Holi, holiii! hace tiempo no publicaba tan rápido jejejeje pero circunstancias personales me han permitido escribir un poco más. Nos vemos abajo! y espero que les guste, porque yo gocé mucho escribiéndolo.

CAP 13

HONG KONG

Como correspondía a aquellos días, el sol brillaba con fuerza y las personas entraban y salían del aeropuerto. Hacía ya algunos meses Sakura había regresado a su país natal y sonrió con melancolía. Allí mismo iba caminando el mismo hombre con el que pensó nunca se volvería a ver, igual de recto y elegante, pero ya no lo veía como un tipo arrogante, había tenido el gusto de conocer a otro Shaoran Li totalmente diferente.

- ¿Todo está bien? – preguntó él deteniéndose por un momento

- Muy bien – respondió ella con una sonrisa y apresurándose para darle alcance.

- Todo irá muy bien señorita Sakura, he dado instrucciones precisas al personal para que le preparen un delicioso té relajante que la ayudará a sentirse mejor.

- Usted siempre tan amable señor Wei, estoy segura que eso me ayudará a que el viaje sea más llevadero.

- En ese caso, les deseo un muy feliz viaje y que todos los negocios puedan desarrollarse con éxito.

- Gracias Wei – se despidió Shaoran de un abrazo. Sakura los observó, no había visto que su jefe tuviera esas muestras de afecto; bueno, a ella la había abrazado un par de veces, pero a ningún otro hombre como lo hacía ahora con Wei, se notaba un alto grado de confianza y cariño entre los dos.

- Bueno, será mejor que abordemos, el tiempo apremia.

Así, Sakura y Shaoran abordaron el avión, los nervios empezaron a hacer aparición, pero tampoco pasó desapercibido para ella la elegancia en el interior de la aeronave que estaban abordando, era como los que había visto en las películas; al ingresar, una amable señorita los recibió. Shaoran se ubicó de inmediato y Sakura buscaba un lugar para ella.

- La señorita Kinomoto se ubicará a mi lado – dio la orden a otro joven que sostenía una bandeja con un Martini.

- Por supuesto señor Li.

Sakura se acercó tímidamente y ocupó el puesto indicado.

- ¿Seguro no te molesta? Puedo ubicarme en algún otro lugar para que puedas estar más cómodo.

- No, no me molesta en lo más mínimo.

- Señorita – llamó la atención el sobrecargo – el señor Wei solicitó para usted este té, la relajará durante el viaje.

- Claro, muchas gracias.

- Señor Li, señorita Kinomoto, estoy para servirles en los que necesiten.

Ambos asintieron y quedaron solos en el lugar.

"Muy buenos días, les habla su capitán, tenemos un maravilloso cielo despejado en la ciudad de Tokio, estaremos arribando a la ciudad de Hong Kong en 3 horas y 30 minutos. Disfruten su vuelo"

Los motores estaban encendidos y a pesar del té que Wei había dispuesto para ella, los nervios estaban empezando a hacer estragos. La aeronave empezó a moverse y tomar velocidad para el despegue, pero Sakura quería lanzarse por la ventana. Cerró sus ojos y se aferró con fuerza a los reposabrazos en cada costado, era realmente angustiante para ella el momento del despegue, pero sintió la calidez de la mano de Shaoran sobre la de ella, apretándola ligeramente.

Lo miró con sorpresa mientras él seguía observando el diario como si nada.

- En esta época del año hay un clima maravilloso en Hong Kong. ¿Lo has visitado alguna vez?

- No… Nunca he estado allá – dijo con voz trémula

- Bueno, lastimosamente ahora no tenemos mucho tiempo, pero te prometo que tomaremos un par de días y viajaremos en yate por la costa.

- Hablas como todo un snob – Shaoran sonrió

- Hong Kong es una ciudad maravillosa, te va a gustar.

- Seguro que sí – respondió ella sonriendo con tranquilidad.

No lo quiso decir en ese momento, pero apreciaba con todo su corazón esa forma en la que Shaoran la cuidaba, era obvio que ese había sido su intento por ayudarla a pasar ese momento difícil y hacerle más ligero el viaje, en ese momento la aeronave empezaba a elevarse y ese vacío en su estómago de repente no fue tan grande y la mano de Shaoran no soltaba la suya. Pronto, ya estaban entre las nubes y Shaoran soltó su mano llevándola a sentirse un tanto solitaria.

Pronto estuvieron trabajando cada uno en sus ordenadores, totalmente concentrados en sus respectivas labores y de pronto Sakura se sintió con valor de preguntar algo que le taladraba en la cabeza desde hacía algunos días.

- Shaoran… Has notado que ya se cumplieron 2 meses desde que Rika tuvo a su bebé.

- Lo sé, hace algunos días la estuve visitando y la pequeña Sakura está preciosa.

- Es toda una muñequita, pero mi pregunta es por…

- Rika no se reintegrará a sus labores pronto si es lo que quieres saber.

- ¿por qué?

- Desde el principio se estableció que le daríamos un par de meses más de lo que estipula la ley para estar con su pequeña.

- Wow… Son muy generosos.

- Somos una familia, Sakura, creo que es una de las cosas en las que más hace énfasis mi padre, ¿no lo recuerdas?

- Lo recuerdo bien, pero de verdad es bastante generoso.

- Cuando las personas son felices en sus entornos laborales y se sienten tratados con respeto y consideración son más productivos.

- Es la teoría de la felicidad organizacional, pero Japón no es uno de los países en utilizarla, bien sabes que…

- Si, de hecho, Japón es uno de los países donde las políticas laborales son más rígidas y la carga laboral es muy pesada. Pero podemos decir que es uno de los motivos de nuestro éxito; cada integrante de nuestras empresas es un eslabón importante, se reconocen y se tratan de esa manera, por eso los índices de rotación son muy bajos y los niveles de satisfacción muy altos.

