CAPÍTULO 8
TRAICIÓN
Sakura abrazó el documento final con una expresión de real satisfacción que Shaoran solo veía con expresión burlesca – pareces una niña.
- Es que no puede ser que hayamos terminado.
- Ya lo ves. ¿Qué tal te pareció?
- Difícil pero enriquecedor.
- Bueno, será el primero de muchos. Los proyectos que nos corresponden realmente a nosotros son un tanto más complejos.
- Eso no me intimida, Li, estoy aprendiendo mucho y eso me encanta.
- Esa es la actitud, señorita Kinomoto. Ahora será enviarlo al ministerio y todo quedará finiquitado. Yo me iré a descansar y por favor, que nadie me moleste, es muy probable que esté incomunicado.
- ¿Y si algo pasara?
- Nada pasará, no te preocupes. Solo será un par de días. Tú también descansa y desconéctate un poco de todo esto. ¿Está bien?
- Como digas, jefe – dijo la castaña con verdadero entusiasmo, lo que generó malestar en Shaoran de solo pensar en qué o más bien, quién invertiría su tiempo. Era una sensación de impotencia que no disfrutaba en lo más mínimo.
- Tómate el resto de la tarde y… Cuídate mucho.
- Lo mismo digo, por favor pórtate bien, ¿si?
- Lo intentaré – respondió Li con una sonrisa ladeada y la verdad es que no era precisamente lo que tenía planeado. Iban a celebrar el regreso de Eriol por todo lo alto. Viajarían a Hong Kong durante el fin de semana y gozarían de lo lindo.
Li abandonó el piso y Sakura se encargó de enviar la propuesta realizada directo al ministerio, dejó todo debidamente ordenado, habló un rato con Tomoyo y se dirigió a su casa. Sorprendería a su hermano y a Kaho con una deliciosa cena y se dedicaría a ver películas en la noche y ya vería qué planes hacía para el fin de semana, quería salir con Yukito, pero también pasar tiempo con Tomoyo… En fin ya tendría tiempo de planear.
Llegó al apartamento con todas las cosas que había comprado, se vistió de una manera cómoda y cantaba en la cocina mientras la cena estaba. El sol empezaba a ponerse entre los altos edificios de la ciudad y los hermosos colores se filtraban por los amplios ventanales de la sala, ese conjunto de sensaciones la hacían sentirse feliz y en casa después de tantos años.
El teléfono empezó a sonar, era un número privado así que se extrañó mucho y contestó de inmediato.
- ¿Hablo con la señorita Kinomoto?
- Si, ella habla… ¿Quién es?
- Le hablo de la oficina del Ministro de tierra, infraestructura, transporte y turismo.
- Ah sí, ¿sucede algo?
- Estamos tratando de comunicarnos con el señor Xia Lang Li, pero no ha sido posible y hay unas revisiones urgentes que deben hacerse al proyecto.
- Urgentes… ¿Qué tan urgentes?
- Lo necesitamos en esta oficina el lunes a primera hora – Sakura sintió palidecer en cuanto escuchó eso, tenía que localizar a Shaoran como fuera-
- Está bien… ¿Podrían hacerlo llegar a la oficina?
- Nuestro mensajero va en camino.
- Muchas gracias por avisar.
La castaña suspiró, era increíble que eso estuviera pasando, tenía que revisar qué estaba sucediendo, así que se preparó nuevamente para dirigirse a la empresa y en el camino trataría de contactar a Li.
Dejó una nota para Touya y Kaho, deseando que disfrutaran la cena que había preparado para ellos y explicándoles lo sucedido. Empacó un cambio de ropa en un maletín, presentía lo que se venía por delante. Seguramente Shaoran querría trabajar sin parar hasta que todo quedara bien y ella estaría para acompañarlo.
Mientras se dirigía a la empresa trató de comunicarse con Shaoran, pero siempre sonaba apagado; se le hizo muy extraño, pues no era normal que él apagara su teléfono y no quería molestar a Rika preguntando por algún teléfono alterno.
Llegó a la oficina y en la entrada, la recepcionista la detuvo para entregar el paquete indicándole que era urgente. Subió hasta su escritorio y abrió el paquete que contenía la propuesta y una carta donde indicaba las correcciones que solicitaban. Era algo descabellado, prácticamente debían replantear la propuesta; representaba un trabajo muy arduo y complejo.
Mientras revisaba las gráficas y buscaba la información necesaria continuaba en su búsqueda de Li, no había respuesta, Rika no sabía cómo localizarlo, intentó con Tomoyo conseguir el número de Eriol para que, en caso de no encontrar a Shaoran pudiera recibir ayuda del coqueto primo, pero tampoco había razón de su paradero.
La amatista por supuesto, se dirigió a la empresa para ayudar a Sakura en lo que pudiera. Lo bueno de que la castaña estuviera todo el tiempo con Li ayudándole era que tenía nociones muy claras de lo que se requería, pero esto no era un informe interno o algo en lo que se pudiera dar el lujo de fallar. Era brillante en su área, pero la ingeniería era algo completamente nuevo para ella.
- ¿Deseas más café? O vamos a descansar un rato – preguntó Tomoyo mientras se levantaba del escritorio para estirarse un poco. Pasaban de las 2 am.
Sakura quiso decirle que continuaran, pero su amiga estaba haciendo un enorme sacrificio para ayudarla en algo que en últimas no era su responsabilidad, así que solo sonrió y se levantó del escritorio de Shaoran donde había estado trabajando.
