Holi, holi!

Perdón la demora, pero otro capitulillo más, abrazos gigantes y nos leemos abajo :*

CAP 3

DE IDIOTAS PRESUMIDOS

El asombro en el rostro de ambos era evidente y por supuesto, Tomoyo no lograba entender de qué venía todo esto… Al parecer se conocían, pero era claro que no se llevaban bien.

-Shao… Señor Li, se encuentra usted bien? Se conocen acaso?

El castaño bufó – Quisiera decirte que no, Tomoyo, créeme que me encantaría

- No más que a mí, idiota presuntuoso

La amatista se llevó las manos a la boca, al parecer su nueva amiga no tenía idea frente a quien se encontraba y de qué forma podía frustrar sus planes para ingresar a la empresa, así que decidió interrumpir lo más pronto posible.

- Señorita Kinomoto, permítame presentarle. El, es el señor Xiao Lang Li, Jefe de proyectos para mercados internacionales y… El heredero de esta empresa.

Sakura palideció en el acto – Carajo – dijo de manera casi inaudible y ante la divertida mirada de Shaoran, quien a su vez la observaba con suficiencia al ver como parecía volverse chiquitita ante su imponente presencia.

- Señor Li, ella es la señorita Kinomoto, hizo parte hoy del proceso de selección para una de las vacantes disponibles – dijo casi con pesar

- Si, ya había tenido el… Gusto? – dijo con sonrisa burlona – de conocer a esta señorita. Y debo decir, aunque su aspecto se ve muy diferente hoy, sigue siendo la misma tonta distraída a quien conocí – Y sin permitir que la castaña contestara se dirigió a Tomoyo de nuevo – Como siempre, ha sido un gusto coincidir contigo, espero que descanses, mañana será un día un poco pesado… Ah, y gracias por asignar a alguien que asista a Rika. Feliz noche – Y sin mediar palabra con la castaña, solo observándola de arriba abajo le dio la espalda a ambas mujeres y desapareció en el elevador.

Los ojos verdes estaban anegados en lágrimas, no podía tener tanta mala suerte… Pensar que había estado tan feliz instantes atrás…

- Sakura… Sakura… - A lo lejos, sumida aun en sus pensamientos escuchaba la voz de Tomoyo – Qué demonios fue todo eso? De dónde conoces a Li?

- Soy una tonta Tomoyo, yo y mi bocota… Pero es que ese hombre me crispa los nervios, no tengo filtros cuando se trata de él.

- Vamos a comer algo y me cuentas, si?

La castaña asintió, al fin y al cabo era esa la idea, pero de haber sabido que algo como eso ocurriría… Quizá habría sido más prudente con sus palabras.

Salieron de la empresa, Sakura visiblemente acongojada y Tomoyo tratando de calmarla, llegaron al mismo restaurante donde había ido con Yukito, pues le había gustado mucho el ambiente agradable del lugar, fueron ubicadas en una de las mesas y por lo visto, la dueña ya no se encontraba en aquel sitio.

- Ahora si me contarás de dónde le conoces?

La castaña suspiró – En el avión, cuando regresaba de EEUU

- Y… Fue tan malo lo que sucedió con él?

Sakura lo pensó un momento, podría contarle todo lo sucedido pero sabía que, quizá de ese modo, terminaría de sepultar sus esperanzas de ingresar a esa empresa, si es que existían. Así que solo se encogió de hombros – Algunos malos entendidos en ese vuelo, después me hizo el favor de sacarme del aeropuerto ya que había demasiadas personas y conseguir transporte parecía algo imposible…

- Pero eso no es tan malo, supongo

- Claro que no, pero aprovechó para insultarme y burlarse de mi en el trayecto, creo, sin lugar a dudas, que es el hombre más desagradable que he conocido

Tomoyo soltó una risita que a Sakura le causó curiosidad – Tomoyo, disculpa pero no me causa gracia

- Perdón, no quiero que parezca que me estoy burlando, pero… No te puedo negar, conozco a Shaoran de hace años y sí hay una parte de él que puede ser como una patada en el estómago; aun así, es un buen hombre, muy inteligente eso sí, terriblemente estricto cuando se trata de trabajo, un poco ligero cuando se trata de mujeres hermosas. En fin, es todo un caso

- De lo último que me dices me pude dar cuenta

- Qué cosa?

