Capítulo 19.

Vocaloid no me pertenece.


—Dime una cosa, Gakupo— le preguntaba Luka a su novio mientras ambos iban sentados en la limosina, en dirección al jurado —Si tú supieras que algo terriblemente incorrecto y que está sumamente mal, sin importar desde donde lo veas… ¿Harías algo? Y Me refiero a algo de verdad, que cambie las cosas— preguntaba con suficiente seriedad, intentando sacar la verdad de su novio. Gakupo vestía con un traje elegante, mientras que Luka tenía un vestido negro que pasaba de sus rodillas, todo lo que requerían para ir de manera formal al juicio de Len y Rin.

—Bueno… claro que haría algo— dijo con tranquilidad, volteando disimuladamente hacia el otro lado —Es decir, sería lo correcto, de todos modos, estamos aquí para apoyar las buenas causas, y hacer lo correcto— dio una extendida excusa de su supuesta correcta y recta moral.

—¡Entonces por qué rayos no avisaste a las autoridades que Len y Rin hacían incesto!— le regañó con enojo mientras que se alejaba de él y lo miraba con ira, resistiendo el impulso de golpearle.

De maneras similares, todos los miembros de la casa se dirigían a la corte en la cual se realizaría el juicio, todos por orden judicial, pese a que el Maestro le había ordenado a Luka que fingiera estar demente y no asistiera, ella desobedeció, y de igual manera, fue directamente al palacio de justicia, en donde le estarían esperando sus amigos.

La corte estaba completamente llena, no solamente por personas que serían llamadas para atestiguar, o como parte especifica de la corte, y para los gemelos Kagamine, aquello no podría ponerlos más nerviosos, no solamente por el hecho de que nunca hubieran estado en una corte de verdad, sino porque se preguntaban "¿Qué tienen que ver todos ellos con nosotros?" Es decir, está bien que fueran algo popular, pero los motivos de esas personas para estar allí presentes escapaban de sus imaginaciones.

Len no pudo evitar notar que su hermana estaba pasando un mal rato con la espera de todo aquel asunto, siendo que se mostraba algo molesta, más que angustiada. —Rin, tranquilízate— intentó buscar algo bueno después de haber comenzado a hablar —Seguramente esto no llevará mucho rato, de seguro que será un juicio rápido, no hay casi nada que discutir en este caso, y el Maestro es bastante bueno en esto, de seguro que podrá llegar a una buena resolución para nosotros— intentó ser razonable, al menos de manera superficial.

—Eso no importa, el hecho de que nos hagan atender esto, como si fuéramos criminales, ya es demasiado estrés para mí— se quejó sin siquiera voltear a verlo por completo.

—Rin, ese estrés no puede hacerle bien al bebé…— intentó decirle, como si eso le quitara de pronto todas sus preocupaciones.

—¡No hables del bebé aquí!— susurró con fuerza, atrayéndolo mientras lo sujetaba de la corbata —Ellos pueden oírte, y el Maestro nos dijo que no nos convenía mostrar emociones frente a los abogados del estado, a menos de que estuviera él con nosotros— dijo señalando a un grupo de sujetos que se sentaban frente a la otra mesa que estaba frente al aburrido juez, un sujeto tosco y de apariencia apagada, apenas a mediados de sus cuarentas y con una enorme entrada en su frente.

—Creo que estaba exagerando…— intentó despreocuparse, pese a que el sujeto no le daba buena espina, ya que sentía desde la manera en la que apretujaba su maletín con sus resecos nudillo, se notaba como alguien de pocos amigos, más aún, como la clase de personas quienes detestarían perder en un juicio, y peor aún, hacer todo lo que fuera necesario para evitarlo —Estas personas siguen siendo humanos, al menos más humanos de lo que es el Maestro, por lo que podemos estar seguros— giró su mirada a los lados para buscar a aquel susodicho hombre, pero bastó con un solo recorrido para regresar a la misma conclusión que antes —Aún no hay rastro de él, por cierto— le recordó Len con amargura.

Rin refunfuñó con ira, intentando retener aquella última respiración —¡Con un demonio!— se quejó de nuevo, con deseo de tirar su moño al suelo y pisarlo con fuerza, como ya lo había hecho un par de veces antes —Esto no podría ser mejor— comenzó a recitar —Podemos ser acusados los dos de violación, nos tocó el peor abogado acusador posible, el juez nos ha estado viendo con miradas de odio desde que llegamos, ¡y nuestro abogado ni siquiera ha llegado!— se enojaba cada vez más con cada oración —Y para empeorar las cosas, el hotel no tenía panqueques con naranja como yo lo quería— se quejó nuevamente mientras colocaba sus codos sobre la mesa, recargando su barbilla en la madera.

—¿No tenían?— preguntó Len algo indignado, —Pero en el menú decía que si— se quejó Len junto con ella —¿Qué comiste entonces?— preguntó algo preocupado.

—Los que tenían la crema de zarzamora— dijo desilusionada, volteando a ver a su gemelo algo consternada, tan solo para que en ese momento, la puerta principal de la corte se abriera, dejando ver al Maestro, apenas acomodándose su saco para llegar directamente con el resto de las personas que estaban en las mesas ubicadas en la parte delantera, al lado de Len y de Rin.

—Lamento la tardanza— se disculpó sin realmente lamentarlo, acomodando su corbata mientras se acomodaba, llevando su maletín a un lado, lo que pensaba era, su "Arma secreta" nada bueno, seguramente.

—Tardó demasiado— se molestó Rin, aún con mirada inquisitiva sobre él, al haberse sentado más a su lado que al de Len.

—Mi juicio terminó hace tan solo quince minutos— respondió él, intentando sonar lo más supuestamente dolido por haber tenido que pasar por otro proceso judicial propio.

Pronto, el juez detuvo la conversación de toda la sala, sancionando al abogado de los gemelos por su tardía llegada, pues él ya había hecho acto de presencia en la sala. El juicio comenzó, de manera tan estricta como los Kagamine habían imaginado, iniciando con una especie de presentación de todos y cada uno de los participantes en el juicio, tanto por la parte acusadora, como la parte defensora.

—¡Señoras y señores!— comenzó Salta su discurso de introducción, preparándose lo mejor que pudo, aunque parecía que todo el asunto era algo fácil para él —Este juicio en el que nos hemos presentado, en protesta, representa para mis clientes, y ultimadamente para mi persona profesional, un insulto a los derechos civiles ciudadanos— se atrevió a decir su preocuparse, fijándose como un sinfín de cámaras se tornaban sobre él, a la vez que el juez se estremecía —Hablamos de una desobediencia civil, que solamente es desobediencia por un prejuicio irracional, infundado por instituciones irrelevantes, que deberían de ser acallados por el estado de volver a elevar la voz, en pro de la justicia a propia mano— la gente volvió a sorprenderse por eso, en especial los Kagamine, quienes observaban como el Maestro se regocijaba ante aquella polémica que sus palabras causaban —De estar todos nosotros aquí, en especial, de estar aquí la joven Rin, quien podría estar ahorrando estrés, para así poder cuidar de mejor manera su esperanzado embarazo, es porque hemos decidido de manera unánime, que defenderemos el derecho que un par de hermanos tienen para poder relacionarse de cualquier manera que quiera, ¡He dicho!— finalizó su discurso volviéndose a sentar de manera dramática.

Quizá no fuese el más explicito de los discursos, hasta el punto en el que pareciese que se lo había inventado en la andada, pero al menos había provocado en los medios la reacción de preocupación que deseaba, y la consternación más pequeña se hacía presente en el abogado acusador.

—Muy buena presentación, si han de permitirme alagar a mi contrincante— dijo con amabilidad el sujeto, mirando al juez, a quien no le hacía falta la aprobación para que se levantara a hablar —Pero si he de remarcarlo, la razón por la cual se les ha traído aquí, es para deliberar si su incesto, o como popularmente se ha dado a conocer, "Twincest"— dijo haciendo referencia a una palabra inexistente para el registro —No ha tenido origen en los momentos en los que los acusados se encontraban en sus pubertades, de tal manera que tuviera un origen meramente a causa de una desviación mental o sexual, por lo cual se podría acudir a la ayuda que necesiten— explicó calmadamente, sin inmutarse por las palabras de el Maestro —Es por esa, la causa que estamos aquí, no para poder acusar desmedida e injustamente a todo aquel que se atreva a "pensar fuera de la caja"— hizo de nuevo un ademan con sus manos que indicaba una referencia en sus palabras —Sino para poder colocar un ejemplo a todo aquel quien crea que algo como el incesto, ha de ser natural, a causa, no de una acusación vacía, que se basa en prejuicios ciegos, sino en la misma seguridad que su cliente, intenta dar a su progenie, en la seguridad de que no se provocarán estragos en la naturaleza, que por su sabiduría, ha dado las condiciones para que cosas como estas, no deban de cometerse— y con esto, parecía que daría rienda suelta a su discurso, pero…

—¡¿Y piensan protegerlo al abortarlo?!— se escuchó el gritó de una persona de entre las gradas, que al parecer iba acompañada de un camarógrafo, lo que fue la mecha de que inició una serie de griteríos y discusiones relacionadas con ese corto rumor, que se había esparcido por la Internet.

