CAP 5
FASCINANTE KINOMOTO.
Cuando el elevador se detuvo en el piso correspondiente, se soltaron como si quemaran.
- Tenemos 30 minutos para que empiece la reunión. Tendré que pedir ayuda.
- Yo puedo hacerlo señor Li
- No quiero presionarla srita Kinomoto, sé que le hablé de mis exigencias en este tipo de cargo pero acaba de pasar por un episodio complejo así que…
- No señor, no es problema. Ya todo está preparado y este es mi trabajo, pero tendré que buscar algo de ropa, estoy impresentable.
El imponente hombre la observó de arriba abajo – Eso no es problema – Sacó su teléfono mientras caminaba rumbo a su oficina y Sakura le seguía de cerca – Si, habla Li. Necesito con suma urgencia un vestido tipo ejecutivo, no importa el color… Yo diría que… - La miró de nuevo de arriba abajo – Talla 4. Si, es urgente, cárguelo a mi cuenta.
- Qué demo…
- Esa lengua señorita Kinomoto.
- Si perdón, pero ¿qué fue eso?
- Un cambio de ropa, yo siempre tengo uno en mi oficina y estamos sobre el tiempo. Llamaré a Tomoyo para que vaya encárgandose del protocolo de bienvenida del ministro mientras está lista.
- Está… Bien
- Debe estar muy pendiente a la llegada del mensajero, no tenemos tiempo que perder.
- Sí señor.
Shaoran ingresó a la oficina sin decir más, se preparó para la dichosa reunión pero la verdad es que tenía el alma en un hilo, estaba muy preocupado por Rika y aunque el tiempo apremiaba tomó su teléfono para llamar a Terada.
- Si, Yosiyuki… Cómo está rika?
- Shaoran, no te puedo mentir perdió bastante sangre, la pasaron a cirugía de urgencia pero dice el obstetra que gracias a la pronta intervención hay mayores posibilidades de éxito, gracias por lo que hiciste
- Yo no hice mucho, si te soy sincero, la nueva asistente fue quien reaccionó de manera oportuna.
- En ese caso, por favor expresa mis agradecimientos.
- Por favor mantenme al tanto de cualquier cosa que suceda. Estaré en una reunión importante pero siempre atento a tus noticias.
- Gracias Shaoran, te estaré avisando.
El ambarino suspiró, ahora sí era una realidad la ausencia de su asistente y esperaba con todo su corazón que todo saliera bien para ella y la bebé que venía en camino.
Llevaba cerca de 5 minutos encerrada en el baño, ese maldito Li tenía un ojo experto y el vestido que le habían traído no era ninguna baratija tampoco. Cambió su peinado para que quedara más acorde con el vestido; afortunadamente sus zapatos eran negros así que combinaban perfecto con cualquier tono… Inclusive el verde que le habían traído.
Pasó por su escritorio para recoger su agenda y todo lo necesario para tomar notas, afortunadamente había dejado todo listo antes de, y cualquier detalle adicional, con Tomoyo ayudando seguramente todo saldría bien.
Llamó a la puerta de la oficina de su jefe y nadie respondió, miró su reloj… Con toda seguridad ya estaba en el salón, así que subió la escalera aunque ya había terminado el mantenimiento del elevador, le serviría un poco de ó al piso donde se hallaba la oficina del dueño de industrias Li y vio a Tomoyo conversando con el señor que le había hecho la entrevista; no supo por qué, pero se sintió feliz de verlo y se acercó a saludar.
- Buenos días – dijo acercándose a ambos.
- Hola Sakura, muy buenos días.
- Señorita Kinomoto, que gusto me da saludarla, se ve más hermosa que el día de las entrevistas.
- Es usted muy amable señor… Disculpe, no nos han presentado.
- Permíteme por favor – intervino Tomoyo – Srita Kinomoto, le presento al señor Li Hien, dueño y gerente de Li Corporation – La castaña sintió palidecer, era el mismísimo dueño de la empresa quien la había elegido para trabajar allí. Hizo una profunda reverencia
- Señor Li, le pido me disculpe, no tenía idea que usted…
El hombre hizo un gesto con sus manos para indicarle que se detuviera y con una sonrisa cálida se dirigió a ella – No se preocupe, no tenía forma de saberlo. ¿Podría acompañarme a mi oficina? Como verá, el ministro no ha llegado, al parecer, un tema de estado lo demoró un poco.
- Claro, sí señor.
Con un gesto de su mano el caballero indicó el camino hacia su oficina y la castaña avanzó. Ingresaron a aquel despacho y nuevamente el hombre le señaló dónde podía ubicarse y ella, por supuesto, así lo hizo.
- Señor Li, nuevamente me disculpo, yo no sabía que era…
El hombre la detuvo con un gesto de su mano – No te preocupes niña, no tenías por qué ni cómo saberlo, quiero saber ¿qué tal te ha ido?
- Creo que bien, señor… Por lo menos, eso espero
- ¿Y sobre mi hijo?
La castaña guardó silencio, no le salía bien el decir mentiras y al parecer su desagrado por el joven Li era más obvio de lo que imaginaba.
- Mmmmm por lo que veo no muy bien
Sakura se sonrojó terriblemente y empuñó sus manos sobre su regazo – Discúlpeme señor Li, por favor es solo…
- Lo sé, Shaoran es un poco difícil. Suele ser muy terco y prejuicioso, es muy tenaz con el trabajo y perfeccionista. Pero es un buen muchacho.
