CAPÍTULO 12

DIGNIDAD.

Despertó y lo primero que sintió fue el dolor en su cuello producto de su mala postura, no podía creer que se había dormido en el sofá del estudio la noche anterior y aunque no había amanecido del todo aún tampoco valía la pena recostarse de nuevo.

Se cambió la ropa y se dirigió al gimnasio, tenía la costumbre de ejercitarse con regularidad y de esa manera iniciar la mañana con toda la energía. Posteriormente se dio una ducha y se preparó para salir hacia la oficina. Bajó por las escaleras para ir por Sakura, pero, aunque llamó a la puerta en diversas oportunidades no halló respuesta y se preocupó un poco.

Bajó hasta el estacionamiento y abordó su auto para salir rumbo a la oficina entre los rayos del sol que ya iluminaban las calles de la urbe. Se detuvo a medio camino por un café y unos panecillos. Pensó que quizá Sakura no hubiese desayunado aun y compró algo para ella.

Llegó y se encontró con Eriol en el estacionamiento.

- Qué lindo gesto hermano, mira que traerme desayuno, no pude comer nada antes de salir – estiró su mano para tomar el café que llevaba Shaoran pero este lo esquivó.

- No es para ti

- Mmmmm ya veo – dijo él poniendo esa expresión de "sabiondo" que Shaoran detestaba – entonces, o estás comiendo más de lo que deberías o la dueña de ese delicioso latte es una hermosa ninfa de ojos verdes y piernas torneadas que ambos conocemos.

- No te refieras así a Sakura y si tanto te interesa saber, sí, es para ella.

- Las cosas se ponen interesantes – susurró Hiragizawa

- ¿Qué dices?

- Nada, no te preocupes. Volviendo al tema, es un bonito gesto para con tu asistente – dijo enfatizando la última palabra.

- Ella… A veces sale retrasada y no alcanza a desayunar, la necesito bien, no quiero que se enferme ad portas de nuestro viaje

- Es cierto, ¿cuándo viajan?

- Pasado mañana y me preocupa un poco.

- ¿Qué sucede?

- Sakura… Verás, ella le teme a volar, sus padres…

- Sí, sí, recuerdo lo que sucedió con los Kinomoto, muy triste. Pero yo de ti, me preocuparía por otra cosa

Shaoran tuvo una expresión de no entender a qué se refería.

- Shaoran, te daba más crédito. A ver, Una hermosa mujer como es Sakura, porque perdona, Rika es muy bella y una excelente persona, pero Sakura está a otro nivel. Los dos solos y nada más y nada menos que en Santorini. Es una fórmula para el desastre hermano.

- Vamos por temas estrictamente laborales, Sakura es una profesional al igual que yo.

- ¿Te recuerdo lo que pasó en tu último viaje de trabajo a Italia? No fuiste muy profesional que digamos.

- Bueno… Esos fueron otros tiempos y reconozco el enorme error que cometí. Además, no compares a Sakura con Isabella.

- ¿Crees que le desmerece?

- ¿Sakura a Isabella?, en lo más mínimo, pero son muy diferentes. Isabella es una mujer de mundo, toda ella expira sensualidad, pero por otro lado Sakura es muy profesional en lo que hace y es más…

- Inocente

Shaoran sonrió y asintió – pero no en el mal sentido, es solo que lo he dicho antes y lo reitero, Sakura no es una mujer para una aventura.

- Vaya, vaya… ¿Acaso el lobito ha pensado en sentar cabeza?

- ¡Pero qué tonterías dices!

En ese momento las puertas del elevador se abrieron de par en par y todos los ojos se posaron en ellos. A toda prisa, Shaoran recuperó la compostura y salieron ambos del elevador. Caminó directo a su oficina no sin antes echar un vistazo a Sakura que le recibía con una sonrisa demasiado falsa y con su típico – buenos días señor Li.

- Señorita Kinomoto – respondió este asintiendo – venga a mi oficina por favor.

Sakura se apresuró a seguirlo a la oficina y cerró la puerta tras ella.

- Madrugaste mucho… Mira te traje…

En ese momento escuchó unos sollozos y al volverse vio a Sakura recostada en la puerta con la mano en la boca tratando de contener el llanto. De inmediato dejó todo sobre su escritorio y fue con ella.

