Prólogo.- Acto IX
"No parecen ser de Mondstadt. ¡Identifíquense!" Dijo severamente la exploradora, habiéndose presentado con el nombre de 'Amber'. Siendo el único que ha estado en Mondstadt por un tiempo, decidí tomar la iniciativa para responder.
"Es, um, un placer conocerla, ¿exploradora Amber? Soy un viajero estacionado temporalmente en Mondstadt. Mi nombre es Myson. Ellos dos son… conocidos míos." Expliqué. No podía mencionar que los conocí hoy o simplemente acabaría con ellos siendo retenidos o algo así.
"Oh, ¿Es así?" Amber pareció ser tomada por sorpresa por la algo-convincente explicación, y su actitud seria se desmoronó.
"¡Si, es cierto! ¡No buscamos problemas!" Dijo Paimon con una voz ligeramente más aguda que lo usual.
Amber pareció no estar del todo convencida y entrecerró los ojos, para decir con los brazos cruzados "Aunque eso es justo lo que diría alguien sospechoso." Bien hecho, Paimon.
"Saludos, me llamo Aether." Habló Aether con una voz compuesta y amable. Parecía poder actuar de manera que no levantara ninguna sospecha, a diferencia del hada.
"No suena a un nombre de por aquí… ¿Y que le ocurre a su mascota?" Inquirió Amber.
"Es mi…" Aether tomó una pausa para mirar a Paimon. Luego volvió a vista a Amber y respondió con la voz más inocente que le salió. "Comida de emergencia."
"¡Pff…Jajajajajaja!" Las palabras de Aether me tomaron tan desprevenido que no pude evitar reírme.
"¡Eso es incluso peor que se tu mascota!" Se quejó Paimon, visiblemente ofendida.
"Bueno… En pocas palabras, los tres son viajeros, ¿Cierto?" Amber pareció resumir la información en su mente de la forma más conveniente para nosotros. "Últimamente hay un dragón merodeando cerca de Mondstadt. Será mejor que entren a la ciudad lo antes posible."
"Espera, ¿Últimamente? Llevo aquí unos días y nunca me enteré de ello." Cuestioné a la exploradora. "¿Es confidencial o algo por el estilo?"
"Bueno… los caballeros de Favonius intentamos lidiar con la situación sin preocupar a los habitantes de la ciudad, pero…" Se detuvo a la mitad de sus palabras, mostrándose ligeramente avergonzada.
"No está saliendo muy bien, ¿Puedo suponer?" Adiviné sus siguientes palabras.
Asintió levemente antes de seguir. "Stormterror se ha acercado mucho a la ciudad en estos días, y hace apenas unos minutos lo avisté volando sobre el bosque susurrante. Ya que vienen de ahí, ¿No lo notaron?"
"De hecho, sí. Lo vimos sobrevolar el bosque y apenas tuvimos tiempo de escondernos, fue aterrador." Cambié un poco los hechos sucedidos en el bosque, incluido el chico que hablaba con el dragón y la piedra roja que fue dejada atrás.
"Hm." Amber asintió para sí misma. "En ese caso, los escoltaré hasta la ciudad. No está lejos de aquí."
Aether me miró, y susurró ligeramente '¿Eso estará bien?' a lo que solo me encogí de hombros y asentí. No había realmente mucho problema en ello, o mucho que hacer al respecto.
"¿Eh? ¿No tienes otros asuntos que hacer?" Preguntó Paimon a Amber.
"Por supuesto, pero no se preocupen. Puedo cumplir con mis tareas y protegerlos a la vez." Dijo Amber con una sonrisa confiada, y golpeó suavemente su pecho con su puño, como para remarcar sus palabras. "Además, no sé si puedo confiar en ustedes." Se cruzó de brazos y volvió a hablar en un tono duro.
"¿Por qué tan desconfiada?" Preguntó Aether, fingiendo estar ofendido.
"Oh… Lo siento." Respondió apenada Amber. Parecía haber malentendido el acto de Aether como un enojo real. "No son palabras dignas de una caballera." Se aclaró un la garganta antes de hablar en un tono respetuoso. "Les pido disculpas, forasteros… y honorables viajeros." Dijo de manera muy… robótica, por decirlo de alguna forma.
"¡Eso sonó muy falso!" Dijo Paimon con incredulidad en su voz.
Ese comentario pareció ofender a Amber, pues puso ambas manos en su cintura y contestó. "¿Tienes algo en contra de las normas de vocabulario del Manual de los Caballeros de Favonius?"
"Oh, ahora que lo pienso, escuché a Lawrence hablar con palabras casi iguales la primera vez que llegué a la ciudad." Intervine, haciendo que ambas mujeres desviarán su hostilidad de la otra.
