Capítulo 14
La chica miró a su alrededor y todo parecía extraño a sus ojos. Como si fuera la primera vez que veía su propia oficina. Incluso su mente le jugaba una broma y le hacía pensar que su cuerpo había disminuido varias tallas, que era un ser diminuto entre cuatro enormes paredes.
Todo era extraño ahora. ¡Y la maldita voz había vuelto!
Inesperadas lágrimas comenzaron a brotar.
-¿Qué se supone que haga?- Se preguntó en voz alta, consciente de que no había nadie a su alrededor. Todo mundo estaba celebrando.
Pero Ushio no estaba de humor para celebraciones. Es más, hacía un rato que no estaba de humor para nada. Trabajaba porque debía trabajar, dormía porque en algún punto de la noche se quedaba dormida. Comía porque necesitaba energías para sobrevivir su rutinario día. Y al final del día se preguntaba por qué seguía haciendo eso. ¿Se suponía que la vida adulta sería así de inútil?
Se sentía cansada física y mentalmente, como nunca se había sentido. Su amada Sumika estaba en compañía de otra mujer, de la cual había escuchado el nombre bastantes veces, pero que no lo había aprendido por mera cabezonería. Y si lo pensaba más profundamente, era por celos. Y de todos modos, era su culpa. De todas formas , había sido su decisión terminar la relación.
Se sentó en el suelo abrazando el pequeño baúl, dudando si abrirlo o no. Si enfrentar los recuerdos que estaban allí dentro… y comenzó a observar una a una las fotografías. Ahí estaba la que recordaba con más cariño de su primer día en el instituto, Sumika la tomado con el móvil años atrás.
Le siguieron las del festival deportivo, festivales escolares. Algunas más con el resto de sus amigas. Cuando Miyako y Tomoe se unieron a su círculo de amistad. Y en la mayoría de esos momentos captados por la lente, se encontraba Sumika Murasame mirando de reojo a Ushio.
¡Cómo era posible que no lo notara antes!
"¿De verdad no lo habías notado?" – Preguntó con curiosidad la voz bautizada por Ushio como la voz de su conciencia.
-No, nunca lo noté hasta hoy –Fue su respuesta en un susurro de incredulidad hacia ella misma. –Soy una idiota.
"Eso es de dominio público"
-Sumi-chan… ella… ella desde siempre me miraba a mí. Mientras yo me quedaba embelesada viendo a otras chicas, ella solo me quería a mí.
"Si a mí me tienes cansada con tus lloriqueos niña, imagínate a los demás" –Expresó hastiada la voz en su cabeza. "Me saltaré y las reglas un poco por mi propio bien"
-¿Reglas?
"Cállate y escucha. Lo que estás experimentando se llama Karma, simple y llanamente karma, Murasame-san lo deseó de todo corazón… el día del accidente se dijo a sí misma Deseo poder olvidarla y lo deseó porque te amaba y le dolía mucho amarte."
-Pero yo también la amaba… y la amo. –Se quejó.
"¿Acaso crees que importa? Aun si la amabas ella no podía saberlo, desapareciste de su vida, la hiciste a un lado y eso es todo lo que ella supo." –Ushio creyó que la locura se había apoderado de ella, ¿por qué otra razón escucharía que la voz de su conciencia tomaba aire para seguir hablando? –"Se le concedió porque merecía algo a cambio de todo lo que dio, por soportar lo que le hiciste"
-Ya. Lo sé y entiendo, por eso debo dejarla y que sea feliz con comosellame-san. –Declaró. –Además dije que ayudaría en su felicidad, en eso habíamos quedado y estoy haciendo mi parte.
"Ahora es cuando yo te digo que no estás cumpliendo tu parte"
-¡Lo estoy! Mírame, me hice a un lado.
"Como si eso bastara para traerle felicidad, maldita egoísta… ¡Crece ya carajo!"
-Pero… te di digo que me hice a un lado…
"Te hiciste a un lado porque Sumika empezó a tener citas con alguien más. Antes de eso estabas al lado de ella siendo una buena amiga. Dije que me iría si ayudabas a que ella fuera feliz, ¿entonces por qué estoy aquí? Por que tus malditas decisiones son así de frágiles."
Ushio recargó su espalda en la pared y se quedó quieta un momento, viendo todo y nada en su oficina.
La música puesta a todo volumen obligaba a todo mundo a hablarse a gritos, pero a ninguna de ellas le molestaba en absoluto. Era el día de Azusa Aoi y ella había elegido ese bar y nadie le iba a arrebatar esa felicidad. No todos los días se tiene una presentación de tu primer libro en una editorial de renombre.
-¡¿QUÉ DICES?! – Tomoe se cubrió la oreja izquierda para escuchar lo que le decían al teléfono móvil. -¡SI, SEGUIMOS AQUÍ! –Asintió al aire, como si la persona con quien hablaba pudiera verla. -¡PERFECTO, AVÍSAME CUANDO LLEGUES! AJÁ… SI… NOS VEMOS.
-¿QUIÉN ERA?- Preguntó con un evidente toque de celos una rubia bajita a quien Tomoe ahora conocía como "su ex"
-KAZAMA-KUN, DICE QUE DECIDIÓ QUE SÍ VENDRÁ Y NOS ALCANZA EN UN MOMENTO.
-¡GENIAL! – Sumika parecía emocionada. –Kazama te caerá muy bien. –dijo al oído de Morishima.
-Estoy ansiando poder charlar con ella, lástima que por la tarde apenas y alcancé a presentarme –Sonrió con nerviosismo. Sumika le hablaba todo el tiempo y quería hacer una buena impresión por si llegaba a oficializarse una relación con la pelinegra.
