hasta había perdido en su piel el característico color hojuela, dando paso a uno casi espectral.

Me lanzó hacía a un lado, tan rápido que apenas y puede salir de mi ensoñación. Logró pronunciar un simple «Hola Brody». Caminó con decisión hasta la puerta para recibirlo.

Y allí empezaba mi tortura y la solución al planteamiento de mis problemas, porque al igual que conozco cosas sobre Kurt, también las sé sobre Ken—sí, así lo apodo porque literalmente parece un muñeco de plástico por su bronceado artificial y su ceja divinamente perfilada. — Dolorosamente sabía con antelación que él era su prometido y su boda se estaría realizando a escasos cuatro meses de distancia. Lo único que me reconfortaba, es que a pesar de intentar besarla, ella no lo saludó con mucha emoción que digamos. Lo esquivó, le dio un rápido abrazo y volvió a sentarse en su silla de presidente. Aquí es donde hizo la entrada triunfal al lado oscuro, y la verdad es que no me desagrada la idea si es para alejarlo. Hasta podría decir que la bruja Berry también me gusta.

¡En tu cara musculitos! ¡Mi ángel ni siquiera te ha fumado!

Las pequeñas Lucy's que viven dentro de mi cabeza están bailando una conga y bebiéndose un Mai Tai porque nuestra protectora sigue siendo tan adorable y no piensa hacernos sentir mal aunque ella ni siquiera esté por enterada.

—Hola Brody ¿A qué has venido? Sabes perfectamente que no atiendo a nadie durante horas de trabajo.

Interrogó irritada y puso más atención en su computador que en lo que hacía su prometido. Quien se había mantenido en el resquicio de la puerta quitándose lentamente sus lentes de aviador. Pedazo de intento de sensualidad, si es lo que cree que está haciendo. No sabe que su próxima esposa sin pretenderlo es el doble de ardiente y sensual que él.

—Y por qué a ella sí... ¿Es más importante que yo y por eso tiene toda de tu atención?—repuso indignado y me inspeccionó de pies a cabeza.

—Básicamente sí, puesto que ella es mi nueva asistente ¿Tienes algún problema con ello? O ¿Esperabas una modelito como con esas con las que trabajas y te gusta verles el culo cada vez que puedes? Ya te informo que no es así—contraatacó tecleando con rapidez. La tensión podía cortarse con un cuchillo. Yo no intervine, sólo dirigí mi mirada a partes por igual cada vez que Brodi decide responder el revés. Es como la final de la Copa Davies.

—Ahora lo entiendo todo, aún sigues enojada porque Gigi Hadid es la modelo con la que posaré para Versace—se encaminó hasta ella y se colocó a su lado— Vamos cariño, no tienes por qué sentirte celosa, sabes perfectamente que a quien amo es a ti... Deja tus estúpidos celos a un lado—Le acarició suavemente su mejilla. Agh tanta miel me hace querer vomitar— Además, adivina qué conseguí con ello, que le hablara de ti y de la empresa a Zayn. Porque ¿Sabías que está pensando en cambiarse de disquera? Allí es donde entras tú, esperar su llamada —ahora sí, obtuvo su atención. Rachel cerró el computador y se puso de pie mientras le brillan los ojos con agitación.

¡Si decir el nombre Zayn la pone así! Yo le hubiese dicho que mi segundo nombre es Malik y no Quinn, como homenaje a la banda de Freddie Mercury.

— ¿En serio Brody? ¿En serio hiciste eso por mí? No sabes lo que significa para mí y para mis peligrosas metas a corto plazo. Santana se morirá de la envidia—chilló con alteración y comenzó a dar brinquitos.

¿Ésta chica acaso no puede dejar de verse adorable ni aunque esté enojada?

—Claro que sí. Siempre pienso en ti—allí está, Ken obteniendo su recompensa, esa que esperaré que algún día sea para mí. Rachel lo abrazó con ilusión inmediatame después de besarlo.