"¿Quién es Lawrence?" Preguntó Aether.
"El portero de la ciudad. Si no mal recuerdo, sus palabras exactas fueron 'Forastero y honorable viajero, bienvenido' y algo más. No recuerdo tanto ya que mi mente estaba en otra cosa…" Me acerqué un poco más a Aether, para evitar ser escuchado por Amber. "Específicamente, en que su mano estaba en su espada, esperando cortarme en dos." Me volví a alejar y hablé en una voz más alta. "Ejem, pero parece ser una regla de conducta de los caballeros, como dice Amber."
"Hoo…" Aether resopló con la mirada en blanco y miró hacia Amber.
Amber pareció ignorar este hecho y habló de nuevo. "Bien. Entonces acompáñenme, no perdamos tiempo." Comenzó a caminar en dirección al puente de la ciudad y la seguimos de cerca.
Durante el camino, Amber habló de nuevo, cortando el breve silencio que se había formado. "Entonces, viajeros de origen desconocido, ¿A que se debe su visita a Mondstadt?"
Paimon fue la primera en responder. "Aether se separó de su hermana en medio de una travesía muy, muy lejana." Dijo con una voz calmada, podría decir incluso seria. "Yo soy la compañera de viaje de Aether. Le estoy ayudando a buscar a su hermana." Terminó de decir.
Amber se quedó en silencio un momento. Parecía estar pensando en algo. Luego de unos segundos habló. "Vaya… así que buscando a la familia. Ya veo…" Volvió a quedarse callada, pero esta vez por un poco más de tiempo. "…" Se veía muy seria, hasta que levantó la cabeza y pareció animarse de nuevo. "¡Muy bien! Permítanme terminar mis tareas, y luego les ayudaré a pegar carteles en la ciudad."
"¿De verdad?" Respondió rápidamente Aether. Una leve esperanza en sus ojos. Amber asintió a sus palabras con un 'Mhm'.
"Genial, ¿No es así? Ahora estás más cerca de tu objetivo" Le dije a Aether, sonriendo.
"Si. Así parece." Su humor había mejorado considerablemente en comparación a su actitud seria hasta ahora, a pesar de haber compartido un par de risas.
Paimon luego volvió a hablar con Amber. "Ahora que lo dices, ¿tu que estabas haciendo por aquí?"
Amber simplemente sonrió. "Es muy sencillo. En un momento lo verán."
Ciertamente, no nos tomó mucho tiempo descubrir lo que Amber hacia originalmente merodeando cerca del bosque. Fue en el momento en el que sacó su arco sin previo aviso y disparó una flecha hacia un Hilichurl.
"¡Ah! ¡¿Es un Hilichurl?!" Exclamó Paimon por la sorpresa. El Hilichurl se levantó, con su máscara bastante agrietada y la flecha clavada en ella. Por alguna razón seguía vivo a pesar de tener su cráneo perforado. El Hilichurl nos dio la espalda y comenzó a correr a alguna parte.
"¡Que no escape!" Dijo Amber, corriendo hacia el Hilichurl.
Corrí también hacia el Hilichurl, desenfundando mi espada y dando un salto junto a una tajada vertical al cuello del Hilichurl. Intenté hacerlo de manera que muriera rápidamente, y lo logré. Se desvaneció en cenizas al siguiente momento. Volví a guardar mi espada y volteé hacia atrás, a donde estaban Amber, Aether y Paimon, para descubrir tres pares de ojos mirándome bastante abiertos.
"…¿Qué?" Les pregunté, sin saber por qué me miraban de esa manera.
"Eso… fue bastante rápido." Dijo primero Aether.
"¡Si! ¡Paimon apenas te vio moverte y el Hilichurl ya no estaba!" Dijo Paimon, expresando su sorpresa ante mi ataque.
"¿Estás acostumbrado a pelear? ¿Eres un aventurero veterano?" Preguntó Amber con curiosidad.
"No… no, me registré hace solo unos días. En realidad no fue tan impresionante. Estoy seguro que Aether también lo podría hacer, ¿Cierto? Y estaba bastante herido ya." La velocidad a la que atacaba era normal para mí, por lo que pensé que malinterpretaron las condiciones favorables en las que maté al Hilichurl con mi propia habilidad.
"Ehm… Bien. Estos monstruos salvajes se están acercando cada vez más a la ciudad, como pueden ver. Mi tarea en esta ocasión es despejar el campamento." Amber señaló la dirección en la que el Hilichurl había intentado correr anteriormente. "Debe ser por ahí."
Avanzando un poco más por el camino, nos encontramos con unas cercas de madera en forma de círculo pegadas al suelo, como para proteger un área específica. Había una torre pequeña dentro de esa área, y un Hilichurl sobre ella con una ballesta. Además de el, había otros cuatro Hilichurls merodeando el lugar.
