Capítulo 1.- Acto II (2)

Como el Gremio de Aventureros quedaba justo al costado de la Taberna Cola de Gato, decidí detenerme por ahí antes que nada, solo para saber si había algún progreso respecto a mi mochila, y porque tenía curiosidad acerca de la relación entre Katheryne y el concepto mismo de dormir.

"¡Ad astra abyssosque! ¡Bienvenido al Gremio de Aventureros!" Santo Dios, esta mujer no duerme. "¿En qué le puedo ayudar hoy, señor Myson?" Me dijo Katheryne, con su sonrisa habitual.

"Antes que nada, me gustaría tomar la misión de hoy, y si es posible, una extra, aunque no sea de subyugación." Le respondí casualmente a Katheryne, haciendo nota mental de descubrir como hace esta mujer para trabajar las 24 horas del día.

"¡De acuerdo! Aquí tienes la misión que tenía preparada de antemano, permíteme buscar una de las misiones no bélicas que tenemos." Katheryne me entregó un papel con la misión diaria escrita en él, a su vez que bajaba la vista hacia algún lugar detrás del mostrador buscando otra misión.

Leí el papel, que era exterminar otro campamento de Hilichurls peligrosamente cerca de la ciudad, justo cerca de un punto de teletransporte. No me tomaría más de media hora completarlo. "Ah, sí, también quería preguntar acerca del progreso de la mochila. Sé que apenas pasaron unas horas, pero pensé en preguntar cuando estaría lista ya que estoy aquí."

"La mochila ya está lista. ¿Le gustaría recogerla ahora mismo?" Me dijo Katheryne, entregándome el segundo papel con una misión en él.

"Lo imaginaba, en ese caso esperaré hasta…" Dejé de prestarle atención a la misión en mi mano como a la que estaba a punto de tomar de la mano de Katheryne, para procesar las palabras que me había dicho hace apenas un segundo. "¿Podrías repetir eso que dijiste?"

"¿Le… gustaría recogerla ahora mismo?" Me dijo Katheryne, ignorante del motivo completamente justificado de mi confusión.

"¿Ya está lista? ¿La mochila personalizada?" Pregunté de nuevo, sin poder creer lo que decía.

"Lo está. ¿Le gustaría echarle un vistazo?"

"Por todos los medios." Respondí lo más seriamente que la situación me permitió. Katheryne entró y salió del edificio del Gremio con la mochila que hacía no más de 12 horas había pedido. La puso sobre el mostrador y comencé a verla impresionado. Se veía muy bien ahora que no tenía esos colores del demonio en ella. "¿Cómo es qué…? No, olvídalo, me desgastaré más entre más cuestione cosas. La pagaré ahora mismo." Le entregué el Mora necesario a Katheryne, antes de cambiar mis pocas pertenencias a la mochila, antes de notar que apenas me quedaba Mora. "¿Podrías doblar el número de misiones para hoy? No creo poder mantenerme financieramente de otro modo."

"¡Por supuesto!" Katheryne me entregó otros dos papeles con misiones. Los guardé en la mochila junto a los otros dos y me decidí en gastar mis últimos Moras en un desayuno para poder hacer las misiones con el estómago lleno. Si no mal recuerdo, en la plaza de la fuente había un restaurante, debería ir ahí.

Estaba acercándome al lugar en cuestión, cuando encontré a dos rostros familiares sentados en una de las mesas. Eran Aether y Paimon. Aether fue el primero en saludar, aunque solo agitando la mano. Estaba en mitad de comer algo.

"¡Oh, es Myson!" Exclamó Paimon, mientras sostenía una pierna de pollo con una de sus pequeñas manos, su plato casi completamente vacío. Ignoré el hecho de que lo que parecía haber sido el plato completo tenía más volumen que todo su torso y le devolví el saludo.

"Hola, ¿Cómo les va? ¿Se quedaron en algún lugar para pasar la noche?" Les pregunté.

"En la Taberna Obsequio de Ángel." Respondió Aether después de tragar su comida.

"Escuché que ese lugar es ruidoso por la noche, ¿No tuvieron problema con eso?"

"No que yo recuerde. No es como si le hubiéramos dicho que no a una buena cama después de tanto solo por unas cuantas personas siendo animadas." Me dijo, haciéndome recordar que habían estado prácticamente dos meses durmiendo en una playa a la intemperie.