- Es algo muy interesante señor Li.

- Lo es, y Tomoyo es excelente en su trabajo.

"Señores pasajeros, les haba su capitán, estamos sobrevolando la hermosa ciudad de Hong Kong y tenemos cielo despejado. Abrochen sus cinturones, iniciaremos el aterrizaje"

Y ahí estaba de nuevo, la cara del horror, Shaoran no pudo más que sentirse sobrecogido al verla tan aterrada, debía ayudarla a cambiar su percepción sobre los vuelos o ella terminaría sufriendo mucho.

Rápidamente se quitó el cinturón e hizo lo mismo con el de Sakura.

- Shaoran, ¡qué haces! El piloto acaba de decir que…

- Rápido, cambiemos de lugares – dijo él levantándose de su lugar

Sakura, confundida, hizo caso y se ubicó al lado de la ventanilla, pero procuraba no observar, pues la altura la aterraba.

- No, no cierres los ojos. Mira, es algo maravilloso – Sakura, temerosa, pero con curiosidad, abrió los ojos y observó desde las alturas como se acercaban a la hermosa ciudad. Cómo les saludaban los imponentes rascacielos y las playas, era una vista fantástica - ¿Qué tal?

- Es muy hermosa

- Te lo dije – dijo él tomando la mano de la castaña al notar el pequeño temblor que se apoderaba de ella – está bien sentir temor por algunas cosas, es un instinto, lo que no está bien es que te prives de experiencias maravillosas y lugares fantásticos a causa de ese temor.

- Lo sé… Pero…

- Sin "peros", Sakura. Vive el ahora y solo disfruta este viaje que es la vida.

Sakura se sentía sobrecogida, no solo por lo hermoso de lo que sus ojos contemplaban, sino por él, Shaoran. ¿Quién era ella a su lado? Una simple asistente, una niña que apenas empezaba a crecer y a su lado un hombre de mundo, disciplinado, inteligente, ridículamente guapo, pero a la vez sensible, cuidadoso y atento; volteó para mirarlo y estaba tan cerca que podía sentir su aroma mezclarse con el suyo propio y su corazón empezó a latir desbocado… Lo miró de nuevo, pero él solo miraba a través de la ventana, no se fijaba en ella.

Volvió su vista hacia la ventana, tenía que dejar de pensar tonterías, quizá solo se debía a que estaba susceptible por lo recién sucedido con Yukito, no podía ser tan tonta de confundir la generosa amabilidad de Shaoran con algo más…

Shaoran, por su parte, había optado por concentrarse en la vista desde su ventana y tratar de calmar las locas ideas que empezaba a formarse en su cabeza, se había sentido poderosamente tentado a besarla, abrazarla y sentirla más cerca suyo. Verla tan susceptible sin duda alguna tocaba su corazón.

Ambos quedaron sumidos en un tenso silencio hasta que el avión por fin hizo su aterrizaje.

- ¿Han tenido un vuelo agradable?

- Claro que sí, muchas gracias – dijo Sakura al despedirse del piloto que los esperaba para descender.

Shaoran y ella abordaron una limosina y le sorprendió ver como el ambarino había cambiado de repente, se veía más serio y enfocado en el trabajo; ella no quería importunarlo así que se dedicó a contemplar el distrito comercial con todos los rascacielos y el caluroso ambiente.

- ¿Te gusta?

- ¿Ehh?

- La ciudad.

- Es muy similar a Tokio, pero tiene un ambiente… No lo sé, diferente.

- Iremos a la oficina principal para recoger algunos documentos, debo firmar algunos informes… En fin

- ¿A qué hora partiremos?

- Mañana temprano

- ¿Pasaremos la noche aquí?

- Sí, no estaba entre los planes, pero estará bien. ¿Te molesta?

- Para nada, estoy a tu servicio.

- No sé… Deberíamos… Iremos a la oficina primero, nos instalaremos después para que puedas descansar.

- Está bien.

No mucho tiempo después, el vehículo se detuvo frente a un enorme rascacielos que en la parte superior tenía los caracteres chinos LI. Era igual o más imponente que el edificio en Tokio. Entraron al lugar donde Shaoran avanzaba por todo el lobbie del edificio recibiendo reverencias y ella caminaba tras él.

Pero en un momento él se detuvo y la esperó, ella se detuvo por simple inercia y él posó su mano en su cintura y susurró en su oído – No camines tras de mí como si fueras mi esclava, sabes que no me gusta.

Sakura se sonrojó como colegiala y solo asintió mientras seguían caminando y los demás murmuraban a su alrededor sin que Shaoran quitara su mano de la espalda de la castaña. Abordaron el elevador.

- Qué… ¿Qué fue eso? – preguntó ella aun arrebolada.

- Sakura… - él tomó las manos de la castaña – perdóname, pero olvidé decirte algo y necesito tu ayuda.

- ¿Qué pasa?

- Es una historia muy larga que prometo contarte en cuanto salgamos de aquí.

- Al grano, Shaoran.

- Aquí trabaja mi ex… Prometida

- ¿Tu ex qué?

- Lo que oíste y existe una mínima posibilidad de que la encontremos aquí, por eso…

- No te voy a dejar solo y trataré de seguirte la corriente en lo que hagas. Cuenta conmigo.

Shaoran la miró con renovada devoción, pensó que se indignaría o se molestaría con él, pero en ese momento solo podía ver la determinación en su mirada y le mostraba cuan leal podía ser.

El elevador se detuvo en el último piso, como solía ser ese debía ser el piso de los ejecutivos principales. Al descender parecía que no había nadie más que un par de asistentes y una mujer que servía té.

- Joven Xiao – Lang, es un gusto verle – saludó una amable mujer en Chino y la pobre Sakura no entendía absolutamente nada.