- Pero esta vez, yo haré el café. Trata de ponerte cómoda y ya regreso – Sakura salió de la oficina pero no tardó mucho en regresar con una jarra de café caliente que puso en la mesa de la oficina, se sentó en el piso con lo que Tomoyo sonrió, ella era mucho más delicada y elegante en todas sus maneras.
- Ya sé que para ti es raro verme aquí en el piso, pero me siento más cómoda.
- No te preocupes Sakurita, es muy refrescante conocer a alguien como tú.
- Tomoyo… ¿Por qué quisiste ser mi amiga? Es decir, no me conocías de nada.
- En un principio, no lo supe muy bien, supongo que fue una extraña especie de química que con el tiempo… Es imposible no quererte, Sakura. Eres auténtica, graciosa, leal, inteligente…
- Me vas a hacer sonrojar, Tomoyo.
- Quiero que sepas que cuentas con una amiga real, Sakura. Siempre que me necesites estaré a tu lado.
Las palabras de Tomoyo conmovieron realmente a la castaña, esa mujer era absolutamente transparente y quería atesorar esa amistad y corresponder a ella de la misma manera. Pero también quería aprovechar para saber algo que la tenía muy curiosa.
- Tomoyo… ¿Puedo preguntarte algo? – La amatista era una persona sumamente perspicaz y pudo notar cómo cambió la expresión de su amiga y debía ser sabia para responder.
- Claro que sí, ¿qué quieres saber?
- Es sobre… Bueno… Yo…
- Sobre Tsukishiro, ¿no es así?
- Es que, yo soy bastante distraída, pero he notado como reaccionas tú, cómo lo hizo Rika… Y hoy, bueno ayer, Shaoran se negó a atenderlo; él nunca se había negado a atender a un colaborador. Además, su actitud fue muy extraña, se le notaba molesto. Estoy confundida Tomoyo, siento que todo el mundo sabe algo que yo no.
Tomoyo guardó silencio y se mostró reflexiva, podría decirle todo lo que sabía, que Tsukishiro era un mujeriego empedernido, que había tenido aventuras con muchas mujeres de la empresa, era conocido por hacer uso de su caballerosidad y su atractiva apariencia para ganar la confianza de ellas, pero no podía juzgar cuáles eran sus intenciones reales con Sakura. Podría ser que en realidad estuviera interesado en ella o una más de sus tretas, ¿Cómo saberlo?
- Sakura… Tsukishiro… han pasado cosas, rumores de oficina, ya sabes.
- ¿Sobre qué?
- Sus relaciones con otras mujeres, se le conoce como un mujeriego empedernido.
La congoja de la castaña era notoria ante Tomoyo, por lo cual esta le sonrió de manera empática y puso sus manos sobre las de su amiga.
- No te preocupes antes de tiempo, no podemos juzgar los sentimientos de Tsukishiro por cosas del pasado, además tú lo conoces desde hace muchos años.
- Eso es cierto
- Hay que darle tiempo al tiempo y en la medida en que avance su relación tú misma podrás determinar la magnitud de sus sentimientos hacia ti.
Sakura agradeció las palabras de su amiga y pronto continuaron trabajando aunque Tomoyo no tardó mucho en quedar dormida en el sofá mientras Sakura seguía concentrada en su labor. Poco a poco le encontraba más forma al proyecto. Seguía intentando comunicarse con Shaoran o Eriol sin tener éxito.
Las horas corrían y el cansancio se hacía latente, pero la labor más ardua y compleja, sobre todo porque Sakura revisaba todo lo que hacía para evitar incurrir en errores; estaba aterrada con lo que estaba pasando pero no podría quedarse sin hacer nada, asumiría cualquier error pero no se rendiría sin dar lo mejor de sí.
Tomoyo se encargó de cuidar de su amiga y por supuesto, ayudarla cada vez que podía. Sakura le insistía en ir a descansar y ella lo hacía, pero regresaba después para continuar ayudando. Touya, entre molesto y resignado, la llamaba constantemente para ver cómo estaba y si había algo en lo que podía ayudar, pero Sakura estaba empeñada en involucrar lo menos posible a los demás.
- ¿Sigue sin contestar? – preguntó Tomoyo mientras sacaba de su bolsa un par de cajas de almuerzo
- No… Ya no sé cómo buscarlo
- ¿Y si hablamos con el señor Li?
- He contemplado esa opción, pero temo que eso levante alarmas, no sé dónde esté Shaoran o qué esté haciendo, pero podría traerle problemas si su familia se entera de lo que sucede
- Bueno, soy su amiga desde hace años, preguntaré por él de forma casual… No creo que levante sospechas.
- Es una excelente opción Tommy.
La amatista tomó el teléfono y marcó a la mansión de los Li donde contestó precisamente Wei, el mayordomo y hombre de confianza de Shaoran.
- Buenas tardes señor Wei.
- Señorita Tomoyo, es un gusto escucharla. ¿En qué puedo servirle?
- Wei, estoy buscando a Shaoran, ¿le has visto por allí?
- No señor, hace aproximadamente 5 días no lo veo. Supe que estaba muy ocupado en un proyecto.
- Ya veo… Bueno, como los fines de semana suele ir a su casa, pensé que lo encontraría allí.
- Señorita Tomoyo, ¿sucede algo?
- No, Wei, no sucede nada. Es solo que quería invitar a Shaoran al teatro pero no he logrado contactarlo en su teléfono. Es todo.
- Señorita Tomoyo, perdone usted, pero es pésima para decir mentiras. Por favor, ¿qué sucede?
- No te preocupes Wei, solo cosas laborales que estamos resolviendo. ¿Pero en realidad, ¿no sabes nada de Shaoran?
- No señorita, solo avisó que el fin de semana no vendría a visitar a la familia. Es todo.
