Prólogo – Acto VI
Después de comprar ropa de repuesto y ponérmela, para luego entregar mi ropa en la sastrería de la ciudad y pagar 900 Moras por todo, salí y merodeé un poco por la ciudad. Llevaba puesta una camisa blanca con un bordado simple de color azul marino y manga larga, junto a un pantalón de color gris oscuro. No había un negro mate como el de mi pantalón original para la tela de la ropa que compré. Quizá sea algo no tan fácil de producir, o algo barato en todo caso.
Como las anteriores veces, la ciudad estaba bastante viva, y la gente iba de aquí a allá. De camino a la catedral ví un restaurante, quizá pueda probar algo de comida ahí. Y de camino a la sastrería, encontré otra de las torres de teletransporte dentro de la ciudad. Estaba sobre una plataforma decorada y parecía estar bien cuidada. ¿Entonces la gente sí sabe acerca del teletransporte?
La activé ya que aún estaba emitiendo una luz rojiza, y seguí caminando por la ciudad, explorándola. Ahí fue cuando recordé.
"Oh, cierto, la biblioteca."
Miré el mapa de la zona que Katheryne me proveyó. Era lo suficientemente detallado como para ver el camino que debería tomar hasta llegar a la sede de los caballeros de Favonius. Revisé la ruta que tenía que tomar y comencé a caminar en dirección al oeste.
Mientras caminaba, seguí mirando el mapa, asombrándome por el nivel de detalle que tenía de la ciudad de Mondstadt. Era bastante intuitivo y fácil de distinguir la estatua de la diosa… No, espera, ¿Bárbara dijo 'El Arconte Barbatos', cierto? ¿Es un dios y no una diosa? ¿Me maldecirá por confundir su género…? Mis pasos se aceleraron mientras mi mente divagaba y mi visión seguía centrada en el mapa.
"¡Ay!"
"!Auh!"
Choqué con alguien estando a poca velocidad de correr en lugar de caminar y caí al suelo de trasero. La otra persona también cayó debido a la embestida accidental por mi parte. Guardé el mapa rápidamente mientras volteaba hacia la persona y me disculpaba.
"Lo siento mucho, estaba distraído mirando un ma…pa."
Paré brevemente debido a la persona frente a mí.
"Ah, no te preocupes, está bien." Era una mujer. Tenía cabello castaño largo y un vestido blanco con azul, y botas azules. Sin embargo, el motivo por el cual mi voz falló al verla fue la venda en sus ojos. No hacía falta ser un genio para saber lo que significaba. La mujer era ciega.
"¡De verdad lo siento!" Me paré apresuradamente e hinqué para ayudarla a sentarse en el suelo, ya que había caído de espalda, y le di la mano para ayudarla a levantarse. Ella no se opuso y tomó mi mano con delicadeza. La levanté del suelo y la examiné para asegurarme de que no estaba herida.
"No tienes que preocuparte, solo fue una pequeña caída." La mujer contestó suavemente y sonrió con amabilidad, haciendo que mi pecho se apretara aún más de lo que ya estaba.
"Ven, te llevaré a una banca cercana." Aún tomándola de la mano, la ayudé a llegar a una de las bancas que había del otro lado de las escaleras para ir a la sede de los caballeros de Favonius.
"Vaya, gracias por tu ayuda." Contestó feliz la mujer luego de sentarse en la banca. "Por cierto, no he escuchado esa voz antes… ¿Eres un viajero?"
"¿Eh? Eh… Si, es mi primera vez en Mondstadt, por eso estaba tan concentrado en el mapa y choqué contigo, lo lamento…"
"Ya te dije, no tienes que disculparte, estoy bien. Mi nombre es Glory, es un gusto conocerte."
"Yo soy Myson, como dije, soy un viajero y soy nuevo en la ciudad. Un placer." Me senté en la banca al lado de Glory. Sentí que sería grosero simplemente chocar con ella y seguir mi camino, por lo que seguí un poco más ahí. "¿No hay nadie contigo?"
"Oh, no. En realidad, aunque como puedes notar, he perdido mi vista, mis oídos de volvieron más agudos. Cuando el viento pasa por mis oídos, siento que puedo ver. De ese modo puedo caminar por la ciudad sin problemas."
"Ya veo…"
"Es por eso que también pude haberte escuchado caminar hacia mí, pero supongo que estaba un poco distraída pensando en Godwin…"
"¿Godwin?"
