Hola chiquillos, aquí con el segundo cap de esta historia... Nos veremos abajo en las NA. Besos y que disfruten
Capítulo 2
ser un Li
Buenos días señor Li – escuchaba desde el momento en que ingresaba al edificio y él solo inclinaba un poco la cabeza a medida que avanzaba hacia el ascensor, tenía un día muy ocupado por delante.
Bajó del ascensor en el piso donde su oficina se ubicaba y antes de ingresar, escuchó la voz de su secretaria tras él
- Señor Li
- Rika – respondió él sin voltear y dejando abierta la puerta para permitirle el paso.
- ¿Qué tal estuvo su viaje señor?
- Terribl… uohhhhh mujer, parece que vas a estallar en cualquier momento – dijo él en tono burlesco
- Shaoran, no es gracioso
- Bueno sí, pero hablo en serio. ¿No es mejor que estuvieras descansando ya en tu casa?
- Aun no llega el momento de la licencia – respondió su fiel asistente, Rika Terada sentándose con dificultad en una de las sillas tratando de lidiar con su abultado vientre
- Pues no acepto eso; necesito que vayas a descansar, no quiero que a ti ni a mi ahijada les pase nada, además no quiero morir a manos de Yosiyuki.
- No seas ridículo Shaoran, todo mi embarazo ha sido muy saludable y todo se encuentra bien
- Rika – dijo él sentándose frente a ella y tomando sus manos – En serio que no concibo esta oficina sin ti, pero eso es secundario cuando se trata de tu salud, no te veo en condiciones de seguir soportando este estrés y mucho más con los días que se avecinan
- Lo sé Shaoran pero el proceso de hoy permitirá asignar a quien será tu asistente, estaré unos días más para explicarle los procesos y me iré muchísimo más tranquila, faltan 3 semanas todavía, no te preocupes.
- Eres tan terca mujer
- Igual que tú, querido jefecito. Ahora sí, aquí traigo tu itinerario.
- Bueno… Trataré de ocuparte el menor tiempo posible
Con algo de esfuerzo y ayuda de su jefe, la mujer se levantó de su puesto y salió de la oficina, el hombre a su vez tomó el teléfono
- Si, Tomoyo. Necesito que asignes a alguien que apoye a Rika en sus labores… Si, sé que mi nueva asistente empezará a trabajar en 2 días pero no quiero que ella se esfuerce, es tan terca que no acepta irse a su licencia aun… Bueno, gracias.
Dejando ese tema de lado, se enfocó en lo suyo. Tendría que asistir a algunas de las entrevistas y por lo que pudo ver cuando llegó, había una enorme fija de personas fuera de la empresa esperando entrar para ser admitidos, sujetó el puente de su nariz y pensó en lo largo que sería ese día.
La puerta de su oficina se abrió sin previo aviso, dejando ver a un hombre muy parecido a él pero bastante mayor
- Xiao Lang
- Padre, buenos días – respondió el hombre poniéndose de pie y haciendo una reverencia
- Amaneciste bien? Creo que tus hermanas te ocuparon bastante anoche
- Si, da igual, estoy acostumbrado a dormir tarde.
- Eso me parece bien, pero tampoco te sobre esfuerces hijo
- No te preocupes papá, hace mucho que me adapté a este ritmo de trabajo
El hombre mayor asintió.
- Hoy te ayudaré con el tema de las entrevistas
- No te preocupes, puedo hacerlo
- No me preocupo, me parece algo muy divertido, además sabes que también me gusta estar en contacto con las personas y saber quiénes harán parte de nuestra organización.
- En ese caso, me parece bien. Tendré tiempo de adelantar algunas cosas y cubrir a Rika con algunas de sus labores. No me gusta tenerla bajo tanto estrés en su estado
- Así será entonces. Que tengas un buen día Xiao Lang
- Gracias por todo papá
Hien Li, el presidente de la firma más grande de urbanismo en Asia. Encargados de llevar a cabo importantes proyectos urbanísticos en el enorme continente y casi a nivel global, era un hombre afable, muy disciplinado, tradicionalista en cuanto a su familia se refería y por sobre todo, humano; mucho más que muchos hombres en posiciones similares. Manejaba una ética intachable y eso era lo que había inculcado en su único hijo varón, que se desarrollaba como jefe de proyectos para los nuevos mercados emergentes, de ahí la razón por la que tenía que salir del país frecuentemente; pero ante todo, siempre le había enseñado la importancia de la familia. Siempre y por sobre todo, la familia era lo primero.
