CAP 6

MEILING

- No puedo creer que no me enseñe el regalo – decía Sakura con un mohín de niña pequeña

- Es una sorpresa para Rika, nada tiene que ver con usted – la castaña se cruzó de brazos mientras miraba con fingida indignación por la ventana. Shaoran la miró y sonrió recordando la breve conversación que habían tenido en el café.

FLASHBACK

- Ya sé quién es, no entiendo para qué se presenta

- Parece que no notó que nunca nos presentamos oficialmente – el ambarino hizo un mohín y le siguió el juego

- Tiene razón. Xiao Lang Li. Un gusto conocerla.

- Xiao… Por eso Rika le dice Shaoran, no lo había relacionado hasta ahora. Lo vi en documentos pero no sabía su correcta pronunciación.

- Soy chino al igual que mi familia, y ese es el origen de mi nombre; pero las personas cercanas a mí siempre me han dicho Shaoran.

- Entiendo, pero si son de allá, ¿por qué tienen su casa matriz acá?

- Verá, somos de origen chino, pero mis padres vinieron a vivir a Japón cuando yo no había nacido; apenas tenían a mis dos hermanas mayores y eran muy pequeñas. Mi padre es ingeniero y mi abuelo también lo era; ya en China él tenía su empresa y simplemente empezaron a tejer alianzas y conseguir proyectos en este país – Sakura lo observaba casi que absorta a causa de su relato y observándolo con mucha atención a través de aquellos ojos verdes en los que él apenas se estaba fijando con detenimiento; eran de verdad hermosos.

- Lo mejor… Será que nos vayamos – Dijo Shaoran levantándose presuroso de su lugar

- Está bien – dijo Sakura siguiéndolo a duras penas ya que el hombre parecía ir corriendo.

En el trayecto, Shaoran trataba de ocultar el pequeño sonrojo que se había generado en él al mirarla tan fijamente, no se detuvo ni un poco, aun cuando escuchaba el sonido de los zapatos de Sakura que quizá lo seguía con esfuerzo. Cuando estuvieron frente al local de la joyería con un gesto de su mano indicó a la muchacha que se detuviera y ella lo hizo en el acto.

Shaoran ingresó solo y unos pocos minutos después salió con un pequeño paquete, pasó por el lado de Sakura – Vamos, ya hemos perdido mucho tiempo – Y la muchacha, solo lo siguió.

FIN FLASHBACK

El Resto del viaje fue en total silencio, Sakura moría de la curiosidad por saber qué llevaba su jefe mientras él solamente buscaba huir de esa mirada que parecía poder traspasar el alma…

- Hemos llegado joven Shaoran

- Perfecto, gracias Wei – el hombre mayor salió del vehículo presto a ayudar a la joven invitada a salir.

- Muchas gracias señor Wei – dijo Sakura con esa misma sonrisa jovial que siempre solía regalarle

Posteriormente, Shaoran salió del vehículo, aunque ya sin su corbata pero seguía viéndose tan imponente y apuesto como siempre.

- ¿Desea que lo espere o a qué hora regreso por usted?

- Si no es molestia, Wei, preferiría que esperes, no creo que tardemos mucho, Rika está convaleciente y no debe estar en condiciones de recibir visitas prolongadas.

- Estaré esperando por ustedes.

La pareja se adentró en el hospital, Sakura se limitó a seguir a Shaoran según las indicaciones que brindaba el personal a cargo; pronto, se encontraron en la unidad neonatal. Él, meses antes, había hecho arreglos para que la estadía de Rika allí fuera lo más cómoda posible; así que tenía una habitación privada con todo muy bien dispuesto.

Al llegar, Shaoran llamó a la puerta quedamente escuchando como una voz masculina les invitaba a pasar desde el interior. Abrió la puerta para encontrarse de pie a un lado de la cama al feliz padre, quien se veía cansado y en el lecho, madre e hija.

- Shaoran, Sakura, que alegría me da verlos

- Rika… - respondió Sakura emocionada queriendo darle un abrazo, pero recordó que no había sido presentada con el esposo de la nueva mamá-

- Mucho gusto señor, mi nombre es Sakura Kinomoto

- Señorita Kinomoto, es un placer conocerla; creo que nunca me alcanzará la vida para agradecerle lo que hizo por mi esposa y mi bebé.

- No fue nada, cualquiera en mi lugar habría hecho lo mismo.

- No es cierto – respondió Shaoran – Yo no pude.

- Perdón… Podemos…

- Oh si, claro, Rika está muy emocionada por verlos y presentarles a nuestra bebé.

