Capítulo 19 Un día en el campus.

Lincoln conduce junto a Lyra, Liena y Loan aunque esta última está jugando videojuegos en vez de ver los paisajes que Michigan tiene que ofrecer. De todos modos no puede regañarla, él hacía lo mismo.

En este momento están en un recorrido por diferentes universidades o academias en el estado, excepto Detroit, esté aún no se ha recuperado. ¿Cómo un estado no se levanta en casi un siglo?

Lyra ve algunos folletos mientras que Liena dibuja un poco los paisajes del estado, con algunos pajaritos de fondo.

El hombre se siente alegre porqué sus hijas decidan ir por una educación superior, aunque las extrañara en casa. Sin Lyra ¿Quién será la que le ponga límites morales a las chicas? ¿Quién cocinara sin Liena en casa? ¿Quién…. Oh sí, Loan solo está aquí por soporte moral y la expo de historietas en la ciudad aledaña de Detroit. Además tienen la oportunidad de visitar a Cristina en su escuela, de seguro le encantara ver a sus hermanas.

─La universidad estatal de Michigan cuenta con piscina bajo techo, además de que su programa de música cuenta con los mejores maestros de música. Graduarse de allí casi asegura un lugar en la orquesta presidencial. ─Dice Lyra imaginándose a ella y su violín blanco tocando para el presidente en turno.

─¿Por qué la tía Lana no vino? A ella le encantaría ir a Pontiac. ─Comenta Liena sin despegar la vista de un lago.

─Habría querido venir, pero hubiese insistido en Detroit y yo no me acerco a esa ciudad. Además está ocupada, recién fusiono su taller mecánico con otro y debe entrenar a sus nuevos reclutas. ─Cuenta Lincoln sin despegar la vista del camino.

En un taller de Michigan, Lana trata de ajustar un auto. Mientras un hombre corpulento de dos metros la ayuda, junto a un delgaducho de metro y medio.

─Muy bien Octagon, necesito que pongas positivo con positivo. ─Indica la rubia y el hombre delgaducho la obedece. ─Negativo a tierra.

─¿A tierra? Bueno. ─El hombre delgado pone el cable en una maseta. ─¿Cree que así arranque? Porqué creo que sería más conveniente ponerlo en el otro contacto.

Lana choca su palma con su frente.

─Señorita Lana, ¿Por qué hay tantas llaves si todas sirven para lo mismo? ─Pregunta el corpulento mientras le pasa unas pinzas.

─Solo por no asumir tu inteligencia pretenderé que sabes que esto es una pinza, Rhomboid. ─Responde Lana mientras aparta la pinza. ─Además, algunas se usan para diferentes tareas.

─Señorita Lana, no creo que la batería deba estar humeando. A menos que este sea uno de esos modelos de autos cuyos tubos de escape sacan fuego. ¿Lo es? ─Pregunta Octagon rascándose la nuca.

─ ¡Oh por dios! ¿Cómo es qué tienen autorización a herramientas pesadas? ─Pregunta Lana mientras apaga el fuego.

Los dos hermanos comparten una mirada confundida, voltean a Lana y le sonríen.

─Nepotismo. ─Responden ambos hermanos.

La rubia suspira con hartazgo al saber que tendrá que entrenarlos por un año entero. Se pregunta si podrá suicidarse con la espuma del extintor.

La camioneta familiar llega a Great Lake, pasan algunos edificios y Loan ve una tienda. De hecho ahora que la ve, se da cuenta de qué les faltan algunos bocadillos y sodas para lo que queda de viaje.

─Papá, ¿Podemos parar por algunas frituras y sodas? ─Pide Loan señalando a esa tienda.

Lincoln ve el nombre ´´La bodega´´ en la entrada de la tienda, pisa el acelerador ignorando la petición de Loan. Ese edificio le trae malos recuerdos y no quiere forzar a sus hijas a vivir un encuentro incómodo.

─Papá, creo que si nos hace falta comida. ─Comenta Lyra viendo su lonchera vacía.

─El campus universitario tiene una cafetería muy buena, allí compraremos nuestras provisiones. Oigan, ¿Quieren oír música? La música es buena. ─Asegura Lincoln con una sonrisa y la frente empapada de sudor.

El hombre sin querer seguir hablando pone una memoria en el puerto de su radio a todo volumen, llegando a aturdir a sus hijas.

