NOCHES DE SANTORINI II
-Disculpen la interrupción, solo quería preguntarte algo de la junta de mañana, pero puede esperar.
-Sakura no es lo que estás…
-Lo que yo pueda o no pensar no es importante señor Li. Señorita D´Angello, de nuevo, mil disculpas por la interrupción. – Hizo una profunda reverencia y se retiró de allí sin decir más.
Shaoran quedó petrificado, ya había visto esa mirada fría en Sakura y temía mucho lo que pudiera estar pensando, por todos los cielos, hacía un rato se habían besado de una manera increíble y él también estaba confundido… Necesitaba explicarle que Isabella había llegado hace poco y casi que había entrado sin autorización a su habitación, él le había dicho que tenía dolor de cabeza y ella había pedido servicio al cuarto. Nada había pasado ni pasaría, no estaba interesado en tener una aventura con ella ni con nadie.
-Maldita sea – mascullaba Shaoran mientras se ponía una camiseta sencilla y salía tras Sakura, pero Isabella trató de detenerlo
-Oye, qué pasa
-Necesito buscar a Sakura, debo…
-Puedes hablar con ella mañana… Yo aún no te he dado tu regalo de cumpleaños – dijo Isabella acariciando su pecho sugestivamente.
-Mira, no es el momento y de verdad tengo prisa.
-Pero Shaoran… - El ambarino se soltó de su agarre y salió de la habitación hacia la de Sakura que por supuesto estaba cerrada.
Golpeó sin recibir respuesta – Sakura, Sakura abre, soy yo. Por favor
Nada, ni un solo ruido, ninguna respuesta – Sakura, escúchame… Por favor, no me iré y no dejaré de insistir si no…
La puerta se abrió de golpe y ahí estaba, tratando de aparentar frialdad, pero sus ojos enrojecidos la delataban – Shaoran, escúchame porque solo lo diré una vez. No quiero tus explicaciones, no las estoy pidiendo, solo quiero descansar y lo que hagas con ella no es asunto mío, por favor déjame tranquila.
De la misma forma intempestiva en la que abrió quiso volver a cerrar, pero Shaoran detuvo la puerta e ingresó a la habitación.
-¡Qué demonios estás haciendo, Shaoran! – dijo Sakura indignada por el comportamiento del ambarino
-Lo que tengo que hacer porque toda esta situación es absurda Sakura, ¡es absurdo que si quiera llegues a pensar que pudiera estar pasando algo entre Isabella y yo!
-Shaoran lo diré por tercera vez, no me interesa, te conozco y el tipo de hombre que eres
-Precisamente… - dijo Shaoran acercándose y tomando las manos de Sakura – me conoces, como nadie, a quién he descubierto mis heridas sino a ti y aunque ahora tengas rabia o te sientas confundida, Sakura, sabes que yo no…
-Shaoran, ahórratelo, estoy cansada por favor… Vete
-Está bien, pero por favor no seas injusta en todo esto – sin decir más, el ambarino abandonó la habitación y regresó a la suya que estaba ya vacía. Se lanzó sobre la cama ¿Cómo era posible que una noche tan perfecta terminara de esa manera? En este momento solo le quedaba confiar en Sakura, le había demostrado ser una mujer centrada y que no se dejaba llevar por apariencias, aunque… Sakura estaba celosa, sí sentía algo por él, ¿podría acaso albergar alguna clase de esperanza?
Por su parte, Sakura había preferido estar en el balcón, mirar las estrellas siempre la había calmado, tenía la certeza de que sus papás la acompañaban desde allí y permitió que sus lágrimas fluyeran con libertad; sabía que Shaoran le decía la verdad, no podía haber sucedido nada en los pocos minutos que habían transcurrido desde que se separaron, pero no era eso lo que la inquietaba.
La naturaleza misma del ambarino, su forma de actuar durante tantos años no iba a cambiar de un momento a otro solo por lo que hubiese podido pasar en una noche, seguramente si ella no hubiese llegado e interrumpido… No podía y no quería pensar en lo que habría sucedido.