Tras la breve visita de su padre, se dedicó a enfocarse en la revisión de algunas licitaciones que tenía pendientes, ya tendría la oportunidad de conocer a los seleccionados, solo esperaba encontrar a alguien eficiente, leal y prudente como Rika; ella, más que su asistente, era su amiga y cómplice, aunque no estuviera de acuerdo con muchas de las cosas que hacía siempre lo apoyaba y lo aconsejaba. Se detuvo un momento a pensar, sería difícil sopesar su ausencia, pero eran cosas inevitables.
El reloj despertador sonaba incesantemente mientras ella se estiraba en la cama. A diferencia de otras mañanas, se levantó con mucho entusiasmo, pues a pesar de haber llegado sumamente cansada y tarde dejó todo preparado para esa mañana; era su oportunidad y nadie se la arrebataría.
Saltó de la cama directo a darse una ducha fría, necesitaba estar bien despierta, además de que el clima veraniego así lo permitía, no tardó mucho tiempo y salió para usar el atuendo que había preparado. Era todo un clásico, vestido sastre channel con zapatos de la misma marca que había adquirido en NY, porque era de las pocas cosas que la apasionaban y en lo que no escatimaba su dinero. Maquillaje suave, cabello impecable, una última sonrisa frente al espejo. Respiró profundo y salió de la habitación de hotel, ya tendría tiempo de instalarse en el apartamento de Touya y Kaho mientras encontraba un lugar para ella.
Al salir del edificio se encontró con una radiante y soleada mañana, cerró los ojos para sentir el calor del sol acariciar su piel y se dijo a sí misma que no era necesario tomar un vehículo. Estaba acostumbrada a caminar en Manhattan y según su celular no estaba demasiado lejos el edificio donde serían las entrevistas. Así que caminaría, sí señor.
Hacía muchos años no caminaba por las calles de Tokio, la última vez había sido en una salida de despedida con sus amigas antes de marcharse a América. Las cosas, por su puesto, habían cambiado mucho, pero la cortesía de las personas a su paso, las calles limpias, el orden y la prisa, era algo que había echado de menos… Bueno, con excepción de las prisas, era igual a NY.
Ya se encontraba a unas pocas calles de la ubicación que mostraba su celular e iba feliz con su café mañanero hasta que alguien tropezó con ella haciendo derramar el líquido sobre su ropa haciéndola crispar no por el calor del café, sino por el horror de ver su traje manchado de café justo antes de la importante entrevista que tendría.
- Señorita, por favor discúlpeme, no fue mi intención
Aunque en principio se sintió furiosa y frustrada, vio tanta honestidad y congoja en la carita de aquella adolescente causante del incidente que solo respiró profundo y le sonrió con sinceridad.
- Fue un accidente, a cualquiera podría pasarle.
- Pero su vestido?... Yo…
- No te preocupes, ya lo arreglaré.
La jovencita hizo una par de reverencias más antes de empezar a caminar presurosa por las calles. Sakura se hizo a un lado para no estorbar y observó su vestido, la falda había sufrido el peor daño, podría llegar rápido al edificio y en algún baño tratar de limpiarla, pero tendría que darse prisa, así que tiró el vaso de café que aún tenía en la mano y apresuró el paso hasta encontrarse frente a un enorme y elegante edificio con la palabra LI escriba en Japonés y por supuesto, una larga fila de personas que con toda seguridad, tenían el mismo propósito que ella.
- Demonios, ahora cómo haré para entrar y arreglarme – dijo ella en voz baja.
Vio entonces que un grupo de personas con portafolios similares al suyo ingresó con toda propiedad al edificio. Se metió en el papel y subió las escalinatas con toda autoridad como si ese fuera su lugar.
- Identificación por favor – solicitó el hombre con visible desconfianza
- Perdón?
- Su identificación por favor, todos los empleados deben presentarla.
- No soy empleada, tengo una reunión con el señor… Tanaka – fue el primer apellido que se le vino a la mente, siendo que era lo suficientemente popular como para que un Tanaka se encontrara en el edificio
El hombre la miró sospechosamente – Mire, vengo de EEUU, puede ver mi pasaporte, llegué ayer específicamente para esta reunión – Sakura sacó el documento de su fino bolso y se la enseñó al hombre.
- Mil disculpas señorita, por favor pase a la recepción para ser anunciada.
- No se preocupe, es su trabajo. Y gracias.