─Las O.T.M, un clásico en Japón.

Las tres presienten que está eludiendo algo, aunque no le darán importancia pues comprenden qué debe ser algo incómodo para su padre. Liena dibuja en su cuaderno a la cantante principal de ese grupo que escuchan, al menos en la portada del CD la ponen cómo una panda roja en vestido rosa.

Tras una hora más de camino, llegan al campus de Great Lake. La famosa universidad del golf y el alma mater de Lori Loud. Aunque no sus facultades abarcan también administración y economía, pero la enseñan con metáforas de Golf.

─Uno se pregunta, ¿Cómo relacionan materias con golf? ─Cuestiona Lyra mientras ve el folleto.

─Pueden hacer lecciones de física en base a cómo se juega aquel deporte, ya sea hablando sobre su aceleración siendo equivalente a la masa de las pelotas y palos que se aplican. Enseñar meteorología en base al campo entre otras cosas, es ridículo pero le funciono a mamá. ─Explica Loan sin despegar su vista de la consola.

─Supongo que tiene cierto sentido. ─Dice Lyra tratando de convencerse a sí misma.

─Yo solo sé que fui afortunado de haber ido a la universidad de California. ─Comenta Lincoln mientras recuerda esos días de diversión den Los Ángeles, aún le llegan regalías por sus papeles. Tal vez un día de estos debería volver a Los Ángeles por la nostalgia.

Los tres bajan del auto, Liena empieza a hacer estiramientos para quitarse los calambres de tan largo viaje y esperando que el resto de universidades no estén tan lejos.

Loan se pregunta qué tal estará la biblioteca del lugar, necesita un lugar con buena recepción para los enfrentamientos en línea de su videojuego. Tal vez incluso encuentre un buen libro en caso de quedarse sin pila.

Lyra parece ser la única que quiere recorrer todo el campus y considerarlo como una opción legítima. Ve que hay un recorrido de alumnos de nuevo ingreso, se siente tentada a entrar en él para poder ser mejor informada.

─Ve, solo vuelve en una hora. ─Pide el hombre dándole un empujón a su hija. ─Entonces, Liena, Loan, ¿Quién quiere hacer algo con su….─Voltea y ve que no hay nadie. Supone que debieron interpretar que eso de la hora también applicaba para ellas.

El hombre suspira, toma uno de los folletos universitarios buscando si puede distraerse en alguna actividad.

─¿Guerra de golf? Suena emocionante. ─Se dice a si mismo mientras busca donde es.

─Disculpa. ¡Oye! ─Grita la voz de una mujer.

Lincoln voltea y ve a una jovencita de origen latino acercársele, se parece un poco a….

─ ¡No! ─Grita el hombre peli blanco mientras corre a los interiores del campus. ─Genial, ahora tengo que buscar otra cabina telefónica.

La pila de la consola portátil de Loan se apaga, tal vez debió haber disminuido el brillo o ponerla en modo de avión para ahorrar pila. Levanta la cabeza y ve que se encuentra en una sala común, se sonroja al darse cuenta que no tiene ni idea de cómo volver con su familia sin tener que hablar con gente desconocida.

La rubia inhala profundamente, su psicólogo la entreno para este tipo de situaciones. Solo necesita una pastilla de cannabis y pensar que todos son sus hermanos y hermanas, aunque con el historial de su padre hay una ligera posibilidad de eso.

─Hola, ¿Gustas un panqueque? ─Saluda un alumno de cabello rojo mientras le ofrece una bandeja de panqueques de chocolate. Al verla directamente se da cuenta de que hay algo familiar con su rostro.

Loan grita aterrada, llamando la atención de todos los presentes y provocando que se sonroje. Ríe nerviosamente mientras se rasca la nuca, traga saliva e inhala para armarse de valor.

─Hola, soy Lo…. Emm. Marie. Mucho gusto. ─Se presenta la rubia alzando la mano mientras sonríe tímidamente. Uso su segundo nombre para que no la encuentren en redes sociales, en el mundo hay pocas Loan pero muchas Marie.

─Pues Marie, bienvenida al área común de la facultad de programación. ¿Entonces quieres el panqueque? ─Ofrece nuevamente el pelirrojo.

─Supongo que uno no hará daño. ─Responde Loan tomando el panqueque.

