CAPÍTULO 10
VECINOS
El sonido se la tostada al caer al suelo fue lo único que se escuchó en el momento; frente a ella, el elegante hombre que la miraba desde su altura casi que con desdén y con su sonrisa torcida.
- Vaya, vaya, señorita Kinomoto, supongo que su aspecto desaliñado esta mañana combina con el canto de anoche - y de no ser por sus reflejos casi felinos no habría logrado detener el zapato que se dirigía precisamente hacia su rostro
- Eres... Eres un maldito demente Li, ¿qué pretendes al traerme a vivir aquí? ¿tenerme controlada a todo momento?
- Déjate de tonterías Sakura y entra.
- No son tonterías, esto es lo más raro que me ha sucedido y no entiendo qué clase de mente enferma se le podría ocurrir algo así.
- Sakura, entra.
La castaña se agachó y recogió la tostada que se había caído depositándola en un bote contiguo a la puerta del elevador y quedando en completo silencio.
- Sakura, voy a apelar a tu buen corazón para pedirte que no desconfíes, no hay nada extraño ni oculto en que estemos viviendo en el mismo edificio, pero tampoco te diré mis motivos. No ahora. Solo debes estar tranquila y confiar en mí.
La castaña resoplaba como niña pequeña y estiró su mano para que le entregara el zapato que le había lanzado.
- Te ayudo - dijo el ambarino agachándose frente a ella y si bien no tenía una falda corta pudo evidenciar lo largas y torneadas que eran sus piernas y no pudiendo evitar sonrojarse como adolescente. Se puso de pie rápidamente para que ella no lo notara, se sentía tan tonto, como si nunca en la vida hubiese visto un par de piernas y más aún de cuanta modelo y socialité había pasado por su lecho.
- Gracias - musitó Sakura suavemente sin mirarlo tampoco, pues no había pensado que ese pequeño gesto de Shaoran, que obviamente había sido sin ninguna otra intención que la de ayudarla, causara tal efecto en ella - esto... debo bajar en el lobbie
- ¿Para qué?
- Debo tomar un transporte, es muy tarde y no puedo irme caminando.
- Vas conmigo
- No Shaoran, no es correcto y tampoco me siento cómoda con todo esto.
- Me serías muy útil con algo que necesito
- Ahhhh con que esas son tus verdaderas intenciones, tener una asistente 24/7.
El ambarino rodó los ojos con cansancio y al abrirse las puertas caminó hacia su auto, pero Sakura se quedó allí.
- Vamos Kinomoto, es lo más conveniente para ambos, además me molesta mucho que mi asistente llegue tarde.
- Eres un desgraciado, ¿te lo han dicho?
- Todos los días
Ambos subieron al vehículo y al salir del parqueadero un sol brillante los recibió; amaba ver la ciudad así, viva y alegre. Pasaban junto al enorme e imponente parque Ueno y pudieron observar un gran grupo de turistas que emocionados y expectantes esperaban las instrucciones de su guía para disfrutar su paseo. También pudo ver un pequeño grupo de adolescentes que al parecer tendrían un picnic y no pudo evitar viajar al pasado, cuando salía con sus amigos de escuela en la pequeña ciudad de Tomoeda, qué tranquila era la vida entonces, cuántos sueños tenía y qué gran amor guardaba en su corazón.
Mucho habían cambiado las cosas en comparación con lo que deseaba en aquellos días, ¿estaba cumpliendo sus sueños?... Quizá no de forma puntual, pero se sentía feliz en ese punto de su vida, un solo aspecto le causaba inquietud y era su relación con Yukito; había soñado por tantos años con ese momento, pero, por primera vez, se estaba planteando la posibilidad de que el estar con él fuera más el producto de una fantasía de adolescente que porque le quisiera realmente... ¿Era realmente feliz teniéndolo a su lado?
- Puedes llamarme chismoso cuando quieras, pero me muero por saber qué te tiene tan absorta.
- Chismoso - dijo ella haciendo un mohín.
- ¿Sigues enojada conmigo?
- Es que no entiendo tu forma de actuar Shaoran, qué necesidad tenías de llevarme al mismo edificio donde vives tú.
- Por ahora no te lo diré, pero no encuentro el misterio, Tomoyo vive a un par de calles de allí, te sentirás cómoda.
La castaña suspiró rendida y asintió.
- Ahora si, ¿podrías comprarme un latte caliente?
- Lo dicho, ya me tienes trabajando incluso antes de empezar el día.
- No seas floja y aprovecha para comprar algo para ti. Recuerda que perdiste tu triste tostada en el elevador.