- Señor, discúlpeme, pero no entiendo por qué me dice eso, al fin y al cabo soy solo su asistente y mi opinión sobre él no debería ser importante.
- Pero lo es, el entorno laboral no debe ser un espacio donde te sientas intimidada ni maltratada, más allá de lo exigentes que sean tus labores no quiero que te sientas mal, todo lo contrario.
La verdad, es que Kinomoto se sentía conmovida con esas palabras, ese señor se veía tan sincero y amable, tan cercano como un padre… Como su padre.
- Gracias, señor Li
- Quiero que cuentes conmigo, reitero que mi hijo puede ser difícil pero contarás con mi apoyo y yo confío en que serás una gran ayuda para él.
- Señor… Solo espero no defraudar su confianza, la verdad es que su hijo y yo no tenemos la mejor relación, han sido una serie de casualidades desafortunadas.
- Solo me enteré de que lo insultaste
El rostro de Sakura empezó a sonrojarse al escuchar lo dicho por el hombre mayor, el tipo Li era un maldito soplón, había corrido como niño chiquito a acusarle ante su papi.
- Señor… - Respiró profundamente antes de sulfurarse un poco más – Todo hace parte de un enorme mal entendido, su hijo y yo nos conocimos en circunstancias bastante extrañas y sé que es su hijo pero se ha comportado como un verdadero…
- ¿Como un verdadero qué?
- No señor, me exalté.
- Dilo – retaba el hombre mayor con una sonrisa divertida.
- Señor Li, por favor no lo haga
- Dilo, por favor.
- Un reverendo cretino
El hombre la miró serio por un momento para después estallar en una sonora carcajada – Ustedes dos… Ustedes dos se van a llevar muy bien
Sakura lo miraba totalmente extrañada – Sinceramente señor, lo dudo mucho.
- Ya verás que sí niña, ya lo verás.
En ese momento el sonido de la puerta llamó la atención de ambos – Señor Li, el señor ministro está ingresando a la empresa.
- Oh, ya es hora – dijo el hombre mirando a Sakura con una sonrisa afable. Se acercó y puso la mano sobre su hombro – No será fácil mi niña, pero confío en que lo harás muy bien.
Avanzó unos pasos lejos de ella, rumbo a la entrada pero se detuvo de nuevo – Y por favor, no quiero enterarme de que lo insultas de nuevo… Por muy cretino que sea, es el heredero de esta empresa.
Sakura bajó la mirada y asintió siguiendo al hombre en completo silencio. Ese señor le parecía sumamente extraño pero a su vez seguía teniendo ese sentimiento de familiaridad hacia él, sonrió y salió de la oficina.
Observó con una distancia prudente mientras todo el protocolo se iba dando desde el momento en que el funcionario bajó del elevador. Era su primera tarea y demonios si lo haría bien.
Apenas había logrado calmarse después de lo sucedido con Rika, observaba su reloj con insistencia, les habían anunciado que el ministro tendría que atender algo sumamente urgente y de último minuto, pero la reunión no se cancelaba.
Esperaba que Sakura estuviera lista, normalmente no confiaría en ella una tarea tan importante; pero si algo le había demostrado era que podía resistir la presión, además no contaba con la ausencia de Rika en un momento como ese. Suspiró y sujetó el puente de su nariz. Rika… ¿Cómo estaría su amiga en ese momento? ¿Sería imprudente llamar a Terada de nuevo, aun cuando este le dijo que se comunicaría con él?
Justo en ese momento su teléfono empezó a sonar y aquel nombre apareció en la pantalla. Lo tomó de inmediato
- ¿Terada?
- Shaoran – dijo con voz cansada
- ¿Cómo están? Rika, la bebé…
- Está en cirugía, la situación no es la mejor
- Lamento mucho escucharlo, ¿necesitas algo?
- No, ya es solo cuestión de suerte
- Estoy ad portas de una reunión muy importante. En cuanto termine cancelaré todo lo demás y me dirijo al hospital. Todo estará bien Yosiyuki.
- Gracias Shaoran.
Colgó la llamada y revolvió su cabello, se sentía tremendamente impotente al no poder hacer nada por personas a quienes apreciaba tanto… Esperaba que esa reunión se hiciera lo más rápido posible.
Su mirada se dirigió a la puerta, ¿dónde diantres podría estar esa muchacha que no la veía por ningún lado, sería acaso que el vestido que compró para ella no le había servido? Ya era el momento para que estuviera atenta a lo que pudiera suceder. Se levantó de su asiento y vio a Tomoyo a la entrada, revisando que todo estuviera impecable. ¡Eso debía estar haciendo su nueva asistente!
- Tommy, Kinomoto, ¿dónde está? Debería estar aquí preparando todo, tú solo la estás apoyando, es responsabilidad de ella – Tomoyo conocía a la perfección el tono de voz de Shaoran, tenía rabia contenida y seguramente se sentiría muy tensionado con la situación de Rika.
- Sakurita está en la oficina de tu padre, él la llamó. Y no me molesta para nada hacer este tipo de cosas, es una reunión muy importante y en ausencia de Rika, quedo más tranquila haciéndolo yo misma que alguna otra asistente. Qué tal si te sientas, te relajas un poco con una taza de te calientita, además – le dijo en secreto – te tengo una sorpresa, ve a sentarte.