- Sí… Un mal entendido precisamente por el que nos conocimos en el avión, al parecer tendría un encuentro… De esos que ya sabes, en el baño del avión con una de las sobrecargos – el solo recuerdo le generó escalofríos – y bueno… Yo ingresé en lugar de ella, pero te juro que no tenía ni idea!

La nueva amiga de Sakura no pudo evitar empezar a reír al imaginar la divertidísima escena en ese avión, la cara de decepción de Li al no ver a la que supuso sería una rubia voluptuosa y la sorpresa de Sakura en ese momento

- No me parece divertido – dijo la castaña con un mohín que a la amatista le pareció de lo más tierno

- Perdóname, pero a mí sí. Con razón quiso vengarse de ti en el camino, es totalmente digno de él. Puede ser muy irónico y sarcástico y Ay de ti si te atraviesas en sus planes, y eso, mi querida niña, fue precisamente lo que sucedió. Pero vamos! Anímate, esperemos qué sucede mañana, se darán a conocer todos los seleccionados para asumir sus cargos, no te desanimes

- Bueno, pues en realidad no me siento muy tranquila respecto a mi entrevista, en ningún momento pude hablar de mis conocimientos o experiencia; si, es la entrevista más extraña en la que he estado. ¿Quién era el hombre que me preguntaba tanto sobre mi vida personal?

- Todo a su tiempo, pequeña. Todo a su tiempo.

La castaña se encogió de hombros, Tomoyo sin duda era misteriosa pero algo muy adentro le decía que podría confiarle todo. Así que sonrió y observó con detenimiento a la muchacha. Podía ser un poco mayor que ella pero no mucho, era hermosa, elegante y sumamente dulce.

- ¿Podría saber qué tanto me miras? – preguntó divertida la amatista

- Perdón, te digo que a veces no tengo filtros, es solo que eres tan hermosa y cálida… Gracias por tu ayuda el día de hoy y quisiera saber, si independientemente de lo que se decida mañana, me permitirías ser tu amiga.

- Por supuesto que sí, sería un honor para mí que pudieras considerarme de esa manera – respondió Tomoyo con emoción – No lo sé, siento que podemos ser muy buenas amigas.

La cena transcurrió tranquilamente ahora hablando de detalles más triviales, compartiendo anécdotas y un poco más sobre sus vidas.

Suspiró al momento de cruzar el umbral del enorme apartamento. Hacía ya varias semanas que había partido a EEUU y el día anterior que había regresado se quedó en casa de sus padres, así que era un gran alivio estar en su propio lugar.

Como siempre, estaba impecable, pues a pesar de no encontrarse allí, tenía designado personal que se encargara del orden y aseo del hogar. Aflojó el nudo de la corbata, pasó directamente al estudio para dejar su portafolio y se dirigió a la sala, tomó una copa de whisky y se sentó a sus anchas en el mullido sofá de la sala.

- Hogar, dulce hogar – fueron las palabras que salieron de su boca y programó algo de música, jazz suave. Cerró sus ojos y se dedicó a relajarse, pero de pronto un par de ojos verdes acudieron a su mente – Bueno, por lo menos no estaba tan desaliñada como cuando la conocí – soltó una risa divertida, la cara de la muchacha había sido todo un poema cuando lo vio y mucho más cuando se enteró quién era él. Se encargaría de hablar con Tomoyo para que sacara de una vez a esa niñita del proceso. Pero luego suspiró... Era una parte de sí mismo que a veces odiaba, era incapaz de comportarse de esa manera; sí, la tonta distraída se había portado de lo peor y una partecita de él quería vengarse. Decirle: "sí, soy yo, el dueño de esta empresa y no te contrato porque no me da la gana, para que aprendas a ver con quién te metes" y con una risa cuasi diabólica aplastar sus ilusiones. Suspiró, no, definitivamente él no era así, no le diría nada a Tomoyo y si esa muchachita ingresaba a la empresa es porque tenía méritos para hacerlo. Eso sí, ojalá la tuviera bien lejos de él.