"Jaja… por supuesto… Ejem, en todo caso." Hice como si no tuviera lástima por él y continué. "¿Tienen algún plan para hoy? ¿Quizá conseguir una espada nueva?" Señalé el hecho de que hasta ahora Aether tenía una hoja desafilada como arma, que seguramente consiguió en alguna de las carretas abandonadas en el Valle Estelar.

"¿Conoces de un buen lugar para ello?" Me preguntó Aether con interés.

"Conozco dos, la herrería por la entrada de la ciudad y el Gremio de Aventureros." Le respondí.

"Oh, hablando de eso…" Aether me contó como ayer se habían encontrado con Katheryne y que ésta lo había convertido en un aventurero antes de que siquiera lo notara, diciendo que tenía el potencial para rivalizar con los aventureros de las leyendas o algo así. ¿Lo habrá visto saltar al tornado cuando llegó Stormterror a la ciudad ayer?

"Pues… eso es algo bueno, supongo. Podrías comprar una espada directamente del gremio, yo compré esta. Te la recomiendo." Le mostré la Espada del Viajero que llevaba en mi cintura. El pareció aprobar los usos de la espada.

"Entonces supongo que podría comprar una para mí también. Nunca está de más una nueva arma." Un arma nueva, ¿eh? Ahora que lo pienso, a pesar de no recordar mi pasado, quizá sea mejor en algún otro tipo de arma que no sea la espada... Podría probar luego. "Supongo que ahora tenemos un plan para hoy, ¿Qué harás tú?" Me preguntó Aether.

"Antes que nada, comer un poco, luego ir a la biblioteca y después de eso hacer las misiones que acepté para hoy." Le comenté mis planes para hoy.

"¿A la biblioteca? ¿Por qué querrías ir allí?" Preguntó Paimon ladeando la cabeza, antes de hacer una expresión que parecía como si acabara de descubrir algún plan maestro mío. "¿Irás a encontrarte con la señorita Lisa?" Me apuntó con un dedo y dijo. Agradecí que al menos tuviera la delicadeza para decir semejante mentira en voz baja, donde solo Aether y yo la pudiéramos escuchar. De otro modo, no quiero imaginar hasta dónde llegarían esas acusaciones en una ciudad donde las palabras viajan más rápido que la flecha de un arco.

"Ha... No exactamente, ¿Podrías no decir algo así de la nada? Es para recopilar información de Teyvat. No tengo idea de cómo llegué aquí aún, pero tengo la esperanza de que buscando algún escrito antiguo o algo encuentre una forma de viajar de regreso. Aunque una biblioteca normal no es el mejor punto de empiezo, sigue siendo uno."

"Ohh, así que eso es. Si, por supuesto que sí. Tranquilo, Myson, Aether y yo nos quedaremos callados, ¿Cierto, Aether?" Paimon hizo todo menos creer en mis palabras, y golpeó con su codo ligeramente en el hombro de Aether. Él solo rió y asintió en respuesta. Al parecer el no malentendió mis motivos.

"Para largo plazo, estaba planeando recorrer Teyvat para encontrar a mi hermana. Una vez me asegure que he buscado en todo Mondstadt, me dirigiré hacia la siguiente región. Y Amber me ayudará a colocar posters de persona desaparecida para comenzar." El humor de Aether pareció nublarse un poco al recordar el motivo por el que estaba en este lugar en primer lugar, por lo que intenté cambiar el tema de conversación.

"V, vamos Aether, ¡Anímate! Estoy seguro que encontraremos a tu hermana más temprano que tarde, ya te había dicho, ella tiene que estar en este mundo también, ¿O no? Y considerando lo bien que lo estuviste haciendo tú hasta ahora, ella también ha de estar bien." Le puse una mano en el cabello y lo revolví. El pareció no apreciar mucho ese gesto, ya que me quitó la mano de su cabello y lo comenzó a arreglar con sus manos, pero mis palabras habían surtido efecto. Estaba sonriendo un poco. Seguí hablando. "Mira, ¿Qué tal si nos reunimos aquí en el mediodía y te ayudo a ti y a Amber para colocar esos posters?"