- ¿Qué pasó, qué tienes?

- Es… Es ella. La mujer que estaba con Yukito es Akane, no sé por qué no lo noté en ese momento, pero…

- ¿Estás segura?

- Lo estoy Shaoran y no estoy muy segura de poder permanecer aquí viéndola y mucho menos a él.

- ¿No has hablado con él?

- Me ha llamado y escrito, pero no me siento capaz de responderle.

Shaoran abrazó a Sakura, en serio se sentía mal de verla así y solo quería encontrar la manera de ayudarla a lidiar con su tristeza.

- No quiero verlo, Shaoran.

- Haremos lo posible por evitarlo mientras podemos salir del país, serán unos días en los que podrás pensar mejor las cosas y darte tiempo de superar todo esto.

El ambarino poco a poco fue soltando el abrazo – Mira, te traje algo de desayuno… Pasé por ti esta mañana pero ya no estabas.

- Eres muy dulce, Shaoran – respondió ella sonriéndole – pero debía madrugar para terminar de organizar el papeleo y que todo esté listo para mañana.

- ¿No es pasado mañana?

- No, es mañana, todo está listo.

- Demonios y ¿falta mucho por hacer?

- No lo creo, toda la documentación, los contratos, la propuesta y el presupuesto, todo está listo ya, creo que solo falta tu equipaje.

- En ese caso, desayuna tranquila, date tiempo para calmarte. ¿Qué tenemos para hoy?

- Una junta general con tu padre, Eriol, la señorita Feimei y el señor Yamazaki

- ¿Ya regresó?

- Sí señor, muy temprano en su oficina, es muy amable, por cierto.

- Suena raro que me digas señor.

- Eres mi jefe, siempre te voy a tratar con respeto.

- Soy tu jefe en público, en privado somos amigos. ¿No?

La castaña se encogió de hombros – Siempre es bueno reconocer mi lugar, tú has sido muy bueno conmigo a pesar de nuestro difícil comienzo, pero eres mi jefe, no me pidas que olvide eso.

El peso de la realidad cayó sobre los hombros de Shaoran, todo lo que Sakura decía era cierto y si bien podían construir una bonita amistad, estaría de por medio su posición como jefe; pero muy a pesar de eso, él haría lo posible por protegerla y ayudarla.

- ¿Necesitas algo más?

- Confírmame por favor la hora de la reunión.

- 11:00 am

- ¿Algo más después de esa hora?

- No señor.

- Perfecto, no programes nada más, una vez termine la reunión puedes irte también a preparar todo y supongo que querrás despedirte de Touya.

- Te agradezco mucho, la verdad es que me falta preparar muchas cosas

- Deberías invitar a Tomoyo y a Meilling, no creo que esté haciendo nada.

- Es una gran idea, muchas gracias Shaoran.

Y ahí estaba de nuevo, esa sonrisa diáfana, transparente y que lo desarmaba por completo. Sakura feliz era una visión que poco a poco se le estaba calando más adentro de lo que quisiera y sí, estaba asustado.

Shaoran salió de la reunión, el dolor en el cuello con el que se despertó persistía; todo había salido muy bien y podía viajar tranquilo al ver que todo estaba en su lugar. Eran las 3 pm. Habían tenido que almorzar en la sala de juntas para no perder tiempo.

- ¿Te sientes bien? – preguntó Sakura al verlo aparecer

Él, que había ingresado a la oficina con los ojos cerrados reaccionó a la voz de su asistente – ¿Sigues aquí?

- ¿Dónde más podría estar?

- Preparando tus cosas.

- Cómo crees que iba a irme sin que tú terminaras. Irresponsable no soy

- No lo eres, yo te autoricé para irte.

- Ya no te preocupes, lo importante es que estás aquí. ¿Todo salió bien?

- Muy bien, podemos irnos totalmente tranquilos, estoy seguro que será una jornada muy productiva.

- Claro que sí.

- Bueno, vámonos. Dime si necesitas que te lleve a algún lado.

- No, no será necesario, iré con Tomoyo y Meilling como me recomendaste.

