Capítulo 20
No podían retrasarlo más, eso era lo que Sumika Murasame le decía cada semana a su novia. Ya eran un par de adultas con un trabajo estable y si esto resultaba bien incluso podrían empezar a vivir juntas.
¡Sería perfecto! Además no es como si Morishima no hubiera dejado accidentalmente algunas prendas en su casa, o su cepillo de dientes. Así que ¿por qué le resultaba un problema ir a la casa Murasame a presentarse con su familia?
-Te ves muy pensativa –Tomoe la devolvió a la realidad
-Lo siento
Sumika quería sacar a colación el tema, pero no sabía cómo plantearlo. Así que permaneció callada y fijó su atención en el bol de ramen.
-Supongo que seguirás pensativa.
-¡No! Es solo que no sé bien como preguntar ciertas cosas. –Se volvió tímida de repente
-Oh –Sonrió con picardía –Si es acerca del tema de cuando una abejita quiere demostrarle su amor a otra abejita te puedo dar algunas pistas.
Un intenso color rojizo cubrió la piel de Murasame, desde el cuello a las orejas ¿cómo es que no había previsto que Tomoe se pondría bromista? Ella siempre había sido así desde el instituto cuando… no sabía exactamente en qué situaciones, pero estaba segura que era un rasgo de personalidad de su mejor amiga. –¡Tampoco es eso! Cuando llegue a esa duda te lo haré saber.
-De acuerdo, espera… ¿tú y Morishima aún no lo hacen? – Eso último lo había gritado, así que por supuesto que atrajo la mirada de los demás comensales. Sumika por su parte no sabía dónde esconderse.
-No, y no es un tema que me encante conversar en lugares públicos.
-Oh, claro – miró alrededor de manera acusadora –¿Les importa? –Una vez que se deshizo de los oídos chismosos volvió su atención a su amiga. Los demás no merecían escuchar los detalles, pero ella era otro negocio. –Así que tu relación sigue igual de virginal que siempre…
-Te dije que no conversaré eso en un lugar como este, –Trató de borrar su incomodidad con un sorbo de agua –de todas maneras nuestra relación se encuentra muy bien como está ahora y llegaremos a eso cuando estemos listas. Lo que me preocupa ahora es que ella no quiere ir a casa para conocer a mi familia.
-¡Vaya! Ese es un gran paso. ¿Kazama lo sabe?
El simple nombre le hizo moverse con incomodidad, no es que no se hubiera planteado preguntarle. Era solo que le daba miedo la reacción de su amiga. Sabía que era algo estúpido el pensar que la castaña no estaría de acuerdo, que incluso la animaría.
-No se lo he dicho, solo no ha habido oportunidad. –Sabía que las oportunidades abundaban, si no estaba con Morishima, estaría con Ushio y ocasionalmente con el resto de sus amigas. Y de todas maneras no quería molestarla con un tema así, si Morishima no quería ir a visitar a sus padres ¿cómo irse a vivir con ella?
-Lo imagino… -No quiso preguntar nada, pero una esperanzadora sospecha la inundó.
-Como sea, creo que si ella conociera a mi familia, las cosas serían más oficiales y eso haría que avance nuestra relación.
-Yo creo –inició sin tomarse un falso tiempo para sopesar las cosas –que yo no soy la más adecuada para conocer el porqué de su negativa a conocer a tu padre. Tal vez crea que Tenkai Murasame es una clase de monstruo, ya sabes que el séptimo dan asusta a cualquiera que no ha pisado en su vida un dojo.
-Eso es una tontería, mi padre es una inocente flor silvestre.
-Morishima-san no sabe eso. Además esa es una posibilidad que yo planteé, solo ella sabe sus razones, deberías preguntarle.
En realidad Tomoe quería sugerir que lo hablara con Kazama, así tal vez volverían a estar juntas y su círculo de amigos no se volvería incómodo como cuando un par de exes añaden a sus nuevas parejas. También se calló el hecho de que no necesitaban la bendición de su padre para irse a vivir juntas o casarse, o lo que les diera la gana. Pero había prometido no meterse en esos asuntos, así que Sumika tendría que arreglárselas sola.
En fin, quizá y era verdad que Sumika había encontrado al amor de su vida y Ushio tendría que conformarse con aceptar su karma acumulado.
-Tienes razón. –Declaró Sumika después de razonarlo por un momento. –Le preguntaré a Rui, yo debería dejar de ser una gallina en cuestiones del amor.
-Esa es la actitud.
La actitud había empezado a decaer cuando llegó a la puerta del apartamento de su novia. ¿Para qué arruinar la magia de su relación con cumplir una agenda tan cliché?
