Capítulo 9 Allá en el jardín
Desde hace casi medio año Lisa ha notado un patrón de comportamiento curioso en su sobrina Lupa, cada lunes, miércoles y sábado ella pasa de seis P.M a ocho P.M en la casa de los vecinos. Cuando sale la nota más alegre hasta que Lacy y Liby revientan su burbuja de felicidad.
Jamás había hecho un escándalo por eso ya que gracias a su satélite de espionaje infrarrojo puede ver que no ha tenido actividad sexual inapropiada para su edad, además de que la otra silueta infrarroja no se mueve mucho de su cama. Pero ahora que la vio se da cuenta que en su palma hay algo de sangre, es su momento de actuar, le diría a Lucy para que ella use su autoridad maternal pero ya está entrando a la adolescencia y no le gustaría arruinar su relación madre e hija. Cuando Lupe tenga trece le pedirá ayuda a Lily para que ella le de los consejos autoritarios, odiara a Lily pero no a ella.
Decide seguirla, ve que entra a la casa de su viejo vecino. Hace décadas que no piensa en él. ¿Alguno de sus hijos se habrá quedado con la casa?
Le sorprende saber que ella tiene su propia llave, quien quiera que viva con allí enserio le tiene mucha confianza. Si se trata de algún pervertido que le toma fotos para extorsionarla le pedirá a Lacy su bate de baseball y se preparara mentalmente para lastimarlo.
Espera unos minutos para entrar, ve que cerró con llave así que de su bolsillo saca un bote de rociador, lo oprime y un ácido destroza la perilla de la puerta se derrite. Entra a la casa y nota que no ha cambiado nada en lo absoluto, salvo que en las escaleras hay una silla atada a la pared, es igual a la que tienen para Lana.
Escucha la risa de Lupa arriba, decide subir para ver de qué se trata. Al llegar a la otra puerta pone su oído en la puerta y sigue escuchando a Lupa reír.
─Eso hace cosquillas señor. ─Se escucha la voz de Lupa riendo de manera extasiada.
─ ¡Lupa Loud! ─Dice Lisa entrando a la habitación.
─Hola tía Lisa. ─Saluda Lisa con un aparato de masaje en su espalda.
Lisa se confunde por eso, por sus asunciones previas y la falta de contexto juraría que la escena era algo de índole sexual. Quizá el solo haber tenido un novio guion esposo toda su vida ha hecho que no haya aprendido mucho sobre relaciones sentimentales.
Al ver que en el cuarto solo esta Lupa y una cama a su lado decide ver al mueble para ver quien está en ella. Lo que ve es de hecho una sorpresa aún mayor a la de Lupa, de hecho matemáticamente es improbable verlo de nuevo considerando las décadas que han pasado y sin embargo allí está. Aunque para su edad deba tener más de un siglo de vida.
─Enfermera, ¿Esa de allá es su madre? ─Pregunta un anciano recostado.
─No Señor Grouse, ella es mi tía Lisa. ─Responde Lupa con una sonrisa.
Lisa ve que Lupa sonríe, desde los cuatro años no la ha visto sonreir de manera tan viva. Incluso es una expresión de oreja a oreja. Toca la esquina derecha de sus lentas y un sonido de cámara suena.
─Lisa, yo conocía a una Lisa. Era una niña algo engreída y sabelotodo. ─Dice ese anciano.
Lisa frunce el ceño al escuchar cómo la llaman así.
─Pero también era una buena chica, aunque una vez gracias a ella una araña robótica destruyo mi jardín.
Ese recuerdo hace que Lisa se sonroje de la pena, nunca le pago por los gastos en reparaciones. Aun así y concentrándose en el ahora, no puede creer que su vecino siga vivo.
─Señora, su sobrina me recuerda mucho a un niño de pelo blanco. Jamás se lo dije pero lo quería cómo a un nieto, igual que a…. a…. a….
─Lupa. ─Termina la niña de pelo blanco.
