Detalles previos a la lectura:

Del capítulo 27.

Cómo podrán haber leído en el capítulo anterior, tuve que adelantar un poco los sucesos del fanfic para hacer que las fechas de la publicación y del nacimiento del bebé coincidieran. Así pues, para todas aquellas personas quienes quedaron deseosas de saber acerca de lo ocurrido después de la boda de los Kagamine, este capítulo es para ustedes, para todos los demás, que desean saber lo que ocurrió en la boda, los one—shots de parejas variadas están en camino, junto con la continuación de "Compromiso"


Capítulo 27

Vocaloid no me pertenece.


La boda había pasado hacía un par de días ya, desde hacía días que el mundo entero habían hablado de la mejor de las celebraciones incestuosas del mundo, y la única por celebrarse en mucho tiempo más. Pese a no haber sido un gran detonante mundial en pro a los derechos de los deseosos de incesto consensuado, el asunto fue todo un cataclismo para los vocaloids.

Len y Rin seguían en el éxtasis de la dulce boda que habían celebrado, recostados uno junto al otro, con las piernas juntas y alternadas una sobre la otra, durmiendo sobre el sofá después de que el día entero, Rin se la hubiera pasado acomodando los regalos de los invitados y decorado parte de la habitación que suponía, sería para el esperado nacimiento del bebé.

Cerca de ellos, los demás vocaloids habían decidido dejarlos un rato solos, absteniéndose de intervenir de manera directa con lo que tuvieran que hacer. Principalmente, porque debido al embarazo, y a l consumo constante de medicamentos, habían dudado demasiado acerca de tomar vacaciones para una luna de miel, y había sido tanto el retraso de esto, que finalmente no habían hecho nada, pero Len tenía la idea de darle un viaje a algún lugar tranquilo y relajante a su hermana y esposa.

Las únicas personas que estaban cerca de ellos, eran los tres hermanos, el sacerdote, el médico, y el representante, sentados en la mesa de la cocina que tenía continuidad directa con la sala, quienes habían estado toda la mañana discutiendo de lo que les depararían los meses venideros mientras compartían una botella de ron, o al menos todos menos el sacerdote.

—La empresa está feliz con la explotación de la boda, salió en todas las noticias, y ganamos una millonada con las exclusivas, sin tener que molestar a los gemelos con paparazis— comentó Salta mientras que se sentaba con tranquilidad y estiraba los brazos —Sin duda veré un asenso en mi posición, o cuando menos, una oportunidad de embolsar la mayor parte del dinero que se generó— presumió mientras que trataba de mascar un poco más de tabaco, resultando este en el mismo destino que el resto de los trozos antes mascados, el bote de basura, en donde llevaba acumulados todos sus intentos fallidos por adoptar gusto por dicho producto.

—Ha sido un gran negocio, y debo de admitir que fue una boda buena, definitivamente deberemos de agradecer a Miki por todo el esfuerzo que se tomó en el asunto— dijo alegremente el médico mientras que se giraba a ver a su hermano el sacerdote —Me imagino que tú también has podido hacer un gran negocio con todo esto— golpeó el hombro del sacerdote un poco —O como quiera que le digan a lo que hacen las iglesias para seguir dilapidando el dinero de las personas— criticó débilmente mientras que Salta se burlaba con una risa sarcástica.

—Quieras saberlo o no, la iglesia consigue su dinero por donaciones, donaciones de personas quienes desean seguir una fe de manera propia y sin que se les haya obligado— intentó esforzarse en dejar de lado dicho estigma tan postergado durante siglos, pero se dio por vencido al recordar la manera de pensar de su hermano —De cualquier forma, quizá no ha habido una gran mejora para la forma de ver a la iglesia en este país, no ha habido ningún aumento en la cantidad de feligreses ni seguidores en ningún grupo religioso, pero he visto suficientes entrevistas y programas acerca del tema como para entender que al parecer el incesto ha tenido una mejor en su manera de ser visto— se alegró de decir eso último, a sabiendas de que a sus hermanos quizá no les alegraría tanto.

—Entiendo, que este apoyo se presenta siempre que la relación sea del tipo consensuada— agregó Salta a lo que su hermano había dicho, quizá con la mera intención de molestarlo —Pero lo entiendo, tal parece que fue realmente algo polémico, pero mientras que las acciones a favor superen las de oposición, no deberemos de preocuparnos— se sentó cómodamente aclarando lo que pensaba de aquel tema relacionado con la polémica del incesto.

—Así que eso es todo, esta ha sido la gran función que logramos sacar a flote, y si debo de decirlo, ha salido mejor de lo que pensé— opinó Mikhail mientras que buscaba más interés en el tema en el fondo de su vaso de ron.

—Suena como si no fuese suficiente para ti, o como si de alguna manera pensaras que ha sido una pequeñez— señaló su hermano el clérigo, comprendiendo la voz como una forma de burla conformista que buscaba menospreciar el asunto de la boda, y consecuentemente, el esfuerzo de Len y Rin por hacer que todo funcionara.

—Déjalo, de seguro él sólo está interesado en saber si es que su receta sale bien del horno o le estalla todo en la cara— hizo aquel sutil señalamiento el Maestro mientras que señalaba a Rin con un dedo mientras apoyaba el puño sobre la mesa —Lo que pase en el proceso, no le es de gran interés— sirvió un poco de ron en una de las botellas que habían estado sin usar, con el objetivo de borrar el sabor a tabaco crudo de su boca.

—Puede que me interese más en lo que se relaciona al resultado entero del experimento, en lugar de a los procesos— siempre había pensado de esa manera, siendo la clase de personas quienes no podían disfrutar el viaje, sino más bien el destino y su pronta llegada —Pero a lo que me refiero es a que… pese a que hayamos hecho todo esto, a que la hayamos armado realmente grande en este caso, ganado un montón de dinero y llamado la atención millones de personas, el mundo sigue siendo el mismo, habrá crisis económicas que acaben con cientos de miles de familias, carnicerías y masacres en medio oriente, guerras civiles en Europa del este… no sé si me explique, pero no ha sido la gran cosa— intentó dejar de objetar mientras volvía a agotar su bebida.

—Si intentas denigrar el evento solamente porque no ha traído la paz mundial, entonces te darás cuenta de que casi nada de lo que puedas hacer hará un verdadero cambio en la vida de la población mundial— defendió el asunto con un tono claro de haberse ofendido con lo dicho, pero de cualquier manera, seguiría en un estado de ánimo lo más neutral posible.

—Me parece que si quisieras que todo eso cambiara, podrías simplemente mover tu culo obeso e ir a solucionar cada problema por ti mismo, pero probablemente eres demasiado egoísta para eso— ahora fue quien Salta quien argumentó contra él, enfureciéndose un poco ese tipo de actitudes de gente pesimista que no puede hacer más que criticar por la mera razón de criticar.

—De acuerdo, quizá no me expliqué bien— finalmente intervino el médico —Lo que quiero decir es que, incluso con la cobertura mundial que le dimos al asunto, y al cambio en todo el asunto del incesto y su percepción ante el público… realmente todo lo que hemos hecho no importaría si el bebé no nace de manera segura— cuidó ahora de decir aquello de manera baja, sin molestar a Len y Rin, quienes parecían haber quedado dormidos mientras que ellos tres hablaban.

—Tienes razón… todo esto podría quedar derrumbado si es que el bebé no nace de manera… correcta— miró a los hermanos Kagamine, quienes se movían un poco más, incomodados quizá por mantenerse en esa posición todo el tiempo —Pero creo que hemos cambiado algo, al menos para un par de personas, hicimos posible algo que, en cualquier otro escenario, hubiera sido completamente imposible, darle la posibilidad de que tengan una buena familia, y una unión verdadera— sintió un poco de orgullo elevándose con la pronunciación de esas palabras, al poder confirmar que había hecho su trabajo de manera correcta.

—Si claro, somos los mejores ángeles guardianes del mundo, me vas a hacer llorar de alegría— respondió de manera sarcástica el Maestro mientras que se apoyaba con los codos en la mesa y entrelazaba sus dedos y colocaba sus manos frente a su cara —Lo importante ahora, es planificar lo que ocurrirá en los siguientes meses— volteó a ver a los dos de manera atenta —Con la boda ya hecha, y con las pruebas presentadas a favor de la unión de los gemelos, que se supone, ayudarán a entender a los legisladores que el incesto no es siempre dañino, creo que se acerca la hora de planificar su futuro, y con eso me refiero, a su futuro lejos de aquí— indicó ahora con menor sutileza mientras se apoyaba en el respaldo.

—No te preocupes, tengo mis planes para dentro de unos meses, solamente tengo que esperar a ver los resultados del embarazo— intervino rápidamente Mikhai, oponiéndose a su retirada pronta —Como entenderás, es parte de mi deber como médico saber la salud de mis pacientes antes de poder irme a otro campo de estudio— explicó de manera delicada, sin darse cuenta de lo que podría simplemente suponerse de sus palabras.

—Igualmente, creo que esperaré hasta que su bebé nazca, no podría irme y dejarlos solos, y recibir las noticias más tarde de manera remota— contestó ahora Thel, sintiéndose más seguro que su hermano el médico —Después de todo, Yuto tiene ya algunos cuantos planes posteriores, entre ellos, cabe la posibilidad de que salgamos como misioneros en dirección a medio oriente, más que nada, porque planeamos peregrinar a las ciudades santas más representativas en la vida de Jesucristo— se explicó amablemente, mientras veía a Salta inclinarse en su silla.

—De acuerdo, entonces está completamente decidido, yo me quedaré aquí, planearé algunos cuantos conciertos, y pasado el nacimiento del bebé, espero que se logre la popularidad necesaria para iniciar un proyecto de Vocaloid en fase tres— bajó mucho más la voz, casi sin importarle si era escuchado o no.

—¡¿Una fase tres?!— exclamó Mikhail con emoción mientras que abría los ojos de par en par, para después girarse y ver a Len y Rin mientras que su hermano mayor lo silenciaba.

—Entonces seguirás explotando jóvenes, como siempre, pensé que toda la experiencia con Len y Rin y los demás te había hecho renunciar a esto, dar un paso atrás en el proceso— Thel expresó cierto punto de vista negativo, más que nada, en base a los propios comentarios de su hermano.

—Por supuesto que jamás dije que me retiraré— aclaró el representante —Yo siempre he dicho que la única razón por la cual uno debe de dar un paso atrás, es para tomar impulso y llegar más lejos— sintió su voz llenarse de inspiración.

—Al parecer estamos viendo a un nuevo Salta— no pudo evitar en médico burlarse un poco de la forma en la que había hablado, pro alegrándose sumamente de que se fuese a continuar algo como el proyecto Vocaloid —Entonces me imagino que ahora todo será mucho más grande, espectacular, con más talentos musicales— comenzó a explorar las posibilidades de manera mental, todo lo que aquello podría traer.

—Más personas a tu cuidado… no has demostrado que eso sea muy buena idea— gritó su cabeza de un lado a otro mientras que miraba a su hermano con un poco de desaprobación.

—Obviamente eso no le importa a los principales productores, les importa que su producto esté entregado— se burló Salta un tanto por la continuidad del concepto que le había funcionado desde hace mucho tiempo —Claro que, tendrá que pasar mucho tiempo antes de lograr la aprobación proyecto, pero estaré preparado para eso en cualquier momento— volvió a burlarse tan solo por haber visto la expresión de horror de su hermano, siempre tan calmo y agradable.

—Bien, entonces me parece que por ahora no hay nada más que discutir— trató de concluir el tema el médico , acomodándose en su asiento mientras que se servía un poco más de ron, intentando alcoholizarse un poco.

Sus otros dos hermanos se ocuparon en sus propios asuntos, mientras que veían a Len y Rin lentamente levantarse del sofá tras haber estado dormidos por un par de horas ya desde el inicio de la tarde. Los dos se tomaron de la mano y subieron al cuarto con velocidad, sin siquiera despedirse de los tres hermanos quienes se quedaron sentados en las sillas alrededor de la mesa. Los Kagamine tendrían su pequeña noche de vuelta a la luna de miel.

De todos los invitados, la mayoría se habían retirado satisfechos, sintiéndose altruistas al haber asistido a la boda de un par de personas que se podía decir, representaban un amor puro. Por supuesto, el ambiente de romanticismo logro contagiar a la mayoría de los compañeros de la casa.

De manera similar, Mikhail y Thel habían adoptado perfiles más bajos por los días siguientes, Thel teniendo que regresar a conversar con Yuto de ciertos detalles de la administración de la iglesia que había dejado, y de una buena vez, planeando la celebración eclesiástica de la natividad de Cristo. Mientras que Mikhail se iba a tomar unas vacaciones de todo el asunto en lo que se recibía el veredicto final acerca del asunto de la legalización de la boda de Len y Rin.