No necesitaba la aprobación de su familia para irse a vivir con su novia y en realidad su padre parecía encantado de escuchar a Sumika feliz por entrar en una nueva relación y eso sonaba a suficiente bendición. Tampoco le parecía una abominación saber que su única hija tuviera esas preferencias. Sin embargo, quería que su novia fuera parte del retrato familiar y en el fondo quería asegurarse también de que no le temería si algún día decidiera unirse a entrenar. Odiaría que Morishima se apareciera de pronto en el dojo para darle una sorpresa y que al ver su faceta ruda, huyera despavorida.
"De verdad no quiero que eso vuelva a suceder, –Pensó "como cuando Kazama apareció esa vez…"
El recuerdo se fue en un flash, así como había llegado.
-¿Cariño? –Una dulce voz sonó a su espalda alejándola de preguntarse ¿Por qué siempre volvía a Ushio? –No sabía que vendrías.
-Planeaba enviarte un mensaje de texto,- sus ojos se iluminaron al ver a su novia. -pero cuando me di cuenta ya estaba aquí.
-Me encanta que hayas llegado de sorpresa- Se acercó a darle un rápido beso en los labios. –Ven, prepararé un té.
Se suponía que todo iba a salir bien ¿No es así?
Cada historia te lo promete: Eres la protagonista, la buena de la historia así que todo debería salir bien después de un par de obstáculos y tomar por fin las decisiones correctas. Vendrían los créditos y viviría feliz para siempre.
Por supuesto que Ushio Kazama se sentía bien por haber ayudado a que se resolviera el malentendido entre Tomoe y Miyako. Sabía que avanzar era su única opción. Sumika estaba con quien amaba y en algún momento de su vida podría superarlo, además ya estaba harta del autodesprecio y variados capítulos de su día a día sintiéndose de esa manera. Sentaba bien decidirse a no centrar su vida en otra persona Y si avanzar era la clave, debía empezar desde ahora.
Así fue como la instalación de una app para citas dio inicio. -No estoy sacando un clavo con otro clavo- se dijo en voz alta para convencerse y procedió a llenar el formulario. Como si temiera estarse mintiendo–Solo necesito una amiga tan gay como yo para poder platicar
"¿Tomoe Hachisuka no cumple con esa descripción?" Dijo la voz en un conocido tono sarcástico.
-Lo cumple, pero no quiero volver a interferir en su relación con Taema-san. Por lo tanto… -suspiró sin darse cuenta de que en realidad hacía tiempo que no había escuchado esa voz–Tampoco la molestaré a ella, así que me quedé sin opciones para ser gay libremente sin herir a mis amigas en el proceso.
"¿Entonces planeas herir a una pobre desconocida?" Era un comentario así lo que necesitaba para tomar una decisión al respecto
-No. – Respondió con firmeza. Ya estaba muy cansada de que se asumiera lo peor de ella. -¿Qué si soy una infantil? Lo soy, y a pesar de que intente otra personalidad no puedo cambiarlo, pero tampoco es como si no me hiciera cargo de las consecuencias que he acarreado.
"Y eso quiere decir…" lo dijo en un tono que la invitaba a continuar.
-Y eso quiere decir que encontraré una amiga que comparta mi afición por todo lo lindo que existe en el universo. Solamente una amiga y si las cosas avanzan para algo más, yo lo permitiré… ¿Por qué siento que ya hemos tenido esta conversación?
"Porque la hemos tenido incontables veces, jaja" El sonido de esa risa despertó la nostalgia de la castaña
-Espera, -Ahora sí se había dado cuenta –Pensé que no te volvería escuchar, maldita voz.
"No es apropiado hablarme así jovencita"
-Jajajajajaja, lo siento. –se tumbó en su sofá –Nunca creí decir esto, pero me alegra volver a escucharte.
"Gracias… y lo siento por haberte hecho creer que estabas loca." Se podía adivinar un suspiro por su parte. "En realidad quería hablar contigo de algo"
-¿Hablar conmigo? –Morishima Rui parecía francamente asustada. Todas sus alarmas se habían encendido cuando Sumika le mencionó de una manera tan seria que necesitaba hablar con ella. "Diablos, por eso estaba frente a mi puerta" –Debí saberlo. –Ahora estaba a punto de llorar. –No tienes que hacer todo un drama para terminar conmigo, esto era demasiado bueno para ser verdad. Solo vete, ¿si?
-¿De qué rayos estás hablando? –Ahora era el turno de la pelinegra para estar asustada. -¿Por qué iba yo a terminar contigo? Cielos, no.
El sonido del agua hirviendo añadía tensión al ambiente recién ensombrecido. Si bien Sumika había esperado un poco de tensión debido a que su novia solía negarse a hacer la visita a su familia, este era un escenario bastante más inesperado.
