CAPÍTULO 7

WABI - SABI

Con el cabello hecho un desastre, un lápiz sobre su oreja y siendo ya las 9 pm, se encontraba Sakura Kinomoto, buscando un archivo muy importante que requerían junto con su jefe para terminar la propuesta que presentarían al ministro de Ministro de tierra, infraestructura, transporte y turismo.

Habían trabajado con ahínco durante dos semanas centrados básicamente en eso.

En la oficina, Shaoran maldecía para sus adentros la ausencia de Eriol, ya que sería su responsabilidad; pero a su vez agradecía la presencia de Sakura, ya que aprendía muy rápido y complementaba a las mil maravillas sus conocimientos sobre finanzas con lo poco que iba conociendo sobre ingeniería. Si todo salía bien, le daría una sorpresa; ya que, con la aprobación de este proyecto, las ganancias serían millonarias y a él le correspondería un excelente bono que sin duda compartiría con su asistente.

El teléfono resonó sacándolo de sus cavilaciones – ¿Más café? – preguntó su asistente sin decir más.

- Creo que será necesario. Debemos terminar esta misma noche – respondió él y de parte de Sakura recibió un "ok" en confirmación.

Recordó de repente el día que su madre visitó su oficina y conoció a la "bella señorita de ojos verdes"

FLASHBACK

Sakura disfrutaba de un delicioso té que había preparado junto con unos pastelillos de chocolate que había preparado muy temprano esa mañana y que claro, había compartido con su chocohólico jefe.

Las puertas del elevador se abrieron de repente y la imponente figura de una mujer hizo presencia en el piso. De inmediato soltó la taza de te, salió de su escritorio e hizo una profunda reverencia a la recién llegada quien observó todo a su alrededor y luego, con sus profundos ojos negros la miró a ella, haciendo a su vez una pequeña reverencia.

La castaña se puso tan nerviosa, esa mujer era en serio otra cosa, toda su aura emanaba una tranquilidad tal, pero a su vez respeto y la verdad es que no sabía cómo dirigirse a ella, pero la mujer le evitó la molestia.

- Tú debes ser la señorita Kinomoto – dijo con una voz tan suave que sobrecogió a la castaña – Mi nombre es Ierán Li, es un gusto conocerte.

- Es un placer conocerla. Permítame le anuncio al señor Li que se encuentra aquí.

- Por supuesto, gracias.

Sakura tomó rápidamente el teléfono procurando dejar de lado el nerviosismo que le generaba la llegada de la señora Li, cuando de repente la sintió tomar asiento frente a ella y mirar con vivo interés los pastelillos que estuvo a punto de degustar minutos antes.

- El señor Li no me contesta. Disculpe, tenía una llamada importante de Europa ¿desea usted pasar?

- No, no te preocupes, no osaría interrumpir a mi hijo en una reunión tan importante.

La ojiverde se sintió un poco incómoda, o más bien, desubicada. No sabía qué hacer o qué decir

- ¿Hay algo que pueda ofrecerle?

- Oh, disculpa, estaba en una importante reunión junto con mi esposo y algunos accionistas de China, me haría bien un poco de té si no es molestia. – Sakura le sonrió-

- De ninguna manera. No me tardo.

De inmediato se levantó hacia la pequeña cocina contigua a la oficina para servir el té. Era una reserva especial que había comprado en un mercado el fin de semana anterior; tenía un aroma y textura delicado, que de una u otra forma inspiraba calma.

De la manera más pulcra llevó todos los elementos para servir el té a la mesa que se encontraba en la salita de espera de invitados, pero la señora llamó su atención nuevamente.

- ¿Te molesta si lo tomo contigo, aquí?

- De ninguna manera – y se dirigió con todos los elementos hacia su escritorio. Por último, llevó los pocos pastelillos que habían quedado, los cuales la mujer tomó con visible interés.

- ¿Sabes? Las personas creen que el amor por el chocolate de Xiao Lang lo heredó de su padre. Lo cierto es, que lo heredó de mí – y así empezó a degustar el postre evidenciando en su rostro lo mucho que lo disfrutaba – una completa delicia. ¿Podrías decirme dónde los compraste?

- Yo… Yo los preparé

- Hermosa, amable, eficiente y buena repostera. Vaya señorita Kinomoto.

- No diga eso por favor.