Sakura lo miró con los ojos entrecerrados antes de salir del vehículo.
- Mañana iré yo, lo prometo - gritó el ambarino desde su lugar.
Ella volteó y sonrió sin que él la viera, la verdad es que quizá sí se estaba complicando demasiado la vida con algo realmente simple.
Aprovechó para comprar su desayuno y unas cuantas galletas de chocolate para su chocoadicto jefe y regresó al auto.
- Señorita Kinomoto, tan eficiente como siempre – dijo antes de poner en marcha su vehículo y poniéndose sus lentes oscuros para evitar encandilarse con el soleado día.
¿Ese hombre tendría algún defecto físico? Es que era ridículamente guapo y con esos lentes se veía mucho más…
- ¿Vas a babear, Sakura? – dijo el hombre con tono risueño y obviamente aprovechando ese momento de "debilidad" de su asistente
- No te puedo negar que eres muy guapo, justo pensaba en eso. ¿No te parece injusto?
- No me podrás culpar por ello
- No, tienes razón, no tienes la culpa de que otros seamos menos afortunados.
- Ya te dije que conmigo no es necesaria la falsa modestia, Sakura, bien sabes que eres una mujer muy hermosa y que con toda seguridad despiertas envidia en muchas por esa razón. Bueno, con la excepción del día del avión.
- ¿No vas a olvidar eso?
- ¡Jamás! Fue muy divertido, aun cuando el agraviado fui yo.
- ¿Tú? Serás descarado Shaoran… Tú me… Me… ashhhhh
- Yo… ¿qué?
- Me tocaste – dijo ella sonrojada y tratando de cruzar los brazos para cubrir su busto.
- Si te soy sincero… No recuerdo nada más que la fuerte bofetada que me diste. Golpeas como monstruo, monstruo.
Y por supuesto, como era de esperar y por puro reflejo, Sakura envió su puño hasta el hombro de Shaoran dando un golpe nada femenido.
- Qué demo... Tienes una fuerza ridícula, Sakura.
- Eso es para que aprendas a respetar.
Shaoran no dijo más, pero en el fondo solo quería reír, hacer enojar a su asistente era demasiado divertido para él, aunque peligroso según acababa de evidenciar y así, estaban arribando a la empresa.
- Ve tu primero – dijo Sakura.
- No, ¿por qué?... Ahhhh ¿irás a saludar a tu novio primero?
- ¿A Yukito? No, para nada, es solo que…
- No quieres que nos vean juntos.
- No lo tomes a mal Shaoran, es que…
- No te preocupes, entiendo. Pero si quieres ve tú, yo debo hacer una llamada. Además, no es correcto que llegues después de mí.
- Tienes razón y oye… Muchas gracias.
La castaña casi que corrió hacia el elevador y Shaoran trató de disimular el disgusto que le provocaba lo que acababa de pasar… Por una parte, entendía perfectamente lo que Sakura quería decir, él tenía una fama que le precedía y si le veían llegar con él se podría prestar para malos entendidos y no era justo para con ella; pero, por otro lado, tampoco quería que ella pensara que él tenía segundas intenciones o que sus acciones tenían algún otro sentido diferente del de expresar sus agradecimientos y ayudarla.
El elevador se detuvo en el piso indicado y solo la asistente del señor Li se encontraba con ella, era una mujer bastante amable, muy similar al hombre para el que trabajaba. Llegó a su escritorio, dejó sus cosas y encendió su pc. Recordó que había dejado su desayuno en el auto de Shaoran y se maldijo internamente por ser tan distraída.
Poco después el sonido del elevador indicó la llegada de su jefe acompañado de Eriol Hiragizawa, quien, como siempre, saludaba con amabilidad a quienes se encontraban allí.
- Buenos días señor Li – saludó Sakura
- Señorita Kinomoto, acompáñeme por favor
La castaña tomó su agenda y el móvil y siguió a su jefe.
- Sakura, debes dejar de ser tan distraída, dejaste el desayuno en el auto.
- Lo sé, me acabo de percatar
- Toma. Y será mejor que lo tomes aquí, no queremos que los demás piensen que te traje el desayuno, sería terrible – dijo con ironía.
- No te burles Shaoran, no sabes lo que es eso.
- ¿Como que no? La primera impresión que causo es que ocupo este puesto gracias a mi padre, no por mis capacidades. Aunque no lo creas, comprendo muy bien lo que son los prejuicios.
- Bueno si, tienes razón. Es solo que en NY trabajé para una firma en Wall Street y bueno, fue muy difícil para mí mostrar con mis conocimientos que merecía estar allí, no que me lo había ganado con favores sexuales o servilismo.