- Gracias, me alegra verte también, pero te pediré un enorme favor, ella es la señorita Kinomoto y como sabrás, es Japonesa, por eso te pido que hables en Japonés también.

- Por supuesto que sí, bienvenida señorita Kinomoto. ¿Gustan tomar algo? Es un día caluroso allá fuera.

- Es muy amable

- Qué les parece algo de té y galletas. Si gustan pueden esperar en la sala de juntas mientras llamo al señor Li, ¿está bien?

Shaoran y Sakura asintieron, pero justo cuando se dirigían a la mencionada sala una hermosa y elegante mujer salía de una de las oficinas con unos documentos en la mano y se detuvo en cuanto los vio.

- Xiao Lang

Dijo la mujer y se detuvo en cuanto los vio.

- Yun…

- Que gusto verte – dijo con voz melosa, pero de inmediato desvió su mirada a Sakura que un segundo se sintió un poco cohibida pero se recuperó al instante y no se dejó amilanar – veo que vienes… Acompañado – dijo la mujer mirando de arriba abajo a Sakura

La castaña no comprendió nada, pues la recién llegada también hablaba en chino, pero no necesitaba entender sus palabras para comprender el desprecio en la forma de mirarla, no se le hacía raro, había tenido que lidiar con mujeres peores que ella en NY.

- Kinomoto Sakura – dijo Sakura procurando presentarse y haciendo una reverencia

- ¿No habla Chino? – preguntó la mujer a Shaoran en torno burlesco sin siquiera prestar atención a la castaña, quien lo tomó como un agravio personal. Había pensado portarse medianamente amable con la bruja que tenía en frente, pero ella sí que podía ser una bruja cuando se sentía insultada.

- No, no habla Chino y si no estás dispuesta hablar Japonés, por favor hazte a un lado, tenemos cosas que hacer.

- Está bien, está bien… Japonés será – la mujer se volvió hacia Sakura y se presentó – Yun Xie, bienvenida a Li Enterprises. Soy la jefe de comunicaciones.

- Encantada de conocerle, gracias por su hospitalidad.

- Y… ¿Cuándo planeas regresar a Tokio? – preguntó la mujer acercándose a Shaoran con zalamería. En ese momento, Sakura sintió deseos de tomarla de las extensiones que tenía en su larga coleta y enviarla a volar al otro lado de la habitación, pero tenía que comportarse.

- Saldremos mañana temprano, pero no iremos a Tokio. Vamos rumbo a Grecia.

- Mmmmmm Grecia… Recuerdas cuando…

- No, no me interesa recordar y con tu permiso, tenemos cosas por hacer – dijo tomando suavemente a Sakura del brazo y avanzando hacia la sala indicada.

- Bueno disculpa… Yo quisiera invitarte – Shaoran la miró con una ceja levantada y la mujer se vio desairada – invitarlos, quise decir, a cenar algo esta noche. Quizá…

- No, tenemos cosas por hacer, es la primera vez que Sakura visita Hong Kong y queremos aprovechar, ¿no es así? – dijo el ambarino mirando a Sakura con una dulzura tal que hasta parecía que era cierto

- Por supuesto – respondió la castaña acercándose a Shaoran y acomodando su corbata – será una hermosa noche – concluyó, mientras Shaoran procuraba ocultar su sonrojo, pero la China lo alcanzó a percibir.

- En ese caso, ¿qué tal un almuerzo?, vamos Shaoran, por los viejos tiempos.

El ambarino suspiró cansado, por más que la mujer que tenía frente a él le fuera por completo indiferente en el plano sentimental, tampoco podía fingir que le agradara su presencia. Si de algo se había convencido durante los años posteriores a su ruptura es que estar con ella había sido una pésima decisión y no estaba para nada interesado en repetirlo.

- Qué dices, Sakura ¿No te sientes algo cansada del viaje?

- La verdad, sí, un poco, pero tampoco podemos hacerle semejante desplante a la señorita Xie, ya tendremos tiempo para descansar y disfrutar un poco de la ciudad.

- En ese caso, termino lo que tengo pendiente y vamos a almorzar.

- Está bien.

La mujer se alejó de ellos contoneando las caderas un poco más de lo cualquier persona normalmente lo haría causando una risa burlesca en Sakura.

- El efecto Li… - dijo girándose junto con su jefe rumbo a la sala

- No digas bobadas, cómo pudiste aceptar el dichoso almuerzo

- Decir que no es darle más importancia de la que merece, Shaoran… A menos que la merezca

- No, en lo más mínimo.

- ¿Entonces por qué no aceptaste la cena?

- Porque es cierto lo que dije, quiero llevarte a ver un poco Hong Kong

- ¿de verdad?

- Por supuesto…

- Oye, pero la señorita Xie es muy hermosa.

Shaoran bufó – puedo decirte que mucho de lo que ves… No es real

- Jajajjaja no te creo… Bueno su cabello, sí son extensiones. Pero tiene unos ojos preciosos.

- No más que los tuyos, además son lentillas. Sus ojos son realmente negros. El esmeralda de tus ojos, es un poco difícil de encontrar.

- ¿Eso crees? – preguntó la castaña sintiéndose levemente avergonzada.

- Totalmente – dijo Shaoran ocupando una silla de la mesa que se ubicaba en la sala – es más, quédate quieta

Shaoran se acercó al rostro de la castaña más de lo que ella esperaría y con sus dedos la tomó del mentón y la miró directamente a los ojos. De más está decir que la mujer estaba al borde del colapso, pero ella también pudo contemplar esos hermosos ojos color ámbar, era casi hipnótico y el aroma de Shaoran era embriagador, podía ver como por momentos los ojos del ambarino recorrían otras áreas de su rostro y un pequeño suspiro escapó de sus labios. Totalmente provocador.