Y si no era con ella y en ese lugar o ese momento, igualmente sucedería con otra en algún otro momento o lugar. Suspiró.
-Muy bien Sakura, tú y tus malas elecciones – sollozó y abrazó sus rodillas, dejando que el llanto fluyera en medio de la oscuridad y el silencio de aquella noche.
Había apagado las luces hacía un rato, quería dormir, pero de verdad tenía dolor de cabeza, quiso salir al balcón pero le fue inevitable asomarse al de Sakura y la vio allí, sola, en medio de la oscuridad abrazando sus rodillas y tratando de silenciar sus propios sollozos.
¿Qué había hecho? ¿Qué estaba haciendo? Sakura era un tesoro que él había encontrado sin querer; él, por su parte, había sido durante años un sínico que había menospreciado el amor y se había enfocado en la satisfacción personal y transitoria. No podía arrastrar a Sakura con él.
¿Estaba experimentando sentimientos por ella? Sí, eso era claro, obvio, pero hasta qué punto podía arriesgarse no solo a dañar la relación de amistad y confianza que habían construido, sino dañarla a ella. Sakura era una mujer transparente, leal y comprensiva, solo hasta que estuviera totalmente seguro de sus sentimientos por ella, procuraría guardar las distancias y cuidarla, era lo más responsable que podía hacer por ella, por ambos.
Así, finalizó esa noche que había sido casi perfecta, por lo menos para él.
El sonido de la puerta era apremiante, quien estuviera golpeando tenía demasiada prisa e interrumpía su copa de vino tinto.
-Fye, soy yo – Y vaya que conocía bien esa voz.
-Isa… - Abrió la puerta y la morena ingresó a toda prisa – Wow, wow… Calma, ¿qué haces aquí? Pensé que estarías con Li
-No me hables de eso – respondió visiblemente alterada la italiana y arrebatando la copa de su mano la bebió casi de un solo golpe.
-Ya, cálmate, qué pasó.
-Tienes que sacarla de en medio, Fye
-Pero de qué hablas
-¡De la estúpida Kinomoto! Shaoran y ella…
-Pfff ¿y te preocupas? Es su asistente, sabes como es Li, se la debe estar cogiendo – dijo Fye con Ironía.
-No es eso Fye, conozco a Shaoran hace más tiempo que tú, jamás me había despreciado por otra y… Es la forma como la miraba, estaba preocupado porque ella nos haya visto en su habitación, salió tras ella ¡y me dejó ahí!
-¿Crees que tienen algún tipo de relación?
-No, no han llegado allá… Pero puede pasar y necesitamos a Shaoran, lo sabes. Además…
-Hirió tu ego, lo sé. Deja de comportarte como una niña consentida Bella o podría traernos problemas.
-Fye a ambos nos conviene que Shaoran esté libre y sin distracciones
-Pues déjame decirte querida prima que será un placer, Sakura es como una ninfa preciosa y comprendo a la perfección a Li si está fijándose en ella.
-No entiendo qué le ven, es bonita, pero Shaoran ha tenido mejores prospectos.
-Bueno, mañana mismo nos tendremos que poner en acción simplemente tratar de que estén separados el mayor tiempo posible para que tú puedas seducirlo de nuevo, con eso bastará.
-Si, creo que con eso será suficiente.
-Ahora sí ¿puedes dejarme tranquilo por lo menos por esta noche?
-Sí, sí… Ya me siento un poco mejor.
-Bueno, siendo así, que descanses entonces.
Isabella abandonó la habitación de su primo y se dirigió a la suya, el hombre de ojos azules entre tanto, volvió a llenar otra copa y sonrió. Claro que sería un placer para él seducir a Sakura, y aun cuando su prima no se lo pidiera, la castaña se había convertido en objetivo desde el momento mismo en que la vio en aquel restaurante, pero ahora sería más divertido si pensaba que serviría para sus planes y de paso fastidiaría a su némesis: Shaoran Li.
