-Notas del autor
: Subí el capítulo hace unos minutos, y salió sin espacios entre los párrafos. Esta vez es el capítulo bien subido.
Capítulo 1.- Acto V
Una vez fuera de la sede, me despedí de Aether y caminé un poco sin alejarme demasiado del lugar. Me quedé cerca de una jardinera mirando hacia la ciudad y sus edificios. A pesar de haber ofrecido mi ayuda, estaba estancado con respecto a lo que debería hacer a continuación. ¿Qué se supone que debería hacer para ayudar?
Mientras procrastinaba, me di a la tarea de apreciar el paisaje de la ciudad. El molino de viento a mi izquierda giraba constantemente, y los edificios que variaban entre los colores verde y rojo eran agradables a la vista. La palabra 'medieval' viene a mi mente, y no puedo evitar sentirme un poco irritado por no recordar donde aprendí su significado. Parece que a pesar de conocer palabras, no puedo forzarme a recordarlas cuando quiera, y solo vienen a mi mente en momentos específicos.
"Que molestia...¿?" Algo en la plaza frente al hotel donde se alojaban los Fatui me llamó la atención. Podía ver a cierta persona correr camino arriba, pareciendo tener prisa. Lo hubiera ignorado como una persona cualquiera, de no ser por el atuendo tan familiar que llevaba puesto. Era un traje blanco y verde. Ese mismo tono de verde...
Bajé apresuradamente las escaleras hasta llegar a la fuente de la plaza, pero el chico ya no se encontraba ahí. Intenté usar los sentidos aumentados de la estatua para localizarlo, y para mi sorpresa y conveniencia, fue bastante fácil identificarlo. El viento, que era lo único que podía manipular para aumentar mis habilidades sensoriales en la ciudad, revoloteaba con júbilo hacia una dirección. El noroeste de la ciudad, en dirección a la catedral.
Era algo nuevo. En lugar de ser empujado con el movimiento del chico, parecía como si el aire mismo fluía junto a él y lo encaminaba. Si no pudiera sentirlo, la rapidez con la que se movía me hubiera hecho imposible seguirle el paso.
Después de un par de minutos corriendo para intentar no perder al chico de verde de mi radar de viento, se detuvo en una posición y no volvió a moverse de ahí. Dejé de correr y me agaché con las manos sobre las rodillas, respirando pesadamente mientras calmaba mi respiración y tomaba aire. Comencé a caminar normalmente esta vez y llegué a la plaza de la Estatua de Barbatos. Había mucha gente reunida frente a la estatua, con el chico de verde frente a todos con una lira en manos.
Con una música hechizante, comenzó a relatar una historia acerca de un dragón...
Era una historia trágica, y lo suficientemente explícita como para darme cuenta de quién hablaba. Stormterror, anteriormente conocido como Dvalin. Fue una historia relativamente corta, ya que no estaba simplemente contándola, sino... ¿Cantándola? No es exactamente el término, pero usaba versos y rimas para darle un toque interesante a su historia, junto con la música de su lira para acompañar y crear un ambiente que hiciera al espectador sentir la tragedia contada en ella.
Una vez el bardo terminó su historia, la gente comenzó a dispersarse a través de la plaza. Me acerqué caminando tranquilamente hacia él. Rápidamente notó mi presencia y entrecerró los ojos.
"¿Hm? ¿Tú no eres...?" Sus ojos me escanearon de pies a cabeza mientras ponía una mano en su barbilla. No tardó en darse cuenta de quien era, después de mirar fijamente mi cabello por unos tres segundos. "¡Cierto! Tú eres quien asustó a Dvalin. Aunque no eras el único..." El bardo dijo en un ligero tono de reproche.
"Dvalin... Lo llamas por su nombre real, ¿Por qué?" No pude evitar preguntarlo. Me parecía cuanto menos curioso. "¿Acaso son... cercanos?" Decidí no usar la palabra amigos para referirme a una persona y un dragón. Sería extraño si resultara no ser el caso.
"Oh, muy cercanos..." El bardo miró a la nada por unos momentos, quizá recordando a Dvalin.
