Prólogo.- Acto X

Una vez entrado en la ciudad, comencé a buscar a Amber, Aether y Paimon, esperando no haber tardado mucho hablando con Lynn. No debieron ser más de 10 minutos, supongo.

Mirando a ambos lados de la ciudad, podía ver meno gente que los días anteriores. Antes podía ver gente caminando de un lado a otro hablando ociosamente, pero ahora la única gente que veo está comprando cosas o es parte de los puestos vendiéndolas. Según lo que dijo Amber, quizá sea una consecuencia de tener a un dragón rondando por Mondstadt, de donde sea que haya llegado.

A pesar de la poca gente que había, no podía ver ni rastro de las tres personas. Eso tomando en cuenta que una de ellas literalmente flotaba en el aire con ropas blancas y otra de ella tenía un atuendo de lo más exótico.

"Aunque, bueno… Si hablo de exótico, mi ropa tan plana tampoco hace mucho más que destacar entre los lugareños…"

Espera, vuelve unas frases atrás.

Rastro, eso es. Los sentidos aumentados de la estatua me podrían ayudar a buscarlos.

Cerré los ojos, quedándome quieto y concentrándome en los sonidos de la ciudad. Las voces, específicamente…

No funciona. No puedo centrarme individualmente en una de todas las voces que escucho… Supongo que tendré que correr hasta encontrarlos. Debería ir a la parte superior de la ciudad y buscar de arriba abajo.

Comencé a correr con bastante fuerza y, aunque tardé varios minutos, llegué a la plaza de la estatua relativamente rápido. Me detuve y jadeé por aire mientras me recuperaba de haber corrido sin detenerme, mientras escaneaba los alrededores buscando a mis acompañantes. Estaban cerca del borde de la plaza que tenía vistas hacia el resto de la ciudad. Me acerqué caminando justo a tiempo para escuchar a Amber hablar.

"¡Ta-chán! ¡Unas alas voladoras!" Dijo mientras le entregaba un par de alas de color marrón a Aether. "Los exploradores las usamos para navegar el viento. A la gente de Mondstadt también le gusta usarlas." Las presentó como si estuviera vendiendo un producto. Tenía talento, eso no se lo negaba. "Tuve la idea de traerlos aquí para dejarlos probarlas, aunque parece que Myson aún no…"

"Aquí estoy." Levanté una mano mientras les hablaba para llamar su atención. "Lamento la demora, espero no haberme perdido de mucho."

"¡Hola, Myson!" Paimon me devolvió el saludo enérgica, mientras Aether solo me saludó agitando la mano en el aire.

"¡Oh, Myson! Llegas en buen momento. Aquí." Amber me extendió un par de alas iguales a las que le había dado a Aether. "Tal como le dije a Aether, estas son un regalo por haberme ayudado a despejar el campamento Hilichurl."

"Oh, así que eso es… ¿Cómo se usan?" Pregunté, esperando que resumiera su explicación de antes de que llegara.

"Amber parece muy entusiasmada con esas alas." Paimon comentó al aire.

"Es porque Mondstadt lleva consigo el espíritu del viento." Amber se cruzó de brazos y dijo con orgullo. Una sonrisa de satisfacción en su rostro. "Muy bien. ¡Suficiente charla! ¡Vamos a probarlas! No es difícil probarlas, así que presten atención a mis instrucciones, ¿Okay?"

Amber primero nos dio unas indicaciones acerca de cómo ponernos las alas eficientemente y como desplegarlas desde nuestra espalda. Era un mecanismo bastante sencillo de entender, donde teníamos que mover ambos brazos hacia atrás, acercando ambos hombros al torso para que alas se extendieran, y el mismo movimiento para retraerlas de nuevo.

Amber luego nos hizo una demostración, volando cuesta abajo, aterrizando en medio de la fuente de la fuente en el distrito de ventas. No sin antes decirnos que la siguiéramos.

"¿Gustas ir primero?" Le dije a Aether.

"Aquí voy, supongo." Se encogió de hombros y paró sobre el borde de la plaza de la estatua, antes de saltar con las alas extendidas. Al momento de estar en el aire, comenzó a planear suavemente, aunque a momentos perdía el equilibrio de las alas y su vuelo se tornaba brusco. Parecía estar acostumbrándose rápidamente. Quizá tenga relación con lo que me contó acerca que el en realidad volaba cuando tenía sus poderes. Lo que significa que yo no tendré la misma facilidad en esto…

"¡Tu puedes, Aether!" Una voz a mi lado me sorprendió, ya que no esperaba que hubiera alguien a mi lado aún. Era Paimon.