Shaoran siempre escuchaba a Tomoyo, la conocía desde que ingresó a la empresa y la había visto crecer como persona y como profesional, siempre podía confiar en su buen criterio y en la dulzura de sus palabras; era una de las poquísimas féminas a quien podía llamar "amiga", así que como siempre, obedeció tomando su lugar y esperando ese té caliente y la sorpresa prometida. Él no lo veía y no lo admitiría jamás, pero tenía unos rasgos tan infantiles que Tomoyo sabía aprovechar de la mejor manera.
Un par de minutos después, apareció Tomoyo con su té y algo muy familiar… Pastelillos de chocolate; sinceramente no sabía por qué, pero su corazón saltaba de pura emoción al ver ese delicioso manjar.
- Disfrútalo, no hemos recibido información aun de la llegada del ministro, así que tómate tu tiempo.
- Gracias Tomoyo, no solo por esto, sino por tu paciencia y disposición.
- No hay de qué Shaoran, sabes que lo hago con mucho gusto.
- Sinceramente… No estoy seguro de que esa niña pueda cumplir con esto.
- Te vas a sorprender Shaoran, tienes la cabeza llena de prejuicios y de seguir así, no podrás ver su trabajo.
Shaoran guardó silencio y se concentró en el líquido caliente que le habían llevado, pero más aún en el bizcocho que reposaba sobre la mesa. Tomoyo salió del lugar y quedó solo de nuevo, así que tomó el postre entre sus manos, disfrutando del aroma que acariciaba sus sentidos. Este era diferente de los que Rika traía y con ese aroma podía afirmar que estaba delicioso.
Cuando dicho bocado estaba a milímetros de su boca, el teléfono sobre la mesa empezó a vibrar y al mirar la pantalla soltó el bocadillo y contestó de inmediato.
- Yosiyuki
- Shaoran, ¡ya nació!
- ¡Te felicito! Es… La mejor noticia que he recibido. ¿Y Rika?
- Continúa en cirugía, los médicos dicen que su estado de salud es delicado pero el pronóstico es… Bueno.
- Estará bien, todo saldrá bien, ten confianza.
- Lo sé, y al ver a mi pequeña niña… Me siento muy feliz, es preciosa
- Estoy seguro que lo es, En cuanto termine esta reunión salgo para el hospital. Mis felicitaciones
Shaoran sonreía más tranquilo escuchando esa noticia, sabía que Rika no salía de peligro aún, pero lo lograría.
- Shaoran, ya llegó el ministro. La comitiva de seguridad ya ingresó al edificio.
- Perfecto, ¿dieron aviso a mi padre?
- Si, ya vienen para acá.
Efectivamente, cuando miró a la oficina de su padre lo vio salir y segundos después a la castaña y vaya que se veía bien. Tenía la tendencia a elegir vestidos verdes, aunque para otras ocasiones y en esta había dicho que no le interesaba el color, pero ellos conocían sus preferencias; Esa boutique era muy exclusiva y de allí enviaba obsequios a sus conquistas de turno, en un principio se había lamentado de tener que usarlo con esa muchachita pero la ocasión lo había obligado a ello.
- Si, se ve hermosa – susurró Tomoyo a su lado y de inmediato Shaoran reaccionó
- Me vas a matar de un susto Tomoyo – La amatista sonrió
- No puedo creer que te atrevieras a decir que era desaliñana, mírala, parece modelo.
- No exageres – la amatista se encogió de hombros – no fui yo la que me quedé boquiabierta
- Ya cállate – dijo fingiendo indignación.
En ese momento, el protocolo de seguridad del ministro ingresó, se llevaron a cabo las presentaciones correspondientes mientras Sakura y Tomoyo esperaban atrás.
- Sakurita, mucho ánimo, todo va a salir muy buen
- Estoy aterrada Tomoyo
En un momento, notaron que el ministro se acercó a ambas mujeres, quienes hicieron la debida reverencia.
- Ministro Nakamura. Las señoritas Daidouji y Kinomoto.
El hombre no dijo nada, solo las observó de pies a cabeza y en ese momento Sakura se sintió supremamente incómoda con la forma como ese hombre la observaba pero por supuesto no dijo nada.
Los hombres ingresaron al salón y posteriormente las asistentes.
Cuando se ubicaron en sus respectivos lugares Sakura procedió a atender a los asistentes, si en algo era sumamente dedicada era en los protocolos y la etiqueta, lo había aprendido de su madre y perfeccionado con los años; sin embargo, no podía dejar de sentirse fastidiada con la manera lasciva con que la miraba ese hombre.
Justo llegó a su lado para ofrecerle algo de beber y el hombre rozó ligeramente su mano.
Sakura, sin dejar de lado su profesionalismo llamó a uno de los encargados de catering para que se encargada de atenderlo y se ubicó al lado de Tomoyo.
- ¿Estás bien? – preguntó Tomoyo
- ¿Se me nota la molestia?
- Para nada, pero veo perfectamente lo que intenta ese hombre.
- Si… - dijo Sakura entre dientes con una sonrisa – Casi que me dan ganas de quitarle lo de ministro de un solo golpe
La amatista contuvo una carcajada con mucho esfuerzo y por fin el señor Li, dio inicio a la reunión. Sakura y la asistente de Hien tomaron asiento para tomar nota de cualquier pormenor y todo lo que se discutiera en ese espacio. Tomoyo, por su parte prefirió estar atenta a otros detalles logísticos.
Sakura trataba de absorber todo lo que pudiera, su experiencia profesional se basaba en economía, pero todo lo que estaba viendo era nuevo para ella y no le disgustaba para nada… Era un proyecto sumamente ambicioso y complejo y aunque Li le pareciera un completo idiota, debía admitir que era un experto y se movía con agilidad en su campo.