- También te doy la razón, es particularmente difícil para ustedes como mujeres avanzar laboralmente, ya que en muchas ocasiones se relaciona con eso.
- Por eso no quería que me vieran llegar contigo, eres mi amigo y te aprecio mucho y por supuesto también agradezco todo lo que haces por mí, pero no quiero que piensen que estoy aquí por… Eso.
- Si, te entiendo. Y por cierto, señorita. Necesito empezar a programar mi itinerario de viajes a Europa, hay proyectos importantes por visitar y otros negocios por hacer.
- ¿Qué necesitas?
- Por ahora, que toda mi documentación esté lista con antelación, en cualquier momento debemos partir y…
- ¿Debemos?
- Ah sí, tu documentación también
- Quieres decir… ¿Debemos? ¿Tú y yo?
- Por supuesto, debo tener a mi asistente conmigo
La castaña casi palideció con la noticia y por supuesto Shaoran lo notó.
- Sakura no seas tan exagerada, ni que fuera a hacerte algo, ¡por Dios! Además, yo no creo que Tsukishiro sea tan… Idiota de armarte lío por temas laborales.
- No, no, no… Si no es por eso
- Está bien, hablaré con Touya también para…
- Ay ya, deja de decir tonterías.
- ¿ Entonces qué pasa? – respondió visiblemente exasperado
- ¡Me da miedo volar! ¿Ya? Ese es el motivo.
- Miedo… ¿Los aviones?
- Si, perdón, sé que es algo tonto, pero me producen terror
Shaoran llevó su mano a la barbilla… - Es verdad, tus papás.
- Si, fallecieron en un accidente aéreo
- Ya veo… Sakura, mira, si fuera algo opcional o pudiera evitarte ese mal momento, sin duda lo haría, pero te necesito conmigo.
- ¿Rika solía viajar contigo?
- Por supuesto, antes del embarazo. Después de eso se me hizo muy difícil, al punto de tener que viajar con Eriol o mi hermana, haciendo que interrumpieran sus propias labores.
- Ya veo… - dijo la castaña cabizbaja, suspiró profundamente – Sabes que cuentas conmigo, ¿no?
Shaoran sonrió y asintió, esa era Sakura - Voy a verificar con la embajada qué se requiere, solo envíame el itinerario de los países a los que iremos – dijo Sakura poniéndose en pie
- No te preocupes, Tomoyo tiene toda esa información, si quieres ve de una vez para que te enseñe lo necesario y puedas gestionarlo de manera adecuada.
- Vale, estaré con ella, si me necesitas, tengo mi móvil.
- Gracias, Sakura.
La chica hizo una reverencia y salió de la oficina, sería una buena oportunidad para saludar a su amiga.
Tomó lo necesario y se encaminó a la oficina de Tomoyo quien por supuesto la esperaba gracias a una llamada por parte de Shaoran.
- Que bueno verte Sakurita – saludó con entusiasmo su amiga.
- Lo mismo digo Tomy, ¿estás muy ocupada?
- Nunca para ti querida, pero pasa, ¿en qué puedo ayudarte?
- ¿Por qué no me dijiste que Shaoran vivía en el mismo edificio?
- Ya te enteraste
- Si, y de la peor manera – Sakura le contó con detalles de su inesperado encuentro con su jefe y ahora vecino mientras Tomoyo hacía lo posible por no estallar en carcajadas.
- No es de risa Tomoyo, fue terrible y me causa… No lo sé
- ¿Desconfianza?
- En parte, es que no logro entender por qué.
- Sakurita, esta empresa tiene muchas propiedades; las usamos para los altos ejecutivos, visitas prolongadas… Entre otras cosas.
- Sí, eso supuse, pero qué tiene que ver conmigo.
- Ese fue el primer edificio que diseñó Shaoran, se encargó de él de principio a fin y le tiene especial aprecio.
- ¿En serio?
- Si y esta no fue una decisión de un día para otro, él buscaba un lugar donde estuvieras cómoda y pudieras ser feliz. ¿Alguna vez te dije que es un hombre muy leal? Cuando una persona gana su afecto siempre va a buscar protegerla y cuidarla. Hace parte de su naturaleza.
- Y tú crees que yo…
- Sí, él te estima mucho.
- Bueno… pero…
- Él ama mucho ese apartamento Sakura, y lo quiso como algo especial para ti. No pienses que hay algo más allá de eso porque no lo hay.
Sakura se sintió conmovida por lo que escuchaba de labios de su amiga y se sintió agradecida de contar con personas así en su vida, algún día encontraría la manera de compensar lo hecho por Shaoran.