Ahora que lo recuerda, de todos los miembros de su familia era Lincoln con quien más hablaba, incluso más que con su padre. No se llevaban tan bien pero podía deducir que había cierta amistad entre ambos, no sabía que era al punto de que lo considerara un nieto.
─Lupa, hablemos un segundo por favor. ─Pide Lisa indicando que salgan de la habitación.
─Claro tía.
En el pasillo y a puerta cerrada, Lisa aún ve a la habitación cómo si pudiera ver a través de la pared.
─¿Qué paso tía Lisa? ─Pregunta Lupa.
─Pues de hecho tengo demasiadas dudas sobre esta situación, las cuales enserio necesitaran exposición. Empezando por ¿Cómo conoces al Señor Grouse? ¿Por qué vienes a visitarlo? Y aunque sepa con exactitud desde cuándo, sería mejor que me lo expliques tú para no sacar conclusiones apresuradas. ─Interroga Lisa a su sobrina.
Lupa arquea una ceja, sin entender eso ultimo pero básicamente ella quiere saber su historia así que se la contara. Duda mucho que se meta en problemas solo por decirle.
─Bueno si te preguntas cómo lo conozco, todo empezó hace unos meses…. Entra efecto de flashback.
─¿Qué?
─Solo escucha mientras explico esto cómo si fuera un pasaje de libro y la narrare en presente para evitar confusiones. ─Explica Lupa molesta por la interrupción.
….
Meses atrás, en el pórtico de su hogar Lupa ve a la misma enfermera que ha visto por años salir de la casa de al lado, pero ahora nota que ella tiene su mirada baja.
La curiosidad le gana y se acerca a la mujer para preguntarle que hace todas las semanas en esa casa.
─¿Puedo preguntar, porqué viene a esta casa ciertos días de la semana? Solo es curiosidad. ─Interroga Lupa a la señora.
─Bueno, la familia del señor que vive aquí me contrato para cuidarlo ya que no puede cuidarse a el mismo, pero hoy me notificaron que no me seguirán pagando así que es mi último día. ─Responde la enfermera algo apenada por tener que dejar al anciano solo. ─Aún es capaz de moverse solo, pero para su edad no debería estar solo.
La enfermera se retira, dejando a Lupa pensativa sobre lo que dijo. ¿Qué clase de hijo dejaría sin apoyo a su padre anciano? Le da mucha curiosidad saber cómo es ese señor así que abre la puerta, esa señora es bastante descuidada para ser la enfermera que cuidaba de él.
Se mete sin que nadie la nota, agradece que en una familia tan grande como la suya todos siempre tengan algo que hacer. Camina hacia las escaleras notando el asiento elevador parecido al de su tía Lana, siempre ha querido usarlo y considerando que no hay nadie decide darse el gusto, en su casa lo tiene prohibido.
Se sienta y oprime un botón, la maquina se mueve a ritmo lento. Dándole el tiempo a ella de apreciar la casa. El gris y la falta de adornos le dan una sensación de abandono casi espectral, quizá es algo que su madre pueda usar para alguno de sus escritos; Lo único vivo que se ve allí es un cuadro de una familia, aunque se ve bastante polvoriento.
─Supongo que el trabajo de enfermera no incluía limpiar la casa. ─Dice Lupa.
Al llegar al piso de arriba camina hacia la que parece ser la habitación principal, abre la puerta y ve en su cama a un anciano, quien se esfuerza por cambiar los canales.
─Hola pequeña, ¿Me puedes ayudar a encontrar el control remoto? ─Pide el anciano.
Lupa asiente y entra, no le da miedo entrar a la habitación de un desconocido y más porque para su edad un simple empujón bastaría para romperle los huesos.
No le sorprende por qué no encuentra el control, el color negro de la cobija hace un perfecto camuflaje para el aparato.
─¿Qué canal le gustaría ver?
─Algo de jardinería, quiero ver que plantas quedarían mejor con mis orquídeas. ─Pide el anciano señalando al jardín.