Ierán le sonrió con total tranquilidad – No te preocupes, no lo digo para avergonzarte, todo lo contrario, me alegra mucho saber que mi hijo está en buenas manos. Estaba muy preocupada por la ausencia de Rika. Shaoran es mi hijo y lo amo con todo el corazón, pero sé la fama que le antecede respecto a las mujeres.

- No se preocupe, durante el tiempo que he estado aquí, solo he conocido la faceta de Shao… Perdón, del señor Li como un gran profesional, muy serio y disciplinado; creo que… Si lo que hace con su vida personal no interfiere con sus labores, no hay de qué preocuparse.

- Me gustaría pensar eso, pero lamentablemente, venimos de una familia muy conservadora y nos desenvolvemos en una sociedad con las mismas características. Siempre nos ha preocupado que su vida… Un tanto disipada pueda afectar el imaginario de las personas en torno a la empresa.

- Discúlpeme si soy imprudente. Yo conozco a Li como un hombre intachable y nunca he visto en él ninguna conducta que pueda afectarlos, a veces los rumores son maliciosos y seguramente existirán personas que quieran dañar a un hombre tan exitoso; pero creo que ustedes, como padres, han hecho una labor excelente.

Ierán guardó silencio y la observó con cuidado. Siempre se había caracterizado por leer muy bien a las personas y quería develar lo que había tras las palabras de Sakura. Pudo evidenciar dos cosas: lealtad y honestidad.

De repente, el sonido del teléfono las interrumpió.

- Sakura, ¿sucede algo? Perdón por no contestar, estaba muy ocupado.

- Señor Li, la señora Ieran Li se encuentra acá.

- Hazla pasar por favor.

- De inmediato.

La castaña espero que la señora terminara de beber su té y luego le anunció que su hijo la esperaba en la oficina y se levantó para acompañarla hasta allí. Llamó con delicadeza la puerta de la oficina hasta que escuchó la autorización para ingresar.

- Con permiso, señor Li – tras ella ingresó la señora Ierán, en cuando Shaoran la vio también la saludó con una profunda reverencia y luego permaneció en una posición tan recta que Sakura estuvo a punto de estallar a carcajadas, cosa que obviamente no hizo.

- ¿Necesitan algo?

- Si pudieras traer los pastelillos…

- Por supuesto señora Li, en un momento. ¿Desea más te?

- Si, está delicioso. Eres muy amable señorita Kinomoto.

Sakura sonrió y salió de la oficina.

- Es un gusto saludarla, madre.

- Estaba en la reunión de accionistas con tu padre. Hacía mucho tiempo no lo hacía y quise pasar a saludarte. ¿Cómo estás?

- Mucho trabajo, la ausencia de Eriol me genera mucha más carga.

- Lo siento mucho, esperamos que regrese pronto.

- Lo hará la próxima semana

- Xiao Lang, por favor, solo espero que el regreso de Eriol no te desenfoque, creo que es un tema que hemos tocado mucho, ya no eres un muchachito que deba andar con una vida desordenada…

- Madre, no hablaremos sobre eso de nuevo

- Sabes lo que pienso, deberías empezar a fijarte en un buen prospecto.

- Madre, no tengo la más mínima intención de casarme, no creo en el matrimonio.

El sonido de la puerta los interrumpió, era Sakura con el té. Se acercó en total silencio y sirvió con pulcritud ambas bebidas mientras sentía los ojos negros y ámbar sobre ella, haciendo su mayor esfuerzo por no trastabillar.

- Con permiso, me retiro.

- Muchas gracias señorita Kinomoto – Sakura hizo una reverencia y abandonó la oficina, ¡no se había sentido tan escudriñada en su vida!

- Es una linda chica.

- Eficiente, es lo que me importa – dijo Shaoran con indiferencia -

- ¿Sabes? – dijo Ierán mientras agitaba el Splenda en su té – Hay un término antiguo "Wabi - Sabi", ¿lo conoces?

- No creo recordarlo, madre.

- "La belleza de la imperfección" fue en lo que pensé mientras hablaba con tu nueva asistente.

- ¿Y eso de qué va?

- Solo te digo, cuida de esa chica y piensa en lo que te he dicho, ya casi tienes 30 Xiao Lang

La señora dejó su té, degustó un pastelillo más en completo silencio y se despidió de su hijo.

- ¿Te esperamos el fin de semana?

- No lo creo, madre. Estamos sobre el tiempo límite para entregar los estudios del proyecto aquí en Japón.

