Hola Hola! Este capítulo va dedicado a nuestra querida niña, nuestra Sakura que ha inspirado tantas historias, lágrimas, risas e ilusiones.

Pero también a mi querida amiga ElizzeKomatsu quien coincide en cumplir añitos este hermoso día. Queriéndote siempre amiga.

(nos leemos abajo!)

CAPÍTULO 9

¡MONSTRUO!

Sakura sintió un helaje recorrer su cuerpo, ni siquiera se había percatado que estaba prácticamente sobre Shaoran, pero este lucía tan o más pálido que ella y mucho más cuando su hermano se acercó dando enormes zancadas y con fuego en su mirada. Muchos años habían pasado desde que viera al celoso Touya entrar en acción.

La situación entera era entre risible y peligrosa, Touya Kinomoto podía transformarse completamente cuando se trataba de su hermana y vaya que la escena en que los había encontrado era comprometedora y él no siempre era fan de preguntar y después actuar.

Sakura vio en cámara lenta cómo la apartó de Shaoran y él mismo se abalanzó sobre el ambarino tomándolo del cuello de la camisa.

- ¿Qué demonios estás haciendo? – preguntó mientras lo zarandeaba

- Touya, amigo, cálmate, no es nada de lo que estás pensando.

- Entonces qué haces en mi casa, con mi hermana y en esa situación tan…

- ¡Touya! Es todo mi culpa, por favor, no cometas una tontería – gritó Sakura a quien la borrachera se le había ido de golpe por el susto.

- Ya cállate Sakura, conozco a Shaoran y no le voy a permitir que intente sobrepasarse contigo.

- Touya, yo estaba bebiendo – empezó a narrar la castaña agachada a un lado de su hermano procurando que la escuchara – Shaoran solo trataba de ayudarme a llegar a mi habitación, tropecé y ambos caímos.

Touya parecía escucharla por fin y halló sentido en la historia de su hermana, sabía lo torpe que podía ser y aunque nunca la había visto borracha (sería algo que discutirían después), no se le hizo para nada extraño que las cosas hubiesen sucedido como se lo estaba contando.

- ¿Qué haces aquí? – fue lo único que preguntó

- Yo… Yo necesitaba hablar con Sakura, pero no tenía idea de que fuera tu hermana.

- ¿Sabías su apellido, sabías que vivía en este edificio y no pudiste suponer de quién se trataba?

- Lo sé, no eres el primero en hacerme notar lo estúpido que suena. Pero si te quitas de encima, te explicaré todo

Kinomoto lo hizo con renuencia y ya estando de pie extendió la mano a su amigo para que se levantara también.

- Contigo, monstruo, hablaremos después.

- Kaho, buenas noches. Disculpa no haberte saludado antes

- No te preocupes Shaoran, el culpable aquí es el comportamiento inmaduro de mi esposo, y sí, de eso también hablaremos después Touya Kinomoto – dijo la mujer en tono amenazante que hizo sonreír a Shaoran – ¿Puedo ofrecerte un poco de té? Creo que todos lo necesitamos – dijo Kaho con su característico tono apacible.

- Ehmmm… Es algo tarde – dijo antes de ver el ceño fruncido de Touya – Pero claro que sí, no hay problema.

- Sakurita, ¿quieres acompañarme por favor? – dijo con notable intención Kaho para dejar solos al par de amigos

- Sí, claro, ya voy.

Touya y Shaoran se quedaron en completo silencio por unos instantes.

- Touya yo… No es lo que crees, lo juro, no tocaría a tu hermana

- No sabías que era mi hermana

- Tremenda estupidez, ya me hicieron notarlo. No puedo negarte tampoco que merecía que me golpearas, cometí un enorme error con ella – Touya solo lo miraba con ira contenida a la espera de que dijera algo que justificara darle ese golpe que tanto deseaba para saciar su rabia – Ella es mi asistente, lo sabías, ¿no?

- Sabía que trabajaba en tu empresa, pero no que fuera tu asistente.

- Bueno, resulta que así es y teníamos un proyecto muy importante para entregar ya que Eriol andaba de vacaciones. Lo terminamos el viernes y tomaríamos el fin de semana y así fue, Sakura también salió temprano y yo me desconecté del mundo por completo, me fui con Eriol.

- Te he dicho varias veces que no te dejes influenciar de Eriol.