"¿Paimon? ¿Qué haces aquí?" Le pregunté al hada, que pensé estaría volando justo al lado de su compañero de viaje.

"Paimon piensa que es más divertido mirar desde aquí. También podré ver como es desde cerca cuando bajes tú." Respondió Paimon, flotando acostada sin apartar la vista de Aether, quien ya estaba a unos metros de distancia de nosotros.

"Bueno, supongo que ya me toca." Me lancé también del borde de la plaza para desplegar mis alas y comenzar a planear. El primer momento fue el más difícil, ya que hubo una gran turbulencia por extender las alas a mitad del aire, pero sorpresivamente, pude sentir la dirección del viento chocando conmigo, y la posición de mis brazos y el resto de mi cuerpo con la que lo aprovecharía más.

"Ohh… Esto no está tan mal." La sensación de planeo era bastante agradable, y sentía que podía girar a la izquierda o derecha con fluidez. Aunque tenía que seguir derecho.

"¡Paimon cree que lo estás haciendo bien, Myson! Es divertido volar, ¿Cierto?" Dijo Paimon volando cerca de mí.

"Seguro que sí. Me gustaría intentarlo desde una montaña la próxima vez." Le dije bromeando.

"Paimon no te lo recomendaría, pero si no es demasiado alto, ¡Seguro será una buena experiencia!" Contestó Paimon, entre advirtiendo y alentando mi idea.

Pude ver a mitad de mi recorrido como Aether ya había llegado al suelo, junto a Amber, que parecía estarlo felicitando. Le dije a Paimon que se adelantara a felicitarlo también y ella fue. Disfruté del silencio del viento y la suave brisa alentando mi caída al-

Silbido…

¿…? La corriente de viento que me permitía planear se volvió turbia. En un par de segundos, había ascendido tres metros más de altura de los que se suponía estaba. Miré alrededor, más específicamente arriba, para ver el cielo nublado con un gris oscuro, ocultando el Sol y trayendo vientos tempestuosos. Podía sentir una intranquilidad y pánico a través del viento. Se sentí familiar…

Ah, fue en el bosque. Miré de nuevo alrededor en busca del mismo causante de esta aura ominosa en el bosque. Stormterror, el dragón que estuvo merodeando Mondstadt últimamente. El viento se hacía cada vez más fuerte y me había levantado a una altura en la que dejar las alas y caer al suelo ya no era una opción viable. No sabía si la contaría, y no me arriesgaría a descubrirlo.

"¡Myson!" Escuché un grito desde el suelo. Era Aether llamándome. Junto a él estaban Amber y Paimon mirando a la misma dirección. También llamando a mi nombre.

"¡Cuidado detrás!" Fue lo último que escuché de la boca de Aether antes de que un estruendo continuo sonara detrás de mí. Giré la cabeza e intenté estabilizar las alas voladoras para ver que había detrás, solo para lamentar esa decisión casi al instante. Era un tornado.

"¡Oh, mierda!" No tuve tiempo de decir mucho más debido al rugido de Stormterror ensordeciéndome y obligándome a cubrirme los oídos para evitar mis tímpanos siendo rasgados.

El tornado estaba tan cerca que prácticamente ya estaba siendo arrastrado en su interior. Iba subiendo cada vez más y más mientras intentaba desesperadamente pensar en algún plan para salir de esta situación e intentaba usar los sentidos aumentados de la estatua para ver algún camino con el viento que me permitiera salir de este problema.

"¡AHHHH!" Escuché un grito acercándose a mi dirección. Abriendo los ojos, ví una cabellera dorada revolviéndose sin compasión al son del viento. Se trataba de Aether.

"¡¿Aether?! ¡¿Qué haces aquí?!" Sabía que tenía que hablar bastante alto para que me lograra escuchar con todo el viento opacando mi voz, pero aun así mi voz terminó saliendo más alto de lo que tenía planeado.

"¡Me atrapó la corriente mientras intentaba ver cómo ayudarte!" Respondió con un volumen similar.