—¡Orden en la sala!— tuvo que tranquilizar el juez —No toleraré el desorden en este caso, así que esta será la última advertencia, señorita— dijo apuntando con su pequeño mazo a la mujer de cabellos rozados que había dicho eso, vestida con una bata blanca. Al verla, Len y Rin se percataron de que se trataba de la doctora Yuna, quien al parecer había atendido aquello, quizá con motivo de ser testigo, pero que había hecho su propia muestra de importancia en la sala hasta el momento. Aquello les trajo un ligero dote de alegría, al menos por el momento.

Ya no dio tiempo aquello de que el abogado terminara su discurso de introducción, y en menor tiempo, el juicio se vio iniciado en una serie de supuestas pruebas que demostrarían que los Gemelos Kagamine, no estaban en situación de decidir por ellos mismos, su propia relación, aunque para eso, se debería de demostrar primero que ellos habían iniciado esta a temprana edad, demasiado temprana.

Llamó al inicio, el abogado acusador, a una serie de psicólogos, quienes uno tras otro, presentaban supuestas pruebas de distintos trastornos emocionales y sexuales que podían dar respuesta a la cuestión de la causa del incesto. Algunos de ellos, de los cuales pasaron al estrado, aseveraron que aquello se trataba de una desviación sexual por parte de Len, para ocultar su homosexualidad latente, mostrando como prueba de esto, a sus cercanas interacciones con los demás varones del grupo, sobre todo con Kaito, con quien inclusive había cantado una canción de temática romántica homosexual hacía no mucho tiempo, en un concierto en vivo. Aquello logró de verdad calar a Len, quien buscaba la manera de desprender su enojo de manera silenciosa.

Otro psicólogo, quien había sido llevado con la intención de aportar pruebas que demostrasen lo incorrecto que resultaba aquello desde un punto de vista socio—psicológico, expresaba el problema de Len y Rin, y es necesario remarcar que hacían referencia al asunto como un "Problema", como una falta total de cuidado por parte de sus padres, pues se había hecho público el abandono de Tobi a sus hijos cuando estos eran menores. Acusaba también a la sociedad por crear estándares complicados e irreales para la vida de un par de ídolos adolecentes, y declaraba el incesto de los gemelos como un escape a sus atareadas vidas, y que no era más que una situación que se había escapado de sus manos.

Ninguno de ellos dijo nada acerca del aborto, pero aún así, se notaba cierta tensión cuando recurrían a sugerir una solución factible para los gemelos, pues la recomendación de separarlos, estaba más que considerada. Luego pasó una mujer que clamaba ser socióloga, alegando un retraso cultural en el comportamiento de los gemelos, y acusando a Rin, a quien hallaba como la "dominante" de haber controlado deliberadamente a su hermano para conducirlo por un sendero de aberraciones sexuales, como lo era el incesto, y la impregnación.

Todo aquello, si es que es necesario decirlo, fue dicho sin conocimiento alguno sobre la relación que habían mantenido los gemelos, pues el abogado esperaba a que la defensa incluyera datos que pudieran negar aquellas acusaciones, datos que pudieran ser usados en contra de los gemelos. Pero Salta se negó a decir todo aquello, pues pese a que se hubiera dado datos acerca de la relación de los gemelos, unos cuantos más de los que se debían de saber, los detalles quedaban sumamente ocultos, y cada vez que el Maestro debía de defenderlos, de alguna de las nombradas acusaciones, lo hacía aludiendo a la ignorancia de esos detalles que marcaban la diferencia. Más que nada, y su frase más usada, fue —No hay un estudio verdadero que pueda demostrar la relación de un par de hermanos gemelos de distinto genero en una relación incestuosa— siendo que evidentemente no la había, el abogado tuvo que recurrir a llamar al estrado a los compañeros de los Kagamine, para después llamarlos a ellos mismo a que declararan bajo juramento, para así poder desentrañar algo del caso, y que sus expertos se encargasen del resto.

Lo mejor que le podría pasar, hubiera sido que los mismos Kagamine se traicionaran o se confundieran con los hechos, lo que podría deducirse en una red de mentiras que revelaría el control por parte de alguno de ellos, o del mismo abogado, pero prefería tomar pruebas desde el inicio. La primera testigo, fue Hatsune Miku.

—Señorita Hatsune Miku— comenzó el abogado a hablar con la peli verde —Veintitrés años de edad, fama incomparable en el mundo del pop, en una relación sentimental con el señorito, Shion Kaito…— comenzó a decir como medio de introducción.

—Objeción, su señoría, el señor Kumowara no está haciendo preguntas adecuadas, sino haciéndonos perder el tiempo a todos— protestó Salta, llamando al abogado por su apellido, que había leído hasta el momento en el cual se levantó para objetar.

—Ha lugar— dijo el juez con rapidez —Concéntrese en las preguntas, señor Kumowara— indicó que podía continuar.

—Señorita Hatsune— continuó el abogado —Usted conoce a los Kagamine, según su propia aclaración, desde hace más de seis años— la peli verde asintió —Según se supo, Usted tuvo una relación romántica con el señorito Kagamine, ¿Estoy en lo cierto?— la chica volvió a asentir —¿Por qué causa ocurrió esto?— preguntó con una voz tranquila.

—Bueno…— se quedó pensando mientras observaba al Maestro prestando atención, para el momento en el que tuviera que objetar —Len y yo fuimos novios durante un mes— dijo con algo de pena, como si decir eso cerca de Rin le calara en la espina —Fue muy amable, y la relación fue muy agradable… pero— se silenció un poco al intentar decir lo que seguía.

—¿Ocurrió algo que detuviera el sano desarrollo de la relación? ¿Acaso alguna acción violenta por parte del señorito Kagamine, o de su hermana gemela?— preguntó inquisitivamente.

—No, nada de eso— se apresuró ella a desmentir —Simplemente las cosas no se pudieron llevar bien a cabo porque Rin no quería que Len y yo durmiéramos en la misma habitación— aquello provocó un revoloteo mayor al que imaginaba, siendo los más reactivos los miembros de la prensa, aunque el Maestro se quedaba neutro ante aquello.

—¿Quiere decir, que la señorita Kagamine impedía intencionalmente cualquier clase de relaciones físicas o sexuales que usted y su pareja romántica pudieran tener?— inquirió con maña, tal y como lo quería.

—¡¿Sexuales?!— se preguntó extrañada, y un poco espantada —Nada de eso, yo nunca pensé en tener relaciones con Len— se apresuró a explicar —Éramos solo novios, y Len estaba obligado por la empresa a dormir al lado de Rin, lo que me molestaba un poco, ya que me parecía más apropiado que él durmiera solo, o en todo caso, con su novia— intentaba hacer que aquello no sonase como pederastia.

—¿Usted consideraba como inapropiado que ellos dos compartieran la cama?— de nuevo, intentando utilizar un tono que hiciera sentir a la Hatsune que estaba bajo presión, la cual parecía ceder un poco de su dialogo antes acordado en caso de esas preguntas.

—Bueno… ellos dos siempre han crecido durmiendo juntos… supongo que no era algo malo…— expresó con una obvia cantidad de nerviosismo, siendo evidente que quizá no dejaba salir toda la verdad.

—¿Y no cree, que ese comportamiento tan unido, haya provocando una mayor probabilidad, o de que haya evocado de manera directa, al incesto del cual ahora hemos de discutir?— volvía a retomar de nuevo aquel tono con el que Miku se sentía tan poco familiarizada y nerviosa.

—¡Objeción!— gritó el Maestro con furia —Esas preguntas tienen motivaciones maliciosas, pues Miku no es ninguna clase de experto que pueda dar su opinión desde un punto de vista apropiado para el caso.

—No estamos tomando en consideración alguna clase de opinión profesional por parte de la joven Hatsune, es simplemente una opinión de una persona que estuvo en contacto durante la temprana edad de la relación de los gemelos, lo que ayudaría a determinar el verdadero impacto emocional en quienes les rodean— se excusó el abogado.

—No ha lugar— dijo el juez con simpleza, provocando que el Maestro se sentara sin decir más.

—Volviendo a la pregunta— el abogado prosiguió —¿Cree usted en su humilde opinión de amiga cercana de los Kagamine, que el forzoso contacto tan intimo que ellos dos debían mantener a causa de su tutor responsable, fue posible detonante de su relación amorosa?— repitió otra vez.