- Wei, si llegase a comunicarse por favor dile que lo necesito con urgencia.
- Así lo haré, téngalo por seguro.
La comunicación concluyó y con la expresión de su rostro Sakura supo que tampoco había podido encontrarlo y se sintió enormemente preocupada.
- Tomoyo, ¿crees que le haya sucedido algo?
- No… Por lo menos no algo, más bien alguien
- Te refieres a…
- No, no me refiero a una mujer específicamente. Me refiero a Eriol – y ahí estaba de nuevo esa expresión de tristeza. Sakura extendió su mano y tomó la de su amiga en señal de comprensión, no diría nada, no preguntaría nada, si algún día Tomoyo quería contarle lo sucedido, ella le escucharía sin juzgarle
- ¿Crees que estén juntos?
- Estoy segura, esta "desaparición" de Shaoran no es casual. Eriol es una pésima influencia.
Sakura continuó comiendo sin decir palabra. No quería presionar o ser imprudente, pero acorde a lo dicho por Tomoyo, ese sujeto era de cuidado y su jefe muy pusilánime o Shaoran era igual de "peligroso" que el tal Hiraguizawa.
- Conozco a Eriol… De toda la vida – Dijo Tomoyo con profunda tristeza – se de sus andanzas, de sus "amores", de sus debilidades.
- Tommy
- Sakurita, discúlpame por hacerte perder el tiempo
- No lo digas, no te atrevas Tomoyo, eres mi amiga y estoy para ti – la amatista la miró con enorme gratitud y suspiró profundo para proseguir su historia.
- Te estoy presentando a Eriol como si fuera un ogro, la verdad es que es un hombre brillante, noble y leal a sus afectos. Solo que… No sé, quizá nadie ha logrado llegar a su corazón lo suficiente.
- Y lo dices por…
- Él es de esos amores que se arraigan a tu corazón, y por más cosas que hagas no puedo olvidarlo
- ¿Ustedes fueron pareja?
- Lo fuimos, sí. fuimos felices, no te imaginas cuánto… Pero él es un mujeriego empedernido y tarde o temprano su naturaleza saldría a relucir
- Te engañó.
- En su oficina, con su anterior asistente – Sakura no sabía qué decir, amar tanto como se notaba que Tomoyo amaba a Eriol y sufrir una traición semejante, debía ser devastador. Sin embargo, ella siempre estaba allí, sonriendo, amable, dispuesta a servir… Que admirable era esa mujer.
- Cualquier cosa que pueda decir a este punto es inocua. Pero reitero que estaré a tu lado, siempre.
- Y yo me siento afortunada por tener una amiga como tú. Pero ya basta de tristezas, terminemos de comer para seguir trabajando, ¿está bien?
Ambas amigas se enfocaron de nuevo en el trabajo, cuando Sakura se concentraba en lo que tenía que hacer perdía por completo la noción del tiempo, no notó cuando el sol se fue poniendo a sus espaldas; estaba extasiada absorbiendo información e interpretándola de tal manera que pudiera darle el uso requerido según las necesidades del cliente…
- ¿Qué quieres de cenar? – preguntó Tomoyo
- ¿Qué hora es?
- Son las 9 pm Sakura.
- No Tommy, ve a casa por favor, me has ayudado demasiado
- ¿Pero como te voy a dejar acá sola?
- No te preocupes, no me falta demasiado.
- ¿Estás segura que podrás terminar sola?
- Por supuesto, lo más delicado… Creo que logré hacerlo como lo pidieron y lo demás ya serán solo retoques
- Por favor, si necesitas algo no dudes en pedirlo.
- Está bien.
Ambas amigas se despidieron y Tomoyo abandonó las oficinas. Sakura volvió entonces a lo suyo; detestaba mentir, pero tampoco quería aprovecharse más de su amiga y el apoyo invaluable que le había brindado en todos los aspectos. Aunque se sentía un poco apesadumbrada por lo que descubrió de Yukito, no podía detenerse a pensar en eso, luego tendría suficiente tiempo.
Aprovechó el silencio de la noche, de vez en cuando el personal de seguridad se pasaba por las oficinas para verificar que todo estuviera bien pero ella seguía enfocada en lo cuyo. Cada vez estaba más cerca de terminar con el informe y todo se veía muy bien.
Revisó con cuidado todo lo que había realizado, había terminado al fin y esperaba que todo saliera muy bien con las modificaciones que se habían realizado. O sería un rotundo éxito o un estrepitoso fracaso.
Observó el reloj de su muñeca. Faltaban 5 minutos para las 4 am. Alcanzaría a llegar a su casa, dormir un par de horas y regresar a la oficina, pero se sentía mareada, el cansancio la había invadido de golpe y prefirió dormir un rato, mejor llamaría a Tomoyo para que le acercara un cambio de ropa y en pocos segundos, cayó profundamente dormida.
Se sentía relajado a pesar del loco fin de semana que habían tenido junto con Eriol, el mismo viernes habían tomado el avión de la familia y emprendieron el viaje a Hong Kong para pasar un alocado fin de semana en el que se desconectó del mundo, de su familia y por supuesto, de sus responsabilidades.
Ese día, se había dado permiso de llegar un poco tarde a la oficina. Total, había revisado su agenda desde el mismo viernes y no había nada pendiente para el lunes en toda la mañana.
Llegó a la empresa, con su característica seriedad saludó al personal al ingreso y tomó el elevador. Llegó a su piso y no encontró a su asistente por ningún lado, su computador seguía apagado y no había ni rastro de sus pertenencias, así que preguntó a la asistente de Eriol.