Los ojos y la cabeza dolían, eso sí, un poco menos que el corazón. Tomó el teléfono de la mesita de noche y se fijó en la hora. Llamó a recepción donde le informaron que el spa ya se encontraba funcionando, era perfecto porque necesitaba algún tratamiento y maquillaje para cubrir sus ojeras, así que se apresuró a salir llevando consigo el traje que usaría en la reunión de la mañana y su maleta de trabajo para llegar allí directamente.
Shaoran, por su parte, quien siempre estaba acostumbrado a levantarse temprano, buscó ver si Sakura se encontraba en su habitación y era posible hablar con ella antes de iniciar la jornada, no quería que el día empezara así, pero al revisar por el balcón no había rastro de ella, la llamó a su habitación y tampoco contestaba y en su celular tampoco.
Respiró profundo y decidió esperar, ante todo, ella era muy responsable y sabía que aun a pesar de lo sucedido la noche anterior no dejaría de cumplir a cabalidad sus funciones. El tiempo pasó sin que se diera cuenta, así que se dirigió a la sala de juntas aun cuando nadie se había presentado, revisó su teléfono y la primera en llegar fue Isabella, quien no dudó en acercarse con su habitual coquetería que ya le estaba fastidiando bastante y mucho más al recordar los problemas que le había ocasionado la noche anterior.
-Mi querido Shaoran, llegaste temprano.
-Lo mismo digo, nunca has sido muy asidua a madrugar así que ¿qué te trae tan temprano?
-No lo sé – dijo ella encogiéndose de hombros – no tenía sueño y tampoco tenía nada más por hacer, además – dijo con tono meloso y tomándolo de la corbata – estaba ansiosa por verte.
-Oye yo…
-Ven aquí… Aún no te doy tu regalo de cumpleaños – La mujer se acercó rápidamente para besarlo, pero él la esquivó y justo en ese momento ingresó Sakura.
-Buenos días – dijo con voz seria e ingresando a la sala llevando todos los documentos que les competían, pero sin mirar directamente a Shaoran o Isabella.
-Sakura, hola – saludó de inmediato Shaoran levantándose de su lugar y dejando de lado a Isabella haciendo notoria la frustración de esta.
-Señor Li, buenos días, ¿desea algo antes de la reunión?
-No, todo está bien.
-En ese caso, prepararé estos documentos, pero pueden continuar en lo que estaban, no los interrumpiré.
-¿Lo ves Shaoran? A la señorita Kinomoto no le importa que continuemos con lo nuestro antes de la reunión – interrumpió Isabella
-Ya basta Isabella, no hay nada que interrumpir creo que debes comportarte.
La joven mujer no dijo nada y regresó a su lugar mientras Sakura solo miraba a Shaoran quien se veía realmente molesto ante la situación, pero ella solo se limitó a seguir ordenando todo para la reunión.
-Buenos días – ingresó a la sala un alegre Fye quien de inmediato se acercó a Sakura con una rosa roja en sus manos – para ti, mi bella Sakura.
-Oh, gracias eres muy amable.
-Hoy no aceptaré un no por respuesta. Dime que irás a cenar conmigo, por favor.
-Lo siento… Creo que hoy no será posible, verás, no pasé una buena noche y quisiera ir a dormir temprano.
-Entonces, vamos a almorzar, prometo que será muy agradable.
Sakura lo pensó, en realidad el motivo por el que lo rechazaba era más por Shaoran que por ella, ya que Fye en realidad le parecía un tipo agradable… Pero ahora no le veía mucho sentido a seguirlo rechazando, no tenía razón de ser seguir los consejos de Shaoran cuando la mujercita italiana seguía tras él y lo más seguro es que terminarían en una de sus acostumbradas aventuras.
-Bueno, acepto almorzar contigo, pero recuerda que no tenemos mucho tiempo.
-Aprovecharé cada segundo mon chérie – dijo besando el dorso de su mano y finalizando la conversación ya que los demás integrantes de la reunión se estaban uniendo a ellos.
De más estaba decir que Shaoran se encontraba desconcertado y furioso, sentía que el comportamiento de Sakura obedecía a algún tipo de represalia por todo lo que estaba sucediendo con Isabella, lo que no sabía es que ella misma se estaba poniendo en riesgo y seguramente no le permitiría advertirla, se estaba comportando de forma inmadura.
