Capitulo 3

Tres años atrás

Zoe Bennet, era chica aparentemente normal, tenía amigos normales los cuales ella apreciaba pero con ellos nunca era completamente honesta ya que había un lado de su vida o de su familia que no podía compartir con nadie. Todo empezó cuando tenía 13 años; ella pensaba que tendría una pubertad como las otras chicas de su edad; pero no fue así ya que una mañana estaba dispuesta a tomar un baño en relajante después de una practica de surf; pero algo sorprendente paso al momento que toco el agua; 1…2…3…4…5…6…7…8…9…segundos apareció una cola sirena; estaba asustada, confundida, pensaba que era una pesadilla; no sabia que hacer ya que estaba en la tina, no sabía si era prudente llamar a sus padres; temía terminar en un estanque de Sea World haciendo shows junto los delfines; o en laboratorio donde le harían experimentos; respiro profundo para no entrar en pánico, pero no pudo más

–¡Mamá! –grito con fuerza y no pasó ni un minuto cuando su madre abrió velozmente la puerta y la encontró en la tina con lágrimas de pánico –Mamá, mírame soy un fenómeno –dijo cuando la vio entrar –Mírame, soy mitad sardina

–Bueno…–dijo Rikki con una sonrisa de asombro –Eres la sardina más linda–dijo mientras le pasaba una toalla, pero sino antes sacarle una foto –Pero creo que mas bien eres una sirena–Pero yo usaría como adjetivo sirena, así como yo

–¿Pero? –iba alegar, pero no entendía como su madre podía estar tan tranquila -¿Cómo? –dijo al mirar que su madre entre cerraba el puño y salía mucho vapor –¿ También tienes poderes? –Tenía muchas preguntas en su mente y le molestaba que su mamá no le dijera nada, y vio como el agua en su totalidad desapareció, pero aparecieron sus piernas

–Vístete y te lo contare todo abajo –dijo Rikki mientras le pasaba una bata a su hija –Y responderé todas tus preguntas –Y sin decirle más fue a la planta de abajo donde estaba Zane desayunado –¿Adivina quien es una sirena? –Dijo Rikki mientras le ensañaba una vergonzosa foto de su hija

–¿Es broma? –Dijo un poco preocupado, pero aliviado ya que no tendría que mentir más a su hija, pero vio como Rikki negó la cabeza –Pensé que no pasaría –Dijo Zane tratando de procesar todo–¿Y como esta ella?–Ya que sabia que para una niña iba a ser un cambio muy drástico, y él y Rikki tendrían que tener mucha paciencia

–Confundida –dijo Rikki esperando que la niña bajase –Pero no esperaba otra reacción de ella –dijo la rubia mientras se sentaba en uno de los sofás de la terraza donde estaba Zane– Aunque me sorprende que no lo ocultara

–Quiero toda la verdad –Dijo Zoe entrando al comedor de la terraza con los brazos cruzados mirando seriamente a sus padres, había heredado de su madre esa mirada penetrante

–Como te dije antes, también soy sirena –dijo Rikki a Zoe –Paso cuando tenía 16 años; el día que le robe el bote a motor a tu padres –en ese momento volvió a ver Zane y ninguno pudo aguantar la risa dada las circunstancias –Y mis amigas y yo quedamos varadas cerca de la Isla Mako –Tomo aire, pero la interrumpieron

–¿Hay más sirenas? –pregunto ansiosa por saber –¿Entonces no naciste con…? pregunto aun más confundida –¿Ni con poderes?

–Bueno el punto que todo esto me paso porque estuve en momento y lugar adecuado; y al día siguiente me cayo una gota de agua de un aspersor y sorpresa tenía una cola justamente igual a la tuya–Comento Rikki a su hija–Recuerdo que ese día habría Luna llena–recordó con nostalgia–y además Mako es un lugar mágico que puede pasar lo que sea

–¿Y que hay de los poderes? –Pregunto curiosa y pasaron toda la mañana hablando sobre el tema de ser una sirena y le explicaron cada aspecto, y como vivir con una cola y también como ocultarla; y lo más importante de todo evitar la luz y el reflejo de la Luna llena; ya que su vida jamás sería como antes porque tendría que dejar el equipo de surf y ese era su sacrificio, pero Rikki le aseguró que valdrá la pena

–Ahora que sabes todo lo que tienes que saber de ser una sirena –dijo Rikki mientras sacaba de un viejo joyero una cuerda café con una piedra azul como dije –Quiero que tengas esto –dijo mientras le colocaba el collar a su hija –Y lo cuides como este secreto –Dijo mientras veía a los ojos a su pequeña –Porque no es solo tu secreto o mío, sino de otras cientos de sirenas que viven en océano

–Puedes confiar en mí, no le diré nada a nadie –dijo Zoe mientras abrazaba a su madre –Ahora es mi secreto también y tendré mucho cuidado

Tiempo actual

Zoe aún seguía tomando el sol pensado en la pobre chica que recién acaba de conocer; jamás pensó que conocería a una sirena de su edad; pero lo que no entendía era que cuando Matt la vio, ella pudo sentir su ansiedad era como si ambas tuviesen una conexión especial; y fue por eso que se acercó a la playa lo más rápido que pudo; pero se quedo algo tranquila porque conocía a Matt desde que eran bebes y sabia que él no hablaría y tenía que tomar en cuenta que la chica tenía carácter y asusto al pobre chico.

Tenía calor miro hacia ambos lados y decidió que hora de ir nadar; sin pensarlos dos veces corrió a hacia mar nado cerca de la isla de Mako; y recordó la primera vez que había nadado con su madre por los arrecifes y ambas amaban la sensación de libertad que el océano le daba; sabía muy bien que era un sentimiento compartido con las otras sirenas que no conocía aun; mientras nadaba por el arrecife se preguntaba más sobre la otra chica; no tuvo la suerte de escuchar nombre; también quería saber que hacía en la Costa Dorada. Meditaba como sería la mejor manera de acercase a ella sin asustarse, ya que era más que obvio que estaba a defensiva y claramente no confiaría en el momento que la conociera; debía buscar la manera de ganarse la su confianza.

Se dirigio a casa después de haber nadado toda la tarde, llego a casa y para su sorpresa sus padres estaban en casa, ya que los últimos días había cenado sola porque ellos estaban con los preparativos porque iban reabrir el café

–Llegaste –dijo Rikki al ver a su hija entrando por la puerta –¿Cómo estuvo la playa?

–Nah –dijo mostrar gran importancia, no estaba segura si mencionar algo sobre la chica que vio esa tarde –Todo igual que siempre –dijo mientras dejaba sus cosas guindando en el perchero –Y arrecife estuvo genial –dijo mientras le guiño el ojo a su madre

–Me lo imagine –dijo Rikki mientras sonriendo le encantaba ver a su hija así de feliz –Pero la próxima vez tenemos ir juntas

–Claro mamá –respondió Zoe con una sonrisa devuelta, aun no entendía como podía ser tan afortunada, ya que no podían revelar al mundo el secreto; eso lo hacia más especial ya que hacía el vinculo con su madre aun más fuerte y aunque no tuviese muchos amigos en los que podía confiar sabía que allí siempre estarían padres