- Buenos días, ¿ha visto usted a la señorita Kinomoto?
Con voz un poco atropellada la otra respondió – Cuando llegué muy temprano la vi, hecha un desastre debo decir. Traía ropa deportiva y estaba despeinada y se notaba a leguas que no había dormido – soltó la otra con sorna.
Shaoran guardó silencio sintiendo una ira creciente dentro de su ser, está bien que estaba agradecido con Sakura, pero se estaba tomando atribuciones que no le correspondían. Ingresó a la oficina y encontró algunos archivos desordenados y su computador había sido usado, la única que tenía la contraseña: Sakura.
Empezó a caminar en la oficina como león enjaulado, nadie tenía por qué revisar sus cosas, tenía información sumamente delicada y confidencial entre sus archivos, se sintió estúpido por haber confiado tan ciegamente en ella y quizá… Podía vender información a sus competidores en América o Europa.
- ¡Hey! ¿Qué te tiene tal alterado? – preguntó Eriol ingresando despreocupadamente a su oficina
- ¿De casualidad viste si Sakura está?
- No y creo que no está, su computador está apagado y sus cosas no están.
- Eso! Eso es lo que me pasa Eriol, Sakura no está en ningún lado, ¡mira la hora! Y para rematar, me encuentro con esto… Son archivos del negocio con el ministerio pero también otros de negocios con Europa. Usó mi computador durante el fin de semana, allí tengo demasiada información confidencial…
- Tú crees que… - Preguntó Eriol con sospecha.
- No lo sé, no lo sé. Pero lo voy a averiguar y no tiene ni idea de lo que le espera si mis sospechas son ciertas.
- Por ahora, tranquilízate. De seguro tendrá una explicación.
Shaoran suspiró y ordenó las cosas que encontró fuera de lugar, pero no mucho tiempo después escuchó movimiento fuera de su oficina. Seguramente la castaña había aparecido por fin.
- Buenos días, señor Li – apareció la castaña más seria de lo que era normal, aunque para el ambarino era mejor así.
- Señorita Kinomoto, cierre la puerta por favor – Sakura obedeció y claro que lo haría, le iba a cantar sus 4 verdades en la cara al irresponsable de su jefe, por su culpa andaba como un zombie, con unas ojeras difíciles de disimular y un dolor de cabeza digno de la peor de las resacas, pero eso era solo producto del cansancio que llevaba encima. Esa mañana la despertó la luz del sol ingresando con todo su furor por los enormes ventanales de la oficina de su jefe. Ya eran cerca de las 8 am y estaba totalmente impresentable, su teléfono sonó mostrando el nombre de Tomoyo en la pantalla quien le indicaba que tenía un cambio de ropa y un lugar donde podría darse una ducha para empezar sus labores lo más pronto posible, ese había sido el motivo de su demora.
- ¿Por qué llega a esta hora? – preguntó seriamente Li – Pero antes de que me conteste eso, quiero saber qué demonios pasó en mi oficina, por qué había archivos confidenciales fuera de lugar y por qué motivo hizo uso de mi computador – Sakura pudo detectar la intención y la acusación implícita en las palabras de su jefe y se sintió profundamente ofendida. Las lágrimas acudieron de inmediato a sus ojos y sintió cerrarse su garganta; una de las pocas cosas que la hacían llorar era la ira – conteste lo que estoy preguntando.
Sakura suspiró para tratar de recomponerse – Se… Señor Li – el tartamudeo en la voz de la castaña fue evidencia para Shaoran de que estaba en lo cierto y ella no podía ocultar la verdad.
- No lo puedo creer. Confié en usted, Kinomoto, mi padre confió en usted
- No se atreva a lanzar ninguna acusación – respondió Sakura con voz quebrada – Puede despedirme en este momento, pero no lo hará por lo que encontró en su oficina, ni por mi "tardanza" – dijo ella enfatizando las comillas – Me va a echar, porque no me voy a quedar sin decirle que es usted un imbécil irresponsable, de lo único que soy culpable es de salvar su estúpido trasero. Que llevo dos días sin dormir, comiendo a medias y arruinó por completo mi descanso; en lugar de revisar su estúpido correo o el carísimo celular que no sirve para nada.
- Cómo se atreve! Usted no es nadie para decirme lo que debo o no debo hacer
- Tiene razón, no soy nadie, ya ni siquiera su asistente… Solo le digo que es usted una tremenda decepción, siempre me habían hablado de un hombre intachable en los negocios y responsable como ninguno. Usted es un fraude y le falta mucho para llegar a ser como el gran hombre que es su padre. Ahora sí, ¡me largo!
Y sin decir más, ante un atónito Shaoran, Sakura salió dando un monumental portazo que resonó en el piso. Tomó su bolso y tomó el elevador sin mirar atrás y solo allí, sabiendo que estaba totalmente sola, permitió que sus lágrimas fluyeran con libertad, solo necesitaba un abrazo así que se bajó en el piso donde Yukito debería estar, trató de limpiar sus lágrimas y lo buscó en su oficina pero no lo encontró.
Siguió el sonido de su risa y lo encontró en compañía de una mujer, que seguramente sería compañera de trabajo. A pesar de ver su cercanía y recordar las palabras de Tomoyo no se le hizo extraño, eran solo un par de compañeros compartiendo y no quiso interrumpir.
Tomó el elevador de nuevo y se detuvo en el piso de Tomoyo, necesitaba a su amiga. Shaoran la había juzgado con dureza, había arrastrado por el piso la amistad sincera que le había brindado, su confianza y el trabajo duro que había realizado por salvar su estúpido e irresponsable trasero.