Mientras mira a su alrededor, nota que algunos alumnos están programando distintos códigos que le recuerdan a lo que hace su tía Lisa. Además de que por las pantallas adicionales puede apreciar que programan videojuegos, la curiosidad sin duda se manifiesta en ella.

Lyra ahora separada de su grupo, observa los dormitorios, sin duda no serán los pisos más convencionales pero de que son únicos pues lo son. Abre la puerta del elevador y una corriente de viento la empuja a la pared, también siendo golpeada por una pelota de golf.

Mareada, oprime el botón para ir a otro piso. Ojala el siguiente piso no sea algo estúpido también, ¿Cómo la gente puede vivir aquí? No tarda en llegar al siguiente piso, lee la inscripción y lee ´´Piso de topos en el campo´´

─Espera ¿Topos? ─Pregunta Lyra, baja la mirada y ve a varios topos correr hacia ella. ─ ¡No, no, no! ¿Qué clase de universidad es esta?

La muchacha intenta oprimir los botones para cerrar el ascensor, empieza a sudar mientras ve a varios de esos topos correr hacia ella. ¿No se supone que eran animales tímidos?

….

Liena se encuentra en la cocina de la cafetería, ignorando los susurros confundidos de los demás cocineros. Ve que no tienen ingredientes tan buenos, es decir entiende que haya prioridades pero al menos compren un jamón que sea de cerdo y no… Al olfatearlo se da cuenta de que no es una carne que haya cocinado.

─¿Disculpa jovencita? ¿Eres la nueva pinche? ─Pregunta el chef en jefe.

─No, solo olfatee que preparaban un almuerzo de porquería y quise arreglarla. ─Responde Liena mientras le hecha queso parmesano al jamón.

Los demás cocineros gruñen por eso, algunos vuelven a sus puestos mientras que el chef principal se prepara para llamar a seguridad del campus.

─Mira niña, no se quien seas pero…

Liena le pone una cucharada de sopa en la boca para que no lo interrumpa, arreglar carne mala es su esfuerzo que requiera concentración.

El hombre saborea la sopa, de hecho es mucho mejor de lo que ha cocinado él en toda su vida. Le indica a sus compañeros a que se acerquen para que la prueben.

La rubia desvía un segundo la mirada hacia ellos, sonríe al ver que finalmente están probando buena comida. ¿Quién les enseño a cocinar? De hecho, quizá debería enseñarles a ellos, ¿Será que se convertirá en una profesora universitaria?

Lincoln observa su palo de golf prestado, aunque nota que está hecho de hule espuma. También ve que hay un pequeño campo de obstáculos hechos del mismo material que usaban en carrera alucinante con los suyos y finalmente hay diferentes uniformes con equipo de protección.

─Muy bien gente, la guerra de golf se juega cómo el paintball. ¿Ven la banda en sus respectivos uniformes? Ustedes tendrán que buscar las pelotas de ese respectivo color y golpearla para darle al equipo contrario, si no se revienta al golpearlos siguen en el juego. ─Explica un instructor mientras se va poniendo su uniforme.

El hombre se alegra de que estará enmascarado, así quizá esa chica no lo reconozca. Se alista para poder jugar un poco, que bueno qué esta escuela permita a los visitantes participar en sus actividades.

Tras unos minutos de alistarse, todos ya están jugando. Lincoln golpea una de las pelotas pero le da a uno de su equipo por error, de todos modos el tipo se lo toma muy bien.

Saluda a uno de sus contrincantes que se le acerca a él pero por error pisa un costal que explota y lo llena de harina. Se toman enserio el termino guerra.

─ ¡No! ¡Soy alérgico a los productos de trigo! ─Grita el muchacho.

─Jaja, extraño cuando nos dejaban usar munición viva. ─Ríe el instructor mientras graba eso.

─Oh vaya, eso no está bien. ─Dice Lincoln al mismo tiempo que una chica.

El hombre voltea y ve que es la muchacha que lo llamaba. Traga saliva mientras frunce el ceño y retrocede unos pasos, ve a todas direcciones pensando en que hacer.

─Oiga, yo sé que lo conozco y creo que necesito hablar con….

Una bola le da en el casco a la chica, desorientándola y dándole tiempo a Lincoln de escapar.

─Oiga, tiene que devolver el uniforme. ─Pide el instructor.

─ ¡Conserva el cambio! ─Lincoln saca un fajo de billetes con al menos mil dólares y se lo arroja.

