Capítulo 11: Revelaciones
"Ouran high school host club no me pertenece es propiedad de Hatori Bisco"
Katherine colgó el teléfono con una sonrisa de satisfacción en el rostro al saber que el primer paso de su plan estaba completado, ya Kyoya había aceptado ser su "socio", pero esperaba cuales iban a ser las condiciones del japones, ambos habían concretado una cita en uno de los restaurant más exclusivos de por la zona, solo era cuestión de esperar para poder saber, ¿Qué deseaba Kyoya Ootori?
Ya tendría tiempo de averiguarlo, en aquella gala se definirían la postura de ambos con respecto a lo planes de la pelirroja, con una sonrisa se marcho a tomar su auto, tenia que acompañar a su amiga Renge al aeropuerto, con paso rápido se dirigió a la salida de la facultad, meditando la acción a seguir por la tarde, y deseosa que las horas se escurrieran rápida por el día.
Mientras tanto, Haruhi estaba estudiando en la biblioteca, a veces le costaba admitirlo, pero cada vez que Tamaki estaba cerca ella, no ponía la debida atención a sus deberes escolares, con peligro de perder su perfecto promedio decidió escapar de su meloso novio y de unos vigilantes gemelos que ciertos días parecían su sombra, para poder estar tranquila leyendo un libro sobre Derecho Fiscal en las bancas de la facultad de ingeniería.
Cuando estaba más concentrada en sus estudios, vio una persona tomar asiento alado de ella, no media más de metro cincuenta, y portaba un peculiar conejo como acompañante, acaparando las miradas de las jóvenes que se paseaban por el campus.
— ¡Haru-chan! — exclamó el pequeño Honey que se había paseado buscando encontrar un lugar tranquilo por Harvard y ahora se topaba con "la host natural".
— Hola, Honey-senpai — saludo la castaña, mientras lanzaba un suspiro, al parecer no había logrado huir de todos los miembros del host club — ¿y Mori- senpai no está contigo?
— No, fue a escoltar a Renge al aeropuerto— explicó el rubio— así que decidí buscar un lugar para estudiar, me alegra verte hoy.
— Es verdad, a un no asimilo que Mori –senpai este con Renge, pero a decir verdad me parecen encantadores juntos —le confesó Haruhi, recordando como Mori se portó tan a amable con la estrambótica Renge en la fiesta que organizó Kyoya para Tamaki, sintió algo de nostalgia al recordar la fiesta, y la canción de Kyoya.
— Ellos me recuerdan a Tama-chan y ti — le confesó el rubio, logrando que los pensamientos de Haruhi se centraran de nuevo en su novio estrambótico y rubio — ¿Que te gusto de Tama-chan? — cuestiono Honey alegre, mientras abrazaba su peluche en forma de conejo de felpa.
— Bueno… la verdad, Tamaki fue el más abierto con sus sentimientos desde que entre por la puerta— se burló, al recordar como el rubio se desvivía por ella, incluso cuando pensó que era hombre— se portó tan dulce conmigo, y después sus actitudes hicieron que me enamorara de él, además que en cierto punto me recuerda a mi padre.
Y la verdad es que su padre era igual de devoto con su madre, al punto de hacerse un Okama* en vez de buscar un sustituto de figura materna para ella.
— Interesante…así que es eso lo que te atrae de Tamaki— murmuro una voz detrás de ella, ocasionando que la castaña soltará el libro por el susto.
— Hola Kyo-chan— lo saludo el rubio alegremente al ver al de gafas detrás de Haruhi, ella se turbó, atrajo al muchacho con el pensamiento, o es que Kyoya como una sombra se escabulló entre ellos, siempre así, silencioso.
— Quisiera hablar con Haruhi en privado si no te molesta — le pidió el joven Ootori a Honey, quien lo miró contrariado, pero sin perder el porte alegre soló le sonrió.
— Claro, voy a buscar los libros que necesito a la biblioteca de la facultad, me alegra verlos, te dejo en buenas manos Haru-chan— se despidió Honey, dejándolos solos en aquella banca.