Tomoyo escuchó el sonido de su puerta y al abrirla se encontró con unos ojitos lagrimosos y enrojecidos. Sakura se veía devastada, así que la abrazó de una manera maternal sin preguntarle nada, la adentró en su oficina y cuando la sintió más calmada le sirvió un poco de té y escuchó lo que tenía para contar. Siempre se había caracterizado por ser ecuánime y objetiva, pero ver a Sakura tan afectada, además que había sido testigo directo del esfuerzo y sacrificios de la joven. Shaoran era su amigo pero había sido extremadamente injusto e irresponsable.
- Me voy Tommy
- Ve, tranquila que yo me ocuparé de arreglar todo aquí.
- No hace falta, no puedo ni quiero estar al lado de alguien que desconfía de mí. Me dolieron muchísimo sus acusaciones y no quiero estar aquí.
- Sakura, escúchame, no tomes decisiones a la ligera, ve a descansar y hablaremos después.
- Tomoyo, lo digo en serio, insulté al magnánimo heredero de los Li en su cara. Así no renunciara él me despediría.
- Ve a casa, descansa, yo me encargo de lo demás.
Con un abrazo final Sakura salió de la empresa, tomó un taxi y se dirigió a su casa.
Shaoran había quedado estupefacto cuando escuchó el estruendoso sonido de la puerta con la salida de Sakura. Se sintió aturdido, traicionado, herido. Esa niñita sí que había sabido jugar astutamente, no era como las otras mujeres que habían intentado obtener información sensible, como era de esperarse trataban de conquistarlo y llevarlo a la cama para lograr sus fines… Esta había sido diferente, había tratado de hacerse su amiga, y ganar su confianza.
Tras un largo suspiro se ubicó en su escritorio, sacó algunos elementos de su portafolio y verificó que en su computador todos los archivos estuvieran cifrados y que no hubiese sufrido daño la información allí contenida. No pasó mucho tiempo cuando escuchó el sonido de la puerta.
- Pase – indicó de no muy buena gana, Tomoyo se asomó e ingresó a la oficina cerrando la puerta tras sí – No quiero escuchar nada Tomoyo – advirtió seriamente Shaoran
- Claro que me vas a escuchar Xiao Lang Li – El escuchar la dureza con la que la dulce amatista había pronunciado su nombre lo hizo levantar la vista de la pantalla de su ordenador.
- No me digas que vienes en defensa de tu amiguita, porque no lo voy a tolerar por mucho que te estime.
- No vengo en defensa de nadie, alguna vez, cuando estábamos en la universidad me dijiste que te advirtiera cuando te comportaras como un cretino.
- Y eso a qué viene? No puedo creer que lo recuerdes
- ¡Claro que lo recuerdo y hoy ha llegado ese día, porque te has comportado como el peor de los cretinos!
- ¡¿Qué te pasa?!
- ¡Que renuncio!
- ¿Tú… qué?
- Me niego seguir trabajando para ti cuando te has atrevido a maltratar de una manera tan vil a una persona inocente.
- ¿Inocente? ¿Te atreves a llamarla inocente? Estaba hurgando en información confidencial Tomoyo, se aprovechó de mi confianza y de mi ausencia.
- ¿Y tú te tomaste la molestia de preguntar qué pasó?
- Ella… No me dio ninguna respuesta, qué otra cosa podría asumir sino que es culpable de habernos traicionado.
- Shaoran, hazte un favor antes de seguir cometiendo estupideces. Enciende el maldito teléfono y te darás cuenta que estamos tratando de localizarte desde el viernes en la tarde cuando llamaron de parte del ministerio pidiendo correcciones urgentes a la propuesta enviada.
El ambarino palideció ante las palabras de su amiga y de inmediato buscó el aparato que continuaba apagado, pero Tomoyo continuó.
- Como no te localizaron llamaron a Sakura quien no dudó un segundo en correr para acá y apersonarse de todo mientras tú, irresponsable te dabas la gran vida al lado de Eriol, porque no intentes negarme que estaban juntos. Estuvo todo el fin de semana encerrada en esta oficina hasta esta mañana que le traje un cambio de ropa y por eso se presentó "tarde". Shaoran, ella pudo negarse, estaba en todo su derecho a quedarse quieta porque era tú responsabilidad y no la suya, además que no conoce a profundidad el tema. La razón por la que encontraste archivos, es porque buscó la mejor manera para arreglar la propuesta, yo estuve con ella todo el tiempo y jamás traicionó tu confianza.
Y sí, se sintió como una basura, se había quedado congelado en su sitio al escuchar todo lo dicho por Tomoyo y comprobar al encender su teléfono que tenía llamadas, mensajes, correos electrónicos…
- Ahora sí, no tienes ningún motivo para no aceptar mi renuncia Xiao Lang Li. No tengo la más mínima intención de trabajar con alguien que es capaz de maltratar de esa manera a alguien que le ha sido leal.
- Tomoyo… - Shaoran suspiró – Tommy. Perdón, de verdad malinterpreté toda la situación, solo quería tener un par de días tranquilo, no me imaginé que esto sucediera, la propuesta estaba muy completa.
- No es excusa, Shaoran. Tú eras el responsable, no eres un asistente como para tomarte esos privilegios o por lo menos no para perderte del mundo. Y no es a mí a quien debes pedir perdón.
- Lo sé – dijo Shaoran revolviendo su cabello – me siento de lo peor, nunca me detuve a comprobar qué sucedió y si tan solo…
- Ya, de nada sirve lamentarse sino actuar.
Tomoyo se dio la vuelta para salir de la oficina, pero Shaoran la detuvo – Antes de que te vayas, lo de tu renuncia ni siquiera está en discusión.