- Ojos como los tuyos, solo los vi en tu madre, la señora Nadeshiko.

- ¿Conociste a mamá?

- Era una mujer excepcional, tan hermosa. Y no hablo solo de lo físico que era más que obvio, hablo de su ser. Ella inspiraba paz y, Sakura, eres tan parecida a ella – el ambarino soltó suavemente su mentón y retrocedió un poco – además, tienes unas pequeñas pecas traviesas que adornan tu nariz, no las había notado antes a pesar de que usas un maquillaje muy ligero.

- Vaya… es usted muy observador señor Li

- Solo con lo que vale la pena observar.

Antes de que Sakura pudiera responder, llegó la persona encargada. Un hombre muy parecido físicamente a Hien Li pero con los ojos rubíes de Meilling y supo que debía ser su padre.

- Xiao Lang, querido muchacho, bienvenido – se acercó mientras Sharoan se ponía en pie y el hombre lo envolvía en un fraternal abrazo.

- Gracias tío. ¿Qué tal estás?

- Ya sabes, mucho trabajo. ¿Y qué tal Mei? Se niega a radicarse aquí en China porque sabe que la pongo en cintura.

- Mei es una buena chica y ahora que dejó su carrera de modelo… Digamos que está más abierta a la posibilidad de dedicarse al negocio de la familia.

- Me alegra mucho oír eso muchacho, que vea tu ejemplo y de tus hermanas, los Li siempre seremos gente trabajadora y espero que ella aprenda el valor de ser más independiente.

- ¿Entonces es cierto que le cancelaste las tarjetas?

- Por supuesto, ella tiene que empezar a enfocarse y darle rumbo a su vida.

- Bueno, si tú lo dices. Qué te parece si empezamos a revisar estos documentos, sabes que no tengo mucho tiempo aquí en la ciudad antes de partir a Europa.

- Claro que sí, pero ¿dónde quedaron tus modales? ¿No me presentarás a la linda señorita que te acompaña?

- Oh, por supuesto. Ella es la señorita Sakura Kinomoto, el reemplazo temporal de mi asistente.

- Sea bienvenida a Li Enterprises, señorita Kinomoto. ¿Ya les ofrecieron algo de beber?

- Muchas gracias señor, y sí, ya nos ofrecieron algo de beber, son ustedes muy amables – respondió Sakura haciendo una reverencia.

- Bueno, manos a la obra.

Los dos hombres Li empezaron a revisar una serie de contratos y documentos, a pesar de ser su propia familia y en parte, su empresa, Shaoran se ocupaba de leer y estudiar con detenimiento cada uno de ellos, mientras Sakura revisaba que los demás estuvieran en orden y poder optimizar así la labor.

- Señorita Kinomoto, ¿cuánto tiempo lleva trabajando en Li?

- Un par de meses señor.

- Tengo entendido que estás reemplazando a Rika en su licencia, si llegaras a necesitar algo, ten presente que aquí tienes las puertas abiertas cuando quieras.

- Tranquilo tío, Sakura se queda con nosotros.

- No está de más tener otras opciones, ¿no lo crees así señorita Kinomoto?

- Claro que sí, pero el señor Li tiene razón… Aunque no sea con él, pero si ellos me quieren allí, ahí permaneceré.

- Es una lástima, he oído hablar muy bien de ti y de tu trabajo.

- Muchas gracias, señor.

- Ya lo sabes entonces.

- Tío, no presiones – dijo Shaoran con una sonrisa.

- Ya, ya, tenía que intentarlo. ¿Van a hacer algo cuando terminemos aquí? Podríamos ir a almorzar.

- Lo siento, ya tenemos un compromiso con Yun

- ¿Es en serio? E… ¿Irás con Sakura?

- Por supuesto, no pienso estar a solas con esa mujer.

- Es una bruja Shaoran, sabes que está aquí porque es socia de la empresa, de lo contrario no tendría que soportar su presencia.

- Perdón, señor. ¿Puedo saber por qué se refiere así a la señorita…?

- Yun es una oportunista, manipuladora y peligrosa mujer. Sigo sin entender como aceptaste almorzar con ella.

- Es solo un formalismo, no te preocupes.

- Bueno, creo que hemos terminado todo acá. Solo espero que la próxima vez vengas más tiempo y por supuesto, acompañado de la bella señorita Kinomoto.

- Gracias tío, yo también lo espero, hay mucho de Hong Kong que esta señorita debe conocer.

- Les deseo buena suerte y… Señorita Sakura, si me permites llamarte por tu nombre – Sakura asintió – no descartes del todo mi propuesta.

- Es usted muy amable señor Li.

Salieron los 3 de la sala que ocupaban y Sakura se adelantó un poco mientras Shaoran quedó con su tío.

- Sabes la clase de víbora que es Yun, no caigas en sus garras ni permitas que haga sentir mal a la señorita Kinomoto.

- No te preocupes tío, la voy a cuidar.

El mayor de los Li se despidió de su sobrino con un abrazo y ambos abordaron el elevador.

- Ya sabes, trátame bien o vendré con tu tío.

- Está loco si cree que te va a sonsacar.

- Yo puedo tomar mis propias decisiones, señor Li

- Está bien, eso es cierto, así que confío en tu criterio.

- No podría dejarte solo… Me necesitas para lidiar con tus ex novias.

Shaoran rio suavemente – solo será con Yun, lo prometo. ¿Quisieras ir al hotel primero? Todavía tenemos tiempo.

- Si, por favor, quiero prepararme para nuestro súper almuerzo. Si tu ex quiere guerra, se metió con la correcta.

- Ohhh eso sí que asusta.

- Lo digo en serio, ¿cómo pudiste estar con una mujer tan pedante y antipática? Aunque pensándolo bien, se parece a ti.