El instructor se guarda el fajo, y vuelve a prestarle atención al juego. Quizá debería llamar una ambulancia por ese estudiante, aunque es divertido verlo retorcerse.

El hombre inhala y exhala, sin duda ya no es joven y no puede correr cómo antes pero agradece los años de práctica hacen que mantenga el ritmo. ¿Habrá alguna cabina telefónica en el campus?

─Muy bien Kendall, él secreto de un buen sándwich es cómo cortas el pan. Vamos, inténtalo. ─Indica Liena a una de las cocineras.

La cocinera toma el pan y lo corta, sonriéndole a la muchacha pensando en lo sencillo que fue.

─Muy bien, eso fue decente.

─Bueno es que…

─ ¡Si quieres que todo se salga por detrás al momento de morderlo! ─Grita Liena tomando el pan y tragándoselo. ─ ¡De nuevo y está vez, asegúrate de no estrujarlo con tus gordos dedos!

La cocinera empieza a llorar mientras Liena frunce el ceño, temblorosa toma otro pan y lo corta, tratando de asegurarse de no apretarlo.

─Tommy, ¿Cómo va el té?

Un cocinero le da una taza a la chica, ella ni siquiera se molesta en beberlo ya que se lo arroja al pecho del tipo.

─ ¡Ya te dije que si está muy caliente para las manos, está muy caliente para los labios! ─Grita Liena nuevamente, incluso aprieta la taza y la rompe pero no siente dolor.

─Señorita Liena, mire. Termine los pedidos de emparedado de albóndiga. ─Anuncia una pinche temblando.

Liena ve los emparedados, los analiza viendo que de hecho son muy simétricos; Puede notar el cuidado en el que puso las albóndigas.

─Muy bien Laika, hiciste un buen emparedado. ─Adula la rubia a aquella chica.

─Que bueno, pensé qué….

─ ¡Lástima que arruinaste el resto! ¡El emparedado de albóndigas se hace al momento, porqué la humedad lo termina volviendo pastoso! ─Grita la cocinera nuevamente. Toma el micrófono del lugar. ─Atención alumnos, la cafetería ya no sirve emparedados, ahora sirve masa pastosa con albóndigas. Díganle gracias a sus inexpertos chefs.

Los miembros de la cocina gruñen al escuchar aquella actitud, ¿Cómo alguien que se ve tan linda puede ser así?

─Oigan cocineros, nos pidieron una orden de pizza para la sala común de la facultad de programación. Algo de una fiesta. ─Dice un repartidor de mala gana.

─Pfff, estos cocineros no podrían hacer nada pero yo me encargo. ─Afirma Liena sintiéndose orgullosa de sí misma, ignorando los gruñidos de esos sujetos.

─No me importa, solo tráela. ─Responde ese tipo.

─Qué grosero. ¿Cómo toleran trabajar con alguien así? ─Pregunta Liena a sus pinches, ganándose sus miradas de odio.

─Te lo digo Cristina, está chica es una maravilla. Está venciendo a todos, incluso Stifler está en problemas contra ella. ─Dice una joven adulta a Cristina.

─¿Una mujer doblegando a un Stiffler? Lo creeré cuando lo vea. ─Responde la pelirroja incrédula.

─Cristy, ¿Qué tal? ¿Panqueque? ─Saluda el pelirrojo ofreciéndole uno.

─Lionel, sabes que no soy fan de tu cocina o de ti. ─Responde la chica apartando su bandeja.

─Hay, vamos Cristy. Una mala primera impresión y un clímax decepcionante en navidad no deberían arruinar lo nuestro, aún podemos ser amigos con travesuras casuales.

─Y lo arruinaste, llámame cuando me veas cómo algo más que una chica. ─Dice la pelirroja apartándose.

─¿Sirve si te digo que solo tengo ojos para ti o suena muy marica? ¿Cristy?

La pelirroja se acerca al sillón donde hay una pantalla transmitiendo una pelea entre dos jugadores, Batman vs Capitán boomerang, con este último teniendo la barra de energía casi llena.

─No puedes ganarme con Capitán boomerang, ¿Él usa boomerangs? ─Se queja un musculoso mientras aprieta botones al azar.