—Entonces… recapitulemos— dijo Meiko mientras estaba sentada en el sofá de la planta baja de la casa, habiendo pasado ya algunas semanas desde la boda. Frente a ella, en el sofá doble, se encontraba sentada Miku al lado de Kaito, ocupando un mismo espacio del sofá mientras que al lado de ellos estaba incómodamente sentado Gakupo, quien se negaba a dejar su lugar pese al acaramelamiento de los otros dos debido a que creía su derecho de antigüedad el poseer ese asiento. A su lado, en el sofá triple, estaba sentada Gumi junto a Lily a la par, sin mayor contacto que el que el reducido espacio les obligaba, y al lado de ellas dos, estaban Miki y Piko, quienes solamente tomaban sus manos mientras sus dedos se entrelazaban de manera poco notable.

—Creo que Mikuo y Luki terminaron realmente juntos, si es que entiendes a qué me refiero— dijo Gumi de manera pícara mientras se giraba a ver a Miku, quien seguía sentada en las piernas del peli azul —Me parece, si lo que me contaron es verdad, que buscarían la forma de volver a estar juntos, con todo lo que eso implicaría— volvió a dar un pequeño giño mientras decía todo aquello.

—Me parece… me parece perfecto, no tengo absolutamente nada en contra de las uniones del mismo sexo, y es todo lo que diré— se apresuró a contestar la peli verde, indignada por el hecho de que todos esperaran una reacción intolerante de su parte.

—Sí, de hecho, a Miku no le importa que su hermano sea un sodomita, ni que se crea una linda mariposa— se burló el peli azul mientras que tomaba a su prometida de la cintura, riéndose altamente, a lo cual la peli verde no pudo hacer más que soltar un fuerte codazo en el área de su estómago, acabando con sus risas de una manera repentina.

—Continua con esas estúpidas bromas, y verás lo buen esposa que puedo llegar a ser— sujetó un mechón de cabello azul entre sus dedos y lo jaló con fuerza, con su voz más amenazante posible.

—Y ustedes dos, pequeños tortolitos— Meiko se refirió a aquella pareja mientras entrecerraba sus ojos —¿Cuándo van a hacer valer el compromiso que se hicieron?— miró como aún se tomaban de las manos con los anillos de plata en sus dedos correspondientes.

—Eh… no hemos planeado ninguna fecha todavía— contestó Kaito con nerviosismo mientras que movía incómodamente sus piernas y chocaba sus talones.

—Nos casaremos el próximo año, en el mismo día de mi cumpleaños— adelantó Miku a anunciar sin poder dejar que su novio elevara la voz para defender su opinión respecto a la planeación de la boda.

—Me alegro mucho, y espero que me consideren a mi como su planeadora de bodas— elevó ahora la voz la joven Miki —Recuerden que trabajo con un presupuesto razonable, pero soy sumamente efectiva en cuanto a lograr perfeccionar las fantasías de boda de la infancia— continuó anunciándose mientras se inclinaba en dirección a los dos, moviendo su mano de manera circular.

—¿Len y Rin te pagaron algo?— preguntó Piko curioso mientras que hacía que ella se girara para verlo.

—Piko, este asunto es mi pasión, siempre que no tenga que pagar nada, y que pueda disfrazar las facturas para mis gastos personales, todo estará bien— le susurró al oído mientras se molestaba por tener que hablar de esas cuestiones en medio de sus amigos.

—Creo que preferiría simplemente llamar a una verdadera profesional, señorita Miki— indicó Miku un tanto despreciativa ante el ofrecimiento de su amiga, enfatizando claramente sus palabras, con respecto a la veracidad y a la profesionalidad.

—Si bueno, es entendible…— la peli rosada trató de no sonar por completo ofendida ante aquellas palabras —Pero espero que cuando menos pidan a un verdadero profesional al momento de tratar de solucionar el problema de la esterilidad de Kaito—pronunció lo más rápidamente para después cubrir disimuladamente su boca, a lo que los demás solamente respondían con una cara boquiabierta ante la manera la ruin forma de responder aquello.

—Bueno… y hablando de matrimonio igualitario…— salió Meiko de la zona de incomodidad a la que se había metido la situación —Gumi… falta que tú nos cuentes acerca de lo que pasó entre tú y Lily en la cocina de la recepción— le llamó de manera pícara mientras que entrecerraba los ojos, dando a entender que sabía algo que probablemente, a la peliverde le daría pena contar.

—¡¿Lily y yo?!— soltó el grito de sorpresa mientras daba un pequeño brinco en su propio lugar.

—Por favor, Gumi, todos sabemos lo que ocurrió algo ardiente entre ustedes, el Maestro nos dio bastantes pistas acerca de eso— Miku argumetó mientras que levantaba las manos para evitar que la peli verde siguiera pretendiendo locura —Bueno, en su defensa, sólo nos dijo que no fuéramos "Homofóbicos con ustedes"— levantó los dedos para hacer las comillas, no creo que fuera imprudente de su parte.

—Digamos... que lo que pasa en la carpa de postres, se queda en la carpa de postres— dijo Lily con cierta presunción, estirando los brazos y alcanzando con uno de ellos el cuello de su novia, y la jalaba hacia si misma, dándole medio abrazo mientras que ella solamente reaccionaba cubriendo toda su cara sonrojada con completa pena por si misma.

—Al parecer todos terminamos con pareja... que lindo— expresó Miki mientras juntaba sus manos y las apoyaba en su mejilla.

—Excepto... Kiyoteru... le dieron veinticinco años sin posibilidad de libertad condicional— recordó Piko mientras levantaba la mano, como pidiendo el turno para hablar.

—Es un criminal, él no cuenta, además de que su contrato con Vocaloid fue cancelado al finalizar el juicio— recordó Miki, intentando probar de nuevo su punto —Y antes de que digas algo más, creo que Yuki y Ryuuto son ahora mejores amigos que antes, a solo un paso de ser pareja, así que ellos también cuentan— elevó ahora ella su dedo, como para silenciar al peli blanco.

—Iba a recordarte la existencia de VY1 y VY2, o por sus nombres de pila, Mizki y Yuma— habló de manera lenta, tratando de comportarse más educadamente que su novia —No creo que ellos dos tengan pareja, a menos de que quedaran entre ellos dos, lo que ambos sabemos que sería ilógico— expresó con claro don de superioridad deductiva sin imaginar lo que ocultaban los dos primos.

—Oh... ¿No lo sabes?— preguntó intrigada Miku con un poco de seriedad en su mirada.

—El Maestro dijo que Yuma y Mizki ahora son pareja— dijo Kaito con el mismo tono discreto y serio, como si estuviera revelando uno de los grandes secretos del universo.

—Comenzó a soltar el rumor hace unos días... parecía que quería burlarse de Yuma y Mizki a sus espaldas, aunque no sé si ellos sepan que nosotros sabemos— Informó ahora Gakupo compartiendo el mismo tono sombrío de sus amigos.

—Sabemos que es cierto porque los empezamos...— Dijo Miki, tratando de hablar de una manera un poco más leve, incluyendo a todos al inicio de su corto discurso —bueno, yo empecé a fijarme más en lo que hacían en como se comportaban, y estoy un noventa y cinco porciento segura de que son pareja— aseguró como si hubiera una clase de cálculo relacionado con el asunto —creo que Mizki se enamoró al cuidar a Yuma de manera tan atenta... ya sabes, desde lo del secuestro— admitió que aquella era solo una teoría, pero algo sumamente factible, en especial desde que el peli rosado no podía ni siquiera caminar y tenía que ser llevado en silla de ruedas a casi cualquier lugar.

—Bien... creo que al menos no es tan malo... al menos así tendrán que llegar a entender la situación de Len y Rin— pensó Piko en voz alta mientras que salía des desconcierto de enterarse de tal ironía.

—A mi me parece que es simple hipocresía— opinó tajantemente Gakupo —Se la pasaron odiando el incesto por completo todo el tiempo, y al final tenían que darle una probada para que les gustara— dijo de manera menos agresiva, pero manteniendo la irritación.

—Eso no es una hipocresía— defendió Mieko a la pareja ausente —Hipocresía, hubiera sido incitar a Rin a que hiciera un aborto y luego haber brindado en honor al bebé durante la boda— fue ahora la castaña la que levantó la voz —Tal y como hizo Luka—

—¡Eso lo hiciste tu!—contestó Gakupo indignado por la difamación de su novia peli rosada.

—No es por ofenderle, Gakupo, pero mientras que casi todos han logrado perdonar a Len y Rin, ella hizo su pequeño "dramita" en la boda— habló Kaito con el obvio deseo de ofender a Luka —Honestamente, me sorprende que sea tan infantil, en lugar de simplemente aprender a ser una persona civilizada y convivir— declaró con una madurez tal que sorprendía a todos los presentes.

—Ustedes no la entienden... ni siquiera su hermano lo hace, solo pocas personas la podemos entender—´replico nuevamente sin dejar de sentirse ofendido por lo que decían a de ella a sus espaldas.

—Quizá no necesites entenderla... ella es la clase de personas que necesitan estar un poco más solas que el resto— le dijo Meiko mientras le dedicaba una mirada sincera. Gakupo pareció conectarse con él durante unos instantes, justamente antes de girar la mirada y voltear a ver a otro lado.

—Tal parece que al fina, todo esto se hizo posible gracias a la forma en la que nos obligaron a estar juntos— opinó Miki, atrayendo de nuevo la atención del grupo —Creo que... por raro que suene, esto fue a causa del Maestro— se sorprendió al alcanzar esa conclusión lógica.

—Quizá este fue su plan todo el tiempo... quizá fue su idea que todos termináramos en parejas— llegó Piko a lo absurdo con su contribución a la construcción lógica de Miki.

—O tal vez sea sólo un tacaño, degenerado y sociópata esa es mi teoría— compartió ahora Lily con un tono definitivo, dándole un punto de cierre a la conversación.

Por parte de Len y Rin, los dos comenzaron a llevar más pesadamente la verdadera parte trabajosa del embarazo. Pese a que tenían ya todo preparado para la llegada del bebé, refiriéndose a lo que se requería con los objetos físicos que lo rodearían a su nacimiento, pero realmente les faltaba acondicionarse.

De tal manera que durante los siguientes meses, estuvieron atendiendo a terapia de parejas, en donde se irían preparando física y mentalmente para la llegada del bebé. Desde ejercicios de respiración, hasta una serie de trabajos en los cuales tenían que prepararse en caso de cualquier clase de emergencia que pudiera tener un recién nacido.

Atendían a estas clases a diario y pedían consejo a cuanto especialista pudieran contactar, sabiendo que quizá no sería un nacimiento normal. Terminaban algo agotados al final del día, pero financieramente estaban bien, aquello se había convertido en una especie de trabajo, y el Maestro les había concedido el tiempo libre que necesitasen para sus necesidades.

Desafortunadamente para Len, hubo un periodo en el que a Rin no le apetecían las relaciones sexuales tanto como al inicio, aproximadamente al segundo trimestre del embarazo, pues ella describía sentirse "descompuesta" durante casi todo el día, teniendo que descansar casi todo el tiempo en el que no estaba haciendo una actividad relacionada con el bebé.

Aquel periodo fue de los más incómodos para Len, pues tenía que satisfacer constantes antojos de su hermana, y estar al tanto de ella las veinticuatro horas del día, dormir abrazándola de lado para que no aplastara su propia panza, y acompañarla en cada baño que se daba para asegurarse de que no ocurriera ningún accidente.

Así vivieron esos días de intermedio, de entre la boda y en nacimiento del bebé, pero hubo un día en el que tuvieron que visitar a sus padres. El único detalle existente en aquella visita, es que fue por las temporadas invernales, los dos tenían que viajar bien abrigados, y por supuesto, con todas las medicinas necesarias. para esas fechas, la pancita de Rin había crecido bastante, pese a que el resto de su cuerpo se miraba todavía algo esbelto.

Llegaron para el día veintitrés de diciembre a las puertas de su antigua casa.

—No puedo olvidar pensar en lo que hicimos la última vez que estuvimos aquí— dijo Rin con un tono tranquilo, tomando a su hermano de la mano mientras a su alrededor, por efecto de la nevada de la noche anterior, todo estaba cubierto de nieve blanca.

—¿Te refieres a...? —Intentó deducir Len mientras se giraba a verla, tras haber tocado el timbre —Ah... ¿Te refieres a concebir al bebé?— preguntó con una sonrisa bastante burlona.

—Si... fue una noche algo loca...— dijo Len con un sonrojo mientras se movía incómodamente en su mismo lugar —Fue culpa de papá y mamá por haberse ido— comentó con una voz algo amarga, tan solo para escuchar el sonido de la puerta abriéndose.

—¡Hijos míos!— gritó el padre de los gemelos, Tobi Kagamine, provocando que las caras de estos dos pasaran de estar enrojecidas a estar completamente pálidas.

—¡Papá!—gritaron los dos al unísono, viendo como este abría los brazos, los dos se abalanzaron a abrazarlo juntos. se había dejado crecer bastante la barba, y usaba su abrigo de piel, con una bufanda azul con blanco y negro.