- Lo sé, pero estaba estresado y cansado, además, según yo, todo estaba listo y no tenía ningún motivo para desechar ese plan. En fin, el caso es que solicitaron una revisión de emergencia puesto que el plazo máximo de entrega era hoy y…

- No pudieron localizarte y por eso Sakura se fue el viernes a trabajar como si fuera una esclava para cubrirle la espalda a su irresponsable jefe – Shaoran solo asintió cabizbajo, le dolía profundamente ese calificativo ya que siempre se esforzaba al máximo para no ser así. Sin embargo, Touya le dio pie a continuar con su relato.

- Las cosas no pararon ahí – Y Touya, que trataba de mantenerse sereno se vio un poco más ofuscado – Hoy llegué a la oficina y encontré todo… Muy sospechoso, archivos de otros contratos sobre el escritorio, alguien había ingresado a mi computador y de inmediato…

- Vete a la mierda Shaoran, tras todo lo que pasó ¿te atreviste a dudar de ella? ¡Te estaba salvando el trasero con un demonio!

- Lo sé… Bueno, lo supe después, en ese momento solo llegó a mi mente lo que han intentado hacer para espiarnos.

- Podría matarte aquí y ahora.

- Touya, entiéndeme hermano, sabes cuántas mujeres se han acercado a mí solo con ese fin.

- ¡Pero no así Sakura! ¿O es que se te ha insinuado o algo?

- Todo lo contrario, en realidad, no sabes lo mucho que lamenté ese error cuando supe bien lo que había sucedido… Obvio después de haber tenido una enorme discusión con ella y que renunciara a su cargo, incluso Tomoyo, me juró que renunciaría si no regresaba con Sakura.

Touya sonrió, se imaginaba a la dulce Tomoyo peleando con Shaoran, ellos que eran tan amigos y ella especialmente que era tan leal a esa empresa.

- Te mereces una golpiza de mi parte, pero creo que has tenido un día del asco, eso debería ser suficiente por ahora.

- Sí, pero Sakura todavía no acepta del todo

- Yo hablaré con ella, a pesar de equivocarte de esa manera sé que eres un buen hombre; pero eso sí, donde me entere que le toques un cabello, no habrá lugar donde puedas esconderte.

- Lo sé hombre, que no veo a tu hermana de esa manera.

- Aparte de idiota ciego. No es porque sea mi hermana pero es hermosa, ¿no es suficiente para el poderoso Li? – preguntó Touya con sorna

- Quien te entiende, me dices que no le toque un cabello y te enojas si te digo que no me interesa para eso.

- Pues… Está bien que no te metas con ella, pero tampoco la demerites.

- No es eso, es solo que ella es… No lo sé, especial

- Explícate

Shaoran se encogió de hombros – No lo sé, es solo que me gusta tenerla en mi vida y eso no pasa con las mujeres con quienes me involucro

- Eso es cierto.

- Espero que hayan aclarado la situación caballeros – dijo Kaho ingresando al salón con lo necesario para su té y Sakura detrás con unos postres

Shaoran la observó y parecía una niñita apenada, al parecer con el susto se le había pasado la borrachera y había dado paso a una Sakura tímida que él no conocía pero que le lucía mucho.

- Ni un solo cabello – dijo Touya a su lado a manera de advertencia al percatarse de cómo miraba a su hermana.

- Lo sé, es solo que…

- Cállate.

Era tarde… Sí que lo era, pero no podía negarse a un buen rato con amigos y Touya era de los buenos que le quedaban; leal, sensato, inteligente y que nunca se iba con hipocresías ni pretensiones y Kaho… Kaho era todo dulzura (con excepción de lo que había visto esa noche), inteligente como su ahora esposo, perspicaz y prudente y Sakura. Sakura se estaba convirtiendo en toda una cajita de sorpresas que no le desagradaba para nada conocer.

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Sakura se removía en su cama, no hacía mucho Li se había ido del apartamento aunque ya era bastante tarde y la verdad es que la velada había mejorado mucho, no tenía ni idea de que él y su hermano fueran tan buenos amigos. Sonrió ante el recuerdo de las anécdotas compartidas entre ambos hombres.

A pesar de haber tenido un fin de semana totalmente agotador y un día horrible no era capaz de conciliar el sueño, demasiadas cosas habían pasado en muy poco tiempo y era abrumador. Al final, todo había salido bien, con la intervención de su hermano y Kaho había aceptado regresar a Li pero le había advertido a Shaoran que estaba demasiado cansada y él le dio el siguiente día libre. Quizá por eso no tenía prisa de dormir.