- Eso está bien.

- Me retiro entonces.

- Oye. Wei nos recoge a las 7 am. Para que estés lista.

- Ah, perfecto

Salieron ambos de la oficina y abordaron el ascensor, bajaron unos 5 pisos y las puertas se abrieron. El aire escapó de los pulmones de Sakura al ver frente a ella al culpable de sus desgracias, había estado pensando desde que lo descubrió en qué le diría o cómo reaccionaría.

- Hola preciosa, justo iba a buscarte, no me has contestado el teléfono desde la fiesta.

- Yu… Yukito, yo…

- Oye, ¿te comieron la lengua los ratones? Estoy feliz de verte, te extrañé mucho – El hombre de inmediato quiso acercarse para besarla, pero Sakura atinó a extender su mano y detenerlo, con lágrimas en los ojos y una creciente rabia.

- ¿Sucede algo? – dijo él con risa nerviosa

Shaoran no había querido intervenir, no le parecía correcto, pero lo cierto es que sentía un deseo profundo de molerlo a golpes.

- Sucede todo – respondió Sakura – eres un desgraciado, vil y rastrero. Debí hacer caso a mi hermano cuando trató de advertirme el no meterme contigo.

Tsukishiro cambió por completo su expresión, se esperaría que estuviera sorprendido, pero, por el contrario, parecía ofendido.

- ¿Qué te dijo Li para ponerte en mi contra? Créeme Sakura, nada de lo que te haya dicho es cierto.

- ¿Shaoran? Él no me ha dicho absolutamente, yo misma te vi la noche de la fiesta en las escaleras de emergencia.

El hombre se quedó pálido al escuchar la acusación de Sakura.

- Déjame explicarte, no… No es lo que tú piensas

- ¡Es lo que ví! Hazte un favor y hazme un favor. Jamás, en lo que te quede de vida vuelvas a intentar acercarte a mí.

- Pero Sakura.

- Pero nada, eres lo peor que me pudo pasar.

- Sakura, escucha… déjame… - intentó acercarse, pero esta vez fue Shaoran quien lo detuvo.

- No te atrevas a tocarla.

- A ver Li, esto es entre Sakura y yo.

- Ella ya habló y creo que fue muy clara. Si en algo valoras tu vida y tu empleo, te recomiendo que te largues y la dejes en paz.

- Ah, ya veo. El gran Li ya encontró su próxima víctima. No pensé que fueras tan estúpida Sakura.

Y por supuesto, no lo vio venir, el puñetazo de Shaoran directo a su nariz.

- ¡Shaoran!

- Jamás vuelvas a referirte a Sakura de esa manera, el único estúpido aquí eres tú que no pudiste estar a su altura. Ahora lárgate – dijo Shaoran cuando las puertas del elevador se abrieron en el estacionamiento.

Tsukishiro salió furioso del lugar, mirando a Shaoran de manera amenazante.

- Shaoran no debiste

- Si, Sakura, sí debí. Ese imbécil no podía pensar que después de lo que te hizo podía venir como si nada sucediera y encima maltratarte.

- Sí, pero no vale la pena que ensucies tus manos con él, ¿estás bien? – dijo tomando la mano con la que Shaoran había golpeado a su ex novio y acarició sus nudillos

Shaoran, sin querer ser brusco apartó su mano, pues se sintió azorado con el solo contacto de Sakura.

- ¿Te duele?

- No, para nada, pero ya vámonos.

- Yo iba a esperar a Tomoyo aquí.

- Llámala y las llevo a ambas

Sakura tomó su teléfono y llamó a Tomoyo, enterándose que su amiga tardaría un rato más y los encontraría en lugar acordado.

- Creo que tardará un poco

- Entonces vámonos.

- Quizá sea mejor que la espere.

- Sakura, escúchame. Acabas de pasar un momento muy complicado y no quiero que este imbécil venga a aprovecharse.

La castaña lo miró de una manera tan profunda que Shaoran sintió que era como si escudriñara su alma. Lo siguiente que sintió fue el abrazo fuerte de Sakura y no pudo hacer otra cosa que corresponderlo.

- Gracias… - susurró ella

- Aquí estaré, Sakura.