Miku quedó en silencio por unos instantes sabiendo que su respuesta podría afectar la manera en la que los gemelos eran percibidos —Pues… si— dijo rápidamente, como intentando que no se escuchara demasiado, y viendo al instante como los expertos del abogado comenzaban a comentar entre ellos, siendo más de la mitad, personas que aún no habían sido llamadas al estrado —¡Pero no fue su culpa!— s apresuró a decir —La empresa solamente cede una habitación por contrato, y Len y Rin comparten el suyo, así que no se podía hacer nada— intentaba enmendar su error, pero quedaba clara su postura: su incesto se había provocado por factores como la cercanía tan forzada que tuvieron hacía años.

—De acuerdo, señorita Hatsune— dijo amablemente el abogado —¿Usted afirma que la señorita Kagamine provocó la finalización de la relación sentimental que usted compartía con el señorito Kagamine, con la intención, de perpetuar en acto incestuoso que se comenzaba a realizar entre ellos dos, desde edades tempranas?— Aquella pregunta puso nerviosa de nuevo a la peli verde.

—Pues… es una forma muy fea de decirlo… yo diría más bien que ella sólo quería estar con su hermano…— su voz tembló cuando dijo aquello, viendo como el abogado le hacía dejar de hablar al levantar la mano.

—Sólo quería estar con su hermano— repitió esto último como si fuese parte fundamental del juicio —O mejor dicho, ella era la única que quería estar con su hermano, queda al descubierto, que había un deseo profundo y posesivo en la señorita Kagamine, al momento de ver a su hermano con cualquier otra mujer, que le llevaba a engañar, molestar, y comprometer a su hermano en asuntos que provocaran el final de sus relaciones, y la primera afectada, ha sido la señorita Hatsune, todo, a causa de este profundo deseo fraternal— dejó de hablar en ese mismo momento, levantando la vista al Juez —No más preguntas— y dicho esto, se sentó, permitiendo que el Maestro se levantara para comenzar él a interrogar a Miku.

—Señorita Hatsune— comenzó como si estuviera hablando a alguien quien recién conocía —Usted es muy conocida, por sus lazos afectivos con sus cercanos compañeros de trabajo— Sacó una hoja de su maletín mientras se acercaba a ella —Pero aún así, ha de ser remarcable su actitud agresivamente competitiva en contra de los nuevos ingresados, es especial, a los gemelos Kagamine— aquello dejó un poco sorprendida a Miku.

—Bueno… ellos han sido los segundos más populares, dudo que haya realmente algo malo en sana competición— aclaró sin necesidad de que se viera demasiado su preocupación porque su representante, quien sabía todos sus secretos profesionales, le hablara de eso.

—¿Un poco de competición, usted dice?— dijo sonriendo de manera sarcástica —Queda bien registrado, en constantes bitácoras de la empresa, las cuales yo estoy obligado a escribir como reportes quincenales, y que de hecho, son técnicamente de dominio público bajo el nombre de la empresa "Crypton", que usted, no ha sido precisamente una competidora muy apacible—sostuvo la hoja con una sola mano —Se reportó abiertamente, que robó la autoría de una conocida canción de los gemelos, "Neko mimi switch" y que la usó como propia, pese a que los Kagamine habían escrito y compuesto esa canción en su ardua labor personal de dieciséis horas— la audiencia se quedó callada, pese a ser una polémica que se conoció —Se sabe también que usted colocó sedantes en las bebidas de ambos gemelos durante los periodos cercanos a una competencia de canto de televisión abierta, para así aprovechar su ausencia durante el espectáculo, y quedar en el centro del escenario, de esto nada salió a la luz— reveló en medio de una conmoción por parte de la mayoría —Y en una nota un tanto menos reciente, usted también utilizó sobornos con los directivos de la empresa, para convencerles de que usted era la mejor opción para llenar el concierto de 2010, dejando a los gemelos con menos de una cuarta parte de las canciones que tenían preparadas, y luego, otorgando un sustancial porcentaje de sus ganancias personales, como el nombrado soborno— acabó de decirlo.

—¡Ya basta!— se desesperó la peli verde, pero sin que asombrara más que lo escuchado —Se supone que eso era privado, era un secreto que usted defendería con su carrera— le reclamó, con lágrimas saliendo de sus ojos.

—No, no me interesan unos cuantos billetes, en este caso solo deseo la verdad— respondió Salta acercándose mordazmente a la joven —Y la verdad es que usted no ha sido una amiga verdadera para los Kagamine, de tal manera que no podría relatar con certeza acerca de los cambios que ellos han tenido a lo largo de los últimos seis años, y mucho menos, de lo que podría ser adecuado para ellos, o no— finalizó su testimonio —No más preguntas, su señoría—

—Señorita Hatsune, puede tomar asiento— le indicó el Juez, tomando en cuenta las preguntas que había respondido como una acción algo hostil por parte de Salta.

—Rin, Len, lo siento mucho… en ese entonces no valoraba su amistad… y me dejaba llevar mucho por la fama…— Admitió entre lágrimas mientras bajaba de estrado, pasando por el lado más alejado de ellos posible.

Para los Kagamine la cosa se ponía algo rara, pues desconocían la razón por la cual el Maestro se había comportado tan hostil con Miku, siendo que ella rea la consentida por él, su preferida que siempre debía de estar en lo cierto o ser la inocente, por lo mismo por lo cual habían tenido que ocultar todas aquellas cosas del público en general. Eso quería decir que, o una de dos, estaría planeando salvarlos a los dos inclusive si aquello le costaba destrozar la reputación del resto de los miembros de la banda, o simplemente iba a hacer estragos con la reputación de todos, sin excepción.

La siguiente persona, llamada de nuevo por el abogado, fue Lily, quien supuestamente, tenía grabaciones acerca de las relaciones privadas de los gemelos. Fue presentada como evidencia, una tarjeta de memoria, que supuestamente, contenía dichas grabaciones. Las cintas fueron revisadas por primera vez durante la corte, revelando nada más que un vídeo de dieciocho minutos de Len y Rin, recostados en la cama de su cuarto, besándose de manera casi ininterrumpida mientras ponían algo de música que callaba sus voces. Pero aquello no contenía ninguna clase de material explicito en donde ellos tuvieran relaciones sexuales, además de que la grabación había sido obtenida cuando los dos tenían dieciocho años de edad.

Aparentemente, existirían más grabaciones en donde ellos dos deberían de estar fornicando incestuosamente, pero aquello, según las propias palabras de la rubia, se había perdido con el tiempo, aunque admitía también que no estaba segura de que fueran precisamente contenidos más pornográficos que los presentes. Para cuando el Maestro pasó a interrogar a Lily, terminó convenciendo, mediante sus preguntas rebuscadas y ligeramente engañosas, que aquello había sido una confusión, con un probable filme pornográfico que ella hubiera visto antes, y que por tanto, la evidencia más sólida para demostrar que ellos habían tenido relaciones sexuales siendo menores de edad, quedaba completamente circunstancial, hasta que se presentasen más pruebas contundentes.

No obstante, la causa de por la cual el abogado había utilizado aquella prueba, estando seguro de que la declaración de Lily, acerca de haberlos grabado durante acciones sexuales, no se encontraba en aquel vídeo, pues su estrategia se dirigía hacia comprobar que en las relaciones se presentaba cierta violencia o dominación por parte de alguno de los dos, en ese caso, se podría deducir quien estaba con la necesidad emocional más grande, y quien se aprovechaba de aquella necesidad con fin de satisfacción sexual. Peo el vídeo que se mostraba, solo enseñaba una sana convivencia amorosa entre un par de adolecentes. Si no fueran hermanos.

El siguiente en ser llamado, habría sido Piko, pero debido a la naturaleza de la situación, y a la clase de información que sería necesaria obtener de él, sería demasiado explícita para él. Se acudió a un psicólogo infantil para que lo interrogara en privado, lejos de cualquier clase de tensión posible por la presencia de tantos adultos.

Se le cuestionó claramente acerca de lo que había visto hacer a los gemelos Kagamine hacer en un momento en el cual los descubrió por casualidad. Resultaba, que el baño del Maestro era mucho más grande y lujoso que el del resto de los habitantes, y Piko, cuya ducha estaba rota, y por tanto no se había podido usar, había decidido que podía usar la de el representante. Pero muy para su infortunio, mientras terminaba de usar la regadera, la puerta se abrió, dejando ver a un par de Len y Rin sumamente presurosos, quitándose la ropa. Decidió quedarse oculto detrás de las cortinas de baño, algo nervioso por el caso en el cual fuera visto desnudo por ambos, pero muy para su sorpresa, ambos estaban muy ocupados besándose para poder siquiera notar la humedad en las paredes y el techo.

