Capítulo 1.- Acto IX (1)
"Entonces, ¿Lo has conocido antes?"
"¡Si! Se está quedando como huésped en mi taberna. Es alguien... interesante, supongo."
"Ya veo... ¿Has visto que él pueda tener alguna característica destacable?"
"¿Destacable cómo?"
"Veamos... ¿Quizá su estilo de pelea?"
"Solo lo he visto pocas veces, así que no sé cómo pelea... Oh, pero me dijo que está entrenando para... ¡Ah! ¡Olvida que dije eso!"
"E, está bien..."
Diona se sentía... Curiosa, acerca del chico extraño y forastero que llegó de la nada hace pocos días a su taberna.
La primera vez que lo vio, estaba desconcertado. Había entrado a la taberna hacía pocos segundos y no parecía que supiera lo que se hacía en ese tipo de lugares. Su primer pensamiento fue que era un hombre ebrio más, desorientado por el alcohol y sin saber que hacer en su vulgar estado.
Sin embargo, la forma en la que se dirigió a ella una vez le habló demostraba que estaba completamente sobrio, lo cual solo sirvió como material de confusión debido a su actuación tan fuera de lugar en el establecimiento.
Sin embargo, nada le aseguraba que este chico no era igual de borracho como los demás presentes en la taberna en ese momento.
Diona lo admite, ella pudo haber sido un poco menos dura al dirigirse a él en el momento en que se dirigió a él. Había pasado un mal día, siendo sincera. Tuvo que ir a un encargo a Aguaclara para recolectar frutas para el almacén de la Taberna y mientras se encontraba en ello, pudo ver a Draff, su padre, recostado sin algún tipo de gracia o dignidad en el frente a su casa. Si ella no hubiera estado de paso en ese momento, ¿Quién sabe qué tipo de desgracia le pudo haber ocurrido a su inconsciente padre?
Al igual que siempre, Diona culpó al alcohol que su padre acostumbra beber cada noche, y a veces incluso en los amaneceres. Eso la dejó con un mal humor el resto del día.
¿En qué estaba?
Oh, cierto. Su actitud hacia Myson.
Fue una agradable sorpresa para ella el saber que su cliente ordenó una bebida específicamente no alcohólica. Con sus ánimos ligeramente renovados, partió hacia la cocina a preparar una bebida simple. Por primera vez en un tiempo no usó algún ingrediente asqueroso para preparar una bebida. Es cierto que preparar una bebida no alcohólica no ayudaría en nada a la destrucción de la industria del vino, pero el encontrar otra persona que no gustara del alcohol era suficiente para dejarlo pasar... Solo por esa vez.
Después de uno o dos días, y un número similar de encuentros, Diona sintió más curiosidad hacia el chico. La noche del día en que Stormterror atacó Mondstadt, Myson entró a la taberna después de haberse desaparecido el día entero.
Diona recuerda que Myson actuó de forma extraña durante su cena. Primero declaró haber ahuyentado a Stormterror, algo que era imposible, sin lugar a discusión. Después pareció estar algo apresurado cuando vio a Margaret discutir con ella acerca de las razones por las que Myson definitivamente no podría hacerle frente al dragón de varios metros de alto, largo y ancho.
Las palabras de Margaret y su insistencia en persuadirla sin argumento alguno que Myson había hecho tal hazaña comenzaron a hacer que una duda, una muy pequeña, se formara dentro de su mente. Recurrió a preguntarle directamente al joven en cuestión.
"¿En realidad lo habré hecho? Me pregunto lo mismo" Fue la única respuesta que obtuvo de él. No sólo fue vaga, sino que ayudó a que su genuina confusión se extendiera y la pusiera de un ligero malhumor.
"¡Esa no es una respuesta!" Fue lo único que Diona pudo reclamar.
Un poco después, mientras se encontraba trabajando como camarera en la taberna, escuchó a Margaret en la cocina tomando uno de sus cocteles. Por supuesto, Diona lo había preparado con ingredientes extraños. El hecho de ser su jefa y pseudo figura materna no la haría una excepción de sus planes para destruir la industria del vino.
A Margaret no le importaba, siempre y cuando sus cocteles supieran bien.
Margaret veía a uno de los cocineros de la taberna preparar un plato de pasta a la boloñesa, parecía estar con la cabeza en la Luna, no prestando atención a sus llamadas tres veces consecutivas hasta que Diona le gritó.
"¿Qué ocurre, Diona?" Dijo finalmente Margaret, mirando en su dirección con una mirada curiosa. "No levantes tanto la voz dentro de la cocina, podrías distraer a alguien."
Diona no cree que alguien pudiera estar más distraído que ella hace unos segundos, pero esas palabras no salieron de su boca. "¿En qué estás pensando? Llevas mucho tiempo quieta en ese lugar." Preguntó.
A su cuestión, Margaret solo se mantuvo en silencio, antes de que una pequeña sonrisa se apareciera en su rostro. "¿Puedes ir a ver si Myson se encuentra en su habitación? Creo que lo vi llegar hace un rato. Si está ahí, dile que le invitaré una cena, ¿Está bien?"