"Hmm..." Dudé por un momento la sanidad mental del individuo frente a mí, declarando su cercanía con una criatura mitológica de varias veces su tamaño, pero decidí darle una oportunidad más. "Ehm... ¿Puedo preguntar tu nombre?"
"Soy Venti, el bardo." Me respondió levantando su lira y sonriendo. "Para ser más precisos, soy el tres veces ganador de "El bardo más popular de Mondstadt.""
Huh, eso es nuevo.
"Mi nombre es Myson, un, eh... gusto." Fue un primer encuentro (no realmente) bastante incómodo, pero las cosas parecían bien encaminadas.
"¿Puedo ayudarte en algo?" Preguntó Venti.
Aunque ya puede darse una idea del porque estoy aquí. "En realidad, si. Quisiera saber si podrías contarme más acerca de Stormterror." Dije mientras tomaba el cristal rojo de la mochila...
"..." Miré en silencio el objeto en mi mano.
"¡Oh, eso es...!" Venti habló, pero no continuó su frase.
"Esto... No se veía así la última vez que lo ví." El cristal, que gracias a la historia de Venti anteriormente contada logré identificar como una lágrima, había dejado de ser de un color rojizo a brillar con un celeste reluciente. La luz ominosa que emanaba hace poco menos de una hora no estaba presente por ningún lugar.
"La angustia de Dvalin... Esta lágrima es suya." Venti habló con un tono severo. Hizo aparecer una nueva lágrima de color rojo, la cual me entregó. "Viste su cambio de color, ¿Cierto? Eso significa que ha sido purificado. ¿Crees que podrías... repetir ese proceso?"
Tomé la lágrima rojiza con una mueca de inseguridad. No estaba seguro exactamente qué hacer, ya que la lágrima anterior se había purificado por sí misma, al menos desde mi perspectiva. Cerré mis ojos con cuidado y me concentré. El viento evitaba acercarse a la lágrima de Dvalin llena de impurezas.
Pude sentir poco a poco como las impurezas de la lágrima se concentraban en la parte superior de esta, alejándose de mis manos. En poco tiempo, fueron expulsadas en el aire, como un vaso roto derramando su contenido, excepto que se estaba derramando hacia arriba.
"¡Ay! Cuidado con eso." Las impurezas esparcidas en el aire en forma de gas tocaron a Venti, causándole algún tipo de dolor. Todo el proceso fue poco vistoso y algo feo, pero la lágrima logró ser purificada... O al menos limpiada. No creo que purificación sea lo que hice exactamente.
"En realidad tienes unas habilidades... curiosas." Dijo Venti, su rostro analizando lo que acababa de suceder. "Alguien como tú terminará apareciendo en los versos de un bardo... Aunque ahora no es momento de pensar en componer canciones. Aunque Dvalin no haya sido derrotado, su vida se agotará rápidamente... Se consumirá dentro de las llamas de su ira..."
Oh, esta es mi oportunidad para intervenir en lo que sea que este tipo sospechoso vaya a hacer, ¿Cierto? Quizá alguna forma para hacer que el dragón loco que quiere destruir Mondstadt o algo así, deje de querer destruir Mondstadt. "¿Hay algo en lo que pueda ayudar?" Pregunté.
"Ya ayudaste suficiente purificando la lágrima cristalizada. Muchas gracias." Dijo Venti, sonando repentinamente menos abierto que antes. "Pero tengo mis propios planes."
"¿Propios planes?" Repetí. Estaba comenzando a pensar si era realmente sensato dejar a este bardo suelto.
"Al ver la lágrima del dragón, recordé a un viejo amigo... Jeje, pero bueno, me retiro."
"¡Ey! ¿A dónde exactamente?" A pesar de decirlo como una pregunta retórica, Venti me respondió literalmente.
"Al símbolo de la heroína de Mondstadt. ¡Adiós!"
Comencé a seguirlo, pero Venti corrió hacia el borde de la plaza y saltó. Del otro lado del barandal había una caída de al menos 15 metros, y esperaba que al menos tuviera uno planeadores puestos, cosa que no vi.
