Prólogo.- Acto IV

Llegué a las puertas de la ciudad de Mondstadt. El Sol estaba poniéndose en el horizonte. El viaje de ida y vuelta hacia el cañón entre Aguaclara y el Viñedo del Amanecer, más el tiempo en el que completé la misión, resultó tardar aproximadamente unas cuatro horas. Pudo haber sido más rápido, pero me perdí un poco de camino allá, y caminé relativamente lento, ya que era la primera vez que caminaba por esos lugares. Quería apreciar el paisaje y de paso buscar posibles torres en el camino, había una gran probabilidad de que me volvería a encontrar alguna, aunque no encontré ninguna esta vez.

"¡Hola, señor Myson! ¿Terminó su primera misión?" El portero Lawrence me saludó tranquilamente. Parecía que estaba apunto de retirarse de su puesto.

"Señor Lawrence." Lo saludé. "Si, aunque tardé un poco, estaba mirando los alrededores, ya sabe, es mi primera vez y decidí aprovechar, jaja. ¿Está terminando su turno?"

"Si, mi compañero tomará mi lugar en breve, no debería tardar mucho."

Con esa breve conversación, seguí mi camino por las puertas de la ciudad. Lawrence parecía haber simpatizado un poco con mi situación. Justo después de partir, me preguntó por mi equipaje perdido, diciendo que los caballeros de Favonius podrían recuperarlo, pero lo negué rápidamente diciendo que la lluvia se llevó todo al mar. Aún si les diera direcciones, no es como si pudieran encontrar cualquier cosa, de todas formas.

Los puestos que esta tarde estaban llenos de gente estaban cerrando uno a uno. En cambio, pude escuchar mucho más ruido y el olor a alcohol desde más lejos de mi posición. Quizá todos los trabajadores se reúnen en bares por las noches.

Llegué a la recepción del Gremio de Aventureros y encontré a Katheryne, quién me saludó con una sonrisa.

"¡Ad astra abyssosque! ¡Señor Myson, es un gusto verlo de nuevo! ¿Cómo le fue en su primera misión?"

"La completé sin dificultades gracias a la espada que me proporcionaron." Le entregué las máscaras de Hilichurl como prueba de haber completado la misión.

"Solo para asegurarme, ¿No saliste herido, cierto?" Me preguntó Katheryne mientras se inclinaba hacia adelante sobre el mostrador para verme de cerca. Mi ropa estaba intacta, y ella volvió a su lugar sonriendo de nuevo. "Parece que estás bien." Ella se volteó y agachó para alcanzar unas cosas bajo el mostrador. "Aquí tiene, estas son las recompensas por completar la misión." Katheryne me entregó una bolsa de cuero. La tomé con ambas manos y me sorprendí al abrirla. Parecía tener muchas más cosas de las que parecía soportar, vista por fuera.

"¿Cuánto Mora es esto?"

"Son 2700 Moras por haber completado la misión." Respondió Katheryne.

¿2700 Moras por una misión? Recuerdo que Lawrence dijo acerca de un herrero que vendía armas por menos de 1000, ¿Son tan baratas esas armas, o la misión era así de difícil? Quedé un poco confundido acerca del valor promedio de los Moras, pero quizá luego lo entendería mejor.

"Por cierto, acerca de la espada…" Saqué la espada enfundada de mi cintura y la puse sobre el mostrador. "¿Cuál es su precio de compra?"

"La Espada del Viajero que tiene usted es vendida por 1800 Moras."

Es un precio que podía costear ahora mismo. Sin embargo, primero tenía que pagar un lugar donde pasar la noche, no pensaba dormir de nuevo en la intemperie.

"¿Sabes de un lugar aquí donde pueda pasar la noche?"