-¿No?
-Por supuesto que no. ¡No! –Agitó las manos para dar más énfasis a su respuesta. Jamás se le había pasado por la mente siquiera la opción de que ellas podrían terminar.
-Oh. –La más pequeña comenzó a relajarse. –Lo siento, debe ser la costumbre.
-¿Costumbre?
-No importa. ¿Qué es eso de lo que querías hablar? –No quería volver a ensombrecer el ambiente contando a su amada pelinegra sus trágicos amoríos, aunque su intento de cambiar el tema no pasó desapercibido.
-No planeo agobiarte con preguntas, ¿Sabes? –Acarició suavemente las mejillas de la chica para confortarla. –Pero me gustaría conocer tu historia cuando estés lista para contarla.
El corazón de Morishima comenzó a latir desbocado, parecía que por fin el universo la había recompensado con una persona decente que no planeaba jugar con sus sentimientos ni tratarla como un conejillo de indias. Sin pensárselo dos veces se acercó a su novia y la abrazó con todas sus fuerzas.
-Gracias Sumika – Era tan feliz ahora mismo, el agua para el té podría quemarse no podría importarle menos. –Te amo…
Ambas se congelaron ante la repentina confesión. Claro que el momento para decirlo era más que adecuado, llevaban saliendo por un mes y algunos días, además la conversación que recién habían tenido propiciaba que ese par de palabras fueran dichas, pero ambas eran tan nuevas viviendo este tipo de situación que parecía extremadamente arriesgado dar cualquier paso.
-Diablos, lo siento Sumika. No tienes que decirlo también.
-No te disculpes Rui. –Quería ocultar su severo sonrojo, pero no sabía cómo y además era absurdo. –solo que no lo esperaba.
También quería decir esas palabras, porque sentía cosas por ella ¡demonios, incluso había ido hasta ahí para preguntar por qué no quería ir de visita al lugar donde creció! Pero ¿era eso amor?
"Di algo. Dí algo Sumika Murasame" Se decía a sí misma, y a juzgar por la mirada de quien se hacía llamar su novia, también suplicaba internamente que dijera algo. Solo que el momento para responder "te amo también" parecía haber pasado ya hace unos segundos y decirlo ahora sonaría falso. Y Sumika no era una persona cruel, así que en lugar de decir cualquier cosa se acercó a besar a su novia.
Fue la mejor respuesta que pudo haber dado. Rui estaba ahora en el séptimo cielo e intensificó ese beso con la esperanza de escalar la situación y demostrar su amor a la pelinegra en la manera que había deseado durante meses. –¿Quieres pasar a mi alcoba? –Su voz sonaba más grave y sus pupilas estaban bastante expandidas.
¿Cuántas veces en el día iba a congelarse? Se preguntó la más alta. –Lo siento, no puedo –Respondió realmente apenada. –Yo… yo en realidad venía a preguntarte… -Cierto, la causa de su visita sorpresa. –Hice planes de visitar a mi padre para la cena y vine a invitarte.
La decepción estaba impresa en su rostro, pero la razón de Sumika sonaba legítima; no era como si huyera de la intimidad como una colegiala ¿O sí?. Además llevaba semanas dando excusas para evitar el tema de la visita y ahora que su temor se había disuelto se sentía capaz de conocer a la familia de su novia
-Ah, sin presiones. –Sumika se corrigió rápidamente. –Vine a invitarte, pero antes que invitarte, tenía curiosidad por tus razones para no ir y hablar al respecto. Yo no quería pedirte algo que te incomode.
-Jajaja –soltó una risa de alivio. –Vamos a visitar a tus padres. –Se levantó por fin a apagar la flama que casi terminó de evaporar el agua. El té ya había quedado en el olvido. –Hasta hace unos minutos no creía que fuera necesario conocerlos, pero ahora la situación ha cambiado.
En ese momento se sentía inmensamente feliz y probablemente accedería a cualquier cosa que Sumika le pidiera.
-Solo es mi padre. –Aclaró la pelinegra mientras se levantaba. –Mi madre murió hace tiempo.
Nuevamente pareció ensombrecerse el ambiente entre ellas ¿iba esto a convertirse en una costumbre? Porque en opinión de Morishima no iba a ser una buena idea hablar de temas serios.
-Lo siento.
-Está bien, en realidad no la conocí así que no me siento lastimada. –Sonrió –Tú y Kazama son unas preocuponas, la vez que le conté esto puso esa misma expresión.
-¿De verdad?
-Si- Volvió a sonreir.
Desde que despertó en el hospital hasta la fecha, había sido incapaz de evocar cualquier recuerdo de Ushio. Sabía en su interior que la castaña era su mejor amiga porque todo mundo se lo confirmaba y el hecho de sentirse tan en calma junto a ella reforzaba esa verdad.