De hecho, al mirar más allá del borde, no veía nada. Venti había desaparecido, y ni siquiera el Viento podía darme una explicación de como sucedió eso.
"...Que extraño." Con esas solas palabras, me dirigí hacia mi nuevo objetivo del día. La biblioteca.
El motivo por el que decidí ir a la biblioteca de manera tan espontánea fue debido a que no pude encontrar alguna pista en mi mente que me indicara que era el símbolo de la heroína de Mondstadt. Entré de nuevo a la sede de los Caballeros de Favonius y abrí la puerta de la biblioteca. A mi derecha, al igual que la última vez estaba Lisa, quien al verme me saludó levantando la mano brevemente y guiñando el ojo antes de volver su atención al libro que estaba leyendo. Parecía ser que estaba investigando algo también. Será mejor no molestarla ahora mismo.
Bajé las escaleras hacia el piso inferior y comencé a buscar entre las estanterías, buscando nuevamente cualquier libro de historia que pudiera encontrar acerca de Mondstadt.
"Este... No parece decir algo al respecto. Este otro..." Mientras buscaba y descartaba libros, pude notar que los que tenían la mayor posibilidad de darme la respuesta que necesitaba eran no aquellos con contenido oficia, sino de canciones, poesía y baladas. Sonaba extraño, pero razonable, al ser Mondstadt una ciudad repleta de bardos.
Entre los libros que tomé estaba uno que parecía tener similitud con la historia que Venti cantó hace poco en la plaza de la catedral, 'Brisa en el bosque'. Había otro llamado Baladas del Caballero, del cual no obtuve tanta información, y finalmente, el libro que me llamó más la atención, y del cual obtuve una buena idea de la identidad de esta llamada 'heroína' de Mondstadt.
Según los volúmenes del libro de la Leyenda de Vennessa, la mencionada fue la primera caballera de Mondstadt, y fundadora de los actuales Caballeros de Favonius. También es mencionada en La Brisa del Bosque momentáneamente, pero con menor relevancia, al ser ese libro más centrado en Dvalin. De vuelta al tema, ella portó el título de 'Caballera del diente de León', y fue llamada 'La Leona'.
Recordé tardíamente luego de un rato la conexión que eso tenía con el Templo de la Leona, pero no aportó mucho a la ubicación del símbolo de Vennessa.
Tomé un mapa de la región. Los tres templos abandonados están al este de la ciudad de Mondstadt, y al unir sus ubicaciones, solo veo un lugar con relevancia que está dentro del perímetro formado por los templos.
El árbol de Levantaviento.
A pesar de todo esto, aún necesitaba confirmarlo con un lugareño, por lo que decidí preguntarle a Lisa al respecto. Me levanté de mi asiento y puse todos los libros en sus respectivos lugares antes de subir las escaleras hacia donde se encuentra el escritorio de Lisa.
"Lisa, quería pre... Oh." Lisa no estaba en su escritorio. Miré la ventana de la biblioteca solo para asegurarme de que aún era de día, y lo era. ¿Dónde está Lisa?
Como sea, si no pude obtener su confirmación, siempre puedo ir al lugar por mi cuenta. Si realmente es ahí, entonces Venti estará en ese lugar. Cerré los ojos y me concentré en el escenario de Levantaviento. Específicamente, en los alrededores de la Estatua de los Siete debajo del árbol. Respiré hondo mientras sentía un calor recorrer mi cuerpo. Mi visión, a pesar de tener los ojos cerrados, comenzó a iluminarse, signo de que estaba comenzando a brillar y la teletransportación estaba por suceder.
"¡Cuidado!" Escuché un grito detrás de mí. Antes de darme tiempo a voltearme y ver a la persona que gritó hacia mi dirección, sentí como fui derribado por alguien. Tenía la misma fuerza de impacto que un camión atropellándome... ¿Camión?