En ese momento su teléfono dio aviso de una nueva notificación, lo leyó despreocupadamente mientras terminaba de quitarse la corbata – "Hola guapo, llegué hace un par de días y me preguntaba si estás en Tokio, muero de ganas por verte. Llámame. Isabella"

Sonrió maliciosamente y si no fuera porque estaba tan cansado se pondría en contacto con ella de inmediato, el solo recordar las noches que pasaron en San Remo después de que ella misma casi lo raptara de unas reuniones muy importantes donde se discutían importantes proyectos. Y por supuesto que había valido la pena. Desde entonces, cada vez que ella visitaba Japón lo buscaba y él no desperdiciaba la oportunidad.

- Será mañana - se dijo a sí mismo, despojándose de sus ropas y tomando un baño que le ayudara a relajarse para después dejarse envolver por alguna deliciosa lectura. De las facetas que todos los demás conocían, esta se la guardaba para sí mismo. Amaba los momentos de soledad e intimidad en que podía disfrutar transportándose a otros mundos y todo lo demás desaparecía

Por fin llegó a su hogar temporal, a pesar de llevar allí tan solo un día, Kaho y Touya habían hecho del mismo un lugar muy acogedor y cómodo y aunque ellos no sabían sobre su regreso, tenían una habitación de visitas perfectamente adecuada y con todo lo que pudiera requerir.

Cuando iba llegando al lugar recibió una llamada de su hermano donde le confirmaba que estaban bien y que podría disponer de su departamento sin ningún tipo de dificultad. Eso, si bien la hacía sentir un poco mejor, no la hacía desistir de su idea de conseguir un lugar propio. No esperaría siquiera los resultados del proceso en el que había estado, que al parecer había sido una total pérdida de tiempo, a primera hora empezaría a buscar otra oportunidad de empleo.

Se despojó del traje que le prestó Tomoyo no pudiendo evitar reír al pensar en todo lo sucedido ese día, todo parecía una locura salida de la cabeza de un ser muy sádico y que disfrutara del sufrimiento ajeno. Se puso su pijama más cómoda y fresca para el clima veraniego japonés, tomó una copa de vino y se sentó en la sala del no precisamente pequeño departamento de su hermano y cuñada.

Buscó hasta encontrar una colección de vinilos de Touya y se deleitó al escuchar la profunda voz de Nat King Cole interpretando "love", con copa en mano empezó a bailar por la sala cuidándose de no hacer demasiado ruido que afectara a los vecinos pero dejando fluir a través de sus movimientos todas las frustraciones del día; de nada le serviría lamentarse, el día siguiente sería un capítulo nuevo y se esforzaría porque fuera mejor.

Su noche cerró con broche de oro al encontrar un afectuoso mensaje de Yukito en su teléfono. Qué maravillosa manera de retribuirle tenía el universo, abrazó su teléfono y se dispuso a descansar de ese catastrófico día.

El sonido de la alarma de su teléfono la despertó de su plácido sueño y por su bien debía levantarse inmediatamente esta sonara, ya que si la apagaba e iba por esos "5 minutitos más", sería su perdición. Ya le había pasado antes, y no quería repetir la experiencia.

Así que con toda la pereza del mundo se estiró en la cama y se levantó, arregló todo a su alrededor, algo que había cambiado a medida que pasaban los años ya que antes era un poco desordenada; se arregló eligiendo uno de los bellos atuendos que traía de su empleo anterior. Había sido pasante para una importante firma en Wall Street lo que requería muchísima pulcritud en su apariencia y aunque no quiso seguir en aquel lugar, se le quedó la costumbre de estar muy bien arreglada siempre.