Debía llamar a Tomoyo para decirle que sí regresaría y contarle todo lo que había sucedido.

Sin darse cuenta y poco a poco fue cayendo inmersa en un profundo sueño que pareció durar solo un par de minutos pues cuando abrió los ojos el sol entraba con fuerza por su ventana.

Observó su teléfono, eran las 7 am. Si se apuraba alcanzaría a llegar a la oficina pero… Nah, debía aprovechar ese día para hacer lo que estaba posponiendo hace días y era encontrar un sitio propio.

Pensó en el bochornoso espectáculo de la noche anterior… ¿Y si hubiese sido con Yukito y aquello no fuera tan accidental? Con seguridad Touya habría matado a su novio. Necesitaba su espacio y ese era un hecho.

Se preparó para salir, tomó un desayuno ligero y concretó una cita con una agente de bienes raíces que la llevaría a ver lugares para poder elegir.

El sol brillaba con fuerza en la ciudad de Tokio, las personas caminaban a prisa por las calles pero ella no, no ese día. Lo disfrutaría y rogaba a los dioses poder encontrar su pedacito de cielo, un lugar al que pudiera llamar hogar.

El problema… Nada distaba más de la realidad. Conseguir apartamento en Nueva York era una verdadera pesadilla, pero parecía que Tokio iba por el mismo camino, los que estaban en un lugar adecuado eran demasiado costosos y extremadamente pequeños, una casa quedaba demasiado lejos de su trabajo y por supuesto, eran muy costosas también.

- Veamos… - dijo la agente revisando su GPS - hay un edificio muy cerca al parque Ueno donde tenemos un pequeño apartamento que podría agradarle.

- ¡Me encanta! Siempre me ha gustado el parque Ueno – ya se veía, con una taza de chocolate caliente en el invierno observando el parque, o en primavera contemplando el florecimiento de los cerezos que hace tantos años no experimentaba.

Totalmente perdida en sus pensamientos llegaron al lugar. Era un edificio bastante imponente, con la sola entrada ya se imaginaba el costo del lugar por más modesto y pequeño que fuera… Además, quedaba convenientemente cerca de su trabajo, pero no quería tirar sus sueños al caño sin dar por lo menos una miradita.

Ingresaron al edificio y llegaron hasta el piso 16, al abandonar el elevador se encontraron con dos puertas muy bonitas pero la agente no ingresó en ninguno de ellos sino que dio vuelta a la izquierda al final del pasillo, donde había una pequeña puerta, algo maltrecha debía admitir.

Cuando ingresaron, solo había oscuridad y un penetrante olor a humedad. Tanteando con su mano, la agente logró encender la luz y Sakura no pudo más que quedar boquiabierta.

- ¿Cómo pueden tener un apartamento así en un edificio tan bello? Esto es…

- ¡Acogedor! – dijo la agente fingiendo entusiasmo – El motivo del… Aroma es porque ha estado desocupado hace un buen tiempo, pero con unos pequeños arreglos, pintura, quizá un par…

- Ni volviéndolo a hacer este sería un lugar decente para mí, señorita – dijo conteniendo su enfado.

La mujer se rindió – Si, tiene razón, la verdad es que este… Apartamento, difiere mucho de lo que se ve en todo el edificio, aquí hay unos departamentos preciosos, de hecho, hay uno con una vista absolutamente fantástica, es el único libre, bueno, en realidad hay dos disponibles, pero uno de ellos pertenece a una gran firma de ingeniería y es de su uso particular. ¿Quiere ver? – dijo la mujer con picardía

Sakura sonrió con entusiasmo, sabía que lo más seguro es que no pudiera pagar algo como eso, pero tampoco quería sentir que había perdido por completo la mañana.

Salieron del horrible lugar y subieron un piso más, una hermosa puerta de madera de Caoba les daba la bienvenida, solo con verla, Sakura sabía que era todo un lujo.

Cuando abrieron la puerta, todo el apartamento estaba lleno de luz, unos enormes ventanales iluminaban todo el salón y a su vez daban paso a un hermoso balcón muy similar al apartamento de su hermano y ya se imaginaba decorándolo con flores y luces…

- A este lado está la chimenea – mostraba la mujer con renovado entusiasmo – Por aquí está la cocina - y Sakura quedó maravillada, era hermosa y muy pulcra, visitaron las habitaciones, había 2, la principal también tenía esa bellísima vista del parque y un closet enorme.

