La teoría del caos
Capitulo 4: Los visitantes.
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Si Rize había algo con lo que fue bendecida en toda su vida fue con el poder de la observación, un poder que le permitía estudiar sus entornos, sus victimas, sus enemigos, analizaba su situación con su medio hermano Nimura, el bastardo tenía varias ventajas sobre ella (que no estaba encarcelado, ni tenía un aparato de la muerte insertado en la espalda baja), pero ella tenía un segundo poder sobre él que no se había dado cuenta.
"El poder de la seducción…"
Las personas eran curiosas, todas buscan el mismo fin: la felicidad.
Todos querían el placer de la vida y no preocuparse, era una meta que todas las personas tanto ghouls como humanos perseguían todos los días, Nimura no era la excepción, él la quería de una forma retorcida, pero lo conocía de niño y sabía de su cariño hacia ella, sabía que él todavía quería que los dos estuvieran juntos, jugaran a la casita y buscaran la felicidad aun si eso significara que ella no estuviera de acuerdo con él y la arrastrara con un grillete atado al tobillo.
Los días pasaron y ella siempre recibía visitas de Nimura por los días (no todos porque llamaría la atención), siempre conteniendo su rabia por la broma del bolígrafo de choques eléctricos del otro día.
—¿Te has portado bien?. —Le preguntaba su medio hermano.
—Define bien. —Ella respondía neutral, guardaba las manos en su regazo para que no la tocara.
Nimura le sonreía amistosamente metiendo su mano por el hueco de la celda, como si fuera una serpiente buscando en las penumbras su mano.
—¿Has mordido o has llamado "pervertido" a alguien?. —Él alcanzó su mano, pero ella fue mas rápida y tomo de su mano como si lo detuviera pero seguían viéndose a los ojos.
—No, pero deberías controlar a los investigadores que han querido verme cambiarme de ropa, no soy un espectáculo ¿sabes?.
—¿Quiénes fueron?. —Preguntó Nimura interesado.
Rize sonreía en sus adentros, le mencionaba características de los investigadores que ella consideraba "pervertidos", él hacia una lista mental y mágicamente aparecían en su tazón de comida, comprobaba que Nimura le creía todo lo que le decía, pero también era una persona retorcida, por lo que jamás comía de lo él que le ofrecía, lo probaba frente a él y lo tiraba al escusado cuando se iba, le daba miedo que estuviera envenenada la comida. Se sentía angustiada porque al paso que iba moriría de hambre, ya que solo Nimura le daba de comer, le daba miedo probar lo que su medio hermano le ofrecía y llegaba la noche…
Kaneki (o Haise Sasaki que eran la misma persona) la visitaba ciertas noches para hablar, aparecía entre las 11 a las 1 pm, era como un espectro (claro era el cegador negro como había escuchado que le decían), parecía la muerte andante caminando lentamente con esa mirada de cazador, vestido todo de negro, llevando consigo un olor a sangre, pero no le tenía miedo; Ella con los días de hambruna (que apenas se le empezaban a notar) tenía la extraña esperanza de fingir su muerte y que le abrieran la puerta para salir de su encierro era un plan peligroso, pero si ya era una condenada a muerte ¿qué mas podía perder…?
Tenía su extraño poder de observación con Kaneki…y empezaba a tener su segundo poder con el cegador negro desde cierta noche.
Ella estaba dormida recargándose en el vidrio de la celda arriba de la mesa (cerca de la luz) con una revista desgastada en su regazo, cuando Kaneki se acercó a su celda.
—Rize…—Kaneki la llamaba, pero ella no respondía.
Rize no fingía dormir, se había quedado dormida y el equilibrio de su cuerpo comenzó a fallarle, el investigador de cabello negro volvió a llamarla, pero ella cayó de la mesa sin todavía poder despertar.