- ¿Te sientes más tranquila ahora? – Sakura asintió con una sonrisa – Muy bien, ahora dime ¿en qué te puedo ayudar?
- Verás, Shaoran piensa reanudar sus viajes internacionales y necesita que su documentación se encuentre al día para no tener ningún tipo de percance y por ende, también la mía.
- ¿No te parece emocionante? Por eso muchos anhelan un cargo como el tuyo, las posibilidades de viajar y conocer, pero tu rostro me dice todo lo contrario, ¿sucede algo?
- Es que… No te burles ¿sí? – Tomoyo tomó las manos de la castaña con cariño – me da pánico volar.
- ¿Y crees que es para burlarme? De ninguna manera, te comprendo bien. Pero más allá de eso… ¿No te parece maravilloso poder conocer tantos lugares? No te enfoques en el vuelo en sí, puedes tomar algo para sentirte más tranquila, pero piensa en lo mucho que aprenderás, las personas que vas a conocer, culturas, lenguas…
- No lo había visto de esa manera
- Será una gran experiencia, muy enriquecedora.
- Gracias por ayudarme a ver lo mejor de cada situación – Sakura abrazó a su amiga con cariño y empezaron a hacer aquello que la castaña necesitaba.
Cuando ya estaban haciendo la revisión de lo que se requería, Tomoyo preguntó a Sakura – Oye ¿y qué tal van los preparativos para la inauguración del apartamento?
- Pues sigo con la idea de hacer algo muy íntimo, mi hermano, Kaho, Meiling también aceptó ir, Shaoran quien insiste en que invite a Eriol… ¿Eso te molesta?
- Para nada, hace mucho aprendí a compartir espacios con él, lo que pasó pasó y de nada sirve quedarme en eso.
- Bueno, entonces también lo invitaré y… Creo que ya
- Oye y ¿no te parecería buena idea invitar a tus compañeros de piso? ¿Es decir, los demás asistentes?
- No lo había pensado
- ¿Te llevas bien con ellos?
- La verdad es que si, no es que seamos amigos íntimos, pero todos me agradan mucho y será bueno tener más personas, gracias por la sugerencia Tommy
- De nada Sakurita – respondió la amatista sintiéndose culpable – bueno, con este listado tendrás todo lo necesario. Creo que el primer destino será Grecia.
- ¿En serio? Ayyy siempre quise conocer, dicen que es hermoso.
- Y lo es, no te vas a arrepentir. Ahora ve que Shaoran te debe estar esperando.
- Gracias por todo. ¿Vamos a almorzar?
- Lo siento, tengo un almuerzo con el señor Li, su esposa y Feimei quien se reincorpora y necesitamos arreglar algunas cosas.
- No te preocupes, hablaré con Yukito para ver si puede.
Sakura salió de la oficina y de inmediato Tomoyo tomó el teléfono.
- Shaoran… Sí, ya le sugerí invitarla…
- ¿Qué te dijo?
- Pues dijo que lo haría, dijo que le agradaban sus compañeros. Pero me sentí de lo peor al engañarla así.
- Tomoyo, tenemos que hacer todo lo posible por desenmascarar a ese tipo, es por el bien de Sakura.
- Lo sé, pero maquinar algo a sus espaldas… ¿Y si las cosas no salen como planeamos?
- Saldrán Tommy, ya lo verás – respondió él con seguridad y ambos terminaron la llamada.
Shaoran se recostó en su silla, todo debía salir como estaba planeado, sabía lo mucho que podría dolerle a Sakura, pero era su deber para con ella y no permitir que ese desagradable sujeto se saliera con la suya. Solo esperaba que Sakura no le hubiese dicho a Touya primero, pues los celos enfermizos de su amigo la pondrían sobre alerta y podrían arruinar el plan.
Los golpes suaves en la puerta anunciaban la presencia de su asistente quien al momento estaba ingresando.
- Tengo el listado de documentos, ¿podrías indicarme qué debo gestionar?
Shaoran la tomó en sus manos y revisó uno a uno los ítem de la lista.
- Todo lo mío está en orden por lo que veo, solo debes ocuparte de lo tuyo y estaremos listos. ¿Te dijo Tomoyo que iremos a Grecia?
- Sí, me lo dijo y la verdad es que me emociona mucho, siempre he querido conocer – el ambarino sonrió
- Eso me alegra, Sakura. Entonces ten todo preparado lo más pronto posible, estamos a la espera de una confirmación para salir.
- ¿Es tan rápido?
- Si, la próxima semana.
- Bueno, estaré preparada entonces. ¿En este momento hay algo más en lo que te puedo ayudar?