- Este lugar es idílico, increíble.

- Es el único disponible para alquiler, pero… No quiero faltarle al respeto señorita Kinomoto, pero es más o menos 4 veces más de su presupuesto

- ¿Tanto?

La mujer solo asintió con tristeza.

- Bueno, algo así me imaginé, pero valió totalmente la pena haberlo visto

- Lo siento mucho.

- No se preocupe, no es su culpa – respondió la castaña con una sonrisa. Salieron el apartamento y abordaron nuevamente el elevador.

- ¿Y todos los apartamentos son así?

- ¿En tamaño? No, solo el que está en el piso siguiente, que como le indico es propiedad de una empresa privada.

- Señorita Azumi, creo que será todo por hoy…

- La comprendo, cuando desee salir de nuevo en su búsqueda no dude en llamarme.

Ambas mujeres se despidieron en la puerta del edificio, la agente subió en su vehículo y Sakura en encaminó hacia el parque, buscaría un lugar lindo para almorzar y…

- Demonios – dijo al ver que en su celular tenía 5 llamadas perdidas de Li y algunos mensajes – ¿Qué habrá sucedido? – se preguntó mientras devolvía la llamada a su jefe.

- No entiendo cuál es el objeto de tener un teléfono si no lo atiendes – dijo Li del otro lado.

- Claro señor LI, buenas tardes, me encuentro muy bien ¿y usted? Es increíble cómo se han perdido las normas mínimas de cortesía – dijo Sakura para alivianar la tensión y al parecer funcionó, porque al otro lado de la línea Shaoran sonrió.

- ¿Qué es lo que tanto haces que no contestas?

- Para su información, señor Li, es mi día de descanso y eso es información privada.

- Hey, ya deja la agresividad, pregunto como amigo.

- Bueno… Si quieres saber, estaba buscando departamento.

- ¿No quieres seguir viviendo con Touya?

- No, ya soy una niña grande

- Es una lástima, cualquiera de tus prospectos moriría de ganas por ser molido a golpes cuando llegue tu hermano de sorpresa.

- Ja, ja, ja – rió ella con ironía – Y sí, no quiero que mi hermanito celoso agarre a golpes a mi novio – con ese comentario solo se escuchó silencio al otro lado de la línea – en fin, ¿para qué me llamabas?

- Quería invitarte a almorzar… Bueno, si tu novio – enfatizó esta última palabra más de lo que hubiese querido – te lo permite

- Claro, ¿dónde nos vemos?

- ¿Dónde estás? – Sakura le envió su ubicación – ¿Y qué haces allá? – preguntó él con notable curiosidad.

- Tocando el cielo con las manos, Li. Pero justamente me despertaron a golpes de mi sueño.

- Ya veo. A un par de calles hay un restaurante delicioso de comida italiana. Llego en 20 minutos.

- Vale, te espero.

La conversación terminó y Sakura fue en busca del dichoso restaurante, quizá podría refrescarse un poco antes de ver a Li.

Shaoran Li descendió directo hacia el parqueadero y vio a su acompañante recostada en el vehículo.

- Vaya que tardaste.

- Perdón, tenía muchas cosas por hacer, pero ya nos está esperando. Así que, sube.

- No me gusta que todo sea con tan poco tiempo Shaoran, no pude organizar nada como quería.

- No creo que eso sea problema, ya verás – dijo el hombre con una sonrisa confiada mientras ponía en marcha el vehículo.

Sakura, por su parte, se deleitaba con un vaso de té helado, de verdad que el verano en Tokio era algo fuerte y aunque amaba los días soleados a veces exageraba un poco el clima. Revisó su reloj por tercera vez en los últimos 5 minutos, ¡moría de hambre! ¿Sería muy descortés ordenar mientras Shaoran llegaba? ¡Claro que lo era! Cómo se le ocurría pensar esas cosas…

Justo en ese momento vio el vehículo de Shaoran estacionar frente al restaurante pero no venía solo, nada más le faltaba en la vida, ser la violinista y acompañarlo en uno de sus afamados encuentros. Rodó los ojos con fastidio, Shaoran era el colmo, y estuvo a punto de tomar sus cosas e irse de allí hasta que reconoció la sonrisa dulce de Tomoyo que le saludaba a lo lejos con la mano y ella por supuesto correspondió.