—Tal y como cuando eran pequeños, hablando como si fueran uno solo— comentó alegremente Tobi, al notar la manera tan perfecta en la que sus voces se habían sincronizado y por la forma en la que se habían coordinado automáticamente para dar el abrazo como lo hacían de chicos.

—Gracias por recordarnos eso— dijo Rin con sinceridad, pero a la vez sonando sarcástica, como sintiendo que su padre decía esas cosas a propósito para recordarles que eran hermanos.

—Oh, lo lamento mucho, Rin— se disculpó su padre —Ahora debería de tratarlos no solamente como adultos, sino también como la pareja de casados que son— dijo su padre adivinando la molestia de su hija.

—Padre, frente a tus ojos y los de nuestra madre, nosotros seguimos siendo tus hijos, eso nada lo podrá cambiar— habló Len con responsabilidad, empujando a su hermana para que entrara por la puerta —Solamente que ahora Yo soy tu hijo y tu yerno y Rin sigue siendo tu hija y mas ahora es también tu nuera— explicó con la elocuencia característica de si mismo, casi como si hubiera planeado decir eso desde hace mucho tiempo atrás.

—Si, claro que eso lo mejor todo, hijo mío— Contestó Tobi de manera un poco sarcástica, cerrando la puerta tras de si mismo. El espacio era algo apretado dentro de la casa, como siempre lo había sido. Directamente frente a la puerta estaban las escaleras que subían a los cuartos, del lado izquierdo una pequeña sala con una mesa en medio y una salida a un jardín reducido, en donde Len y Rin solían jugar, y del lado derecho la sala en donde había un juego de sofás alrededor de una televisión de la decada pasada, comprada cuando Len y Rin eran adolecentes.

—Todo sigue como antes— comentó Rin al olfatear el dulce aroma navideño de los viejos adornos que, por tradición familiar, solían conservar cada año para volver a colocar el siguiente.

—Incluso la misma televisión— comentó ahora el hijo— Creo que las pantallas LED no cuestan demasiado como para que no se ajusten una con lo que ganan— señaló a la televisión apagada, sin siquiera darse cuenta de que su madre estaba cómodamente sentada en el sillón que daba directamente a la entrada a la sala.

—Tu madre y yo casi no la vemos, y hablando de ella— agregó su padre mientras que pasaba junto a ambos —Quizá sería más amable que la saludaran antes de criticar nuestras decisiones adquisitivas— se acercó entonces a su esposa Kara, quien estaba leyendo desde el inicio de la tarde.

—¡Mamá!— gritaron los dos con la misma sincronía de antes mientras se acercaban a grandes pasos hacia ella, apenas permitiéndole que se levantase antes de que fuera abrazada por ambos.

Pero fue entonces cuando Rin, al hacer un poco más de presión con su panza.

—Disculpa— dijo Rin mientras se separaba a la par de Len —Se siente raro moverse con el bebé dentro— rió un poco mientras que su madre se acercaba a Tobi, tomándolo de la mano y besándolo rápidamente en la mejilla.

—Lo entiendo muy bien, hija— dijo ella mientras que miraba rápidamente hacia abajo, observando el embarazo tan progresado de su hija, y pensando en si misma a la vez.

—Bueno... me alegra que todos los cuatro estemos de nuevo juntos, en especial en estas fechas— comentó Len sintiendo un poco pesado el ambiente, para despues notar algo que le parecía ligeramente diferente en su madre con respecto a la boda de unos tres meses atrás —Mamá... me parece que estás... subiendo de peso— sin siquiera poner cuidado en herir sus sentimientos.

—Parece que has engordado, pero solo poquito— intentó Rin disculpar a su hermano mientras ella misma notaba el cambio en su madre.

—Creo que... es algo que nosotros ya sabemos— contestó ella sonrojándose un poco, a lo cual su esposo le tomó por la cintura.

—Espera... he visto esto antes— Len frunció el seño tras decir aquello, ahora tratando de hacer memoria de manera más apropiada —¡Espera!— gritó fuertemente —¡Estás embarazada!—

—¡No puede ser!— exclamó Rin de manera similar mientras que se percataba de que estaba en lo correcto, de que su madre estaba en estado de gestación.

—Así es... dentro de poco tendrán un par de nuevos hermanitos o hermanitas— respondió amablemente, dando a entender que serían gemelos.

—¡¿Pero cómo puedes estar tan tranquila?!— preguntó Rin elevando la voz sin siquiera premeditarlo.

—Es algo demasiado serio, y demasiado delicado para que lo tomen con tanta delicadeza— completó Len con un volumen menor, pero con un tono tan preocupante como el de su gemela.

—¡Tienes casi cuarenta años, esa clase de embarazos son tan problemáticos!— volvió a gritar Rin, terminando el regaño que estaban arrojando a sus padres.

—Ahora son ustedes quienes se sienten con el derecho de decirnos a nosotros, lo que es arriesgado y lo que no— se indignó su padre mientras que levantaba las manos, como si deseara exponer la enorme ironía que encontraba en ese instante.

—Nosotros tenemos justificación, somos jóvenes, en cambio es la segunda vez que ustedes pasan por algo como eso— Respondió Len con la pura intensión de no sonar demasiado inmaduro.

—¿Cómo se les ocurrió que sería una buena idea?¿No pensaron en lo arriesgado que sería?— siguió Rin exaltándose, quizá demasiado para su condición, pues sintió casi de manera instantánea como si su cuerpo entero se cansara.

—Sabemos todos los riesgos que hay, sabemos que este es un riesgo enorme— contestó la madre de los jóvenes elevando un poco la voz —¿Y saben una cosa? No es la primera vez que nos ocurre esto, el de ustedes, también fue un embarazo arriesgado— dijo muy para la sorpresa de ambos —Yo tenía dieciséis años cuando quedé embarazada de los dos, imagínate a ti misma, Rin, hace cuatro años, embarazada, sin dinero para tener todos los médicos al alcance de la mano... no estaba completamente desarrollada, mi cuerpo no estaba preparado para eso— pronunció entristecida al recordar como en aquellos tiempos solamente tenía a una persona la cual le apoyara.

—¿Pero... entonces porque arriesgarse de nuevo?— preguntó Rin mientras que su hermano se quedaba en silencio tras esa revelación.

—¿Y quieren que hagamos? ¿Quieren que desechemos a los bebés solamente porque hay riesgo?— preguntó de nuevo Kara, intentando darles a entender el problema a sus hijos, esperando un poco más de empatía por parte de ellos, quienes habían pasado por algo tan peligroso de primera mano.

—No... pero...— Ahora Rin se silenció por completo, dejando que su padre tomara la palabra rápidamente.

—Miren... sabemos a lo que nos atenemos, no se preocupen... pase lo que pase, esos niños, o niñas, estarán bien— aseguró Tobi mientras alzaba la mano como para defender a su mujer.

—Supongo que ahora nos entienden mejor...— Dijo Len de la nada —Ya saben, toda la presión con un embarazo que se puede complicar...— dijo Len sin querer sonar cruel, pero lógico.

—Siempre los entendimos, lo que no entendíamos, era de donde había salido el incesto— repuso el padre de los jóvenes mientras que sonreía —Eso nos costó un poco más tiempo en digerir— pero incluso con ese comentario, siguió sonriéndoles, mostrándoles que no era demasiado serio.

—¿Dijeron que son bebés?— habló Rin ahora, queriendo salir de la sombra de la conversación —¿Ya confirmaron que serán dos?— preguntó con bastante interés.

—Si, fuimos con el mismo médico que los atendió a ustedes, dijo que nos haría un descuento en el tratamiento especial con el que nos ayudaría a detectar problemas... pero estamos buscando opciones más económicas— explicó rápidamente Kara con algo de desagrado.

—Nos hubieran dicho desde antes... les habríamos ayudado a pagar cualquier cosa desde antes, tenemos mucho dinero gracias a los conciertos y otras cosas— contestó Len.

—No creo que sea apropiado que los hagamos pagar por nuestras cosas— replicó el padre de los chicos, intentando no sonar demasiado orgulloso, pues eso ya era algo que le había costado mucho antes en su vida, y no pensaba retomar.

—Ustedes y nuestros hermanitos no se tendrán que preocupar por nada relacionado con el dinero— exclamó Rin sin consideraciones a dicho orgullo.

—Está bien... pero solo los gastos del doctor...— acordó Kara mientras que le sonreía a su esposo y le daba la mano.

—Pero eso será solamente, si nos aclaran más el asunto— insistió Rin, dejando de nuevo la sonrisa de lado, y elevando la voz —¡Dijeron que son gemelos!— se exaltó ahora con alegría.

—¡Si, es asombroso!— ahora Len compartió la alegría —¡Dos pares de gemelos, no puedo esperar a ver como serán!— caminó en dirección de sus padres y puso sus brazos alrededor de sus cuellos, pidiéndoles que les contaran hasta lo último que sabían, y mejor aún, lo que esperaban.

y después de eso, comenzaron a hablar animadamente acerca de lo que esperaban para sus hermanos, o lo saludable que podría salir en realidad, siempre dando comentarios positivos.

El día de navidad llegó, y fue de hecho, celebrado como cualquier otra navidad, pese a que habían carecido de dicha celebración durante un par de años en el pasado. Y como en todas sus otras celebraciones de esa clase, no hubo regalos, pues sus padres siempre acostumbraban a darles sus regalos el día de sus cumpleaños.

La Noche Buena se reservaba a los rezos típicos realizados en espera de la Natividad de Jesucristo. Y al siguiente día, aparte de los cantos, y de ir a la iglesia, realmente no hubo más celebraciones. Esas eran las costumbres que tenían.

Para el día de sus cumpleaños, fueron a recoger a su abuela a la estación de tren, y ella confesó que sabía del embarazo de Kara desde hace mucho tiempo más que los gemelos, prácticamente, desde que los padres se lo habían contado, el mismo día en el que se habían enterado.

El verdadero día de celebración, fue el veintisiete de diciembre, el cumpleaños de los gemelos, aunque de nuevo, ese día Rin se sintió sumamente enferma, por lo que prefirió quedarse en la cama hasta tarde, con Len sentado a su lado y tomándole la mano todo el tiempo mientras algunos familiares entraban a verlos. Pero una vez que pudo levantarse, bajó junto con su hermano a la sala, en donde fueron recibidos por su pequeña familia, más un par de invitados que sus padres querían llevar para que los vieran, pues esas personas, que no eran más que un grupo de cinco personas de la localidad que conocían a los gemelos, fueron los únicos que entendieron el amor que se sentía, y no criticaron de mala manera su unión incestuosa.

Esa fue la última gran entretención que tuvieron hasta el mes de marzo, cuando nacieron sus hermanas, de manera prematura, y tuvieron que permanecer en incubadora, según el médico, más a causa de edad de la madre que por otra cosa, y a la vez, se dieron cuenta de que ellos también habían sido puesta en una. Tuvieron un par de niñas, de ojos color verde silvestre, como los de su abuela, y cabello un poco más oscuro que el de los gemelos, algo anaranjado.

Exactamente dieciocho días después de eso, nació el bebé de Len y Rin, sobrino de las pequeñas. Estos son de manera general, los detalles que habría que agregarse.

Fin del capítulo 27.


Del capítulo 28.

Este capítulo nos coloca más a la lejanía de los eventos ocurridos en el anterior. Escrito inicialmente a manera de cierre del asunto del embarazo y a manera de apertura del periodo relacionado con la crianza del hijo concebido de manera incestuosa. Dicho esto, parece que no quedará ninguna duda al momento de la lectura y de la ubicación en el tiempo de los sucesos a continuación relatados


Capítulo 28

Vocaloid no me pertenece.


Rin y Len habían estado despiertos literalmente todo el día, simplemente no habían podido cerrar los ojos frente a la contemplación de su pequeño bebé. Pero aquello no les agotaba, la falta de sueño mientras observaban al pequeño del otro lado del cristal, realmente los hacía sentir más vivos y animados que nunca antes en sus vidas, a excepción de los momentos en los que inevitablemente tenían que separarse, para que este fuera cuidado por las enfermeras y se le aplicaran sus correctas medicinas.

Disfrutaban estar juntos casi todo el tiempo, y a las enfermeras que atendían en el ala de maternidad les parecía curioso que estuvieran tan juntos, y sobretodo, que Len fuera tan atento como la misma madre , y era para muchas de ellas un placer verlo encariñado con su pequeño, sujetándolo con ambas manos y hablándole con voz melodiosa y suave.

Y cuando el pequeño estaba despierto, no hacían los dos más que limitarse a verlo, atender sus necesidades, alimentarlo con leche materna, calmarlo si de alguna manera comenzaba a llorar, y tras un par de días, la doctora Yuna les indicó que las observaciones habían terminado, y que podían llevárselo, aunque el tiempo de retraso que les tomó fue más a causa de que Rin tuviera que curarse por completo, ya que no podía pasar más de un par de minutos parada o caminando antes de sentirse sumamente agotada, además de que necesitó de un par de transfusiones de sangre.