- Señorita Kinomoto, los documentos con las proyecciones por favor.
Sakura se levantó de su lugar rápidamente y tomó los documentos nuevamente depositándolos sobre la mesa tanto al señor Li como al ministro, pero al acercarse a aquel hombre sintió su mano subir por sus piernas, de inmediato contuvo la respiración y trató de alejarse, pero la retuvo sujetándola con más fuerza. En ese momento, quiso literalmente matarlo, pero procuró mantener la compostura.
- Señorita Kinomoto – se escuchó la voz fuerte de Shaoran – Ya puede retirarse.
El funcionario la soltó y la castaña se quedó quieta ¿acaso había hecho algo mal?, pero no dijo nada, solo asintió, tomó sus cosas y salió de la sala ante la mirada de los demás presentes.
Tomoyo salió tras ella y la encontró con sus ojos cristalizados por las lágrimas.
- ¿Qué pasó? Shaoran está furioso
- ¡Yo no hice nada! Solo cumplía con mi trabajo y ese maldito me estaba tocando, fue horrible
- ¿El ministro?
- Si, ¿no viste como me ha estado mirando toda la mañana?
- Lo sé, creo que todos lo notamos – Tomoyo se acercó y abrazó a su amiga- pero no te preocupes, no es tu culpa
- Lo sé Tomoyo, pero ¿por qué me tenía que sacar a mí de la reunión?
- Eso lo averiguaremos, hagamos algo, yo voy a entrar a apoyar, tú quédate aquí por si se ofrece algo.
La castaña asintió y se quedó allí, sentía rabia, ¡muchísima! No solo por el degenerado que se había atrevido a tocarla, sino por el imbécil de Li que con toda seguridad la culparía. Quería llorar, aventar cosas, entrar a esa sala y aplicar todo lo que sabía de artes marciales y poner en su lugar al tal ministro ese y que nunca jamás se atreviera a tocar una mujer sin su consentimiento.
- Señorita… ¿Está bien? ¿Quiere que le traiga algo? – interrumpió la voz de una de las meseras.
- No… O si, ¿tienes algo fuerte?
- Pues, no se lo recomendaría mucho en estas circunstancias, pero tenemos un maravilloso te que la ayudará a estar más tranquila.
Sakura sonrió, obviamente no era para nada buena idea ingerir licor en ese momento, ya esperaría a la noche para hacerlo. Recibió de buena gana el te que le habían proporcionado, revisó su reloj, eran casi las 2 pm y no se había percatado. Debía estar atenta ya que en cualquier momento se tomarían el receso para el almuerzo.
Justemente, unos minutos después salió Tomoyo de la sala anunciando que procederían a tomar su receso.
Tras Tomoyo salió Shaoran con ese mismo temple férreo que lo caracterizaba.
- Señorita Kinomoto, acompáñeme por favor
- Si… Si señor – ¿y ahora qué?, mínimo y con la mala suerte que se cargaba le iría a reclamar por lo sucedido con ese hombre. Sintió todo el rubor subir a su rostro, no era timidez ni mucho menos, era ira pura la que la recorría
Sakura siguió los pasos de su jefe hasta la oficina del señor Li con la misma compostura que la caracterizaba, pero no se quedaría callada, no señor. Ingresaron a la oficina.
- Tome asiento por favor – dijo Shaoran con voz seria y ella así lo hizo.
- Sé que se está preguntando por qué motivo le pedí que se retirara de la reunión.
- Usted es mi jefe y se supone que no puedo cuestionarlo – Shaoran rio para sus adentros, esa mujer era todo un caso
- Kinomoto, sé que empezamos con el pie izquierdo y mis expectativas sobre usted eran bastante bajas – Guardó silencio por un momento, casi podía imaginarla rodando los ojos con cansancio – Hoy he visto otra faceta suya, veo que puede ser bastante eficiente.
- Tiene razón, empezamos con pie izquierdo y agradezco que reconozca que puedo ser buena en mi trabajo, pero si es así, ¿por qué me sacó de la reunión?
- ¿Estaba usted cómoda con la situación? – preguntó Shaoran con escepticismo
- Estaba prestando toda mi atención, si quiere que haga bien mi trabajo necesito saber de qué va todo esto y es imposible si me excluyen.
- No me refiero a eso, me refiero a… Lo que estaba haciendo el ministro.
- Ahhh… Entiendo – Dijo la castaña inclinando su rostro-
- Son comportamientos inaceptables, creo que ha escuchado y escuchará mucho de mi "fama de mujeriego" – Sakura fingió no tener idea de qué hablaba, aunque tampoco era mucho lo que había escuchado – Pero a pesar de eso, ninguna mujer podrá decir que le he faltado al respeto o he traspasado los límites… Bueno, con excepción de lo sucedido en el avión, pero para mi defensa no la esperaba precisamente a usted.
Sakura se sonrojó violentamente al recordar ese episodio del avión que había desencadenado su enemistad con el hombre frente a ella.
- El caso es… No quiero que se sienta excluida, pero esto me puso en un predicamento ya que este negocio, como pudo ver, es muy importante, pero tampoco voy a admitir que bajo ninguna circunstancia sea ultrajada de esa manera y sé que mi padre estará de acuerdo con mi decisión.
La castaña se quedó literalmente sin palabras, su mente loca había juzgado a Li como un misógino idiota y la verdad es que había hecho aquello como un acto protector y entendía en ese momento que se había estado equivocando, toda la opinión de ese hombre la había construido en malos entendidos.