Solo había llevado una maleta y sus cosas debían estar llegando en un par de semanas, esperaba para ese momento estar ubicada debidamente en un lugar independiente así que tendría que moverse con rapidez para encontrar un lindo apartamento.

Se preparó con esmero, si la iban a descartar no iba a verse de cualquier manera, no señor! Y emprendió su camino hacia el imponente edificio donde obtendría la respuesta que necesitaba, el apto de Toya no quedaba tan cerca como para ir caminando y tomar el metro… No era una opción por ahora, temía perderse; así que consiguió un taxi; al llegar, se detuvo frente al lugar observando lo alto del mismo, el sol lastimaba sus ojos y se sintió triste de repente, habría querido trabajar allí, definitivamente tenía que aprender a ser más prudente.

Vio a los candidatos ir llegando y también emprendió el camino por las escalinatas hasta la entrada. Todos fueron reunidos en un enorme salón estilo teatro a la espera de los resultados, que serían según puntuación y en su caso, según su malísima suerte de haber insultado al dueño de la empresa.

- Bienvenidos a Li Corporation. Es para nosotros un honor que hayan considerado el hacer parte de nuestra familia – era una de las típicas charlas corporativas, pero en la medida en que iba avanzando podía ver un común denominador: la importancia de sentirse en familia. Le pareció curioso, ya que, el estilo Americano era un poco distinto, pues se centraba más en la competencia y todo lo que deriva de aquello – A continuación iremos nombrando a todos los candidatos que han sido seleccionados. Les pedimos por favor, al escuchar su nombre, se dirijan a la siguiente salida – señalaba la mujer – allí se les indicará, según su perfil, en qué cargo se les ha asignado. Así que muy atentos por favor.

En el lugar, había por poco unas 130 personas, y las vacantes eran 48. Sakura sentía que las rodillas le temblaban ligeramente, su cabeza no dejaba de decirle que era absurdo permanecer allí, no pasaría! Pero tenía ese nerviosismo y esa emoción que la llevaba a esperar hasta el último momento.

Veía uno a uno como los designados eran llamados, sus rostros de emoción y satisfacción; así mismo aquellos que estaban tan expectantes como ella… Sentía que el tiempo andaba más lento cada vez y mucho más porque solo faltaba un nombre por decir

- La última vacante es… Kinomoto, Sakura.

La castaña dio un respingo en su asiento, no podía creer que su nombre era el que saliera de la boca de aquella mujer; tomó su bolso y trató de calmarse antes de empezar a bajar las escalinatas, escuchaba los sollozos de algunos, veía rostros de frustración y uno que otro rímel corrido de los ojos de algunas. No podía creer lo que estaba pasando, ¡el idiota presuntuoso le había perdonado la vida!... Quizá no era tan idiota, o tan presuntuoso… Tomoyo tenía razón y en adelante haría lo posible por ser más prudente y pensar antes de abrir su bocaza.

- ¿Nombre? Le preguntó un joven al verla cruzar por la puerta.

- Kinomoto Sakura

- Sígame por favor señorita Kinomoto, le damos la bienvenida a nuestra empresa, a continuación se designará su área y cargo que ocupará, posteriormente se realizará el proceso legal de su contrato. Le resulta clara la información?

- Si, sí, por supuesto

El joven le sonrió con amabilidad y con un gesto de su mano la invitó a pasar.

- Oh, ya llegó la última de nuestras nuevas colegas, bienvenida señorita Kinomoto – dijo Tomoyo con amabilidad al recibir a Sakura. – Bien, mi nombre es Tomoyo Daidouji, soy la Administradora de personal. Estoy con ustedes hoy, porque han sido designados para ser asistentes de alta gerencia gracias a sus capacidades y aptitudes, les voy a pedir que me presten mucha atención respecto a la información que les voy a dar, hoy haremos todo el proceso de contratación, mañana iniciarán inducción en sus respectivas áreas. Necesitamos que sean muy rápidos para aprender ya que se requiere con urgencia de sus servicios.