- Si al final del día no has resuelto esta situación, no regreso a esta empresa. Que te quede claro – sin decir más, la amatista abandonó la oficina y Shaoran se quedó en su lugar pensando en todo lo que había sucedido, la injusticia que había cometido con Sakura pero también lo que pasaría con la propuesta.
Revisó los archivos de su computador y encontró el proyecto final, seguramente era el enviado por Sakura. Lo revisó con detenimiento y fueron claros los cambios realizados, era algo bastante exigente, pero se quedó absorto en su lectura; era coherente, enfocado, realista y los cálculos estaban muy bien hecho al igual que las proyecciones. En conclusión: era un trabajo excelente.
- Soy un imbécil… Un imbécil con todas las letras – dijo para sí mismo Shaoran terminándose de hundir en sus pensamientos.
Con los zapatos en la mano, Sakura ingresó al apartamento, lanzó las llaves sobre la mesita de la entrada y se dirigió al cuarto que ocupada. Por supuesto el lugar estaba solo ya que sus ocupantes se encontraban desarrollando sus labores y mejor así, nadie le preguntaría ni reprocharía nada, tendría tiempo para pensar las cosas y decidir qué haría de ahí en adelante.
Su teléfono estaba apagado desde el momento mismo en que salió del edificio, no quería hablar con nadie, solo dormir… Y así fue, cayó profundamente dormida con todo y la ropa que traía.
Las horas pasaron casi que imperceptibles, se despertó por el insoportable calor del verano. Revisó su reloj, eran casi las 3 pm. Tenía hambre y aun se sentía cansada, se dio una ducha de agua fría y al salir puso música; iba a bailar… A bailar, beber y comer; no se amargaría la existencia por alguien que no lo merecía en lo más mínimo.
Una buena botella de vino y rock, además de vestir tan cómoda como no se sentía hacía días y con el calor que invadía la ciudad. Preparó una enorme banana Split y se sentó en la sala de la casa con la música a alto volumen y cantando, alternaba entre la botella y el helado, sabía que su hermano la regañaría por el desastre, pero poco o nada le importaba, necesitaba desahogar la frustración y tristeza que sentía. Sí, se sentía triste porque pensó que estaba construyendo algo con Shaoran… Una amistad, complicidad, compañerismo. Pero todo fue una farsa, una gran mentira.
El contenido de la botella fue disminuyendo considerablemente mientras la tarde caía en la enorme ciudad de Tokio; su propósito inicial era sentirse mejor pero ahora solo quería llorar… Escuchó el teléfono de la casa sonar y se levantó a atenderlo.
- ¿Casa de los Kinomoto?
- Monstruo, ¿por qué tienes apagado el teléfono?
- Lo siento Touya – trató de componer su voz para que no se notara su ebriedad – llegué cansada de la oficina y por ese motivo apagué el teléfono, ¿tardarán a llegar?
- De hecho, por eso te llamaba, abrieron un nuevo restaurante cerca de la torre de Tokio e iremos con Kaho a cenar, ¿quieres acompañarnos?
- No, no te preocupes, como te dije llegué muy cansada y quiero quedarme en casa.
- ¿Estás bien?
- Estoy bien, disfruten mucho
Sabía que no había convencido a su hermano, pero era lo que menos le preocupaba en ese momento, ya tendría tiempo para lidiar con su Touya y sus instintos protectores, por lo menos tendría un rato más para estar sola y dejar fluir sus emociones
Shaoran miraba con frustración su reloj. Había querido salir a buscar a Sakura desde temprano, pero cuando intentó hacerlo el ministro pidió una reunión de última hora. El ambarino trató de comisionar a Eriol, al fin y al cabo, era su área, de ahí en adelante él estaría al frente de todo, pero él fue quien planteó el proyecto y pasó la propuesta así que debía estar.
Durante toda la tarde estuvieron en la reunión, las conclusiones era que las correcciones realizadas al proyecto eran muy pertinentes y planteaban una perspectiva más amplia respecto al proyecto, se discutió el proceso de ejecución del mismo hasta que todo quedara suficientemente claro.
Para Eriol no era oculta la preocupación de Shaoran, se notaba que estaba inquieto y quería abandonar el recinto pero en las circunstancias actuales no había sido posible. En cuanto terminó la reunión salieron rápidamente y Li tomó su teléfono para llamar a la oficina y pedir la dirección de Sakura, sabía en qué edificio vivía pero no el apartamento, pero no tuvo suerte, ya ni Tomoyo ni su asistente respondían las llamadas.
- Eriol, yo…
- Si, vete.
Shaoran se dirigió al estacionamiento rápidamente y tomó su auto. Estaban en plena hora pico y bastante alejados del edificio donde vivía Sakura. Quizá su amigo podría darle información del lugar donde viviera la castaña. Trató de llegar tan rápido como el tráfico lo permitió e ingresó al lugar.
- Buenas noches, ¿puedo ayudarlo? – preguntó con amabilidad el portero
- Ah… si, ¿podría anunciarme al apartamento 802? Kinomoto.
- Claro señor, con gusto. Aunque no he visto ingresar a los señores, creo que había alguien allí. – ¿Alguien?, pensó Shaoran, si allí solo vivían Touya y Kaho, pasaron un par de minutos – Nadie contesta, señor.
- Podría decirme… En realidad, buscó a otra persona. Es una joven alta, castaña, con unos bonitos ojos verdes, elegante, esbelta… - Shaoran notó como el portero lo miraba con una ceja alzada y se percató de su entusiasmo al hablar de Sakura, carraspeó su garganta – En fin, ¿la conoce?