- Te quiero hijo – dijo acariciando su mejilla con cariño – Nos veremos después.

- Yo también te quiero, madre. Por favor ten mucho cuidado.

Shaoran acompañó a su madre al salir de la oficina, y dos cosas quedaron grabadas en su mente. En primer lugar, la constante advertencia de todos los que la conocían para "cuidar" a Sakura y segundo. Wabi Sabi.

FIN FLASHBACK

Sakura ingresó con una humeante taza de café y el archivo que él había solicitado. Le pareció gracioso ver el aspecto de su asistente a pesar de llevar muchas horas continuas de trabajo. Se veía un poco despeinada pero aun así su traje seguía impecable, e inexplicablemente, continuaba corriendo de un lado a otro con esos altos zapatos.

- Sakura

- Dime – respondió ella sin mirarlo, estaba concentrada en sus documentos.

- ¿No estás cansada?

- Como no tienes idea, ¿por qué, piensas otorgarme mi libertad? – preguntó ella mirándolo con picardía.

- ¡Ja! Ni cerca, pero me preguntaba. ¿podrías quitarte esos zapatos? Me duelen los pies con solo mirarte.

- ¿En serio puedo?

- ¡Por favor! – dijo él como si fuera la cosa más obvia del mundo.

- Bueno… Ya que no hay nadie más en la oficina – la castaña se despojó de sus instrumentos de tortura particular y experimentó alivio inmediato mientras Shaoran la observaba divertido – Sí, búrlate de tu esclava.

- En serio no entiendo cómo puedes trabajar todos los días con eso.

- Eso, señor Li, es necesario

- ¿Para arruinar tus pies?

- Para verme más estilizada y elegante – dijo ella poniéndose en pie y

Una sonora carcajada escapó de los labios de Shaoran – ¡Eres una enana! Ahora lo entiendo todo.

- Por favor Li, el hecho de que seas un gigante no te da permiso de burlarte. Voy a mi computador a enviarte unos correos que nos van a servir. Ya regreso.

Sakura salió de la oficina, ahora descalza, mientras era observada por Shaoran; era muy divertido burlarse de Sakura y más porque sabía que no se ofendería por nada que le dijera. Además, que no era cierto; si bien era más baja que él (sería un despropósito que tuvieran la misma estatura), siempre le habían gustado las mujeres de baja estatura, abrazarlas, sentir la calidez junto a su pecho y… ¡Qué demonios! Definitivamente el cansancio le estaba afectando más de la cuenta y se dedicó a observar las cifras que habían sido proporcionadas por su asistente.

Mientras tanto, Sakura estaba frente a su computador buscando los correos que requería y no escuchó cuando las puertas del elevador se abrieron ni cuando una persona se acercó a ella.

- Mjmmmm – carraspeó la voz masculina y Sakura por poco se cae de su silla por el susto provocado – disculpe usted hermosa ninfa de los bosques por haberla asustado – Sakura enarcó una ceja… ¿Preciosa qué? ¿Quién demonios era ese tipo?

- Bu… Buenas noches.

- Oh, debes ser la nueva asistente de mi primo – dijo observándola con cuidado – Hermosa adquisición debo decir.

¿Adquisición? Pero qué diantres se creía ese tipo… Luego, muy en el fondo de su memoria recordó cuando Tomoyo le habló muy levemente de él y también la expresión de ella al mencionarlo. Con que ese era el famoso Eriol Hiraguizawa, primo de Shaoran y uno de los mayores mujeriegos de Tokio. Sin embargo, y a pesar de parecerle un idiota de primera, no podía olvidar que era uno de los jefes en ese lugar.

- Usted debe ser el señor Hiraguizawa, bienvenido. – dijo ella con una sonrisa tan fingida que hasta el mismo Shaoran se extrañó al verla, ya que él observaba con cuidado la escena, pues salió al escuchar las puertas del elevador.

- Oh por favor, llámame Eriol… ¿Y tú eres?

- Kinomoto señor, Sakura Kinomoto.

- Con que Sakura…

- Kinomoto para usted, señor

- ¿Por qué habría de hacerlo? Si tienes un nombre tan precioso que sería un desperdicio no mencionarlo.

- Porque es lo correcto señor. Si me permite llamaré al señor Li y…

- Volviste por fin – se escuchó la potente voz de Shaoran quien se fue acercando poco a poco y se notaba el dejo de molestia en su voz. Conocía a su primo y al parecer había elegido su próxima víctima. Sería una prueba de fuego para su asistente.