Aether asintió ligeramente. "Si… si, eso suena bien. Gracias por eso, solo estaba…"

"¿Recordando el pasado, será? No puedo decir exactamente que sé cómo te sientes, tanto figurada como literalmente, jaja." Bromeé un poco con mi situación actual, causando una risa por parte de Aether. "Pero seguramente esté bien, te lo dice un confiable forastero de mundo, igual que tú."

Después de ese intercambio, pedí una orden de panqueques para desayunar y me quedé un poco más de tiempo charlando con ambos, hasta que terminamos y decidimos separarnos para hacer nuestras tareas cada uno.


A mitad de camino a la sede, en una plaza donde se podían ver la estatua de Barbatos, la sede de los caballeros y un edificio de igual magnitud, me vi obligado a detenerme, al haber escuchado una voz que me pareció familiar. Miré hacia mi derecha y vi a Jean... A la Maestra Jean hablando con una mujer que llevaba ropa negra con púrpura y un antifaz.

El aire alrededor parecía tenso, como si hubiera una pelea llevándose a cabo. Podía sentirlo más que verlo, ya que ambas mujeres se veían muy calmadas a simple vista. Me quedé sentado en un borde de la fuente que había en medio de la plaza y escuché su conversación.

"¿Por qué asunto me ha llamado a discutir aquí hoy, señorita Anastasia?" Preguntó Jean, en un tono irritado. Parecía tener una mala relación con la mujer por el simple sonido de su voz.

"Verá, Gran Maestra Intendente, es sobre los recientes acontecimientos que han ocurrido en Mondstadt, relacionados a la amenaza de Stormterror…" La mujer, identificada como Anastasia, comenzó a decirle a la Maestra Jean una serie de cosas que habían ocurrido en la ciudad como resultado de los disturbios que causó el dragón ayer, en el poco tiempo que estuvo realmente dentro de la ciudad, de todos modos.

Más que nada, parecía enfatizar el nombre de los Fatui, que parecía ser el nombre de una especie de organización o algo por el estilo. Contó escenarios en los que dichos Fatui pudieron haber ayudado mucho a la ciudad, como si estuviera reprendiendo a la Maestra Jean por no acudir a ellos. También comentó las consecuencias que tuvo la tormenta en los ciudadanos, aunque fue un poco obvio lo mucho que quería exagerar las circunstancias de la ciudad, queriendo hacer ver a los ciudadanos de Mondstadt como pobres víctimas de un desastre natural, como si la ciudad estuviera al borde de la destrucción. Cosa que no parecía ser el caso en lo absoluto.

"… Y eso nos condujo a la situación actual." Terminó de enlistar el número de catástrofes ficticias por las que pasaba la ciudad de Mondstadt. Tengo que admitir, incluso yo comenzaría a sentir lástima por los ciudadanos si fuera mi primera vez aquí y no me hubiera paseado por la ciudad de antemano. "Si no pudieron lidiar a tiempo con la amenaza de Stormterror, es mejor que nos dejen la defensa de Mondstadt a los Fatui." Impresionante discurso, he de admitir. Pocas cosas me mantendrían sentado a mitad del Sol por casi media hora como el discurso que acababa de darle a la Maestra Jean.

Por su parte, el rostro de la Maestra Jean era todo menos interés en las palabras que Anastasia había casi escupido en contra de los caballeros de Favonius y su mantenimiento y protección de la ciudad. Sobre todo parecía cansada de estar tanto tiempo parada en su lugar escuchando algo tan desagradable. Quiero decir, no la culpo. Está usando tacones.

"Nosotros podemos poner fin a los problemas con el dragón. Solo tienen que traer al monstruo..." Al terminar esas palabras, la expresión de la Maestra Jean parecía decir que ya había tenido suficiente, ya que interrumpió las palabras de Anastasia.

"¿Monstruo?" Preguntó indignada. Ahora que lo recuerdo, Stormterror... Dvalin, ¿era? Había sido uno de los Cuatro Vientos anteriormente. Quizá sea ofensivo tratarlo como un simple monstruo, aun cuando se volvió contra Mondstadt.

"SI, ¿Dije algo malo?" Volvió a decir Anastasia, fingiendo ignorancia mientras mantenía una sonrisa descarada en su rostro.

"Humm..." La Maestra Jean parecía más exasperada, que solo enojada. Era como si ya esperara ese tipo de comportamiento, pero no pudiera evitar molestarse por él. "Me gustaría que el trato de sus diplomáticos fuera más profesional. ¿Y dices que quieres 'poner fin' a uno de los Cuatro Vientos de Mondstadt?" Esta vez respondió de forma más aguda. "No pienso permitir que digan semejantes tonterías frente a los Caballeros de Favonius."