La amatista se acercó con elegancia a su mesa, Sakura siempre se sentía tan fascinada con las formas de ser de Tomoyo, toda ella emanaba elegancia, clase y distinción.

- Sakurita – dijo ella con emoción mientras tomaba su mano con cariño – ¿Cómo estás?

- Bien, un poco cansada y… El rugido de su estómago la delató por completo haciendo que se sonrojara profusamente

- Con mucho apetito puedo notar.

- Con razón Touya le dice Monstruo – dijo Shaoran apareciendo con una sonrisa irónica – eso se escuchó hasta la entrada del restaurante – el comentario del ambarino casi la hace desmayar de pura vergüenza.

- Shaoran, compórtate – regañó Tomoyo – ven, vamos a sentarnos y a pedir algo rápidamente antes que mueras de inanición.

- Exageras – respondió Sakura con un puchero de niña pequeña que solo hizo sonreír a los recién llegados.

- Bueno ¿y se puede saber qué haces por estos lares? Estás un poco lejos de casa.

La castaña suspiró con desgano – he pasado toda la mañana buscando departamento, son o muy costosos o unas completas cajitas de cerillos o unas ratoneras completas.

- Este es un excelente sector, no deberías haberte topado con algo así.

- No lo creas – respondió Sakura – ¿viste la ubicación que te envié? – el ambarino asintió y miró a Tomoyo – en fin, es un hermoso y elegante edificio, me sentí feliz con solo ingresar, pero terminé viendo un lugar espantoso, húmedo, frío y oscuro. Nadie debería vivir en un lugar así.

- Es raro… - dijo Shaoran más para sí mismo pero Sakura lo escuchó.

- ¿Lo conoces? Digo, el edificio

- Ah… Si, en realidad no es muy antiguo… Tiene unos 5 años aproximadamente.

- Sabes mucho Shaoran – dijo Sakura con real sorpresa

- Si bueno, soy arquitecto, es normal que conozca muchos edificios.

El almuerzo no tardó mucho en llegar y cambiaron un poco el tema respecto al edificio, Tomoyo preguntaba cómo le gustaría que fuera su nuevo apartamento y a su vez daba ideas para la decoración que la castaña recibía con total encanto.

Shaoran solo las escuchaba, sabía que el gusto de Tomoyo era impecable y al ver cómo Sakura abrazaba todas sus ideas se sintió muy contento. Todo saldría como lo estaba planeando

- ¿Y esa sonrisa perversa señor Li? – dijo Sakura con sospecha – parece que trajeras algo muy malo entre manos

- Si, ya sabes… A eso me dedico en mis ratos de ocio, planear maldades contra la humanidad.

- En algo tenemos que entretenernos, ¿no? – dijo ella con complicidad – solo espero que no dejes la diversión para ti solo.

- No conocía esa faceta malvada en usted señorita Kinomoto, así que su apariencia de dulzura y candidez es solo eso, una fachada.

- ¡Bingo! – respondió ella extendiendo su vaso de té

Tomoyo, por supuesto no decía nada, le gustaba ver como interactuaban esos dos, ver como cada vez se sentían más cómodos el uno con el otro… Podría detener la situación o esperar un poco más a ver qué surgía de allí.

Estuvieron un rato más conversando, contando anécdotas y compartiendo como amigos de toda la vida, se sentía bien, era cómodo y agradable… Pero el tiempo apremiaba y Shaoran empezó a hacer señas a Tomoyo de que debían irse.

- Bueno Sakurita, debemos regresar a la oficina. ¿Te acercamos a alguna parte?

- No, no hay problema, seguiré buscando algo más

- No – insistió Shaoran - pero con este calor ya debes estar cansada

- Pero sabes que el apartamento está lejos de la oficina y tendrían que regresar, no se preocupen…

- Sakura, insisto.

- Está bien – dijo la castaña encogiéndose de hombros, era un poco extraña la insistencia, pero qué más daba y tenían razón, hacía demasiado calor en esa hora de la tarde como para andar en la calle y mucho más que se sentía cansada.

Abordaron el vehículo y partieron del restaurante

- Señoritas, ¿podrían acompañarme a hacer una pequeña diligencia antes?

- Por mí no hay problema. ¿Sakura? – indagó Tomoyo

- Por mí tampoco – respondió la castaña

Se detuvieron entonces frente al edificio donde ella había estado un par de horas antes.