- Primo querido – respondió el otro dándole un abrazo que al otro le costó corresponder.

- Estamos terminando el proyecto para el ministro. Tu llegada ha sido muy propicia.

- ¿Y mi asistente? No me digas que no me asignaron ninguna.

- Claro que sí, pero al estar este proyecto en mis manos, necesitaba a alguien de mi entera confianza. Vamos a mi oficina. Sakura, te espero allá

- Sí señor.

- Vaya, vaya – dijo Hiraguizawa cuando ingresó a la oficina y se puso cómodo – ¿tan "eficiente" es tu nueva asistente que la quieres en todos tus proyectos? – dijo el recién llegado con una sonrisa ladeada.

- Lo es, profesional y eficiente. Así que te advierto, mucho cuidado con ella.

- Shaoran, nunca te había conocido como alguien celoso

Shaoran se sujetó el puente de la nariz en obvia señal de impaciencia – Más vale que dejes de decir tonterías, me refiero a que no te metas con Sakura, no puedo darme el lujo de quedarme sin asistente en ausencia de Rika y ya, después de tu llegada, necesitaré reanudar mis viajes a Europa y América, no puedo estar pendiente de conseguir otra persona.

- Ya, ya, está bien. Palabra de honor, no tocaré a tu hermosa ninfa de los bosques – Shaoran rió

- Eres ridículo, Eriol.

- No eres ciego Shaoran; es preciosa, con esos enormes ojos verdes, su cabello sedoso y esa piel de porcelana.

- No soy ciego, pero la verdad no me atrae para ser una aventura de una noche.

- ¡Aja! La quieres para algo más

- Si, para trabajar. Y ya cállate que viene para acá.

Sakura ingresó a la oficina nuevamente, Shaoran notó que se había arreglado un poco, seguramente fue vergonzoso para ella que la encontraran con un aspecto tan desaliñado, pero era justo para esas horas de la noche.

- Ya los correos se enviaron señor Li. Podemos continuar.

- No es necesario que me digas señor Li delante de Eriol, es un imbécil, pero es de total confianza

- Oye… - protestó Hiraguizawa.

- Y te tengo noticias, te quedarás a trabajar con nosotros.

- Pero Shaoran… Solo venía a saludarte, mis vacaciones terminan oficinalmente en 4 días.

- Tu culpa por aparecer por aquí en un momento tan propicio. Manos a la obra, hay mucho por hacer y Sakura y yo estamos cansados.

Refunfuñando atendió a las órdenes de Shaoran y empezó a trabajar al lado de Sakura, eso sí, no perdía oportunidad para lanzarle uno que otro cumplido a la castaña que lo ignoraba olímpicamente.

Las horas pasaban casi que imperceptibles, el día siguiente tendrían un par de reuniones y presentarían el documento. Ya llegaría el fin de semana que sin duda aprovecharía para descansar y visitar algunos prospectos de apartamento, ya que no había logrado mudarse del apartamento de Touya aun cuando ellos ya habían regresado.

Justo en ese momento el teléfono de la castaña sonó

- ¿Hola? Si… Perdóname, sé que cenaríamos juntos, pero no he podido salir de la oficina.

- Pero monstruo, estás trabajando mucho.

- No te preocupes, te prometo que el fin de semana estaremos juntos, ¿si? Qué te parece un picnic en el parque.

- Sakura, no quiero que te enfermes. Iré a recogerte en cuanto termines, no pienses que te dejaré a la deriva quién sabe a qué hora.

- No te preocupes, no es necesario que vengas por mí.

Mientras Sakura hablaba con su hermano, Shaoran fingía seguir trabajando pero prestaba mucha atención a la conversación sostenida por su asistente y su ceño fruncido decía algo más que por supuesto, Eriol notó.

- Tú solo descansa, ya tendremos tiempo de hablar. Te quiero.

Esa palabra final hizo que Eriol y Shaoran se miraran y solo un nombre se vino a la mente del ambarino: Tsukishiro.

Shaoran miró su reloj, era casi media noche y solo quedaban detalles técnicos. Seguramente podría finiquitarlos al día siguiente.

- Sakura, prepárate para salir. Terminamos por hoy.

- Uy, ya era tiempo – respondió Eriol en su lugar

- Eres el colmo Eriol. Ojalá retomes tus labores lo más pronto posible.