"¡Por supuesto! Si necesita un lugar para hospedarse, están la taberna Obsequio de Ángel, y la taberna Cola de Gato. Aunque la taberna Obsequio de Ángel de enfoca un poco más en su bar que en el hospedaje, por lo que le recomiendo visitar la taberna Cola de Gato, el edifico está justo a la derecha del gremio." Katheryne señaló a mi derecha, haciendo que mi mirada fuera en esa dirección. Había un edifico con mesas afuera de este y un letrero con la figura de un gato sobre un tarro. "Su costo de hospedaje también es bastante accesible por noche, puede comprar la Espada del Viajero y pagar para una noche con cena incluida." Estaba impresionado por la cantidad de información que Katheryne me estaba dando. Supongo que tiene sus ventajas acudir al Gremio de Aventureros…

"Muchas gracias por la información. En ese caso, compraré la Espada del Viajero." Tomé la mayoría de Moras de la bolsa. Entre más Moras mi mano tomaba, parecía que su tamaño de reducía, y era capaz de tomar aún más en solo un puño. ¿Cómo es que pueden hacer eso? ¿Serán monedas mágicas?

En cualquier caso, gracias a la modificación de tamaño, solo me tomó cinco puños sacar la cantidad suficiente para pagar la espada. Lo puse sobre el mostrador y Katheryne se aseguró de que el pago fuera el adecuado antes de devolver el Mora bajo el mostrador y mirarme de nuevo. "La espada es toda suya, señor Myson."

"Gracias." Le sonreí para despedirme.

"Adiós, señor Myson, y gracias por apoyar al Gremio."

Caminé hacia la taberna Cola de Gato, que estaba bastante cerca del Gremio de Aventureros, y mientras caminaba hacia su puerta, ví a varios gatos en el lugar. Estaban acostados y me seguían con la mirada. Me agaché para acariciar a uno de ellos y ronroneó mientras se pegaba a mi mano.

"Que lindura…" Siento que no es la primera vez que trato así a un gato. ¿Quizá tengo un gusto natural por ellos? Me levanté nuevamente, dejando al gato donde estaba, y abrí la puerta de la taberna.

"Buenas noches…" Comencé, a decir, pero no ví a nadie en la barra del bar. Miré alrededor para ver si encontraba a alguien que dirigiera la taberna, pero solo encontré a dos hombres bebiendo en una de las mesas. Uno de ellos se dio cuenta de mi mirada confundida y habló.

"¿Primera vez en el lugar, chico? ¿Por qué no te acercas un poco más a la barra?" Dijo entre risas. El hombre ya se veía un poco ebrio, pero aún así me acerqué a la barra tal y como dijo él. Me comencé a poner un poco nervioso sobre el porque de acercarme tanto, hasta que estuve lo suficientemente cerca para ver más allá de la barra.

"¿Qué es lo que quieres?" Una voz habló desde el otro lado de la barra, era una voz aguda, perteneciente a una niña. Además de eso, pude ver dos orejas sobresalir de la barra, eran orejas de gato. Una niña con cabello rosado se levantó puso a la altura, probablemente subiéndose a una silla. La niña se veía molesta, por alguna razón. Dudé un poco en responderle, pero decidí hacerlo antes que se molestará más por no contestar.

"Hola, eh… ¿Está el dueño de la taberna aquí?"

"Yo soy la encargada de la taberna ahora mismo, ¿Qué es lo que quieres?" Su respuesta me tomó por sorpresa. ¿Pueden niños hacerse cargo de bares en esta ciudad? Miré a la cara de la niña en busca de un indicio de que me estuviera jugando una broma o algo parecido, pero lo decía en serio. Lo que era más, parecía que se estaba molestando aún más por mi presencia, por lo que respondí rápidamente a lo que venía.

"Ejem, bueno, en ese caso, me gustaría pagar por una habitación, por favor."

"¿Hm? De acuerdo, entonces. Son 500 Moras por noche." Su tono de voz cambió drásticamente, lo que me dejó fuera de lugar un momento. Le entregué los 500 Moras de la bolsa que tenía.

"Aquí tienes."

"¿Deseas algo más?" Me miró a los ojos fijamente. Desvié la mirada debido a la actitud extraña de la niña, pero le respondí de igual forma.

"¿Podría tener algo para cenar? Soy nuevo aquí, por lo que no sé de la comida en este lugar. Agradecería si pudiera contar con su recomendación."

"De acuerdo, ¿Qué te gustaría de beber?" Una vez más, me miró fijamente a los ojos, como esperado una respuesta específica de mi parte.