No fue mucho lo que el pequeño albino pudo observar, pero de lo que pudo escuchar, al parecer le dejó con cierto trauma acerca de la realización del sexo, y de lo que este significaba. Durante la mayor parte, se refirió a lo que Len y Rin habían hecho como "Hacer el amor" a falta de un término que se adaptara a lo que él mismo había percibido de aquel momento íntimo de los gemelos. No se pudo extraer mucha información de lo que decía, pues su tutor legar estaba por cancelar el interrogatorio, basándose en que aquello representaba corrupción de menores, pero al menos, se pudo tener una descripción de lo que él había visto, y había dicho con poca claridad que "Ellos dos no dejaban de abrazarse y besarse" admitiendo esto algo disgustado "Y Rin se sentó en las piernas de Len" fue lo último que dijo mientras que parecía pensativo, quizá reconsiderando su opinión acerca de eso.

Toda la conversación fue realizada a través de un comunicador que conectaba con la corte, y se concluyó, gracias al Maestro, que aquello solo demostraba la pasiva relación física que los Kagamine llevaban, pues inclusive a Piko le parecía algo ligeramente tierno, por la manera en la que se había expresado al final, contrario a lo que se habría pensado antes.

Finalmente, quien parecía ser el último testigo por parte del abogado atacante que conformara su lista de cantantes de Vocaloid, era Kiyoteru. Supuestamente, Yuki había sido interrogada por ciertos policías durante el arribo de estos a la casa, todo a causa de la insistencia de Kiyoteru en que ellos dos habían cometido ciertos crímenes contra la moral y que la pequeña había sido la más afectada. Se dejó en secreto lo que dijo, para así, poder detectar correctamente lo que podría ser verdad o mentira, y el abogado planeaba que el cantante pudiera revelar alguna verdad de la cual hubiera sido testigo y que pudiera demostrar la inestabilidad mental de cualquiera de los gemelos.

—Señor Hiyama— comenzó a decir de manera un tanto amable, sin necesidad de comenzar a hostigarlo —Usted se describe a sí mismo como una víctima de las faltas a la moral de los gemelos Kagamine, ¿No es así?—

—Afirmativo— respondió él con claridad, volteando a ver a Len y a Rin bastante molestos por lo que iban a comenzar a escuchar —No solo yo, sino también la pequeña Yuki, la cual ha tenido que enterarse acerca de la verdad del significado del incesto, todo por culpa del descuido de esos dos—

—¿Y usted se preocupa por la educación y la inocencia de la jovencita Kaai?— preguntó atentamente, sabiendo que Kiyoteru era sumamente razonable con su punto de vista.

—Claro que si, ella perdió a sus padres hace un largo tiempo, yo he sido el único que se ha podido hacer cargo de ella— se enorgulleció de aquello —Y si debo de decirlo, Len y Rin, con su comportamiento, no son una influencia que debería de ser permitida cerca de un niño ¿Cómo planean ellos mismo tener un hijo, si han cometido tantos errores como para terminar aquí?— les acusó de manera asertiva mientras los señalaba.

—Señor Hiyama, aténgase a responder las preguntas— le advirtió el Juez con una mirada represiva, a lo que él se disculpó con una ligera reverencia.

—Responda esto— comenzó a decir el abogado al Hiyama —¿Usted observó en algún momento a los Kagamine realizando actos incestuosos, o alguna clase de actividades que pudiesen insinuar esto?—

—Nunca vi de manera directa nada de esto— se apresuró a decir, —Esto era, debido a que nunca se dejaban ver, siempre se la pasaban juntos, y alejados del resto de las personas, o simplemente, eran confidentes sólo entre ellos dos, es decir, que eran socialmente retraídos, y personalmente, opino que eran raros en toda la expresión de la palabra— su opinión parecía ser seca y contundente.

—¿Podría describirlos como inadaptados sociales?— Kiyoteru asintió —Usted, aparte de haber llegado a realizar una carrera de cantante, ¿También se especializa en alguna otra cosa con la cual pudiera garantizar su opinión como relevante?— se apresuró a decir antes de que Salta diera el grito y objetara.

—Claro que sí, tengo estudios en pedagogía para la enseñanza integral de escolares— indicó con algo de orgullo.

—Y por tanto, desde un punto de vista profesional, ¿Podría usted relatar acerca de los malfuncionamientos que ha observado en la educación de los Kagamine?— se aseguró el abogado de que se remarcara la palabra que avalaba aquel testimonio.

—Claro que si— se enorgulleció el sujeto de que su opinión fuera requerida —Personalmente, he observado, y diagnosticado, según mis estudios, incapacidad de interacción social, y aislamiento de el resto de la sociedad, y de sus seres queridos, lo he podido observar por la manera en la cual pasaban todo el tiempo en sus habitaciones, y por el hecho de que durante las celebraciones, siempre se mantenían hablando el uno con el otro, como una sola persona, personalmente, pienso que se puede considerar la falta de afecto paternal que han tenido los dos— comenzó a explicar como si de verdad fuera un profesional —Y es bastante más que obvio, que Len oculta una homosexualidad latente, provocado por el rechazo de su padre al momento de una situación travesti, y expresada inconscientemente en la forma en la cual participa en múltiples canciones con Gakupo y con Kaito vestido como una mujer—

Len se asombró bastante con aquello, al igual que su hermana, sin que ninguno de los dos tuviera alguna idea de cómo él se había enterado de aquel hecho, pero se hacían una pequeña idea, basándose en la manera en la que habían dado a conocer aquello a sus amigos más cercanos de la casa, a Miku, y a Luka, en realidad, y solo por Rin, más que por Len, y ellas dos parecieron entenderlo.

—¡Vaya! Esas parecen ser todos diagnósticos acertados con respecto a los diagnósticos de los profesionales llamados por la corte por parte del estado, pero en este caso, dichos por alguien quien ha mantenido una cercanía prudente con ellos dos, ¿No es así?— preguntó capciosamente a la corte — ¿Tiene algo más que agregar, para darnos un panorama más extenso, de la difícil situación por la cual tuvo que pasar Yuki?—

—Yuki tuvo algunas dificultades— dijo con sinceridad —Ellos dos eran más que afectivos, y esa cantidad de afección demostraba bastante lo que después se convertiría en incesto, si no es que el incesto existió desde el inicio— se silenció un poco, intentando no soltar cualquier palabra altisonante —Los hermanos no deberían de hacer esa clase de cosas, salir de la norma común, y aventurarse a ser tan unidos, personalmente, puedo creer que de verdad esto se permita hoy en día, en una civilización como esta— terminó de relatar.

—Muchas gracias por su testimonio— agradeció como si nada, volteando a ver a Salta, esperando a que se levantara para su monto de interrogación, llevando consigo un folder de color rojo en la mano, nada bueno, según él podía entender.

—Señor Hiyama— llegó rápidamente a colocarse frente a él, sonriendo de sobre manera, para después abrir el folder de manera estrepitosa, quedándose leyendo durante un instante —¿Usted opina que fue algo incorrecto de mi parte el permitir que los gemelos Kagamine compartieran la cama durante los últimos seis años, inclusive, si desde antes, por su situación hogareña, ya habían compartido su dormitorio de por vida?— le preguntó metiéndose finalmente en la importancia del juicio.

—Absolutamente, usted pudo haber apelado de esa manera ante los directivos, pero expresó más de una vez, que lo hacía para no ceder más espacio de su propia casa— le reprochó.

—Estaba en mi pleno y total derecho de hacer eso— replicó rápidamente el Maestro —¿Estos consideraría, que la relación de los Kagamine es incorrecta, al punto de la ilegalidad?— preguntó como si no fuera ese ya el tema tratado.

—¡Pero claro que sí!— exclamó en tono de superioridad —No puede decir que ellos dos son ciudadanos respetables o ejemplares, cuando cometen semejante irresponsabilidad, como permitir que ella quede embarazada, en especial cuando usted sabe que ellos dos tenían relaciones desde antes de ser mayores de edad, lo cual concluye en que en este juicio, ellos deberían de ser condenados por eso, y a usted por permitirlo— le sentenció como si él fuera quien tuviera aquella autoridad.

—Y dígame ¿Bajo qué cargos, exactamente se les debería de juzgar, y que acciones determinarían estos cargos?— le preguntó comenzando a dejar su amabilidad.

—Bajo el cargo de violación incestuosa, violación equiparada, y toqueteo lascivo, eso es lo que debería ir para ellos, y para usted, corrupción de menores, encubrimiento, y faltas a la moral, por permitirles vivir de esa manera por años—

—¿Y de todo esto lo que usted acusa, sería independientemente del hecho de que ellos hicieron todo aquello con perfecto consenso de lo que hacían?— sonrió un poco al decir aquello, pero únicamente pretendiendo.