─Bueno Steve, los boomerangs de hecho son armas muy versátiles. Mi tía es una experta en lanzamiento con boomerang por sí quieres tomar clases. ─Recomienda Loan sin dejar de ver la pantalla. ─ ¡Combo!

En la pantalla el Cápitan grita, lanza dos boomerangs a los hombros de Batman, estos explotan alejándolo y un boomerang gigante golpea al personaje mandándolo a la estratosfera.

─A menos que sean lecciones de anatomía no gracias…. ¿Pueden ser de anatomía? ─Pregunta el musculoso.

─Está casada. ─Responde Loan.

─No respondiste la pregunta.

Loan se aleja unos centímetros del muchacho mientras este oprime seleccionar personaje, ¿No ha tenido suficiente castigo? Ni siquiera pudo ganarle en Mario Party, ¿Qué le hace creer que la vencerá en este juego?

─Quizá deberías usar a la Mujer maravilla Stifler, porqué ella te está quitando la masculinidad. ─Se burla uno de los chicos.

─Bueno, te lo ganaste Levenstein. Pondré pegamento en tu mano de nuevo. ─Responde Steve gruñendo, apenas empieza la pelea entre ambos y ya le están ganando.

A Cristina se le hace familiar esa voz, se acerca y ve que se trata de su hermana mayor. No importa si usa la capucha de su sudadera, esa apariencia siempre será reconocible, además de que esos combos son casi imposibles y solo alguien tan experta cómo ella podría lograrlo.

─¿Loan? ¿Qué haces en mi escuela? ─Pregunta Cristina quitándole la capucha.

Loan se sonroja mientras trata de ocultar su cara detrás del control, traga saliva mientras se hunde en el sillón.

─Sabía que te conocía de un lado, ¡Eres la que domo el tigre en drama total! ─Grita Lionel señalándola.

La rubia se sonroja aún más mientras se levanta, todos empiezan a susurrar dándose cuenta de que si lo es.

Cristina se acaba de dar cuenta de qué esto no saldrá bien, se avergüenza de reconocer que esto de hecho es su culpa.

─ ¡Si lo es! ─Grita Stiffler levantándose. ─Oye ¿Aún tienes contacto con los productores del show? Porqué yo y una isla con varias chicas es uno de mis sueños.

─Emm…

─ ¿Es cierto que tú y Scott tuvieron una relación fuera de cámaras?

─¿No tendrás el contacto con Dawn?

La rubia retrocede mientras más gente se le acerca, empieza a tener un tic en el ojo. Se abraza a si misma mientras es bombardeada de preguntas.

Lincoln se ajusta una camisa polo naranja que compró en la tienda de regalos mientras guarda en una maleta su uniforme, es obvio que no lo tirara, ya pago por él. Siente cierta nostalgia al usarla, tal vez debería buscarse unas zapatillas blancas con rojo para combinar.

El hombre marca por teléfono mientras aprecia el campo de golf, pensando en lo divertido que sería usar una moto allí. Escucha el teléfono siendo contestado.

─Lincoln, no tengo mucho tiempo ahora. ─Dice Lana desde la otra línea.

─Lo siento, es qué Lisa no me quiere ayudar. ¿Tú sabes armar bombas no letales? ─Pregunta el hombre con nervios.

─¿Bombas no letales? Lincoln eso es imposible.

─Vamos Lana, la última vez que hice volar una cabina telefónica nadie salió herido. Sé que hay una manera de hacer explosivos no letales.

─Lincoln, soy mecánica, veterinaria y plomera; Puedo asegurarte que no hay manera alguna de hacer volar una cabina telefónica sin… ¿Porqué una cabina telefónica?

─De hecho hay una manera. ─Interrumpe Octagon entrando desde otra línea.

─Sí, solo es cuestión de saber que potencia y cuanto fuego quieres. ─Añade Rhomboid.

─Oigan, no interrumpan. Perdona Linc, son mis estudiantes.

─No, no, no. Déjalos explicarse, Lana. ─Pide Lincoln poniéndose atento.

─Bueno, lo primero que debe hacer es encontrar un cronometro adecuado. Para una cabina telefónica necesitaría tambien un recipiente pequeño pero que al explotar esparza pedazos que no rompan el vidrio del todo. ─Indica el mecánico.

Lana arquea la ceja al escuchar lo bien que está informado del tema.

─No olvides preguntarle qué tan rápido quiere que el fuego inunde la cabina, así será más fácil averiguar que liquido es más conveniente. ─Añade Rhomboid.