Pasaron algunos minutos en esa posición y Shaoran la apartó con delicadeza

- ¿Vamos? – preguntó con una sonrisa suave

La castaña correspondió al gesto y asintió, ambos abordaron el vehículo y salieron de la empresa, sin notar a la persona cuyo ego estaba tan herido como su nariz y que estaba enfocado en insistir, porque para él, nada estaba perdido.

- ¡Shaoran, Quédate!

- No Mei, es una tarde de chicas, no osaría interrumpir tan sagrado ritual

- Déjate de tonterías

- Mmmmm presiento que me estás usando – dijo el ambarino mirándola con ojos entrecerrados

- ¿Y para qué querría yo usarte?

- Tal vez no a mí, a mis tarjetas. A ver, ¿qué pasó con las tuyas?

La pelinegra suspiró – Sobregiradas, papá se niega a darme más crédito

- Mei, ya es hora de que madures y te hagas cargo de tus cosas

- Shao… He sido modelo desde que tengo memoria, no sé hacer nada más y ya no quiero hacer eso más.

- Ya te dije que puedes trabajar con nosotros cuando quieras.

- Déjame termino mi año sabático y lo pensaré

El ambarino rodó los ojos y suspiró con cansancio mientras Sakura solo los observaba.

- Te dejo mi tarjeta entonces.

- No Shaoran, no será necesario, yo tengo mi dinero – respondió Sakura presurosa

- Sakura – regañó Meiling.

- Mei, yo también tengo cosas que hacer y… - Antes de terminar de hablar, vio una cabellera platinada tratando de ocultarse tras un auto. Shaoran sonrió con malicia – ¿Sabes que sí? Si a Sakura no le molesta, por supuesto, hay algunas compras que debo hacer y sería un honor escoltarlas.

- ¿Qué dices Sakura?

- ¿Estás seguro Shaoran?

Shaoran se encogió de hombros – Hace un buen tiempo no me doy un paseo por el centro comercial, es buena idea.

- Bueno… Si tú lo dices, no podría molestarme – respondió la castaña.

- Sakura, si quieres adelántate a ver qué tiendas quieres visitar yo hablaré algo con Shaoran.

- Ok

Meiling tomó del brazo a Shaoran – Ahora dime, ¿tú qué?

- Qué pasa, tú me invitaste, ¿no?

- Xiao Lang Li, te conozco como a la palma de mi mano, qué demonios te traes para haber cambiado de opinión tan súbitamente.

- Mira sobre mi hombro izquierdo, hay un vehículo gris estacionado a unos metros, ¿quién crees que se esconde allí?

La morena, haciendo uso de todas sus habilidades criminalísticas se puso la tarea de escudriñar de quién se trataba hasta que vio lo mismo que Shaoran.

- ¿Qué demonios hace ese tipo acá?

- No lo sé, solo sé que tiene su ego herido, lo golpee en la empresa.

- ¿Que hiciste qué?

- Ven, vamos o Sakura va a sospechar – ambos se pusieron en marcha un poco más atrás de la castaña

- Mei, sé que vas a sacar una cantidad de conjeturas erróneas, pero no podía permitir que la tratara mal en mi presencia y mucho más después de todo lo que le ha hecho.

- Tienes razón, muy bien hecho primito.

- Ahora dime, ¿tú por qué querías que me quedara? Tu historia de las tarjetas…

Meiling guardó silencio, tenía que mantenerse en su historia hasta el final, era solo que quería determinar de una vez y por todas qué sucedía entre Sakura y su primo, había notado señales de ambos lados y si estarían por fuera algunos días no tendría tiempo para observarlos, pero entre ella y Tomoyo se encargarían de hacer inteligencia esa tarde.

- Aunque no me creas Shao, papá no permitirá que me habiliten más crédito en las tarjetas.

- Es bien sabido mi querida Mei, que aprendiste el número de sus tarjetas desde que eras adolescente. Sea lo que sea que te tramas, primita, solo espero que no metas a Sakura en problemas o la hagas sentir incómoda, lo que sucedió hace un rato en la empresa fue lo bastante desagradable por un día.

- Sí, no te preocupes, además es bueno que socialices de vez en cuando más allá de las desaforadas fiestas de Eriol o tus modelitos de medio pelo.