Kyoya observó al rubio, y la amenaza implícita en sus comentarios, así que observando a la castaña y sus enormes ojos color café observarlo expectante, aquella mirada le recordó la noche en su departamento, y se maldijo por el deseo que poseía sobre la novia de su mejor amigo.
— Hablare sin rodeos, ¿No le contaste a Tamaki de lo ocurrido en mi departamento? — pregunto Kyoya de golpe, causando que la joven se quedara pensando en el incidente en la casa de su amigo, y sintiera algo de culpa, sobre todo por lo delicado del asunto.
— No he podido hablar con Tamaki, cada vez que quiero sentarme a charlar con él, cambia el rumbo de la conversación, ni si quiera sé como van las cosas con su abuela— le confeso Haruhi, ligeramente ofendida.
El de gafas se quedó pensativo, ellos no estaban siendo lo suficientemente honestos uno con el otro. No sabia si sentir un alivio o culpa por lo ocurrido dentro de su casa, pero la moral podía más en él, sin embargo, la duda lo carcomía, y una pregunta brotó de su boca, como un murmullo que ya no podía ser acallado.
— Dime Haruhi, ¿has pensado como seria tu relación con algún otro de los miembros de club? — preguntó Kyoya tranquilamente, necesitaba sacar esa duda de su cabeza, antes de que las acciones de su conciencia tuvieran otro fin.
— Esa es una pregunta demasiado personal, Kyoya — lo miró la jovencita, poniendo sus manos en su mentón, cada vez entendía menos al "rey de las sombras".
— Necesito saberla, tus palabras definirán muchas cosas Haruhi, por favor— suplicó, causando que ella abriera sus enormes ojos, ¿Qué tramaba Kyoya al preguntar eso?
—La verdad es que antes de que fuera novia de Tamaki, pensé que algunos de ustedes tenían otras intenciones conmigo…
— ¿Quiénes de nosotros? — soltó impaciente, él sabia perfectamente que cada uno de ellos la quiso de maneras diferentes, pero el grupo acepto su derrota con dignidad ante la confesión de parte de Tamaki a la jovencita.
—Hikaru me declaro sus sentimientos, pero no logre verlo más allá que como un buen amigo, supongo que Karou poseía el mismo sentir, Mori–senpai es muy tranquilo y jamás me dio a entender algo así, y pues Honey está enamorado de Reiko Kanazuki*—explicó la castaña siendo lo más honesta posible.
— Creo que has omitido a alguien — dijo Kyoya tranquilamente, percatándose que ella no lo habia mencionado,
— Bueno Kyoya-senpai, no creo que usted haya estado ni por asomo enamorado de mí, ya que no le traería un mérito estar conmigo — y con esas simples palabras, Haruhi había roto cualquier esperanza en el pecho del de lentes, no solo ella no lo veía como un candidato de su amor, sino que lo había descartado haciéndose menos ante él.
— Haruhi, eres una persona honesta, inteligente y además una hermosa dama, espero que jamás vuelvas a decir que no tendría "méritos" una relación contigo— susurró Kyoya mientras meditaba si era oportuno huir de ahí y alejarse de la jovencita, mandar a la mierda todo y desaparecer, pero firme y estoico como un buen Ootori soporto la punzante daga que sentía en su corazón.
Lejos de ahí, Katherine llevaba en su BMW a una parlanchina Renge que no paraba de abrazar a un avergonzado Takashi, la pelirroja solo sonrió al verlos por el retrovisor, se sentía muy feliz por su amiga, sabía que había tenido dos decepciones amorosas y el tranquilo muchacho que tenía ahora como prometido era sin duda la mejor opción para Renge.
Después de platicas triviales la dejó en el aeropuerto Internacional Logan, en donde la francesa abordaría su avión privado color amarillo, mientras varios sirvientes de la jovencita cargaban las maletas del auto de lujo de la pelirroja, la cual le dio un fuerte abrazo a su parlanchina amiga.