El día en el que se fueron, Salta, de una manera un tanto silenciosa, pasó a recogerlos, sin despedirse ni dirigir palabra alguna a la doctora Yuna, y más tarde, portandose completamente frio con ellos, como un conductor de limusina cualquiera, hasta el punto en el que no pronunció más palabras de las necesarias cuando estacionó el auto en la entrada y se les adelantó a la familia en carrera a la puerta de la casa, entrando sin siquiera saludar.

Para cuando finalmente llegaron a la casa, a la gran mansión que habían compartido con el resto de las personas, lo hicieron caminando, Rin sosteniendo al bebé en sus brazos mientras que Len la seguía de manera cercana, sosteniéndola de la cintura con una mano y acariciando la cabeza del pequeño con la otra.

—¡Len! ¡Rin!— Saludó alegremente Miki, acercándose a grandes pasos a ellos, a la vez que Piko caminaba tras de ella, habiéndolos esperado durante más de tres minutos con treintaiocho segundos por sobre el tiempo estimado —Me alegra tanto que volvieran, todos los esperábamos a ustedes y al pequeñín— inmediatamente, todos los que estaban en las cercanías, es decir, en la cocina y en los pisos superiores, comenzaron a bajar, hasta el punto en el que parecía que todos esperaban el retorno de los gemelos, para finalmente poder ver al bebé tan esperado.

—¿Dónde está?— preguntó Miku corriendo de la cocina, aún con su delantal y con unos gruesos guantes de cocina —¿En donde está mi ahijado?— preguntó ella mientras que se adelantaba en frente de todos, hasta alcanzar a Rin y desear tomar al bebé en sus manos.

—Finalmente lo trajeron, pensamos que se quedarían a vivir en el hospital— expresó Kaito con un poco de verdadera sorpresa de poder ver realmente al pequeño Kagamine en los brazos de sus padres.

—Es muy pequeño— se asombró de nuevo Piko, pese a que lo había visto en el pasado, cada vez encontraba algo más que lo lograba intrigar o asombrar de aquel pequeño ser humano que dormía tranquilamente en los brazos de sus padres.

—Bueno, me alegra ver que al fin lo hayan traído— dijo Meiko en cuanto lograba acercarse al círculo, sin haber podido integrarse a la conversación con anterioridad —Es un pequeñín bastante lindo— aprovechó para alcanzarlo y acariciar su mejilla, sin siquiera permitir que Rin diera un paso para atrás o que lo cuidara, pues al instante el bebé despertó de su sueño y comenzó a llorar de manera instintiva.

—¡Mira lo que has hecho!— le gritó Miki a la castaña —¡No puedes ser tan brusca con un bebé, su piel es como de papel!— le siguió regañando mientras que intentaba ver si al pequeño no le había pasado nada malo, escuchando como gritaba y lloriqueaba mientras sus padres trataban de salir del circulo de gente formado a sus alrededores para poder arrullarlo y calmarlo, no dando tiempo de que Meiko se disculpase de una manera un tanto arrogante.

—No es tanto su culpa— Len intentó aminorar la discusión que podría surgir —De hecho, siempre que despierta se pone a llorar un poco— explicó con la mayor tranquilidad posible, pero sin poder hacer que su hijo se tranquilizara por ninguno de los métodos que antes había usado.

—No creo que se tranquilice tan fácilmente— opinó Miku acercándose al bebé por detrás del sofá.

—De seguro recordó que Meiko quería que fuera abortado cuando estaba en el vientre de Rin— Kaito dejó salir ese comentario, recibiendo al instante un puntapié en la entrepierna por parte de la castaña, quien reaccionaba ciertamente ofendida por aquel penoso recordatorio.

—Es cierto, necesita algo de energía positiva, y nadie mejor que su futura madrina para darselo— entonces Miku acercó sus manos a los brazos de Rin, pidiendo que le pasara al bebé. Rin lo miró dubitativa durante unos instantes, pero tras consultar con una mirada a Len, y aún con desconfianza durante todo el proceso, levantó a su hijo con cuidado y se lo pasó a la Hatsune mientras que esta se sentaba a su lado.

—Mucho cuidado— Le recordó Rin con un tono amenazante mientras que seguía sosteniendo al pequeño Vigo de la cabeza y del torso, aun cuando Miku ya había formado una cuna con sus brazos.

—Es más ligero de lo que parece— advirtió Miki, recodando la vez en la que ella lo había cargado.

—Tranquilos, mi madre siempre me dijo que yo sería buena criando niños— aseguró la peli verde, en una repentina acción imprevista, levantó al bebé de por debajo de sus bracitos y lo mantuvo elevado por sobre si misma, estirando un poco sus brazos mientras este seguía llorando, provocando que Rin se alertara al máximo colocando sus manos de la mejor manera posible por debajo del pequeño, pasa así evitar cualquier clase de percance o daño en caso de que se resbalara o se soltara de las manos de Miku.

—Muki, mejor regrésanos a nuestro Hijo— se apresuró Len a decir como si se tratara de una especie de secuestro, levantándose e intentando tomar a su bebé, de manera similar a como lo hacía Rin, peso Miku solamente lo movió un poco más en el aire, viendo que de pronto se empezaba a calmar.

—Tonterías, recuerden que yo seré como su segunda madre, deberían de confiar más en mi— dijo mientras que Vigo dejaba de lloriquear, adquiriendo una expresión rara, pero poco conocida por sus padres —Lo ven— alegó la peli verde, como si sus acciones se hubieran justificado para obtener la tranquilidad del pequeño, pero no alcanzó a regodearse en su triunfo, pues al instante, el bebé vomitó, una sustancia babosa y apestosa de color blanquecino, cayendo encima del cuello, pecho y delantal de la Hatsune.

—Felicidades... recibiste un bautismo con su primer vómito— anunció Piko de una manera demasiado genuina para la asqueada Miku, quien comenzando a cambiar su expresión a un completo desagrado, le fue retirado el pequeño Vigo de sus manos por su madre, quien le limpió la boquita con un paño húmedo que traía siempre listo para casos similares.

—¡Dios! ¡Pero que asco!— gritó la peli verde mientras se levantaba y avanzaba a paso rápido a la cocina, seguida de su novio, quien quería trataría de ayudarla en lo que pudiera.

—Los bebés son desagradables, que esperabas— opinó Meiko mientras se levantaba y se giraba, volviendo a encaminarse a su cuarto.

—Bien hecho...— le dijo Rin a su bebé mientras lo abrazaba, siendo recibido su cariño por una pequeña risa de este, tan característica de los recién nacidos que apenas podían expresar un poco de alegría, en este caso, de ver a los dos seres más cercanos a él, alegres.

Pese al escándalo que se armó aquella tarde, el recién nacido demostraba ser sumamente pacifico, a excepción del momento en el que tuvieron que bañarlo por primera vez ellos mismos, viendo como se asustaba al sentirse dentro del agua y comenzar a llorar, pero relajándolo después de unos segundos y limpiando su cuerpecito con jabón neutro.

Por lo demás, no recibieron las temidas noches de desvelo al cuidado del niño, ni tuvieron que escuchar casi ningún lloriqueo que les cortara el sueño. Las noches se volvieron una realidad bastante más tranquila que el horror que esperaban tener que soportar, o al menos lo tendrían que haber sido sin el bebé despertándolos cada cinco minutos, fue más bien el instinto lo que los hizo despertar.

Tan solo la primera noche desde su llegada, despertaron a los treinta minutos, los dos casi al mismo tiempo, temiendo que el bebé hubiera dejado de respirar. Habían puesto una ligera cortina blanca alrededor de la cuna, que lo protegería de posibles mosquitos o de algún otro bicho raro, y que supuestamente, también evitaría que el ruido exterior lo molestara, pero permitiría que ellos escucharan cualquier sonido que él hiciera. Retiraron rápidamente la cortina y lo vieron respirando tranquilamente, tan solo con su pañal pequeño especial para recién nacidos y con una sabana de seda sobre su piel, no querían que tuviera calor mientras durmiera, pero tampoco que se enfriara bastante. E incluso con todo ese detalle puesto sobre el asunto, seguían atemorizados de no poder predecir lo que sentía en su piel.

No pudieron volver a cerrar sus ojos hasta que se acercaba el amanecer, teniendo que calmar a su pequeño tan solo una vez, antes de tratar de dormir en una silla mecedora, Rin sentada sobre las piernas de Len, pero conversando débilmente acerca del cuarto, del bebé, y de la situación en ese cuarto.

No habían querido entrar en detalles, pero era casi seguro que tratarían de volver a tener relaciones pasado el mes desde el nacimiento, y no querrían, en ninguno de los posibles casos, molestar o siquiera dejar que su hijo los escuchara. Más bien, mencionaron con mucha aproximación, el tema de mudarse a otra casa, pero para eso, tendrían primero que dimitir de sus trabajos en el proyecto Vocaloid, lo que les podría costar casi todo lo que tenían hasta ese momento, y eventualmente, el soporte económico para su familia.

—Tengo bastante dinero invertido, no he hecho lo que los demás, que van tirándolo en cerveza, helados, y aparatos tecnológicos que no necesitan yo si pienso en nuestro futuro— mencionó Len en la mitad de la conversación, recordando el mucho esfuerzo que le había costado lograr que el Maestro invirtiera por él su dinero.

—Tendríamos que usar ese dinero como respaldo, y conseguir trabajos que nos permitieran sustentar a Vigo y a... cualquier otra cosa que ocurriera, pero para eso tendríamos que encontrar trabajos, y para eso, deberíamos de especializarnos en algo, seguir estudiando en todo caso— agregó Rin mientras trataba de sonar lo más seria posible, sin querer salirse del tema, y a la vez comportándose realista a más no poder.

—Bien... creo que será un poco difícil ahora— respondió Len restando importancia al asunto. Ya había ocurrido antes, ya se habían decidido por un campo de estudios, pero conforme el tiempo del nacimiento se acercaba, se dieron cuenta de lo complicado que sería mantener un cuidado activo para el bebé a la vez que intentaban estudiar, por lo cual, Len decidió postergar cualquier discusión posible, dejarlo en espera al momento en el que pudieran tener más estabilización, y el primer día fuera del hospital, con su insomnio, no era el mejor de los momentos para decidir.

Afortunadamente, no les costó mucho trabajo acostumbrarse al silencioso dormir de Vigo, y en un mes lograban volver a descansar cuando podían hacerlo, sin temer a que dejara de respirar sin plena advertencia. Gracias a una cierta tecnología en la base de la cuna, podía monitorearse la respiración continua del bebé, y un sistema de alarma les alertaría en caso de cualquier anomalía.

Mejor para los compañeros de cuarto, la mayoría habría reaccionado de manera muy negativa a la negación de sueño por culpa del lamento de un infante. A diferencia del resto del tiempo, cuando los menos tolerantes de los habitantes no soportarían estar cerca del bebé.


Desde el primer día completo tras haber llegado, las cosas fueron normales. Todos tuvieron que trabajar en el estudio de grabación, a excepción de Len y Rin, quienes no solo se demoraron en salir de su cuarto mucho más de lo normal, y no bajaron sino hasta que había pasado la hora del desayuno.

Simplemente se habían sentado en el sofá de la casa, recargándose mientras hablaban animadamente con Gumi y Lily, quienes no dejaban de admirarse por el pequeño. A Gumi le parecía sumamente adorable la forma en la que movía sus brazos, y Lily por su parte, pese a lo fría que había querido parecer al inicio, no pudo evitar dejar salir un pequeño chillido en forma de expresar lo adorable que le parecían los ojos azules del menor.

—Míralo, es como si se estuviera acostumbrando a mover sus bracitos... y las piernitas— dijo Gumi mientras se acercaba y comenzaba a ayudarlo a mover sus extremidades, sentada al lado izquierdo de Rin, mientras que Len estaba sentado a su lado derecho.

—Y su cabello, es tan delgado y suave— ahora expresó Lily, con una voz que suavizada de manera un tanto inconsciente, acariciándole la cabeza al bebé y pasando sus dedos por el delgado y débil cabello que tanto le había asombrado.

—Nunca pensé que vería a ninguna de ustedes dos de esta manera con un niño— opinó Rin como realmente sorprendida, hasta el punto en el que comenzaba a sentir un poco de fascinación por que su bebé tuviera ese efecto en otras chicas.

—Ustedes deberían de tener uno— propuso Len con poca intención de hacer sentir incomodidad a sus amigas, sin darse cuenta del tremendo sonrojo que les provocaría a las dos —Claro... cuando encuentren un hombre... ya sabes... porque ustedes dos no puede...— pero fue silenciado con un pisotón de su hermana.