- No seas injusta, no todas son modelitos de medio pelo.

- En fin, aprovecha, y disfruta con nosotras un buen rato.

- Está bien…

Los tres estaban al interior del centro comercial, Shaoran las acompañaba a las diferentes tiendas sin decir mayor cosa, le parecía curioso que Sakura era bastante sencilla y descomplicada para elegir sus cosas, no así su querida prima que debía medirse una cantidad exagerada de atuendos para así decidir qué comprar, recordaba la única novia que había tenido, era exactamente igual que Meilling, lo que hacía que fuera una tortura acompañarla de compras… En cambio, sería tan sencillo con Sakura, solo se preocuparían por disfrutar el tiempo juntos y quizá un café, una buena charla y… ¡Qué demonios estaba pensando! Se levantó como un resorte de la posición que ocupaba.

- ¿Qué te pasó? – preguntó Sakura espantada

- Nada, nada… Es solo que siento que llevamos aquí toda la vida, iré a tomar algo y cuando estén listas volveré por ustedes.

- Está bien.

El ambarino salió de la tienda, necesitaba con urgencia una buena dosis de cafeína o moriría de aburrimiento, pero entonces lo vio de nuevo, trataba de ocultarse vanamente entre la gente y acechaba, seguramente a la espera de que Sakura estuviera sola y por supuesto no lo permitiría. Así que sus ansias de café tendrían que posponerse para después.

Ingresó de nuevo a la tienda y la gerente se encontraba atendiendo de manera personal junto con dos asistentes más a sus exclusivas clientes.

- Señor Li, ¿sucedió algo?

- No, es solo que… Prefiero estar con ellas.

- No sea tímido señor Li, ¿hay algo que podamos hacer por usted?

- No se preocupe, no quiero abusar.

- De ninguna manera, permítanos atenderlo como usted lo merece.

- En ese caso, solo quiero un latte caliente.

- En un momento nuestro asistente lo traerá para usted, además, no creo que las señoritas tarden mucho más.

- Eso espero, gracias de todos modos.

Así volvió resignado a la espera de las señoritas en cuestión cuando una visión enfundada en un vestido de seda rosa pálido se posó frente a sus ojos y no pudo más que deleitarse ante aquella mujer.

- Señor Li, señor Li… ¿Está bien? – Preguntaba el asistente poniendo frente él el latte que había pedido momentos antes.

- Sí, estoy bien… Gracias

- Se ve hermosa, ¿no? – preguntó una voz femenina a su lado que él conocía muy bien

- Hasta que nos encontraste – respondió él bebiendo de su café.

- Por supuesto y también vi a cierto indeseable haciéndose de James Bond

- Lo sé, el tipo es un fastidio, pero no quiero que le amargue la vida a Sakura, por esto estoy aquí y de paso…

- Se la puedes amargar tú, ¿no? – el ambarino alzó su taza de café en un brindis imaginario a lo que Tomoyo respondió con una sonrisa – Entre otras cosas… Disimula un poco – le dijo en un susurro y Shaoran por poco escupe su café.

- ¿De qué hablas?

- De la cara que pusiste al ver a Sakura con ese vestido.

- No tengo idea a qué te refieres

Ambos guardaron silencio, Shaoran sabía que no servía de nada que se lo negara, Tomoyo no le creería y es que como iba a creerle si estaba seguro que solo le faltaba babear en cuanto la vio, y ahora se acercaba para saludar a la recién llegada.

- ¡Llegaste! Te estábamos esperando. ¿Qué opinas?

- Pareces una diosa griega Sakurita, te sienta maravilloso ese vestido.

- ¿No crees que sea muy… descubierto, Shaoran? Es decir, quizá sea inapropiado.

- Bueno… Yo creo que está bien, ten en cuenta que a veces puede sentirse algo de brisa y quizá.

- Entonces sí está muy descubierto.

- No lo está, Sakura, si te gusta cómpralo.

- Eso hare, jefe – dijo antes de virarse de nuevo hacia el vestidor.