La reunión transcurría lenta y monótona, le estaba costando demasiado concentrarse, tenía la cabeza hecha un lío y le dolía la actitud de Sakura más de lo que quisiera admitir; ella, como siempre, se dirigía como toda una profesional sin dejar espacio alguno a errores y eso era un punto muy positivo pues él estaba más bien distraído, pero más allá de eso, él quería de vuelta a su dulce Sakura, a su amiga, confidente y mano derecha. Suspiró.
-¿No está de acuerdo, Li?
Shaoran abrió los ojos sorprendido y observó a todos en la mesa que lo miraban atentamente
-Ah… Esto…
-Porque claro, es algo que podríamos revisar si lo consideran necesario.
-Yo… La verdad es que…
-Lo que quiere decir el señor Li, es que no podríamos tomar una decisión de inmediato, cualquier modificación debe ser consultada previamente con Tokio. ¿No es así? – preguntó Sakura mirando con urgencia a Shaoran para que la respaldara.
-Es exactamente lo que quería decir, gracias por intervenir señorita Kinomoto.
Vaya Li, tienes algo bueno allí eh – dijo con una sonrisa uno de los hombres europeos con los que negociaban y Shaoran supo de inmediato a que se refería.
-Claro que sí, la señorita Kinomoto es excelente en su trabajo.
-Te está salvando el trasero aquí Li. Te propongo algo, usa la tarde de hoy y ocúpate de presentar nuestra propuesta a tu gente y podremos volver sobre este punto mañana para que quede finiquitado. ¿Te parece?
-Es una muy buena opción y les agradezco mucho.
-Muero de hambre, nos veremos mañana temprano entonces.
La reunión se dio por terminada en aquel momento y cada quien se dedicó a lo suyo y por supuesto Fye no perdió el tiempo. Se acercó a Sakura mientras ella organizaba el papeleo correspondiente para recordarle el compromiso adquirido mientras Isabella hacía lo propio con Shaoran.
El ambarino sentía la bilis acumularse al ver a Sakura sonriente concretar con Fye su dichoso almuerzo, se sentía como un idiota al preocuparse por ella, ya era una adulta por todos los dioses.
-¿Me estás escuchando? – preguntaba con insistencia Isabella.
-No, perdón… ¿Me decías?
-Que quizá podamos almorzar algo rápido, parece que Fye se encargará de tu linda asistente y no querrás quedarte solo todo este tiempo… Vamos Shaoran, no pensarás hacerme otro desplante – añadió ella con la misma salamería que usaba cuando buscaba salirse con la suya.
Shaoran suspiró, ella tenía razón, no tenía sentido que se quedara solo lamentándose o pensando tonterías, quizá era lo que necesitaba para espabilarse de una vez de todo lo que estaba sucediendo con su asistente así que aceptó y salió con Isabella.
-Sakura, hablaré con mi padre para reunirnos a las 2 pm, serán las 8pm en Japón. Por favor para que estés lista a esa hora en esta misma sala.
-Sí señor, así será
Con una última mirada de advertencia a Fye Shaoran abandonó el lugar en compañía de la Italiana quien colgaba de su brazo con una sonrisa socarrona en sus labios y observando a Sakura de reojo quien a duras penas contenía su rabia.
-Bueno, hermosa señorita, creo que es hora de irnos.
Sakura recompuso una sonrisa y asintió saliendo con Fye, la verdad es que ese almuerzo fue más agradable de lo que esperaba, solo había aceptado por salirle al paso a aquel compromiso, pero reafirmaba aún más su opinión inicial de que el francés era un hombre inteligente, interesante, muy amable y culto… Aunque algo en su persona hacía sonar una pequeña alarma en su interior y había decidido no ignorar esa sensación del todo.
El tiempo había pasado rápido y había llegado la hora de reunirse de nuevo con Shaoran.