De esa forma, Sakura Kinomoto ingresó al enorme edificio, se dirigió de inmediato a la recepción que era inusualmente atendida por un hombre
- Buenos días, podría indicarme… Dónde están los tocadores de dama?
- Tiene alguna cita?
- Esto… Sí, si, pero usted entenderá, necesito unos últimos retoques – añadió giñándole un ojo al joven que se sonrojó en el acto
- Pues… No creo que lo necesite realmente – dijo en voz baja – en este piso al fondo de aquel pasillo.
- Muchas gracias – respondió la muchacha con una sonrisa y se encaminó por donde le habían indicado, encontrándose con uno de aquellos letreros amarillos indicando que el piso estaba mojado. Sakura dudó al verlo, pero después de una muy corta reflexión, llegó a la conclusión de que ese letrero no significaba nada, así que con no mucha precaución siguió su camino. Pero para su mala suerte, el piso estaba realmente liso y no pudo evitar resbalar y caer de la manera más estrepitosa posible haciendo que uno de sus tacones se rompiera al igual que un costado de su falda.
Allí, en el suelo, miró a su alrededor y trató de levantarse de la dolorosa caída entrando al baño lo más rápido posible y encerrándose en uno de los cubículos. Se sentó observando su hermoso zapato en una mano y el tacón en el otro, además de su falda rota y manchada. Ahora sí, no había nada que pudiera hacer; una solitaria lágrima corrió por su mejilla y luego un sollozo y otro y otro cada vez más fuerte hasta que el llanto la inundó. Era una mujer vivaz y chispeante, siempre positiva, pero momentos como estos…
Toc toc – un suave golpe se sintió en su puerta, lo único que faltaba, la descubrirían en el baño, vuelta una miseria, se darían cuenta que no debería estar allí y la sacarían a patadas, pero mientras toda esa película corría en su cabeza, una voz suave se dejó escuchar.
- Estás bien?
Trató de recomponerse un poco, o por lo menos que su voz no se escuchara tan rota – Sí, si… Perdón
- Puedo ayudarte en algo? – replicó aquella voz, y Sakura no supo por qué, pero era tan cálida que le dio la confianza necesaria. Abrió la puerta y salió tímidamente.
- Gracias, pero no creo que haya mucho que hacer por mí – dijo levantando sus manos derrotada mostrando sus zapatos rotos y lo de su falta era totalmente obvio.
- Madre mía – respondió la hermosa mujer frente a ella, mirándola de arriba abajo con esos ojos amatistas
Sakura guardó silencio y se sintió un poco intimidada de aquella mujer que con una mano en su mentón la examinaba de arriba abajo.
- Niña, estás hecha un desastre. Pero no sé si alguna vez te han dicho que tienes muchísima suerte
- Hoe?
La amatista sonrió y la miró con dulzura – Ven conmigo, supongo que vienes a las convocatorias del día de hoy, creo que ya repartieron los turnos para ingreso
- Qué? Es decir que perdí mi oportunidad.
- Por eso digo que tienes mucha suerte.
Sakura no dijo más y solo se dejó guiar por la mujer a través de una escalinata de emergencia. Subieron algunos pisos, llegaron a otro pasillo y finalmente se encerraron en una oficina.
La castaña se quedó quieta sin saber qué hacer o qué decir; descalza, eso sí porque no iba a caminar con un solo tacón de aguja cojeando por todos lados.
- Lo tengo! – dijo la amatista con éxito sacando un traje de un armario adjunto – No es igual a ese hermoso Channel de la colección de verano, pero te verás hermosa. Eres un poco mas joven que yo pero al parecer somos de la misma talla
El corazón de Sakura latía de emoción y agradecimiento y sin pensarlo dos veces soltó su bolso y estrechó a la mujer en un abrazo cálido y sincero
- Oh, disculpa – dijo separándose y haciendo una reverencia – Sakura Kinomoto y debo decir que es un verdadero placer conocerte
- Tomoyo Daidouji, el placer es mío… Ya verás – dijo con algo de suspicacia mientras Sakura reía nerviosa – Anda, ve a vestirte rápido, no te preocupes por tu traje, yo me ocuparé de él, los candidatos ya empezarán las rondas de entrevistas y debo estar allí.
Sakura no quiso preguntar nada más para no parecer imprudente pero el hecho de saber que esta misteriosa y bella mujer debía estar en el proceso le hizo saber que debía tener un cargo de importancia en la organización, además que su oficina no era pequeña ni austera.
Se arregló con toda rapidez (en eso era experta), aprovechó para retocar su maquillaje y salir rápidamente del baño.