Todos asentían, Tomoyo era muy amable pero a la vez firme a la hora de brindar la información y conforme iba avanzando y explicando todo, Sakura sentía más admiración por ella, y mucha más emoción respecto al reto al que se enfrentaba.

Llegado el medio día, ya todas las diligencias de su contrato estaban listas y se prestaría a leer el documento.

- "Asistente de jefe de proyectos para nuevos proyectos emergentes" – susurró – que nombre tan rimbombante – rio suavemente – veía que en algunas ocasiones debía viajar incluso fuera del país – Esto es…

- ¿Hay algún problema, Sakura? – preguntó Tomoyo con preocupación al ver la cara de la castaña – ¿hay algo mal en el contrato?

- No, no es eso, todo está muy bien, incluso el salario es más alto de lo que esperaría…

- Entonces, ¿qué sucede?

- No te preocupes, Tomoyo – respondió con una sonrisa dulce ante la preocupación de su ahora amiga – es un detallito que te comentaré después, por lo demás está estupendo.

- Bueno… Quiero que sepas que… Tu designación no es mi responsabilidad

Sakura la miró extrañada – ¿Y eso que tiene que ver?

- Lo sabrás en su momento, ¿vamos a almorzar? Yo invito

La castaña no prestó atención al detalle y aceptó gustosa la invitación de Tomoyo, estaba hambrienta y con muchas expectativas, pues en la tarde darían un corto recorrido y conocerían sus puestos de trabajo al igual que a sus respectivos jefes.

En ese preciso instante recibió un mensaje de Yukito

- "me enteré de la buena nueva y es maravilloso saber que te tendré más cerca de aquí en adelante, ¿celebramos esta noche?"

- Claro que sí… ¿Qué propones? – respondió ella con entusiasmo

- La verdad… No lo he pensado todavía, pero te llamaré finalizando la tarde.

- Estaré atenta

Tomoyo carraspeó la garganta para llamar la atención de la ojiverde quien se había quedado ida con una sonrisa tonta.

- Siento interrumpir tu idilio – dijo con malicia la amatista

- Perdón, me distraje. ¿Vamos a comer?

- Claro, ya tengo mucha hambre.

Así que fueron al pequeño restaurante el día anterior, se sintieron cómodas allí y todo parecía indicar que seguiría siendo su refugio en medio de las largas jornadas laborales.

El tiempo fue ameno y pasó más rápido de lo que pensaban, Sakura pudo conocer un poco más de Tomoyo, supo que era una mujer de 27 años, profesional en administración, trabajaba allí desde hace 5 años, era aficionada a la fotografía y le fascinaba la moda, de ahí su admiración por el traje que llevaba Sakura el día anterior; no tenía familia y, a pesar de su carácter afable, no podía mofarse de tener muchos amigos, era muy selectiva. Sakura, por su parte, le habló de su familia, su pasado en Japón, su vida en EEUU, su pasión por la música y cualquiera que las viera, diría que era una amistad de años por la confianza con la que se hablaban y la forma como interactuaban; sin duda alguna, Sakura podía contar el conocer a Tomoyo como una de las mejores cosas que le habían pasado desde que regresara a su tierra natal.

- Rika, mi querida y leal Rika, no sabes cuánto te voy a extrañar pero tu reemplazo estará aquí pronto y eso será un alivio para ambos

- Tan pronto quieres deshacerte de mi?

- Seré sincero contigo… Claro que sí! No veo la hora en que estés descansando, mujer!

- Ahora si no te quito la razón, ya me siento un poco cansada

- Y te ves terrible, debo decir.

- Gracias por tu sinceridad Shaoran – respondió la mujer con ironía – pero me vas a extrañar, ya lo verás

- De eso no te quepa la menor duda, espero que me asignen una buena asistente.

- ¿Desconfías de Tomoyo?

