Los personajes de esta historia no me pertenecen, escribo solo con fines de entretenimiento.
LA TORMENTA
El domingo temprano se levantó y se dio un baño, se había quedado dormida anoche y no fue a cenar, le gruñía el estómago y se arregló rápido, al verse el espejo vio el pequeño chichón que se le hizo por el golpe que se dió en la roca en el momento en que sus atacantes la liberaron al recibir una tunda de parte de Terry. …Terry.
Eso le provocó una sonrisa y se sintió algo tontita de reírse sola. Hablando con el espejo:
-Candy ahora que vamos a hacer con ese chichón ya se vé algo amoratado, veamos que tenemos por aquí, un poco de árnica y margarita- salió a su balcón y tenía una maceta con flores entre ellas algunas margaritas y árnica, las unió embarrándolas con un poco de alcohol y poco a poco sintió que empezaba a desinflamar.
-Tal vez sea hora de un pequeño cambio de look- Tomó las tijeras y recortó su flequillo cubriendo el chipote. –resultó mejor de lo que pensaba, se hizo ahora una sola coleta alta y el fleco le daba otro aire más de jovencita.
Era hora de ir a misa a las 8 de la mañana y salió con tiempo para llegar antes y no tener que ser vista por todos al llegar. Le extrañó que Neil, John y Carl no estuvieran en misa, Terry nunca iba, así que no le extrañó. Paty se sentó a lo lejos, pero la veía con culpa de vez en cuando.
-Buenos días Candy, llegaste temprano, ¿puedo sentarme contigo? - le dijo la Hermana Margaret, -buenos días Hermana, claro que si- respondió –ese cambio de imagen luce muy bien en ti, te ves distinta-. –Gracias Hermana era hora de cambiar un poco- sonrió. Era obvio que ese fleco ocultaba una herida, lo notó cuando la vio tan cambiada, quiso sentarse con ella pues se propuso cuidarla después de los acontecimientos del día anterior por la noche en el área de varones que le fue informado por los Hermanos prefectores.
(inicia flashback)
En el área de descanso de las señoritas al dar la vuelta al pasillo Luisa traía la consigna de seguir alimentando el odio hacia la huérfana de establo, hablando pestes de Candy, exagerando su mala reputación, todas estaban espantadas por la mala fama de la rubia, tan mustia que se veía, -¡créanme chicas es una mosquita muerta!- no se percató de la presencia de la Hermana Margaret a sus espaldas, fue cuando en voz alta dijo: -¡Luisa McLaren acompáñeme a dirección!- le llamó la atención de las señoritas que escuchaban y les advirtió que era un comportamiento reprobable que una dama hablara mal de las demás personas; ya frente a la rectora Luisa delató a Eliza al interrogársele por las autoridades del colegio de donde había salido ese rumor. Ambas recibieron una semana de encierro en el cuarto de meditación, en lugares separados.
Los Leagan eran un dolor de cabeza para las autoridades del Colegio, sobre todo Eliza, pero Neal no se quedaba atrás, después de la golpiza que recibió de manos de Terry; esa tarde Archie y Stear lo vieron todo sucio y enlodado, sujetado por los hombros por John Travis y Carl Baxter, compañeros de aula de Archie, extrañados solo los vieron pasar, pero al Hermano Alexander no se le escapó esa escena y los detuvo, los llamó a su oficina e interrogándolos les preguntó el porqué de su estado, los tres cobardes denunciaron a Terruce Grandchester como el agresor, el Hermano dio la orden de llamar ahora a Terry.
-Buenas noches Hermano Alexander, requería usted mi presencia, me pongo a sus órdenes-, para él era muy natural hablar con mucha propiedad, estaba acostumbrado a respetar a sus autoridades y a sus mayores aunque a veces no lo merecieran; ya estaba bañado y con sus ropas habituales.
-Los jóvenes aquí presentes lo acusan de haberlos golpeado- volteo a verlos y con una rabia volvió a verles las caras, contestó.
-Así es, asumo mi responsabilidad por el estado en que se encuentran.
- Joven Grandchester usted más que nadie está enterado que en nuestro Colegio no permitimos la violencia para resolver los conflictos ¿Me puede decir cuál fue la causa de la disputa? Ellos aluden que usted es un prepotente y que los trató con desprecio solo por ser americanos ¿Es cierto eso? - Terry pensó sus palabras antes de contestar sin titubueos afirmó.