—Bueno... claro que, tendremos que pensar en eso... aunque su hijo hace que me den ganas de tener uno propio— pronunció Gumi con algo de dificultad mientras que se intentaba de deshacer del sonrojo intenso de la cara entera.

—Podríamos adoptar— dijo ahora Lily sin detenerse por tartamudeos, pero igualmente sonrojada que su pareja, rascando un poco su nuca.

—...De hecho... me gustaría tener la experiencia completa— replicó Gumi con un susurro, haciendo entender a su novia lo que significaba esa experiencia completa. Pero antes de que le pudiera replicar, o de que se pudieran poner a discutir acerca de todo lo que esto implicaría, el pequeño Vigo comenzó a lloriquear de la nada.

—¡Oh, debe de tener hambre!— se asustó Len al instante, haciendo que su hermana lo levantara con rapidez y se lo pasara a las manos, mientras que Rin comenzaba a desabotonar su camisa y a bajarla de uno de los lados, muy para la incomodidad de sus compañeras, comenzaba a sacar uno de sus pechos, presionándolo un poco y sintiendo como su leche materna estaba a punto de salir.

El bebé comenzó a llorar mucho más fuerte, provocando que las dos compañeras se taparan los oídos, provocando también que las personas que estaban en la cocina salieran.

—¡Por Dios santo, callen a ese maldito bebé!— Gritó Luka mientras salía de la puerta de la cocina, seguida por Gakupo muy de cerca —¿No pueden bajarle el volumen?— preguntó para después ver con asco y horror como veía a Rin con la mitad de la camisa abajo.

—Ya voy, tengo que hacer que comience a mamar— comenzó a poner a su bebé frente a su pecho, y lo hizo comenzar a chupar de manera suave desde el área que se encontraba alrededor del pezón mientras se sostenía de este.

—Listo, así es como se alimenta un bebé— susurró Len a todos como para no querer molestar a su hijo. Pero Luka no parecía comprender que se requería calma en ese lugar.

—Rin... por favor...— comenzó la peli rosada con voz lenta y con ira cargada —¡Vete a hacer tus porquerías a otro lugar!— soltó el grito fuertemente, pero sin hacer que se inmutaran ni la madre ni el niño —Esta es una casa decente... no para que te andes desnudando por donde quieras y hagas... ¡eso!— comenzó a regañar con más y más fuerza.

—Claro, un lugar decente, por eso mismo Kaito se la pasaba desnudo solo con su bufanda caminando por los pasillos— expresó Len con incredulidad —Luka, no pienso iniciar contigo la discusión de porque amamantar no es algo que debería de ser censurado o prohibido, o de porque tu opinión con respecto al asunto nos importa tan solo un carajo, así que solamente, te pediré que cierres la boca, si nadie pide tu opinión— y tras decir esto, y pese a que la ofensa parecía haber ido más hacia Gakupo, por la forma en la que este había reaccionado, Luka solamente soltó un lamento de ira y se fue en la misma dirección por la que había llegado, seguida por Gakupo.

—Bien hecho, Len, parece ser que somos todo un equipo— le dijo Rin con sinceridad mientras que sonreía y recargaba su cabeza contra el hombro de su esposo, reafirmando su agarre sobre su bebé contra su pecho y siendo abrazada por la cintura por su gemelo.

Y aquella fue tan solo la primera tarde. Unos días después, ya se habían acostumbrado a darle de comer al bebé, es decir, específicamente amamantarlo solamente cuando estuvieran solos, descubrieron que así el pequeño podía comer más.

De nuevo, dormir se volvía de lo más exigente, sin contar las veces en las que tenían que salir. Le pusieron un poco de ropa normal conforme fueron pasando los días, un short de color azul rey que se ajustaba sobre el pañal sin causarle molestias y una sudadera pequeña de manga corta con un gorrito y una agradable marca de color blanco con forma de una huella de perro, debido a que Len decía que era su cachorrito. Eligieron, para los tiempos de ese verano soleado, llevar siempre una sombrilla, y eventualmente, decidieron salir, siempre cargando al bebé en sus brazos protectores.

Les agradaba pensar que muy en el fondo, esas eran sus pequeñas aventuras, las primeras de su vida, como la primera ocasión en la que lograron hacer que pisara en suelo, o cuando vio por primera vez a su padre aterrado al ser perseguido por un ganso de gran tamaño.

Esperaban a que las cosas permanecieran de esa manera, al menos por un tiempo, pues la rutina de cuidar al bebé no les había cansado ya llevando tres meses seguidos con esta, pero era un problema llevar tanto tiempo de esta manera, pues al día siguiente tendrían que comenzar a trabajar de nuevo.

Ya recostados los dos en la cama, se habían asegurado por enésima vez, de que su bebé estuviera respirando. Se abrazaron fuertemente, y por primera vez en mucho tiempo, se sintieron demasiado cansados siquiera para intentar complacer sus instintos sexuales al menor volumen posible.

—Parece raro pensar en como han cambiado las cosas— comentó Rin mientras que juntaba ambas manos en el pecho de su gemelo. Tomando un fuerte respiro mientras se cubría con una sabana ligera, sintiendo ya el calor del inicio del verano.

—Si, pero creo que ha sido para bien— opinó Len sabiendo que de hecho, su hermana no diferiría ni un poco en su misma opinión —No quiero hablar de más, sabiendo que hasta ahora no hemos visto ni una pequeña parte de lo que es ser padres— se sintió un poco mortificado, pensando en lo que seguiría, y cómo vendría siendo cuando el bebé comenzara a caminar, o a tener que comer otras cosas que no fueran simplemente leche materna. Y ese era solamente el comienzo.

El papá se removió sobre la cama, y abrazó un poco más a su esposa, tomándole de la mano.

—Todo es tan diferente, a se lunes azul en el que nos enteramos de que estaba embarazada— comentó Rin mientras respiraba hondo —Estaba tan asustada en ese instante... de verdad pensé que todo había acabado...—

—Y en lugar de eso, algo completamente diferente ha comenzado— completó Len la frase mientras que daba una rápida mirada a la cuna de su bebé, como si tratara de percibir si algo había cambiado —Créeme, que yo no puedo creer cómo tuve la valentía para haber tomado toda la responsabilidad... no puedo olvidar el miedo que tenía— siguió mencionando mientras se sentía temblar un poco, recordando la fuerte impresión que había tenido aquél día como en carne presente.

—Pero lo logramos, tenemos la familia que queríamos tanto— Rin suspiró como con cansancio al decir aquello —Ahora sólo queda hacer un buen trabajo— seguía simplemente diciendo aquello con ironía.

—Y pensar que casi todo se pudo haber terminado... si es que hubieras seguido el consejo de Meiko— Len sintió la necesidad de decirlo, sin temor a las represalias que pudiera tener esa sola frase, o la sensibilidad del tema, pero quería abordar otro punto, si es que salía con vida de ese.

—Sé que lo hizo con la mejor de todas las intenciones— dijo Rin con lentitud —Pero no lo habría hecho... así de simple— pegó un poco sus labios contra la camisa de dormir de su hermano —Sé que hay mujeres quienes lo hacen, y que para ellas no hay problema, que pueden superarlo, o simplemente no les importa... pero ahora, teniendo realmente fuera de mi, y viéndolo de verdad, puedo darme cuenta de que no hubiera sido lo mío, no al menos sabiendo que tu y yo lo concebimos con amor— y sintió entonces una inmensa alegría por haber dicho aquello de manera tan directa.

—Si, hicimos un buen trabajo ese día...— Len se gritó contra ella rápidamente y la abrazó con amor, cubriéndola con sus brazos y acariciando todo el espacio de su espalda que podía abarcar —Si crees que estuvo bien hecho de esa manera... quizá podríamos hacer otro— susurró en el oído de la rubia, dejándola por completo sonrojada.

—¿Quieres otro?— preguntó Rin con nerviosismo mientras que miraba a Len directamente a los ojos, sintiendo como el calor de su cara, pegando su pecho a él.

—Bueno... cuando dijiste eso de tener la familia que queríamos... recordé que yo siempre he querido tener tres hijos— dijo con tranquilidad y sin ninguna clase de pena, viendo que Rin se impresionaba más y más —Y una casa, de preferencia de dos pisos, en un lugar en donde haya muchos árboles— admitió con los ojos cerrados mientras que se imaginaba la hermosa visión que había tenido desde hace meses.

—Se nota que lo has planeado todo... y de alguna manera no me siento sorprendida...— entonces le dedicó una mirada completamente sincera, una mirada que demostraba una conexión como solo ellos dos podían hacerlo.

Así había terminado la primera parte de la aventura de los Kagamine, pues realmente, aquello tenía todo lo que ellos podían pedir de una aventura como las que habrían leído de niños. Una invitación que llegaba sin advertencia más que un simple papel, que los hacía ir a un territorio desconocido, a conocer gente nueva, y a hacer cosas de las cuales no tenían idea alguna, sin la promesa de que sus vidas volverían al mismo hábito de siempre, sino todo lo contrario, y que ellos dos como personas, cambiarían, crecerían, y seria todo diferente.

Todos pensaron que sería el final de la vida de los gemelos, pero al final, fue un inicio de algo nuevo y hermoso. El bebé no lloró en todo el resto de la noche, por suerte.


Fin del capítulo 28.


Del capítulo 29.

Inicialmente, este capítulo habría de ser publicado el segundo día domingo del mes de Mayo, correspondiente al diez de ese mismo mes, fecha en la que se suele celebrar el llamado día de la madre, y como complemento especial, se agregaría la segunda parte el tercer domingo de Junio, correspondiente al día 21 de ese mismo es, referente al día del padre. Pero el tiempo me apretujó un poco en las cercanías de ambas fechas, y decidí juntarlos ambos drabbles para publicarlos juntos, como día de la madre/día del padre. Disfruten.


Capítulo 29.

Vocaloid no me pertenece.


Era el día de la madre. Len y Rin, como todos los años, habían planeado simplemente mandarle un regalo prefabricado a su madre con la esperanza de que ella les mandara algo similar durante sus cumpleaños, pero debido a la superación de muchos de sus problemas intrafamiliares, y la aceptación tanto de la relación incestuosa, como del embarazo de su madre, habían prometido mayor cercanía. Y ahora, siendo mayo, y al acercarse el día de la madre, sus padres habían recibido uno de los mejores regalos posibles, que era poder recibir tener a sus hijas en brazos, fuera de la incubadora en la que habían estado tanto tiempo. por las complicaciones del embarazo.

—¡Len, apúrate!— gritó Rin mientras que estaba en la sala cargando a su bebé en brazos abrigado con una manta de color azul. Estaba vestida con un vestido de color amarillo claro, con un chaleco amarillo fuerte, y una falda blanca. comenzaba a dar pasos de un lado a otro mientras movía sus brazos, meciendo a su hijo.

—Ya casi estoy...— Dijo Len lentamente mientras salía del baño, ajustándose una corbata del mismo color que la de su hermana —Va a ser solamente una reunión familiar, no entiendo porque ir con tanta formalidad, bien podríamos ir con nuestros uniformes de vocaloid— dijo bastante molesto cuando su hermana lo estranguló un poco con la corbata, tratando de ponérsela bien.

—Porque nuestras hermanitas acaban de salir a la incubadora... es la primera vez que las vamos a ver, y quiero que todo sea perfecto— contestó mientras terminaba de atar bien la corbata, algo que le había resultado imposible hacer por si mismo a su hermano.

—De acuerdo... pero ciertamente no creo que ellas vayan a fijarse en que traemos puesto— contestó fastidiado mientras se ponía su suéter —Quiero decir, mira a Vigo, el lleva más tiempo en el mundo real y todo lo que hace es quedarse viendo a la nada hasta reírse o llorar— señaló a su hijo mientras este se quedaba viendo la luz del techo atentamente con el chupón en la boca a punto de caérsele, justo antes de ponerse a llorar.

—Deberías de saber que es su forma de descubrir el mundo— dijo ella molesta mientras se acercaba a ayudar a su bebé a tranquilizarse.

—Al menos podemos saber que piensa en algo— dijo mientras recogía el chupón y se lo ponía en la boca —Apuesto a que nuestro pequeñín será el mejor alumno de toda su clase— lo besó ligeramente en la frente y presionó su mejilla con sus dos dedos.

—De acuerdo, tenemos que irnos rápidamente, no queremos llegar demasiado tarde— dijo sarcásticamente al ver la hora que era.

Ambos salieron de la casa y se subieron a la limusina con el Maestro plan sería llevarlos a la estación del tren, desde donde podrían tomar el tren hasta la casa de sus padres. Sería un viaje largo, pero por suerte, llevaban todo preparado en el más desastroso de los casos en los que el bebé se pusiera a llorar o tuvieran que cambiar los pañales.

—Tienen suerte de que sus vacaciones continúen, de otra manera, estarían encadenados en el sótano hasta que se pusieran a cantar de nuevo y armaran todo un álbum nuevo— les dijo a los dos mientras que ambos se molestaban, pero lejos de volver a decir algo más ofensivo, se concentró en seguir conduciendo mientras que ellos solamente se concentraban en hacer el viaje cómodo para el bebé.