─¿Cómo saben tanto de explosivos? ─Pregunta Lana sin entender qué ocurre.

─Es la empresa familiar. ─Responde Octagon.

─Incluso le fabricamos un auto bomba, de un solo uso. ─Dice Rhomboid señalando a la calle.

Lana voltea y ve que uno de sus autos está envuelto en llamas, ¿Con quién rayos fusiono el taller?

─¿Y en caso de qué quiera que sea…. ─Lincoln no termina su pregunta por ser golpeado por un palo de golf. ─Lana te llamo luego. ─Dice mientras cae inconsciente.

─Bien, eso resuelve un problema. ─Dice la muchacha acomodándose sus lentes.

Lincoln despierta en una oficina con varios diplomas, ¿Lo mandaran a detención de nuevo?

─Un momento, yo ya no estudio. ¿Dónde rayos estoy? ─Pregunta el hombre rascándose la cabeza.

─Muy buenas tardes señor, eh querido conocerlo desde hace meses. ─Saluda una mujer adulta, usando un traje y lentes gruesos.

─Disculpe, si esto es algo sexual debo decirle que soy casado y no cooperare. ─Dice Lincoln frunciendo el ceño.

─¿Qué? ¡No! Qué asco, no. No, no, no ni un millón de años. ─Dice esa mujer asqueada. ─Solo quería conocerlo porqué su hija Cristina es una gran alumna y quería saber de dónde venía.

─¿No pudo mandar un correo? ─Pregunta el hombre mientras siente la pequeña contusión por culpa de ese palo.

─Lo hubiera hecho, pero ella es muy cerrada con su familia. Solo los comenta de vez en cuando y no dice nombres, ni siquiera muestra fotos. ─Responde la mujer. ─Pero, logre saber quién es usted gracias a su estadía en carrera alucinante. Un gusto en conocerlo Lincoln.

Lincoln se pone a pensar en lo que la mujer dijo, de hecho hasta ahora ella jamás los ha invitado a la escuela, solo habla de esta sobre sus materias y exámenes. Se pregunta por qué será.

─Entonces, quiero saber más de usted. ¿Cómo es la señora Suarez?

A si, había olvidado que la registraron en la universidad con su apellido materno para no levantar sospechas. Decide seguirle la corriente y se acomoda en la silla.

─La señora Suarez, bueno no tengo mucho que decir de ella. ─El hombre empieza a pensar en la madre de su hija. Tan poco tiempo que tuvieron juntos, ni siquiera llegaron a ser algo pero si sentía algo. ─Fue una de las muchas mujeres que ame legítimamente, es decir ese cabello rojo, la manera en la que caminaba con ambas manos tomadas al frente y siempre usando un azul que combinaba con sus ojos.

La señora ve aquella mirada al aire mientras habla de ella, es la misma mirada que ella tiene cuando recuerda a su esposo. No hay una señora Suarez, al menos ya no.

─¿Sabe? Es gracioso, fue la primera y quizá única persona fuera de mi familia que en verdad ame, tuve una novia pero jamás la quise. Pero con Cristina fue diferente, de niño quería que fuéramos más y un día termine humillado y jamás tuve el valor de hablarle de nuevo hasta la adultez y… fue cosa de un día, ni siquiera salimos solo paso y tengo a mi hija ahora. Pero me hubiera encantado tener una vida a su lado. ─Lincoln suspira mientras saca su cartera y ve una foto de su hija pelirroja. ─Supongo que simplemente no se pudo.

─Bueno señor Suarez, si le sirve de consuelo sé que su madre estaría orgullosa de ver lo buena estudiante que es su hija. ─Dice la mujer consolando al hombre.

Lincoln le sonríe, ojala y sea cierto pero no cree que pueda preguntarle eso en la otra vida.

─Mamá, necesito que me prestes tu auto. ─Interrumpe la muchacha de lentes que lo noqueo hace unos minutos, solo que no aparta la vista de su teléfono.

─Rachel, estoy en medio de una plática. ─Indica la mujer señalando a Lincoln.

─Ah, hola, lamento lo del golpe. ¿Me prestaras tu auto o no? Tengo que llegar con Dorian en una hora. ─Pide la chica sonando más irritada.

─ ¿Dorian? ¿Quién es Dorian?