"Bien. A mi señal, dispararé al Hilichurl sobre la torre y comenzaremos el ataque, ¿De acuerdo?" Volteó a vernos Amber luego de dar sus instrucciones.
""De acuerdo."" Respondimos Aether y yo. Paimon por su parte permaneció flotando desde cerca de Aether, un poco más arriba de lo normal para no estorbar o quedar atrapada en la batalla, posiblemente.
"Tres… Dos… Uno… ¡Hup!" Con un pequeño sonido, Amber disparó su flecha, y esta voló por el aire cubierta de fuego, para impactar de lleno en la cabeza del Hilichurl y tirarlo de la torre.
En ese momento, los tres avanzamos hacia los Hilichurls y comenzamos a atacar.
La batalla no duró más de 4 minutos, y todos los Hilichurls ya habían sido eliminados. Fue un trabajo bastante fácil, comparado a la misión que tuve adentrándome más en el camino, y dónde estaba el Mitachurl del Hacha en Llamas. Una experiencia desagradable sin duda.
"¡Ja! Pan comido." Se rió Amber antes de mirarnos. "¿Están bien? Tengo que admitir que son buenos combatiendo." Nos dio un cumplido. "¿Cómo se sintieron durante el combate?"
"No sudé ni una gota." Respondió Aether confiadamente mientras, contrariamente a sus palabras, se limpiaba la frente de un poco de sudor que tenía.
"Lo mismo de siempre, supongo." Contesté yo, sin mucho detalle. Enfundé mi espada y miré un poco la máscara de Hilichurl en mi cintura. "…Tendré que limpiar esto luego." Murmuré para mí mismo.
"¿Cómo es que los Hilichurls llegaron hasta aquí? Estas criaturas no suelen acampar tan cerca de las ciudades." Comentó Paimon a Amber.
"Tienes razón. Normalmente suelen merodear en el campo. Pero debido a la aparición de Stormterror, hemos sufrido daños en las huertas y las rutas comerciales."
"¿Entonces esas alimañas se han ido acercando a la ciudad?" Preguntó Paimon con recelo.
"Si. Pero al despejar el campamento ayudamos a que la zona sea más segura." Terminó de decir Amber. Parece que disfruta de su trabajo. "¡Acompáñenme! No sería una caballera responsable si no los escoltara a la ciudad." Dijo y comenzó a caminar una vez más al puente de Mondstadt. La seguimos una vez confirmamos que no quedaba ningún Hilichurl en el área.
En el camino a la ciudad nos encontramos con Lynn. Ella miró casualmente al grupo hasta cruzar miradas conmigo. Me sonrió y saludó con el brazo extendido. Le dije a Amber y a Aether que podían adelantarse un poco. Me acerqué a Lynn y la saludé.
"Hola Lynn, ¿Cómo te encuentras?"
"¡Myson, un gusto verte! ¿Terminaste la misión?"
Paré mis pasos un momento y recordé que tenía la misión de limpiar la Estatua de los Siete del Lago Estelar de unos slimes. Misión que efectivamente había completado. Llevé una mano a la bolsa de Moras que también tenía en la cintura, donde guardaba los objetos de monstruos que probaban la terminación de las misiones. Solo había Mora.
Miré pálido la bolsa de Moras y después a Lynn. No dije palabra alguna.
Lynn pareció suponer lo que había pasado, pues soltó una risa y me dijo. "¿Olvidaste la prueba de que completaste tu misión o algo?" Me preguntó con ironía.
"Si…" Le respondí ansioso.
"Espera, ¿De verdad?" Me miró como si no lo pudiera creer. "¿Di en el blanco? ¡Jajajaja!" Comenzó a reír de nuevo. Poco después de que se calmara, continuó hablando. "Aunque no tienes que preocuparte mucho por ello, si solo fue una misión simple. La mayoría de las veces aceptan la misión como completada a menos que se descubra que en realidad no la realizaste, en cuyo caso se te da una penalización." Me explicó Lynn detalladamente.
"Ya… veo… Es un alivio escucharlo." Me calmé también y suspiré, expulsando las preocupaciones que había acumulado en ese poco tiempo.
"A propósito, ¿Esos que venían contigo son tus amigos?" Preguntó Lynn con curiosidad. "No pregunté de donde venías, ¿Cierto? ¿Son de tu ciudad natal?"
"No, ellos no son de donde yo vengo. Solo nos topamos por casualidad en medio de sus viajes y, bueno…" Ofrecí una explicación similar a la que le había dado a Amber.
"Ya veo… En fin." Lynn pareció cambiar su interés y tema a otra cosa. "De casualidad, ¿Ya comiste?" Me preguntó repentinamente.