—El incesto continúa existiendo a pesar de que las personas lo permita, y personalmente, encontraría ofensivo el hecho de que a ninguno de ustedes tres se les condenara por sus crímenes—

—Pero señor Hiyama, el juicio no está hecho para encontrar pruebas de cualquier posible acto amoroso que pudiera calificarse como incesto, estamos aquí para determinar, si ellos podrían ser culpables de cualquiera de las cosas que usted ha dicho, y por tanto, enfrentar sus cargos correspondientes— se giró a la corte al decir todo aquello —Usted no ha aportado ninguna prueba que señale criminalidad a los gemelos, sino más bien meras suposiciones que lastimarían sus derechos como ciudadanos menores de edad, de entre los cuales, les permiten relacionarse con quien quieran, al nivel que quieran, y ser tan confidentes o sociables como lo deseen— dio aquella breve explicación que suponía detener las difamaciones de Kiyoteru.

—Eso puede ser cierto, pero existen también ciertas reglas que los menores deben de seguir, y al igual que como no se le puede permitir a un niño abusar sexualmente de otro, sólo por el hecho de que ellos dos tengan la misma edad, no se puede ignorar el crimen del incesto— Aquello solamente terminó provocando que Salta sonriera de manera socarrona.

—Acusar simplemente por acusar— se retiró un poco de la cercanía del estrado —Me parece curioso que se pueda presumir de que en este país se tengan sistemas avanzados de justicia, pero gente como usted desea regresar a la cacería de brujas del pasado, en donde el puño de hierro controlaba a la población, y las sentencias se dictaban por voluntad— intentó no desviarse del tema —Por suerte, este es el momento de analizar los hechos a mejor manera posible, y no salirnos de control con respecto a las tonterías de alguien con sus antecedentes— abrió entonces el folder que tenía en sus manos —Usted ha usado el término "Personalmente"— dijo haciendo comillas en la pronunciación de esas palabras —Pero que tanto podemos confiar en su persona—

—¿De qué estás hablando?— preguntó con algo de nerviosismo —El juicio no trata de mí, el juicio trata de lo que usted dijo, de decidir si esos dos son culpables de incesto o no, y nada que diga sobre mí, podrá hacer ignorar el hecho de que ellos dos tuvieron relaciones siendo menores— se exasperó.

—Decidir si lo que ellos han cometido, es un crimen o no, por su mera índole incestuosa, sería demasiado simple, debemos de decidir si lo que hicieron en sus años previos a la adultez, va o no contra la ley establecida— sostuvo el folder en sus manos mientras lo hojeaba un poco —Lo que me interesa ahora, es poder encontrar el porqué usted piensa que su opinión es tan válida, cuando, por si mismo, usted debería de ser condenado en una corte sensata— miró al juez con cierta duda de que fuera a detener aquel discurso, pero él parecía algo entretenido con el hilo argumentativo que seguía, pues le parecía que sería más apropiado contar con testimonios de personas limpias en lugar de alguna clase de degenerado.

—No tiene nada contra mi— fue toda la réplica del Hiyama.

—Dígame, usted fue profesor en una academia de educación escolar de alto nivel, hace aproximadamente siete años, si es que la información es correcta, ¿Cierto?— vio como Kiyoteru asentía —Entonces, ¿Es cierto también que fue expulsado por acusaciones por parte de los padres de familia en su contra, bajo los cargos de acoso a los alumnos?— aquello dejó a todos en la corte en silencio, ya ni siquiera los reporteros que se dedicaban a tomar nota en momentos inoportunos podían seguir hablando con tal de captar lo poco que se decía.

—Las acusaciones fueron retiradas— volvió a contestar de manera resumida el castaño.

—Pero se le "Invitó" a dimitir, ¿o no?— pronunció con obviedad de sus palabras —Entonces, remontémonos a un hecho más reciente, en donde a usted se le detuvo en un motel de Indonesia, por la posesión de lo que sería ropa interior femenina de menores de edad, procedentes de un investigado mercado negro de prostitución infantil, sin mencionar un muy abundante álbum de fotografías de infantes en paños menores y en bañadores, y un vestido negro, perteneciente a la joven Kaai Yuki, usado en su primer recital público— cada vez parecía cavar más y más profundo.

—No hubo ninguna clase de prueba por aquello— se defendió casi en grito, mientras que los propios vocaloids comenzaba a asquearse.

—No, no hubo ninguna prueba recabada, a causa de una singular desaparición, de la cual se culpó al mismo cuerpo policiaco indonesio, el cual se había sometido a distintos exámenes de confianza, fallando en su mayoría, por lo cual, queda resuelto el porqué se percibió una sospecha de soborno al mismo departamento de justicia que vigilaba su caso, al tiempo en el cual usted era liberado y puesto a disposición de las impotentes autoridades de este país— señaló de nuevo el folder, abriéndolo y demostrando un acta policiaca en donde se trataba el caso con suma seriedad, para después colocarlo sobre la mesa en la cual estaba el juez —El departamento de justicia Indonesio tuvo que cerrar el caso, lo quisiera o no, dejando sin pruebas al departamento encargado de crímenes de abuso infantil y similares, lo deja en disposición de libertad bajo palabra tras el pago de una elevada fianza, y el caso queda olvidado por tres años y medio— finalizó su discurso en lo que el juez admiraba las pruebas que le eran otorgadas.

—¿Dónde obtuvo esto?— interrogó el juez a Salta una vez que le pudo hablar en privado.

—Investigué un poco hace años, y encontré esto en uno de mis viajes fuera del país, mientras intentaba resolver lo que creía, había sido un robo por parte del maniaco de gafas— se refirió a Kiyoteru, quien ahora se removía nervioso en su asiento, mirando a todos los ojos que comenzaban a odiarlo —Lo abandoné por la misma causa de la falta de pruebas, pero si tomamos la oportunidad y usted expide una orden de cateó, podríamos encontrar algo— tras decir esto, ordenó que dejase de hablar, para después cerrar el folder y sostenerlo en su mano izquierda.

—Señor Hiyama— le llamó al cantante —Queda usted detenido por orden de la corte hasta nuevo aviso— dijo mientras provocaba que los oficiales llegaran para someterlo —Se abrirá de nuevo la investigación de su caso, en este caso, sin posibilidad de una fianza hasta que se deslinde cualquier posible prueba encontrada por los oficiales en su departamento— dictaminó mientras que los oficiales forcejeaban con él.

—Esto no es justo, no pueden hacer esto en un juicio que ni siquiera es el mío— se fue quejando todo el camino hasta las afueras de la corte.

—La ley aquí no es torpe, lenta, y unilateral, mas para actuar a favor de la justicia— y tras decir esto, ordenó un receso para la corte.


—Me sorprende bastante que se haya atrevido a hostigar de esa manera a Miku— dijo Len algo consternado, una vez que habían regresado a sus asientos tras un rápido almuerzo de al menos diez minutos.

—A mi me sorprende que Kiyo hubiera sido un pedófilo todo este tiempo— opinó Rin brevemente —¿Si usted sabía acerca de lo que hizo, por qué no lo denunció antes?— le cuestionó al Maestro.

—Créanme que lo hubiera hecho antes, si es que algún juez se atreviera a escuchar mis palabras antes de llamar a seguridad— dijo pesadamente —Cuando supo que iba a llamar a Kiyoteru como testigo, suponiendo de antemano que hablaría pestes de ustedes, supe que era una buena oportunidad— explicó.

—Quizá le haga falta algo de amabilidad, y quizá dejar su arma en casa en lugar de llevarla a todas partes— trató Len de justificarle aún siendo ya injustificable.

—¿Y quedar a merced de todos esos fascistas ultranacionalistas?— concluyó mientras que el juez reanudaba la sesión.

Pronto, tras esa reanudación, solamente quedó que el resto de los testigos profesionales llamados por el abogado, hicieran acto de presencia para dar nuevos puntos de vista, llegando a una unánime conclusión en la cual declaraban a Rin como la que había cometido el abuso, y a Len por haberlo permitido, se le condenaría de igual manera por ser cómplice.

Parecía que ya estaba a punto de finalizar la parte acusadora, sin hacer más que demostrar que no había aún indicios de alguna clase de crimen cometido, o algo que indicara que ellos dos tenían condición demencial que les hubiera llevado a realizar su incesto.

Pero ninguna clase de suposición, o de situación que se debiera de interpretar forzosamente de manera circunstancial, estaría completa sin antes un par de personas más.

—Llamo a mis testigos sorpresa— relució el abogado del estado, viendo como Salta abría los ojos en horror instantáneo, pero aún oculto bajo la poca seriedad de la que se hacía acreedor —El señor y la señora Kagamine— y después de decir esto, ordenó que abrieran las puertas, para dejar entrar a Kara y a Tobi Kagamine, ambos vestidos de manera formal y mirando a los alrededores, buscando a sus hijos, encontrándolos a ambos con caras de sorpresa, de las cuales solo quedaba deducir un ligero desagrado e inclusive odio hacia ellos, hacia sus progenitores.