- No, solo quería preguntarte, ¿piensas hacer al fin la inauguración de tu apartamento? Digo… Por si necesitas algún tipo de ayuda – preguntó Shaoran disimuladamente
- Si, el fin de semana y por supuesto espero que estés allí.
- ¿Muchos invitados?
- No muchos… Tú, por supuesto, Eriol, Meilling, Tomoyo, Touya, Kaho, Yukito y pienso invitar a mis compañeros de este piso.
- Ya veo… Bueno, si necesitas algo, házmelo saber
- Gracias Shaoran. ¿Necesitas algo más?
- Por ahora no, gracias
La castaña salió de la oficina de su jefe y aprovechó para invitar a sus compañeros a la mencionada fiesta. Sin duda esperaba que fuera un rato muy agradable y lejos estaba de imaginar que los planes de Shaoran eran un poco diferentes.
- ¿Segura que están todas las bebidas?
- Segura…
- Y comida suficiente
- Suficiente…
- ¿Te gusta cómo decoré todo?
- Sabes que sí, el apartamento está precioso y ten por seguro que pasaremos una maravillosa velada. Ya deja de correr por todos lados y vamos a prepararte.
- Pues yo… Pensaba quedarme así, todos somos conocidos aquí
- No, de ninguna manera, eres la anfitriona y debes deslumbrar a todos
Y así, convencida por la amatista, estaba dándose una ducha final mientras Tomoyo buscaba algo "adecuado" para aquella noche.
No dejaba de causarle inquietud la reacción de su hermano en cuanto supiera lo de Yukito, debía encontrar el momento propicio para que se enterara y quizá la presencia de más personas ayudara a amainar un poco la ira que sentiría su hermano.
Pronto salió del baño y se encontró con una alegre Tomoyo revoloteando por su nueva habitación con todo un despliegue digno de una boutique.
- Imaginé que no tendrías algo adecuado para la ocasión, así que traje este vestido con el que seguro lucirás divina.
Sakura quedó congelada en su sitio viendo el vestido rojo que reposaba sobre su cama, era un tanto más… Sensual de lo que solía utilizar y solo podía pensar en el rostro de su hermano al verla usar algo así.
- Es algo…
- Perfecto, ya verás, déjalo todo en mis manos – Y la castaña no pudo evitar pensar que eso podría salir increíblemente bien o sería un fiasco fenomenal.
Un poco más de una hora tardó en vestido y maquillaje, ya había terminado cuando el timbre del apartamento se hizo escuchar.
- Llegó alguien.
- No te preocupes, será Meilling o Shaoran. Iré a abrir – dijo la amatista entusiasmada y la voz que se dejó oír era totalmente inconfundible.
- Estaba con Shaoran desde hace un rato, imaginé que estarían ocupadas y no quise interrumpir, pero quería pasar un momento de chicas y por eso vine - Meiling hablaba sin parar y fue directo a la habitación.
- Bienvenida, Meiling
La morena la miró de pies a cabeza – ¡Vaya, Te ves preciosa! Sin duda vas a deslumbrar a todos.
- ¿No te parece un poco… Exagerado?
- Tonterías, eres la anfitriona y debes estar espectacular. No me gusta que me opaquen pero esta fiesta es tuya. ¿Tu novio vendrá?
- Sí, sí. Seguramente llegará pronto. ¿Quieres beber algo mientras llegan los demás?
- Por supuesto querida. Necesito licor urgentemente.
Las tres mujeres se dirigieron a la sala mientras llegaban los invitados, los primeros en llegar fueron Touya y Kaho, el primero, por supuesto, le llamó la atención por lo… Inapropiado de su vestido recibiendo una reprimenda de su esposa; posteriormente, uno de los compañeros de oficina y en un rato más, Yukito, quien saludó a Sakura de un simple beso en la mejilla; su actitud era comprensible, Touya estaba allí y lo mejor sería esperar que Sakura pusiera las cartas sobre la mesa.
Pero la castaña miraba insistentemente la puerta, pues alguien hacía falta en el lugar y como si lo hubiese invocado con su mente, apareció con su cabello alborotado y en compañía de su mejor amigo. Shaoran había llegado al fin.
El hombre, sin prestar atención a nadie más, caminó rumbo a Sakura quien estaba con Touya, Kaho, Yukito y Tomoyo y le dio un beso en la mejilla que la hizo sonrojar profusamente y la hizo temblar de pies a cabeza, reacción que de inmediato notó Yukito quien no tardó en expresar su molestia y asir a la castaña de la cintura ante la mirada turbada de Touya.