- Gracias señor Li, es un acto muy gallardo de su parte – Shaoran asintió
- Ahora, veré la forma en que podamos incluir en la reunión al asistente de mi hermana
- Perdón… Entiendo muy bien sus intenciones y le agradezco mucho el apoyo. Pero yo quiero estar en esa reunión.
- Kinomoto, no lo hago por perjudicarla en ninguna manera…
- Y yo no digo que sea por eso, como le digo, comprendo sus intenciones y estoy muy agradecida por eso, pero mi experiencia y conocimientos son en el campo de las finanzas y quiero conocer sobre esto, lo poco que pude escuchar me pareció maravilloso y si quiero hacer bien mi trabajo necesito conocer este campo.
Shaoran la escuchó con atención, tenía toda la razón en lo que estaba diciendo, pero lo que había visto anteriormente lo había hecho enojar mucho y no quería exponerla o exponerse a sí mismo a perder el control. Aun así, llegaron al acuerdo de que ella ingresaría a la reunión y si algo se llegara a ofrecer lo haría Tomoyo o la otra asistente.
Salieron de la oficina y Tomoyo se encontraba fuera terminando de dar las indicaciones debidas al personal encargado y a su lado estaba Yukito
- ¡Yukito! – saludó Sakura con entusiasmo y este la recibió con una de sus particulares sonrisas
- Sakura, justo venía a buscarte, pensé invitarte a almorzar.
La castaña volteó a ver a su jefe pero este de inmediato respondió
- La señorita Kinomoto no puede salir en este momento, almorzará acá, así que no tiene por qué preocuparse
Por primera vez en su vida había visto una expresión irónica en el rostro de Yukito, era como si estuviera retando a Li con la mirada y el otro se dedicó a ignorarlo olímpicamente.
- Te esperaré entonces hasta la noche, ¿te parece?
- La verdad… No lo sé, quisiera visitar a Rika… A propósito, espérame – se acercó a Shaoran – señor Li, disculpe, ¿sabe usted algo de Rika?
- Hablé con el esposo hace un rato, ella estaba en cirugía, voy a llamarles de nuevo.
- Por favor, hágame saber cuando sepa algo, yo no tengo manera de comunicarme con su esposo.
- Si quiere podemos llamarlo ahora mismo.
- Se lo agradecería mucho. Yukito… ¿Podríamos hablar luego?
- Si, si… Ocúpate en lo tuyo y yo te llamaré luego.
- Gracias por ser tan comprensivo, te estaré escribiendo.
De esa manera Sakura se alejó de su cuasi novio y se dirigió a su jefe, estaba sumamente interesada en el estado de salud de su compañera y deseaba con todo su corazón que las cosas salieran bien.
- Si, Terada…
- Shaoran, Rika está fuera de peligro, su cirugía terminó.
- No sabes cuánto me alegra escuchar eso.
- Si, aquí estoy junto a mis dos chicas favoritas – decía el alegre padre al otro lado de la línea
- Por favor dale mis saludos a Rika, termino esta reunión y salgo para el hospital
- Gracias Shaoran, ella te envía sus saludos y dice que más te vale cancelar todo.
Sakura prestaba especial atención a la conversación de su jefe, incluso no pudo evitar quedar un tanto sorprendida al verlo sonreír de una manera tan… sincera, hasta que terminó la llamada.
- Le envían saludos y sus agradecimientos y dice Rika… Bueno, me advierte, que no me quiere ver llegar sin usted. Pero creo que tenía una cita con su…
- ¿Podría acompañarlo de verdad?
- Ya se lo dije, es una exigencia de la señora Terada, pero es su decisión
- ¡Por supuesto quiero ir!, pero… Debo llevarle algo – dijo en voz baja
- Vaya tome su tiempo para almorzar, ya tendremos tiempo para lo demás. La reunión continúa en 30 minutos.
- Sí señor. Gracias
Así, la castaña se retiró con Tomoyo para tomar su almuerzo, a pesar de todo estaba muy contenta porque su compañera Rika estaba bien, apenas llevaba poco más de un día de conocerla, pero era una mujer tan agradable y amable que era imposible no sentirse encariñada con ella.
- Te ves muy contenta Sakura – preguntó Tomoyo con curiosidad – ¿Acaso se debe a la visita del joven Tsukishiro?
- Ah… No, aunque ahora que lo dices… Creo que en parte – sonrió – la verdad es que estoy feliz de saber que Rika está bien y su bebé fuera de peligro, estaba muy preocupada, además también me sentía atormentada por lo sucedido en la reunión pero ya Li me explicó las cosas
- Te lo dije, él no es el ogro que crees
- Mmmmmm, debo reconocer que lo he juzgado mal, tampoco voy a decir que es un ángel… Pero si he sido injusta.
- Bueno, vamos a apresurarnos que tenemos una tarde larga aún.
Y así fue, la tarde transcurrió con mayor tranquilidad, Sakura tomaba atenta nota de todo lo que iban hablando y como le había indicado su jefe, cada vez que ese hombre irrespetuoso solicitaba algo, no era ella la que lo atendía.
Pasaron unas cuantas horas más y la reunión culminó sin ningún contratiempo, el ministro fue despedido del edificio con el mismo protocolo y pompa con el que llegó.
- Tú ve con Shaoran, yo me encargaré de lo demás aquí – Dijo Tomoyo a Sakura
- ¿Estás segura?