"¡Te protegeré!" De nuevo escuché la voz. Le pertenecía a una mujer. Antes de reaccionar y responder, me quedé sin palabras al ver una capa semi-transparente de energía envolverme. Parecía una especie de cúpula o coraza formada geométricamente a base de triángulos de color dorado. Me pregunté si se debía a una visión.
Pensé acerca de que estaba pasando exactamente, y aún en el suelo y boca abajo, me las arreglé para tomar el mango de mi espada y girar mi cuerpo hacia arriba. El brillo de mi cuerpo causado por la teletransportación ya se había disipado en este punto. Frente a mí pude ver un par de ojos con un color entre verde y amarillo, mirándome con preocupación y miedo en ellos, para pasar después de unos segundos a confusión. Pertenecían a una chica joven, le daría 17, quizá 18 años de edad, tenía cabello de color gris claro y lo que parecía ser una tiara de sirvienta sobre su cabeza, acompañada de dos rosas rojas a los costados de ésta. Debido a estar en el suelo aún debajo de ella, no pude ver con detalle su ropa, pero también parecía ser un vestido de sirvienta con los colores rojo, blanco, dorado y negro.
Estuvimos en silencio por unos largos segundos, simplemente analizando lo que estaba pasando en el momento, antes de que finalmente decidiera dar el primer paso y hablar. "Um... ¿Dónde está el... peligro, exactamente?" Hablé incómodamente.
La chica levantó su torso rápidamente, notando como estaba demasiado cerca de mi rostro, y se sentó ligeramente en esa misma posición. "Eh, yo... Estabas, quiero decir, una luz..." La chica parecía estar teniendo problemas para procesar la situación, a pesar de haberla provocado, y se le estaba dificultando el formular una oración decente, por lo que hablé de nuevo.
"Sí, tranquila, puedes tomarte el tiempo para explicármelo, no estoy molesto. Solo... ¿Te parece si nos levantamos del suelo antes?" Le dije, haciéndola notar que aún estaba sentada sobre mí. La armadura que portaba en sus piernas estaba presionando contra las mías, y dolor era una palabra algo corta para lo que estaba sintiendo. Estaba aguantando la respiración para no dejar salir un gemido de dolor en el acto, así que quería salir de esa posición enseguida.
"¡Lo siento!" Se paró rápidamente y me extendió sus brazos para ayudarme a levantarme también. Acepté la ayuda y ambos nos pusimos de pie y le sugerí volver al piso de abajo a sentarnos.
"Um, lamento mucho lo sucedido, lo que ocurrió fue que usted estaba emitiendo una luz brillante, y lo primero que pensé fue en que podría ser el origen de una explosión, por lo que tuve que asegurarlo, y evitar daños en la Sede de los Caballeros..." Su voz no sonaba tan confiable, habiendo visto que no hubo ningún peligro al final. "Pero, ¿Podría decirme que fue la luz que emanaba?"
"Oh, eso..." Fue mi turno de dudar en hablar. Aún no había confirmado si la teletransportación era algo que todas las personas podían hacer, y no estaba dispuesto a divulgarlo libremente, pero tampoco estaba en una posición en la que pudiera darme el lujo de mentir o ignorarla. Su vestimenta me daba la sensación de que pertenecía a los Caballeros de Favonius, por muy peculiar que fuera el ir vestida de sirvienta. "Mmm..." Viendo la mirada seria de su rostro decidí finalmente contarle sobre la teletransportación. "Supongo que puedo decirte... Aunque, ¿Podrías prometer que no le dirás a nadie?"
La chica pareció ser tomada por sorpresa ante mis palabras, y permaneció en silencio un par de segundos antes de responder. "De acuerdo, pero solo si lo que me dice no es perjudicial para los Caballeros de Favonius y Mondstadt." Me dijo firmemente. Así que sí pertenece a los caballeros.
"Trato." Respondí.
"Trato." Repitió.
"Lo que viste hace un momento, mi cuerpo brillando, es parte de mi habilidad especial. O una preparación para ella, mejor dicho. Es la teletransportación."
"..." Pasaron otros momentos de silencio. La cara de la chica no cambió y permaneció en una expresión neutral.