Media hora más tarde estaban saliendo de aquella tienda, las tres muchachas reían alegres mientras Shaoran estaba vigilante a su alrededor, no quería que nadie los importunara, además Sakura ya había tenido una dosis suficiente de drama ese día.

Fueron a comer helado y surgió la idea de ir a cine, Shaoran gozó más de lo que debería al ver a Sakura completamente aterrada con las escenas de terror de la película, hasta temió perder un brazo cuando ella se aferró a él presa del pánico.

Una cena ligera siguió después de la película y ya estaban listos para regresar a casa. Meilling se quedaría en el apartamento de Shaoran, así que dejaron a Tomoyo y pronto estuvieron de nuevo en casa. Pero cuál sería su sorpresa, al estar en el piso de Sakura encontraron el lugar lleno de flores y al maltrecho Yukito parado frente a su puerta con cara de arrepentimiento.

Por un momento Sakura se quedó sin aliento al ver todo lo que había hecho, nunca se había detenido a pensar en qué haría si algo similar sucedía, ya se estaba haciendo a la idea de olvidarse de Yukito para siempre y ahora, estaba ahí, frente a su puerta, luciendo realmente arrepentido por lo sucedido.

- Mi querida Sakura, siento con todo mi corazón haberte herido, fue solo una tontería… Definitivamente fue culpa del alcohol, yo jamás había hecho algo como eso y… Por favor, perdóname – dijo arrodillándose ante ella.

Sakura se quedó en completo silencio y Shaoran tras ella sentía como le hervía la sangre, Sakura no podía ser tan estúpida de creerse esa sarta de patrañas, pero por otro lado sabía cuánto le había querido y durante cuánto tiempo. Al parecer, sería mucho más difícil de lo que pensaba.

No le quedaba más que retirarse del lugar junto con su prima Mei.

- Bueno, supongo que no tenemos nada que hacer aquí – dijo Shaoran – vamos Mei.

La morena estaba indignada y como ya habían visto en otras oportunidades, Meilling no se reconocía precisamente por tener filtros.

- Escucha tú, pedazo de imbécil.

- ¡Meilling! Fui claro al decir que nos vamos y no pienso repetirlo una vez más.

Y otra cosa que Meilling Li tenía absolutamente claro, es que cuando su primo tenía esa gravedad en su voz no podía atreverse a contradecirlo. Así que con una última mirada de advertencia se dio la vuelta para retirarse.

- Yukito… - Se escuchó la voz trémula de Sakura, estaba dando un paso importante y no podía desperdiciar ese "ataque" de dignidad – No quiero que te acerques a mí de nuevo. Lo que hiciste no solo fue bajo e indigno, sino que el que pienses que voy a creer semejante excusa tan estúpida te daría permiso para hacerlo cuantas veces quieras y eso jamás.

Shaoran y Meilling se detuvieron en el acto al escuchar las palabras de la castaña, sabían que era un tema personal y privado de Sakura, pero el ambarino muy dentro de él esperaba alguna reacción negativa por parte de Tsukishiro.

- Pero Sakura… - intentó decir Yukito

- Por favor, aléjate de mí.

- Sakura yo…

- Vete ya.

- Ahora comprendo todo, te creía muy superior a esto Sakura. Yo cometí un error, pero tú, caíste como estúpida en las garras de este playboy que con sus lujos y presunciones es experto en engañar incautas como tú. ¿Pero sabes cuáles son sus intenciones? Va a hacer uso de toda su galantería hasta tenerte donde quiere… - Ya Shaoran sabía lo que iba a decir y nadie impediría que volviera a golpearlo en su estúpido e impertinente rostro – En su cama

Shaoran entonces se giró violento con toda la intención de lograr su cometido, pero no esperaba que fuera la mano delicada y femenina de Sakura la que se había hecho un puño y golpeado justo en la nariz de Yukito Tsukishiro. Todo ese momento había sido como irreal e icónico y claro, había hecho hinchar su pecho de orgullo, Sakura no era el tipo de mujer que permitiría a ningún hombre humillarla y pordebajearla. Y sonrió, sonrió satisfecho.

- No soy una estúpida que me meto a la cama de cualquiera. ¿O acaso me metí en la tuya? Ahora, lo repetiré por última vez, te quiero fuera de mi vista y de mi vida Yukito Tsukishiro – dijo la castaña con ira contenida.