¡Lo Besa! Ahora mis pequeñas Lucy's de estar en lo más alto de la montaña rusa, caen estrepitosamente hasta lo más bajo. Al igual que yo, que prefiero dirigir mi vista hacia cualquier otro lado a ver ese asqueroso y baboso beso que se están dando. Puro asco, se los juro, es puro asco. Apuesto a que musculitos ni siquiera ha de saber besar bien.

Bueno, no es que yo sea una experta en la materia, pero no entra en mis deleites personales el tener que arremeter la lengua en la cavidad bucal de la otra persona hasta tocar su úvula, ni que hubiese estudiado para ser odontóloga. Soy una fiel creyente que el romanticismo y los besos delicados y sentimentales es lo que más se disfruta de una relación de pareja. Si me llaman boba por buscar un amor de cuentos de hadas, acepto con orgullo el título, aunque seguramente me toque el papel de princesa sapo. Me gusta leer una y otra vez las novelas románticas, así sea una historia épica como Romeo y Julieta, todas las poesías de Emily Brönte o cualquiera de Jane Austen. Estos sin duda, son mis libros preferidos.

—Basta, basta Brody—lo alejó un poco, aunque aun sigue entre sus brazos— Estamos en la oficina o quieres que Lenny piense que soy una jefa irresponsable— ¿Lenny? Qué de divertido tiene el cambiarme el nombre, aunque no es tan malo como Lucy Caboosey, con lo que viviré sufriendo eternamente.

Seguramente al paso de los días, a mi ángel no se le complicará recordarlo correctamente. Al final de cuentas, es el primer día. Además es Rachel, ella puede decirme Lenny, Louis o Lucy si quiere.

—Oh vaya. Así que te llamas Lenny. Bienvenida al barco—me saludó amigable sin soltarla— Pues cariño, apúrate o no llegaremos a nuestra cita del spa—le dejó un sentido beso en la frente y por fin decidió terminar con mi tortura. Sólo estoy siendo mera espectadora de todo.

— ¿Y a qué hora es?

—A las 5—sonrió con sus perfectos dientes de comercial de pasta dental.

— ¡No me jodas Brody! Ya son las 4 y media—lloriqueó alarmada y tomó su bolso— Es mejor que salgamos ahora o ni en avión llegamos. El lugar está a 45 minutos de aquí.

—Pues a eso mismo venía, a recogerte antes de que entraras en tu acostumbrado estado dramático y de loca.

Obtuvo una mira de odio por parte de ambas. Pero él sólo se percató de la de ella. Porque si hubiese visto la mía, seguramente estaría muerto y enterrado a 1000 kilómetros bajo tierra. ¿Cómo se atreve a decirle eso? ¡Agh! No sabe lo especial que es esa chaparrita de melena brillante y sedosa.

—Eres un idiota Weston.

Se dirigió hacia la puerta olvidándose por completo que aún yo sigo allí. Bueno, esos es lo que quiero creer, y no porque me pretenda tratar como a la pobre de Marley. Ahora que lo recuerdo ¿Dónde estará esa amable chica de ojos azules? Le debo mi vida por sacarme del embrollo y por encontrar mis lentes.

—Rachel—musculitos le detiene su huida. Mi ángel se detuvo aturdida.

— ¿Qué pasa Brody? Si no te apuras llegaremos tarde… Tic… Tac… Tic… Tac—cuestionó frustrada y comenzó a golpear el piso con su carísimo tacón. Aun sigue sin notar que aun sigo allí.

— ¿No se te olvida algo? —me señaló sutilmente con la cabeza. Por lo menos hay otra persona que sabe que existo.

