Capítulo 1.- Acto IV
"…" Miré en blanco como Paimon devoraba mi gelatina de menta en menos de 8 segundos apenas un momento después de haberle permitido tomar un poco de ella.
"¡Está delicioso! ¡Paimon te lo agradece!" Dijo el hada limpiándose el desastre que había hecho de su rostro con una servilleta de la mesa.
"Eh... Sí, seguro." Dije.
"Lo siento por eso, lo pagaré por ti." Aether se disculpó.
"No te preocupes. Entonces, ¿Conseguiste una buena espada?" Le pregunté, mirando sus costados, sin poder ver alguna funda o espada. Miré su espalada también, y aún nada.
"Sí, échale un vistazo." Aether extendió su mano hacia adelante y una espada con una combinación de colores negro y blanco amarillento. Era bastante más gruesa que la espada del viajero y mostraba una mejor calidad en su forja.
"Wow, ¿De dónde la sacaste?"
"Da la casualidad de que recogí varios minerales durante mi tiempo en el Valle Estelar, por lo que pude lograr que Wagner, el herrero me diera una de las espadas que tenía ya hechas a cambio del Mora y los materiales para una nueva." Respondió Aether con una sonrisa pegada en el rostro. "Heh, adelante y siéntete tan celoso como gustes."
"¿Qué tanto tienes guardado en tu espacio dimensional raro y tramposo? Yo tengo que llevar esta mochila a todos lados... No es que me queje, se me ve genial."
"¡Paimon también cree que tu mochila se ve bien en ti, Myson!" Paimon agregó, consolándome.
"Gracias Paimon. En fin, con ese tema terminado, ¿Dónde dijiste que te reunirías con Amber?" Le pregunté a Aether, yendo al tema que habíamos hablado esta mañana.
"Oh, ella dijo que sería frente a la entrada de la ciudad. Le dije que iría en cuanto nos reuniéramos contigo." Me dijo, mirando a las puertas de la entrada de Mondstadt.
"¡Vayamos, entonces! Entre más rápido pongamos los carteles, más rápido podremos recibir noticias del paradero de tu hermana." Le dije, palmeando su espalda en dirección a donde nos esperaba Amber.
Una vez llegamos al lugar acordado, Amber nos saludó.
"¡Myson! ¿Cómo te encuentras? No te ví luego de ir a los Templos de los Cuatro Vientos." Me saludó Amber con una sonrisa radiante y una actitud alegre.
"Hola Amber, escuché que pegarían carteles de búsqueda y pensé en venir a ayudar." Respondí.
"¡Genial! No desperdiciemos tiempo, aquí tienen." Amber nos entregó a cada uno, excluyendo a Paimon, alrededor de 20 carteles de persona desaparecida. Miré con detalle uno de ellos y podía ver un dibujo aparentemente hecho a mano de una chica rubia con un vestido blanco que era similar en el diseño a la ropa de Aether. Aunque se veía un poco tosco, el dibujo tenía bastante calidad en él. Parecía como si en realidad hubieran visto a la persona en cuestión, aunque no podía haber sido el caso.
"¿Tu hiciste el dibujo, Aether?" Le pregunté, obteniendo una respuesta negativa de su parte, sacudiendo su cabeza de lado a lado.
"En realidad, le pedí al Capitán del Equipo de Investigación, Albedo, que hiciera el retrato basándose en la apariencia de Aether y su descripción de su hermana. ¡Él es muy talentoso dibujando!" Me explicó Amber.
¿Albedo? ¿No es ese el nombre del maestro de Sacarosa?
"¿Te refieres al alquimista maestro de Sacarosa?" Le pregunté, intentando hacer la conexión entre nombres.
"¿Oh? ¿Lo has conocido antes?" Me preguntó Amber con curiosidad.
"No en realidad. Solo conozco su nombre y posición por parte de Sacarosa, la alquimista que está en la plaza donde El Buen Cazador." Le expliqué.
"Hm, está bien. Volviendo al tema, aquí." Amber desenrolló un mapa de la ciudad que sostenía en sus brazos. "Cada uno cubrirá una zona para pegar los carteles. Asegúrense de que la distancia y visibilidad sean óptimas, y traten de no interferir o molestar a los ciudadanos, ya que estamos en horas ocupadas, ¿De acuerdo?"
""Sí.""