La puerta de su celda fue abierta…
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Kaneki, había empezado a investigar los archivos de Rize en una computadora de Kokuria, su llegada le era algo extraño, según los reportes de donde fue capturada estaba muy lejos de Anteiku tanto del café ahora bautizado "Re:" como donde Yomo cuidaba de ella originalmente, no habían reportes ni de Yomo, Touka o Nishiki, lo cual le era un alivio, pero ahora tenerla en kokuria era un reto para él.
"¿Qué voy a hacer contigo Rize, dejarte o intentar también salvarte?…". Pensaba en las noches que la visitaba para preguntarle de casos, pero le hacía preguntas que él podía responder sin su ayuda, entonces… ¿Por qué la empezaba a visitar?
Habían pasado ya siete días, y en poco tiempo ella mostraba menos energía, no la habían castigado ni nada, pero porque lucía mas y mas dormida…
Cuando la vio dormida arriba de la mesa de la celda recargando su mejilla el vidrio, él se quedo curioso al verlo, cuando la llamo dos veces, ella se cayó como si se hubiera desmayado, él sorprendido y sin perder el tiempo abrió la celda con su tarjeta especial y su celda se abrió.
Lucía desmayada en el suelo con el cabello desparramado en el suelo como un abanico y el cuerpo femenino ligeramente inclinado con los brazos extendidos y las piernas recogidas, Kaneki se agacho y la observó, la tomo con suavidad para poder ponerla en la cama, pero al levantarla noto que tenía un golpe en su mejilla por el impacto contra el suelo, sus manos callosas la sujetaban con firmeza, con una mano la sostenía debajo de sus suaves muslos y la otra se recargada en su cintura, la piel de sus muslos era muy suave lo cual lo distrajo cuando ella abrió los ojos, ella escucho como su corazón se aceleraba cuando la tomo en sus brazos.
—¿Rize?—Kaneki la llamó con suavidad.
Ella despertó y al abrir sus purpúreos ojos lo miró con curiosidad y ella comenzó a olfatear, Rize trago saliva al verlo, mientras ambos (cegador y prisionera) se veían a los ojos, ella rodeo su cuello lentamente con ambos brazos (como si intentara abrazarlo), Kaneki se puso en guardia no esperaba eso, pero no la soltó. Ella lentamente se acercó a su cuello y le susurró al oído.
—Kaneki tengo hambre…
Kaneki no comprendió hasta que ella le encajo los dientes en su cuello, Kaneki se congeló cuando sintió una mordida en su piel, pero ella no lo mordía con fuerza, se sentía cansada y sus dientes no perforaban su piel (suponía que como era ghoul ahora le era un poco mas difícil a la chica de pelo morado intentar llegar a herirlo). Kaneki con rapidez la acostó en su cama y le aparto los brazos, ella estiraba los brazos tenía hambre, Kaneki lo notaba e hizo algo que muy probablemente era una muy mala idea…
Él se mordió a si mismo la parte suave de su antebrazo lo suficientemente fuerte para que la sangre caliente comenzara a surgir, se agacho a la altura de ella ofreciéndole su sangre y su carne a Rize, ella tomo su brazo con ligera urgencia y lamio la sangre. Kaneki miraba la puerta de la celda semi abierta y como la luz iluminaba poco la oscura celda, no había nadie que los viera estaban en el rincón mas oscuro de la celda, Rize bebía con suavidad acostada, aferrándose con sus dos manos a su antebrazo, la herida de su brazo empezó a abrirse cada vez mas cuando ella mordisqueaba con mas y mas fuerza, pasaba con suavidad su lengua sobre su piel y Kaneki comenzaba a sentirse extraño por la humedad de su boca, una rara combinación entre peligro (claro ella podría atacarlo de una forma mas salvaje) y ¿Placer?, ella se alimentaba de él con suavidad, observando como ella cerraba los ojos por el sabor de su sangre, sus labios acariciaban su piel caliente dejándole una extraña sensación satisfactoria que aceleraba su corazón.