Al otro lado de la mesa, Taema Miyako, observaba con mirada acusadora a Tomoe. Intentaba odiarla y le era imposible, pero también le era difícil confiar en ella. Hachizuka se dio por aludida y reunió el valor para acercarse a su ex.
-¿Podemos hablar?
-Sabes que no.
-Ay por favor, hace un rato que me estás mirando como si yo hubiera hecho algo horrible.
-Como si no lo hubieras hecho… -reprochó. –sé que la tonta de las bubis enormes vendrá esta noche, ¿Qué pretendes esta vez?
-De hecho no pretendo nada, sólo celebrar con Aoi. Kazama-kun me llamó para preguntar si seguimos aquí y le dije que sí.
-Pudiste haberle dicho que no.
-Claro, pude hacerlo, pero eso no es de mi incumbencia y de hecho tampoco tuya. –Declaró dejando boquiabierta a la pequeña rubia. -¿sucede algo? –Preguntó al ver que la chica se ponía pálida
-Nunca me habías hablado de esa forma.
-Pues ahora lo hago. Si tú puedes hablarme de esa manera tan cortante, supongo que yo tengo también el derecho, ¿No?
-¡No!
-Si. –Dio un sorbo a su bebida. –Además no es como si fueras a terminar conmigo, porque de hecho ya lo hiciste. Así que al carajo.
El resto dela mesa las miraba entre incómodos y entretenidos. Estaban acostumbrados a verlas siempre acarameladas, siempre juntas desde el instituto. Esta etapa de exnovias que no se pueden ignorar, era algo que no querían perderse.
-Amor. –Dijo la morena que acompañaba a Aoi. -¿Por qué discuten?
-Por idiotas cariño. –Azusa le susurró al oído. –Ellas son raras y sé que terminarán casadas tarde o temprano.
-Jaja, todos tus amigos son muy raros.
-Y eso me hace rara a mí también. –Rió suavemente. -¿Eso te hará dejarme?
-No lo creo.
Ushio llevaba varios minutos fuera del lugar. A pesar de que había decidido presentarse y celebrar con todos, no era capaz de entrar, incluso había cedido su lugar en la fila a varias personas. ¿Y si entraba en mal momento? ¿Si Sumika y Morishima se tomaban de la mano frente a ella? ¿Y si se besaban?
"Ya entra, me estás enfadando. Y si se besan frente a ti, aguantas y te lo callas. Acostúmbrate a que eres su amiga"
Maldita conciencia –Pensó
"Sabes que escucho tus pensamientos, ¿Verdad?"
-¿Va a entrar, señorita? –Preguntó el guardia de mal genio. –Ha estado en la fila por mucho tiempo.
-Si. –Respondió por reflejo y pagó su entrada.
De alguna forma logró pasar entre la multitud. El verdadero reto ahora era encontrar a sus amigos.
-¿A qué vine?- se preguntó en voz alta.
"A desempeñar tu papel como mejor amiga, anda."
Suspiró y volvió a mirar hacia todos lados en busca de algún rostro conocido.
-Oh, la tonta de las bubis enormes ha llegado.
-Taema-san, ¡Gracias a Dios! –Casi la abrazó, pero recordó que la pequeña rubia no soportaba esas muestras de cariño. -¿Dónde están todos?
-En aquella mesa. –Señaló hacia su derecha y Ushio siguió la dirección a la que señalaba la chica. Reconoció a todos los que había visto más temprano en la presentación del libro.
Evitó tanto como le fue posible buscar el rostro de Sumika, pero la presencia de ella siempre le resultaba magnética. No le sorprendió verla platicando animadamente con la chica de la tienda computacional. De inmediato sintió su interior retorcerse y un leve calor en sus orejas.
Tensó su mandíbula y se obligó a avanzar.
Somos amigas… las mejores amigas. – Repitió en su mente a modo de mantra, dudando si podría lograrlo.
De pronto sintió la mirada de Murasame puesta en ella. ¿Cómo tenía el poder para congelarla y derretirla al mismo tiempo?
"Sigue caminando, o quedarás como una idiota. Y no olvides sonreír." Y Ushio sonrió.
-¡Kazama! –La pelinegra se levantó de su lugar como impulsada por un resorte y se acercó a abrazar a su mejor amiga. –Pensé que no vendrías, me alegra que cambiaras de parecer.
-Bueno, me lo pensé mejor y no podía perderme la gran noche de Aoi-san.
-Bien hecho. –sonrió y le cedió el paso, permitiendo que llegara primero a la mesa. –
-Buenas noches Kazama-san. Qué bien que te nos unas. –Dijo con una enorme sonrisa
-Si… yo
-Desde hace tiempo que quiero hacerme tu amiga- Interrumpió. –Murasame no deja de hablarme de ti, eres su tema favorito.- El tono intentaba ser dulce y amistoso, sin embargo había más que Ushio no sabía nombrar…
-Lo mismo digo. –Sonrió. –Es un placer verte por aquí
Tomoe paseó su mirada entre Sumika, Kazama y Morishima. Dejó que una sonrisa burlona se dibujara en su rostro. Tal vez no se inmiscuiría más en los asuntos ajenos, pero no se negaría la oportunidad de ver a dónde llegaba todo eso.
Lamento mucho la tardanza. Entre trabajo y todo lo demás se me fueron las ideas u.u
Aquí está el capítulo. Espero traer pronto la próxima actualización
¿Creen que Ushio se quede sola? XD lo merece por descuidada. Gracias por sus comentarios :D