"Ah, es cierto. Eres nuevo en la ciudad. Verás, Godwin es mi amor, y uno de los caballeros de Favonius."
"Oh… Entonces, ¿El vendrá aquí? ¿Está comprando algo?" Al preguntar eso, el rostro de Glory decayó un poco, y me preocupó haber hecho una mala pregunta. ¿No habrá…? No, pero ella dijo 'es uno de los caballeros', eso significa que está vivo, ¿No?
"Godwin salió de Mondstadt junto con el Gran Maestro Varka en una expedición. Sin embargo, no sé cuánto tiempo más dure la expedición, así que no me queda más remedio que esperarlo aquí."
"Lamento escucharlo… Espero que regrese pronto." Le respondí. Pensé por un momento antes de recordar a Bárbara, la Diaconisa de la catedral. ¿Qué no ella tiene poderes curativos? Aunque quizá la ceguera es algo mucho más allá de lo que se pueda curar. Si considero que los poderes curativos son regeneración de células y eliminación de bacterias o virus, la ceguera ciertamente estaría fuera del rango de lo que ella puede hacer…
"¿Hace cuanto tiempo perdiste la vista? Si me permites saber."
"Claro. En realidad, no recuerdo exactamente hace cuanto fue… Ocurrió en mi adolescencia, y ya había conocido a Godwin para ese entonces… Solo de recordar su rostro en ese tiempo me hace sonreír, jeje… Y él se quedó a mi lado aún después de perder la vista, realmente es un buen hombre…" Glory se quedó callada y simplemente giró su cabeza de mi dirección hacia adelante, sonriendo silenciosamente.
"Ya veo… Esto puede ser algo estúpido de preguntar, pero… ¿La Diaconisa-"
"¿No pudo curarme? Si, lamentablemente mi problema no pudo ser resuelto de esa forma. Pero ya me he acostumbrado a vivir así, ¿Sabes? Desde que comencé a creer en Barbatos, puedo oír los murmuros suaves del viento… Eso realmente hace que valga la pena tener una audición como la mía."
"…" Incapaz de responderle, me quedé en silencio junto a ella por unos momentos, asombrado del poder de voluntad de esta mujer frente a esa situación. Cerré mis ojos e imaginé el no tener mi sentido visual… No sabía cómo podría arreglármelas en este mundo tan diferente sin el.
"Ah, lo siento. Debí haberte distraído de tus quehaceres, ¿Cierto?" Dijo repentinamente Glory.
"Oh, no te preocupes, no tengo nada tan urgente que hacer, aunque me dirigía a la biblioteca." Me levanté de la banca y estiré un poco, preparándome para partir.
"Fue un gusto conocerte hoy, Myson, espero que podamos charlar de nuevo en alguna otra ocasión." Me dijo Glory con una sonrisa, 'mirando' en mi dirección, aunque solo estaba volteando su cabeza hacia mí.
"Igualmente, Glory. Espero que te vaya bien y que podamos hablar en otro momento." Fue lo último que dije antes de caminar hacia las escaleras para dirigirme a la sede de los caballeros de Favonius.
"Ugh…"
Ya habían pasado 10 minutos y parecía que había estado caminando por más de 30. ¿Qué clase de ciudad tan ineficiente es esta? Podrían solo hacer escaleras directamente hacia adelante y aún así deciden hacer el camino más largo que se les ocurrió. Hubo un momento en el que consideré escalar los muros para llegar en menos de 5 minutos, pero me preocupaba que me arrestaran por algo así, por lo que me abstuve.
Llegué finalmente a las puertas de lo que el mapa marcaba como la sede del Gremio de Aventureros. Frente a ellas habían dos caballeros de Favonius. Uno de ellos me saludó.
"¡Bienvenido a los Caballeros de Favonius!"
"Gracias. Aquí puedo encontrar la biblioteca, ¿Cierto?"
"Si. En la sede de los Caballeros de Favonius puedes encontrar la oficina de la Gran Maestra, la biblioteca y todo tipo de instalaciones."
"Ya veo, muchas gracias por la información." Le agradecí al guardia y entré al gran edificio.
Dentro de este, había una gran sala con dos puertas en ambos lados y unas escaleras al final de la sala. Era bastante espaciosa a pesar de no tener ningún mueble. Me acerqué al primer guardia que ví a mi izquierda y pregunté.