Sakura y Shaoran se acercaron lentamente llegando al lado de Rika y observando a la visiblemente exhausta mujer y a la pequeñita que reposaba en sus brazos.

- ¿Cómo estás? - Preguntó suavemente Shaoran -

- Feliz – respondió simplemente –

- Nos preocupaste mucho – añadió Sakura – y no sabes los felices que estábamos cuando nos avisaron que todo había salido bien.

- Gracias por estar tan pendientes de nosotros. Ahora, si me permiten, les presento a Aiko Sakura.

La castaña, al escuchar el nombre pronunciado por Rika, se sonrojó profusamente y sintió una calidez en su corazón… esa pequeñita tan frágil se llamaría igual a ella, que bonita coincidencia.

- Espero que no te moleste que hayamos elegido tu nombre, es una forma de agradecerte, querida Sakura.

- ¿Agradecerme? Pensé que lo habían elegido desde antes…

- No, no lo habíamos considerado antes, pero es un nombre muy hermoso que le lucirá muy bien

- Es un detalle muy hermoso, Rika. Gracias, de verdad… Además, está preciosa y si me permites, traje un pequeño presente – La castaña extendió el paquete que venía pulcramente envuelto –

- Muchas gracias, pero no debías molestarte. ¿Quieres sostenerla?

- ¿Puedo? – Rika asintió y Sakura se inclinó para tomarla en sus brazos, se sentía nerviosa pero emocionada y pudo darse cuenta de que su jefe se acercaba para contemplar a la pequeña. A pesar de sus zapatos altos, se notaba que era más alto que ella y se sintió abrumada por su cercanía. De reojo se atrevió a mirarlo y tenía una expresión tan dulce, sus ojos ámbar tenían unos matices realmente hermosos y no supo cómo, pero se sorprendió a si misma perdida contemplándolo sin que él lo notara, pero alguien más en la habitación sí. Miró de reojo y Rika también la observaba con una sonrisa que la hizo sonrojar de inmediato, no quería que su nueva amiga se hiciera ideas que no eran.

- Eres preciosa, Sakura – escuchó susurrar a su jefe y tardó unos segundos en reaccionar que se trataba de la pequeña en sus brazos – ¿me la permites un momento, por favor? – dijo Shaoran, sin notar que la había tuteado

- Sí, claro

- Bueno, mi pequeña ahijada, es un gusto enorme conocerte por fin y sabes que te cuidaré cada día de mi vida – decía Shaoran a la pequeñita en sus brazos.

- Se ve muy tierno, ¿no? – preguntaba Rika a Sakura

- Ah… Si, supongo.

- Veo que ya se llevan mejor – dijo Rika con un tono de voz bastante pícaro que le sonó muy sospechoso a Sakura

- Ehmmmm… Supongo; hoy, a pesar del enorme susto que nos diste fue un buen día

- ¿Todo salió bien en la reunión?

- Si, tuvimos la ayuda de Tomoyo en la logística y como todo estaba tan adelantado, no surgió ningún contratiempo

- Me alegro mucho al saber eso – Rika trató de moverse, pero de inmediato se evidenció el dolor que sentía.

- Déjame ayudarte – intervino su esposo ayudándola a recostarse

Sakura, al ver que Rika se encontraba bastante indispuesta se acercó a Shaoran – Li, creo que por hoy lo mejor será marcharnos, Rika no se ve muy bien, todo fue demasiado reciente.

El ambarino observó con atención a su amiga y se sintió mal. Ella se veía cansada, ojerosa y adolorida; Sakura tenía razón, se había dejado llevar por la emoción y la preocupación del día.

- Bueno, pequeña princesa, prométeme que te vas a portar muy bien y vas a cuidar a tu mamá.

- Rika, Yosuyuki, es hora de retirarnos; solo queríamos saber que estabas bien, pero debes recuperarte.

- Li – Sakura lo codeó levemente para hacerle notar que nunca había hecho entrega del obsequio

- Oh, si… Rika, esto es para mi ahijada.

- Por Dios Shaoran, le has dado de todo… No era necesario.

- Oh, lo sé. Sin embargo, me topé con una fastidiosa mujer que insistió en que "no debemos llegar con las manos vacías" – dijo con una voz aguda tratando de imitar a Sakura

- Oye…

- En fin, es algo diferente… Para que me recuerde siempre.

Rika lo observó con profunda gratitud; si de algo podía dar fe, era de la sinceridad de Shaoran. Abrió el empaque que tenía una caja y al abrirla encontró un hermoso sonajero plateado con el mango grabado con el nombre de la pequeña, y a su lado, un hermoso collar.