- Lo estoy, vayan a ver a Rika y llévenle un fuerte abrazo de mi parte, dile que en cuanto pueda iré a verla.
- Claro que sí, gracias Tomoyo.
Sakura vio cuando Shaoran se dirigía a su oficina y corrió tras él.
- Kinomoto, todos los demás compromisos que tenía para esta tarde deben ser reprogramada.
- Si señor, solo había una reunión… Permítame… La sra Isabella D´Angello
Shaoran detuvo su marcha, por supuesto que había olvidado su compromiso con Isabella, se reunirían para revisar con su padre la última propuesta para el proyecto… Pero estaba Rika y ella… Ella era su amiga, casi la veía como una hermana.
- Hablaré con mi padre sobre esa reunión – Ambos ingresaron a la oficina de Shaoran. Este se despojó de su saco y se relajó como solía hacerlo con su asistente.
- ¿Puedo traerle algo?
- ¿Perdón?
- Si, digo… Un té, un café… Algo más fuerte
- Lo que quiero en este momento, no creo que me lo pueda dar – Sakura se sonrojó de pies a cabeza y al ver su reacción el hombre soltó una sonora carcajada – no se haga ilusiones, me refiero a un Martini – Sakura lo miró
- ¿Y es que tiene lo necesario para hacer un Martini aquí? – el ambarino solo señaló a una puerta en la pared, y Sakura se acercó, era un bar empotrado. Así que la castaña solo revisó y encontró todo lo necesario. Sin decir nada ni pedir permiso empezó a mezclar los licores ante la mirada escéptica de Shaoran. Al terminar lo sirvió en una copa especial para dicho licor y lo puso en el escritorio del ambarino.
- Interesante – dijo él mirando la postura de suficiencia de la castaña y el líquido frente a él. Le dio un sorbo y no podía negar que quedó maravillado – Puedo decir, señorita Kinomoto, que es uno de los mejores martinis que he probado.
- Cuando quiera.
Mientras disfrutaba su cóctel, tomó el teléfono para hablar con su padre respecto a la reunión pendiente.
- Kinomoto, puede esperarme fuera por favor. Yo le avisaré lo que debemos hacer.
- Sí señor, con permiso
Shaoran la vio salir de la oficina y tomó el teléfono… Pero era hombre y no podía evitar dar una miradita a la hermosa mujer que tenía por asistente y ese vestido definitivamente le quedaba… Perfecto.
- Ehhhh si padre, disculpa, me distraje. Te llamo porque quería ir a ver a Rika, pero tenemos programada la reunión con la srita D´Angello
- Si es por eso no te preocupes, además con tus antecedentes con esa mujer, prefiero ser yo quien la atienda.
- Padre…
- Lo sé hijo, sé que no harías algo indebido aquí en la empresa, pero lo mejor es que estés con Rika, sabes el aprecio que le tenemos y lo demás lo puedo resolver yo.
- ¿Estás seguro?
- Tan solo deja los documentos y la propuesta con mi asistente y vete. Hiciste un muy buen trabajo hoy.
- Padre y… Pienso ir con Kinomoto, Rika me lo pidió.
- Está muy bien, si no estás aquí no hay ningún problema. Dale mis saludos a Rika, dile que iremos con tu madre cuando se sienta mejor.
- Lo haré padre, te agradezco mucho.
Después de hablar con su padre, se comunicó con Isabella para decirle que no estaría ya que un asunto de fuerza mayor se había presentado y por su puesto a la mujer no le agradó, pero tampoco era como si pudiera hacer nada al respecto.
Culminada dicha comunicación, tomó el teléfono de la oficina.
- Si señor Li
- ¿Podría venir por favor?
- Sí señor, en un momento.
Sakura se apresuró hacia la oficina de su jefe, apenas en ese momento había sentido algo de cansancio, andar todo el día con esos zapatos, si bien era algo que dominaba a la perfección no significaba que no se cansara y mucho más después de toda la locura que había vivido.
Llamó con suavidad a la puerta y la voz al interior de la misma le dio su permiso para pasar – ¿Me necesitaba sr Li?
- Si, es hora de irnos. Ya cancelé el compromiso principal de la tarde. ¿Se encargó de cancelar las otras cosas?
- Si señor, todo quedó pendiente para asignar nuevas fechas y horarios.
- Está bien, ¿vamos?
- Ah, sí claro.
Li salió delante de Sakura, ella rápidamente tomó sus cosas y abordó el elevador donde Li la esperaba observando despreocupadamente su móvil. El aparato empezó a descender y ambos estaban en completo silencio, Sakura quería agradecerle nuevamente por la forma como la había apoyado en esa reunión y por tener la consideración de llevarla a visitar a Rika, pero se sentía algo intimidada al observarlo con el ceño fruncido y revisando su teléfono como si ella no existiera.
Suspiró y en unos segundos más llegaron al lobbie del edificio. Li caminaba rápido y ella lo observaba asentir levemente con su cabeza cuando alguien le saludaba, su presencia era bastante imponente y ella trataba con mucho esfuerzo seguirle el paso, salieron del edificio y empezaron a bajar la larga escalinata donde les esperaba el mismo vehículo con en el que salieron del aeropuerto y aquel hombre amable a la espera de su ingreso.
- Buenas tardes Wei, gracias por tu puntualidad.
- Para servirle Joven Shaoran. Oh, ¿es usted señorita Sakura?
- ¿Se acuerda de mí?
- Por su puesto, una señorita tan bonita y agradable no se olvida con facilidad.
- Es usted tan amable, muchas gracias.