-No me arrepiento en absoluto de mis actos, haré lo que esté a mi alcance para proteger la reputación e integridad física una dama.
-¿Está usted consciente de lo que dice? Es una acusación muy grave-. Terry guardó silencio.-¿Al menos me puede decir el nombre de la agredida?.
-Lo siento, creo que ninguna dama, sin importar su rango o edad, pueden ser violentadas por ningún delincuente como los que tiene aquí frente a usted, no es de hombres insultar, amagar y abusar de una dama. Si yo no hubiera estado cerca de ahí, no sé qué habría pasado, pero estuvieron a punto de dañarla irremediablemente.
-¿Es cierto eso jóvenes?- Terry los vió con rencor al recordar las condiciones en que encontró a Candy. Los tres imputados no dijeron palabra, solo se limitaron a verse entre ellos, pues empeorarían la situación.
El Hermano sabía muy bien la honorabilidad de Terry quien no acostumbraba a mentir, se puso de pie dirigiéndose a ellos y sentenció: -Ustedes tres quedan expulsados del Colegio San Pablo desde este momento, enviaré un telegrama a su familias, mientras tanto quedan recluidos en el cuarto de castigo hasta que lleguen a recogerlos.
-¡Noo! ¡No es justo! Candy es una zorra que nos provocó.- alegó Neal
-¡Rata asquerosa te atrevas ni a decir su nombre!- Terry se encendió de coraje y lo agarró de la camisa dándole un puñetazo en la nariz rompiéndole el tabique. -¡Suéltelo Grandchester! no permito más violencia, usted deberá permanecer recluido en su habitación hasta nuevo aviso.-
No se necesitaba una inteligencia muy grande para deducir que era la misma señorita de quien se había escuchado los rumores en los pasillos, sin embargo al escapársele a Leagan el nombre de la víctima, se ordenó vigilarla para evitar que fuera perjudicada por algún otro compañero, por lo que se reunieron las autoridades del colegio para manejar la situación de la mejor manera, pues el Señor William era un personaje muy importante y acaudalado y sería riesgoso si se enterara de lo sucedido y el Duque de Grandchester retiraría su apoyo económico, debían proteger el prestigio del colegio y ese asunto no debía llegar a oídos de los demás alumnos.
(termina flashback)
A la hora de la comida, Candy se fue a sentar a una esquina lejos de las demás chicas, evitando de nuevo verse en medio de una acusación, pero le extrañó no ver a Eliza y compañía por ahí, se rumoraba que ambos habían cometido una falta y que Neal fue expulsado y Eliza estaba castigada.
Paty se acercó a Candy y temerosa le pidió sentarse a comer juntas. –¿Hola Candy, puedo sentarme contigo?- Como nuestra querida pecas no es nada rencorosa, le respondió con una gran sonrisa -¡Claro Paty, siéntate! – y para evitar el momento incómodo para Paty siguió parlanchina:
-¿Sabes que hoy es un día especial?- Paty buscando en sus notas mentales, ¿que se festeja hoy, cumple años?, oh, no sabía qué día cumplía años Candy, ¿renunciaría la Hermana Grey?
-¿Porque es tan especial Candy?
-Hoy es un día especialmente delicioso, hoy sirven pastel de chocolate de postre, es mi postre favorito, me acaba de informar la cocinera, que hizo uno delicioso con fresas y chocolate suizo, deberías conocer a las cocineras, son un amor de personas, el otro día me permitieron mostrarles como se hornea pan en América, a mí me enseñaron los cocineros de la familia Leagan, son muy simpáticos también y me trataron como su familia, cuando más sola me sentía, ellos me ayudaban siempre a sonreír. Yo tenía de 11 años cuando llegué ahí, a pesar de que tuve días difíciles, Dios nunca me abandonó y siempre me puso en el camino a personas bondadosas, por eso creo que todo es obra de Dios, incluso que yo esté aquí contigo Paty. -Dicho esto con una mirada transparente que Paty no había visto en ninguna otra chica, se soltó a llorar frente a ella diciéndole:
-Perdóname Candy, te juzgué mal, me alejé de ti por mis prejuicios y porque Eliza me amenazó, me dijo que Neal me haría algo muy malo si no me apartaba de ti-. dicho esto Candy recordó el momento vivido ayer y pensó que si para ella fue horrible lo que le sucedió, a Paty le hubiera costado más enfrentar una situación así. Le dolió imaginarlo, la abrazó y le dijo:
-No tengo nada que perdonarte Paty, te comprendo, pero vamos a olvidar lo que pasó y a disfrutar ahora sí nuestro delicioso postre-.