- ¡Oye! Aquí es, el edificio del que les comenté antes

- Qué casualidad – contestó Shaoran fingiendo sorpresa – necesito… Ir a verificar algo. ¿Me acompañan?

- Pues creo que será lo mejor, hace mucho calor – respondió Sakura – además, Tomoyo, podrás ver los apartamentos tú misma, son preciosos.

- No lo dudo – respondió la amatista

Los tres avanzaron y en la entrada el portero pareció reconocer a Shaoran y le saludó con una reverencia que Shaoran respondió con un asentimiento de cabeza e ingresaron al elevador seleccionando el piso 18, solo uno más arriba del que habían visto.

Shaoran fue el primero en descender y se detuvo frente a una puerta similar a las demás abriendo con una llave que tenía en su mano.

Al ingresar era muy similar al apartamento que ella había visto unas horas antes, pero este estaba amueblado, los enormes ventanales estaban abiertos y el viento mecía las cortinas que tenían una bella tonalidad lavanda. Había flores, pero todo estaba decorado con pulcritud y elegancia y ella no pudo evitar quedarse con la boca abierta, era muy similar a las ideas que Tomoyo le daba para organizar su apartamento, quizá se había basado en este para darle aquellas ideas.

- ¿Y qué tal, Kinomoto?

- Es… Es bellísimo, ¿vives aquí?

Shaoran lo pensó con un poco de calma antes de responder – Digamos que vivo cerca…

- ¿Y tú Tomoyo?

- Vivo a un par de calles – respondió ella sonriendo

- Mira nada más…

- Como puedes ver, es muy cerca de la empresa, no hay necesidad de tomar el metro, se puede caminar con toda tranquilidad.

- Lo sé, fue lo que más me gustó de este sector y por eso esperaba conseguir algo cerca.

- Bueno pues… - Dijo Shaoran extendiendo las llaves que había acabado de usar – Ya lo tienes.

- Muy gracioso Li.

- No me parece, Sakura – la castaña observó nuevamente la mano que se extendía y el objeto brillante que podía ser parte de una broma cruel o el cumplimiento de un profundo deseo.

- Shaoran…

- Lo digo en serio Sakura, tómalas. Es tu nuevo hogar.

La castaña no lo pensó dos veces, quería saltar y gritar de emoción, se aferró al cuello de Shaoran y lo abrazó con fuerza ante la mirada alegre de Tomoyo que sin duda alguna había sido la cómplice de todo lo que se estaba dando.

- Sakura, me ahogas.

- Perdón, perdón… pero es que ayyyy Shaoran, yo, no sé qué decir.

- Bueno, para empezar, que lo vas a disfrutar.

- Pero me dijeron que esto era de la empresa… ¿Me lo estás rentando?

- No, no te lo estoy rentando.

- No es correcto Shaoran, si es de la empresa en cualquier momento pueden echarme de aquí y que el señor Li no esté de acuerdo.

- Mi padre lo sabe Sakura, esto no es un arranque de última hora. ¿Recuerdas que te dije que después del enorme trabajo con el proyecto del ministerio te daría una muy buena recompensa? – Sakura asintió – Bueno, las ganancias de ese proyecto son enormes y lo sabes, pensaba darte un bono para que consiguieras tu propia casa, eso fue antes de lo que hiciste este fin de semana.

- Pero Shaoran… Solo cumplía con mi trabajo

- No Sakura, no era tu trabajo, era el mío y la empresa habría tenido enormes pérdidas si no hubiese sido por tu valentía y arrojo. Así que hablé ayer con mi padre, le hablé de lo sucedido, por obvias razones me gané una tremenda reprimenda, pero tú, te llevaste todos sus elogios. Esta, es nuestra recompensa para ti. Gracias, Sakura.

Shaoran hizo una reverencia ante ella.

- No es necesario Shaoran, lo hice porque es la empresa para la que trabajo, porque estoy inmensamente agradecida con ustedes y con tu padre por darme esta oportunidad y ayudarme a crecer.

- Y bueno, ya basta de habladurías. Puedes hacer lo que quieras con este lugar. Los abogados ya se están encargando de la documentación para que sea oficialmente tuyo.

- Me dejas sin palabras.

- ¡Milagro!

- Ya cállate – dijo la castaña golpeándolo suavemente en el hombro mientras Shaoran fingía que le dolía.