"Pues vaya ayuda me estás dando." Dije sarcásticamente.

"¿Qué?" Me gritó Aether a través del tornado.

"¡No, no es nada! ¿Qué se supone que hagamos?" Le pregunté, para poco después, y antes de obtener respuesta alguna, el tornado me llevara rápidamente arriba y fuera arrojado al cielo. "¡Woah!"

"¡Gah!" Aether pareció estar en la misma situación.

Después de unos segundos donde mi visión estaba llena de gris y un viento amenazaba con azotar mi cuerpo, finalmente hubo una tranquilidad en el aire. Abrí los ojos con cuidado para ver a mi alrededor. Era una vista sorprendente. Sobre mí, había un cielo despejado y azul con nubes blancas y totalmente pacíficas, mientras que debajo de mí se encontraba la ciudad siendo arrasada por tornados, y la separación entre ambos paisajes era solo una línea, desde donde yo estaba planeando.

Intenté buscar a Aether con la mirada, pero no lograba encontrarlo. ¿Se habrá quedado dentro del tornado?

No tardé en descubrirlo, pues Aether llegó por debajo de mí y chocó contra mí, haciéndome perder el equilibrio de las alas y caer junto a el.

"¡No no no no no!" Pude estabilizarme apenas con la ayuda de los sentidos de la estatua, y al pensar en ellos, busqué a Aether para confirmar si el se encontraba bien, solo para encontrarme con que el ala derecha de su planeador estaba rota.

"¡Aether!" Grité su nombre al verlo descender rápidamente. Retraje mis alas y caí en picada, con esperanza de alcanzarlo antes de que cayera. Afortunadamente, logré tomarlo de un brazo y posicionarme detrás de el, tomando su torso por debajo de sus brazos y desplegando mi planeador de nuevo, esperando que las ráfagas agresivas del viento compensaran el exceso de peso con el que los planeadores se vieron forzados a cargar.

"¿Estás bien?" Le pregunté a Aether mientras tenía un mal momento tomando ventaja de los movimientos erráticos del viento, antes de sentir como una corriente elevaba no solo los planeadores, si no mi cuerpo entero, haciéndome volar completamente, y no solo planear.

"Eso… creo…" Aether logró responder, sosteniéndose la cabeza, aturdido por el choque ocurrido hace unos momentos. "¿Dónde estamos?"

"Sobre los tornados. ¿Dónde está Paimon?" Le pregunté, recordando tardíamente al hada flotante.

"Ella estaba con Amber, no creo que el tornado a haya arrastrado junto a mí." Me dijo. "¿Qué le pasó a…?"

"¿Tus alas? Se rompieron. Por otro lado, es bueno que Paimon no esté aquí, podría estar pasándola peor."

"Tienes razón…" Aether miró hacia abajo antes de hablar. "¿Cómo es que seguimos en el aire? ¿Las alas voladoras pueden mantenernos volando tanto tiempo?"

"Soy yo quien ha hecho que el viento esté a su favor para que no se cayeran." Escuchamos una voz viniendo desde ningún lugar en particular, sacándonos un jadeo de sorpresa.

"Waah, ¿Quién dijo eso?" Preguntó al aire Aether.

"Ahora, imaginen que pueden sostener este viento en sus manos y láncenlo para atravesar las nubes." Dijo la voz, pareciendo ignorante de la pregunta de Aether, o ignorándolo intencionalmente.

Aether se compuso rápidamente y dijo con duda. "¿A que se refiere con disparar el aire? ¿A quien le debo de-?"

¡Rugido!

Stormterror voló hacia arriba, con dirección a nosotros. Nos pasó por el lado y el viento que llevó consigo fue suficiente para inestabilizarme de nuevo unos segundos.

"Parece que a el." Le respondí a Aether.

Aether formó una esfera de color turquesa entre sus manos. Tenía el elemento de Anemo en ellas. Dirigió sus manos hacia el dragón y de alguna forma lanzó la esfera de Anemo, haciéndola impactar en Stormterror, a la vez que éste soltaba otro rugido, esta vez de dolor.

"¡Bien!" Celebró Aether.

"En ese caso, ¡Persigámoslo!" Ante la oportunidad de darle la vuelta a las tornas y tomar una postura ofensiva en contra de Stormterror, no pude hacer más que armarme de valor también y comenzar a perseguirlo con las alas voladoras y la corriente de viento que me guiaba para volar de verdad y perseguir al dragón.