— ¡Oh vaya! Lo siento Louis, no sé en dónde tengo la cabeza—se disculpó sinceramente— Si quieres, tú también ya te puedes retirar. Para mañana ya estará listo tu contrato y empezaremos con el arduo trabajo—yo bajé la mirada y me muerdo nerviosa el labio. Es la estúpida costumbre que tengo para desaparecer mi ansiedad— Oh cierto, y también quiero que me cuentes lo que tenías que decirme sobre la Licenciada López, no creas que aún lo he olvidado—asentí conforme —Hasta luego Lucy —me guiña el ojo produciéndome un pequeño suspiro.

«¡Oh mi Dios, sabe mi nombre! ¡Si sabe mi nombre!» Todo mi interior aplaude y hace otra fiesta por éste pequeño momento de felicidad.

— Ya vámonos Brody—lo incita a seguir sus pasos y la veo alejarse con ese sexy andar. ¿Ya ven? Lo hace innato, ya nació con el gen sensual y ardiente. Maldita y sensual Diosa griega llamada Rachel Barbra Berry.

Ella produce en mí una reacción efervecente y burbujeante que en mi vida había sentido. Y bien, ahora yo soy el mosquito que sigue a la luz a pesar de saber que está en peligro. Porque sé que una chica como ella, jamás pensaría siquiera en hacerme caso. ¿Mi jefa y yo? Es algo que jamás sucederá. Es un sueño estúpido. Es una chica a la que ni en mis sueños puedo aspirar. Así que es mejor que la olvide, la olvide antes de que también destruya mi corazón en mil pedazos. Me rehusó a sufrir otra vez.

Repite conmigo Lucy Quinn Fabray… Rachel es tu jefa… Rachel es tu jefa… Rachel es tu jefa… Los abdominales de Rachel no son un plato donde puedas comer un helado… El redondito culo de Rachel no es para que lo veas con cara de estúpida hormonal… Las torneadas piernas de Rachel no son tuyas… La hermosa sonrisa de Rachel es de musculitos… ¡Joder! Quiero a la chica de Brody… Quiero a la chica de Weston… ¡Quiero a la chica de Brody Weston!

—Lo vuelvo a reiterar, bienvenida al barco ¿Lucy? —Ken me preguntó interesado y me saca de mis pensamientos más oscuros y perversos— La verdad es que ya no sé si te llamas Lucy, Lenny o Louis. Y no te sientas mal, así es Rachel, dale gracias a todos los santos que apenas y se sabe el nombre de sus padres, de Santana y el mío… Oh ¿y te cuento un secreto de ella que la avergüenza? También recuerda el Barbra Streisand y le gusta cantar sus melodías mientras se baña—me guiñó juguetón un ojo.

«¡Já! Tonto musculitos me acabas de dar un dato muy importante.»

—Soy Lucy Quinn Fabray—le respondió con un susurro.

— Que bonito nombre, espero que nos llevemos bien. Y sí necesitas algo, no dudes en pedirme ayuda—se ofreció amable y me acarició con sutileza mi hombro. No lo hace con ninguna intensión oscura o frívola— Es mejor que me vaya, o Rachel explotara, volverá hasta aquí y me sacara arrastrando. Adiós Quinn—se despidió con una gran sonrisa e igualmente lo veo perderse por el largo camino. Supongo que mi ángel está esperándolo para terminar con lo que aquí no pudieron y resoplo resignada.

Me dirijo hacia el lobby de pequeños cubículos, y para mi mala suerte, ya no está mi protectora para evitar que me hablen con desprecio y con el afán de fastidiarme.

— ¿Por qué es tan fea?

—Pues la vida o te da inteligencia o te da belleza, y a la pobre le tocó la primera.

Escucho que se burlan de mí mis nuevas compañeras, y yo no digo nada. Nunca me defiendo. Pensar en hacerlo me produce un dolor opresor en mi pecho que prefiero evitar. Presiento que siempre seré una tonta temerosa, y en mi caso por mi falta de seguridad, la princesa de la que habla mi madre, jamás llegará. Ella me aceptó cuando le confesé mi atracción hacia las chicas, eso nunca representó un drama para mí, por eso es que dice que no les haga caso, que lo importante está en la cabeza, y no en el físico. Que estoy destinada a que una chica linda, inteligente y honesta caerá en mis encantos, pero llevo casi toda mi vida esperándola y no veo que suceda. Y cada chica que me gusta es un imposible. Santana fue un imposible, y mi ángel, es el doble de imposible.