- Oye no…

- Claro que sí, subidos en sus maravillosos pedestales creyendo ser superiores a todo el mundo.

- Sakura, yo no…

- No eres así, ahora lo sé – dijo ella tomando el brazo de Shaoran con cariño

- Gracias, monstruo.

Salieron del edificio, abordaron la limosina y no mucho tiempo después se encontraban en el hotel Four Seasons del distrito industrial de Hong Kong, un lugar absolutamente hermoso y lujoso.

Sakura se sentía encantada con su habitación, con una magnífica vista al mar y tan lujoso como todo lo que rodeaba a los Li.

Se apresuró a bañarse y prepararse, había llevado un hermoso vestido veraniego color azul cielo y había dejado su cabello suelto y ondulado, su maquillaje hacía resaltar sus ojos y se aseguraría de estar a la medida de Shaoran, si bien entre ellos no existía nada, se encargaría de amargarle la tarde a la susodicha.

"Te espero en el lobbie. Li"

Tomó sus cosas y abandonó la habitación sintiéndose muy segura de sí misma. Justo donde le había dicho, se encontraba su jefe como siempre, puntual y apuesto.

- Te ves hermosa, Sakura.

- Claro que sí. Tu ex no sabrá qué la golpeó – respondió ella con una sonrisa confiada mientras se ponía sus lentes oscuros- ¿vamos?

- Como diga, señorita Kinomoto.

Abordaron la limosina y Shaoran dio las instrucciones a su chofer del lugar hacia el cual debían ir.

- Shaoran… Yo, nunca he buscado intervenir en tu vida privada, pero me involucraste en esto, no quiero preguntar lo que no debo, solo dime lo que necesite saber.

- Es justo lo que pides y… Prometo que te contaré todo, pero no tendremos tiempo de aquí al restaurante. Solo debes saber que no siento nada por Yun, pero ella es muy melosa y va a procurar seducirme y mucho más si piensa que estoy contigo, va a querer "demostrar" que sigo pensando en ella.

- Ok… ¿Entonces mi papel será…?

- Solo, déjate llevar

- Eso suena un poco sórdido ¿no lo cree, Señor Li?

- No me parece – dijo él acercándose lentamente y ella, por puro reflejo buscó retroceder – no, no, no mi querida Sakura, son ese tipo de reacciones las que nos pondrán en evidencia – dijo él con voz ronca mientras los latidos del corazón de Sakura se aceleraban exponencialmente – ya te dije, solo métete en el papel – Sakura cerró los ojos por un momento y suspiró; él tenía razón, tenía que ser objetiva y comprender que esto era solo una actuación y con todo lo que Shaoran había por ella era lo mínimo que podía hacer. Abrió sus ojos de nuevo, pero ya no había temor o timidez en ellos… Todo lo contrario.

- Tienes razón, Shaoran… - respondió haciéndole frente y el ambarino solo pudo mostrar una sonrisa torcida.

- Esa es mi chica – respondió él acariciando la tersa piel del cuello de la castaña – solo no olvides que yo no haría nada para herirte, así que no tengas miedo.

En ese momento el vehículo se detuvo frente a un lujoso restaurante pero que a todas luces era de comida China tradicional. El chófer ayudó a Sakura a bajar y posteriormente lo hizo Shaoran, este último se paró a su lado y dispuso su brazo para que ella se apoyara.

- Todo un caballero.

- Es lo menos que mereces

Ambos emprendieron el camino por la escalinata para ingresar y les recibieron con toda la pompa que correspondía.

- Señor Li, nos place tenerle nuevamente por aquí. La señorita Xie le aguarda en la mesa de siempre.

- Gracias, ¿podría informarle a la señorita Xie que no ocuparemos esa mesa? Está en la zona de fumadores y mi acompañante no tolera el olor del tabaco.

- Oh, por supuesto señor Li, le ubicaremos en otro lugar que sea de su completo agrado.

Así, el anfitrión dio órdenes de informar a Yun sobre los cambios solicitados por Shaoran y ubicarles en la mesa que él indicara. Era obvio que había sido un cambio que no le agradaba en lo más mínimo a la ex de Shaoran, y él lo sabía y por supuesto, lo disfrutaba.

- Siento mucho el haber tenido que cambiar de mesa, verás, a Sakura le molesta mucho el aroma del tabaco

- Si, entiendo.

- Agradezco mucho su comprensión, soy alérgica a todo tipo de aromas desagradables y Shaoran me cuida mucho, no lo puedo evitar – dijo la castaña acariciando el rostro de Li como la mujer más enamorada del mundo y disfrutando de la expresión de Hastío de la otra.

- En fin… ¿Les parece si ordenamos ya?

El mesero encargado de atender estuvo presto a las instrucciones de los comensales. Yun se tomó la libertad de ordenar por los 3 algunos platillos exóticos, pero pronto Sakura intervino.

- Gracias por su amabilidad y la recomendación de los platillos, pero creo que difiero un poco de las elecciones – Se dirigió al mesero – ¿podría traernos por favor para el señor Li una orden de Dim Sum?

- ¿Dim Sum? Estamos en uno de los mejores restaurantes de China y ¿vas a pedir algo tan… corriente? – dijo Yun menospreciando la solicitud de Sakura.

- Es el plato de favorito de Shaoran, pensé que quizá lo sabía.

La mujer boqueó un par de veces antes de responder – Claro que lo sé, es solo que, este restaurante…

- Bueno, eso no importa. Por favor podría traer también pastel de chocolate y vino tinto.

- Gracias preciosa.