- Es un placer para mí servirle y permítame decirle que se ve aún más hermosa que la última vez- la muchacha, por su puesto, se sonrojó profusamente y solo le sonrió al hombre con amabilidad mientras Li ingresaba al vehículo.
Sakura ingresó siendo recibida por el aire fresco del vehículo y a su vez observó a Li un poco más relajado deshaciendo el nudo de su cortaba y desordenando su cabello.
- Wei es todo un conquistador – dijo con una sonrisa maliciosa
- Yo… No, él solo es muy amable y yo…
- Es solo una broma Kinomoto, además, no soy muy fanático de la falsa modestia
- ¿Perdón?
- Sabe que se ve hermosa, eso es innegable y el que no lo vea es un imbécil o ciego, afortunadamente tengo un gusto impecable
- Usted no eligió el vestido.
- Ellos conocen mis elecciones a la perfección, el corte de los vestidos, los colores, todo – Shaoran la vio a la espera de una de las respuestas altaneras que seguro saldría de esa boquita-
- Señor Li…
- Si…
- Gracias, es un vestido hermoso en verdad. No sé qué habría hecho sin su ayuda
Shaoran no dijo nada, ya que no esperaba recibir esa respuesta de parte de la castaña, pero si de algo se había dado cuenta era que le encantaba molestarla.
- No hay nada de qué agradecer, al fin y al cabo lo descontaré de su salario
La castaña se quedó atónita ante la respuesta de su jefe y buscaba algún rastro de sarcasmo en sus palabras, pero él tenía razón, no tenía ningún motivo para darle un obsequio de esa naturaleza, y mucho menos tan costoso como sabía que era.
- No se preocupe, de todas maneras pensaba hacerlo, aun así, muchas gracias
Ahora sí que estaba extrañado, no pensaría que en realidad le cobraría ese vestido, eso para él era una minucia y definitivamente no esperaba una respuesta como esa.
- Es broma señorita Kinomoto, no pensará que puedo ser tan mezquino de cobrarle por eso cuando lo que usted hizo el día de hoy es invaluable, soy yo quien está agradecido.
De inmediato Sakura vio como las facciones de Li se suavizaban y no pudo evitar preguntar.
- Perdón si soy impertinente, pero le tiene mucho cariño a Rika, ¿no?
- Es como una hermana para mí, y no precisamente porque me falten… Normalmente no le hablo de mi vida a una desconocida, pero igual es algo que debe saber de mí. Tengo 4 hermanas y 1 prima que es como otra más; mi aprecio hacia Rika no solo se debe a la gran trabajadora que es, ella es mi amiga desde hace muchos años.
- Y es una persona muy amable y eficiente, el poco tiempo que compartí con ella fue muy enriquecedor para mí… Oiga, ¿cree que podríamos detenernos un momento?
- ¿Para qué?
- No pensará llegar con las manos vacías, ¿o sí?
- Ya enviaré por algo
- No es lo mismo
- ¿A qué se refiere?
- Es… Genérico, alguna cosa cualquiera por muy costosa que sea, pero no trae consigo emoción, ni el detalle de ser elegido especialmente para esa persona. Si usted prefiere así, está bien, yo prefiero comprarle algo hermoso y que yo misma elija, llegaré al hospital por mis propios medios.
Shaoran rodó los ojos – Aghhhhh es ridículo, pero más ridículo es que yo le haga caso. ¡Wei!
- Si señor Li
- Llévanos a un centro comercial, el más cercano
- Como guste
La castaña sonrió como una niña que se sale con la suya mientras Shaoran la miraba de forma reprobatoria.
Resultó que había un enorme mall cerca de donde estaban y para Li fue inevitable ver la emoción de la mujer al ingresar al lugar.
- Wei, quieres ir con nosotros o…
- No señor, no se preocupe, aquí los espero.
- Gracias señor Wei – el hombre hizo una leve reverencia ante el agradecimiento de la joven.
Sakura avanzó por delante de Shaoran y vaya si se veía feliz. – Estoy sospechando que lo de Rika es solo una excusa – dijo Li con voz risueña
- No diga eso, es solo que… Amo los centros comerciales, y no venía a uno en Tokio hace muchísimo tiempo. Vamos, encontré una tienda para bebés, con toda seguridad habrá algo hermoso.
- Ilumíneme señorita Kinomoto
- Tranquilo, no es el primer hombre que se siente fastidiado, pero no me afecta para nada.
Avanzaron por el enorme centro comercial y ubicaron la tienda de la que Sakura hablaba; ella, con toda la emoción dibujada en el rostro ingresó y casi como un acto reflejo, la ojiverde tomó la mano de su jefe y lo arrastró hacia la tienda. Él, sorprendido por el gesto, solo la miró y al parecer ella no se había dado cuenta de lo que hacía y le pareció una tontería armar un escándalo por algo tan simple.
- ¡Es fabuloso! Hay muchas cosas de donde elegir, ¿dice que es una niña?
- Sí, es una niña.
- Entonces, vamos por aquí – dijo emocionada y él simplemente se dejó llevar.
Se encontraron frente a un hermoso pasillo rosa con una decoración delicada y tierna y aunque ella nunca había estado muy de acuerdo con esos estereotipos se sintió conmovida ante todas las cosas que vio. Shaoran la seguía observando y podría decir que se veía bastante… Tierna. Sintió cuando ella soltó su mano y empezó a buscar entre todo lo que encontraron.