Lupa ve a través de la ventana y nota que ese patio está bastante mal cuidado. No sabe si él se encuentra consciente de ello o no, prefiere no decírselo para no romper su corazón.
─¿Es hermoso no? La enfermera se ha tomado la molestia de cuidarlo. Siempre está trayéndome frutos del durazno de afuera.
Es oficial, a Lupa no le agrada esa mujer. ¿Quién le mentiría a un anciano sobre su jardín? En especial porque al parecer le encanta su jardín.
Traga saliva y fuerza una sonrisa para mentirle.
─Sin duda es un hermoso jardín, sus orquídeas se ven bellísimas. ─Responde Lupa con una sonrisa culposa.
─Pero aún no las ha plantado. ─Dice el anciano.
─Bueno es que... Yo me refiero a….. A que en mi mente se ven bellísimas. Sí, eso es. ─Vuelve a responder Lupa limpiándose el sudor y forzándose a sonreírle.
─Eres simpática, me recuerdas a un niño al que ame cómo un nieto. ─Dice el anciano riendo. ─Incluso tienes su cabellera blanca.
Lupa arquea una ceja, se acerca un poco al anciano esperando que le cuente sobre ese niño.
─Era un muchacho bastante torpe, pero de buen corazón; Él me ayudo una vez a visitar a mi familia en navidad, esa fue la mejor de todas. Desde ese entonces me divertía al ver sus locas vivencias, aunque tenía una familia bastante ruidosa, a veces me pregunto si su cabello no eran más que canas por el estrés de soportar tanto. ─Cuenta el señor poniendo una mirada nostálgica y cerrando los ojos.
Lupa traga saliva pensando lo peor, incluso pasa sus manos frente a los ojos del anciano. Al escuchar un ronquido se exalta por un segundo pero después suspira aliviada.
…
Con el paso de las semanas, empezó a visitarlo más seguido e incluso le daba las medicinas que necesitaba y arreglar un poco su jardín. Fue fácil conseguirlas de la habitación de sus tías, padre y madre. Además de que en el laboratorio de su tía Lisa hay varios medicamentos, solo necesitaba asegurarse que no eran los que marcaba cómo riesgo biológico.
─Y así es cómo cuidas a un cactus en un ambiente invernal. ─Explica el anciano.
─Vaya señor Grouse, recordare eso cuando plante un cactus en casa. ─Responde Lupa bromeando.
─¿Un cactus en Michigan? Luego me dirás que plantaras laucarías fuera de Argentina. ─Responde Grouse. ─Por cierto, solo llámame Bud.
─Lo siento, es qué es cosa de formalidad. No me gusta llamar a la gente mayor por sus nombres.
─Bueno, me alegro de que seas una niña educada. ─Dice Bud riendo. ─Estuve pensando, ¿Qué tal si mañana tu y yo salimos al jardín?
Lupa traga saliva, se da cuenta de que su jardín quizá ya no esté tan descuidado como antes, pero aún faltaban muchas cosas para que se vea cómo se lo describe. Ni siquiera tiene un durazno.
…
En la media noche, Lupa se levanta. Si sus genes no le fallan no hará ruido alguno al momento de salir. Da tres pasos y sus genes le fallan ya que por accidente pisa un pato de goma haciéndolo chillar.
Ella se irrita y toma al pato, lo arroja por detrás de ella sin darse cuenta que Liby se estaba levantando. El pato le golpea la cara haciendo que se caiga y se golpee con un mueble quedando inconsciente.
Lupa ve el cuerpo de Liby con el miedo de que su tía Luan se enoje con ella, ve cómo su pecho se infla y desinfla.
─Bueno al menos aún respira. ─Dice Lupa encogiéndose de hombros.
De nuevo se dispone a irse, tiene mucho que hacer que poder subirle el ánimo al señor Grouse.