- Pediré un taxi – dijo Sakura mientras se ponía sus zapatos y arreglaba su cabello.

- De ninguna manera, te llevo a tu casa.

- Pero no es…

- Si es necesario, está muy tarde y es mi responsabilidad tu seguridad. No discutas y en marcha.

- Ok… - dijo la castaña caminando tras su jefe y Eriol recogió rápidamente sus cosas para abordar los 3 juntos el elevador.

Llegaron rápidamente al estacionamiento, Eriol abordó su vehículo y Sakura solo seguía a su jefe, ya que siempre se habían transportado con Wei como conductor.

Se acercaron a un hermoso vehículo último modelo y Sakura no dudó un instante en subir en él, estaba agotada más allá de lo que esperaba. Shaoran empezó a conducir sin decir absolutamente nada.

- ¿Podrías poner la dirección en el gps por favor?

- Pensé que lo recordarías, me dijiste que un buen amigo vive allí.

- Es cierto, perdón, estoy cansado y lo olvidé. Descansa, espero no tardar demasiado en dejarte segura en tu casa.

Sakura se recostó y sin darse cuenta se quedó profundamente dormida hasta que escuchó la voz de Shaoran llamándola.

- Sakura… Despierta, llegamos.

- ¿Ah? – despertó un poco desubicada pero se tomó su tiempo de mirar alrededor y darse cuenta de que habían llegado.

- Sakura, lamento mucho tenerte hasta tan tarde en la oficina. Espero que comprendas la importancia de este proyecto.

- No te preocupes, lo comprendo a la perfección y agradezco que me des la oportunidad de aprender de todo esto.

- Sí, pero también interfiero en tu vida personal, pero quiero que sepas que recibirás la recompensa acorde a tu esfuerzo.

La castaña se liberó del cinturón de seguridad y se dispuso a bajar del vehículo, pero vio que Shaoran bajó a la par con ella.

- No es necesario que me acompañes

- Es lo menos que puedo hacer y…

- Lo sé, no hay discusión, ¿no? – Shaoran sonrió

- Muy bien señorita Kinomoto, aprende rápido.

Caminaron juntos hasta la entrada del edificio y allí se despidieron de manera cordial. Shaoran miró su reloj, definitivamente era muy tarde para visitar a su amigo, pero era algo que definitivamente iba a hacer. Regresó a su vehículo sintiendo como el cansancio empezaba a hacer efecto; estaba un poco lejos de casa, pero el tráfico era muy amable a esa hora de la noche.

Pasó por un lugar donde se encontraban diferentes bares y discotecas, había mayor flujo de vehículos por lo que tuvo que disminuir la velocidad, lo suficiente como para reconocer a una persona saliendo de un bar, su cabello platinado era reconocible para él… Pero no estaba solo; de su mano, una mujer de cabello negro. Shaoran detuvo su vehículo, ni por más loco o ciego que estuviera, podría pensar que sería Sakura, acababa de dejarla en su casa y la mujer era bastante diferente pero no le daba en los talones a su asistente. Sakura era distinguida, elegante, sutil en todas sus maneras… La mujer que ahora besaba a Tsukishiro se veía vulgar.

Sintió una enorme ira recorrerle al ver semejante espectáculo; quiso descender del vehículo y confrontarle, decirle en la cara que era un imbécil por hacer lo que hacía y no saber apreciar la clase de mujer que tenía a su lado. Pero no era su asunto, no conocía el contexto, ¿y si quizá Sakura tuviera otra pareja que no fuera Tsukishiro? Sería injusto y estúpido de su parte hacer reclamos fuera de base.

Pero al estar allí, detenido, Yukito lo vio. Shaoran pudo notar que se separó bruscamente de la mujer y se quedó más pálido de lo que era – si era acaso posible – y procuró acercarse al vehículo del ambarino, recibiendo una mirada totalmente fría por parte de este, quien al ver la vía un poco más despejada, arrancó rápidamente.

Sentía rabia, mucha rabia. ¿Quién en sus cinco sentidos dejaría a Sakura por una mujer como esa? Ya sabía sobre los rumores en torno a Tsukishiro y podría decirse que su propia conducta lo haría hipócrita para condenar lo hecho por su subalterno; pero era completamente diferente, él era claro con sus conquistas de turno, nunca intentaba establecer una relación sentimental y en las escasas ocasiones que lo había hecho, fue respetuoso y leal con sus parejas, ¿pero esto? ¿Ilusionar a una persona como Sakura?