- Esto… El sonajero lo usará siendo bebé, el collar, aspiro que lo use cuando sea mayor y recuerde que siempre estaré para ella.

- Por Dios Shaoran… Esto es…

- No es nada, Rika. Sabes lo importante que ustedes son para mí. Y creo que ahora sí es hora de irnos

- Gracias por todo Shaoran, y espero verlos muy pronto.

- Por su puesto.

- Señor Terada, ha sido un gusto conocerlo – dijo Sakura haciendo una reverencia – Rika, cualquier cosa que necesites, estaré atenta.

Ambos se dispusieron a salir de la habitación – Shaoran, ¿me permites un momento por favor?

- Ah, si claro. Señorita Kinomoto, puede esperarme en el auto – Sakura no dijo nada, supuso que tendrían cosas importantes qué discutir ante la sorpresiva ausencia de la castaña, así que salió sin más y Shaoran se acercó a su amiga.

- ¿Necesitas algo?

- Solo… Por favor ten cuidado con Sakura

- ¿A qué te refieres? – Shaoran pensó que su amiga desconfiaba de la recién llegada

- Cuídala, es una gran chica y no quiero que tú… Ya sabes

- Rika, descuida. Y hoy pude ver a lo que te referías, es una mujer ordenada y hoy todo salió muy bien, tengo que darles la razón a ti y a papá y sí, es hermosa, pero no sé, no la veo como una posible conquista. Puedes estar tranquila – Rika lo miró con advertencia y él lo sabía muy bien. Rodó los ojos y levantó la mano izquierda mientras la otra la posaba sobre su pecho – prometo solemnemente no intentar nada con la srita Kinomoto –

- Shaoran, no juegues

- Rika, lo digo en serio. Es una chica eficiente y no puedo arriesgarme con mi padre que la tiene como su protegida.

- Más te vale, Shaoran.

- ¿Puedo irme ya, señora Terada? – preguntó mirándola como niño regañado, lo que la hizo sonreír

- Vete, pero compórtate.

El joven Li salió de la habitación sonriendo, la imaginación de Rika era bastante interesante y problemática por igual, porque no mentía al decir que no veía a su nueva asistente de esa manera. Era hermosa y eso era innegable pero no como para que ameritara tratar de conquistarla.

Sin darse cuenta se encontró frente al auto donde Wei se veía conversando animadamente con la muchacha en cuestión. Ella se veía relajada y reía a sus anchas escuchando al hombre mayor con sus muchas historias, que solo esperaba, no giraran en torno a él.

- Estamos listo Wei, podemos irnos.

- Por supuesto joven Shaoran.

Sakura se hizo a un lado de la puerta para esperar que su jefe ingresara, pero observó como este último le hacía una seña de que ingresara primero, muy caballeroso, debía admitir.

Cuando se encontraron en el auto nuevamente estuvieron sumergidos en un silencio algo incómodo, Sakura pensaba qué podía decir para crear algo de conversación.

- Es una niña preciosa, ¿no le parece?

De inmediato las facciones de Li se relajaron y mostró una sonrisa sincera – Es preciosa… Y veo que ya no me está tuteando.

Sakura se sonrojó y agachó su rostro – Nunca… Yo no lo he tuteado.

- Lo hiciste, en la habitación del hospital y me parece que no tiene mucho sentido volver a lo de antes. ¿No te parece? Aunque, si crees que es incómodo o te molesta, no hay problema en que me hables de usted.

- No, no… No me molesta, pero tampoco quiero que me vea… Que me veas como una persona confianzuda e irrespetuosa.

- No será así, tranquila.

- En ese caso, si me permites… El regalo que elegiste para ella, es simplemente perfecto.

- Gracias, debo admitir que fuiste de mucha ayuda para elegir correctamente. Nunca me había tomado la molestia de ver un regalo como algo personal o con significado más allá de complacer a alguien.

- Me parece algo difícil de creer, en algún momento, alguna novia… No sé, alguien especial debió inspirarte a hacer algo así.

- Creo que no es algo de tu incumbencia, pero… te concederé esto. Nunca he tenido una relación formal. Mis seres queridos son mis familiares y un par de amistades desde mi infancia. Por lo demás…

- Solo lo has hecho por complacer

- Exacto. Y ha funcionado, hasta ahora.

- Yo… A mí siempre me ha encantado regalar cosas hechas por mí misma. Es como obsequiar un pedacito de mi alma a las personas que me importan – Shaoran se encogió de hombros y consideró seriamente el invitar a su nueva asistente a cenar, pero recordó las palabras de Rika y tuvo que darle razón; si bien en su momento no existía ninguna atracción hacia la señorita Kinomoto, no era correcto tentarse más allá de lo prudente. Sin duda alguna la chica era muy hermosa y divertida; sería extremadamente inconveniente involucrarse más de lo debido.