-Fye, ha sido un almuerzo fantástico, gracias por la invitación, pero como sabes, el deber llama
-El placer ha sido todo mío hermosa Sakura y espero poder contar el placer de tu presencia por más tiempo… Por cierto… ¿Quisieras acompañarme en la fiesta que se hará la noche final?
-Fiesta… No tenía conocimiento de ninguna fiesta.
-Oh, pensé que Li te había dicho. Cuando se cierran las negociaciones se hace una fiesta donde no solo asistimos los aquí presentes sino algunos otros colegas y socios, ya sabes para afianzar relaciones comerciales, son amigos de años y eso. Quisiera que fueras como mi acompañante.
-La verdad es que… No sabría decirte.
-Tampoco creo que quieras llegar sola, Li normalmente está con Bella – dijo el Francés con fingida inocencia.
-Supongo que así es, pero si es algo de placer no creo que sea obligatoria mi presencia allí.
-Solo piénsalo, te prometo una noche maravillosa.
-Está bien, lo pensaré. Debo irme.
El francés la despidió con un beso en la mejilla y Sakura salió del lugar rápidamente pensando en la propuesta hecha por Fye, pensó que Shaoran la tendría en cuenta para llevarla a ese evento pero jamás lo mencionó o ella estaría preparada para la ocasión… Quizá era un evento exclusivo para los ejecutivos y accionistas, pero entonces ¿por qué Fye sí la había invitado? O quizá el plan original de su jefe siempre había sido ir con Isabella desde un inicio.
Suspiró. Otro asunto más en el que definitivamente no quería pensar.
Se encontró frente a la puerta de la sala de reuniones pero cuando fue a abrir la mano de Shaoran se antepuso a la suya y lo hizo primero, ingresaron ambos en total silencio y empezaron a preparar todo para su reunión.
-Y… ¿Qué tal tu almuerzo? – preguntó parcamente Shaoran
-Bien, todo estuvo bien, ¿qué tal el tuyo?
-Si, también sin contratiempos.
Sakura se moría por preguntarle acerca de la dichosa fiesta para ver qué le decía Shaoran o si encontraba una excusa válida para no haberle dicho nada en principio.
-Eso que quieres preguntar suéltalo de una vez o te vas a estallar – dijo él mientras revisaba su teléfono.
-Pero…
-Sí, tienes esa mirada de que te mueres por preguntar algo, pero te abstienes, así que solo hazlo y ya.
-Bueno, es solo que Fye me invitó a una fiesta y quería saber por qué no me habías dicho nada al respecto… Digo, así no quisieras ir conmigo, por lo menos estaría preparada.
-Demonios.
-Supongo que lo "olvidaste" – dijo la castaña con ironía
-Discúlpame, en verdad era un evento que no tenía muy presente porque… Bueno… Yo…
-No te preocupes, ya sé del dichoso evento y decidiré qué hacer, Fye ofreció ser mi acompañante así que no arruinaré ninguno de tus planes cualquiera que sea.
-Sakura no…
En ese justo momento la video llamada de Japón estaba ingresando, al otro lado de la pantalla se encontraban el señor Hien y Eriol quienes estaban a la espera de dar inicio a la reunión y se enfocaron en el motivo principal del encuentro.
-Mis queridos muchachos, que gusto verlos, qué tal los trata ese paraíso griego.
Sakura y Shaoran solo sonrieron de manera forzada – Todo va bien padre pero es mejor que entremos en materia, no quiero que se les haga demasiado tarde en Tokio.
-Bueno, qué es lo que desean replantear.
-¿Feimei no se encuentra con ustedes? Hay algunos temas financieros importantes que quisiéramos tratar con ella
-Temo que no podrá acompañarnos, Jang está enfermo y lo está cuidando, pero estoy seguro que la perspectiva de Sakura nos será muy útil
-Gracias por su confianza señor Li – contestó la castaña sonriéndole sinceramente.
-Bueno, empecemos entonces.