Un, dos, cinco, diez. Decenas de disparos de Anemo estaban siendo liberados de las manos de Aether, y mientras que algunos de estos fallaban, yo me encargaba de corregir la postura en la que volábamos para evitar que el dragón se escapara o los disparos se desviaran demasiado. Era una completa metralleta voladora, como si fuéramos un helicóptero de combate.

"¡Lo tenemos!" Exclamó Aether al ver como el dragón batía sus alas con gran fuerza antes de partir más arriba de lo que las alas voladoras nos permitían a nosotros. Era claro lo que estaba haciendo. Estaba escapando de nosotros, y con esperanza, retirándose de la ciudad.

"Eso fue intenso." Fue lo máximo que pude decir como piloto de Aether. Ambos lo tuvimos difícil en nuestro propio sentido.

"Y que lo digas." Me respondió con un suspiro exhausto. "¿Cómo bajaremos de aquí?" Antes de responderle, la corriente de viento que nos sostenía a ambos se debilitó, haciéndonos descender, aunque seguía ahí, apoyándonos para que el peso de dos personas no le supusiera tanta carga a las alas voladoras.

Tardamos un poco, pero finalmente logramos bajar a tierra. Aterrizamos en medio de la plaza de la estatua de Barbatos. Antes de que llegáramos al suelo, y mientras bajábamos, pudimos ver a Amber corriendo por debajo nuestra, al lugar al que nos estábamos dirigiendo.

Al llegar al suelo, solté a Aether y el se quitó las alas voladoras rotas en su espalda, mientras Paimon se abalanzaba sobre su cabeza y comenzaba a ver su cuerpo.

"¡Paimon estaba aterrada! ¡¿Están bien?!" Exclamó mientras se aferraba a la cabeza de Aether con ojos llorosos. Miré desde el costado de Aether mientras este tranquilizaba a su compañera. Debe ser lindo tener a alguien que se preocupe así por ti.

"¡Chicos!" Amber finalmente nos alcanzó, pues había reducido su velocidad por correr desde la plaza de la fuente hasta aquí. "¿Están bien?" Dio un vistazo a Aether y Paimon antes de dirigir su mirada sobre mí. Se acercó hasta quedar frente mía y puso sus manos en mis brazos, inspeccionándome de arriba a abajo. "Ha…" Suspiró antes de bajar sus manos. Parecía haber confirmado que no tenía heridas en ningún lado. No visibles al menos.

Sí, no es mi compañera, pero se siente lindo a su manera. Me podría acostumbrar.

Aplausos…

Mi atención se desvió de mi pequeño lugar feliz al mundo exterior de nuevo. Alguien se acercaba a nosotros. Amber se volteó hacia esa persona mientras tanto Aether como yo lo mirábamos en silencio.

Era un hombre moreno, con cabello azul marino y corto. Tenía una chaqueta azul con camisa blanca en el torso y pantalones negros con botas iguales. Tenía guantes y un parche, y una especie de capa en su espalda que parecía plumaje de un ave. Era bastante inusual. Exótico podría decir, casi a la escala de la ropa de Aether. Pero conservaba un aire similar al de Amber, como si fuera un uniforme personalizado, por decirlo de alguna forma. Por último, tenía un parche en su ojo derecho, y el izquierdo de color azul, tenía una pupila en forma de diamante. Era muy distintivo.

El hombre no tardó en dejar de aplaudir, pareciendo divertido por los hechos que acababan de pasar. El sentimiento que tenía al verlo era entre misterioso, y alerta. Tenía que tener cuidado con lo que dijera delante suya. Eso era lo que sentía.

"¡Wow! Tienen la fuerza suficiente para hacerle frente al dragón…" Habló con una voz grave, imitando un tono amistoso. "¿Acaso son nuestros huéspedes… o una nueva tormenta?"

¿Nueva tormenta…? Genial, Myson. Tenías que hacer algo sospechoso tan pronto.

Un escalofrío recorrió mi espalda mientras daba medio paso hacia atrás con cautela de este hombre que se estaba acercando a nosotros, con Amber de frente. Al parecer las cosas se pondrán un poco problemáticas.