Tras pasar las horas y pedalear por toda la ciudad, finalmente consigue las suficientes plantas que van de acuerdo a las especificaciones del señor Grouse. Además de que hay una enorme camioneta estacionándose en la entrada del jardín.
Dos hombres empiezan bajar a un árbol de manzanas y otro hace un agujero con una excavadora.
─Oigan les dije un durazno. ─Se queja Lupa.
─Niña, tienes trece años y esto es un negocio extraoficial. Es lo mejor que podemos hacer.
─Pero le robe a mi madre cinco mil dólares. ─Responde Lupa a manera de reclamo.
─Lo lamento niña, es lo mejor que podemos hacer.
─Está es la última vez que uso el servicio de jardinería de Rusty Spokes. ─Se queja Lupa pagándole al jardinero.
─De hecho si trajimos los duraznos. ─Dice un pelirrojo dándole a Lupa una caja de duraznos. ─Oye tu madres es Lucy Loud ¿Verdad? Solíamos salir….. ¿Tú madre y padre se quieren mucho? ─Pregunta el pelirrojo sonriendo nerviosamente.
─…..Hacen el amor casi a diario. ─Responde ella tratando de quitarle las esperanzas a ese tipo.
─¿Y cuando no lo hacen se llevan bien?
─ ¡Solo tomen el dinero! ─Grita Lupa
….
En la tarde y preocupada por cómo reaccionara el señor Grouse, Lupa lo sostiene para que no se caiga. De hecho por las fotos que ha visto se da cuenta que la edad le ha quitado mucho peso, casi se ve hasta los huesos.
Al salir al jardín ella sonríe nerviosamente mientras ambos ven el jardín. Varios montículos de tierra suelta, plantas mal puestas y se puede ver cómo aún falta tierra por excavar para tapar las raíces de un árbol que posiblemente robaron de algún jardín. El castigo por robar cinco mil dólares sin duda es la mejor parte de todo esto.
El anciano empieza a reírse para sorpresa de Lupa, se limpia las lágrimas mientras sigue riendo. La pre adolescente levanta la mirada para verlo reír, se encuentra confundida por lo que está viendo.
─Su…. Su jardín es un desastre. ¿Por qué ríe? ─Cuestiona Lupa sin entender al anciano.
─Lupa, tengo un siglo de edad pero no estoy senil….bueno un poco, no recuerdo el nombre de mis padres o lo que suelo desayunar y juro que mis botes de basura cantaron toda la semana, pero mi punto es que sabía que la enfermera me mentía. ─Confiesa el anciano acariciando el cabello de Lupa y riendo. ─Además vi la excavadora afuera en la madrugada.
Lupa se sonroja y ríe con vergüenza, en retrospectiva le sorprende que nadie de su familia se haya molestado por escuchar la excavadora. Aun así le dará una reseña negativa a ese servicio de jardinería.
─Adoraba mi jardín y me siento alegre de que hayas tratado de revivirlo. Muchas gracias. ─Dice el anciano secándose las lágrimas. ─Incluso trajiste las orquídeas.
─Bueno, es la parte más importante de todo jardín. ─Responde Lupa sonrojándose.
Es curioso que lo que empezó cómo curiosidad termino creando una amistad entre ella y un anciano. Jamás pudo conocer a sus abuelos, sus padres dicen que por la naturaleza de su concepción y relación no creen que se sentirían cómodos con ella. No le gusta pensar en la idea de que la odien pero siendo realistas si es una posibilidad; pero con este hombre que no conoce nada de su familia o el contexto en el que nació ha sido muy amable con ella, sigue preguntándose por qué no la hecho cuando la vio, ella era una desconocida al momento de verse por primera vez y estaba invadiendo su casa pero en lugar de gritarle simplemente la recibió y ahora están allí, como los mejores amigos.
─Gracias Lupa, eres una nieta para mí. ─Confiesa el anciano. ─De hecho te tengo un regalo.