"Eh… si es posible, solo un jugo, algo que no tenga alcohol." Aunque estábamos en una taberna, un lugar en el que principalmente la gente viene por alcohol, no tenía muchas ganas de tomar algo cuando estaba apunto de ir a dormir. Además, no sentía como si hubiera tomado alcohol en algún momento de mi vida, quizá nunca lo hice en primer lugar, y si era así, seguiría así. A menos que recuerde mi vida y descubra que si tomaba alcohol.

La expresión de la niña de iluminó, y sonrió por primera vez desde que entré a la taberna. "¡Enseguida!" Fue lo único que respondió antes de caminar a la cocina detrás de ella. Espere unos 5 minutos antes de regresar con un plato de comida y un vaso con un líquido amarillo.

"Este plato se llama Matsutakes salteados. Es un buen plato si no conoces muy bien la gastronomía de Mondstadt aún. Y esta es una Sidra de manzana. Como pediste, no lleva alcohol." Me explicó brevemente la niña con una sonrisa en su rostro.

Aún un poco confundido, le agradecí con una sonrisa y comencé a comer los Matsutakes salteados. El plato tenía un cubo de mantequilla derretida en el centro, y rodeándolo, lo que parecían ser un tipo de hongos cortados por la mitad. Quizá estos eran los Matsutakes. Al llevarme un trozo a la boca, sentí una textura crujiente mientras lo masticaba, y el sabor del champiñón con aceite y mantequilla era una delicia.

Continúe comiendo y tomé también la sidra de manzana. Su sabor a manzana y el toque carbonatado que tenía me refrescó, y sentí como mis fuerzas regresaban un poco, justo como sentí cuando comí la fruta del bosque por la mañana.

No tomó mucho antes de que terminara la comida. Lo hice algo rápido, al no haber consumido nada más desde que comí la fruta amarilla-rojiza, y cuando terminé, me di cuenta de que la niña con orejas de gato me había estado observando desde que comencé a comer. Me sentí un poco incómodo debido a la mirada sonriente, cmy contrastante con la primera impresión que me dio.

"Ejem… ¿Cuánto será por la comida?"

"Son 300 Moras por todo." Le entregué los Moras y me entregó una llave con un pedazo de madera con el número '011' tallado en el. "Esta es la llave de tu habitación. Pasa una buena noche."

"Muchas gracias, señorita…"

"Diona. Mi nombre es Diona."

"Señorita Diona, un placer." Subí las escaleras al segundo piso y busqué mi habitación. Al encontrarla, abrí la puerta con la llave y la cerré de nuevo, entrando y viendo las cosas que había. La habitación tenía una cama, una mesita de noche, un escritorio con una silla y una lámpara alta a un lado del escritorio.

Dejé la espada sobre el escritorio, y me senté en la cama mientras contaba los Moras que me quedaban.

"1800 por la espada, 800 por la habitación y cena… Solo me quedan 100 Moras." Era lamentable viéndolo de cierta forma, pero solo tendría que completar más misiones para conseguir hospedaje y comidas estables.

"Y después de eso…"

Lancé la bolsa al escritorio y me recosté en la cama. Por primera vez desde que llegué a este lugar, región, o mundo, tuve tiempo para pensar en todo lo que me había pasado.

¿Dónde es este lugar exactamente? ¿Por qué no puedo recordar nada antes de esa lluvia esta mañana? Recuerdo una voz diciendo mi nombre y nada más. ¿Sé de quién es la voz? Traté de recordar con todas mis fuerzas la voz, pero lo logré reconocerla. De hecho, solo pude identificarla como la voz de una mujer, se siente tan familiar…

Supongo que lo único que puedo hacer por averiguar más de todo es esperar a que mis recuerdos lleguen de nuevo por sí mismos, y mientras tanto, aprender más acerca de este lugar. Quizá mañana pueda ir a una biblioteca, o algo por el estilo para aprender más acerca de la región… Lo que más me molesta es tener conocimiento de lo que es una biblioteca y no saber dónde lo aprendí. Lo mismo con los dientes de león.

Solo, respira… Inhalé profundamente antes de exhalar y relajarme en la cama. Lo que sea que tenga que pasar, pasará, solo esperemos y sobrevivamos…

Cerré los ojos lentamente mientras pensaba en mi nombre una y otra vez, esperando que alguna respuesta llegara por su cuenta.