- Con gusto, señor Li – respondió Sakura

- Ahora, si me permites, es mi turno. La señorita va a querer pasta con camarones, té helado y una enorme porción de pastel de fresas – mientras hablaba, Sakura lo miraba un tanto sorprendida. No recordaba haber hablado con Shaoran sobre sus preferencias en materia gastronómica. Y al otro lado de la mesa una rabiosa Yun Xie les miraba sin poder disimular su disgusto. Ordenó rápidamente una ensalada y el mesero se marchó.

- Bueno… Veo que se llevan muy bien – dijo la mujer con ironía.

- Por supuesto.

- Aunque, bueno, debes admitir que la señorita Kinomoto no es muy… Acorde con el tipo de mujeres que sueles frecuentar

- ¿Y cómo sabes el tipo de mujeres que suelo frecuentar?

- Eres famoso Shaoran.

- Si, supongo que me he creado una fama y también tienes razón. Sakura… - dijo mirándola con una sonrisa – es como una bocanada de aire fresco. Inteligente, sencilla, elegante, generosa… Muy diferente a las superficiales, interesadas, huecas y caprichosas mujeres con las que he llegado a estar.

A esas alturas, la molestia de la mujer era notoria, mientras Sakura y Shaoran departían con toda tranquilidad y parecía que disfrutaban mucho el almuerzo; cada vez que Yun Xie intentaba sembrar cizaña o generar molestia entre los castaños, las respuestas ocurrentes de Sakura frustraban sus vanos intentos o simplemente Shaoran salía en su defensa como el más ferviente enamorado.

Sin querer, fueron ellos quienes terminaron disfrutando de aquel almuerzo, pues no solo había estado delicioso, sino que había logrado un pequeño desquite de la odiosa mujer quien se rindió y terminó por excusarse debido a labores de la oficina.

- Ha sido un gusto conocerla señorita Xie – dijo la castaña con fingida amabilidad

- Lo mismo digo. Que tengan buen viaje.

Sin decir más, la estirada señorita abordó su vehículo y partió del lugar.

- Sakura, gracias. No habría sido lo mismo sin ti

- Pero no entiendo, si la mujer te es indiferente entonces no sé por qué no la cortas llanamente.

- Estúpida caballerosidad de los Li

- Es la excusa más tonta que he escuchado

- Lo sé, pero por más desagradable que pueda ser no puedo actuar de manera displicente, en cambio, contigo a mi lado, era obvio que ella cesaría cualquier intento de acercarse más allá de lo debido

- En fin… ¿Ahora qué?

- Ahora, señorita Kinomoto, vamos a explorar Hong Kong. Solo permíteme hacer un par de llamadas.

Así, Shaoran se encargó de planear diversas actividades para disfrutar con Sakura, era increíble lo cómodos que se sentían uno con el otro, él pudo olvidarse por un rato de sus muchas responsabilidades y disfrutar de la ciudad y placeres sencillos que muchos darían por sentados.

La tarde caía mientras ellos daban un paseo por la playa. Sakura con sus zapatos en la mano, disfrutaba profundamente sintiendo la calidez de la arena entre sus dedos mientras el viento jugaba con su vestido y contaba a Shaoran alguna historia ocurrente. Él no decía nada, solo contemplaba como los colores del atardecer se mezclaban con su cabello, era una visión idílica y empezó a pensar en las palabras de Meilling, ¿estaría jugando con fuego? ¿Estaría llegando a un punto sin retorno?

- Shaoran… Hey

- Disculpa, me distraje con algo de la oficina.

- Bueno, este día ha sido muy divertido. Gracias por todo, supongo que querrás descansar.

- ¿Estás cansada? Había planeado algo para la cena, pero no hay problema si…

- No, no, no lo digo por mí. Yo estoy muy feliz, pero tampoco quiero ser demandante.

- Tonta Kinomoto. Vamos, te va a encantar lo que tengo preparado.

Shaoran la tomó de la mano y empezaron a correr por la playa con rumbo al auto que les esperaba en la calle.

- ¿Cuál es la prisa?

- Ya verás.

El vehículo se desplazó tan rápido como pudo hasta llegar al puerto, allí, caminaron hasta encontrarse con un enorme barco, muy lujoso y con los mismos caracteres Li escritos en frente. Era bellísimo y daba cuenta de una maravillosa noche.

- Sakura, él es el capitán Zhang y el señor Jin Wei – ambos hombres hicieron una reverencia ante los recién llegados

- ¿Wei? Preguntó Sakura con curiosidad

- Es hermano de Wei, nuestro mayordomo. Él vive aquí en China

- Oh, ya veo…

Abordaron el navío y era simplemente espectacular, todo era lujo en derredor y la oscuridad de la noche ya se había adueñado de los cielos que estrellados les daban la bienvenida a uno de los espectáculos más memorables de Hong Kong.

- Esto es bellísimo, Shaoran, no puedo imaginar lo que fue crecer en este mundo de tanto… Esplendor.

Shaoran sonrió un poco triste y se recostó en la baranda de estribor mirando hacia la ciudad y se le notaba más relajado, pero no dijo nada. Sakura se recostó también, pero mirándolo a él.

- No tan bonito como imagino

- No me mal entiendas, agradezco los esfuerzos de mis padres y claro que crecer con estos privilegios es bueno, pero también trae muchos sacrificios consigo… Pero bueno, no vamos a detenernos a pensar en cosas tristes. Esta noche, las luces de Hong Kong brillan para ti, Sakura Kinomoto.

Ahora si la castaña prestó atención a la parte de la ciudad en la medida en que el barco se movía plácido sobre las aguas, era un espectáculo precioso.

- Lo llaman Symphony of Lights y es uno de los mayores atractivos turísticos de Hong Kong; no pude pensar en una oportunidad más perfecta para que lo vieras.

Los ojos verdes de Sakura brillaban aún más de la emoción, eran tan transparentes y puros que Shaoran no pudo evitar quedar prendado de ellos. Más allá de la belleza de los mismos, era la sinceridad y calidez que siempre había en ellos. Aprovechó que ella estaba distraída con las luces para observarla con más atención.