- Señorita – se escuchó la voz de Wei – ¿Podría indicarme dónde puedo llevarla?

- Ah… No se moleste, si quiere puede llevarme a la empresa y yo me iré a mi casa después.

Shaoran no pudo evitar pensar que tendría algún encuentro con Tsukishiro y sin darse cuenta frunció el ceño.

- ¿Tienes algo pendiente en la oficina? – preguntó Li

- No, es solo que no quiero dejar nada pendiente, ¿sabes? El hecho de salir de la oficina antes de tiempo, me deja con la extraña sensación de olvidar algo.

El ambarino sacó de su bolsillo un teléfono móvil y se lo extendió a la castaña – Toda mi agenda está ahí, señorita Kinomoto. Cada una de mis actividades se programan allí y ese teléfono es de uso exclusivo de mi asistente. Rika me lo había entregado ayer porque se lo ordené expresamente.

- Oh… Ya veo, en ese caso… ¿Seguro que aquí está todo lo que necesito?

- Por supuesto.

- Muchas gracias, puedo irme a descansar tranquila entonces – dijo sonriendo ampliamente

- Si no tienes otro compromiso – musitó Shaoran casi entre dientes.

- ¿Dime?

- Nada, que lo correspondiente a tus labores ha terminado por hoy.

- En ese caso, podré irme a descansar

- ¿A dónde la llevo señorita Sakura?

- No, no es necesario, pueden dejarme en cualquier lugar y tomaré un taxi

- En eso no hay discusión, te llevaremos hasta tu casa.

- Muchas gracias – respondió la castaña con una radiante sonrisa y brindó las indicaciones al conductor mientras seguían conversando de temas laborales.

Se detuvieron frente al edificio donde estaba el apartamento de Touya y Kaho

- ¿Vives aquí?

- Temporalmente

Shaoran permaneció en silencio unos segundos – Un buen amigo mío vive en este mismo edificio.

- No creo conocerle, apenas regresé de EEUU como recordarás y desde ese momento he permanecido en la empresa, solo vengo a dormir, no he podido conocer a ninguno de los vecinos.

- Aun así, él tampoco es muy sociable que digamos. Es contratista de la empresa, con seguridad lo conocerás cuando él regrese de su viaje; se encuentra fuera del país al igual que Eriol.

- Bueno… Les agradezco mucho, feliz noche.

La castaña extendió su mano a manera de despedida y Shaoran no dudó en tomarla como símbolo de cortesía; era pequeña, delicada y transmitía calidez, de tal forma, que no pudo evitar estrecharla un poco… Era una sensación completamente extraña.

- Feliz noche, Sakura.

La castaña salió del vehículo e ingresó rápidamente al edificio, se sentía mental y físicamente exhausta pero tranquila, muy tranquila. Los días anteriores la torturaba la idea de tener que ir a la oficina y encontrarse con Li, pero su perspectiva había cambiado radicalmente después de ese día. Sí, el tipo podía ser una pesadilla, pero en el fondo era un hombre noble, leal a sus afectos e interesado por el bienestar de sus seres queridos.

Sumida en sus pensamientos llegó al apartamento, ingresó al cuarto que estaba ocupando, se deshizo de sus zapatos y se permitió un tiempo de tranquilidad con un baño de burbujas, se estaba quedando dormida cuando el timbre del apartamento llamó su atención; salió rápidamente para ver de quién se trataba y por qué no había sido anunciada.

Observó por la mirilla y era Yukito con una botella en sus manos, así que abrió apresuradamente sin tener muy en cuenta lo ligera de ropas que estaba en ese momento.

- Sa… Sakura – dijo el recién llegado mirándola de arriba abajo, ella por puro instinto buscó cubrirse lo más que pudo.

- ¡Yukito! Perdón, pasa, iré a… Vestirme – Como niña avergonzada, corrió por el pasillo hasta la habitación encerrándose allí, aunque tardó muy pocos minutos en salir con ropa deportiva.

Yukito solo la observó, obviamente se veía un poco más baja, sin maquillaje y le recordó a la adolescente dulce que un día le declaró sus sentimientos, muy en lo profundo sintió algo de tristeza, pero al observarla mientras hablaba vio de nuevo la mujer en la que se había convertido y todo atisbo de culpa se alejó de su mente.

- Yukito, ¿te vas a quedar con esa botella en tus manos?