"¿Hm? ¿Por qué lo preguntas?" Le dije, confundido. "Veamos… Deberían ser alrededor de las 2:00pm ahora mismo… Creo que no comí desde haber salido de la ciudad a las 8:00." Le respondí después de pensarlo un momento.
"Por nada en específico. Mira." Lynn puso su mochila frente a ella y comenzó a buscar algo en ella.
"¿Dónde puedo conseguir una mochila como esa? Me vendría muy bien." Le pregunté asombrado por la calidad de la mochila.
"¿Hm? Ah, el Gremio de Aventureros las vende. Tienes razón en que te vendría muy bien. Todos los aventureros los usamos." Me dijo casualmente. "Aquí está." Sacó un contenedor pequeño. "Lo hice esta mañana. Me quedó tan bien que supuse que podría compartirlo contigo cuando volvieras." Me dijo felizmente mientras me daba el contenedor. Olía muy bien aun cuando seguía cerrado.
"¿Hooh? ¿Una comida nueva?" Abrí el contenedor para encontrarme con un par de brochetas. Sin embargo, no parecían estar hechas de los mismos ingredientes que las brochetas de champiñones y pollo que me dio antes. Estas eran bolas del mismo tamaño. Albóndigas, mejor dicho. "¿Estas son albóndigas? Parecen serlo." Intenté adivinar.
"¡Así es! Estas son albóndigas de rábano fritas, una receta nueva que aprendí en los últimos días. Adelante y pruébalo." Me dijo Lynn con ojos expectantes.
"De acuerdo entonces." Le respondí, tomando una de las brochetas y mordiendo una de las albóndigas. Sabía muy bien. Era crujiente y tenía un sabor algo picante complementado con pimienta. Mientras analizaba los sabores en mi boca, pensé que quizá la Estatua de los Siete influía también en mi sentido del gusto. Algo definitivamente bueno en este caso.
"…" Miré a Lynn, quien me estaba viendo también con ojos serios y conteniendo su aliento.
"Está delicioso. Bien hecho, Lynn." Levanté mi pulgar como señal de aprobación después de haber tragado el bocado que había tomado.
"¡Bien!" Cerró ambos puños en celebración y me vio con una sonrisa avergonzada. "A decir verdad. Esperaba con ansias que lo pudieras probar. No es muy a menudo que pueda hablar con alguien, ¿Sabes?" Me dijo con su rostro mirando a Mondstadt.
"¿A qué se debe eso? ¿Ocurrió algo?" Le pregunté con ligera preocupación.
"Ah, no es nada malo, en verdad, jeje. Verás…" Lynn se aclaró la garganta antes de explicar. "Actualmente estoy tratando de completar el desafío de 'Sobrevivir en la naturaleza'. Ni siquiera recuerdo cuando pisé Mondstadt por última vez…" Dijo con un poco de pesar en su voz, pero esos sentimientos fueron borrados rápidamente de su rostro. "Pero en realidad no es difícil sobrevivir en la naturaleza. Solo es cuidar tu condición física y necesidades básicas. Ah, bueno…" Bajó un poco la mirada. "Como puedes imaginar, hay momentos donde puedes sentirte un poco solo… ¡Por eso aprecio mucho esta conversación contigo!" Terminó de decir con una sonrisa honesta.
"También aprecio hablar contigo, Lynn. A decir verdad, eres la primera persona con la que hablé desde que…" Me detuve antes de decir inconscientemente 'desde que llegué a este mundo'. "…llegué a Mondstadt. Estaba un poco perdido en ese momento, como pudiste ver."
"Jeje, lo recuerdo." Rio Lynn. "Oh, seguramente tienes que reunirte con tus amigos, ¿Cierto? No tomaré más de tu tiempo." Dijo Lynn tomando su mochila del suelo de nuevo. "Puedes quedarte con eso por ahora. Puedes dármelo cuando termines de usarlo." Señaló el contenedor de madera en mis manos, el cual aún tenía una brocheta de rábano.
"Gracias por eso. Quizá venga luego para pasar el rato. Me gustaría que me enseñaras a cocinar tan bien como lo haces tú, quizá pueda hacer unos platillos que yo recuerde." Le dije con una sonrisa y poniendo mi mano sobre su hombro. "Entonces, nos vemos luego, ¿Está bien?"
"S, si… ¡Si! ¡Estaré esperando!" Respondió Lynn con una sonrisa. La luz del Sol estaba obstruyendo un poco la visión desde mi posición, pero pude ver un ligero rubor en sus mejillas. No comenté al respecto y en su lugar me despedí con la mano mientras caminaba una vez más dentro de las murallas de la ciudad.
¿A dónde se habrán ido esos tres?