"Bien, cuando terminen, regresen aquí. ¡Andando!"
Pasaron alrededor de 50 minutos en los que fui recorriendo de un lado a otro la parte inferior de la ciudad, buscando lugares recurrentes donde la mayor cantidad de gente pudiera ver los carteles. Principalmente, puse uno al lado de la recepción del Gremio de Aventureros, con la autorización previa de Katheryne, por supuesto. También uno delante de la Taberna Cola de Gato, y unos cuantos más repartidos alrededor de los edificios de la ciudad. El tiempo que me tomó pegar todos los carteles fue bastante menor que el tiempo que me tomó averiguar el mejor lugar donde hacerlo.
Al terminar con mi trabajo, volví a las puertas de la ciudad como habíamos acordado anteriormente, para encontrar a Amber esperando bajo un árbol, mientras hablaba con un niño pequeño.
Me acerqué a ambos y hablé. "¿Llevas mucho aquí? Parece que terminaste bastante rápido."
Amber notó mi presencia luego de haber hablado. "Oh, Myson. Bueno, es mi trabajo, después de todo. Podría decir que tú también acabaste bastante rápido."
"¿Quién es él, Amber?" Habló el niño a su lado, apuntando hacia mí.
"Oh, cierto. Timmie, él es Myson, es un aventurero. Myson, él es Timmie." Nos presentó Amber.
"Oh, em... Un placer." Le dije a Timmie.
"Nunca te había visto antes, ¿Eres nuevo en la ciudad?" Me miró con curiosidad Timmie. De alguna forma, aunque no parecía superar los diez años de edad, parecía hablar como si estuviera en la adolescencia. Parecía... No tan infantil, cuando mucho.
"Si, llegué a Mondstadt hace poco." Le respondí.
"¡Y tu cabello es de un color muy único también! ¿Está teñido?" Al parecer no estaba muy en lo correcto. Tenía una curiosidad similar a la de un infante viendo algo nuevo por primera vez, ¿El cabello rojo es algo extraño? Bueno, no recuerdo haber visto mucha gente con un cabello de otro color fuera del castaño o rubio... Quizá solo Diona y Sacarosa. Mmm, hasta donde sé, mi cabello no está teñido. A menos que con el tiempo, se vaya despintando con los baños.
"Es mi color natural... eso creo." Respondí con un toque de duda en mi voz.
Antes de que la conversación continuara, Aether llegó a donde estábamos. Paimon a su lado, comiendo una brocheta de pollo y champiñones.
"¿Oh? Parece que llegué de último." Dijo Aether.
"No te preocupes Aether, Myson no llegó mucho antes que tú." Amber le dijo, moviendo su mano como restándole importancia. "¿Entonces, todos los carteles ya fueron pegados alrededor de la ciudad?"
"Eso creo, sí." Asentí mirando a Aether, quien también confirmó.
"¡Bien! Eso significa que nuestro trabajo terminó. ¿Qué les parece si vamos a comer algo?" Sugirió Amber.
"Oh, en realidad." Recordé el asunto con Jean. "Creo que estaré un poco ocupado esta tarde, pasaré por esta ocasión."
"Oh, es una lástima... ¡La próxima vez será, entonces! Los veré luego, llámenme si surge algún problema." Amber dijo, despidiéndose de nosotros antes de caminar hacia el puente de la ciudad junto a Timmie, parecían estar hablando de algo desde antes de que llegara, por lo que continuaron su conversación.
"¿En qué estarás ocupado Myson?" Preguntó Paimon con curiosidad.
"Aether, ¿Recuerdas la cosa roja que nos encontramos ayer en la mañana?" Le dije a Aether, refiriéndome al cristal extraño que Stormterror había dejado atrás luego de nuestro primer encuentro.
"¿Hm? Sí, aun lo tengo. ¿Qué hay con eso?" Me preguntó confundido.
"¿Crees que podrías dármelo un minuto? Estuve hablando con Jean esta mañana acerca de Stormterror y ese cristal puede tener algo que ver con el problema en general." Traté de explicarle algo de lo que no estaba muy seguro yo mismo.
"Seguro, déjame solo..." Aether extendió su brazo y se quedó en esa posición por un par de segundos antes de que el cristal rojo se materializara de la nada en la palma extendida de su mano. "Aquí tienes." Me extendió el brazo con el cristal rojo.