Su cabello se veía adorablemente despeinado a causa de la brisa que habían disfrutado en la playa, la elección del vestido había sido simplemente perfecta para la ocasión, pues el viento lo mecía con delicadeza sin dejar de resaltar su esbelta figura. Los zapatos, que se había quitado previamente en la playa, los había vuelto a usar antes de ingresar al bote y por supuesto, la hacían lucir más alta; pero, aunque midiera metro y medio, siempre se vería gigante ante sus ojos.

Esa era Sakura Kinomoto, la mujer leal, la amiga comprensiva y la eficiente asistente que había llegado a su vida de manera transitoria pero que ahora, no podía contemplar la idea de no tenerla.

- Joven Shaoran – una voz tan similar como la de su amigo Wei, interrumpió su meditación y puso ante él una copa de champagne

- Oh, gracias Jin.

El hombre hizo lo mismo con Sakura quien recibió gustosa la bebida.

- Espero que le agrade el espectáculo señorita Kinomoto.

- Es muy hermoso señor Wei.

- Joven Shaoran, cuando usted disponga puedan pasar a cenar

- Qué dices Sakura

- Por mí, perfecto.

Un poco más adelante se encontraba la mesa finamente ataviada para recibir a sus comensales y ambos tomaron asiento mientras el espectáculo continuaba.

- Te luciste Shaoran, en verdad es algo hermoso

- No me des el crédito a mí, solo digamos que estamos en el lugar y hora adecuados.

- Entonces gracias por propiciar el lugar y el momento correcto. El día de hoy has sido… Grandioso.

Chocaron sus copas y continuaron conversando, conforme avanzaba la cena, los juegos artificiales adornaron el cielo de Hong Kong, haciendo que la velada se tornara mucho más agradable.

- Hay que hacer un brindis – dijo Sakura emocionada mirando los juegos y parándose al lado de la baranda del barco.

- ¿Por qué brindaremos?

- Por ti y por mí – el corazón de Shaoran se sintió emocionado al escuchar esas palabras, pero entonces la castaña prosiguió – por la amistad que hemos forjado y, porque a pesar de los pronósticos iniciales, no nos terminamos matando el uno al otro. Quiero brindar por ti, Shaoran Li, por todo lo bueno que has sido conmigo – Sí, se había desinflado como un globo al escuchar que ella se refería a la amistad que habían construido, pero tenían toda la razón, no podía decirlo de otra manera ni podía darle otra connotación a algo que era simplemente eso, una amistad. Así, compuso una sonrisa y chocaron sus copas

- Salud

- Sakura… No creo que sea muy prudente que bebas más – decía Shaoran a una risueña castaña que se había puesto demasiado alegre a causa de la bebida.

- No seas aguafiestas… La noche es joven y hermosa.

- Eso es cierto, pero vas a amanecer con resaca

- Bueno, pero me debes algo

- ¿Qué cosa?

- Prometiste que me hablarías de Yun Xie y su tormentoso pasado.

- Oh… Es cierto, lo hice.

- Pero si no quieres…

- No me mata de emoción, pero lo prometí. Así que, aquí va.

Sakura y Shaoran caminaban tranquilamente a lo largo del bote mientras él trataba de recapitular las cosas de la mejor manera.

- Verás… Yo siempre fui un niño muy serio y disciplinado, podría decirse que huraño. Sabes, que es costumbre de los grandes clanes chinos el crear compromisos desde que estamos pequeños. Meilling tenía la fantasía de que era mi prometida – dijo él riendo ante el recuerdo y apesar del rostro alarmado de Sakura – Era solo una fantasía infantil, no te espantes. El caso, es que Yun Xie es la nieta de un fallecido patriarca de uno de los clanes y por supuesto, mientras estaba con vida, comprometernos les pareció algo demasiado lógico.

- Pero… Eran niños, qué tipo de compromiso puede ser ese.

- Tienes razón, era algo oficial, de hecho, si la veía un par de veces al año era mucho y siempre me metía en problemas por su mal comportamiento. Mis estudios fueron privados hasta que en los años de preparatoria consideraron prudente enviarme a una escuela muy prestigiosa en Tokio y allá mismo la inscribieron a ella. Allí tuve la oportunidad de acercarme más a ella, se había convertido en una chica muy hermosa debo admitir, era divertida, la chica popular, me introdujo al mundo del licor, las fiestas y drogas al igual que a Eriol

- ¿Eriol siendo influenciado por esa mujer?

- Eriol era todo un nerd, lo hubieses conocido. Y como toda su infancia la tuvo en Inglaterra, tenía un aire de lord inglés que volvía locas a las muchachas. En aquella escuela nos conocimos con Tomoyo y Rika, de hecho.

- Te enamoraste.

- Fue mi primer amor… El único, creo.

- ¿Qué pasó entonces?

- Hicimos nuestra relación formal, ya no era solo por la negociación de mi familia, estaba loco por ella, habría dado todo por hacerla feliz, pero muy a pesar de que ella se mostrara como una chica de buena familia y "adecuada" para mí, mis padres pudieron ver a través de ella. Sabían que era manipuladora, oportunista, indisciplinada, todo lo contrario a lo que mi familia busca forjar.

- ¿La dejaste por tus padres?

- Mis padres no intervinieron más allá de sus consejos. Aunque pienso que si yo hubiese insistido en un matrimonio con ella no se habrían quedado de brazos cruzados.

- ¿Entonces cuál fue el motivo?

- Los rumores crecían en torno a la disipada manera de vivir de Yun, obviamente, en mi enamoramiento me negué a creerlo, me distancié de mis padres, de mis amigos. Pero lo que ella hizo después me mostró la clase de mujer que es.