Eso era algo que Diona podía hacer. Dejó la bandeja vacía que tenía en sus manos y se adentró hacia las habitaciones en el segundo piso de la taberna. Mientras las veía, notó que la puerta de la habitación de Myson tenía luz por debajo, por lo que tomó el pomo de la puerta para ver si estaba desbloqueada. Al ver que lo estaba, decidió abrirla.
"¡Myson! ¿Estás ahí? Margaret dice que te invitará una ce..." Lo que encontró dentro de la habitación no era para nada Myson.
Dentro había una figura alta, cubierta con una capucha de color azabache y con el cabello y la cara cubierta, frente al espejo. Estaba de espaldas hasta que escuchó a Diona, y se giró hacia ella. A pesar de estar a contraluz, Diona pudo ver por un momento la mirada aguda que fue dirigida hacia ella, antes de suavizarse por alguna razón.
Eso, sin embargo, no detuvo a Diona de temer por su seguridad. No tenía arma alguna al estar en su trabajo como mesera, y su visión por sí misma no ayudaría más que a enfriar el aire a su alrededor, lo cual en la posible situación actual no era de utilidad alguna.
Dio un par de pasos atrás y habló de nuevo. "¿Q- Quién eres tú...?"
Para su sorpresa y suerte, la persona detrás de esa máscara y capucha era el mismo Myson. Pero eso dejó a Diona con una resultante confusión acerca de lo que el joven estaba usando como atuendo.
Al parecer era una extraña cosa llamada 'cosplay' o algo por el estilo. Myson no entró en detalles y parecía estar apurado, por lo que le pidió no contárselo a Margaret y le acarició la cabeza entre ambas orejas. No fue una mala sensación.
Luego de verlo salir de la habitación a través de la ventana, ella bajó hacia la planta baja de la taberna y le explicó a Margaret el no haber encontrado a Myson en su habitación, ganando un suspiro decepcionado de Margaret.
Diona, sin embargo, se interesó en la razón por la que Myson estaba vestido de esa forma tan peculiar esa noche, y aún más en el por qué saltó por la ventana para salir del lugar.
A la mañana siguiente, encontró su respuesta.
Myson estaba despierto desde muy temprano por un motivo que se le escapaba, pero parecía estar listo para hacer alguna misión. Diona aún estaba somnolienta hasta que siguió su recomendación de lavar su cara con agua, luego de lo que preguntó acerca de lo que había ocurrido anteriormente.
"Estoy entrenando para... Convertirme en un ninja."
Diona no había escuchado esa palabra antes. Parecía ser algún término extranjero, quizá perteneciente a Liyue o a Inazuma. De todas formas, la explicación de parte de Myson la hizo sentir curiosa acerca de aquel término. 'Especializado en ataques rápidos y silenciosos' es algo que sería genial aprender, es lo que piensa Diona. Sería de ayuda para un arquero como ella. A cambio de no compartir el secreto con nadie, y mucho menos Margaret (por alguna razón) Myson accedió a dejarla ver como son las habilidades de un ninja.
Sin duda Myson es alguien extraño, pero en el buen sentido. Diona rara vez pasa días aburridos llevando una vida tan atareada como la suya, pero la llegada del joven representó un tiempo refrescante e interesante hasta ahora, a pesar de que no ha pasado una semana desde su primer encuentro.
El chico es carismático, e incluso se ganó el cariño de su jefa, por lo que seguramente ella no es la única extraña aquí, ¿Cierto?
Un poco más tarde esa mañana, Diona salió en dirección al restaurante El Buen Cazador para desayunar algo antes de regresar a trabajar. Un pescado a la parrilla siempre es bienvenido en su paladar, y la taberna Cola de Gato no hace ese tipo de alimentos, ya que... Bueno, su principal atractivo es el alcohol, lamentablemente.
Al llegar al lugar, se encontró un rostro conocido. Cierta chica vistiendo con los colores azul y blanco y de cabello verde menta.
"¡Sacarosa!" Saludó Diona. Sacarosa devolvió el saludo levantando su mano tímidamente desde su mesa. Diona se sentó junto a ella y ordenó su plato.
Era un poco extraño para ambas conocerse a un nivel que fuera más allá de simplemente verse de lejos algunas veces, pero en ocasiones recientes Diona se había encontrado con Sacarosa en la Aldea Aguaclara mientras tomaba suministros de frutas y carne. En el lugar se dio cuenta que Sacarosa también recogía materiales para sus investigaciones de alquimia.
Al principio era simplemente eso, el compartir un lugar al cual iban regularmente. Pero después de un tiempo, Diona se decidió a hablar con la curiosa chica después de notar sus orejas, diferentes a las de los humanos comunes. Igual que las de ella.
Lo que siguió de eso fue simplemente natural, pasaron más tiempo juntas mientras hablaban durante sus viajes hacia y desde Aguaclara. Al final, formaron una extraña relación de amigas/hermana mayor y menor.
Eso la lleva al presente. Al parecer, Sacarosa estaba interesada en Myson de alguna forma, y parecía haberlo conocido antes.
"¿Por qué el interés en Myson? ¿Quieres investigar algo de él?" Diona preguntó, curiosa.