- De ninguna manera, pero desconfío de mi padre y si él mete sus manos en esto…

- Lo peor que pueda pasar es que elija a una mujer mayor con cara de institutriz que te ponga en cintura Shaoran, alguien a quien no puedas dominar

El muchacho se estremeció en el acto de solo pensar el tipo de mujer que conseguiría su padre, no esperaba que fuera bonita porque sabía que no confiaba de todo en él, y eso en el fondo no le molestaba tanto, pero sí que fuera eficiente, rápida, inteligente, pero por sobre todo, leal. No quería una lamebotas que estuviera espiándole en cada movimiento solo para congraciarse con su padre, eso sería lo peor que podría suceder.

- Shaoran… Hey, reacciona – decía Rika agitando su mano frente al rostro masculino

- Perdón, me decías?

- Nada en particular, recuerda que pronto estarán aquí los designados para los puestos, me enteré que hay un hombre, ojalá te lo asignen a ti.

- No sería una mala idea en realidad…

- Me voy, debo tener todo dispuesto para explicarles a los nuevos asistentes.

- Tú no lo harás, ya designamos a alguien más, tú solo descansa mujer.

No pasó mucho tiempo hasta que les anunciaron la llegada de las nuevas incorporaciones a la empresa, por lo cual Shaoran se preparó para recibirles; en ese momento su primo y socio se encontraba fuera del país, él era el jefe encargado de proyectos en Japón y China aunque su viaje era netamente de placer; una de sus hermanas mayores fungía como jefe de finanzas y su mejor amigo, como jefe del departamento legal… Todo quedaba prácticamente en familia, pero al no estar ninguno de ellos, él se encargaría.

Al salir, inmediatamente las 4 personas designadas hicieron una reverencia como muestra de respeto pero Shaoran de inmediato reconoció la cabellera castaña por muy profunda que fuera su reverencia y ella por supuesto también se percató de la imponente presencia de Li. Sakura maldecía para sus adentros, tenía que ser una maldita broma el hecho de que, de una forma u otra, tener que verle la cara todos los días a ese cretino.

La sensación de Shaoran fue muy similar, sintió como un ardor en la boca del estómago de puro desagrado al verla, así que saludó escuetamente y de inmediato llamó a Tomoyo a su oficina. Cuando ya estuvieron adentro, él no decía nada, solo caminaba de un lado a otro.

- Shaoran, te puedo jurar por mis padres que no tuve nada que ver, yo de mil amores la habría ubicado en otra área, incluso más afín a su perfil profesional pero…

- Mi padre, lo sé, ayer me advirtió que ya había encontrado a mi asistente, pensé que solo quería asustarme, pero sé que se trata de ella… No es así?

La amatista solo asintió en respuesta, era más que obvio.

- Shaoran, pero date la oportunidad de conocerla, es una chica tan dulce…

- Y torpe, tonta, desaliñada…

- Desaliñada? Por Dios Shaoran, no ofendas mi buen gusto, sabes que eso no es cierto

- Bueno, está bien – admitió rodando los ojos – el día que la conocí era un verdadero desastre, supongo que me llevé una mala imagen en ese sentido, pero… Aun cuando sea… Bonita, podría decirse, eso no significa que sea apta para reemplazar a Rika, me conoces, sabes mis exigencias y puedo asegurarte que no va a durar una semana en ese puesto

- Shaoran, eres mi amigo pero esta fue una decisión de tu padre que no pienso discutir bajo ninguna circunstancia, no seas tan testarudo y dale una oportunidad! Podrías quedar gratamente sorprendido, además el tiempo de Rika fuera de esta oficina será bastante prolongado. Así que, si tienes alguna queja, habla con tu padre y ahora vamos a recibirlos y disimula tu disgusto – dijo Tomoyo con una clara expresión de enojo y Shaoran sabía que cuando estaba así… Era mejor hacer lo que decía.

Salieron de la oficina y nuevamente los nuevos empleados hicieron una reverencia pero Shaoran con un además de su mano les indicó que no era necesario.