- Lo sabía, te ves hermosa – Dijo Tomoyo juntando sus manos y visiblemente emocionada – Ahora veamos… No creerás que voy a tener un par de Louis Vuitton en la oficina, pero creo que estos te servirán para verte igual de bonita y elegante
La castaña se sonrojó un poco – Disculpa, no quiero parecer presuntuosa… Es solo que…
- No te preocupes por eso, yo también amo la moda, además que te debías ver espectacular con ese vestido. Pero ya tendremos tiempo de hablar de eso, vamos rápido
- Tú crees que aún tengo chance?
- Te lo dije al principio, eres una chica con suerte. Vamos y mientras llegamos cuéntame qué haces en este lugar y cómo entraste antes que los demás aspirantes
- Ayyyy… Yo… Perdón, pero no lo sé, hoy no es mi día. Venía muy contenta y una chica derramó el café en mi falda, así que se me ocurrió la maravillosa idea de entrar a limpiarla y estaba el letrero de piso resbaloso pero lo ignoré, me caí y… Bueno, me encontraste
Tomoyo río con suavidad – Sin duda eres una chica divertida. Qué tipo de cargo buscas?
- No me importa en realidad, solo me interesa encontrar un lugar en donde pueda crecer, hacer carrera.
- Si eso es lo que buscas, estás en el lugar correcto. Yo empecé a trabajar aquí cuando tenía 18 años, era asistente. Preparaba café, documentos y poco a poco, conforme avanzaba en mis estudios fui avanzando en la empresa, el señor Li es enfático en eso, le gustan las personas leales y que quieran ver la empresa crecer.
- Eso me gusta – dijo Sakura sonriente
Tomoyo se detuvo
- ¿Sucede algo?
- Préstame mucha atención Sak… Disculpa, Kinomoto
- No, no. Llámame Sakura por favor
- Está bien. Escúchame Sakura, mira el grupo de aspirantes que está ingresando, entra a la sala donde ellos estarán, no es bueno que nos vean juntas, está bien? Nos veremos después
- Estás segura? Quieres mi teléfono?
La amatista sonrió confiada – No te preocupes por eso, ahora ve – Al momento le entregó una escarapela que ella se puso rápidamente. Cuando observó bien, se trataba del turno para hacer parte del proceso, el mismo que pensó había perdido por todo lo que había pasado. Sonrió agradecida y se mezcló entre el grupo de aspirantes.
- Empezaron las entrevistas Shaoran – dijo Rika a través del teléfono
- No te preocupes, mi padre quiso estar con ellos en la mañana, yo estoy aprovechando para adelantar trabajo.
- Necesitas algo entonces?
- Si, que te quedes quieta Rika Terada, si necesitara algo, no te lo pediré a ti.
- Shaoran…
- Hablo en serio Rika, el mínimo esfuerzo por favor.
Se escuchó la suave risa de la asistente – Está bien, como quieras
Shaoran también sonrió mientras en su mente visualizaba lo que sucedía en el piso inferior, imaginaba a todas las personas que habían acudido, los inteligentes, los desubicados, los aduladores (detestaba a esos)… Lo único que no dejaba de pensar era en quien sería su asistente; obvio sería genial que fuera bonita, pero no hueca o que se obsesionara con él… Para nadie era un secreto su gusto por las féminas, pero el tema con quien fuera su asistente era completamente distinto, pues sabía lo mucho que estaba en riesgo si no se concentraba en sus deberes.
Observó su reloj notando que ya casi rallaba con el medio día, suspiró. Tomaría un rato para almorzar tranquilamente ya que después debía tomar el lugar de su padre aunque fuera por un rato en todo el proceso de selección, y es que, aunque entendía el interés de su padre en hacerlo, contaban con personal perfectamente capacitado para tal fin, es solo que su padre siempre insistía en conocer el tipo de personas que harían parte de su organización más allá que un currículo.
Llegó hasta el primer piso donde, por supuesto, había una gran cantidad de personas. Algunos revisaban documentos o conversaban entre ellos, por lo visto no habían terminado con la primera ronda de aspirantes; trató de pasar inadvertido pero sí trataba de detallar a su alrededor a las personas que habían llegado. Algunos parecían reconocerlo y se codeaban, pero entre toda la multitud una melena castaña llamó su atención, demasiado parecida a la que había conocido el día anterior, pero no… No podía ser ella, la del día anterior era una chica insulsa y despeinada; esta, aunque estaba un poco lejos de su rango de visión, se veía mucho más sofisticada y elegante.