"Um, podría decirse... El accedió a una pequeña investigación respecto a un artefacto que Albedo creó, no es nada impresionante." Respondió la alquimista.
"Ohh... Aunque eso suena interesante." Diona agregó, dando otro bocado a su pescado a la parrilla.
Sin más que agregar sobre el tema, amas continuaron con sus respectivas comidas mientras el Sol se abría camino hasta lo más alto del cielo.
…
Se formó un pequeño silencio incómodo entre ambas, sin algo de lo que hablar. Esto era algo regular entre ambas chicas, las cuales tenían vidas laborales totalmente diferentes la una de la otra.
"Así que... ¿Has encontrado algún material extraño? ¿Quizás algo asqueroso que pueda convertir en un coctel?" Preguntó Diona.
"¿Por qué querrías hacer un coctel con algo asqueroso?" Preguntó Sacarosa con confusión. No era la primera vez que escuchaba acerca de las creaciones excéntricas de su amiga.
"¡Para que la gente deje de intentar tomar alcohol! Esa sustancia es malvada." Diona siseó con desdén.
"¿Y has hecho algún progreso hasta ahora?" Preguntó de nuevo la alquimista, para ganarse una negación de parte de la niña, que dejó caer su cabeza hacia adelante, frustrada.
"¡A todos les encantan mis bebidas, no importa lo mal que las intento hacer!" Diona reclamó con molestia.
"Eso es algo realmente curioso, ¿sabes? No es nada natural que algo hecho con colas de lagarto crudas sea de agrado para el paladar humano... Pienso que es algo digno de investigación, aunque..." Sacarosa apagó su voz conforme su última oración continuaba.
Diona respondió ante su falta de palabras. "Consumiría demasiado tiempo para mi misión, no puedo hacerlo ahora mismo." Le respondió simplemente.
"Eso pensé..." Sacarosa suspiró en derrota. De nuevo había sido rechazada. Primero la muestra ósea de sus orejas y ahora esto. Parecía que la pequeña felinés tenía una vida muy ocupada como para ser sujeta a cualquier prueba o investigación. Tendrá que esperar un poco más.
"...niendo como plan el que practiques con los objetivos fijos por un mes, al menos una hora por día, podrás llegar a un nivel en el que seas capaz de usar el arco en combate de forma apropiada." Escucharon una voz acercándose hacia el restaurante.
"Espero tener el tiempo para hacerlo. Compraré un arco con Wagner en ese caso." Otra voz respondió.
"Oh, no, no te preocupes por eso. Puedes quedarte el arco de práctica que te di. ¡Considéralo un regalo de una maestra a su discípulo!" Dijo la primera voz con un tono juguetón.
"Claro, claro... ¿No crees que haya sido demasiado prenderle fuego a ese árbol?"
"¡Shhh! ¡No digas eso! ¡Ya te dije que no fue apropósito! Mi flecha solo... Se emocionó mucho y se encendió."
"..."
"..."
"...Claro. Que visión tan emocionable tie- Oh, hola Diona, hola Sacarosa." Levantó una mano y la sacudió hacia las dos mencionadas.
"¡Myson!" Diona saludó alegremente desde la mesa. Sacarosa solo le asistió en form de saludo. "¿Dónde habías estado?" Preguntó la niña.
"Oh, practicando con el arco, nada del otro mundo." Myson miró a Amber, quien estaba a su derecha. "Oh, ahora que lo pienso." Myson sacó un papel de su mochila y lo leyó, como para confirmar algo. "¿Había algo en lo que necesitas mis servicios, Sacarosa?" Preguntó.
La chica, al ser puesta en el centro de atención, se encogió un poco antes de responder. "S, si... ¿Estaría bien hablarlo aquí mismo?" Dijo.
"Hmm..." Myson pensó un poco mientras dirigió su mirada al cielo, tapando con su mano el Sol para evitar quemarse la vista. "Ya estuve mucho tiempo bajo el Sol por hoy. Sería mejor si lo habláramos en el lugar en cuestión, si está bien contigo." Respondió con una mirada neutral.
"Seguro. Eh... ¿Ahora mismo?" Preguntó la chica.
"Nah, tenemos tiempo, ¿Ya comieron ustedes? Me vendría bien una buena comida después de correr en círculos alrededor de un árbol infructuosamente." Miró en blanco a Amber.
"Oh, vamos." Respondió la arquera castaña. "¡Te harás mejor con el tiempo!" Le palmeó el hombro al chico.
"Solo comí un pescado a la parrilla, y aún tengo tiempo libre." Respondió Diona.
"Yo comí una tostada de pescador..." Dijo en voz baja Sacarosa.
"¡Perfecto! Ordenaré un... Oh, una pizza sería genial. ¿Les parece?" Preguntó Myson.
"¿P, podría ser sin champiñones?... Si es posible..."
"Oh, seguro. Entonces pidámosla de alguna carne."
No hubo objeciones. Después de unos minutos, la pizza llegó a la mesa y las cuatro personas comenzaron a comer pacíficamente bajo el Sol de Mondstadt.
Un buen día, puede decir Diona.