- Les pido disculpas por nuestra ausencia, detalles de última hora que debíamos coordinar. Mi nombre es Xiao Lang Li, soy el jefe de proyectos para mercados emergentes y a mi cargo están todos los proyectos de alta ingeniería que se desarrollan en parte de Europa y América, también, aunque no estén presentes de momento, en este mismo piso se encuentran quienes serán sus jefes a partir de ahora. La señorita Feimei Li, quien es la jefe del área de finanzas, el señor Eriol Hiragizawa quien se encarga de los proyectos aquí en Japón y China y nuestro jefe del departamento Legal, Takashi Yamazaki. A nombre de mi familia, como accionistas mayoritarios de esta empresa, les doy la bienvenida, esperamos que permanezcan mucho tiempo con nosotros. El trabajo será arduo pero en nosotros encontrarán estabilidad y una familia con la cual contar. Así que, nuevamente, bienvenidos.

Sakura lo escuchaba y sentía un ardor en su estómago, era muy raro que alguien le desagradara tanto sin conocerlo realmente, pero cuando lo hacía, ya era muy difícil que llegara a agradarle y ese era el caso del alto y apuesto hombre que hablaba frente a ella… Cuánto tendría?... Unos 30 años y demonios si en serio era guapo, tenía unos ojos de un hermoso color ámbar que era imposible no notar y además…

- Sakura… - Dijo disimuladamente Tomoyo codeándola al ver que no respondía y que se había quedado casi que embobada mirando a su jefe.

- Demonios… - Respondió la castaña dando un respingo y hablando muy bajito mientras Tomoyo soltaba una risita – dime por favor que solo tú lo notaste.

- Afortunadamente tus nuevas compañeras también están embobadas y el joven Azuma parece absorto en el discurso de Shaoran. Pero… para la próxima, disimula – esto último lo dijo en un susurro y Sakura sintió su rostro a punto de estallar y seguramente debía verse como una cereza ya que Shaoran volteó y en el acto enarcó una ceja

- Le sucede algo, señorita…

- Kinomoto

- Ah sí, Kinomoto… Sucede algo? Está algo ruborizada

Ruborizada era poco y a este paso, sentía que en cualquier momento le saldría humo por las orejas, todos los demás la estaban mirando fijamente

- No señor Li, le pido mil disculpas, es solo que tengo algo de calor, solo eso

El hombre asintió en silencio para continuar con su explicación.

- Tengo en mis manos sus asignaciones, así que presten atención: La señorita Kobayashi, estará asignada al área jurídica con el señor Takashi Yamazaki, el señor Azuma, su trabajo será con la señora Fanren Li, en el área de finanzas…

Ya solo quedaban ella y la señorita Akane Miname, aquí se decidiría todo, se sentía como una de esas reinas de belleza con los nervios a flor de piel esperando escuchar el nombre de la ganadora, aunque en este caso, ella deseaba con toda su alma perder.

- La señorita Miname trabajará con el señor Eriol Hiragizawa, en el área de proyectos de Japón y China… Esto, deja a la señorita Kinomoto trabajando en mi área – parecía que esas palabras le sabían a vinagre, y no se podía saber quién estaba más incómodo con esta decisión, si la castaña o el ambarino – en fin, la señorita Daidouji los acompañará a sus lugares para que puedan conocer un poco del trabajo que van a ejercer, en qué consiste y cómo desarrollarán sus funciones. Pueden retirarse – Dijo y Tomoyo avanzó con los otros 3 dejando sola a Sakura con el ambarino.

- Señor Li… - Habló ella tímidamente, Shaoran la observaba y parecía una niñita asustada – Más allá del hecho de que será usted mi nuevo jefe, quiero disculparme por mi conducta, creo que empezamos con el pie izquierdo y no quiero que eso afecte nuestra relación laboral.