- Hey Yuki – dijo con voz de advertencia.
- Touya… - Intervino Sakura con nerviosismo, había llegado la hora. Pero antes de emitir palabra, sintió como Yukito afirmaba el agarre alrededor de su cintura.
- Touya… Quisiera decirte.
- No, Yukito, Sakura no – dijo con ira contenida.
- Lo mejor será que vayamos a hablar a un lugar más privado – intervino Kaho casi que empujando a su esposo hacia la habitación de Sakura.
Shaoran solo miraba la escena con sinceros deseos de ahorcar al hombre que con sonrisa cínica caminaba detrás de los demás; pero esa noche se encargaría de desenmascararlo, y si no lo lograba esa noche, buscaría cada oportunidad posible hasta que Sakura se diera cuenta de la clase de sujeto que estaba a su lado, como que se llamaba Shaoran Li.
- ¿Estás seguro de lo que vas a hacer? – preguntó Tomoyo mientras se acercaba con una copa de vino
- Más que nunca, ayer lo vi con Akane saliendo de un bar, y ella será nuestra aliada para desenmascararla.
- Me da miedo la reacción de Sakura, se sentirá traicionada.
- No te preocupes Tommy, si Sakura llegara a saber, yo asumiré toda la responsabilidad por lo que pueda suceder, pero no puedo permitir que ese tipo siga burlándose de ella.
Tomoyo solo lo observaba mientras él hablaba
- ¿Por qué me miras así?
- No es nada
- No me vengas con eso, suéltalo.
- ¿Por qué haces todo esto?
- Qué cosa – respondió Shaoran fingiendo desinterés – ¿te refieres a lo de Tsukishiro? Ya sabes por…
- No, me refiero a todo.
- No entiendo de qué hablas.
- Puedes mentirle a cualquiera Shaoran, pero yo te conozco.
- Oye y crees que me interesa Sakura por…
- No, no es algo sexual, de ser así ya habrías concretado tu "trabajo"
- ¿Entonces a qué te refieres?
La amatista lo observó de nuevo, tratando de descifrarlo, de identificar sus verdaderas intenciones, pero luego sonrió.
- No me hagas caso, solo quieres protegerla, ahora lo veo bien.
Shaoran bufó – por supuesto, no sé qué cosa loca estabas pensando – continuó tomando de su whisky mientras Tomoyo solo lo observaba con esa expresión inescrutable que él conocía bien.
- Creo que iré a buscar a Mei, ¿la has visto?
- Si, estaba en la cocina hace un momento.
Con una seña partió rumbo a la cocina mientras Eriol se acercaba.
- ¿Qué opinas? – preguntó el inglés
- Lo mismo que tú
- Nada que hacer… A todos les llega algún día, él no podía ser la excepción, ¿no?
- Pero no deja de preocuparme
- Él no le hará daño, créeme
- Eso espero, Eriol. Ustedes pueden llegar a lastimar mucho, aun sin querer.
- Tommy…
Sin decir más Tomoyo se apartó del ojiazul buscando interactuar con otros y esperando que la conversación que se daba en la otra habitación no fuera demasiado incómoda para Sakura.
Pero de un momento a otro vio salir a la castaña de la habitación, al parecer, con más dudas que certezas.
- ¿Por qué ella? – preguntaba Touya tratando de contener su enojo
- ¿Es pregunta capciosa? Touya, tu hermana es una mujer muy valiosa, inteligente, la conozco hace muchos años
- Lo sé, sé lo mucho que vale mi hermana, pero también sé que no eres el mismo Yukito que eras cuando ella se enamoró de ti siendo solo una niña.
- Las cosas han cambiado no lo niego, soy un hombre más… De mundo
- ¿De mundo? Yuki, eres mi amigo y te aprecio, por todos los años de nuestra amistad, pero tu conducta va más allá de lo que dices. Conoces a la perfección mi amor por Sakura y que la cuidaré mientras esté en esta tierra
- Lo sé Touya, y yo también quiero cuidarla y brindarle todo mi cariño. No desconfíes
- Sabes lo que te haría si te atreves a lastimarla.
- Te conozco amigo y cuidaré de Sakura.
- Te estaremos vigilando – dijo Kaho con desconfianza.
- Entiendan que Sakura ya no es una niña y no necesita que estén cuidando cada uno de sus pasos.
- Estás advertido – respondió Touya saliendo de la habitación junto con su esposa.