"Bien." Tomé el cristal y lo puse en mi mochila. Parecía ser razonablemente seguro el tenerlo, y que no explotaría de la nada. "Me iré ahora, Nos vemos luego." Sin demorarme más, comencé a caminar hacia la sede de cabaleros.
Fue después de unos minutos caminando que me di cuenta de algo.
"Eh... Aether, ¿Me estás siguiendo?" Volteé hacia atrás para encontrarme a Aether y a Paimon yendo detrás de mí sin decir palabra alguna.
"Pues... No tengo realmente algo más que hacer, y podría ser de ayuda en lo que sea que vayan a hacer." Me respondió, después y antes de un segundo de incómodo silencio entre ambos.
"Seguro, vayamos entonces." Terminé de decir para continuar caminando hacia la sede.
Una vez llegados ahí, fuimos autorizados para entrar en la oficina de la intendente, donde anteriormente nos había llevado Kaeya, para ser recibidos por Jean, quien estaba en su escritorio junto a unos libros y un par de papeles frente a ella. Parecía estar leyendo.
"Maestra Jean." La llamé.
Ella levantó la vista de los papeles que sostenía, para mirarnos y hablar. "Oh, son Myson, Aether y Paimon. ¿En qué les puedo ayudar?" Nos preguntó mientras acomodaba sus papeles y los dejaba debajo de un pisapapeles con la forma de un... ¿Gato? No, espera, eso parece un cachorro de león.
"Vine por lo que hablamos esta mañana, lamento si tardé demasiado. Y traje a Aether ya que él también estuvo presente." Le expliqué en un ligero tono de disculpa, esperando que no estuviera molesta.
"Oh, no te preocupes por la hora, tuve bastante trabajo con el que ocuparme mientras tanto, por lo que no noté el paso del tiempo." Me aseguró mientras se levantaba de su escritorio para acercarse a nosotros. "¿Qué es lo que tenías para mostrarme?"
"Sí, respecto a eso, creo que sería buena idea que Lisa también estuviera-"
"¿Me buscabas, cariño?" Escuché la voz de Lisa hablar a mi derecha, en mi punto ciego. Estaba a menos de un metro de mí, y al no estar alerta, no me di cuenta de su presencia hasta que su voz estaba prácticamente a centímetros míos.
"¡¿…?! E, es bueno que ya te encuentres aquí. Ejem, la cosa que les quería mostrar era esta." Busqué dentro de mi mochila para sacar el cristal que aún emanaba un color rojo sangriento. Se veía un poco menos brillante que antes, cosa que quizá era algo bueno, ya que el brillo de esta cosa era bastante ominoso la primera vez que la vimos.
"Oh, eso es..." Jean comenzó a analizar el cristal. "Parece ser un cristal inmerso con una especie de poder... Lisa, ¿crees poder analizarlo?"
"Déjame ver..."Lisa se acercó un poco al cristal y cerró los ojos un momento. ¿Cómo que Déjame ver? "Puedo ver impurezas dentro del cristal, pero al hacer una inspección más profunda..." Oh, no lo decía literalmente.
Lisa sacudió la cabeza ligeramente. "Necesitaré un poco de tiempo. Buscaré en la sección restringida de la biblioteca." Respondió con resignación. Sería un trabajo tedioso por lo que indicaba su expresión.
Jean pareció notar esto y puso su mano en el hombro de la bruja. "Lamento dejar en tus mano el resto de la investigación, Lisa. Si pudiera..." Pero antes de que continuara hablando, fue interrumpida por Lisa.
"Tranquila, tú tienes ya mucho trabajo sobre tus hombros, puedo encargarme de esto sin problemas." Lisa le sonrió antes de girarse a mirarme. "Además, tengo a unos muy buenos ayudantes conmigo, fufu." Rió antes de caminar hacia la salida de la oficina. "Aunque no se hagan muchas ilusiones. Son textos muy antiguos y... Oh, es cierto. Cariño, ¿Podrías dejarme examinar ese cristal un poco mejor?" Lisa me preguntó, extendiendo su mano. Le entregué el cristal.
"¡Owch!" La expresión de Lisa se contorsionó en una mueca de dolor, y su mano lanzó involuntariamente el cristal más allá de mí. Mi atención se fue hacia la mano de Lisa, y la tomé rápidamente para buscar alguna herida.