— Espero que ya hayas decidido dejar tu juego con Kyoya— le susurró Renge evitando que Mori escuchara su conversación —no quiero que salgas lastimada.
— No te preocupes Renge, te daré noticias cuando las cosas avancen, después de todos eres la única que se dio cuenta de mis sentimientos— le confesó Katherine con una sonrisa a la pelirroja, que pensaba que su amiga se había enamorado del jovencito que fue el primero en robarle su corazón, sin embargo en vez de sentir celos o reproches, la fría presencia de Takashi le dio tranquilidad.
Nada más equivocado, la norteamericana buscaba una oportunidad de hacerse con una empresa hotelera internacional, cuando regreso al auto con Takashi este se quedó en un silencio total ante la falta de presencia de su amiga, Katherine decidió hondar un poco en la mente del joven de piel morena.
— Sé que no eres un gran conversador, Morinozuka, pero me mata la curiosidad, ¿Cómo te convertiste en el prometido de mi amiga? — pregunto Katherine con una ligera sonrisa antes de subir al auto para ir de regreso a la universidad.
— La encontré llorando en el jardín de Ouran— conversó Mori con voz grave, mientras recordaba a una Renge destrozada llorando a pie de una de las fuentes del colegio — estaba muy triste y decidí hacerle compañía.
— Supongo que el amor fue surgiendo con el trato, después de todo el escándalo de Renge le da luz a la vida de las personas— sonrió la pelirroja, sobre todo al entender que ella era como una vela en el camino para el taciturno muchacho que esbozo una sonrisa tan ligera, que era imperceptible para la pelirroja.
La noche había llegado y Kyoya estaba esperando afuera de su edificio la llegada de cierto BMW negro, estaba furioso por no haber sido los suficientemente claro con la castaña, la amistad con Tamaki no dejaba que pusiera en claro que tenía un interés en ella, pero la chica era demasiado despistada; Y a pesar de que Tamaki quería tiempo para arreglar los problemas, el no desaprovecharía esa oportunidad.
Katherine llego al estacionamiento del restaurant Couché, un bello local italiano, digno de admirarse con techos de color blanco y paredes de tabique rojo, y como una aparición lo vio recargado en la pared de grava, viendo su reloj e ignorando a una coqueta mesera, el joven iba vistiendo una camisa color verde limón que solo resaltaba su cabello negro y daba a su piel un tono más blanco, un sacó negro lucia en su brazo, la brisa estaba haciendo estragos en ella, pero no por eso dejaría de lucir divina, el chico parecía un sueño, un idool de su tierra, que por un momento las palabras de Renge resonaron por su mente, tal vez la francesa tenía razón y ella saldría mal de ese asunto.
Kyoya se quedó en una pieza al verla llegar en un vestido color rojo, que resaltaba el color de su cabello, los hombres la miraban, sin duda la jovencita atraía como una abeja reina, y él se sintió bobo al divagar por aquel cuerpo lleno de curvas en los lugares idóneos.
— Lucias impaciente, Kyoya— sonrió la jovencita, él le dio el brazo mientras el jefe de meseros los escoltaba a su reservado, los murmullos se hicieron presente en el restaurant, una vez en la mesa, la jovencita vio a su cita y comentó— así que al final aceptas ser mi socio.
— No del todo, creo que es mejor que hablemos antes de que te hagas ideas— con una sonrisa de lado tan típica de él, Kyoya habia desecho la esperanza de una tregua, pidió la especialidad de la casa, una pasta Alfredo digna de los reyes como ellos, la joven solicito un Salmon a las finas hierbas, mientras clavaba la mirada en el Ootori.
— Vas a seguir viéndome o vamos a hablar de negocios— soltó áspero el jovencito, levantando una ceja al ver que la pelirroja no pronunciaba nada de su beneficio.
— Disculpa, pero no he comido durante todo el día— se defendió la pelirroja molesta por el tono de voz del "host cool"— escupe tus condiciones, nena japonesa.