- Ah si, perdón. Pensé que quizá…

- Buscaré algo para abrirla

- Permíteme, se dónde encontrarlo, además debes estar cansada, me enteré del día difícil que tuviste.

- De locos, pasaron demasiadas cosas…

Sakura relataba con detalle todo lo acontecido en el día, Yukito, por su parte, la escuchaba con atención mientras ambos bebían el vino que había llevado; por momentos él se perdía en los ojos verdes de la castaña mientras escuchaba su relato, pero luego su mirada se posaba en los labios rosa sintiendo deseos de probarlos y esa noche no se quedaría solo en deseos.

Así que se acercó lentamente y tomó la copa de la castaña, el corazón de Sakura empezó a latir con más fuerza… Había anhelado tanto ese momento, ¡la mitad de su vida! Sintió el roce de los dedos masculinos sobre su rostro y supo que ese era el momento.

Yukito se acercó lentamente hasta que sus labios rozaron los de Sakura… Pero algo extraño pasaba, ella había tenido la fantasía de que sería el mejor momento de su vida, que algo estallaría en ella y sí, se sentía feliz, pero no al nivel que había imaginado durante tantos años. Pero bueno, quizá serían los nervios, lo que no podía negar es que besaba muy bien y dejaría de pensar tanto para dedicarse a disfrutar el momento.

Los besos castos fueron convirtiéndose en caricias con las que Sakura no sabía si se sentía realmente cómoda y trataba de manejar la situación de la mejor manera, hasta que el sonido del teléfono hizo su entrada triunfal haciendo que la castaña saltara en su lugar y fuera a contestar.

- ¡Touya! Si, si, me alegra muchísimo escucharte, ¿Qué tal la están pasando?

- Todo va muy bien monstruo, Kaho te envía saludos, ¿tú estás bien?

- Si, todo perfecto, conseguí el trabajo en Li y… Todo bien.

- ¿Estás acompañada?

- Ehmmmm… Solo vino Yukito, a ver si se me ofrecía algo – Todo quedó en silencio del otro lado de la línea, sabía que su hermano se molestaría pero tampoco quería decirle mentiras, además era una mujer, no una niña – Touya yo…

- No, no pasa nada, luego le agradeceré por ser tan atento – y por supuesto fue obvio el tono irónico de su voz – Te estaré llamando, cuídate mucho por favor.

- Igual ustedes, nuevamente mis saludos para Kaho.

- Se molestó, ¿no es así? – preguntó Yukito

- Si, no lo manifestó abiertamente, pero lo conozco.

- Lo mejor será que me vaya, espero consigas un lugar propio pronto – dijo abrazándola por la cintura

- Si, yo también lo espero… Gracias por haber venido.

- Nos veremos mañana, ¿si?

La castaña asintió y Yukito acarició su rostro nuevamente y le dio un último beso de despedida para luego marcharse del lugar.

Sakura se sentó en el sofá y llevó los dedos a sus labios, se sentía aun desconcertada por lo sucedido, pero más aún por lo que sintió… O por lo que no sintió.

Los días iban pasando, Sakura se adaptaba cada vez más rápido a su trabajo y Shaoran se sentía muy cómodo con ella, de una forma extraña se iba estableciendo una relación de confianza entre ellos. Al igual que con Rika, él la llamaba por su nombre y ella también, aunque solo cuando estaban en privado; él era ácido y sarcástico en sus bromas pero ella no se molestaba, antes le respondía de la misma manera sin que él se sintiera ofendido.

La relación con Yukito, por su parte, no avanzaba mucho en realidad; salían a almorzar, a veces a cenar, habían tenido un par de encuentros en el apartamento de él sin que pasara nada más que besos y caricias.

Una mañana, Sakura se encontraba muy tranquila en su escritorio revisando unos informes cuando escuchó las puertas del ascensor abrirse y unos pasos firmes que resonaban en el piso de mármol. La castaña observó con atención a la imponente mujer de cabello negro como la noche y piel blanca, claras facciones chinas y ropa finísima; lo que le extrañó es que se dirigió a la oficina de Shaoran directamente, sin siquiera presentarse o pedir ser anunciada y ella sabía perfectamente las consecuencias que traería para ella permitir el paso de alguien sin que su jefe autorizara.

- Señorita… - Dijo Sakura, pero fue ignorada olímpicamente; así que se vio obligada a levantarse de su asiento e impedir que la recién llegada siguiera su camino – Señorita, disculpe.

La muchacha la miró de arriba abajo frunciendo sus labios rojos en una clara señal de molestia, pero no dijo nada.