De inmediato descartó esa idea, tendría que ser un mundo demasiado pequeño como para que esa torpe y distraída muchacha fuera a parar justo a su empresa. Así que sin más, salió de las instalaciones a tomar su esperado almuerzo ya que tendría una larga jornada por delante.
- Kinomoto Sakura – Llamó una señorita con un listado en la mano.
- Si, señorita
- Es su turno de pasar a la ronda de entrevistas. Esta equivale al 50% del puntaje final después de la revisión de sus documentos y la prueba escrita que realizaron esta mañana. Como puede ver, esta entrevista define todo.
Sakura asintió, comprendía la importancia de este paso y se esforzaría por no meter la mata como podía llegar a hacerlo cuando estaba tan nerviosa como hasta ahora.
Cuando ingresó al salón se encontró con 5 personas frente a ella. El único rostro conocido era el de Tomoyo que le sonrió al verla y eso le brindó algo de confianza, había 3 hombres allí, uno mayor que los demás al centro de todos ellos y no supo por qué pero le transmitió mucha paz y tranquilidad.
Se sentó frente a ellos aunque sus manos ya estaban sudando y rogaba por no decir alguna tontería como podía suceder cuando estaba sumamente nerviosa.
- Kinomoto Sakura – leyó un hombre serio con parsimonia – Háblenos un poco de usted. Dice que hace poco llegó de Estados Unidos, ¿no?
- Si señor. Me fui de Japón con una beca para estudiar en Columbia y cuando terminé la universidad me quedé allá trabajando
- Si tenía una vida estable allá, ¿por qué regresar a Japón?
- Mi hermano, él es la única familia que me queda; además, este es mi país. Quería regresar al hogar
- Sobre su curriculum… – continuó el hombre pero fue interrumpido de inmediato por el hombre mayor, quien con una agradable sonrisa observó a Sakura
- Dices que tu hermano es la única familia que te queda… ¿Qué tan importante es para ti el concepto de familia?
Sakura lo observó un poco desconcertada, ¿eso qué diablos tenía que ver con lo laboral? Pero aquel hombre la hacía sentir una calidez extraña, así que no tuvo problema en contestar. Sonrió y cerró sus ojos pensando en sus padres, no solía recordarlos con tristeza, sino con gratitud y amor puro y todos pudieron notarlo.
- Para mí, la familia es refugio. Mis padres fallecieron en un accidente aéreo, pero durante los años que tuve a su lado fui inmensamente feliz, y en los momentos de tristeza, solo pensar en ellos y rememorar todos aquellos recuerdos, me ayudan a seguir adelante.
El hombre mayor solo asentía y la miraba tan profundamente que se sintió un poco cohibida, no porque se sintiera inapropiado, sino porque parecía que aquel hombre quería develar su alma.
- Bueno… - Interrumpió Tomoyo, notando un poco que Sakura no se sentía del todo cómoda – Pasando a temas más laborales, a pesar de tus conocimientos y experiencia, ¿no te molesta estar participando por un cargo de asistencia?
- En lo más mínimo, todo principio es pequeño, sin demeritar por su puesto. Pero creo que esto es fundamental para crecer y eso es lo que quiero. Nadie empieza estando en lo alto, hay que sortear obstáculos y adquirir aprendizajes, eso es lo que quiero.
Las personas de la mesa tomaban nota a medida que la castaña hablaba, se sentía tan nerviosa y bajo un escrutinio permanente
- Qué es lo más arriesgado que has hecho en tu vida? – Volvió a cuestionar el hombre mayor mientras todos los demás lo miraban un tanto desconcertados
Sakura lo pensó por un momento – Sin duda, el irme a estudiar al exterior. Postularme a una beca e ir a un país extraño, conociendo muy poco el idioma. Sola… Demonios, la soledad – dijo para sí misma aunque todos la escucharon – Perdón, disculpen, no quise decir eso. El caso es que, siempre fui una niña consentida y un poco cobarde, pero de repente pensé que quería más; si seguía en el rumbo que iba, casi que vi toda mi vida pasar delante de mis ojos y… No pensé que fuera suficiente, así que me inscribí a esa beca que era casi imposible de ganar y ya el resto es historia
- Tuviste miedo?
- Mucho, nunca había abordado un avión y ahora los odio más que nunca, pues, como les comenté, mis padres fallecieron en un accidente aéreo.