Luego de esos segundos, una sonrisa apareció en su rostro, su mirada parecía decir que no estaba en la misma página que yo. "¿Disculpe?" Me dijo.
"¿Qué ocurre?"
"¿Tele...transportación, cierto? ¿Podría decirme que es eso?" Oh, así que era eso.
Parece ser que realmente no conoce de la teletransportación. Lo que hace que me incline aún más a la idea de que es desconocida en este mundo.
"Verás, para ponerlo en palabras simples, la teletransportación es viajar grandes distancias en un instante." Le expliqué. "Eso es lo que estaba a punto de hacer."
"Viajar grandes distancias... en un instante." La chica repitió con un rostro en blanco, procesando la información. "¿Es eso posible...? ¿Pero cómo lo hace?" Me preguntó con confusión, y un poco de expectación.
"Bueno, no soy bueno explicándolo, quiero decir, solo sé que puedo hacerlo. Quizá funciona transformando un cuerpo momentáneamente a un estado lumínico, dándole la misma velocidad que la de la luz, de modo que viaje hacia un punto específico, a través de un objeto catalizador en el que pueda dar a parar para finalmente devolver al objeto a su estado físico sólido." A pesar de haberlo dicho sobre la marcha, esa explicación tuvo algo de sentido para mí mismo, y pareció que para la chica fue de la misma forma.
"¿Entonces puede convertir su cuerpo en luz?" Ella dijo, su tono de voz denotando su asombro.
"No a voluntad, claro. Solo para teletransportarme... creo." Terminé de decir. "Como sea, es mejor una explicación a medias que dejarte completamente sin idea de lo que estaba pasando... Aunque me gustaría que, como te dije, lo dejaras en secreto."
La chica asintió con fuerza. Sus ojos parecían brillar más que antes.
"Por cierto, ¿Cuál es tu nombre?" Le pregunté.
"¡Oh, claro! Ejem." Se aclaró la garganta y comenzó a presentarse. "Mi nombre es Noelle y soy la criada de los Caballero de Favonius, es un placer conocerlo. ¿Usted es...?"
"Yo soy Myson, un... Caballero Honorario de los Caballeros de Favonius. Aunque fue hoy cuando me dieron ese título."
"¿Caballero... Honorario?" Noelle se sorprendió al principio, pero su rostro pronto cambió a una expresión de admiración. "¿Usted es un Caballero?" Me preguntó con un leve toque de emoción en su voz.
"Como dije, apenas llevo medio día siéndolo, pero sí. De todas formas, estoy seguro que tan pronto termine de hacer mi labor seré despojado del título, por lo que no es algo realmente impor-"
"¡De ninguna manera!" Noelle exclamó mientras se acercaba a mí. Extrañamente me sentí intimidado por la repentina elevación de voz.
"¿Sí?" Fue todo lo que pude musitar.
"Oh, disculpe." Noelle regresó a su asiento y se calmó a sí misma. "Es solo... A pesar de decir 'criada de los Caballeros de Favonius', aún no soy una caballera oficialmente. He reprobado la prueba de selección para los caballeros más de 10 veces, y eso es dejarlo en poco... Por eso es que tengo en alta estima el título de un caballero, así sea honorario. No debería tomarlo a la ligera."
¿Qué es esto? Me siento regañado... Aunque lo entiendo, desde su perspectiva. Me sorprende aún más que vea de forma no-negativa el hecho de que le dieron el título de caballero honorario a un tipo extraño que llegó a la ciudad hace tres días.
"E, entendido... Lo siento." Dije.
"Ah... lo siento. Me dejé llevar por mis sentimientos." Se disculpó Noelle.
"No, no hay problema." Luego de eso, hubo una pausa incómoda. No sabía que decir, así que agradecí cuando ella habló de nuevo.
"¿Podría... decirme como se hizo un caballero?" Me preguntó Noelle con una expresión mansa. Parecía una niña.
"Seguro. Bueno, para no hacer las cosas largas, supongo que empezó ayer..."
Antes de notarlo, el tiempo pasó realmente rápido...