- Disculpe, el señor Li se encuentra ocupado. ¿Desea que la anuncie? – la muchacha bufó e intentó seguir adelante, pero Sakura se interpuso en su camino – Perdón, pero de verdad no puedo dejarla seguir sin autorización del señor Li.

- Mire, niña. Usted no tiene ni idea quién soy yo, si lo supiera no cometería el atrevimiento de interponerse; así que, si sabe lo que le conviene apártese – dijo casi gritando

- Lo… Lo siento, tiene razón, no tengo el gusto de conocerla, pero sí conozco a mi jefe y tengo órdenes estrictas que no pienso pasar por alto.

- Me importan un pepino sus órdenes – dijo la morena levantando la voz – usted es una aparecida, Rika jamás habría permitido algo como esto, exijo que me deje pasar o lo haré por encima suyo.

- Si desea puede intentarlo, pero no significa que lo vaya a lograr – porque si algo tenía Sakura, es que no soportaba muy bien las provocaciones y si esa tipa malcriada quería hacer lo que quisiera, pues se había topado con un muro, pero la mujer estaba tan ofuscada que Sakura casi vio en cámara lenta cómo levantaba su mano, pero un sonoro grito tras ellas la detuvo por completo.

- ¡Meiling Li! – era Shaoran

Sakura, que estaba parada frente a la recién llegada, pudo verla palidecer y bajar la mano con rapidez.

- Qué demonios crees que haces – preguntó el ambarino con ira contenida.

- Esta atrevida, ¿puedes creer que no quería dejarme pasar a tu oficina? Es una aparecida Shaoran

- Está cumpliendo órdenes… ¡Mis órdenes!

- Pero Shaoran…

- Pero nada, entra a la oficina – la muchacha acomodó su bolso y pasó por el lado de Sakura casi que empujándola – Ah, pero antes, pídele disculpas a Sakura.

La altiva Meiling Li se puso roja de la ira, miró a Shaoran y luego a Sakura, de nuevo a Shaoran… Suspiró y al parecer, se rindió.

- Le pido disculpas señorita, no actúe de la mejor manera.

- No se preocupe, solo quiero que tenga en cuenta que estaba siguiendo órdenes y estoy para servirle.

Shaoran miró con una sonrisa de suficiencia a la mujer; era su prima más cercana y querida, pero también solía actuar como muchachita caprichosa y odiaba eso, mucho más que quisiera pasar por encima de los demás que pudiera considerar "inferiores" a ella.

Culminado el bochornoso espectáculo, la recién llegada ingresó a la oficina de Shaoran y este, se quedó un momento al lado de Sakura.

- Disculpas por esto.

- No hay problema – dijo ella pensando en el tipo de locas que Shaoran tenía como prospectos amorosos -

- Ella… Algo tuvo que haberle sucedido para que se comportara de esa manera. Es mi prima. Meiling Li.

- Li… Claro… Por Dios

- No quiero ni pensar qué estaba pensando esa cabeza loca.

- Bueno… La fama lo antecede señor Li

- Pensaste que ella… Ay por Dios Kinomoto, si serás tonta.

- ¡No es mi culpa!

- Bueno, hablamos después.

Sakura se dirigió a su puesto pensando en el espectáculo de unos momentos atrás, sin duda la mujer aquella estaba un poco loca; pero si algo tenía es que era tremendamente curiosa y no tenía la intención de volver a pasar un momento como ese.

- Tomoyo, ¿cómo estás?

- Hola Sakurita, muy bien… ¿Puedo ayudarte en algo?

- Muchísimo – la castaña le contó a su amiga lo sucedido instantes atrás

- Es muy extraño, o bueno, no tanto, Meiling es una excelente persona, pero es impulsiva y caprichosa; aunque si te das la oportunidad de conocerla te darás cuenta de lo buena que puede ser.

- No lo creo… Pensé que me lanzaría por una ventana, inclusive amenazó con golpearme.

- Algo tuvo que haberle sucedido, te digo que ella no es así.

- Si, lo mismo dice Shaoran.

- ¿Perdón? ¿Shaoran, dices? De qué me perdí – Sakura rió-

- Vamos a almorzar, hace días no lo hacemos

- Claro, si tu querido Yukito te acapara todo el tiempo – Sakura no era reconocida por ser la más perspicaz del mundo, pero pudo notar el tono de ironía en la voz de su dulce amiga, luego buscaría la forma de averiguar los motivos

- En fin, tú y yo para almorzar y no se diga más.

- Está bien, ¿pasas por mí?

- Por supuesto.

- Oye y al fin no me dijiste en qué puedo ayudarte.