— Tengo tres condiciones, para ti Katherine— musitó el japones, ofendido por el insultó, todo pronunciándolo en perfecto inglés— la primera es que tenemos dos meses para intentar conquistar a ambos, no pienso casarme con Haruhi a menos que ella me quiera, puedo hacerle a cualquiera eso, excepto a ella.
— Vaya pensé que eras un monstro sin corazón, no pienso enamorar a tu amigo, solo quiero ser dueña de sus acciones, tengo mis propios deseos, y él no está en ellos— dijo la pelirroja, dejando anonadado a Kyoya, imagino que como Eclair, la pelirroja quería a su bobo mejor amigo.
— Bueno no puedo obligarte a enamorar a Tamaki, pero al menos yo intentare conquistar a Haruhi— dijo Kyoya dándole un sorbo al vino que le servía un mesero, la jovencita tomaba agua — y como le dije a ella puedo ser realmente encantador cuando me lo propongo Katherine.
— ¿Cuál es la segunda condición? — preguntó Katherine con la ceja alzada.
— La segunda es que en caso de que Haruhi no me quiera, y prefiera estar al lado de Tamaki ambos debemos de alejarnos de ellos, y tu padre debe de dejar en paz la compañía— soltó Kyoya, esperando la reacción de la joven, como si soltar eso fuera fácil.
— ¡¿Qué acaso estás loco?!— grito Katherine, espantando a los meseros, el japones solo sonrió al verla tan furiosa, y aunque odiaba admitirlo, las peleas con la pelirroja le entretenían — pensé que me ayudarías, ¿eso en que me beneficiaria?
— Si no aceptas mis condiciones, mandare una transferencia de dinero que ayudara a Yuzuru* con la empresa, y Tamaki no tendrá que elegir— soltó el chico, dejando perpleja a la jovencita que tuvo que parar su reclamó al ver que el mesero les traía una de las entradas que habían solicitado.
— ¿Cuál es la tercera condición? — susurró Katherine muy enojada, la ensalada le sabia a bilis, la tenía por el cuello el muy maldito de Ootori, quien solo parecía divertirse con ella.
— En caso de que Tamaki y Haruhi sigan juntos, ya no podré cumplir la encomienda de mi padre, así que tú serás voluntaria del encargo sin objeción — la hizo jurar Kyoya viéndolo directamente a los ojos, sabia que era bajo chantajear a la chica y dejarla como segunda opción, pero en ella veía la ambición de si mismo.
— ¿Qué quieres decir? — murmuro Katherine en shock, sin saber cómo iba aceptar lo propuesto en esa cena, pero como una idiota se fue de bruces contra Kyoya, quien estaba tan seguro como quien tiene el toro por los cuernos.
— Solo diré que tendrás voz y voto en mi empresa, así como una cantidad considerable de dinero, no es nada despreciable Katherine además si lo analizas mi empresa vale más que la de Tamaki — le explicó, y ella acepto que tenia razón, los hoteles de Tamaki eran nada en comparación de todas las empresas del grupo Ootori.
— Que quieres de mí, Kyoya, porque me quieres dar tanto poder, ¿a qué precio? — murmuro Katherine desconcertada por la proposición del moreno.
— Por qué esta unión nos beneficiara a ambos, después de todo, tú lo dijiste, esto es un "ganar, ganar" ¿Qué dices? ¡aceptas el trato! — musito Kyoya acercándose peligrosamente a la pelirroja con una sonrisa siniestra en su rostro.
Ella estaba literalmente en las brasas, y el de lentes era el demonio.
*Reiko es en nombre del interés romántico de Honey en el manga.
* El padre de Tamaki.
N.A. Una actualización, ya vieron que nuestro querido Kyoya tiene a la pelirroja controlada, un giro dramático al fic, tuve que cambiar cosas que no me agradaba y por eso estoy tardando más.
Temo que mi OC parezca un desagradable Marysue, así que intento equilibrar sus defectos con algunas virtudes, espero estarlo logrando.