"¿Lisa? ¿Qué ocurrió?" Pregunté apresuradamente. Su mano parecía estar bien físicamente, aparte de estar un poco rígida, por lo que solté su mano y suspiré. "Parece que está bien..." Levanté la mirada para ver a Jean delante de mí, su mirada fija más allá de mí.
Volteé hacia atrás, para ver a Aether tomando el cristal. No escuché el sonido del cristal chocando con alguna pared o cosa, por lo que debió haberlo atrapado a mitad de aire. Bastante impresionante a decir verdad.
"La impureza en el cristal... Siento un dolor punzante al intentar acercarme mucho." Dijo Lisa, su expresión profunda, como si estuviera analizando lo que acababa de pasar. "Ya veo... Parece que reacciona a la Visión."
"¿A la visión? Eso... Podría explicarlo." Dije, entendiendo superficialmente su hipótesis.
"Sin embargo, ¿A qué se debe que Aether pueda sostenerlo sin problemas?" Jean señaló.
La mirada de Lisa, se dirigió hacia Aether. "¿A que te refieres?" Le preguntó a Jean.
"Según lo que Amber me reportó el día de ayer, Aether también tiene habilidades elementales, ¿No debería ser afectado de la misma forma por el cristal?" Respondió Jean.
"Hm... Pero no parece que le afecte del mismo modo. Que extraño..." Observó Lisa.
Aether hizo contacto visual conmigo en silencio. Parecía haber sido puesto en una situación difícil.
"En fin, es mejor dejar el cristal en sus manos, cariño. Sería una molestia si se quedara con nosotros, metafórica y literalmente." Dijo Lisa con humor. Luego de eso, salió del cuarto en dirección a la biblioteca. Al parecer no le gusta desperdiciar mucho tiempo.
Jean seguía viendo con impresión el cristal en manos de Aether, y siguió en silencio por un par de segundos antes de hablar. "Fascinante..." Su boca se curvó en una sonrisa. "¿Tienes idea de qué es lo que te hace tan especial?" Preguntó a Aether. Su tono de voz parecía denotar que, a diferencia de lo que la frase normalmente implica, ella tampoco conocía la respuesta. "Bueno, Aether, Myson, en nombre de los Caballeros de Favonius, me veo obligada a pedirles ayuda nuevamente."
Siento que algo está a punto de pasar. "Por favor, acepten el título de Caballeros Honorarios... y el agradecimiento de la Gran Maestra Intendente." Oh vaya...
Eso no parece ser bueno si en algún momento quiero continuar viajando por el mundo, ¿Cierto? Creo que debería rechazarlo... Aunque...
Miré el rostro de Jean. Su expresión era seria, y no podía parecer más altruista. Ugh... Qué hacer...
—Perspectiva de Aether—
Aether se encontraba en una posición similar, si no es que igual a la de Myson. Realmente se había encontrado con una situación problemática. Por un lado, era cierto que la ciudad de Mondstadt se encontraba en peligro y su ayuda podía ser requerida, pero por otro lado, y el que más prioridad tenía para Aether, su hermana Lumine seguía perdida en algún lugar del mundo. ¿Quién sabe si ella se encontraba bien? Quizá había caído en algún lugar mucho más peligroso que él. ¿Qué pasaría entonces, si ella también fue despojada de sus poderes tal como le sucedió a él? ¿No estaría en un grave peligro? Y aún más, ¿Y si ella sigue cautiva a manos de la Protectora de los Principios Celestiales? ¿Qué sería de ella? No podía quedarse atado por las responsabilidades de un lugar desconocido, de un lugar a donde él no pertenecía.
Pero... Podía ver claramente como los ojos de Jean intentaban ocultar una desesperación detrás de esa fachada de seriedad y compostura.
El conflicto solo aumentó cuando su mirada se dirigió hacia Myson. Él había sido la segunda persona que había encontrado luego de caer en este mundo, después de Paimon. Y la primera con quien congenió, al ser ambos forasteros de ese mundo. No conocía muy bien los detalles acerca de su amigo, pero el hecho de que fuera Myson quien reconociera la identidad de Aether como alguien de otro mundo antes de que él lo dijera, eliminaba cualquier duda que pudiera tener respecto a eso.
¿Qué pasaría si Myson aceptaba el título de caballero honorario?