- Qué fue lo que más te gustó de esa experiencia? – A ese paso, la entrevista se había convertido un diálogo entre el señor Li y Sakura, que por supuesto no sabía con quien hablaba
- Las personas que conocí, lo mucho que aprendí, las primaveras en Nueva York… Es una cultura muy diferente, además de ser una ciudad donde convergen muchas otras culturas y eso lo hace muy interesante.
- Qué harías, si la posición en la que te ponemos no tiene relación con lo que estudiaste y tienes experiencia?
- Aprovechar la oportunidad y disfrutar la experiencia. No es la primera vez que me enfrento a algo desconocido y aquí estoy.
- Uy mira nada más la hora – dijo de repente el hombre mayor – creo que es hora de almorzar y supongo que hemos terminado con usted señorita Kinomoto
- Pero señor… - repuso uno de ellos ya que nunca lograron entrevistarla acorde a lo requerido
- Les haré saber mi decisión. Es todo por el momento.
Y con esas palabras dio por terminada la entrevista. Sakura, por su parte quedó un tanto absorta por lo sucedido. Era sin duda la entrevista más extraña que había tenido y, a pesar de no ser muy dada a hablar sobre su vida personal y menos ante un grupo de desconocidos, ese hombre era realmente amable y le recordaba a su papá.
Hien Li, por su parte, abandonó el recinto pensando en la muchacha de ojos verdes; la verdad era que estaba preocupado por Shaoran, la ausencia de Rika podría ser una excusa para que la vida un poco disipada que tenía su hijo se trasladara a la oficina si no encontraba una persona óptima para el cargo; quería a alguien confiable y capaz, no una muchachita que se dedicara a seducirlo o que se dejara deslumbrar por su hijo… Esperaba haberla encontrado, aunque la pobre no sabía lo que le esperaba teniendo que lidiar con el carácter de Xiao Lang.
Sakura por su parte, buscaba en su celular algún lugar donde pudiera almorzar y descansar un poco, aquella mañana había sido de locos y la tarde, sin duda, sería más tensionante a la espera de la decisión, veía mucha gente en comparación de los puestos vacantes.
Quiso invitar a Tomoyo, pero no se le hizo apropiado con tanta gente alrededor, podría perjudicarla y hacer que los demás pensaran que era parcial o que ella trataba de influenciarla. Así que salió del edificio al lugar que había encontrado cuando sintió que alguien tras ella le cubrió los ojos.
- Qui… Quién es? – se sintió un poco asustada
- Dime que tuviste un maravilloso día – la sonrisa amable de Yukito la saludó en ese momento
- Yukito… Si te contara lo que me ha pasado hoy, no me creerías.
- Me parece maravilloso si me lo cuentas durante el almuerzo, ¿vienes?
- Claro que sí, muchas gracias.
Sakura le enseñó el restaurante que había encontrado y él por supuesto lo conocía, era un lugar muy bello, pequeño y casi que hogareño al que solían ir con Touya cuando este último tenía alguna reunión en las empresas Li, habituaban conversar allí sobre sus vidas y ahora se alegraba de estar allí con Sakura.
Cuando llegaron los dirigieron a una mesa especial puesto que era un cliente frecuente.
- Señor Tsukishiro, que gusto verlo de nuevo. Señorita, sea usted bienvenida – Les saludó una mujer de mediana edad.
- Lo mismo digo señora Kamiko, la señorita que me acompaña es Sakura Kinomoto, hermana menor de mi buen amigo Touya Kinomoto.
La mujer mostró una expresión de sorpresa – Que bueno tenerla aquí señorita, su hermano y el joven Tsukishiro son dos de mis mejores clientes, así que es usted bienvenida siempre que quiera. Por un momento pensé que era su novia – dijo la mujer sin el menor disimulo haciendo que Sakura se sonrojada profusamente – En fin, enviaré una deliciosa limonada para este clima tan caluroso mientras eligen qué almorzar. Nuevamente, bienvenidos
Yukito sonreía con la misma tranquilidad de siempre, mientras Sakura trataba de disimular su sonrojo
- No te preocupes – dijo él tomando con suavidad la mano de la castaña, cosa que no ayudaba para nada a la bochornosa situación de la muchacha – La señora Kamiko es… Algo desinhibida al momento de decir las cosas y nosotros le tenemos cariño, es muy amable con nosotros.
- Bueno, si a ti no te molesta…
- No me molesta en lo más mínimo – respondió el joven mirándola fijamente
Su risa nerviosa no se hizo esperar… ¿Era su imaginación o de verdad Yukito la estaba viendo de forma diferente? Sí, lo pensó en la boda, por su comportamiento, pero tampoco había querido hacerse falsas expectativas… ¿Pero ahora?