Yukito se sentó en la cama de su ahora novia oficial para sopesar sus opciones, ¿en serio valía tanto la pena arriesgarse por Sakura? Era preciosa y de eso no había la menor duda, además trabajadora, inteligente, sofisticada y elegante. Pero Touya era su amigo, el único que lo había soportado a pesar de su comportamiento que hasta él mismo sabía que era errado, pero no lograba dejar atrás.
Además, justo en el mismo lugar se encontraba su novia, con la que no habían tenido más que besos y caricias y aquella otra mujer que era fuego en la cama. Lo positivo (según él), aunque fuera de un lado u otro, sería una noche muy placentera.
- Pero entonces, ¿qué dijo Touya?
- Solo se quedó hablando con él, no sé de qué. Amo a mi hermano y a Kaho, pero… Debe dejarme tomar mis propias decisiones.
Tomoyo tomó la mano de su amiga con cariño – Sakurita, sé que tu hermano puede ser celoso y sobreprotector, pero tú eres una mujer inteligente, si Touya y Yukito son tan buenos amigos, ¿crees que él reaccionaría de esa manera?
- ¿Touya? Sí, siempre ha sido un celópata
- No lo sé, yo de ti le daría el beneficio de la duda. Confía un poco en la persona que más te quiere en el mundo.
- ¡Sakura! – llegó una entusiasta Meiling – ven a bailar, lo estamos pasando maravilloso.
Y era cierto, no se había percatado que a pesar de la situación tensa que vivía con su hermano y su novio había un ambiente muy agradable. Era su fiesta y se la estaba perdiendo, así que tomó de la mano a su amiga y empezaron a bailar en la sala de la casa. Sin pensarlo había más personas de las que esperaba, pero en lugar de incomodarle se sentía muy bien.
Los minutos se convirtieron en horas, la noche avanzaba, el licor de consumía y las risas inundaban el lugar; hasta había disfrutado de las ocurrencias de Eriol y se había encontrado con el tipo bastante agradable. Había aprovechado para bailar con Yukito aun a pesar de la mala cara de su hermano, aunque por el rabillo del ojo se notaba que también había tenido sus ratos de diversión. Le enternecía ver el amor profundo con el que miraba a su esposa, un amor tan sincero como el que ella deseaba sentir y recibir.
Justo estaba perdida en sus pensamientos – Me muero por saber qué te tiene tan ensimismada – preguntó una voz gruesa a su lado y ella sonrió al notar de quien se trataba.
- Solo pensaba en Touya. Míralo, es feliz y eso me hace feliz a mí
- Adora a Kaho, de eso no cabe la menor duda.
- Lo que me alegra es que encontró una mujer que sea digna de todo ese amor, me dolería mucho verlo al lado de una persona que no lo merezca – pero sin decir nada, pensaba en ella misma. ¿Sería eso mismo lo que pensaba su hermano sobre ella? La resistencia de Touya frente a su relación con Yukito la hacía sentir inquieta.
- ¿Y qué tal si me acompañas en la próxima canción?
- ¿Bailar con mi jefe? No sé… Sería bastante atrevido de mi parte.
- No se preocupe señorita Kinomoto, estoy dispuesto a pasarlo por alto – dijo levantándose de la silla y extendiendo su mano hacia ella.
Ella lo aceptó con una sonrisa y fueron hacia el salón donde un par de parejas más estaban bailando… Aunque el ambiente estaba tornándose un poco romántico, en realidad.
Kaho y Touya bailaban suavemente, había perdido a Yukito de vista hacía un rato y uno de sus compañeros estaba en el balcón acompañado de su pareja y conversando con Tomoyo y Eriol. Meiling, era la encargada de poner la música.
Shaoran posó su mano suavemente en la cintura de la castaña y tomó su mano para guiarla por la improvisada pista mientras iniciaba la canción.
La melodía envolvió el lugar y Sakura sonrió – Lo sé, Meiling no es muy buena Dj que digamos – dijo el ambarino adelantándose a lo que la ojiverde diría
- No lo diría así… Me gusta esa canción.
- No te tomaba por alguien romántica
- Jmmmm hay muchas cosas que no sabes de mí.
- Por ejemplo…
- Son secretos señor Li.
- Vamos, Sakura.
- De pronto otro día y con algo más de alcohol en mi sistema
- Está bien.
- Pero eso sí, espero que también tú me cuentes algo que nadie más sepa.
- Creo que hay muy pocas probabilidades de que eso suceda.
- ¿Lo ves? Así no se puede, toda relación debe ser recíproca, ¿quieres que confíe en ti? Confía en mí también.
- Mi vida no ha sido fácil, Sakura. He pasado casi toda la vida tratando de cubrirme las espaldas, por eso tengo un circulo tan cerrado de amigos.