- Ay si, mira… Necesito conocer a los Li

- Ya, Mei… Te lo había dicho, conozco a los de su clase y era obvio que Hitachi te traicionaría.

- Si Shao, pero ¿cómo pudo? Le di todo mi cariño, confié en él – decía la morena llorando.

- Preciosa, no hagas tanto escándalo, te conozco, no te duele lo que pasó con su relación sino tu ego herido

- Ay ya cállate, viniendo de un sínico mujeriego como tú, es obvio que no me vas a entender.

- Hey, no te desquites conmigo… Es solo que no soportas la idea de que un tipejo cualquiera pueda cambiar a la incomparable Meiling Li.

- ¡Eres un idiota! Pero tienes toda la razón. Ese imbécil se atrevió a cambiarme por esa modelito de labios inflados que tiene un cacahuate por cerebro.

- Mei, tú no eres una mujer cualquiera; eres muy hermosa, inteligente, lista, sofisticada… No eres un juguete de entretenimiento, no estás para meterte con cualquiera.

- Lo sé…

- Por cierto, lo que hiciste con Sakura…

- Si Shao, me porté como una maldita con esa muchacha. Es el reemplazo de Rika, supongo.

- Sí, así es.

- Y ya… - La morena lo miró con picardía

- No y no. No lo tengo planeado, sabes que una cosa es el placer y otra el deber.

- Pero por favor, la mujer es espectacular. No a mi nivel, obviamente, pero mírala

- Y muy eficiente, justo lo que necesito. Supo afrontar la ausencia prematura de Rika y aprende muy rápido, es bilingüe, profesional… No le he dicho nada a mi padre, pero hizo una muy buena elección con ella.

- Vaya, vaya… No te había escuchado hablar así de alguien antes.

- Ay, cállate. Y ya me tomé el tiempo de escucharte pero tengo muchas cosas que hacer

- ¿Me estás echando, Shaoran?

- Lo dicho, eres muy lista.

- Idiota. Te amo.

La morena salió de la oficina pero no encontró a la castaña en su lugar, quería disculparse de nuevo por su comportamiento… Observó su reloj, ya era hora de almorzar, así que simplemente abordó el elevador y salió del piso.

Sakura y Tomoyo se encontraban en la oficina de la segunda. Allí le mostraba con toda paciencia a todos los miembros de la familia Li, o por lo menos quienes estarían en las oficinas y quienes eran importantes para el negocio.

- Ella es la mamá de Shaoran, la señora Ierán Li

- Wow, es bellísima

- Si… Muy elegante y seria, pero es una mujer con un gran corazón, descendiente de una de los más antiguos clanes Chinos. Créeme que las fotografías no le hacen justicia, cuando la veas lo sabrás.

- A quien más debo conocer.

- Las hermanas de Shaoran – La amatista le enseñó una fotografía de cada una de ellas.

- Si, él me había hablado de sus hermanas.

- Lo adoran, te vas a reír mucho cuando las veas, lo tratan como a un niño.

Sakura reía con las historias contadas por Tomoyo hasta que el sonido de la puerta se dejó escuchar.

- Permíteme voy a abrir, además ya es hora de irnos a almorzar.

- Tienes razón, pero todo lo que me has contado es tan interesante.

- Y todavía falta…

Tomoyo abrió la puerta solo para sentir como alguien se abalanzaba sobre ella y con mucho trabajo se mantuvo en pie.

- Tommy, no sabes lo feliz que me hace verte.

- ¡Mei! Yo también me alegro mucho de verte, pero ¿estás bien?

- No, pero te invito a almorzar y te cuento todo.

- Yo… Verás… - Tomoyo señaló a Sakura que estaba sentada y se puso de pie en cuanto vio quien había llegado –

- Señorita Li – Saludó Sakura haciendo una reverencia.

- Te estaba buscando… Kinomoto es tu nombre, ¿no?

- Si, señorita.

- Ya deja de decirme así – Meiling ingresó a la oficina y se detuvo frente a Sakura – Mira, sé que me porté como una perra contigo. Me arrepiento por eso, espero que en verdad aceptes mis disculpas.

Sakura, quien se encontraba muy extrañada por la actitud de la señorita "caprichosa" Li se tomó un momento para pensar… Quizá la estaba juzgando apresuradamente.

- No se preocupe, ya pasó.

- Entonces, ¿vamos a almorzar?

Tomoyo y Sakura se miraron pensando lo mismo, no podían rechazar a la recién llegada así que salieron todas juntas de la oficina. La muchacha era bastante parlanchina y Tomoyo la escuchaba con atención mientras Sakura solo la observaba; al parecer, tal como lo había indicado si estaba pasando por un momento difícil y solo necesitaba ser escuchada.