- Yukito…
- Disculpa, no quiero hacerte sentir incómoda, pero…
- No te preocupes, es solo que, disculpa, no sé qué sucede
- Sucede que, como te lo dije ayer, ya no eres la dulce adolescente que me declaró sus sentimientos aquel día en el festival. No quiero que me veas como un oportunista, pero tenías tan solo 15 años y yo 23, pero a pesar de eso y tu tiempo fuera del país, yo siempre traté de estar al tanto de ti, solo que… No pensé que fuera justo buscarte.
- Por qué lo dices?
- Te rompí el corazón, Sakura, y no lo digo porque tenga un concepto muy alto de mí mismo, sino que… Bueno…
- Touya…
- Sí, pero no es lo que tú crees, no es como si me contara como estabas, sino porque fue el peor momento de nuestra amistad y sabía que si estaba tan molesto conmigo era porque no estabas pasando un buen momento
Sakura sonrió – Siempre tan sobreprotector
- Si, lo es. El caso es que… Seré claro, quiero saber si hay alguna posibilidad de que tú y yo…
- Si? – preguntó Sakura suavemente, sintiendo a la vez que su corazón estallaría de pura emoción anticipándose a lo que sucedería.
- Quisiera que me permitieras… No sé, que me dieras la oportunidad de salir contigo, no en plan de amigos, sino, algo más.
La voz se le perdió de repente, el corazón estaba a punto de salir de su pecho. En ese justo momento, se estaba materializando el sueño de toda su vida y era sencillamente increíble, pero debía reaccionar y dar una respuesta en ese momento.
- Yukito… Yo…
- Sakura, no quiero que te sientas obligada o comprometida, solo quiero que lleguemos a conocernos más profundamente y todas aquellas cosas del pasado queden atrás – tomó las manos de la castaña – quiero cuidar de ti.
La castaña solo sonrió y asintió, viendo como en el rostro de Yukito se dibujaba una hermosa sonrisa que denotaba una real felicidad. El resto del almuerzo se fue entre conversaciones y coqueteos de parte y parte, ese día estaba resultando mejor de lo que pensaba.
- Hijo, ya elegí a tu nueva asistente
- Papá, ¿qué tal estuvo la jornada? ¿Encontraron buenos prospectos?
- Sí, personas muy interesantes… Recuerda que nos queda la jornada de la tarde en la que tú estarás, no lo olvides
- No lo olvido papá, es solo que tengo muchas cosas que hacer, sabes que tenemos la nueva cuenta…
- Lo tengo muy claro Xiao Lang, pero esto también es importante – dijo el hombre con voz seria, y por supuesto que lo sabía, su padre era muy delicado en torno a las personas que hacían parte de su empresa.
- Está bien, padre. Estaré allí.
- Buena suerte hijo.
Shaoran se levantó con pereza pero debía asumir su posición. Se preparó para estar impecable, como siempre e ir a tolerar a las coquetas o aduladores… Es decir, todos sabían quién era él, al fin y al cabo era la imagen corporativa de la empresa.
- Deseas que te acompañe? – preguntó Rika al verlo salir de la oficina
El castaño se detuvo sosteniendo el puente de su nariz en una clara señal de exasperación – Sabes que de ser por mí, te sacaba de esta oficina en el acto, Rika Terada.
La mujer rodó los ojos al parecer con la misma exasperación – No puedo quedarme sentada aquí como una inútil
- Preciosa, no eres una inútil. Justo porque eres un tesoro, te necesito bien, sana y segura y eso no sucederá si corres tras de mí en cada cosa que debo hacer… Admítelo, los buenos tiempos terminaron
- Vete de aquí, Li, eres exasperante
Shaoran abordó el elevador con una gran sonrisa, ella era una de las pocas mujeres que se daban el lujo de verlo sonreír con tanta naturalidad.
- Tomoyo? Si, voy camino a las entrevistas, podrías esperarme en el elevador por favor?... Gracias, cuento contigo
Detestaba las multitudes, se sentía incómodo, escrutado y prefería estar con alguien de confianza a su lado.
- Listo? – escuchó la cantarina voz de la amatista en cuanto las puertas se abrieron
- Podría decirse… Muchas personas?
- Mas de las que esperábamos, afortunadamente el primer filtro nos permitió descartar un importante número de candidatos.
- Magnífico. Dijo mi padre que ya había encontrado a mi asistente, te comentó algo?