La encargada de exponer lo sucedido en horas de la mañana era Sakura y los motivos eran obvios, Shaoran había estado muy disperso y también necesitaba tener claro el asunto, pero la situación no había cambiado mucho pues ver a Sakura desenvolverse ante todos con tanta propiedad, solo podía mirarla y admirarla, había aprendido muchísimo en el poco tiempo que llevaba en el puesto y lo complementaba a la perfección con sus conocimientos en economía que eran bastante extensos, tenía una capacidad de síntesis y análisis que no tenían nada que envidiar a su hermana Feimei quien tenía más experiencia que ella en el campo.
-Ya veo, la situación es bastante interesante. Y en tu opinión ¿qué podríamos hacer, Sakura? – preguntaba interesado su padre
-Señor Hien, creo que esta es una oportunidad de oro para diversificar la propuesta, quizá no lo habíamos considerado así desde la propuesta inicial, pero ya que los italianos han abierto la puerta para replantearlo, podríamos tener un acuerdo programático que puede extender la duración del negocio y llevar a postergar nuestras relaciones con ellos.
-Afianzando así una relación a largo plazo – dijo Shaoran complementando.
-Exacto – respondió Sakura sonriendo.
-Son un excelente equipo – Añadió Hien con una sonrisa orgulloso – ¿qué dices tú, Eriol?
-Que la dulce Sakura ha hecho un magnífico trabajo
-Pero eso nos llevaría a hacer un pequeño sacrificio en términos financieros en lo que refiere a este negocio de manera particular.
-Podríamos hacerlo teniendo en cuenta los beneficios futuros – dijo Shaoran.
-Haciendo un cálculo de forma somera. Las pérdidas serían alrededor de 5 millones de Euros, pero las ganancias, sin tener en cuenta la inflación y el comportamiento del precio del Euro frente al Yen durante los años inmediatamente siguientes, estaríamos hablando de ganancias cercanas a… - Sakura tomó su calculadora y empezó a concentrarse en ella – cercanas a los 8 millones de Euros, pero como digo, es un cálculo muy impreciso por el momento.
Sakura seguía con su exposición y ni el mismo Shaoran pudo darse cuenta de la sonrisa que se dibujó en su rostro, ni la expresión que tenía solo con mirarla, simplemente no podía quitarle los ojos de encima.
-Bueno, creo que quedamos claros en la estrategia a utilizar de ahora en adelante y la forma en cómo se va a renegociar ese punto. ¿Está bien, Xiao Lang?
-Perfecto, padre. Por favor, dale mis saludos a mi madre y a mis hermanas, deseo que el pequeño Jang se recupere pronto.
-Les daré tu recado. Gracias por su esfuerzo, espero que también tengan tiempo para divertirse – decía Hien Li a modo de despedida.
La videollamada finalizó, pero tan solo unos segundos después el teléfono de Shaoran empezó a sonar. Era Eriol.
-Hola, ¿sucedió algo? ¿Nos olvidamos de algún detalle?
-Nada de trabajo, pero tú y yo tenemos que hablar
-¿A qué te refieres?
-A la cara de idiota que tenías mientras Sakura explicaba lo concerniente al acuerdo. A ver, ¿qué pasó entre ustedes?
Ante el tipo de pregunta y sin poder dar una respuesta que lo dejara en evidencia frente a la castaña, se alejó lentamente hacia la salida de la sala.
-¿Qué te hace creer que pasó algo?
-Ya te dije, nunca te había visto con esa cara de tonto. Y no intentes mentirme que será tiempo perdido, algo sucedió entre ustedes ya no intentes ocultarlo.
En otras circunstancias el ambarino habría optado por guardar silencio o alguna otra maniobra evasiva, pero en realidad necesitaba hablar con alguien, así que procuró alejarse lo más posible
-Esto es una locura Eriol, todo lo que está pasando es una locura.
-Pero explícame hermano.
-¿Tienes tiempo para una videollamada?
-Ahhhh… Bueno, estoy en casa de tus padres, pediré prestada tu habitación para poder hablar con tranquilidad.
-Te llamo en cinco minutos mientras llego a mi habitación.