A pesar de que no había una obligación real, Aether sentía como si la decisión de ambos debía de ser unánime, por un motivo desconocido. Sentía que sería malo simplemente negar ayudar a Mondstadt después de que su amigo aceptara la solicitud de manera tan desinteresada.
Aether suspiró en su mente, e hizo una sonrisa amarga. Realmente no había una alternativa, ¿Cierto? Estaba a punto de responder afirmativamente cuando escucho una voz.
"Estoy más que feliz de ayudarles, pero... Creo que Aether se debería quedar fuera de esto." Myson habló con un tono de disculpa hacia Jean.
¿Eh? ¿Qué está pasando? Aether se sintió desconcertado mientras miraba a Myson con una expresión estupefacta. ¿Por qué diría eso de la nada? ¿Qué estaba pensando Myson?
Antes que pudiera decir algo o que Jean, quien también veía a Myson con una expresión confundida, hablara, éste último procedió a explicar sus palabras. "Más que un viajero, solo soy un errante, no tengo un propósito para venir desde tan lejos, pero Aether está buscando a su hermana, ¿No es así?" Myson le preguntó retóricamente, antes de seguir hablando. "Creo que si alguno de nosotros tiene que tomar la responsabilidad de ayudarlos, debería ser yo... Aunque, bueno, no estoy tratando de parecer un santo o algo. Solo pienso que al no tener nada en mente que me resulte más prioritario que ayudar a resolver esta situación, yo podría ayudarlos mientras Aether se centra en su familiar. Podría estar en una carrera contra el tiempo, ¿No es así? Sería peligroso no buscarla lo antes posible. Y no hay nadie mejor para hacerlo que su propia familia." Terminó de decir Myson. Su discurso se volvió menos seguro cuanto más fue avanzando, pero su voluntad y firmeza al decirlo se mantuvo hasta el final.
Aether no pudo evitar sentirse conmovido ante las palabras de su amigo. Y pensar que podía llegar tan lejos como para tomar una responsabilidad así para permitirle buscar a Lumine...
Aether estaba consciente de que la misión a la que estaban siendo solicitados para ayudar y el título que les estaban pidiendo aceptar no eran poca cosa. Y seguramente Myson también lo estaba. Aun así, decidió darle vía libre para poder centrarse en su búsqueda por Lumine. Y más inmediatamente, en su búsqueda por el Arconte Anemo.
"..." Jean permaneció en silencio por unos momentos. Su mirada seguía posada sobre Myson, y su expresión no podía ser leída. Finalmente, se decidió por hablar. "Ciertamente... No pensé debidamente en la preocupación que Aether debe sentir mientras más tiempo pasa y su familiar continúa desaparecido. Por favor, acepta mis disculpas." Inclinó su cabeza en dirección a Aether, haciéndolo finalmente reaccionar y hablar.
"¡No es necesario, Maestra Jean! También entiendo que la seguridad de Mondstadt es una prioridad que representa la vida de muchas personas, y es algo con lo que usted carga a diario, es por eso que no necesita disculparse por algo así." Dijo Aether apresuradamente.
"... Gracias. Aun así, las palabras de Myson son ciertas, y sería mejor que no te molestara con asuntos concernientes a Stormterror mientras estás en la búsqueda de tu hermana." Respondió Jean con una sonrisa en su rostro antes de mirar nuevamente a Myson. "Te agradezco enormemente el que aceptes ayudarnos en ésta situación, a pesar de que no deberías tener que preocuparte por ello. En nombre de los Caballeros de Favonius, te ofrezco una disculpa por ello. Y... De nuevo, te pedimos tu ayuda para encontrar la respuesta a este misterio."
"Estaré a su cuidado mientras tanto, como un Caballero Honorario... Aunque no sé con exactitud cuánto peso conlleve ese título, intentaré estar a la altura por el momento." Respondió Myson con una sonrisa.
Jean sonrió en respuesta a las palabras de Myson. "Sí, contaremos contigo de igual forma."
Aether no pudo evitar sentirse un poco mal en el interior, pero su hermana venía antes que todo lo demás, y no desaprovecharía la oportunidad que su amigo le había dado. Buscaría por todo Mondstadt en busca de su hermana, y no pararía hasta haber confirmado que no se encontraba en ningún rincón de la región... o haberla encontrado.