─Ugh, mi novio mamá.

─Debería irme. ─Dice Lincoln levantándose.

─No, está bien. ─Responde la mujer ─¿Novio? Pensé que salías con Della. ─Dice la mujer indignada.

Lincoln se sonroja al escuchar esa declaración, en especial porque le lanza una mirada a la chica y ve que no es nada fea.

─No, ahora salgo con Dorian. ─Dice la chica.

─¿Y qué paso con Della?

─Terminamos.

─¿Cuándo me ibas a decir eso?

─Mamá, tengo veinte años. Mi vida personal no es tu asunto. ─Afirma Rachel sacándole la lengua.

Lincoln ríe por ese gesto infantil, pero se pone a pensar que Della es nombre de chica.

─Hasta que dejas de ser mi hija lo será. Cuéntame de Dorian. ─Pide la mujer pero suena más a orden.

─No hay mucho, es un chico agradable y compañero de piso de Della.

Eso asombra tanto a Lincoln cómo a la mujer.

─Espera, ¿Dejaste a Della por su compañero? ─Pregunta la madre indignándose.

─No, salía con Della y luego ella sugirió que saliéramos con Dorian pero ella se puso muy posesiva y la dejamos atrás. ─Explica la chica guardando su teléfono.

La madre inhala profundamente asustada, llevándose una mano al pecho por solo visualizar esa imagen.

─¿No odias cuando eso pasa? ─Bromea Lincoln pero se gana una mirada irritada de ambas. Diría algo más pero la sola imagen llegando a su cabeza le quita el aliento, ¿Cómo será la tal Della?

─¿Ves? Por cosas cómo esta no te puedo confiar el auto, eso y que siempre lo dejas sin gasolina. ─Regaña la mujer quejándose de brazos.

─De nuevo, te lo compensaría pero el trabajo va flojo.

─ ¡Una cámara en la ducha y una cuenta en no son un trabajo! ─Grita la madre poniéndose de pie.

Toda la cara de Lincoln se pone roja, de repente recuerda que su teléfono es de alta definición.

─No es mi culpa que la pornografía gratuita me quite suscriptores. ─Se justifica la muchacha cruzando los brazos también.

─Bueno, tiene razón. ─Interrumpe Lincoln asombrando a ambas. ─Es decir, muchos lo hacen por arte pero no se dan cuenta del esfuerzo que otros hacen.

Ambas mujeres arquean una ceja al escucharlo, pero Rachel sonríe.

─Gracias, ¿Ves? Él lo entiende. ─Afirma Rachel orgullosa.

─Y si me permiten interrumpir, Rachel se encuentra en esa edad donde se encuentra a sí misma. Tienes que confiar en ella. ─Asegura Lincoln sonriéndoles.

─Trato de protegerla. ─Dice la mujer.

─No puedes protegerlas por siempre, solo tienes que estar allí para ella y apoyarla. Si se le rompe el corazón o no, aprenderá algo; Muéstrale que la amas.

─Lo hago, ¿Sabes que lo hago, no? ─Pregunta la madre a su hija.

Rachel sonríe, se acerca a su madre y le da un abrazo. Lincoln se muerde los labios mientras ve a madre e hija abrazándose, incluso mueve su cabeza para ver otro ángulo.

─También te quiero mamá. ─Dice Rachel separándose del abrazo.

─Bueno, me tengo que retirar. ─Anuncia Lincoln, se levanta y camina hacia la puerta.

─¿Seguro? Iba a invitarte café. ─Ofrece la mujer señalando su cafetera.

─No, disfruta el tiempo con tu hija; De hecho Rachel, mi hija Loan de vez en cuando sube en internet cómo juega videojuegos y tiene buena audiencia, curioso por qué no muestra su rostro pero tu tendrías una buena audiencia. ─Sugiere Lincoln sonriente.

La mujer se pone a pensar, ¿Cristina no había sido la única mujer que amo? ¿Cómo tendría otra hija? Loan, ese nombre le suena, recuerda a una Loan en drama total y que su apellido era el de esa familia que su prima tanto resentía. Baja la mirada y ve al hombre sonriente, logrando reconocer esos dientes frontales, no pensó que fuera él porqué se supone que su apellido era Suarez pero si es él.

─¿Loan? ¿Cómo la de drama total? ─Pregunta Rachel sonriendo, es fanática de ese programa.