Lupa ve al anciano apresurarse, le da miedo que se termine cayendo pero parece tener mejor energía que otros días. Abre la puerta de un armario y saca un sombrero de paja, sonríe y se dirige a Lupa para ponerlo sobre su cabellera blanca.
Los ojos de Lupa empiezan a lagrimear mientras sonríe, le da un abrazo al anciano y este se lo corresponde. El anciano le ofrece a Lupa salir y ya en el jardín los dos se ponen a arreglar esa ruina de jardín, ella ya les dio un reto que cumplir.
….
─Y la sangre es básicamente un corte con tijeras. ─Termina Lupa.
Lisa trata de no dejar que sus emociones se filtren, pero no logra evitar que sus ojos saquen unas cuantas lágrimas, jamás se detuvo a pensar que sus sobrinas e hijas no tienen abuelos con los cuales ir si quieren ser mimados o recibir el amor de sus padres sin la autoridad de estos. Realmente los abuelos son una parte bastante esencial de la familia, le alegra saber que Lupa al menos consiguió un sustituto emocional de ese vació pero para varias de ellas ya es tarde para hacerlo.
Lupa ve como su tía reprime los deseos de llorar, sin saber cómo reaccionar a las emociones de Lisa en específico solo abre los brazos preparada para recibir un abrazo.
Lisa la estruja con fuerza al punto de sacarle el aire y que ella ruegue porque la suelte. Ella quizá no sea la persona más unida al señor Grouse pero sin duda conoce a alguien a quien le encantara verlo de nuevo.
…
Al día siguiente, Lupa lleva a Lincoln tomado de la mano. El hombre se encuentra incomodo por irrumpir en la casa de su viejo vecino, puede sentir el aire fantasmal a su alrededor y de seguro a su vecino actual le molestara que hayan irrumpido sin autorización. De hecho ahora que lo piensa solo sabe de una enfermera que solía ir y venir, pero ya hace meses que no la ve.
─Lupa si adoptaste a algún animal salvaje y lo tienes aquí déjame decirte que estas castigada….¿No es el tigre de Loan o sí?
─Papá, de criar a un animal que no pertenezca a este lugar en definitivo sería un dragón de komodo, créeme esto te va a encantar. ─Afirma Lupa sin perder su sonrisa.
Esa sonrisa es tan anormal en Lupa; Usualmente las suyas expresan un sentimiento de malicia y deseos de dañar a otros, en específico Lacy y Liby. ¿Qué es lo que estará planeando?
Al abrir la puerta de la habitación principal, Lincoln queda paralizado por lo que ve, si bien no tiene la barriga que solía tener y en definitiva el paso de las décadas lo ha cambiado, aún puede reconocer ese bigote y cabellera tan blancos como la nieve.
El anciano ve a aquel hombre canoso, se pone sus lentes para tener una mejor imagen. Al apreciar ese chaleco naranja, pecas y esos dientes que aparentemente nunca se arregló, se da cuenta de quién se trata.
Bud hace un esfuerzo pero se levanta, toma su bastón y camina hacia el ´paralizado hombre que sonríe de manera nerviosa, han pasado tantas décadas. Desde que se fue a la universidad que no lo ha visto, el Loud que más le agrado en toda su vida.
Al verse frente a frente Lincoln por instinto abre los brazos para darle un abrazo, no puede creer que siga vivo y más que se estén reencontrando. Bud sonríe y levanta su brazo también.
Todo gira de inmediato cuando Lincoln recibe un golpe con su bastón haciéndolo gritar por el dolor. Eso no es lo que Lupa esperaba.
─ ¡Eso es por la araña robot que arruino mi jardín! ─Grita Bud frunciendo el ceño.
─Oiga esa fue mi hermana. ─Responde Lincoln molesto. Recibe otro bastonazo.
─ ¡No te hagas el inocente conmigo, Loud! Han destruido más veces mi jardín que incluso supera el número de años que tengo. ─Prosigue el anciano.