- ¿Algo que le guste? – preguntó Shaoran curioso
- Hay tantas cosas… ¡Mire nada mas este vestido! – decía la castaña con emoción
- No dudo que tenga una buena cantidad de esos
- No es el hecho, no creo que necesite nada a estas alturas, como le dije, lo que importa es el detalle.
- Está bien… Está bien.
Shaoran buscó en otro pasillo… Trataba de pensar en la niña que sería su ahijada y algo que perdurara en el tiempo.
- ¿Qué tal? – apareció Sakura y en su rango visual un vestidito tan pequeñito, totalmente blanco y con sus respectivos accesorios – es que me la imagino… Ayyyy se va a ver preciosa – decía totalmente emocionada.
- Sí, es muy lindo. Me gusta.
- ¿Y usted, ya eligió algo?
- Pensé en algo, pero no lo encontraré aquí – Sakura solo lo miró e inclinó su rostro levemente hacia un lado y se encogió de hombros – Bueno, ahora sí ¿está satisfecha?
- Imposible, hay tantas cosas hermosas aquí, podría comprar cada pequeño accesorio… Pero, por ahora, le llevaré este vestido – dijo abrazando la pequeña prenda mientras Shaoran la observaba, parecía una niña, no porque se viera mal de alguna manera, sino más bien por la candidez que desprendía con sus expresiones.
- Vamos entonces.
- Hey, con calma, voy a pagar por esto.
Shaoran salió del almacén y observó a su alrededor, justo dos locales siguientes al que estaban encontró lo que necesitaba.
Sakura por su parte, esperaba su turno tras una pareja que iban a pagar bastantes cosas; la mujer acariciaba con cariño el enorme vientre y su pareja la miraba con ternura. Esperaba encontrar a alguien que pudiera mirarla de esa manera algún día.
- Señorita.
- Ah sí, disculpe. ¿Podría envolverlo para regalo?
- Por supuesto que sí. En un momento lo tendremos listo.
Mientras esperaba, notó que su jefe no se encontraba por ningún lado, quizá la esperaba afuera… O, ¿qué tal que se haya ido y la abandonara en ese lugar? No le extrañaría para nada.
Sacudió su cabeza con fuerza, tenía que deshacerse de esos pensamientos acerca de él, había sido prejuiciosa y eso había complicado más las cosas con él.
- Está listo señorita – la pequeña prenda había sido empacada con mucha delicadeza, todo estaba hermoso y con seguridad Rika se sentiría muy feliz al igual que ella.
- Muchas gracias – la castaña extendió su tarjeta de crédito y pagó el valor de sus compras.
Salió del almacén y no vio al ambarino por ningún lado, ¿en serio la había dejado botada allí?
Empezó a caminar observando para todos los lados, se sintió por un instante como una niña perdida hasta que vio su cabellera alborotada en el mostrador de una joyería. Le volvió el alma al cuerpo, sin duda alguna si Li la hubiese dejado ella buscaría la forma de llegar, pero se sentiría terriblemente. Se acercó al lugar sigilosamente y lo vio salir nuevamente.
- Ah, Kinomoto, ¿terminó sus compras?
- Si, y estaba aterrada de pensar que me había dejado abandonada
El hombre la miró con una sonrisa torcida – existen lo taxis, ¿lo sabía?
- Claro que lo sé, pero habría sido algo muy cruel. En fin, ¿pudo encontrar algo?
- Si, y me gusta mucho. Pero tardan 10 minutos y se me antoja un café caliente
- Es perfecto, yo invito
Li la miró un poco extrañado y buscaron algún lugar donde pedir la bebida para llevar, pues el tiempo apremiaba.
Encontraron un local de venta de bebidas y cada uno pidió la de su predilección, Sakura de inmediato se apresuró a pagar ante la mirada absorta de Li. La castaña le mostró una sonrisa burlona – ¿Qué? ¿Tan extraño le parece ver a una mujer pagar?
- No estoy acostumbrado, es cierto.
- Sé que hay temas culturales de por medio, pero desde siempre he sido muy independiente y no estoy acostumbrada a que me estén regalando nada.
- Interesante.
- ¿Le parece?
- Le dije que no estoy acostumbrado. ¿Le parece bien si nos sentamos? No creo que esté listo mi obsequio aun. – Sakura se encogió de hombros y tomó asiento concentrándose en la bebida que traía en las manos
- Señorita Kinomoto.
- Sakura
- Perdón?
- Llámeme Sakura, por lo menos cuando no estemos en la oficina, sé que es mi jefe y lo seguiré llamando de forma adecuada, pero escuchar "señorita Kinomoto" no me parece muy agradable.
- Es bastante directa
- Lo soy.
- Haremos algo… Un nuevo comienzo – Sakura lo miró con algo de desconcierto, pero posteriormente solo le sonrió y extendió su mano.
- Mucho gusto, soy Sakura Kinomoto.
Él la miró con algo de sorpresa, esa mujer si que era otra cosa, pero parecía no molestarle para nada.
Hola!
Hace bastantes días que no publicaba, trataré de sacar el tiempo para no tardar tanto.
Sabemos que empezaron con pie izquierdo este par pero afortunadamente no les ha costado mucho darse cuenta de sus propios prejuicios y que podrán encontrar en el otro un gran aliado. Por ahora mis queridos y sin más comentarios, los dejo. No sin antes agradecer sus hermosos reviews, se que lo digo siempre (y creo que no dejaré de hacerlo), pero me alegran inmensamente el corazón.
Abrazo enorme para todos!
Ale-San