-Candy…- la chica de lentes la vió con una sonrisa dulce aun con lagrimitas en los ojos, inclinando a un lado la cabeza, -…gracias-.
Después de ahí las dos se fueron al cuarto de Candy a leer para su clase de Literatura, Candy era más distraída y no lograba concentrarse, aun sentía los brazos de Terry rodeándola.
(inicia flashback)
En la mañana al asearse se debatió si bañarse o no, pues no quería quitarse la sensación y el aroma que el castaño le dejó impregnado con su abrazo, se sonrojó de pensar en ese momento, a la vez se dijo a sí misma: -Candy si no fuera por las circunstancias, serías juzgada de atrevida, ¡Dios mio! ¡Que va a pensar Terry de mí!- Se tapó la cara de pena y sintió su carita caliente, recordó la mirada de él entre tierno y preocupado, cerró los ojos y tenía su rostro grabado, era como un sueño, suspiró: -Terry…
(termina Flashback)
-Candy, Candy, tierra llamando a Candy…- Paty la vió parada viendo por la ventana abrazada de si misma,-¿te pasa algo Candy?- la voz de su amiga reventó la burbuja en la que viajaba y volvió a la realidad,-jajajja no es nada, solo soñaba, me imaginé en las escenas de la novela que leía, ahora que estoy en Inglaterra siento que soy parte de ellas, en este mismo cielo se pudieron vivir tantas historias de amor, es curioso que aunque los ingleses tengan fama de fríos e inexpresivos puedan con un simple gesto reflejar tantas emociones.- diciendo esto abrazada del cojín de su cama y viendo hacia dentro de su ropero que entreabierto dejaba ver el saco rojo de Terry.
-Vaya Candy tienes una visión muy profunda de los personajes, a pesar de ser americana tienes esa sensibilidad, yo tengo casi listo el análisis de Jane Eyre, sabes, con lo que me has contado de tu vida, tienes algo similar a ese personaje, a pesar de las desventuras de la vida eres muy bondadosa.
-¡Paty! Es un honor para mí que creas eso de mí, yo supongo que cuando una persona ha vivido tiempos difíciles, le sirven de aprendizaje, otras personas piensan que debo tener malicia para ver las malas intenciones de los demás y que no me lastimen, pero yo elijo pensar que cada persona tiene una bondad escondida y que la malicia es por el miedo a mostrarse como son, si todos tuviéramos malicia nos destruiríamos unos a otros.
-Candy….- Paty se sorprendía de la visión tan madura de Candy, pues ella por más libros que leía y siendo considerada la más inteligente de la clase no había llegado a tener la sabiduría que tenía Candy, sin duda era la sabiduría de la vida.
Frente al edificio de las señoritas, recluido en su cuarto un joven apuesto joven descansaba acostado con los brazos sosteniendo su cabeza. Veía como entraba el sol del atardecer a través de su balcón. Se puso de pie y tomo la parte de arriba de la puerta recargándose en el brazo y viendo hacia el frente, justamente en la misma altura veía el reflejo del sol sobre el vidrio de una de las habitaciones que estaba abierta, no podía distinguir bien de quien era, pero no le extrañaría que fuera la pecosa queriendo brincar a los árboles, sonrió de lado y recordó el momento vivido el día anterior; en eso tocaron a su puerta para informarle que tenía la visita de su padre, de inmediato su semblante se puso serio y se dirigió al salón de visitantes donde lo esperaba el Duque.
-Buenas tardes Duque de Grandchester- con la formalidad característica de una relación distante entre padre e hijo.
-Terrence, me han informado la Hermana Grey y el Hermano Alexander que participaste en una trifulca con otros tres jóvenes, ¿Es verdad eso?- siempre le daba la oportunidad primero a su hijo, tenía que recabar su testimonio para poder emitir un juicio.
-Así es su excelencia, es verdad
-Durante años te he preparado con la mejor educación, estoy muy decepcionado por tu comportamiento, no es lo que se espera de mi sucesor, te he dicho hasta el cansancio que no te involucres en problemas, sobre todo si son líos de faldas, recuerda que estamos al servicio de la Corona y de nadie más, ¿Has entendido? Así que lo que se espera de ti es el comportamiento más ejemplar-. acercándose más a él le miró a los ojos.