Sin duda alguna, este, era uno de los momentos más felices en la vida de Sakura, su actuar siempre había sido desinteresado y sin dobles o deseos de reconocimientos o recompensas, pero nunca pensó que la vida tendría una forma tan bella de sonreírle.

- ¿Qué? – vociferó Touya – pero… ¿Pero qué pasa, te hemos hecho sentir mal de alguna manera? ¿O te has sentido mal estando con nosotros?

- Touya, no es eso, es solo que soy una mujer adulta y tengo que abrirme camino por mis propios medios – contestó la castaña tomando las manos de su hermano con cariño.

- Ella tiene razón, mira todo el tiempo que vivió por sus propios medios al otro lado del mundo. Ahora, tenemos la ventaja de que está en la misma ciudad, solo estará unos kilómetros de distancia y podremos vernos cuando queramos.

- Estuviste mucho tiempo lejos, monstruo, pensé que te tendría más tiempo.

Sakura acarició con delicadeza el rostro masculino de su hermano, podía ser todo un dolor de cabeza cuando se lo proponía, pero la verdad es que siempre le había mostrado ese amor incondicional y protector.

- ¿Y qué tal es el lugar? – preguntó Kaho con entusiasmo a lo que la castaña respondió con un suspiro lleno de ilusión

- Es precioso, amplio, elegante, está completamente amueblado… Ya verás cuando hagamos la inauguración.

- Ah ¿y es que piensas hacer fiesta?

- Tengo todos los motivos del mundo para hacerlo hermanito y quizá allí… Pueda presentarte a mi novio.

Touya escupió con violencia el té que bebía a causa de la sorpresa – ¡¿Tienes novio?! – Sakura rodó los ojos casi al mismo tiempo que Kaho, ese hombre no cambiaría nunca

- Si Touya, tengo novio y estoy segura que lo vas a aprobar.

El hombre volvió toda su atención al postre que descansaba sobre la mesita, su hermanita se le estaba volviendo una cajita de sorpresas o simplemente debía resignarse a que era toda una mujer y simplemente estaba construyendo su vida, pero más le valía al bastardo que había osado meterse con ella que fuera digno.

Mientras tanto, Sakura y Kaho planeaban con entusiasmo la inauguración del apartamento de la castaña y él las observaba, meditando y esperando lo mejor, sin duda sus padres estarían muy orgullosos del tipo de persona en que se estaba convirtiendo su pequeño monstruo.

Los días siguientes transcurrían tranquilos en la oficina, las cosas habían regresado a la normalidad, incluso el odioso Hiragizawa le parecía menos idiota y sí, quizá Tomoyo tuviera razón… Aunque después de lo que le había hecho a su querida amiga, sabía que era una persona en la que no podía confiar.

Las cosas con Yukito, por su parte, seguían exactamente iguales; se veían de vez en cuando, compartían algunos besos y caricias, pero no avanzaba más de ese punto, ella no lograba sentirse cómoda con él, quizá, muy en el fondo, pensaba que era porque no se lo había dicho a Touya y se sentía un poco culpable, pero él mismo se lo había pedido. Recordaba incluso lo nervioso que se puso cuando ella le propuso hablar de su relación el día de la inauguración de su apartamento. En principio le pareció sospechoso, pero luego pensó que era normal su reacción pues él más que nadie conocía del temperamento fuerte y celoso de su hermano y esta relación podía causar dos reacciones importantes.

La primera, es que se alegraría de que justamente estuviera con su mejor amigo porque confiaba en él y estaría segura en esa relación. La segunda, es que se sintiera de alguna manera traicionado por Yukito por ser precisamente él quien se metiera con su hermana… En fin, todo un dilema.

El sonido del teléfono la sacó de su ensoñación, así que presta tomó el aparato.

- ¿Señorita Kinomoto?

- Señor Li, que gusto escucharle, ¿cómo está?

- Muy bien, gracias por preguntar. ¿Estás ocupada en este momento?

- No señor, ¿necesita algo?

- Si, hablar contigo un momento, ¿podrías venir por favor?

- Si señor, permítame notifico a mi jefe y en un momento estaré con usted.

- Gracias, Sakura.

La llamada terminó y Sakura se apresuró a preguntarle a Shaoran si podría ir y este sin reparo alguno le permitió ausentarse. A pesar de ser un hombre tan amable no podía dejar de sentirse un poco cohibida y mientras pensaba en todas estas cosas ya estaba parada frente a su puerta esperando su autorización para ingresar.