Después de descender del vehículo, se dirigieron a la estación del tren, y tras cambiar el pañal del bebé en el baño de la estación, los dos se dirigieron al tren, en donde pasaron las siguientes horas hasta llegar a la prefectura de donde eran natales.

Entraron a la casa de forma distinta a cuando estaban llegando en los días cercanos a la navidad, pues esta vez, a Len no se le había olvidado la llave. Notaron una enorme diferencia en la iluminación de la sala en cuanto dieron los primeros pasos, habían hecho reparaciones y mejoras en las ventanas y en los focos, añadiendo un par más. Al parecer querían todo perfecto para las gemelas, y Vigo no percibió el cambio, había quedado dormido tras haber llorado durante el inicio del viaje en tren.

—Len... Rin...— les llamó su padre con un susurro. Parecía haberse vuelto más viejo en sólo un par de meses, pues ahora casi veían en su cara una década más, apenas para los cuarenta años a los que ni siquiera llegaba en realidad. Vestía su camisa con las mangas retraídas, unos lentes, y parecía que no se había rasurado desde el invierno. —Me alegra mucho que vinieran— susurró de nuevo, acercándose a ellos y abrazándolos.

—A nosotros también nos alegra haber venido— dijo Len mientras sentía el fuerte abrazo de su padre.

—En cuanto supimos que iban a salir para el día de hoy, tuvimos que planear nuestra visita— Dijo Rin mientras levantaba a su hijo para su padre lo viera.

—Muchas gracias... de verdad apreciamos que hayan venido y que hayan traído a nuestro nieto— sonrió y dejó de hablar en susurro —Hola pequeñito— le dijo a Vigo mientras lo cargaba en sus brazos y le besaba la coronilla del cabello —Es más pesado que Len a su edad... quizá es porque nacieron los dos prematuros— reflexionó mientras que hacía que lo siguieran y entraban a la sala.

En aquel recinto la televisión había sido removida unos metros junto con los muebles, y ahora una gran cuna anaranjada se encontraba en el espacio que se había logrado despejar. Recargada sobre aquella cuna se encontraba Kara, vistiendo una blusa larga y rosada con un suéter anaranjado, viendo hacia adentro de esta y estirando sus manos, acariciando a las pequeñas que se encontraban dormidas adentro.

—Amor, mira quien vino a visitarnos— le anunció Tobi, provocando que esta se levantara y tan pronto como lograra girar, viera a su nieto adormecido en los brazos de su esposo.

—Pero si es mi pequeño Vigo— dijo con una voz chillona y alegre, prácticamente arrebatando al bebé rubio en cuanto lo tuvo a su alcance —Ha crecido machismo, ahora en un bebé grande y fuerte de casi dos meses— dijo mientras provocaba que se despertara pero de una manera un tanto más tranquila de lo que sus padres habrían temido.

—Nosotros también vinimos con el bebé...— dijo Len de manera sarcástica saliendo de por detrás de su padre, acercándose a ella sin preguntar y saludándola con un abrazo y un beso de manera simultanea.

—Queríamos ver a nuestras hermanitas... sólo para llenarnos más del clima de nacimiento ajeno— dijo alegremente mientras que intentaba tomar a su bebé, quien comenzaba a mover sus brazos y a estirarlos tras haber tenido su siesta, pero siendo alejado de nuevo por su madre.

—Está bien... si quieren pueden verlas... están dormidas— Contestó Kara mientras que tomaba la manita de Vigo y jugaba moviéndola, mientras sus dos hijos veían a sus hermanitas.

Las dos pequeñas estaban adormecidas en mantas de su tamaño que les cubrían todo menos las caritas, acostadas en posición fetal, viéndose la una a la otra, respirando con tanta ligereza que apenas era posible notarlo.

—Vaya... son muy chicas...— dijo Rin asombrada mientras que le daba el aroma a bebé, pero un tanto distinto al de su propio hijo, algo que quizá sólo ella notaría.

—Apenas salieron de la incubadora— le susurró Len al oído —Pero se ven más sanas que antes, ahora no me preocupa que respiren— sonrió mientras que acercaba su mano y acariciaba la carita de una de ellas.

—Ya pesan suficiente...— llegó Tobi por detrás de ambos mientras pasaba sus brazos y recargaba sus manos en sus hombros —Nos alegró muchísimo tenerlas en nuestras manos, pero a decir verdad, me dado un poco de miedo cargarlas— admitió suspirando.

—A mi también, pero cuando estoy seguro de que no se me va a caer, es sensacional tenerlo en mis manos— Opinó Len mientras reía de lado.

Rin permitió que su padre y su hermano se quedaran platicando frente a las gemelas mientras regresaba a la sala y veía a su madre con el bebé sentado en sus piernas mientras lo sostenía del torso.

—Lamento mucho haberme alterado tanto cuando supe la noticia— dijo Kara mientras veía al bebé a los ojos, quien parecía mirarlo con admiración, para después soltar una pequeña risa y moverse alocadamente, siendo detenido por un abrazo de su abuela.

—Ya te has disculpado por eso, y entendiste porque... ahora todo está bien— dijo Rin mientras acariciaba la cabeza de su hijo.

—Si, pero creo que era más que nada el miedo a que este pequeño naciera enfermo lo que me afectó— Habló la mayor mientras suspiraba —Por eso adoro tenerlo aquí en mis brazos, y sentirlo vivo y sano—

—Y yo me alegro bastante de que mis hermanitas hayan salido bien— comentó Rin para complementar la conversación —Si debo de decirlo... lo más hermoso de todo el embarazo, fue cuando lo sentí moverse por primera vez— dijo como al aire, recordando con alegría esos momentos de paz.

—Es lo mejor de todo...— corroboró su madre —Para mi, era que podía sentir como seguía vivas dentro de mi, aunque fue menos tiempo del que esperaba— Recordó que el embarazo duró solo siete meses.

—Si debo de admitirlo... me siento algo asustada ahora, no sé si podré ser una buena madre— ahora fue Rin la que sentía el temor que hacía un tiempo había seguido a Len.

—No puedo asegurarles que serán buenos padres— dijo Kara con una sonrisa que le molestó bastante a Rin —Pero para mi, ustedes dos fueron casi como un solo chico, hacían todo juntos, les gustaba lo mismo..— sonrió de lado, besándole la mejilla al bebé antes de entregárselo a su hija.

—Siento que eso sería más fácil... si lo hacemos de manera natural— intentó decir sin presionarse mucho, o sin tratar de buscar una respuesta clara a la cuestión de cómo ser una buena madre.

—Si su matrimonio está bien, podrán con uno o dos hijos... recuerden que es un trabajo en conjunto, y ustedes dos son compañeros en eso— vio como Rin lo mecía suavemente —Si pueden recordar sus papeles, lo que hacen por sus hijos, les irá bien— cerró los ojos mientras le daba un beso en la frente a su hija y se levantaba.

—Muy bien, es hora de comer— avisó su padre mientras hacía que todos fueran a la cocina.

—Espera, creo que las bebés están a punto de despertar— dijo Len mientras las veía moverse de manera algo lenta, pero que iba cada vez más en aumento, como si se fueran moviendo más y más, dándose cuenta de sus limitaciones.

Rin se acercó rápidamente a verlas a las dos, aún cargando a Vigo, despierto y activo, a que las viera. Entonces lograron ver como eran las dos, con poco trabajo, abrían sus ojos verdes a la par, viéndose primero la una a la otra de manera débil mientras bostezaban.

—Me gusta tanto verlas moviéndose... ahora parecen frágiles, pero no era nada en comparación de como se veían cuando nacieron— mencionó Tobi mientras que esperaba a que su esposa las recogiera.

—¿Creen que haya problema si... hacemos que los bebés se conozcan?— propuso Len mientras que giraba a ver a su hermana.

—Sería buena idea— concordó Rin mientras cargaba más a su hijo, quien se entretenía moviendo su cabello —Digo, seguramente las gemelas ya lograron conocerse bastante bien, pero me agradaría que Vigo viera a sus tías casi de su misma edad de cerca— comenzó a ver más de cerca a su hijo, quien ahora trataba de jalonear su cabello.

—De acuerdo... no creo que se lastimen— Kara se sintió cómoda con la idea mientras que su esposo dudaba un poco —Tampoco es como si fueran animales salvajes o algo así— mencionó al ver a su esposo con cierta duda.

Colocaron al bebé tuvo al lado de las dos pequeñas de cabello anaranjado, casi entre ellas dos. Las vio de medio lado y se giró, y Rin le ayudó a que se sentara un poco. Tan pronto como las vio, giró su mirada a una de ellas, a la que estaba a su lado derecho, que vestía un mameluco de color negro que la diferenciaba de su hermana. Luego, el bebé rubio se giró y vio a la otra, intentando comprender que eran aquellas cosas raras que se movían con tanta debilidad y carencia de elegancia, a diferencia de sus padres, a quienes se había acostumbrado.

Durante un instante pequeño, su cerebro logró comprender que aquello era otro ser humano, y quizá hasta entendió que aquellos eran seres humanos como él, es decir, de su edad y de su condición, recién nacidos. Pero en ningún punto lograba entender como es que uno podía estar en dos direcciones distintas a las que volteaba.

No se dejaba engañar, y con el poco cerebro que había desarrollado en aquel instante, quiso probar si es que aquella era la misma bebé que veía en ambas direcciones. Entonces, estiró los brazos, como las veces en las que intentaba tocar la cara de su padre o cuando lograba palpar las hebras del cabello de su madre, de manera tan torpe así, que terminó golpeando a las dos gemelas a la vez.

Y por supuesto, incluso con ese débil golpe, que fue tan solo una reacción, las dos comenzaron a llorar de manera instantánea, y eventualmente, esto puso a llorar a su pequeño sobrino.

—De acuerdo... quizá le hace falta un poco más de coordinación— dijo Len mientras tomaba a su hijo y trataba de tranquilizarlo.

—Si, creo que mejor dejamos que crezcan un poco antes de ponerlos juntos de nuevo— razonó Kara mientras tomaba a sus hijas y las tranquilizaba, moviéndolas de arriba hacia debajo de nuevo, tratando de recordar lo que sabía de tratar a un par de bebés a la vez, aunque hubieran pasado ya veinte años desde la última vez que lo hacía.

Aquella fue la primera interacción que tuvieron los hijo de ambas parejas, y no sería la más violenta, desgraciadamente.

El resto del día estuvo mucho mejor, y más tranquilo. Len y Rin tuvieron la oportunidad de cargar a sus hermanas, y Vigo pudo sentarse y gatear sin problemas a que alguna mujer adulta desconsiderada lo pisara.

Luego de comer, decidieron quedarse adentro de la casa, jugando y cuidando a los bebés. Antes de que terminara el día, los gemelos decidieron quedarse de nuevo a dormir en la casa, dejando a su hijo en la antigua cuna que ellos solían usar.


El día del padre fue un poco diferente en comparación.

El padre de los gemelos había sido invitado a una comida en un parque por parte de su empresa, para que todos los trabajadores convivieran y sus hijos se conocieran. Por supuesto, debido a que Tobi se la pasaba hablando de sus hijas, como la gran alegría de su vida (Y un poco de su nieto, nunca lo olvidaba), era obvio que quería ir a mostrarlas como un hermoso trofeo de la vida frente a sus compañeros, quienes tenían hijos mayores.

Len y Rin hicieron un apartado especial para ese día, pero Salta les detuvo. La causa: Un especial de un canal nacional que quería captar a las estrellas en convivencia con sus padres en ese día de celebración. Y se habían interesado especialmente por la familia Kagamine, pues la opinión general deseaba saber como se comportaba a quien llamaban "El padre más sexy de todo Japón".

—No te caería mal ese título— les explicaba el Maestro lo referente a ese nombramiento a los dos mientras los tenía sentados frente a su escritorio tras haberles negado la salida y hablado del protocolo que se aplicaría ese día —Y lo tendrás si logramos convencer a todos de que eres un padre atento y responsable— aseguró sin atender a lo que estaba diciendo y lo mucho que ofendía al rubio —A las mujeres les encantan los hombres que se llevan bien con los bebés— acabó su discurso provocando una gran ofensa ahora en Rin.

—Pues espero que esas mujeres entiendan que Len sigue teniendo una esposa que es la madre de su hijo— Contestó Rin de manera posesiva, usando una de sus manos para recargar a su hijo en sus brazos y la otra para tomar la mano de Len.

—Para que no te sientas mal, te diré que subiste en el rating de las mujeres más sensuales de Japón, todo desde que te vieron sosteniendo a tu bebé en las fotografías filtradas— agregó Salta en un intento para poder hacer sentir mejor a Rin, logrando asquearla en su lugar.