─ ¡Tú! ¡Tú le rompiste el corazón a mi prima! ─Grita la mujer señalando a Lincoln.

─¿Tu prima? Pero no he salido con alguien más que…. Uuh. ─Se calla el peli blanco y ve que en el escritorio de la mujer dice ´´Decana; Carlota Casagrande´´ ─Un gusto verte de nuevo Carlota. ─Ríe incómodamente mientras azota la puerta.

El hombre inhala fuertemente, le da un codazo a la perilla y la rompe. Eso le dará tiempo de correr, aunque se pone a pensar en algo.

─Sé que esto es inmoral pero…. ─Lincoln saca su teléfono. ─Siri, busca Rachel Casagrande Ducha punto com.

Lyra, aún con un topo mordiéndole la oreja se acerca al auto, llena de moretones, empapada, tiene arena en sus partes íntimas y cinco idiotas la mandaron a callar en esos malditos dormitorios.

No quiere saber nada de universidades por el resto del día, quizá hasta decida estudiar en casa, no quiere imaginarse cómo serán los pisos en su escuela de música. ¿Acaso habrá un piso de percusión donde la golpearan con varillas?

El topo muerde con más fuerza, haciendo que la chica gruña. Definitivamente será comida de dodo al llegar a casa.

─ ¡Lyra, hay una copia de las llaves en la guantera! ¡Ve prendiendo el carro! ─Grita Lincoln corriendo por el campo.

─ ¡No saben tomar una crítica constructiva! ─Llora Liena mientras se trata de quitar un cuchillo enredado en su cabello.

Un montón de chefs furiosos persiguen a la rubia arrojándole comida y utensilios de comida.

─ ¡No doy autógrafos! ─Grita Loan asustada mientras se abraza de su hermana. ─Corre Cristina, corre.

─ ¿Te das cuenta que tengo que cargar con tu peso? ─Pregunta la pelirroja irritada.

Las dos muchachas están siendo seguidas por una orden de fanáticos de drama total.

─ ¡Si quiera puedo verte los pechos! ─Grita Stiffler persiguiéndolas.

Los cuatro Loud logran llegar hasta vanzilla, Lincoln sin pensarlo dos veces mete a sus hijas sin importarle si están sentadas bien o mal, de hecho ni siquiera se molesta en cerrar la puerta.

─ ¡Acelera Lyra! ─Pide Lincoln inhalando y respirando.

─Pero papá, no tengo puesto el…

─ ¡Acelera la puta camioneta o estás castigada! ─Grita Liena asustando a su hermana.

Lyra no lo piensa dos veces y acelera, haciendo que se asusten las chicas de atrás porque las puertas no están cerradas.

─Cristina, cariño. Te extrañamos mucho. ─Saluda Lincoln riendo nerviosamente. ─De hecho, te extrañamos tanto que deberías quedarte un semestre estudiando en casa, sé que te gustara.

Un palo de golf rompe la ventana trasera del auto, haciendo que la familia grite.

─ ¡Eres hombre muerto Loud! ─Grita Carlota desde el estacionamiento.

Lincoln marca por teléfono mientras sus hijas cierran la puerta.

─Hola Lana, ¿Crees que me puedas pasar a esos dos sujetos y que me expliquen cómo hacer explotar una cabina nuevamente? ─Pide Lincoln tragándose saliva.

─¿Un cabina? ─Pregunta Loan rascándose la cabeza.

─Historia graciosa, no quería toparme con alguien el resto de mi vida así que en el transcurso de sus vidas organice una reunión falsa, hice explotar una cabina telefónica conmigo adentro y cree que estoy muerto, en resumen debo hacer eso de nuevo. ─Explica el padre con una voz tan rápida que pocas pueden entender lo qué dijo.

─¿Si quiera siguen existiendo las cabinas telefónicas? ─Pregunta Cristina acomodándose en el asiento.

─No lo entiendes Cristina, este es un proceso muy cuidadoso que requiere muchos documentos y cuidado, tendré que crear una Cristina, Lyra, Liena y Loan ficticias en otros estados y por unos meses se teñirán el cabello de naranja. ─Especifica su padre preocupando a sus hijas. ─Lyra, ¿Por qué hay un topo en tu oreja?

Notas

Lel.

Dicho esto yo soy PenguinArrow alías Un crítico más y nos leemos pronto.