- ¿Y crees que algún día podré ingresar a ese círculo? – Shaoran sonrió
- Estoy seguro.
Sin si quiera notarlo, la castaña reposó su cabeza en el pecho del ambarino, quien sintió como un escalofrío lo recorrió por completo.
- No me gusta que estés así – comentó él sin saber qué hacer realmente con el reciente y cercano contacto con la castaña.
- ¿Cómo?
- Triste
- La verdad es una mezcla extraña, me siento feliz de estar aquí, con todos ustedes…
- Te preocupa la situación con Tsukishiro.
- Es raro, sé que soy una adulta y debo ser autónoma en mis decisiones, pero la resistencia de Touya tiene mucho efecto en mí.
- Sakura, conozco a Touya y sé que pueden ser un poco absurdas algunas de sus posturas, pero debes confiar en él, es tu familia y su único interés es cuidarte.
- Pero él conoce a Yukito de toda la vida, como puede siquiera desconfiar de él.
- Exacto, es eso en lo que debes pensar, tú estuviste mucho tiempo fuera, ¿cómo sabes qué cambios ha tenido?
Sakura levantó su rostro y miró a Shaoran, por alguna razón, él se sentía sobrecogido cuando miraba esos ojos verdes que ahora estaban anegados en lágrimas, se notaba en ellos la turbación y lo peor, es que sabía que terminaría peor, eso, si lograba conseguir su cometido.
- Vamos a tomar algo, es tu fiesta y no quiero que estés triste.
El ambarino, al conocer un poco mejor los gustos musicales de la castaña empezó a poner ese rock que tanto la escuchaba cantar desde su balcón, sabía que pasaría momentos difíciles, pero también procuraría ayudarla a pasar ese trance. No estaría sola y él se encargaría de ello.
- Pues debo admitir que me divertí mucho – comentaba Tomoyo mientras ayudaba a Sakura a recoger unas botellas de cerveza
- Si, y Shaoran… A diferencia de Meiling, eres excelente Dj
- No, no es eso, solo que tengo gustos musicales muy exclusivos que muy pocos comprenden – respondió la morena mientras bostezaba – Shao, voy a dormir, estoy muy cansada.
- Si claro, ve, yo terminaré de ayudarlas y subiré en un rato.
Ya el apartamento contaba solo con la presencia de Tomoyo, Sakura y Shaoran. La castaña no había dicho nada, pero hacía un buen rato no veía a Yukito, ¿se habrá ido sin despedirse? ¿Se habría enojado por verla con tanta confianza con Shaoran? Por el momento, era un misterio, pero ya averiguaría más tarde.
- Creo que iré a llevar esto al depósito de basura
- Puedo hacerlo por ti, si quieres.
- No te preocupes Shaoran, ya has hecho demasiado – respondió la castaña tomando las bolsas y saliendo del apartamento.
Shaoran miró a Tomoyo con expresión seria y ella asintió. La hora de la verdad se acercaba.
A pesar de los altercados, Sakura se sentía feliz con la fiesta que había dado y estar con personas allegadas a ella, ya todo tomaría su forma respecto a su relación con Yukito.
- Demonios, debí haber aceptado la oferta de Shaoran, esto pesa más de lo que pensé – dijo mientras luchaba que la bolsa más grande no se cayera de sus manos, pero fue inevitable cuando ya iba llegando al final del pasillo, justo al lado de la salida a la escalera de emergencia. – No puede ser – masculló ella en silencio mientras trataba de recoger lo que se había caído, pero observó que la puerta estaba entreabierta, escuchó murmullos y otros sonidos bastante reconocibles así que decidió ver a qué se debía.
Al abrir la puerta, no pudo más que soltar la bolsa que le quedaba, su corazón se detuvo por un instante y solo pudo susurrar…
- Yukito.
Holi, Holiii!
Tiempo sin leernos, ¿no? pero cuando mi querida Carrie dice que escriba, pues no me queda más que obedecer, aunque mis letras se desdibujen frente a las suyas jejejeje ella sabe lo mucho que la admiro.
A ustedes, mis queridos lectores, todo mi cariño y respeto. Como siempre lo he dicho y diré a ustedes todo, porque me hacen feliz con sus reviews aun en mis días más pesados me hacen sonreir, así que no dejen de hacerlo.
Bue... Y respecto al capítulo... Caerá! caeráa! y mi Shao, lo amo y lo amaré, así sea el "buen Samaritano" que él mismo piensa que es y ahora más que nunca Sakura lo va a necesitar.
Bueno, sin más, repito que los quiero montones y les dejo muchosss abrazos.
Ale-San