—Dejando eso de lado, no creo que sea correcto usar a Vigo en un truco publicitario, preferiríamos solamente ir con nuestros padres al día de campo— intervino Len antes de que la furia de Rin pudiera alterar la paz de su hijo.

—¿Quién es Vigo?— Preguntó extrañado Salta, sin siquiera esforzarse en recordar el nombre del bebé que tenía frente a sus ojos.

—Es el nombre de nuestro hijo— pronunció Rin mientras levantaba al bebé sosteniéndolo de por debajo de los brazos, manteniendo ella una sonrisa de exasperación en frente del Maestro.

—Si debo de ser honesto, si no puedo producir dinero de manera directa con él, no recordaré su nombre— admitió mientras que se levantaba —Ahora, prepárense para la entrevista, los maquilladores llegarán dentro de una hora, quiero que ese bebé esté lo menos apestoso posible y Rin lo más callada posible ¿Entendido?— les ordenó mientras les hacía salir y el se dedicaba a fumar un puro.

Los gemelos salieron de la oficina y bajaron por la escalera con el mismo cuidado que siempre tenían. Al llegar al final, encontraron que allí estaba Miku junto con su padre, un hombre bastante maduro de cabello verde como el de su hija. En sus vidas lo habrían visto una o dos veces los gemelos.

—¡Len, Rin!— les gritó Miku mientras que comenzaba a moverse en dirección de los gemelos, llevando a su padre de la mano hacia ellos.

—Buenos días, Miku, señor Hatsune— saludó Len a los dos mientras que les daba la mano a los dos.

—Es un agrado verlo de nuevo, lamentamos que no haya podido venir a la boda— dijo Rin colocando de lado un poco de su enojo por el rechazo de la invitación desperdiciada en él.

—Si... debía de mantener una apariencia en la empresa, ustedes entenderán, no podía simplemente apoyar el matrimonio incestuoso como si fuera algo normal— contestó de una manera presuntuosa el señor Hatsune, dueño de una de las mayores empresas de distribución de puerros del país, con cinco subsidiarias en el extranjero.

—Si... creo que no— respondió Len con molestia, recordando que la inteligencia de Miku era de hecho heredada por parte de su padre, aunque no podía a asegurar que su madre hubiera sido una genio, pero de algún lugar debió sacar Mikuo su inteligencia.

—Y veo que su hijo nació mejor de lo que Miku dijo— mencionó mientras que miraba a Vigo atentamente, llamando la atención de los gemelos la forma en la que había dicho aquello.

—Así es, y cuando llegue el momento de su bautismo, yo seré la madrina— presumió Miku mientras que ofrecía sus manos para cargar al pequeño, siendo esta vez un poco más pacifico de lo que lo había sido la última vez que lo había levantado en sus brazos —Él lo sabe, por eso permite que su madrina lo cargue...— pero detuvo la oración al sentir cierta humedad en el brazo en el que recargaba al pequeño.

—Oh rayos... olvidé ponerle los pañales extra absorbentes— exclamó Len sin una verdadera muestra en su voz de que le importara, tomando rápidamente a su hijo en brazos mientras Miku se debatía entre liberar todo su desayuno allí mismo o guardárselo para cuando estuviera en el baño.

—Vamos a cambiar a nuestro pequeño— dijo Rin dando un giño a padre e hija en lo que se distraían de nuevo y se iba a su cuarto de nuevo.

Así pues, pasaron el resto del tiempo restante hasta la entrevista con aquella televisora. Len se había encargado de limpiar a su hijo y en poco tiempo estaba sentado en el sofá de la sala, con un suéter azul y una camisa blanca que dejaba sobresalir el cuello. Rin estaba a su lado, jugando con Vigo mientras que jugaba este con un pequeño peluche en forma de animal esférico.

Frente a ellos, de manera un poco más aliterado, se encontraba Kaito, intentando llamar por teléfono a su padre para que atendiera la entrevista, pero parecía estar batallando bastante con su propia madre.

Miku estaba sentada junto a él, y el padre de esta había salido a dar los últimos arreglos a su apariencia al darse cuenta de lo próxima que era la entrevista.

—Muy bien, todos preparados— dijo el Maestro mientras entraba a la sala, caminando a pasos agigantados —Le dije a la gente del noticiero que hicieran una entrada dinámica para el inicio de su sección, así que espero que no se vean demasiado repulsivos para las cámaras—

—Maestro...— le habló Kaito en cuanto lo vio acercarse —Mi padre, parece ser que no podrá venir el día de hoy...— se escuchó el peli azul demasiado entristecido, casi como si su preocupación se debiera a un tema verdaderamente terrible.

—Kaito, no te preocupes por eso— le dijo tomándolo del hombro como con verdadera empatía —No me interesa si tu padre iba a venir o no, el noticiero solo nos dio tiempo para tres entrevistas, e iban a ser las entrevistas correspondientes a Miku, Luka y los Kagamine— señaló a Len y Rin, a Miku, y luego a un sofá vacío en donde se suponía que debería de estar Luka —¿En dónde está Luka?— preguntó alarmado, buscándola con la mirada

—Se fue, Maestro, dijo que no pensaba traer a su padre desde estados unidos para eso— pronunció con voz bastante severa —¡Por eso le di los boletos para que su padre viniera desde hace quince días!— gritó ahora enojado.

—Y a nosotros nos avisó hasta hace tan solo unas horas— le susurró Len a su hermana con enfado.

—Debido a que ella se fue, pensé que le parecería adecuado que mi padre fuera quien ocupara el lugar de el padre de Luka para la entrevista— explicó Kaito a un Salta bastante enfadado.

—Kaito, no creo que al noticiero le importe tener el testimonio del reconocido drogadicto que es tu padre— le habló con autoridad al Shion, a lo que este solamente reaccionó ofendiendose.

—¿Reconocido?— dijo Rin extrañada —¿Qué tan adicto tendrías que ser para ser "reconocido" por drogarte?— preguntó con algo de gracia, sin fijarse en que aquello continuaba acumulando la ofensa para Kaito.

—Conociendo de drogas por aquí, deberías de meterte la mitad de Colombia por la nariz cada fin de semana para pasar de ser un simple adicto a tener el nivel del padre de Kaito— respondió el Maestro sin formular demasiado lo que decía.

—¡Mi padre no es ningún drogadicto!— Rompió Kaito con ira después de unos instantes —¡Lleva años limpios!— exclamó en defensa mientras elevaba la mano.

—¿Y por qué no puede asistir a la entrevista?— dejó el Maestro de lado su molestia con Kaito para ser objetivo.

—Está en rehabilitación— contestó casi sin querer decirlo —Pero fue por alcohol, no por drogas— se apresuró a aclarar, todavía defendiendo a su padre.

—De acuerdo, ignoremos a Kaito por ahora— Dijo el Maestro dandose la vuelta —En cuanto los entrevistadores lleguen, espero que hagan un buen trabajo, yo iré a buscar a Luka con la esperanza de encontrarla— aclaró el Maestro en lo que se decidía a tomar su saco y aproximarse a la salida.

—¿Y qué hará cuando la encuentre?— preguntó Len realmente curioso por saber que sentido tendría buscarla.

—Tengo un plan en reserva para todos los casos— dijo con un poco de orgullo mientras cruzaba y salía de la casa, siendo detenido solo por una pregunta de Rin, ahora con una intención un tanto menos inofensiva.

—Entonces espero que ustedes

Los que quedaron dentro de la sala se mantuvieron hablando un rato del padre de Kaito y de cómo el Maestro lo había conocido, y salió a relucir que de hecho, él había sido uno de los clientes personales y más comunes de Salta.

Pese a la lástima que sentía por Kaito, no podían dejar de pensar en que sería mejor si es que su padre se mantenía fuera de la entrevista. Y aunque la manera en la que ellos miraban al peli azul no empeoró tras enterarse en la clase de vida que llevaba su padre antes, y después de haberlo tenido a él y a sus hermanos, no se comparaba con lo que el padre de Miku, opinaba.

En cuanto salió del tocador, el adulto de cabello verde se dirigió a su hija —Miku, amor, ¿Ya es hora de la entrevista? Detestaría que nos dejaran plantados después de que me molesté en viajar tanto hasta venir aquí— dijo de una manera un tanto prepotente que había logrado molestar a Kaito, más que nada, por la forma tan cariñosa en la que se había referido a Miku.

—Buenos días, señor— se acercó Kaito a saludarle, realizando un señalamiento extra en lo que podría indicar la elevada edad del adulto.

—Buenas tardes... joven— contestó bajando un poco el tono de su voz el señor Hatsune —hace mucho tiempo que no te veía...— dijo sin poder recordar bien cual era el nombre del conocido frente a él.

—Kaito... papá, él es Kaito, mi prometido, te lo había mencionado por teléfono cuando te mandé los boletos— contestó Miku con dificultad para superar la mala memoria de su padre.

—¿¡Quieres decir que estabas hablando en serio!?— preguntó enojándose de un instante a otro, tan pronto como le había dejado de dar la mano a Kaito.

—Claro que era en serio, papá— contestó Miku sin levantar la voz, sino más bien mostrándose preocupada de aquella reacción —Nosotros dos nos amamos— tomó la mano de su prometido mientras que para este era un gran placer que ella le dijera esas palabras a su manipulador padre.

—¡Pensé que era un simple truco publicitario!— volvió a elevar la voz el adulto mayor de cabello verde —¡No puedo creer que de verdad quieras casarte con este desperdicio de ser viviente!— llamó de la peor de las maneras al Shion.

—¡No te atrevas a decirle así a Kaito!— fue Miku la que respondió ahora con un grito.

—¡Le diré como quiera a ese engatusador!— respondió a su hija gritándole de una manera mucho más grave.

—¡No se le ocurra levantarle la voz a mi Miku!— ahora Kaito intervino, comenzando a comportarse de manera sobreprotectora con su novia.

Y Len y Rin... prefirieron quedarse quietos y silenciosos, y curiosamente, incluso su bebé, en lugar de complicar las cosas, comenzaba a ver atento a la conversación mientras chupaba sus propios dedos.

Fue justamente en ese instante, mientras la conversación entraba en un nuevo acaloramiento tras haber mencionado el nombre de Mikuo, como si se tratarse de una mecha que encendía la segunda fase de explosivos, que la puerta se abrió, dejando ver a un grupo de personas con cámaras y equipos de grabación, liderados por una reportera de apenas unos veinte años, con un elegante chaleco de color amarillo y de razgos orientales definidos, quien estaba recitando un discurso rápido acerca de la trascendencia de los vocaloids en la sociedad japonesa.

—Para este caso, nos han permitido visitar a la famosa agrupación, como parte del especial del día del padre, para que compartan con nosotros la convivencia de padres e hijos que tienen el día de hoy— decía con elegancia al micrófono, justamente cuando daba un cuarto de vuelta, sin darse cuenta de la discusión que se estaba llevando a cabo.

—¡No has hecho más que controlarme toda mi vida, ni siquiera querías dejarme cantar, fue Mikuo el que me ayudó en todo esto!— gritó Miku al momento de ser enfocada por la cámara.

—¡No metas a tu hermano, él es solamente una decepción para mi, igual que como tu lo serás si es que te casas con ese fracasado!— respondió su padre en lo que la cámara volteaba a verle a él.

—Disculpe— intervino Kaito en lo que se acercaba al equipo de filmación —¿Podemos hacer otra toma?— le preguntó preocupado en un instante en el que se silenciaban padre e hija.

—Esto es en vivo— contestó la conductora, viéndole como si fuera un gran idiota. pero ella era una persona un tanto perspicaz, y si bien, fracasaba el hecho de iniciar la entrevista, al apariencia ordenada de la familia Kagamine atrajo la atención de la presentadora.

—Disculpen, son ustedes la pareja Kagamine ¿Verdad?— preguntó meramente por cortesía.

—Si... lamentamos mucho que ahora mismo la entrevista con Miku sea imposible...— se disculpó Rin mientras veía que padre e hija seguían gritándose en cámara.

—No hay problema, esto era el mejor de los escenarios posibles, nuestra audiencia necesita algo de morbo, y nada mejor que exponer un problema familiar— se rio de manera completamente sínica.

—Eso no me parece correcto...— dijo Len sin sonar demasiado dispuesto a permitir semejante aprovechamiento de las dificultades paternales de su amiga.

—Bueno, desde que la señorita Hatsune anunció su boda, la gente ha tomado una represalia en su contra, y ahora desea verla caer— aseguró si tomar en consideración cualquier clase de protesta por parte de los gemelos —Escuchen, mi intensión es solamente obtener material interesante, planeábamos hacer unas tomas de convivencia paternal, y más adelante, un par de preguntas, pero como sus otras dos coestrellas están ocupadas, parece ser que sólo serán ustedes— les informó de una manera bastante brusca, como si no le importara la contestación.

—¿Convivencia? ¿Eso quiere decir que tenemos que hacer lo que haríamos cualquier día?— preguntó Len rascando su nuca mientras volteaba a ver a su hijo que estaba mirando a como se movían los Hatsune, llegando a la violencia física en contra de Kaito cuando este intervino.