Perdido en sus propios pensamientos llegó al edificio con una sola conclusión en mente; así le desagrada todo lo que estaba sucediendo debía mantenerse al margen; al fin y al cabo, la fama de Tsukishiro era bien conocida en la oficina y él no quería que Sakura se indispusiera con él por meterse en asuntos tan personales. Lo que si haría, era mantener los ojos bien abiertos y que su asistente no saliera tan mal librada de esta situación.

Una nueva mañana se despertaba en Tokio. Viernes por fin, pensaba Sakura al encender su pc. Llegó temprano en la mañana, pues solo estaba pendiente la presentación de la propuesta al ministerio, las firmas de los encargados y serían libres de semejante responsabilidad.

- Buenos días, señorita Kinomoto – saludó Shaoran al ingresar a la oficina con una humeante taza de café

Sakura correspondió al saludo y le siguió al interior de la oficina.

- ¿Lograste descansar bien? – preguntó Shaoran mientras se acomodaba en su escritorio.

- Caí como roca en cuanto toqué la cama. Mi más grande motivación hoy es terminar con este trabajo y poder descansar un poco, tengo planes maravillosos.

Shaoran guardó silencio, solo podía pensar en el episodio que pudo evidenciar la noche anterior y lo que había escuchado en la llamada de Sakura en la oficina.

- En fin… Tenemos que concentrarnos en dar los toques finales. Las firmas de Eriol, mi padre y mía y queda listo para la entrega.

- A propósito. Shaoran, no quiero sonar irrespetuosa pero ese primo tuyo… Es otra cosa

El ambarino sonrió – Lo sé, es un loco completo, pero no lo tomes muy en serio, ya le advertí que no se acerque a ti.

- Pues no sabes cómo lo agradezco, porque si no lo detienes tú lo detendría yo y no de la mejor manera.

- Y eso no lo dudo. Aunque no todo es lo que parece, Eriol es un poco desubicado a veces pero es una gran persona, muy leal e inteligente.

- Si tú lo dices… Bueno, manos a la obra.

- Por favor, direcciona todas las llamadas a esta línea, no creo que tengas tiempo de estar pendiente del teléfono allá afuera

Sakura salió de la oficina a cumplir con las indicaciones de su jefe y justo en ese momento el teléfono sonó.

- ¿Sakura?

- Ah, hola Yukito, ¿cómo estás?

- Bien preciosa, extrañándote mucho

- Gracias, sabes que hemos estado muy ocupados pero ya hoy terminamos con lo que estamos haciendo y podremos planear algo juntos, ¿te parece?

- Cuento las horas. Pero por ahora, necesito saber si la agenda de Li está muy ocupada.

- La verdad es que sí, estamos muy ocupados

- Necesito hablar con él y es algo urgente.

- Le preguntaré, ¿está bien?

- Gracias, preciosa.

Sakura regresó a la oficina con su jefe y le comentó de inmediato sobre la solicitud de su novio, pero le sorprendió en demasía ver como la expresión del rostro de Shaoran cambiaba y trataba de disimular el disgusto.

- ¿Te pasa algo?

- No, no. Es solo que recordé algo que debo hacer

- Algo desagradable, supongo – Shaoran la miró como si no comprendiera de qué le hablaba – me refiero a la expresión de tu rostro, pareces molesto.

- Si… Algo realmente desagradable. Y dile a Tsukishiro que no tengo tiempo – dijo tajante y volcando su atención en unos documentos.

- Está bien, se lo diré – La verdad es que la castaña estaba bastante sorprendida, Shaoran nunca se negaba a atender a alguien cuando se lo solicitaba, si estaba ocupado pedía programar una cita, pero tampoco podía decir nada al respecto; las pocas veces que se habían encontrado estando juntos los tres, se notaba un poco de tensión en el ambiente. Se apresuró a escribir en su celular un mensaje dirigido a su novio explicándole que Shaoran no podría atenderle.

- Bueno, señorita Kinomoto. Debemos enfocarnos en nuestro trabajo para poder descansar al fin.

Y así lo hicieron, un rato después Eriol se les unió, a pesar de - como él decía -, no haber terminado su periodo vacacional, pero sin duda él y Shaoran hacían un excelente equipo, además que sí era muy inteligente y perspicaz.