"Jaja." Rió de forma seca Anastasia. "No es tan descabellado como usted cree..." Acomodó su rígida postura después de todo el intercambio de palabras y continuó hablando. "De acuerdo, eso es todo por hoy. Es solo un intercambio amistoso de opiniones constructivas, ¿No cree? Lo tendré en cuenta." Una vez terminada su conversación, Anastasia entró al edificio detrás de ella y la Maestra Jean dio un largo suspiro desganadamente. Debe ser difícil ser ella.

Comenzó a caminar lentamente a través de la plaza vacía en dirección a la sede de los Caballeros de Favonius, y ahí fue cuando decidí hacer mi aparición.

"Er… Maestra Jean." La llamé suavemente, no queriendo causarle más irritación de la que ya parecía cargar en sus hombros. Ella se dio la vuelta, sorprendida al principio, pero su rostro se tranquilizó un poco al ver una cara conocida.

"¡Ah! Myson, es una sorpresa encontrarte aquí." Me dijo, haciendo una sonrisa algo forzada por el agotamiento mental. "Gracias por tu ayuda. El flujo elemental finalmente se ha estabilizado." Me agradeció. "Las repercusiones del ataque de Stormterror se han resuelto por ahora."

"¿Resuelto? ¿Repercusiones? Creo haber visto una caminar ahí dentro justo ahora…" Señalé con la mirada hacia el edificio por el cual Anastasia había entrado justo hace unos momentos, pero dejé de hablar en cuanto noté que me había delatado sin querer. "Ah..."

La Maestra Jean se quedó en silencio un momento. Luego relajó su postura, suspirando con resignación y sonriéndome de forma cansada, no por felicidad, pero tampoco intentando fingirla. "Así que lo viste... La presión de la delegación es demasiado fuerte como para ser ignorada." Me dijo, colocando una mano en su frente para limpiarse el poco sudor que se había formado en ella.

"Delegación… ¿Se refiere a alguna proveniente de la ciudad de Liyue?" Pregunté, dando como opción la región más cercana a Mondstadt por tierra.

"No, es aún más grave. Son de Snezhnaya." Snezhnaya era… era… la región de la Arconte Cryo, ¿Cierto? "Sus delegados reciben un nombre particular: Los Fatui, ¿Has oído hablar de ellos?" Había nueva información que desconocía, por lo que tendría que intentar sacarle algo disimuladamente.

"Creo… haber escuchado de ellos algunas veces." Le respondí ambiguamente, esperando que continuara hablando. Afortunadamente, lo hizo.

"No creo que matar a Stormterror sea la mejor decisión."

"O una buena siquiera, si vamos por ese camino." Comenté al aire. Jean pareció estar de acuerdo conmigo.

"Y los Fatui, que siguen a la Arconte Cryo, siempre han codiciado el poder del Arconte Anemo..." Pues yo conozco a cierto chico rubio que lo obtuvo tocando una estatua, heh. "No creo que tengan las mejores intenciones para Mondstadt." Oh, un minuto...

"Oye, Maestra Jean, ahora que lo mencionas…" Recordé la extraña piedra roja que Stormterror, Dvalin dejó atrás después de nuestro primer encuentro en el bosque susurrante.

"¿Hm? ¿Mencionar qué, Myson?" Jean me miró con curiosidad.

"La parte sobre poder, hay algo que probablemente necesite enseñarte."

"¿Eh? Bueno, entonces regresemos a la sede. Es mejor no hablar de asuntos importantes en un... lugar como este." La Maestra Jean miró con un ligero desprecio el edificio donde aparentemente residían los Fatui, ya que había uno haciendo guardia, y se giró sobre sus talones para caminar a la sede.

"Oh, espera, en realidad, la cosa que necesito enseñarte la trae Aether ahora mismo, iré con el y volveré enseguida, ¿Te parece bien?" Le dije, mirando hacia la plaza donde estaba el restaurante el Buen Cazador.

"De acuerdo, estaré esperando." Dijo Jean para que partiéramos caminos separados. El Sol estaba comenzando a subir al cielo. Eran las 8:00 am.