—Obviamente, se trata de una convivencia referente a la celebración del día del padre— contestó sin mucha paciencia la conductora.

—Ese es el asunto, mi bebé no puede hacer mucho más que reírse o llorar, aparte de comer... y de sus necesidades, así que no sé lo que intentarían filmar— comenzó a incomodarse con toda esa idea.

—Pues hagan algo simbólico— contestó de manera vaga —Su representante dijo que ustedes darían un espectáculo como lo "saben hacer", y honestamente, no podría esperar más que algunas tomar "inocentes" con su bebé, que era por lo cual los queríamos, y se suponía que sus compañeras serían lo principal de la entrevista, ustedes solamente un complemento— aclaró sin mantener una actitud fría con ellos tres.

—Bueno, al parecer es lo único que le queda, a menos de que trate de hacer que esos dos se lleven bien— dijo Rin mientras señalaba a donde estaban Kaito y el padre de Miku discutiendo ferozmente mientras la chica de colas verdes se iba llorando.

—Bien, regresaré un rato tras arreglar las cosas con mi equipo, y tendré una "charla táctica" con su representante— y tras decir esto, se volteó con los camarógrafos, quienes apuntaban las cámaras a un furioso Kaito mientras veía al padre de Miku salir caminando de la sala tras dedicarle una mirada de odio.

Durante los siguientes veinte minutos, Len y Rin se encargaron de alimentar con leche materna a su hijo, leche materna que Rin había lactado con anterioridad y que habían almacenado y recalentado para el bebé, todo por el mero temor de que una cámara escondida grabara el momento del amamanto.

Al final, Len terminó sentado en su cuarto, sobre la mecedora, mientras Rin se recostaba en la cama, intentando hacer que el bebé se durmiera en sus brazos, cuando la puerta fue golpeada por el equipo de cámaras del canal.

—Es hora, ¿han hecho algo interesante?— preguntó la conductora siendo la primera en asomar la cabeza tras haber tocado.

—Si quiere, puede filmar algo con Len— dijo Rin mientras encontraba esa como la única posible resolución, pasándole el bebé a Len a sus brazos y volviendo a sentarse en la cama.

—¿Esa es su celebración del día del padre?— preguntó la conductora a Len, viendo que al parecer seguía abrazando a su hijo.

—Pues, soy su papá... estoy con él, supongo que si— respondió con poca complicación Len mientras lo sentaba en sus piernas.

—Bien, comencemos— ordenó la conductora mientras el camarógrafo entraba junto con el encargado del audio, ambos apuntando a Len mientras que su jefa comenzaba a hablar —Preparados, en 3... 2... 1...— dio la cuenta regresiva antes de que la cámara comenzase a documentar.

Len se sentó de manera seria mientras que sostenía a su hijo, sosteniendo su espalda para verlo de frente como si tratara de ver lo que pensaba, concentrándose en los ojos de azul más oscuro que el azul de sus propios ojos.

—Otros artistas dentro del medio musical celebran el día del padre de manera distinta, en este caso, el asombroso Len Kagamine, convive con tranquilidad con su hijo recién nacido, Vigo— mostró la cámara a padre e hijo, viéndose fijamente, justamente para que después de unos segundos, el menor comenzara a soltar una risa típica de los recién nacidos, sumamente aguda y continua, que contagió a su padre en cuestión de segundos.

—Lo siento... lo siento— se disculpó Len mientras que trataba de mantener la compostura. Intentó calmar a su bebé, pero tan pronto como sus miradas volvieron a cruzarse, el pequeño volvió a reír, y su padre le siguió el juego, riendo a su propio estilo agudo. —Perdón, no puedo evitarlo... su risa es contagiosa— y una tercera vez, volvió a sentarlo, como para lograr una toma profesional, pero tal parecía que su hijo veía algo gracioso en su cara, pues al igual que en las veces anteriores, comenzó a reír con fuerza, y sin importar cuanto esfuerzo puso en no deformar sus labios a una sonrisa, Len terminó por volver a reír.

—Se nota que son padre e hijo— comentó Rin rápidamente mientras veía como lo abrazaba más cariñosamente mientras reían los dos. todo aquello fue transmitido de manera directa, y pese a la calidad de la improvisación fallida, realmente logró agradar al público, en incluso las tomas de la risa del pequeño Kagamine se hicieron virales, al menos dentro del tópico de bebés risueños.

Aquella fue la primera vez que Vigo se había reído con tanta emoción y con tanta fuerza, y Len no pudo evitar sentir que le regalaba eso por el día del padre, aunque eso lo expresó más tarde solamente a Rin. Permitieron después que vieran como hacían para jugar con el bebé, primero con un par de juguetes plásticos hechos para desarrollar sus movimientos y habilidades motrices, y más tarde con un enorme peluche de perro que alcanzaba su tamaño.

Cuando terminaron de jugar, y por lo tanto, las tomas se detuvieron, Len finalmente se sentó en la orilla de la cama con su hijo entre sus brazos mientras la cámara lo captaba y comenzaba a hablar un poco. El inicio de la grabación mostrada en la televisión en ese momento, daba inicio tras que la conductora hubiera hecho la pregunta inicial, simplemente pidiéndole que describiera lo que pensaba de ser padre a esa edad.

—Mi padre era cuatro años menor que yo cuando nos tuvo a mi hermana y a mí, y desde siempre entendí que para él había sido lo peor que le podría haber pasado, el final de su vida, pues tuvo que ponerse a trabajar mientras estudiaba, romperse el lomo todo el día, todos los días para poder tener algo de dinero para nosotros— se puso algo serio mientras trataba de mantenerse serio —Por eso, cuando finalmente me di cuenta de que tendría un hijo propio, lo primero que hice fue asegurarme de tener lo económicamente planeado para cuando llegara el bebé, no tener dificultades, concentrarme en tenerlo...— sintió que comenzaba a dar demasiada información, de tal manera que no resultaba entretenido para al audiencia.

—¿Cómo ha sido la experiencia de afrontar la posibilidad de un problema por culpa del nacimiento incestuoso? Esa es una parte de la cual nos pudimos enterar en el juicio, pero de lo cual nunca nos adentramos— explicó de manera delicada la conductora.

—Sólo tratar de describir lo que era esa preocupación me sería imposible... realmente no puedo describir todos los pensamientos que me atacaban todo el tiempo por pensar en esa posibilidad— dijo comenzando a mortificarse un poco por solo ese recuerdo, bajando la mirada y viendo como su bebé se dormía —realmente, solo puedo estar divinamente agradecido porque haya nacido sano— expresó elevando de nuevo a la mirada

—Pero ahora puede garantizar que todo está bien, ¿Se siente completamente preparado para confrontar la paternidad a la par de mantener su carrera como artista musical e ídolo masculino?— la presentadora buscó buscar algo que tuviera un poco más de trascendencia en el contexto con la fama de los gemelos.

—Por supuesto, que desde un inicio tenía bastante temor de todo esto de ser padre, ¿Cómo podría no tener miedo? Realmente me mortificaba tanto no saber cómo sería ser padre, saber que no existe una guía de ningún tipo para criar a los hijos— suspiró, comenzando a animarse —Pero ahora todo lo siento bastante diferente, desde que lo tuvimos, tenerlo en mis manos y jugar con él, es algo emocionante y divertido cada día, y honestamente estoy sumamente emocionado de que crezca, de verlo desarrollarse, que comience a caminar, y enseñarle todo lo que sé y más— expresó comenzando a levantar un poco su voz, como describiendo una gran alegría —Creo que de verdad quiero ser padre— y dicho esto simplemente acarició a su hijo de la mejilla mientras Rin casi no podía contener una enorme sonrisa por ver a su hermano tan alegre con todo aquello.

—Bien, agradecemos mucho su tiempo, señor Kagamine— dijo la conductora para después pasar a describir más cosas acerca del día del padre y de los padres primerizos, saliendo de la habitación de los dos.

—Me alegra saber que al menos no te até la soga a cuello— se burló un poco Rin mientras que se sentaba a su lado y le besaba rápidamente en los labios.

—No entiendo a que te refieres— dijo Len algo ofendido por esa supuesta alegoría.

—Ya sabes, me alegra saber que te emociona ser padre, o que al menos no es una tortura— y tras decir aquello volvió a tomar a su hijo, ahora dormido, y lo colocó en la cuna, volviendo después al lado de Len.

Ese mismo día, Miku terminó largando a su padre de la casa, prácticamente empujándolo hasta la salida de la casa, y finalmente pudo hablar con Kaito para llegar al acuerdo de que estarían juntos sin importar lo que pasaran. Más tarde, Luka llegó acompañada del Maestro, pero los entrevistadores del canal se habían ido al terminar la entrevista con Len y haber grabado un poco más de la pelea de Miku con su padre. Cuando le preguntaron al Maestro que cual era su idea tras ir a buscar a Luka, reveló que planeaba hacerse pasar por su padre, de ser necesario.

El programa, tal y como se transmitió, les fue regalado en edición especial a los gemelos y a los demás vocaloids que estuvieron en la entrevista, pero sólo Len y Rin lo guardaron. Decidieron que lo mantendrían como recuerdo, del primer día del padre de Vigo.


Fin del capítulo 29.


Notas finales:

Como pueden ver, estos fueron los tres capítulos en donde se supone, se detalla un poco más de la vida de los gemelos antes y después del nacimiento del bebé, espero que nadie se confunda con la lectura y que entienda la diferencia de los tres capítulos. Verán cada uno están colocados de la manera en la que fueron escritos, aunque no finalizados. No quise extender mucho el primero, pues habrá fanfictions complementarios para cada una de las parejas, del segundo, lo escribí a manera de final del fanfic entero, aunque esto fue sin intensión, y para el tercero, era mi plan publicarlo antes, pero como vemos, no me fue posible.

En fin, si han llegado hasta esto, se darán cuenta de que ya han leído más de diecisiete mil palabras, ¡Felicidades! Se supone que quería hacer algo un poco más largo para este caso, pensé que dejaría el mismo número del conteo de capítulos real y de los que llevo escritos, pero creo que me falló el cálculo.

Si están leyendo esto, espero que lo valoren un poco. Tuve bastantes problemas para escribir esto. Primero, tuve problemas con el cargador de mi laptop, se me perdió, luego problemas con el disco duro que provocaban terrible problemas al iniciar la computadora, luego fueron problemas con el Microsoft Office, que provocó problemas con el sistema, y terminó provocando que se perdiera el Microsoft office de mi laptop, tuve que usar la versión Online de Word. Como si esto no fuera poco, luego falló la pantalla de mi laptop, y tuve que comprar otra, una HP pavilion que es la que tengo actualmente. Así que espero que valoren un poco este esfuerzo, porque dejé unas dos semanas los fanfics para seguir con los estudios, así que... ya saben, dejen review para expresar sus ideas.

Hablando de reviews, contestemos los que llegaron 9 :D una buena cantidad, pero veamos.

MontanaHatsune92: Gracias, aunque técnicamente aún no termina xD

Hikari Vits: Gracias por esperar, espero que te haya gustado este capítulo ^^

Akirarara Kaneko: Jaja, genial, me encantó tu review, muchas gracias, y espero poner más de Salta en el futuro :3

Firielvnz: Si, 4 años, haré algo especial para el aniversario, y no te preocupes, seguiré todos mis fanfics.

Hanna kagene: Nueva actualización, espero que la disfrutes :)

SongflyFANFICS: Gracias por tu review, y muchas gracias por ayudarme con los nombres ;)

Cristal12997: Tu review fue mi favorito, lo adoré, el hecho de que te hayas referido al bebé por su nombre, me hace adorarte xDD y me hace darme cuenta de que ha valido la pena escribir esta historia

Antuane: Muchas gracias, y seguirá :D

ShadoShiro: Yo también lo adoro, pero es algo dificil de escribir a un bebé, no hacen mucho jajaja

En fin, como ya saben, esta historia fue escrita con la intensión de propagar amor por el LenxRin y creo que eso si ocurrió. Aunque he dicho que la historia continuará, la verdad es que creo que lo haré en otro archivo de fanfiction. Para esta historia, es decir, este mismo archivo, quiero colocar, el día del aniversario de cuatro años, el 29 de agosto, quiero hacer una clase de epílogo, cómo sería la vida de los gemelos cuando cumplan 40 años, llevo un rato planeando eso. De mientras, hasta ese día, escribiré otras cosas.

Bueno, eso es todo, mañana es mi cumpleaños, regálenme un buen review :)

Me despido.

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BYE_.—


P.D.: Ya estoy haciendo el siguiente capítulo de "Compromiso" habrá muchos cambios, como los nombres... pero eso lo explicaré despues.

P.D.2: De verdad que mañana es mi cumpleaños, busquen más referencias de eso en la página de facebook "Rin Len doujinshis" espero regresar a esa.