- La verdad es que no, no lo mencionó…
- Espero que no haya elegido una institutriz loca, ewww
- Oh, compórtate Li, parece que hablaras de… No sé… Un plato de brócoli?
- Tomoyo… Ese es otro nivel y sí, es como si esperara una suculenta barra de chocolate y en cambio me dieran un plato de brócoli
- Ya, compórtate
- Está bien… Mami
La chica no pudo evitar reir antes de extenderle el brazo para cederle el paso al salón, era una eterna pelea, pues la caballerosidad del hombre no le permitía ingresar antes que una mujer, pero ella le explicaba que al ser su subordinada debía darle su lugar como jefe… Debate sin fin
- Tomoyo, en serio ¿vamos a empezar? No entraré si no lo haces tú primero, he dicho
- Pero Shaoran…
- Es un orden
Al final decidieron ingresar los dos. Tomoyo, era de las pocas personas – mujeres en todo caso – además de Rika con quien se sentía cómodo, pero antes de hacerlo, su visión periférica le permitió ver a Tsukishiro del área de publicidad ingresando con… ¿Otra vez su vista lo traicionaba? Ese cabello castaño, pero se veía muchísimo mejor arreglada, así que no es posible que fuera la fachosa muchachita del aeropuerto… No, simplemente no podía ser.
Sakura se sentía en las nubes, lo sucedido en el almuerzo le ayudaría a tolerar el resto de la tarde. Debían esperar que todas las entrevistas terminaran para ver qué seguía en el proceso. Ya terminando la tarde, Tomoyo le dijo que se fuera, que ella se encargaría de contactarla para informarla de los resultados, pero no, ella prefería quedarse allí; además quería invitar a Tomoyo a cenar algo en agradecimiento por toda su ayuda.
- ¿Estás segura que quieres quedarte? Has de estar exhausta – preguntó Yukito quien la llamó para saludar
- Claro que sí, además tengo mucho que agradecerle a Tomoyo, no quiero parecer una ingrata
- La conozco muy poco, pero siempre he oído muchas cosas buenas de ellas. Si necesitas algo por favor házmelo saber.
- Gracias Yukito, si te parece, te escribiré al llegar a casa
- Estaré pendiente.
Al colgar la llamada un gran suspiro escapó de su pecho y se sintió como una colegiala, de haber estado en su cama con toda seguridad estaría abrazando el teléfono y pataleando emocionada.
Todos los demás candidatos poco a poco abandonaron el lugar y ella permaneció sentada cerca de la sala donde sabía estaba Tomoyo, aprovechó la oportunidad para retocar su cabello y maquillaje y escuchó cuando la puerta se abrió y varias personas hablaban, Reconoció a un par de ellos como sus entrevistadores, ella estaba de pie y saludó a cada uno con una reverencia.
Escuchó la suave risa de Tomoyo y una voz masculina que se le hizo un tanto familiar… Trató de asomarse pero algo se cayó de su bolso así que se inclinó a recogerlo.
- Sakura, hola – saludó Tomoyo denotando el entusiasmo en su voz
De inmediato la castaña se reincorporó e hizo una reverencia, pero al levantar su rostro, cuál sería su sorpresa cuando vio al tipo desagradable del aeropuerto, parado frente a ella y observándola desde su altura, con una expresión de total sorpresa.
Ambos, tardaron microsegundos en reaccionar, pero extrañamente lo hicieron al tiempo.
- TÚ!
Fue el grito que se escuchó al unísono en el desolado pasillo a la vista de una perpleja Tomoyo.
Ahora sí...
Hola!
Espero que hayan tenido una bellísima semana; yo, como siempre, ahogada en compromisos pero aquí estamos... Ojalá y pueda seguir publicando aunque sea una vez por semana y espero que les haya gustado este cap. La verdad, nunca se me había ocurrido juntar a Yukito y Sakura, ya veremos qué saldrá de eso y del encuentro entre Sakura y Shaoran
Bueno chicos, es media noche y no quiero extenderme más. Pero tampoco puedo dejar de agradecer a quienes siempre me brindan su apoyo en mis proyectos, Isa querida, florecita, CherryLeeUp (sabes que serás Amatista para mí, for evaaaaaa)... Y a todos quienes dejaron sus reviews, mi corazón con ustedes, les agradezco en el alma.
Los dejo con muchos besos y abrazos y deseándoles un muy feliz fin de semana y una semana llena de éxitos en todo lo que hagan
Ale-San