- Es precisamente la joven que se hospeda en el apartamento del señor Kinomoto. Pero como pudo ver, no contesta.
- ¿Usted me permitiría ir? Ella trabaja para mí y Touya Kinomoto es mi amigo desde hace años – el hombre lo miró con desconfianza, pero en ese momento ingresaba otro portero, quien seguramente tenía el turno de la noche y que sí lo conocía.
- Señor Li, que gusto verlo por acá. ¿Viene a ver a los señores Kinomoto?
- En realidad… Vengo a ver a la señorita que se hospeda con ellos. ¿Cree que puedo pasar?
- Claro que sí señor, tengo orden expresa del señor Kinomoto de permitirle seguir cuando usted venga.
- Muchas gracias.
- Shaoran abordó el elevador y presionó el botón del 8 piso. No sabía si hablaban de la misma persona, pero se aseguraría por sus propios medios de averiguarlo.
Al llegar al apartamento de su amigo, se escuchaba la música y a alguien cantando desafinadamente y arrastrando las palabras… Como si estuviera… Casi se cae de espaldas cuando abrieron la puerta de golpe y se encontró a Sakura con el cabello recogido, las mejillas ligeramente arreboladas, vestida de forma muy diferente a como solía verla y una botella de vino en la mano.
- Sa… Sakura…
- Li – dijo ella con una mirada de puro desprecio que él jamás habría querido ver – ¿qué haces aquí? – ahora sí pudo percibir claramente que la castaña estaba ebria
- Yo, vine a buscarte, necesitaba verte
- ¿Y quién dijo que me interesaba hablar contigo?
- Sé que estás molesta conmigo y tienes toda la razón, solo dame unos minutos y puedes tirarme la puerta en la cara cuando quieras – La castaña levantó una ceja y le dio pie a que empezara – está bien… Yo… - De repente no se sintió capaz de pedir solo disculpas, ella tampoco podía ser tan intransigente y no comprender su posición – Sakura, debes entenderme, tenía motivos para du… - lo último que sintió fue el portazo en la cara y con un demonio, ¿le había reventado la nariz? – Sakuraaaa – dijo exasperado sujetándose y tratando de calmar el dolor, no había sangrado pero dolía y mucho – Sakura, escúchame por favor, necesito hablarte. – de nuevo la puerta se abrió violentamente.
- Lo único que quieres es justificar tu estúpida actuación, Shaoran. ¿Crees que puedes venir a mi casa y decir que me insultaste pero tenías tus razones? No eres más que un cretino.
Shaoran respiró profundo, ella tenía razón, claro que la tenía. Pero ¿y su ego? ¿Se iba a arrastrar ante esa muchachita? ¡Era un Li por todos los cielos! Y entonces recordó las actuaciones de Meiling que tanto le exasperaban y suspiró cansado sintiendo aún el ardor en su nariz.
- Tienes razón, me comporté de una forma realmente grotesca contigo y no me detuve si quiera a preguntar qué había pasado, saqué conclusiones apresuradas e injustas. Lo siento muchísimo.
Sakura lo miraba con los ojos anegados en lágrimas, sentía rabia por todo lo sucedido pero ese mismo idiota que se veía devastado frente a ella era su amigo, así lo consideraba, así lo apreciaba. Por ese motivo le había dolido tanto lo sucedido…
- ¿Qué puedo hacer para compensar mi estúpido comportamiento? – preguntó Li viendo que Sakura estaba cediendo.
La castaña hizo señas con su cabeza invitándolo a pasar, Shaoran cerró la puerta viéndola caminar frente a él rumbo al balcón. De verdad que Sakura era hermosa, era totalmente innegable y mucho más al contemplar esa faceta desenfadada, no tenía una sola gota de maquillaje ni ningún otro artilugio que la hiciera ver elegante y sofisticada como se presentaba día a día en la oficina; pero no lo necesitaba en realidad.
La vio sentarse en una de las sillas dispuestas en el lugar y se sentía realmente bien aquel viento fresco para una calurosa noche de verano. De pronto, una botella se puso en su campo de visión.
- ¿De casualidad no tienes una copa? – Sakura lo miró con una ceja alzada – Tienes razón, quién podría querer una copa cuando podemos compartir gérmenes – La castaña sonrió y fue a buscar una copa, pero no solo regresó con una copa sino con otra botella – Wow… ¿No crees que has bebido suficiente?
- Tienes sola una tarea, Shaoran Li.
- Dime…
- Cierra la boca y déjame beber en paz.
- Ok…
Ambos permanecieron en silencio disfrutando del suave viento que mecía las flores de aquel lugar… Observó a su alrededor y recordó perfectamente cuando Kaho había decorado el amplio valcón, justo cuando anunciaron su compromiso. Sonrió.
- Sakura… Perdón, pero no sabía que conocías a Touya o Kaho
Sakura lo miró incrédula – Te tenía por alguien listo, Li… A ver, Kinomoto.
- Es un apellido común, Sakura.
- Touya es mi hermano mayor. – Shaoran por poco escupe el trago de vino que había acabado de tomar
- ¿Eres el monstruo? – preguntó Shaoran con sorpresa.
- El… ¿El qué?
- Touya siempre nos habló de su querido monstruo jajajajaja no lo puedo creer, pensaba que era una muchachita desaliñada y fea… Aunque… - la miró de arriba abajo, lo que lo hizo acreedor a un golpe en el hombro. – Auchhhhh, con razón el apodo, eres toda una bestia salvaje.
Sakura hizo un puchero – En serio crees… ¿Soy fea?