- Siga, por favor – se escuchó desde el interior del recinto

Ella obedeció y abrió un poco la puerta para dejarse ver y posteriormente ingresó con pasos tímidos.

- Sakura, sigue por favor.

- Muchas gracias señor Li

- ¿Deseas tomar algo?

- No señor, estoy muy bien así, se lo agradezco.

- En ese caso, no te quitaré mucho tiempo. Espero que estés feliz con tu nuevo hogar.

- Oh señor Li, jamás podré pagarles lo que han hecho por mi

- No lo digas, somos nosotros los que estamos en deuda, no solo por el proyecto que entregaste de forma tan impecable, sino por no exponer las indiscreciones de mi hijo.

- No podría haberlo hecho, verá… Él es mi jefe pero también lo considero de una u otra forma, mi amigo. A pesar del altercado que hubo entre nosotros, jamás me habría…

- ¿Altercado?

- Mierda… - Exclamó Sakura en su mente – Bueno, nada raro, así como somos amigos nos la pasamos peleando

- No es eso de lo que estás hablando, te pido que seas sincera por favor – y sí, eso efectivamente había sonado como una orden.

- Señor Li, usted me acaba de agradecer por no exponer a su hijo. Soy una persona leal y así como no lo hice con nadie más, tampoco lo haré con usted. Solo le diré que fue algo que superamos ese mismo día, de lo contrario no estaría aquí.

- ¿Aunque sea yo quien te pida que me lo digas? En jerarquía estoy por encima de Shaoran

- Lo entiendo señor, pero no es algo de jerarquía, es un tema de amistad.

Hien Li guardó silencio y analizó a la joven frente a él… Lealtad, eso era lo que veía frente a él y aunque no le gustara mucho que desobedecieran una orden suya, estaba yendo en contravía de lo que había aplaudido con anterioridad, la joven era coherente.

- Bueno, yo solo le seguiré pidiendo lo mismo de siempre, mucha paciencia con Shaoran y que siga siendo esa persona eficiente y leal que ha sido hasta ahora, si usted desea este podrá ser su hogar todo el tiempo que quiera

- Muchas gracias señor Li. – Sakura se puso de pie e hizo una reverencia ante su jefe para abandonar el salón.

- Ah… Y suerte con tus nuevos vecinos.

La castaña frunció las cejas de una manera curiosa que hizo sonreír a su interlocutor, pero no quiso preguntar nada. Volvió a la oficina y se olvidó por completo del asunto.

- ¡Demonios, demonios, demonios! – decía Sakura mientras tomaba una tostada a toda prisa y la metía en su boca, en su mano llevaba los zapatos y su bolso. Traía el cabello suelto pero a pesar de eso no se le veía muy despeinado. ¿Qué había pasado?

La noche anterior había estado hasta tarde terminando de instalarse por completo en su nuevo apartamento, celebró sola con vino, pizza y rock hasta que se hizo inevitablemente tarde.

Las consecuencias las sufría esa mañana, ya que la noche anterior en medio de su ebriedad y sueño en lugar de programar la alarma para levantarse puso los números en la calculadora del teléfono, por ende, el dichoso aparato nunca sonó. El encargado de dicha tarea fue un rebelde rayo de sol que se coló por entre las cortinas y la hizo saltar de la cama totalmente aterrada. ¿La hora? 7:00 am y debía estar allí a las 7:30.

Presionó con insistencia el botón del elevador como si con eso llegara más rápido, pero mientras tanto se ponía uno de los zapatos y seguía tratando de sostener la tostada en su boca. Las puertas se abrieron y fue totalmente inevitable que la tostada cayera.

- Demonios…

Hola! mis queridos lectores, que gustazo volver a ustedes y haber alcanzado a publicar justo este día tan especial. Este capítulo me gustó mucho, porque a veces me rompo la cabeza pensando en qué escribir y otras, como en esta ocasión, me fluye muchísimo!

Como siempre, agradecer esos comentarios bellos cargados de cariño y que me llenan el alma! Y bueno... Mi querida Carrie me dio una orden tajante "escribe" demandó en su último mensaje, y aquí está mi queridísima autora, inspirada como siempre por ti y por mis otras dos autoras favoritas.

Les envío un millón de besos y todos mis deseos de bienestar y cariño para ustedes y sus seres queridos.

Ale - San