- Bueno, no sé qué pueda ser más grave que traicionarte con otros hombres.

- Eso es muy grave, pero yo no lo había comprobado con mis propios ojos. Luego lo haría. El caso es, que se hizo la manera de engatusar al abogado de confianza de su propio abuelo para falsear su testamento dejando en sus manos el control de la mayoría de propiedades que pertenecían a él, traicionó a su propia sangre, a sus padres y hermanos y puso al abuelo en contra de todos para que pensara que querían matarle para quedarse con sus cosas cuando era ella la que lo estaba haciendo.

- ¿Cómo te enteraste de algo tan horrible?

- Fue terrible, porque inclusive me involucró y trató de culparme diciendo que todo había sido mi idea para apoderarme de las dos familias.

- Lo que me cuentas es horrible.

- Esa mujer es el demonio, Sakura, obviamente me di cuenta de primera mano de sus traiciones porque la descubrí con el abogado aquel, pero todo confluyó y yo me sentí devastado.

- Pero no entiendo, ¿logró su cometido?

- Lo hizo, el fraude nunca se pudo comprobar porque el anciano falleció súbitamente y ella, se casó con el abogado.

Sakura se llevó las manos a la boca, lo que Shaoran le estaba contando era terrible, trataba de ponerse en su lugar y la traición que había vivido era totalmente imperdonable. Por puro reflejo tomó la mano del ambarino en apoyo quien a su vez no solo la aceptó, sino que acariciaba su dorso con el pulgar y proseguía con la historia.

- Para mí, fue un golpe demasiado difícil, tenía… Tu edad.

- ¿Sabes cuántos años tengo? – preguntó entre curiosa y divertida

- Por supuesto, cumpliste 23 en abril.

- Wow.

- No me distraigas niña. En fin, tenía tu edad, fue un otoño muy oscuro, me encerré en mi apartamento, bebía todos los días, inclusive… - suspiró – tuve una sobredosis de cocaína; de no ser por Eriol…

La castaña ahogó un sollozo y se arrojó a los brazos del ambarino, no supo por qué, pero al escuchar sobre la posibilidad de que ese hombre maravilloso que estaba abrazándola en esos momentos dejara de existir la dejaba sin respiración.

- Sakura…

- Siento mucho que hayas pasado todo esto – decía ella contra su pecho

- Pero ya pasó

- Shaoran, aquí. Prométeme que jamás, sin importar lo que pase harás algo tan estúpido

El ambarino la sujetó de su rostro y una lágrima descendía por la tersa piel de su mejilla y él limpió rápidamente con el dorso de su mano y negó abrazándola de nuevo.

- El licor te pone blanda, Kinomoto.

- No bromees y gracias por compartir tu historia conmigo.

Permanecieron abrazados un momento más cuando él la sintió un poco más pesada de lo normal, al percatarse, se había dormido en sus brazos, estaba totalmente profunda. Sonrió y trató de acomodarla mejor pidiendo la ayuda de Wei.

- Creo que es mejor que pasen la noche aquí, tuvieron un día muy largo y aquí tienen todas las comodidades.

- Tenemos todas nuestras cosas en el hotel y no sé si Sakura pueda sentirse…

- No se preocupe, la señorita confía en usted. Ya mismo enviaré a alguien de toda mi confianza para recoger las pertenencias de ambos en el hotel y traerlas acá. Además, supongo que de acá directamente al aeropuerto.

- Sí, así eso. Te encargo mucho, Wei. Iré a llevar a Sakura a la habitación de huéspedes.

- Por supuesto señor, todo está dispuesto para lo que pueda necesitar.

Shaoran asintió y tomó a Sakura entre sus brazos que de inmediato se aferró a su cuello embriagándolo con el inconfundible aroma de su piel.

La llevó con toda la delicadeza posible a una de las habitaciones disponibles en el enorme yate de su familia esperando que estuviera tan cómoda como fuera posible. Le quitó los zapatos y pudo notar que su vestido no era demasiado incómodo, así que no valía la pena despertarla o molestarla de más. Trajo una manta que encontró en el closet y la arropó con delicadeza, pero la mano delicada de Sakura le sujetó de la muñeca.

- Quédate – al mirarla, lo observaba con la profundidad de sus ojos verdes que podían fácilmente distinguirse aun entre las penumbras de la habitación

- Es la segunda vez que me lo pides – respondió él en un susurro.

- Esta vez no es por mí – dijo ella – Quédate.

Él lo sintió en lo profundo de su corazón, entendía que, aunque él había superado ese momento amargo de su vida ella quería transmitirle su compañía y cariño. Así que, sin decir más, solo asintió.

Y se quedó.

Holi, holiiiii

Como les dije anteriormente, disfruté increíblemente el escribir este capítulo, no sé por qué todo me fluye mejor cuando mi vida en realidad está en momentos difíciles jajajajaj es una locura! El caso es que, me encanta la forma como se están relacionando. Este capítulo no existía, su vuelo iría directo a su destino en Europa - que les compartiré en un momento - pero de la nada surgió este capítulo, la perversa Yun y este microviaje increíble por Hong Kong. El amor, el amor...

Agradezco mucho sus reviews, me quedé un poco triste porque recibí muy pocos comentarios y pensé que no les había gustado, pero siempre existe esa voz de aliento que me ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva, que apoya y acompaña en estos momentos difíciles. Isa querida, siempre en mi corazón.

Mi querida Carrie, te envío un abrazo gigante con este capítulo y a la Florecita más hermosa de Argentina. No les respondo muchas veces los reviews porque me llegan en horario laboral y luego lo olvido. (PERDÓNNNNNNNNNN), pero las llevo en mi corazón y mi mente siempre.

Bueno, lectores de mi corazón, los dejo con un abrazo inmenso!

Ale - San