—Objeción, su señoría— se levantó el Maestro en un intento de detener aquello —Está haciendo un llamado a testigos inservibles, haciéndonos perder el tiempo a todos—insistió.

—Son los padres de los acusados— se defendió el abogado —¿Qué otra persona podría dar un relato certero de los comportamientos fuera de lo normal, o de las actitudes obviamente incorrectas que los gemelos tuvieron en sus infancias?—

—No ha lugar— Le silenció el juez al Maestro, para después indicarle a los padres de los Kagamine que tomaran asiento en la mesa contraria a la de los gemelos, quienes no dejaban de ocultarse en el ancho del cuerpo de su representante para evitar encarar a sus progenitores.

—El primero en pasar, será el señor Kagamine— indicó con la mano al hombre rubio quien vestía un traje gris con corbata que hacía juego con sus ojos. Se notaba que se había cortado el cabello un poco, y había abandonado su barba, perdiendo cierto toque de reconocimiento para los hermanos, pero ganando una mirada que les recordaba a los tiempos previos de su abandono.

—Muy buenos días— saludó a todos para después dar el juramento bajo palabra y proceder a escuchar las preguntas del abogado.

—Señor Kagamine— comenzó a decir el abogado una vez se hubo asegurado de que todo estuviera preparado —Mucho se ha dicho acerca de la imposibilidad de este juicio, ya sea para que sirva a favor de la acusación, pues supuestamente, no existe delito que condenar en una relación incestuosa consensuada, y por otra parte, porque se ha dicho que es imposible que se declare inocente a un par de personas quienes ya han admitido de manera pública el hecho de un embarazo endogámico— se silenció un poco, esperando calar lo más posible en la decencia del padre de los gemelos —Usted fue su tutor legal hasta los cinco años, y luego, desde los diez hasta los catorce, ¿Qué palabras usaría para descubrirlos como hijos, desde su punto de vista?—

—Unidos, bastante unidos— respondió él con simpleza —Era algo como tener a un solo hijo con dos cuerpos, pues siempre hacían lo mismo, los debíamos de llevar a los mismos lugares, comprarles las mismas cosas, y siempre podíamos contar con que se quedarían juntos en todo lugar— aseguraba con cierto tono de aparente gusto en sus palabras.

—Usted, su padre, puede asegurar la intensidad de su unificación, ¿Puede relatar acerca de los comportamientos extrovertidos que ellos dos tenían durante sus momentos de cercanía, una vez que hubieron llegado a la pubertad?— preguntó como esperando a que aquella pregunta tuviera un sentido diferente para el Kagamine que para el resto de los escuchas de la sala.

—Nunca me pareció que ellos dos hicieran nada que los hermanos deberían de hacer, no al menos los hermanos gemelos— respondió con calma, mirando con algo de atención a sus hijos, quienes ahora fruncían el seño ante cualquier posible respuesta negativa que pudiera arruinar el modo en el que se iba a desarrollar el juicio, pues era obvio que el Maestro no tenía nada preparado para ese caso —Recuerdo que ellos jamás hicieron nada que fuera mínimamente incestuoso, inclusive, por mucho tiempo, les daba un poco de asco todo lo relacionado con el romance, ya fuera entre ellos, o con cualquier otra persona—

—Entonces… hemos de suponer, que la noticia de que ellos dos habían hecho semejantes actos como tener relaciones, fue una noticia demasiado impactante ¿O no?— volvió a intuir de manera astuta, trazando sus preguntas correctamente.

—Sí, así es, más que nada, porque mi esposa y yo pensamos que ellos dos se iban a casar con sus parejas respectivas, y no entre ellos, cuando nos dieron la noticia por teléfono— contó con una mirada poco alegre —ciertamente, nuestra primera reacción fue de inmediato asco, aunque más que nada, nos dolía que nuestros hijos nos hubieran mentido— ante aquellas palabra, los Kagamine dejaron de mirarlo de esa manera, y se percataron de que aquello podría no ser del todo cierto, pues sintieron más que nada, con el regaño que recibieron de sus padres aquel día, un rechazo instantáneo a la idea del incesto.

—Eso es perfectamente comprensible, ya que al fin y al cabo, habían desentrañado una profunda red de mentiras que llevaba años siendo entretejida por ellos dos, ningún padre debería de vivir para ver el día en el cual su propio hijo, impregne a su hija— le compadeció el abogado —Que su punto de vista, su percepción hacia ellos hubiera sido dañada tan drásticamente, es, de nuevo, perfectamente comprensible, e igualmente comprensible, es que usted no pueda otorgar su perdón de manera tan sencilla, mucho menos, cuando ellos no han demostrado nada de arrepentimiento— levantó la voz con esto último —¿Qué sentimiento le trae el hecho de ver, hoy en esta corte, a sus hijos, alegando por inocencia ante sus actos incestuosos?— preguntó arrebatando la atención de todos.

—En realidad… me siento sumamente orgulloso, de que mi hijo sea capaz de permanecer al lado de la mujer que ama, y que la defienda de esa manera, para intentar tener un matrimonio lo más normal posible— aunque aquello no fue escuchado por completo, pues desde que remarcó que sentía orgullo por aquello, la sala entera se puso en conmoción, la mitad de ellos, de manera más positiva que el resto —Es decir, podría ser peor, podría ser que mi hijo se convirtiera en un "playboy" y quizá nunca casarse, o incluso abandonar a su pareja, pero ciertamente, no podría sentirme más orgulloso de mi hijo— dijo una vez que la sala se silenció casi por completo.

Len y Rin permanecieron con la boca abierta, de manera simultánea y silenciosamente anonadados. Inclusive su padre rió internamente al verlos actuar de manera tan similar, sin siquiera necesidad de sincronizarse, o de voltear a verse el uno al otro.

—¿Orgulloso?— preguntó con cierto desentendimiento instantáneo en la forma en la cual hablaba con el señor Kagamine — ¿Orgulloso de que sus hijos hubieran confabulado a sus espaldas una relación que se podría haber considerado como criminal?— ahora usaba un tono demasiado desesperado para poder siquiera controlar las elevaciones de voz que no debían de sonar nada bien para el juez.

—Bueno, no es culpa suya, estoy seguro de que si el incesto que se hace con el consentimiento de dos personas no tuviera tan mala reputación, ellos dos nos hubieran contado al instante el hecho de que estaban enamorados y que querían estar juntos, si no es que desde antes de que siquiera hubieran estado juntos— se sintió conforme con haber dicho esas palabras, y no sintió necesario el echarse más la culpa a si mismo acerca de cómo no había sido buen padre al no haber apoyado a sus hijos, pero esperaba tener la oportunidad en la siguiente pregunta.

—Su señoría, permiso para tratar al testigo en privado— pidió el abogado al juez.

—¡Objeción!— se levantó salta al instante —Me parece que el señor Kumowara desea aclarar cierto arreglo dialogal que tiene con su testigo, por lo que no sería correcto permitirle burlarse de nosotros en nuestras narices— se apresuró a explicarse para evitar que su contrincante pudiera contradecirlo.

—Ha lugar, Señor Kumowara, usted tuvo el tiempo necesario para poder hablar en privado con su testigo, por lo cual, el que necesite hablar nuevamente con él, podría inferir en que su testimonio ha sido manipulado por usted— dijo silenciando al abogado por completo, a lo que este solamente levantó las manos en rendición.

—Está bien, no más preguntas— se sintió rendido mientras que caminaba de nuevo a su mesa, intentando buscar su archivo en su maletín.

—Abogado defensor, ¿Tiene usted alguna pregunta que hacerle al testigo?— le preguntó a Salta.

—No, su señoría, ninguna pregunta— se mostró perfectamente tranquilo, inclusive con media sonrisa del lado en el que nadie más que los gemelos pudieron notarlo, aunque ciertamente, parecía disfrutar más del periodo de estrés en su contrincante, a causa del testimonio que había vuelto en su contra.

Pero ahora las cosas se tornaban más extrañas para Len y Rin, ya que no cabía en sus capacidades de comprensión él como su padre había invertido su opinión de ambos de manera tan repentina. O bien, podría resultar no tan repentina, ya que había pasado más de un mes desde el anuncio que les dieron, pero eso no cambiaba el hecho de que recuperaban algo que creían perdido para siempre.

—Señora Kagamine— le dijo el juez —Es su turno de atestiguar, por favor, pase al estrado— le ordenó de manera amable, pero no sin antes de que el abogado atacante le detuviera del brazo, y la estuviera para decirle algunas cuantas cosas al oído, como si la estuviera hostigando, cosa que alertó a los Kagamine, en especial al padre de estos dos.