─Dudo que hayamos destruida su jardín mil veces. ─Responde Lincoln a manera de burla.
─ ¡El ultimo que me hablo de esa manera fue George Lucas, le enseñe a ese mocoso lo que es la verdadera fuerza!
Bud se abalanza sobre Lincoln y ambos empiezan a pelear; Lupa no sabe cómo interpretar eso así que solo se sienta y empieza a comerse los dulces que el señor Grouse guarda en su cajón.
─ ¡Tiene cómo doscientos años! ¿Cómo es tan fuerte? ─Grita Lincoln con dolor.
….
Las horas pasan, ahora Lincoln y Bud están riendo mientras beben café. Ambos siguen haciendo bromas de sus edades y se ponen al día.
Realmente Lincoln no cuenta con muchos amigos, es bueno reconectar con quienes uno amo en el pasado. En especial con alguien a quien considero una buena persona en su niñez.
─Debo decir que para tener ciento cinco años está en buena forma. ─Dice Lincoln riendo.
─De hecho es increíble que un anciano de más de un siglo te haya ganado, deberías hacer más ejercicio.
─El señor Grouse tiene razón papá. ─Interrumpe Lupa.
─Yo hago mucho ejercicio, usualmente con la pelvis pero me ayuda a mantenerme sano.
Lupa y Grouse ponen una mirada de asco, en especial la niña por saber que eso es más cierto de lo que debería serlo. Tras unos segundos de silencio los tres se ríen.
Este ha sido el día más divertido que Bud ha tenido en décadas, no recuerda la última vez que vio a sus nietos biológicos pero aún recuerda cuando lo invitaron a la fiesta de despedida de Lincoln. Le regalo un viejo chaleco en sus días de juventud, que era de su padre en los días de la gran prohibición, se lo quería dar a su hijo pero nunca pudo darse el tiempo de verlo, le alegra que al menos el niño al que considera un nieto lo tenga.
Lincoln toca su chaleco, recordando el día que se fue a la escuela de arte. Es el regalo que Bud Grouse le dio, uno de los que más aprecia y se siente orgulloso se conservarlo intacto.
─¿Sabes Loud? Tu hija es una persona maravillosa, no sé qué hiciste con ella pero sigue así. ─Afirma Bud acariciando el cabello de Lupa y haciendo que se sonroje.
─Bueno, ella es algo rebelde en casa pero me alegra que se lleven bien. Gracias.
Lupa les sirve más café mientras siguen conversando. Al ver cómo Lincoln tiene ese chaleco puesto y ve que su hija es tan buena persona siente paz en su interior, por alguna razón tiene la idea de que ya ha visto todo lo que necesita ver.
Antes de conocer a Lupa, Bud pensaba que el tiempo solo se burlaba al hacerlo vivir tanto tiempo sin ver a su familia, pero quizá ha vivido tanto para poder ver a uno de sus nietos de nuevo y saber que va en un buen camino.
─¿Quieren ayudarme con mi jardín? Estoy seguro de que te servirían clases de jardinería Loud. ─Bromea Grouse.
Lupa y Lincoln sonrientes le asienten, la niña incluso toma el sombrero de paja que Bud le regalo.
…
─El testamento estipula que la vivienda del difunto ahora será propiedad de Lincoln Loud, ósea usted. Además de que le dejo su vieja ropa y para su hija Lupa Loud, le dejo una colección de herramientas para jardinería y diarios de agricultura. ─Lee un abogado en su oficina. Frente a él, se encuentra Lincoln Loud.
El hombre de cabellos blancos se abraza a sí mismo entre lágrimas mientras abraza el chaleco naranja. No es justo, recién se habían vuelto a ver. Entiende que ya era viejo pero pasó más de quince años sin saber que era su vecino, debió haberlo visitado al menos una vez, debió haberse dado cuenta.
No le importa ser un hombre de mediana edad y llorar en público, no puede evitarlo. Ese hombre estuvo en su niñez y adolescencia, era su amigo y ahora ya no está y él nunca se tomó la molestia de hablarle de nuevo.