Pero ahora por fin su cabeza parecía dispuesta a cooperar y empezaba a tener algunos recuerdos. De no ser porque ahora iba en camino a visitar a su padre en compañía de su novia, estaría de camino a su complejo de departamentos para hacer preguntas y confirmar que no eran simples alucinaciones para llenar esos agujeros en su propia historia.
-¿Estás bien? –preguntó al verla tan distraída
-Lo siento, solo me puse un poco nerviosa. Pero estaremos bien, mi padre es un asunto aparte pero es de lo más agradable.
Omitió el detalle de que era capaz de organizar un festival por tener la visita de su única hija después de tanto tiempo. Pero no quiso espantarla, además siempre podría descubrirlo de primera mano.
-Bueno, en ese estado de estrés era obvio sentir que estaba enloqueciendo. –dijo Ushio sin prestar mucha atención a lo que esa voz quería decirle. Después de todo estaba acostumbrada a ser maltratada por ese ente que solía creer como una parte de su conciencia.
"Claro, aun así fue injusto tratarte de esa manera. Es que tuvimos muy poco tiempo para estar contigo y queríamos asegurarnos de que hicieras lo correcto"
El uso del plural llamó su atención.
-¿Eres una especie de Gollum? –Se burló, aunque nada de eso lograba quitar la creciente ansiedad de su pecho.
"En tu interior debes saber la verdad Ushio." La voz ahora se sentía como la más tierna caricia.
Esta vez sentía que lo sabía, pero la emoción no le permitía hablar.
"El universo es una total bruja," comenzó a hablar nuevamente "siempre deseamos verte crecer, abrazarte cuando lo necesitaras; corregirte cuando cometieras un error; conocer a tu compañero de vida, que finalmente resultaría una compañera. Estábamos ansiosos por ver la clase de mujer en que te convertirías. No queríamos irnos, pero así fue. Tampoco logramos despedirnos de tí"
-Apenas sé que eran ustedes quienes me están acompañando y todo esto me suena a una despedida. –Las lágrimas recorrieron el rostro de la castaña.
"Sí…"
-El destino es una cosa bastante sacada del culo de alguien. –se quejó.
"Lo es, aunque de vez en cuando tiene sus buenos momentos ¿Sabes?"
-¿De verdad?
"Estoy seguro" Ahora la voz era masculina "Nunca creímos que se nos daría la oportunidad de acompañarte otra vez, pero gracias al deseo de Murasame-san pudimos venir y hacernos pasar por tu complicada voz de la conciencia. Necesitabas ayuda y nosotros estábamos dispuestos a apoyarte"
-¿Ya no lo están? –De pronto se sintió abandonada.
"Siempre estamos dispuestos" respondió la voz de anciana a la que Ushio ya estaba acostumbrada. "solo que tu padre siempre fue un idiota para expresar bien las cosas. Lo que quiere decir es que ya no nos necesitas y debemos despedirnos."
-Quisiera decir que los necesitaré siempre, pero mi abuela me golpearía.
"Me conoces jajaja"
-Umm, ¿Seré feliz?
"No te lo podemos asegurar, pero ahora tienes todo lo necesario para hacerte cargo"
La respuesta sonaba bastante madura, parecía lógico que siempre hubiera escuchado la voz de su abuela. Los ancianos hacían sonar todo como un sabio consejo. Aún así debía preguntar una cosa más.
-¿Por qué escuché la voz de la abuela todo el tiempo en lugar de la voz de mamá o papá?
"No es ninguna cuestión mística" Fue el turno de escuchar a su madre. "No queríamos desquiciarte y creímos que con una sola voz bastaría… además tu abuela ganó el piedra papel o tijera."
-Eso es muy bobo- Sonrió por encima de sus lágrimas al imaginar la escena. –Gracias por estar aquí.
"Estarás bien cariño"
-Eso espero… Los amo.
El ruido del apartamento vecino despertó a Ushio. Sus mejillas estaban empapadas ¿Eso había sido un sueño o de verdad sucedió?
Decidió quedarse con la versión romántica, nadie podría quitarle ese regalo de una despedida justa. El universo podría ser una maldita perra, pero había que aprovechar sus buenos momentos.
Han pasado 84 años desde la última actualización u.u
Reescribí un montón de veces este capítulo, después me quedé sin tiempo y finalmente tengo todo el tiempo del mundo, cortesía del desempleo. Parece redactado como un final, pero aun quedan algunos capítulos.
Lamento mucho la tardanza, espero que se encuentren bien de salud ahora y por muchos años. Gracias por leer