"Disculpe, ¿Cuál de las puertas lleva hacia la biblioteca?"
"Las dos puertas a su derecha."
"Gracias." Después de ese intercambio de palabras, caminé hacia la primera puerta de la derecha y la abrí. Dentro estaba una biblioteca de dos pisos. El suelo, las estanterías y las escaleras que llevaban al piso de abajo tenían todos un color marrón claro. Caminé al frente hasta el borde del segundo piso, puse ambos brazos en el barandal y miré hacia abajo. Estaba relativamente vacío dentro, y solo podía ver a una niña leyendo un libro en una de las mesas.
"¿Puedo ayudarte en algo, querido?"
Miré a mi derecha, de donde la voz provenía. Ahí vi un escritorio con varios libros regados sobre y alrededor del mismo. Sobre el centro del escritorio había un pedestal con un libro abierto en él, y debajo de él pedestal había un mantel morado con un bordado dorado. Detrás de este escritorio estaba sentada una mujer. Se veía bastante madura, tenía cabello castaño oscuro rizado, y un vestido morado y blanco. Usaba guantes negros y tenía un sombrero grande morado con una rosa en la punta. A simple vista, diría que es una bruja. Y la encargada del lugar, sumado a eso.
"Oh, buen día. No estoy buscando nada en particular, ¿Quizá algo para… turistas? Soy nuevo en Mondstadt." Expliqué brevemente. A pesar de haber venido aquí, no tenía idea de lo que debía buscar exactamente. Supongo que tendré que buscar información general y tal vez un libro de historia de la región.
"Oh, ¿Para turistas, dices? Mmm… Lamentablemente, no creo que contemos con libros de ese estilo… ¡Oh! ¿Creo que esto puede ser lo que buscas?" La mujer, que estaba recostada sobre el escritorio de manera apagada, se enderezó con un bostezo y comenzó a buscar entre la montaña de libros detrás del escritorio. Después de unos momentos, pareció haber encontrado lo que buscaba, pues tomó un pequeño libro de color beige y rojo, con el símbolo de una estrella dorada con fondo azul en su portada.
"Aquí tienes, cariño. Espero que sea lo que buscabas~ " Dijo la mujer con un tono despreocupado. Su actitud parecía ser no tan floja, sino algo más… encantadora, en cierto sentido. Aunque parecía muy relajada.
"Muchas gracias, ehh… ¿Señorita bibliotecaria?"
"Mi nombre es Lisa, cariño. Puedes llamarme de ese modo." Respondió Lisa con una sonrisa soñolienta.
"Bien. Muchas gracias, señorita-"
"Solo Lisa a secas está bien."
"Ehh… Ejem. Está bien, Lisa. Gracias por la ayuda." Respondí mientras me sentía un poco indefenso ante su sonrisa coqueta, tratando de no dejar ver que no estaba acostumbrado a no usar un honorífico para tratar con desconocidos.
Bajé las escaleras hacia el piso inferior, encontré una mesa y me senté a leer el libro que Lisa me había recomendado.
Si. Esto no me sirve.
En sí, el contenido del libro no es completamente inútil. Habla de las diversas áreas de la región de Mondstadt fuera de la ciudad. Valle Dadaupa, Acantilado Estrellado, que por cierto, parece ser el nombre de la zona sobre la playa donde desperté por primera vez, Levantaviento, etcétera. Pero solo es eso, zonas fuera de la ciudad. Ahora al menos puedo darme cuenta de la información que necesito saber. La historia, cultura y religión de la ciudad. Y quizá de otras regiones también. Según el nombre del libro 'Guía de viaje de Teyvat' Teyvat es el nombre de este continente… ¿Mundo? No lo sé, ¿Quizá hayan más continentes allá afuera?
Dejé el libro en la mesa y comencé a merodear por las estanterías, intentando buscar los libros que me pudieran ayudar a conocer un poco más de Mondstadt y de el… ¿Arconte Barbatos lo llamó Bárbara? Un Arconte parece ser el sinónimo de un dios en este lugar.