Pero ella misma supo como soltarse sin levantar sospechas, caminando libremente hasta el estrado, sentándose con comodidad, y saludándolos a todos con un simple —Buenas tardes— en especial para sus hijos, para después continuar con el juramento bajo palabra y comenzar.

—Señora Kagamine— comenzó diciendo el abogado, con un tono un tanto molesto, sosteniendo una hoja en su mano derecha — ¿Es verdad que usted y su esposo permitían que sus hijos durmieran en la misma cama pasando ya los siete años de edad, inclusive siendo esta la edad límite recomendada por los psicólogos para que dos niños de diferente género compartan la cama?— inició de manera asertiva con voz bastante ronca.

—Sí, así es…— dijo con claridad y sin retroceso alguno.

—Y no solo eso, sino que también les incitaba a bañarse juntos, completamente desnudos, ¿No es así?— volvió a preguntar de la misma manera.

—No diría que incitar, pero no me interponía en que ellos dos, ni les inventaba excusas cuando, ya teniendo unos doce años, se querían meter juntos a las aguas termales, o simplemente a tomar un baño en la bañera— explicó con lentitud, intentando no dejar ninguna duda en sus palabras —Nunca me pareció nada malo— aclaró.

—¿Nada malo? ¿Le parece que un hijo producto del incesto no es nada malo?— arremetió con algo d enojo —Hay una causa la cual ellos dos creyeron que sus acciones estaban correctas, o al menos no tan erradas, cuando comenzaron con los engaños y las mentiras de su relación, y yo pensaría justamente, que fue a causa de que alguien jamás les impidió razonar el hecho de que "Si los dos querían, estaba bien"— levantó los dedos a manera de comillas.

—Bueno, para mí, jamás hubo nada malo en que ellos dos fueran tan unidos…— permaneció en silencio por un corto periodo de tiempo, sintiendo y pensando en si lo que iba a decir a continuación, sería lo correcto —En realidad, puede que no haya nada malo con eso, con que los dos estén juntos— se atrevió a romper su silencio, ahora provocando más disimuladas charlas alrededor.

—¿Disculpe?— preguntó harto el abogado, pues aquello contradecía por completo a lo que los dos habían hablado por teléfono.

—No sonará nada correcto, pero ciertamente, no podría apoyar más la opinión de mi esposo, al estar también orgullosa de mis dos hijos, y sin mentir de ninguna forma, estoy feliz por ellos— mostró una sonrisa en dirección de sus hijos, a quienes no les quedó duda de la veracidad de sus palabras.

—¿Feliz por ellos?— preguntó el abogado llegando a un nivel en el cual no dejaba de creer lo que escuchaba — ¿Podría ser esto, un indicio de que usted aprovechó su papel como su madre para provocar que los dos quedaran atrapados en una atracción mutua de la cual no les sería imposible escapar, todo gracias a que usted, y su orgulloso esposo se propusieron a no interponerse entre ellos? ¿Fue todo el asunto intencional por su parte?— intentó hacer que su tono se notase de tal manera, que todos los presentes entendieran a lo que se refería.

—Claro que no— respondió Kara una vez que había logrado encontrar cierto enojo por culpa de esas palabras —Una madre nunca espera eso, una madre solo espera a que sus hijos hagan lo que les hace más felices, y que no fallen en el proceso— aceleró su habla la decir aquello, como si estuviera resistiendo el ansia de gritar de desesperación por aquello —No es posible educarse de cómo ser madre, sin importar de cuantos consejos, libros, y cursos se pueda intentar fiar una mujer, y honestamente, nunca sentí que yo había hecho un mal trabajo, ni cuando me divorcié de su padre, ni cuando regresé con él unos años después, y ni mucho menos cuando dejé que se fueran a los catorce años para que siguieran sus sueños , sino hasta el momento en el que Rin me dijo que se iban a casar, y que ella estaba embarazada, me sentí realmente destrozada— miró un instante a sus manos, mientras que ignoraba la manera en la que el juez, ciertamente abrumado por las confesiones subjetivas, se comenzaba a interesar un poco en lo que decía la rubia —Pero luego, me di cuenta de que lo que habían lastimado había sido mi orgullo, todo por no poder soportar que ellos hicieran algo que a mí me habían enseñado que era algo malo, y que estaba segura de haberles enseñado eso mismo, que el incesto estaba mal— volteó a ver ahora al juez —Si hay alguien quien debería de ser juzgada, debería de ser yo, pues procuré siempre por su felicidad, pero en realidad jamás me puse a pensar en que es lo que los habría hecho realmente felices, pero ahora confieso que no puedo dejar de pensar que yo fui quien se equivocó, solo porque me enseñaron que algo estaba mal, y de lo cual yo no tenía ni idea, y que de hecho, nadie más la tiene, solo ellos—

El juez levantó la mano de manera pasiva, indicándole que no había nada de qué preocuparse —Tranquilícese, señora Kagamine, al parecer, no juzgaré a nadie el día de hoy— después de esto, se levantó un poco de su asiento, pues se había acomodado de manera que le permitiera escuchar mejor —Haga las preguntas que le faltan, señor Kumowara— le indicó al abogado.

—De acuerdo— contestó el abogado volviendo a sus casillas —Usted dijo que está dispuesta a aceptar las decisiones de sus hijos, si es que estas les daban felicidad suficiente para poder vivir el resto de sus vidas, o al menos es posible interpretar sus palabras de esa manera, ¿O no?— esperó a que la madre asintiera para continuar —Quizá, si es que no hay un abuso por parte de nadie, como h insistido el abogado defensor, el incesto podría ser una decisión de cualquiera, ¿Pero no considera usted a la verdadera victima de esta situación?— señaló a Rin con la mano derecha —¿Que tanto valdría la felicidad de sus hijos? ¿Vale tanto más que la vida de un ser humano inocente quien tendrá que nacer con alguna deformidad, o con complicados problemas de salud, todo por culpa de un par de personas que decidieron que podían hacer lo que quisieran de una manera egoísta? —

—Bueno, sin duda eso algo de lo cual no podría dejar de preocuparme— recapacitó por unos instantes— pero mi nieto al menos tendrá padres que lo aman, sin importar como nazca, y creo que eso es más de lo que muchos niños tienen en el mundo— y tras decir esto, el abogado únicamente dejó de hacer más preguntas, y finalizó con las preguntas.

—Abogado defensor, es su turno de hacer las preguntas— le ordenó al Maestro.

—No tengo preguntas para la testigo— contestó él con simpleza mientras seguía sentado con tranquilidad, esperando a que el juez comenzara a deliberar de manera correcta. En aquel momento, Kara se levantó, y fue junto a su esposo, sentándose a su lado entre las gradas de la primera fila, mientras que Miku y Luka les observaban.

—Abogados, podrían venir al frente— imperó mientras se levantaba de su asiento y bajaba a la parte en la cual hablaría con ellos. Una vez que ambos se hubieron levantado y reunido con el juez en privado, dejando a todos los demás expectantes por lo que seguiría, el juez comenzó a hablar —Saben una cosa, cuando me llamaron para este juicio, lo hicieron porque se requería de una decisiones del tipo judicial, de la clase de decisiones que se toman en casos de abusos sexuales y violaciones, de esa clase de juicios me encargo yo— volteó a mirarlos a los dos con enojo —Pero este caso no demuestra nada de eso, es obvio que la falta de la ley que hubo en este caso, es solamente porque la ley indica que el incesto es ilegal en menores, aunque esto sólo especifique situaciones en las cuales hay diferencia de edad— al decir aquello, se le pudo ver al Maestro soltar un respiro de satisfacción, mientras que su contrincante llevaba su mano a la cara en forma de desesperación —Pero estoy seguro de que hay algo más de lo que se puede ver, y que ellos dos podrían ser los autores de su intento de matrimonio— explicó.

—¿Entonces? ¿Ellos dos e podrán ir como si no hubieran hecho nada?— protestó el abogado atacante.

—Me parece lo correcto, usted observó que no ha habido abusos, y podemos demostrar que todo lo que hicieron fue consensuado, en todo caso, usted podría nombrarlos inocentes con una apelación nuestra en base a la sanidad de su relación— opinó Salta, cruzando sus brazos.

—Para decidir eso, primero necesitaría que ellos dos atestiguarán acerca de ciertos hechos de los cuales, espero, ustedes sean capaces de discernir, así que ya no deseo juegos, o simples preguntas que recurran a opiniones personales, quiero hechos, y hechos reales ¿Entendido?— indicó volteando a verlos a los dos.

—Si, su señoría— respondieron los dos mientras regresaban a sus lugares sin protestar más.