Llegaron a un restaurante cercano donde compartieron un buen tiempo y Sakura seguía observando; la chica sufría un grave caso de ego herido y eso era más que obvio, sin embargo, y a pesar de lo que le estaba diciendo, era graciosa y ocurrente y se notaba que sentía gran afecto hacia Tomoyo; pero pensándolo bien eso era algo inevitable, ya que la amatista era una persona sensible y empática que siempre pensaba en los demás.

- Y tú, Sakura. ¿qué opinas? – preguntó Meiling – perdón, ¿hago mal al llamarte por tu nombre?

- No, no hay problema – respondió la castaña con una sonrisa, bebió un poco de su te mientras pensaba la respuesta adecuada – creo que a veces, nos enamoramos más de nuestra propia idea del amor que de la persona en cuestión, y tratamos de ver en ellos aspectos que coincidan con nuestras fantasías románticas.

- ¿Te ha pasado? – de inmediato Tomoyo la miró y ella de inmediato pudo descifrar lo que había en su mirada; su cabeza le decía que era justamente lo que pasaba con Yukito, pero su corazón terco insistía en que no era su caso, ya que él era realmente su príncipe azúl.

- Supongo que en algún momento de mi vida, sí. Sobre todo cuando estuve fuera, a veces acepté estar en relaciones para no sentirme tan sola y compensar… Otras cosas

- Y ahora, ¿estás enamorada? ¿Tienes novio?

- Yo… - Se detuvo a pensar nuevamente, ¿estaba enamorada de Yukito? – Si, lo estoy y sí, estoy en una relación actualmente.

- No me digas, ¿ya formalizaron su relación? – preguntó extrañada Tomoyo –

- Si – respondió Sakura sintiendo como el calor subía a sus mejillas – hace unos días

- Espero que todo salga bien para ti y no te hayas topado en tu vida con un imbécil como me tocó a mí.

- Ya lo superarás Mei – dijo Tomoyo tomando su mano con cariño – y encontrarás a alguien que de verdad merezca todo lo que tienes para dar.

El tiempo del almuerzo transcurrió entre risas y anécdotas haciendo que pasara realmente rápido y que regresaran a la oficina para continuar con sus labores, a pesar de que Meiling insistió en que se tomaran la tarde que ella se encargaría de hablar con su primo justificando su ausencia.

- Sakura – dijo la morena cuando se encontraron en el lobbie del edificio

- Las dejaré solas, hablamos ahora Sakurita – dijo Tomoyo abordando el elevador

Meiling indicó a Sakura que se sentaran en uno de los lugares dispuestos para las visitas – Debo irme, pero quiero que sepas que a pesar de lo mal que pudieran empezar las cosas, me gustaría poder ser tu amiga un día de estos.

- Apenas me conoces, por qué piensas que sería una buena amiga para ti.

La morena se encogió de hombros – No lo sé, pareces una chica sincera y la forma en que afrontaste mi ridícula forma de actuar habla muy bien de ti, y si Tommy confía en ti, no necesito más.

- Tomoyo es… Como lo mejor que me ha pasado desde que llegué.

- Es mi única amiga real. Sabes que cuando tienes un apellido como el mío y las personas te conocen. No lo digo por ser pretenciosa, solo quiero decir que no se acercan precisamente por sinceridad o con buenas intenciones. ¿Sabes de lo que hablo?

- Nunca lo he vivido, pero es lo mismo que dice Shaoran y lamento mucho que te sientas así.

- ¿Shaoran?

- Perdón, el sr Li

- No te preocupes – dijo riendo la morena – es solo que no es común escuchar a alguien llamarlo por su nombre. En fin, gracias por compartir tu almuerzo conmigo, noté que tenías planes con Tomoyo y aun así no dijiste nada – La morena se levantó para marcharse, pero Sakura la tomó de la mano.

- Cuentas con mi sincera amistad, Meiling.

La morena sonrió y le dio un abrazo a su nueva amiga. Deseaba con todo su corazón haber encontrado en su vida a una amiga real y que Shaoran se anduviera con cuidado, porque no permitiría que la lastimara.

NOTAS DE AUTOR

Feliz domingo para todos y de paso, un muy feliz año nuevo.

Es mi primera publicación en este año y espero no seguirme tardando tanto. Les amo con todo el kokoro y aunque este es un capítulo soso nos va abonando el camino para otras cosillas. Les envío un abrazo enorme a todos y cada uno de ustedes que me honra con sus lecturas.

Mis mejores deseos.

Ale-San