Durante lo que parecieron ser un par de horas, encontré varios libros hablando de Mondstadt. La mayoría de ellos hablaban de cosas triviales o eran novelas históricas sin mucho contexto realmente 'histórico'. Sin embargo, obtuve una información nueva acerca de este Arconte Barbatos. Al parecer su título es 'Arconte Anemo'. Anemo… ¿Dónde escuché eso antes…? Buenos seguro que en este mundo no…
Oh, Anemo significa viento. En algún idioma, supongo. No consigo recordarlo más allá de eso. Entonces este 'Barbatos' es el dios del viento, ¿Cierto? Y Bárbara dijo que el dios del viento le dio una Visión Hydro. ¿Los dioses pueden entregar estas visiones con poderes que no sean acordes a su título? Si es así, quizá no sean ellos mismos quienes decidan exactamente el tipo de poder que entregan… ¿Qué otros tipos de visiones existen? Tengo entendido que existen las visiones Hydro, con poderes de agua. Y el que exista un Arconte 'Anemo' sugiere la existencia de otro elemento llamado de ese modo, y que pueda ser convertido en una visión Anemo. Si, eso debe significar que existen visiones con poderes de fuego, ya que es un elemento básico, y quizá algo relacionado a la tierra, si tomamos esos cuatro como los básicos.
Terminando mi teoría sin fundamentos sobre el funcionamiento de este mundo, sus dioses y sus poderes, cerré y devolví los libros que tenía a las estanterías a las que estos pertenecían. Posiblemente sea mejor pedir información en el Gremio de Aventureros para más información. Quizá incluso Katheryne me pueda explicar las visiones y sus tipos de poderes elementales sin sonar tan extraño al pedírselo, cómo sería preguntar por el nombre de el continente en el que se supone que todos han vivido una vida entera.
Miré alrededor del primer piso y la niña que había visto leyendo ya no estaba. Subí las escaleras para devolverle el libro a Lisa y la encontré dormida sobre su escritorio. Dudé por un momento sobre si debía de despertarla o no para entregarle el libro, pero pensé '¿No es este su trabajo?' y finalmente decidí hacerlo. Toqué su hombro izquierdo con mi mano derecha y lo sacudí un poco para hacerla despertar. Al no ver resultados, decidí también tomar su otro hombro y volver a sacudirla ligeramente, mientras la llamaba.
"Lisa— Despierte—" Alargué mi pronunciación de palabras para hacerlas sonar un poco más fuerte y quizá conseguir despertarla. Esta vez dio resultado. Lisa se enderezó rápidamente en su silla mientras intentaba ver a su alrededor, con los ojos aún cerrados, quizá la repentina luz le hacía difícil ver tan rápido. Parecía estar un poco agitada, quizá fue mala idea despertarla…
"Ah, ¿Eh?... ¿Cariño, que haces aquí?..." Me preguntó, viéndome por un momento con sus ojos ligeramente abiertos antes de cerrarlos de nuevo por la luz de la habitación.
"Vine a devolverle esto, pero estaba dormida y no supe que hacer, solo se me ocurrió despertarla." Tomé la Guía de Viaje de Teyvat y la puse frente a ella. Lisa la tomó, aún somnolienta y dio un bostezo, antes de hablar.
"Cariño, ya es de noche, ¿No es así? Deberías estar en cama descansando, igual que yo…~ Ahora que lo pienso, debí quedarme dormida sin querer sobre el escritorio. Debería ir a mi habitación a dormir mejor, ¿Cierto? Gracias por despertarme, cariño~"
"¿Eh? ¿De noche?" Miré hacia la ventana detrás del escritorio de Lisa para, efectivamente, darme cuenta que el cielo estaba oscuro. Había anochecido mientras estaba leyendo en la biblioteca.
"No puede ser, llegué aquí antes del mediodía, ¿No es así?..."
"Quizá ese haya sido el caso, cariño, pero ahora mismo son las…" Lisa miró un reloj en la pared contigua a su escritorio. "7:06 pm. Debo decir que eres un gran lector, fufu." Rio cansada mente Lisa antes de levantarse de su asiento. Estaba apunto de retirarse.
"Deberíamos irnos, ¿No es así? Te veré en otra ocasión, cariño~" Dijo Lisa, despidiéndose y saliendo por una de las puertas de la biblioteca, mientras yo caminaba detrás de ella para salir de la sede de los caballeros. Lisa giró a la derecha en la sala principal y se dirigió a las escaleras hacia el segundo piso de la sede, mientras yo salí por la puerta principal.
"Será mejor volver a Cola de Gato." Murmuré y comencé a caminar en dirección a la calle principal de la ciudad para rentar otra habitación por una noche en la taberna.