—Se levanta la sesión— ordenó el juez una vez que llegó de nuevo a su asiento, dando un golpe con su mazo, dejando que los gemelos finalmente pudieran respirar con tranquilidad.

—Maestro— le habló Rin al representante, mientras que este se levantaba —¿Usted sabía de nuestros padres? — preguntó mientras volteaba a buscar a sus progenitores, esperando a que se acercaran a buscarlos, pero sin encontrarlos por ninguna parte, de entre el tumulto de personas que se levantaba a la vez.

—No, pero no me sorprendió que ellos dos hubieran llegado con el abogado Kumowara, ya que ninguno de los dos contestó mis llamadas cuando quería buscarlos antes del juicio, sino que me sorprendió que hubieran dicho cosas positivas de ustedes— se preocupó un tanto por esto, pensando en que podría ser la clase de trucos que podrían el juicio en su contra.

—Me parecería que es un truco para redimirse con nosotros, en especial por parte de papá, que sabe que ninguno de nosotros dos confía mucho en él— se quejó un tanto mientras miraba a un lado, intentando encontrar a sus progenitores saliendo de la sala.

—En todo caso, no sería algo malo, pues de todos modos, eso significa que ellos dos nos han perdonado de verdad— vio Len el lado positivo del asunto, intentando no caer en una falsa alegría.

Pero incluso si sus padres les habían abandonado, quien aún seguía en la sala, era su buena amiga Miku, quien miraba al suelo con arrepentimiento mientras Kaito le seguía de cerca. —Len, Rin— les habló a los dos —Lamento haberles maltratado de esa manera en el pasado— se disculpó con los dos mientras hacía una reverencia —Creo que solo pensaba en la manera, porque estaba demasiado sedienta de la fama que podía darme ser una ídolo, pero me di cuenta de que quizá eso no valía del todo la pena— se entristeció mientras giraba la cabeza con vergüenza.

—No importa, Miku— contestó tranquila Rin, —Yo lamento haberte arrebatado a Len de aquella forma, aunque sabes que lo hice todo porque de verdad necesitaba a mi Lenny a mi lado— dijo en tono de broma mientras que abrazaba a su gemelo.

—Admítelo, Miku, las cosas no habrían funcionado entre Len y tu— habló ahora Kaito —Nunca habrías podido lidiar con su homosexualidad latente— rio mientras que provocaba risas similares por parte de ambas mujeres, inclusive una risa socarrona por parte del Maestro.

Pero Len, en lugar de reír más, simplemente se levantó, tirando una fuerte patada a la entrepierna del peli azul, con la suficiente fuerza para tumbarlo al suelo —Oh, lo lamento, amigo mío — fue ahora él quien se rio mientras que el Maestro soltaba una carcajada.

—No te preocupes, sabemos que no había nada que proteger allí abajo— le susurró al oído el Maestro mientras lo hacía levantarse. Justamente mientras que se burlaba del cantante caído, cuando Gakupo entró en la sala con una mirada de preocupación, atrayendo la atención de todos.

—Maestro— le llamó el samurái —¿En qué terminó todo?— intentó averiguar el resumen de todo.

—El juez admitió que esto era una locura, y pidió que fuéramos más objetivos— silenció el resto de las conversaciones que aún procedían del resto de los vocaloids —Les toca a ustedes dos testificar la próxima vez— le indicó a los gemelos, quienes asintieron sin duda alguna —Y quizá a mi también, tendrán suerte si terminan echándome todo el asunto encima a mi— alentó de alguna manera a aquella posibilidad — ¿En dónde está Luka?— se interesó a saber finalmente, mientras miraba al presunto novio de la chica peli rosada.

—Su hermano llegó y la llevó a no sé donde, a una especie de estudio de grabación— admitió avergonzado al no saber a dónde se habían ido los dos —No sé que tengan planeado—

—Bueno, será algo menos porque preocuparnos hasta que nos indique lo contrario— sentenció el Maestro —Len, Rin, prepárense para mentir— les dijo seriamente a ambos, sin temor a que los demás le escucharan —Porque si algo que digan suena mal en su declaración, están, o estamos acabados—

—No se preocupe— respondió Len.

—Sabemos muy bien lo que hicimos, no tenemos nada que temer— completó Rin mientras ambos se miraban con confianza, desconociendo por completo lo que les esperaría en la siguiente sesión.


Fin del capítulo 19.


Notas finales: Muy bien, con eso llegamos al final del capítulo 19, y si, se que quedó muy descompuesto este capítulo, pero era necesario crearlo a partir de partes más cortas. También lamento las inexactitudes e irregularidades y las faltas de lógica en el sentido legal de la corte, pero esto es lo mejor que pude hacer tras diez temporadas de "La ley el orden: Unidad de Victimas Especiales".

Sé que habrá muchas preguntas, pero les puedo responder, por ejemplo, que la historia tras Kiyoteru, está basado en un fanfic de horror, la razón por la cual decidí colocarlo de estar manera dentro de mi fanfic, es porque quería ejemplificar lo que era el sentido sínico de un criminal condenado y juzgando como si él tuviera la conciencia tan limpia como para levantar su dedo en contra de alguien más.

Acerca de Miku, ya se sabía lo que pensaba, y de que si es una maldita con los Kagamine, es lo mismo de siempre, ella es la más famosa, la que recibe más atención, y por tanto, ella es la que merece lo mejor siempre, colocarla como una persona bastante ambiciosa y hasta cierto punto egoísta, me pareció algo ligeramente acertado, ella tiene que hacer algo para mantener su popularidad tan alta, además, creo haber visto unas cien parodias en donde a ella se le ponía como la más cruel de todas las vocaloids, que disfrutaba aplastar e inclusive, humillar a los vocaloids inferiores. Lo de Piko y Lily, me parece que ya lo conocían.

Es un alegría que hubiera podido terminar esto antes del día veinte de enero, pues ese día entro a clases, y escribir y publicar será mucho más difícil que antes. De por si, veces mis ánimos de seguir escribiendo en general, caen por los suelos, pero de nuevo, me surge alguna idea de continuidad, o alguna forma en la que podría ir una escena, y deseo continuar hasta llegar a terminar, y comenzar con algo más.

Además de todo eso, he estado leyendo unos cuantos libros, quizá que me ayuden a escribir más, al menos durante estas vacaciones logré terminar de leer un libro de Julio Cortázar, El Hobbit, que me encantó mucho más que la película, Los 120 días en Sodoma, que al fin encontré una versión un poco más extendida, y un libro acerca de Dios y el estado, por Bakunin, esperaba a que esto me ayudara a escribir un poco mejor, pero creo que este último libro me hizo alargar un poco más los diálogos

Creo que han sido como cuatro meses desde mi última publicación, de verdad lamento eso, pero aún así, agradezco todos los reviews, y las visitas.

Gracias a:

Rin Redfield: ¿Qué les pueden hacer a los gemelos? Tristemente, si hay varias cosas, desde separarlos a ellos dos, hasta quitarles a su hijo.

Lilliam: ¿Esperar?, quizá hasta 2015 para que nazca el bebé, sería ideal publicar el mismo día en el que el hijo nace en la historia. Y lamento que no pueda mejorar los capítulos :c

cristal12997: No te preocupes, yo tampoco tengo tiempo, pero agradezco que comentes siempre ;)

Yume No Hoshi: Depende de cómo se levanta la voz, y quien la levante, aunque la verdad, creo que en Japón sería mucho más simple que en el resto del mundo no asiático, al menos aquí en México, no hay manera de cambiar nada.

Magus: Ahora un capítulo más calmado, espero que lo hayas disfrutado :D

Héroe: Siempre me llamó la atención el hecho de que ocurriera algo entre ellos dos, pero forman parte de mi infancia en la cual no pensaba en nada del incesto, lo siento :c

Vitainuka: Y muchas veces, las personas quienes son más tramposas, son las peores, como Kiyoteru en este capítulo.

En fin, creo que esos son todos los agradecimientos.

Creo que ya me quedé atrás en casi todo lo relacionado con vocaloid, ciertamente, espero hasta el fin del año para ver solamente el RinLenmanía en NicoNico, para saber lo mejor que hubo en el año para los Kagamine, pero fuera de eso, ciertamente no hay casi nada que sepa de vocaloid, entre ello, acerca de los vocaloids de la generación tres y las nuevas canciones, no se, casi no me llaman la atención.

En fin, eso es todo, me despido,

BYE_.—


P.D.: ¿Es mi imaginación, o el fandom se siente un poco más… "Seco"? Al menos la sección de Len y Rin en español, que es la única que me importa.

P.D.2.: ¿Neko Mimi Switch es de los Kagamine, verdad? Yo siempre pensé que lo era, puse eso en el fanfic, porque había varias personas quienes decían que era original de Miku.