Shaoran la miró y le hizo señas de ingresar a su oficina, ella lo siguió como cervatillo asustado, mientras era observada de cerca por Rika. Al encontrarse dentro de la enorme oficina, Sakura no pudo evitar quedar asombrada, era sencilla pero a su vez cada mueble y lo que se encontraba allí se veía finísimo.

- A ver… Niña, permítame explicarle algo, lo que usted haga o haya hecho es irrelevante para mí, soy un hombre profesional y espero que usted también lo sea. Pero sepa, eso sí, que tampoco es de mi agrado que esté aquí, esta es, sin duda el área más difícil. Soy extremadamente puntual, no soporto las impertinencias ni la torpeza, entrará usted de manera temporal reemplazando a mi asistente Rika Terada quien está a punto de tener a su bebé. ¿Cree que es capaz con esta labor?

La castaña se sintió sinceramente ofendida, había presentado una ofrenda de paz al imbécil en cuestión y solo le había ratificado lo que era. Que si era capaz? Ja! Aunque se le fuera la vida en ello, se encargaría de cerrar su presuntuosa boca y dar lo mejor de sí misma, aunque sentía que serían días muy aciagos.

- Por supuesto que puedo señor Li – respondió ella casi que mordiéndose la lengua.

- Puede retirarse.

Sakura hizo una reverencia y salió de la oficina queriendo con toda su alma dar un portazo que resonara en todo ese maldito edificio, pero por supuesto tenía que controlarse.

- Te encuentras bien? – preguntó la señora Terada quien la miraba desde su lugar

Sakura suspiró de manera audible y trató de componerse para responder a la mujer en cuestión quien la miraba con genuina preocupación. La mujer, con algo de dificultad se levantó de su silla y se dirigió a quien sería su reemplazo.

- Mucho gusto en conocerte, mi nombre es Rika Terada, soy la asistente del señor Li. Ven conmigo, durante estos días intentaré explicarte cómo funcionan las cosas aquí.

- Muchas gracias – dijo Sakura con una actitud renovada, de una u otra forma esperaba encontrar una cretina similar a Shaoran, pero esta mujer era tan amable y tenía una maneras tan agradables que estaba segura ayudaría a hacer más sencilla dicha transición. Se sentaron en el lugar donde se desarrollarían sus labores. Todo muy organizado, aunque se notaba que tenía muchos documentos.

- Bueno… En primer lugar, no quiero asustarte, pero sí prepararte. Este trabajo no es fácil, Shaor… El señor Li tiene muchas responsabilidades, por lo tanto tú también, si te eligieron para este puesto es porque cuentas con las capacidades para ejercerlo, no permitas que nadie te diga lo contrario, ni siquiera tú misma. Puedes hacerlo – dijo ella tomando sus manos y brindándole confianza.

- La verdad… Si estoy asustada, no tanto por el trabajo sino… - se mordió los labios, debía decirle de su horrible pasado con su ahora jefe?

- Por el señor Li – completó ella con una sonrisa – Lo sé, es un hombre intimidante, pero en el fondo es un buen jefe, lo comprobarás por ti misma.

La castaña solo asintió, no, por ahora no le comentaría nada, tampoco quería que la amable mujer se sintiera predispuesta hacia ella.

Vendría un enorme reto, pero como que se llamaba Sakura Kinomoto, ningún idiota presumido la haría desistir de su objetivo

Hola!

Amores míos, hoy me doy el lujo de publicar este capítulo, no en las mejores circunstancias ya que estoy aislada por sospecha de COVID; mi ciudad apenas va llegando al primer pico de la pandemia y heme aquí, a la espera de resultados (que deseo con todo el corazón sean negativos). Lo bueno (entre lo malo), es que cuento con el tiempo para poder escribir; una de las cosas que mas amo y extraño hacer.

A pesar de notar que esta historia no cuenta con la misma acogida que otras anteriores, con que haya una sola persona que la lea y un solo review, no puedo más que sentirme agradecida.

Les dejo un abrazo enorme, y les recuerdo por favor: Cuídense, cuiden a quienes aman...

Ale - San