Fuera de la taberna habían algunas personas en las mesas bebiendo alcohol y charlando. Los gatos de alrededor también estaban con ellos, acostados entre sus pies. Me dirigí a la puerta de la taberna y había un gato sentado frente a ella. Era el mismo al que había acariciado la noche anterior. Tenía un clon gris y era atigrado. Lo acaricié de nuevo.
"¿Cómo estás, pequeñín?..." El gato pareció disfrutar de mis caricias, por lo que seguí acariciándolo un poco más. Mientras hacía eso, la puerta de la taberna se abrió, y de ella salió alguien.
"¿Eh? ¿Que haces aquí?" Era Diona, la niña gato que me atendió la última vez.
"Se…" Me sentí extraño repentinamente al intentar llamarla señorita Diona. Quizá sea porque es varios años menor que yo, o tal vez por la influencia que Lisa me causó al hacerme llamarla sin honoríficos. "Diona. Buenas noches."
"Buenas noches… No, espera. ¿Pensé que te habías ido? No te vi en todo el día, y la llave de tu habitación estaba en la caja con las demás sin rentar."
"Bueno, eso fue debido a que no tenía dinero para alquilar una habitación por otra noche, así que tuve que dejarla aquí, y completé una misión por lo que ya cuento con el dinero…" Me detuve de dar más detalles. Estaba apunto de contarle todo mi día.
"Ya veo… Hmph, desafortunadamente para ti, acabo de terminar mi turno, así que no te atenderé yo." Dijo mientras se cruzaba de brazos. "Veo que te llevas bien con Leo."
"¿Leo?"
"Es su nombre." Diona apuntó al gato que aún estaba acariciando. Así que su nombre era Leo.
"Bueno, quizá me sienta un poco cercano a los gatos. Son lindos." Le respondí sin darle mucha importancia al tema.
"Hmm… Bueno, en cualquier caso, me iré ahora." Diona cerró la puerta detrás de ella para bajar las escaleras, antes de voltearse y preguntarme. "¿Cuál es tu nombre?" Sus palabras tenían un tono algo agresivo, pero no parecían tener mala intención.
"Mi nombre es Myson."
"Así que Myson… Bien, entonces, si continúas quedándote en esta taberna nos veremos luego."
"Igualmente, nos vemos después…" Dije mientras la miraba irse, para finalmente abrir la puerta de la taberna y ser recibido por el olor fuerte del alcohol, el ruido de las personas en el bar y una canción siendo tocada con una guitarra y cantada por una chica bastante alegre. Supongo que esto era lo normal en todos los días. Ayer posiblemente llegué muy temprano para este ambiente.
Margaret estaba en la barra preparando una bebida, hasta que sus ojos se posaron en mí y con una sonrisa me saludó. "Bienvenido de vuelta, chico... Hmm, ¿Cómo dijiste que te llamabas?"
"Myson. Ese es mi nombre. Un gusto verte de nuevo, Margaret" Le respondí con una sonrisa mientras me sentaba en una de las sillas de la barra y ponía 800 Moras sobre ella. "Pediré un plato de Matsutakes salteados y una Sidra de Manzana, además de otra noche en una habitación, por favor."
"Lo traeré enseguida." Respondió para dirigirse a la cocina y traer las cosas en un minuto. El plato exudaba ese mismo olor de antes, y sentía mi estómago rugir de hambre. Lo comí rápidamente junto a la sidra y ví al lado de mi comida, donde estaba una llave con el mismo número '011'. Margaret la había dejado mientras comía.
Gruñido…
"¡Un segundo plato, por favor!" Levanté mi mano mientras hablaba a Margaret, que se encontraba entregando otro plato del otro lado del bar.
"¡Ahora mismo!"
Al llegar a mi habitación, puse la bolsa con Moras y la espada del Viajero de nuevo en el pequeño escritorio mientras me recostaba en la cama de la habitación. Estaba mentalmente fatigado por haber leído toda la tarde, y físicamente por la misión realizada esta mañana. Podría comenzar a acostumbrarme a llevar esta clase de día a día, aunque quizá debería entrenar con la espada para mejorar mis ataques. A pesar de que es conveniente curarme solo con una brocheta de Lynn, no creo querer sentir como un hacha me rompe la espalda de nuevo.
Debería preguntarle a Katheryne sobre las visiones también…
Debería…
"…fuu...ha..."