Ahora es que caigo en cuenta que los libros donde hablan de un amor eterno y un viviendo felices por siempre, no existen. Así que prefiero no confrontarlos. Por ahora, debo de vivir conforme con estar sola sin que siquiera un perro se digne a orinarme. Creo que mi destino es estar sola por siempre. O acompañada de mi gran biblioteca. Me conformo con ser la rata de biblioteca.

—Hey dejen de molestarla, ella es la asistente ¿Verdad Lucy? —Marley me defendió , y ya tenía otra una razón más para deberle la vida— No les hagas caso. Tienen celos de tu inteligencia y porque ellas no saben siquiera prender por méritos propios la fotocopiadora —dijo graciosa y se acomodó con el dedo sus gafas. Ella también lleva unas. — ¿Qué tal te fue con la bruja Berry? Dicen que es un martirio pasar cinco minutos a su lado. ¿Es verdad que puede volar y escupir fuego por la boca? —me aturde con sus mil palabras por segundo— Oh por cierto, soy Marley Rose, la ex asistente de presidencia, porque supongo que mañana la Licenciada Berry me despide—parece una ardillita revolucionada.

—Oye, cómo es que aún no has muerto, si parece que ni siquiera respiras—la vi con atención mientras ella se encogió hombros.

—Dice mi mamá que desde pequeña tengo un tipo de imperactividad, así es que, no puedo mantenerme en un sólo lugar o dejar de hablar.

—Oh vaya—nos quedamos unos segundos en silencio. Demasiados para Marley que vuelve a las andadas.

—Entonces es verdad eso que te pregunté.

— ¿Qué de todo?

—El que Rachel puede volar y escupir fuego—lo repitió de una forma tan adorable e ingenua que enserio creo que piensa que mi ángel puede hacerlo.

—No Marley, no puede hacerlo—negué divertida con la cabeza.

— ¡Rayos! Yo que pensé que sí podía, ahora como le explico a Belisario que no puedo mantener esa cámara oculta en la oficina.

— ¿Quién es Belisario? —alcé mi ceja consternada.

—Repite eso—me ignoró aproximándose muy cerca de mi rostro.

— ¿Qué? —me alejé asustada.

—Que repitas eso, es realmente lindo, tus ojos son realmente hermosísimos e impresionantes ¿Jamás te lo han dicho? Pues ahora yo te lo digo… ¿Y quién es Belisario? Quizás algún día lo conozcas—reitera con la intención de acariciar mi ceja pero yo me alejo de nuevo.

— ¿Es que tú no puedes dejar de hablar? Pareces una máquina de pelotas de beisbol. Lanzando palabras sin sentido.

—Nop, por eso es que no le agrado a nadie por aquí. Aunque espero que tú no me tengas miedo y quieras ser mi amiga, si es que Berry no me corre—susurró avergonzada.

—Pues como parece que yo tampoco tendré muchos amigos por aquí, tu propuesta suena realmente tentadora—acepté, ella levantó su rostro y sus ojos brillaban con ilusión.

— ¿Enserio? —preguntó incrédula.

— ¡Por supuesto! Ahora seremos amigas—le dediqué una sonrisa.

— ¡Yay! ¡Por fin tengo una amiga! Mira quien tiene ahora una nueva amiga, Belisario. Tenme miedo, mucho miedo—hizo un divertido baile de triunfo y yo no puedo evitar soltar una carcajada.

Después de todo, no será tan malo trabajar aquí. Porque además de unirse a la lista Marley "amiga de Belisario" Rose, está mi ángel y musculitos, que después de todo ya no me desagrada tanto.