-Terrence, no involucres tus sentimientos, eres muy joven para esas cuestiones, no cometas un error que te costará toda la vida- al decirle esto, Terry se molestó demasiado y replicó: -Así que eso soy para usted Duque, un error, usted que se involucró muy joven con una americana y la abandonó a su suerte, quitándole a su hijo la oportunidad de tener una verdadera madre- un bofetadón cayó sobre la mejilla de Terry
–no te permito que me faltes al respeto Terrance, tu vida no es común y corriente, tu lugar es conmigo y tu deber es prepararte para tu destino, al lado de esa mujer no tendrías una vida digna de un Grandchester.
-estoy pensando que tal vez esa vida simple hubiera sido mejor que esta prisión, con su permiso su excelencia-, dijo esto último con ironía, estaba molesto, irritado por el trato que recibía de nuevo de su padre, se dirigió a su cuarto dando un golpe a la puerta.
Era ya de noche y había pasado la última ronda, empezaba a soplar fuerte viento y relampagueaba, por lo que tomó su capa y salió rumbo a las caballerizas. Salió a montar a caballo en medio de una intensa tormenta como la que llevaba en su interior, ¡Cómo era posible que su padre no le diera un poco de afecto! Se sentía abandonado a su suerte, su madre se había negado a acogerlo en su hogar y ella podría perder su trabajo si lo descubrían además pues el duque lo buscaría sobre las piedras, además de quitarle la oportunidad de llevar una vida privilegiada y que tuviera el lugar que le pertenecía en el mundo.
Mientras tanto Candy estaba ya en su cuarto, preparándose para dormir, haciendo sus oraciones, pedía por todos sus amigos y por sus no tan amigos, rogaba a Dios que cambiara su corazón.
En eso escuchó un trueno impresionante y dio un brinco a la cama, le daban miedo los truenos y relámpagos, estaba empezando a quedarse dormida y a entrar en la primer fase de sueño, cuando escuchó los cascos de un caballo a todo galope, sin abrir los ojos se decía, -no, esto es un sueño, puedo dejar de soñar eso-; pero se intensificaban los golpes de los cascos del caballo a medida como se escuchaban también los truenos, -no ese caballo no, no, no subas a ese caballo, ¡Anthony, Anthony!- en la pesadilla ella veía a Anthony sobre el caballo a todo galope como el día de la cacería, estaba en medio del sueño, sin embargo, sentía frío y sus pies descalzos corrían al verlo en medio de una lluvia intensa con truenos y relámpagos, -¡No! ¡No subas a ese caballo! ¡Anthonyyyy! , de repente cayó y poco a poco se desvanecía la imagen del rubio, ya no se escuchaba el caballo, dejó de escuchar los truenos y la lluvia disminuyó su intensidad, ahora solo era una lluvia ligera que se confundía con las lágrimas que surcaban su rostro, volvió a abrirse la herida y le dolía pronunciar su nombre: -Anthony, Anthony…
Lo que no imaginaba es que en ese momento de nuevo era llevada en brazos de Terry a enfermería.
Le tocó su rostro distinguiendo que eran lágrimas y no lluvia lo que humedecía las mejillas de la pecosa.
-¿Por quién llorará?
-Anthony…. Anthony- brotaban más lágrimas de la cara de Candy.
Terry endureció su expresión y se limitó a llevarla en brazos a enfermería, donde sería atendida por la caída que dio en las escaleras. Desde que la conoció algo había despertado en él, ahora hizo su aparición el diablillo de los celos al darse cuenta que alguien ocupaba el corazón de la pecosa, se sintió menospreciado.
Espero sea de su agrado el presente capítulo, agradezco mucho las observaciones que hacen a la presente historia, no está apegada al cien por ciento a la historia original, es simplemente una versión que quise hacer hace tiempo, el capítulo anterior se sintió algo fuerte y es cierto lo que me comentan, es muy fuerte que Neal y los otros traigan una soga y sean tan violentos, pero recuerden lo que le iban a hacer a los caballos y la situación en que pusieron a Candy al mandarla con el señor García a punto de ser abusada, de acuerdo al manga. Vienen más problemas para nuestros rebeldes, que probarán la fuerza de su amor.