Un par de horas después, Shaoran salió de la oficina; Quería ir a ver su padre para enseñarle algunas cifras, pero allí le esperaba Yukito Tsukishiro.

- Li, necesito hablar contigo.

El ambarino le observó y sintió la misma ira que la noche anterior, sin embargo, trató de mantener una actitud estoica – No entiendo para qué me necesita, además estoy muy ocupado.

- Es sobre lo sucedido anoche – respondió seriamente Yukito, ambos esperaban frente al elevador y lo abordaron al abrirse las puertas – Todo es… Una confusión, era solo una amiga y yo…

Las puertas se abrieron y Shaoran tomó bruscamente de la camisa a Tsukishiro y lo llevó a la sala de juntas de aquel piso ante la mirada atónita de la asistente de su padre y cerró las puertas tras sí.

- Mira, imbécil, yo sé perfectamente lo que vi, así que no vengas a tratar de confundirme. ¿Qué relación tienes con Sakura?

- Eso no es tu problema, Li

- Perfecto, supongo entonces que tendré que preguntarle a ella y contarle de paso lo que vi a noche.

- ¡Ya! Está bien, es mi novia.

Shaoran sintió una necesidad casi que visceral por molerlo a golpes, pero por supuesto no lo haría, aunque si sentía una rabia indescriptible al pensar que la maravillosa mujer que era su asistente y podría considerar amiga, estaba en manos de semejante personaje.

- Sakura es una mujer increíble, no merece que le hagan eso.

- Afortunadamente, Li, no es tu problema.

- ¡Lo es! Lo es porque yo…

- No me digas – habló con Ironía Yukito – te gusta mi novia

- No es eso, idiota. Es solo que…

- No estás en posición de juzgar Li, eres igual o peor que yo – dijo el otro con una sonrisa irónica

- No nos compares, Tsukishiro. Soy de encuentros casuales, no de jugar con los sentimientos de mujeres que confían en mí.

- ¡Pero soy hombre, Li! Y Sakura… Sakura es hermosa, sexy, inteligente, dulce; pero…

- No has logrado llevarla a tu cama, es lo que quieres decir.

- Tengo necesidades – respondió levantando las manos, como si se tratara de algo inevitable.

- ¡Entonces sal a la calle y coge con lo primero que te encuentres, pero deja a Sakura en paz! Ella no merece ser engañada

- Y yo repito, Li. Ese no es tu problema. Solo necesito que mantengas la boca cerrada, si sabes lo que te conviene y no quieres perder a tu "amiga" – dijo enfatizando las comillas.

- ¿Y por qué habría de hacerlo?

- Porque yo soy el amor de su vida. Está enamorada de mí desde que era adolescente y ahora… el sueño se cumplió, confía en mí y si abres la boca, puedes tener la seguridad de que me creerá a mí y podrías perder a tu valiosa asistente y amiga.

- Eres una basura. Pero todo se sabrá tarde o temprano, así que, cuida tus pasos Tsukishiro.

- Ese es mi problema, no te metas, Li.

Yukito se acomodó la ropa y salió del salón como si nada pasara, con la misma sonrisa jovial que mostraba a todos mientras Shaoran quería molerlo a golpes y se sentía totalmente impotente ante lo que se estaba haciendo con Sakura. Esto se le había convertido en un reto; no le diría nada, por el momento, pero se encargaría de ganar su confianza y desenmascarar al cretino con quien acababa de hablar.

Salió de la sala y habló con la asistente – Sobre lo que acaba de suceder, no has visto nada. ¿Está bien? – la mujer solo asintió un tanto temerosa por ver el estado en que se encontraba el heredero de los Li. Pero el hombre siguió su camino hacia la oficina de su padre para continuar con su labor.

NOTAS DE AUTOR:

Holaaaa mis queridos lectores, les saludo con un abrazo enorme de agradecimiento por sus comentario tan bellos y por las lecturas. Actualizo porque leí un capitulazo de una super autora a quien quiero mucho y que me inspira enormemente; no se si me lee pero si lo hiciera quiero que sepa esto. Además, quiero dedicar este capítulo a una hermosa mujer que es de lo más bello que he conocido en este mundo, que siempre se preocupa por los demás aunque pase por cosas difíciles. Mi Isaberu querida, te mando un abrazo enorme con este cap.

En fin... Espero les guste y los quiero mucho

Abrazos y besos

Ale-San