Afuera de la oficina Lupa se encuentra abrazando el sombrero de paja, lo hace con tal fuerza que incluso lo dobla.
Su madre la toma para que pare, la acerca a ella para que trate de calmarse.
─Puedes rasgarlo si lo aprietas demasiado. ─Dice Lucy acariciándole el cabello a su hija.
Lupa no dice nada, solo se deja abrazar mientras sostiene el sombrero de paja cómo si fuera lo único que necesitara en el mundo. Solo lo conoció por medio año pero se siente cómo toda una vida, no puede imaginar su vida sin él.
Su madre le acaricia el cabello mientras le tararea una canción de cuna para relajarla. Una canción que solía cantarle para que se relaje en su cuna, solo provoca que sus lágrimas salgan con mayor fuerza pero también le recuerda tiempos más sencillos.
─Al jardín vayamos, habrá algo esperando. Justo donde estaba, dejado hacia arriba. ─Canta Lucy mientras Lupa cierra los ojos y decide escucharla.
….
En la medianoche, mientras las cigarras cantan y todo Royal Woods duerme. La niña de cabello blanco se encuentra cavando en el jardín que ahora pertenece a su padre.
Se seca las lágrimas mientras entierra la pala en el suelo, no se da cuenta o no le importa del hecho de que sus compañeras de cuarto la observan.
─No entiendo por qué no nos dijo de ese señor. ─Susurra Carly algo triste por ver a Lupa de esa manera.
─A veces hay cosas que guardamos para nosotras Carly, algo que sabemos que solo nos pertenece a nosotras y por eso es más especial. ─Responde Liby también triste por ver a su hermanita de esa manera.
─Además, de seguro hubiéramos arruinado su relación con el tipo. No sé si te diste cuenta pero no somos las más listas o sutiles. ─Añade Lacy, por alguna razón ver a Lupa de esa manera le provoca humedad en las mejillas.
Desde la otra ventana, Lisa y Lucy observan a Lupa. La madre de la niña llora por el estado emocional de su hija mientras que Lisa trata de contener las lágrimas.
De vuelta en el jardín Lupa entierra su pala nuevamente, solo que esta vez la pala se rompe gracias a su antigüedad. Ella grita por eso y empieza a excavar con sus propias manos.
─No me importa si tardo toda la noche. ─Grita Lupa tomando la tierra y arrojándola.
Siente una mano tocar su hombro, ella la aparte y sigue cavando pero otra vez es tomada. Sin querer perder el tiempo voltea y ve que es su padre con otra pala en mano. Por la expresión del hombre puede deducir que no lo ha superado.
El padre hace que su hija se siente y ambos se ensucian de tierra mientras la noche los abraza.
─Se suponía que debía haber un durazno. ─Es lo único que comenta Lupa o al menos lo único que se le entiende ya que la siguiente oración la dice llorando.
Lincoln también llorando, asiente y levanta a su hija. Le da su pala mientras él toma la vieja y empieza a arreglarla con algo de cinta adhesiva.
Lupa no entiende lo que su padre hace, traga saliva y lo ve a los ojos. Lincoln se da cuenta de eso.
Él sabe que su hija necesitar hacer esto, quiere al menos darle un último regalo a Bud Grouse
─Ese durazno no se plantara solo. ─Dice Lincoln enterrando la pala.
Lupa le da una sonrisa fugaz, tan corta que su padre ni siquiera la vio. Es la primera vez en el día que sonríe, todo gracias a su padre.
Padre e hija se ponen a cavar, ignorando los relámpagos que anuncian una lluvia. Lo único que quieren hacer en su nuevo jardín es plantar un árbol de duraznos, así como los que le gustaban a Bud Grouse.
…
Notas.
Sin notas esta vez, dicho esto yo soy PenguinArrow alías un crítico más y nos leemos pronto.