La sangre comenzaba a manchar el camisón de ella y Rize se sentó en la cama con suavidad sin intentar despegarse de él (tampoco quería detenerla) para acomodarse mejor, pronto comenzaría a sentirse mareado por la falta de sangre, cuando ella encajo sus dientes con mucha mas fuerza, él soltó un gemido y le apartó el antebrazo de su boca, ella replico con un gesto negativo, Kaneki la observaba y notaba como sus ojos brillaban un poco mas, jadeaba por el sabor de su sangre y encajaba las manos en la sabana de la cama como si quisiera contenerse a no atacarlo, él también se sentía agitado, se puso de pie intentando parecer lo menos agitado posible, pero lo cierto es que su corazón estaba acelerado y su frente tenía un ligero sudor, solo se ajusto sus gafas intentando lucir neutral a tal situación.
—¿Por qué me ayudas?. —Preguntó Rize con suavidad, todavía con la boca escurriéndole unos hilos ligeros de sangre, sobándose su mejilla por el golpe del piso.
—No lo se, pero se lo que se siente estar así…
—¿Entonces me tienes lastima?
Él se puso de cuclillas frente a ella y le limpio con el pulgar un ligero rastro de sangre la comisura de sus labios sorprendiendo a la ghoul, no sabía porque lucía tan enferma cuando la visito.
—No, pero ¿preferirías que te dejara desmayada en el suelo?
—No, me gustaría salir de aquí…—Ella lo miró con una mirada de suplica y con cierto enfado.
Kaneki la observaba mientras ella tenía le sostenía la mirada ahora mas consiente de su entorno.
—¿Por qué te has desmayado? luces como si no comieras hace días.
Y ella le guardaba un secreto que no podía decirle a menos que quisiera una dosis de choques eléctricos en su espalda baja.
—…Sabe muy mal la comida, vomito todo sin querer al terminar.
Kaneki lo reflexiono unos momentos y se puso de pie, observándola mientras ella seguía sentada en la cama.
—Podre traerte comida, pero tienes que ser discreta, si sigues a este paso…morirás de hambre.
Ella no lo podía creer, Kaneki le ofrecía ayuda, Rize sorprendida solo le pregunto el porque, era demasiado bueno para ser verdad.
—¿A cambio de qué?
—No quiero nada…solo prométeme que no te meterás en mas problemas, si alguien se entera nos ira mal a ambos. —Kaneki se puso de pie con la intención de irse para no empezar a caer sospecha de que ya estaba demasiado tiempo en la celda de una prisionera.
Rize se puso de pie y tomo de su rostro con la mano derecha acariciando su mejilla, pero sosteniendo su rostro para verlo a los ojos, no quería que él le mintiera, Kaneki se quedo sorprendido por tal gesto, por primera vez en mucho tiempo estaban frente a frente sin que un vidrio les impidiera verse a los ojos, Kaneki notó lo mucho que él creció desde la ultima vez que la vio, ahora era mucho mas alto que ella.
—Gracias...¿Pero no intentaras envenenarme verdad? —Ella buscaba rastros de mentira en sus ojos grises.
—¿Por qué trataría de envenenarte?.
—Porque…—Ella dejo su frase al aire, Kaneki la miro con curiosidad empezaba a sospechar algo. —Nada, solo gracias.
Él dejo la celda y cerró la puerta, Kaneki noto como Rize se acostaba en la cama y se disponía a dormir, miró su brazo con la marca de sus dientes junto con una marca de la mordida de Rize, su brazo dejo de escurrir sangre, pero su carne estaba roja, sin embargo no sentía dolor, recordó el suave tacto de las manos y los labios de Rize sobre su brazo, haciendo sonrojar ligeramente como hace mucho tiempo no lo hacia, como si ella hubiera despertado algo en él que hace mucho que no sentía…
La debilidad de un hombre por una mujer…