Pero de dónde salía eso, pensaba Shaoran… ¿Acaso esa mujer no tenía un espejo? – ¿Me estás preguntando en serio, Sakura?
La muchacha agachó su rostro y abrazó sus rodillas. – No lo sé…
- No pienso dar una respuesta a semejante estupidez.
- Tú lo mencionaste con eso de monstruo.
- Te dije que yo había pensado que serías así, no que lo fueras y es que si alguien se dirige a otra persona como "monstruo" ¿qué más se puede imaginar?
Sakura sonrió tristemente – Me decía de esa forma porque todas las mañanas se me hacía tarde para ir a la escuela y corría para tratar de salir a tiempo, él decía que era un monstruo escandaloso. Yo me ponía furiosa y solo pensaba que cuando fuera grande, crecería como un poste de electricidad y lo aplastaría hasta que pidiera piedad.
Shaoran solo la observaba; se había posado en ella una sombra de nostalgia que era imposible no notar. – Sakura… ¿Estás bien?
- No me hagas caso, solo que me transporté a épocas donde todo… Ya sabes, todo era más fácil y estábamos juntos.
- Lo siento… Además, creo que ya has bebido bastante y debemos madrugar.
- ¿Madrugar?
- Disculpa, nunca te dije el motivo de mi visita. Quiero que regreses Sakura, que perdones mi imprudencia y la forma tan desconsiderada en que te traté. Hiciste un trabajo impecable, hoy estuvimos en el ministerio y todo quedó perfecto.
- ¿Lo revisaron?
- Si, y quedaron muy contentos con el resultado, se adaptó a la perfección a sus requerimientos y yo solo pude sentirme avergonzado, querría que estuvieras conmigo para celebrar este éxito.
- No sé si quiero estar en un lugar donde desconfían de mí – dijo la muchacha mirando con desconfianza a Li
- Sé que estuvo mal lo que hice, Sakura. Estuvo muy mal, pero si supieras todas las veces que han intentado espiarnos, aunque casi siempre usaban… Otras estrategias.
- No caería tan bajo, Li
- Lo sé, tú eres diferente
- Por ahora, solo bebe conmigo
- Ya es tarde… has bebido suficiente. Vamos, te ayudo. – dijo Shaoran ofreciendo su mano para que la castaña se levantara de su silla y esta, sin soltar la botella solo se levantó dando tumbos.
- Anda, baila conmigo
- Sakura…
- Si quieres que vuelva a la empresa, baila conmigo – Y se aferró a su cuello para enorme sorpresa de Shaoran.
- Pero…
- Shhhh… Me encanta esta canción – dijo ella recostándose en su pecho
El hombre quedó un poco descolocado al ver la actitud de Sakura, pero no podía hacer más si no quería que ella se sintiera agraviada, así que empezó a moverse con ella al son de la suave balada que se escuchaba y no se sentía nada mal, todo estaba tranquilo; ella, a pesar de haber bebido bastante desprendía un dulce y agradable aroma, y emanaba de ella una calidez bastante reconfortante.
Pero no pasaron más de un par de minutos hasta que ella trastabilló y por poco cae, estaba realmente ebria y empezó a reir mientras Shaoran la sujetaba de la cintura.
- A ver borrachina, te llevo a tu cuarto, debes descansar.
- No, no, no… Yo puedo sola – dijo arrastrando las palabras evidenciando su estado.
- No puedes y no se discute – Shaoran puso una mano en su cintura y ubicó el brazo de Sakura sobre su cuello mientras ella reía y señalaba con su botella la dirección hacia el cuarto que ocupaba – ¿podrías soltar esa botella? Podría caerse y sabes lo que va a desencadenar
- Quítemela todopoderoso señor Li.
- Suéltala, Sakura – habló Shaoran con firmeza mientras Sakura le sacaba la lengua y se separaba de él entre risas. Y por Dios que a Shaoran le estaba costando mantener la firmeza y no estallar de la risa con el comportamiento de su amiga.
Pero justo en ese momento Sakura tropezó contra la alfombra y a pesar de que Shaoran procuró sostenerla cayó con ella en el piso y ambos estallaron en carcajadas y bañados con los restos del vino que se derramó sobre ellos. Sakura rodó por la alfombra hasta quedar apoyada sobre el pecho de Shaoran.
Fue inevitable, él solo observaba esos ojos chispeantes y vivaces, la sonrisa traviesa que se dibujaba en sus labios y la calidez que emanaba de su esbelto cuerpo… Si, era inevitable.
Entonces, su mano viajó automáticamente al rostro delicado de Sakura acomodando un mechón de su cabello y una especie de extraño magnetismo iba atrayendo sus rostros hasta que…
- ¡Sakura, Qué demonios está pasando!
Una voz que ambos conocían muy bien y eso, solo podía sonar a tempestad.
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Hola Hola!
Mis queridos lectores, este capítulo saldría en San Valentín, pero como cosa rara no se pudo jajajaja sin embargo, salió larguito y sustancioso, disfrute mucho escribiéndolo y por supuesto inspirada por las mejores, a quienes respeto y admiro profundamente: Carrie10, CherryLeeUp y mi queridísima WonderGrinch. Chicas, ustedes son tremenda inspiración, cada vez que leo sus escritos me digo... Wow, cuando sea grande quiero ser como ellas jajaja y es cierto!
A todos los que se toman su ratico de leerme y tienen a bien dejar esos reviews tan hermosos, mi más profunda gratitud con ustedes; no saben lo mucho que me animan en días ocupados, grises, tristes, felices... Siempre me siento inmensamente feliz de leerles.
Los dejo con una enorme abrazo y mis mejores deseos para este mes que empieza.
Ale-San