El hombre se levantó sin decir nada, solo miraba con rabia a los presentes allí y Shaoran le observaba desde su altura con suficiencia, el susodicho se sintió humillado y estúpido, pero como en cualquier historia, la venganza es un plato que se sirve frío.

- Solo digo que no era necesario.

- Lo era, imaginas cuánto habríamos tardado recogiendo toda esa…

- Basura… Del pasillo – completó Sakura – Aun así, yo podría hacerlo sin problema.

- Lo cierto, señorita Kinomoto es que mañana nos espera un día largo y no vale la pena desperdiciar fuerzas con algo que alguien más puede hacer.

- Te agradezco mucho, de verdad haz hecho demasiado por mí y no sé cómo agradecer todo esto.

- Bueno… - dijo el ambarino acercándose de manera sugestiva – podríamos hacer caso a las insinuaciones de Tsukishiro – Sakura le siguió el juego y se acercó más a él empinándose un poco

- Oh querido, créeme, no podrías conmigo.

- Ya, ya… Sepárense, esos jueguitos son muy peligrosos.

Sakura reía a carcajadas – no te preocupes Meilling, aquí el jefecito y yo sabemos lo que hacemos, ¿no es así Shaoran?

- Claro que sí y ya es hora de irnos Mei. Sakura, ponte algo frío en los nudillos, fue un excelente golpe pero seguro lo resentirás mañana.

Todos se despidieron y los primos Li se dirigieron al apartamento del ambarino en total silencio, Meilling solo lanzaba miradas furtivas a su primo.

- Escúpelo Mei – dijo sin mirarla

- Sabes lo que voy a decir, tú lo negarás, yo insistiré. Así que ahorrémonos esta charla.

- Es solo que creo que lo que piensas es absurdo, Sakura se ha convertido en una buena amiga, de no ser así no tendríamos la confianza para bromear de esa manera, no hay que dar tantas vueltas a un asunto que es realmente sencillo.

- Shaoran… Como el sapo en la olla que se siente muy cómodo porque cree que todo está bien hasta que la temperatura sigue subiendo y subiendo y termina por morir hervida. Te sientes cómodo con la situación, con Sakura. El problema es, que te darás cuenta de todo hasta que sea demasiado tarde.

- Suenas un poco dramática Mei.

- Y tú, bastante confiado. Sakura es una mujer valiosa, tú tienes mucho más mundo que ella y una posición mucho más ventajosa en diferentes aspectos, pero eso no le resta valía a la mujer que ella es, creo que lo ha demostrado esta noche. No puedes pensar solo en ti, quizá no te enamores con facilidad, pero ¿y ella? ¿Podrías vivir tranquilo si hicieras nacer sentimientos en ella que no estarías dispuesto a corresponder?

shaoran guardó silencio y Meilling tampoco dijo más, sabía que había dejado su punto muy claro y que su primo era un hombre sensible que sabría considerar sus posibilidades y haría lo mejor por él... Por ambos

Hola! mis queridísimos lectores

Les cuento que no tenía intención de publicar hoy porque este capítulo por si solo... Bueno, no era una capítulo, pero me emocioné tanto que ya iba por las 10 mil palabras jejejeje y pues como no estoy acostumbrada a publicar cap tan largos, decidí dejar este como uno independiente y mucho más porque en el otro, damos inicio a un viaje muyyyy interesante, no se imaginan lo mucho que me estoy divirtiendo escribiéndolo y bueno, eso de una forma u otra ayuda a distraer un poco de la situación actual.

Por otro lado, como siempre les he dicho y reiteraré por siempre, leerlos para mí es un deleite, ver sus teorías, sus reacciones, todo me hace sentir sumamente feliz, no les respondo porque literalmente lo olvido! la mayoría de las veces que los recibo o estoy dormida o en mi trabajo jajajaja y pues no me es posible, sin embargo, los llevo en mi kokoro siempre con toda mi gratitud.

Por ahora... NO es más (seguiré escribiendo el siguiente y quien sabe... Termine publicando antes de tiempo)

ALos abrazo con todo el corazón

Ale-San