El inglés estuvo de acuerdo y culminaron la llamada, Shaoran se acercó rápidamente a la puerta y se despidió de Sakura de manera escueta agilizando su paso hacia la habitación; la castaña por su parte, quedó un poco desconcertada por la abrupta despedida, pero supuso que el ambarino estaba evadiendo darle una respuesta sobre la fiesta y es que muy en el fondo esperaba que él le pidiera ser su acompañante, cosa que obviamente, no sucedió.
Shaoran ingresó a la habitación y tomó su laptop conectándose en videoconferencia con Eriol quien se veía demasiado serio al otro lado de la pantalla.
-Ahora sí, escúpelo, qué es lo que está pasando.
-Estoy confundido, terriblemente confundido.
-Estás sintiendo cosas por Sakura, es eso
-Sí, es eso.
-No sabes cómo manejarlo
-No solo es eso, con Isabella aquí, todo ha sido endemoniadamente confuso, ayer… - suspiró – ayer fue un día increíble, ella me brindó un día increíble, desde la mañana hasta la noche fue algo…
-Wow, estás hecho un idiota – dijo Eriol con una mueca irónica.
-Cállate. Pero luego, bueno, nos besamos… Mucho, pero apareció Isabella y todo se confundió, Sakura está pensando lo peor de mí y además está el imbécil de Fye.
-¿Flourite?
-El mismo, y obviamente está apuntando hacia Sakura, la quiere enredar y siento que no puedo hacer nada al respecto.
-¿De qué demonios estás hablando? Eres Shaoran Li, uno de los solteros más cotizados de toda Asia y el idiota de Flourite no es más que un payaso arrogante que no tiene más que su apariencia y sus elaborados modales, Sakura es una mujer muy inteligente, se dará cuenta que ese tipo es espuma.
-Isabella tampoco me deja en paz y no entiendo, hace unos meses atrás esa mujer me volvía loco, ahora podría decirse que casi me fastidia su melosería.
-Vaya, vaya… Parece que te perdimos, lobito. ¿Has considerado la posibilidad de que lo tuyo por Sakura vaya más allá de un simple gusto?
-Claro que lo he considerado y me aterra
-Tengo una idea de por qué, pero quiero saber cuáles son tus motivos.
-Me aterra equivocarme con ella, hacerla sufrir, despertar sentimientos que no sepa corresponder, sabes que después de lo sucedido con Yun…
-Dudas que puedas llegar a amar a alguien. Bueno, mira mi experiencia con Tomoyo, sabes lo que siento por ella, pero todo lo hice mal y terminé hiriéndola y destruyendo nuestras posibilidades de estar juntos, no cometas mis mismos errores amigo. No arriesgues tu amistad con Sakura hasta tener claro qué quieres y hasta donde estás dispuesto a llegar.
-En fin… Hablando de Tommy, ¿cómo está? No me ha contactado la muy ingrata.
-Ella está bien, hoy aceptó ir a almorzar conmigo
-Es un avance, ¿no?
-Claro que lo es, aunque no albergo esperanzas por lo menos espero que me perdone
-Ya lo hizo, te lo he dicho. Tomoyo es incapaz de guardar rencor, aunque hayas sido un completo bastardo.
-Como sea, ya basta de ser doctora corazón, ¿sabes qué hora es? Me quiero ir a descansar.
-Ya, vete… Y… Gracias
Con un asentimiento de cabeza por parte de Eriol, la video llamada finalizó y Shaoran se sintió un poco más tranquilo, definitivamente necesitaba sacar todo ese drama de su sistema y compartirlo con alguien, lo que sí definitivamente debía hacer era hablar con Sakura.
Intentó llamarla a su celular pero estaba apagado, se asomó por su balcón esperando tener suerte pero no había rastro de la castaña y pensó lo peor, que podía estar nuevamente con Fye y ese era un temor que lo abordaba.
La sensación de la arena tibia entre sus dedos era de las que más disfrutaba aunque en ese momento sintiera un enorme desasosiego en su corazón; no entendía la montaña rusa por la que estaba pasando en tan pocos días, aunque quizá fuera mejor que todo eso sucediera antes de poderse ilusionar más con Shaoran, pero tampoco podía engañarse, lo que sentía por él iba más allá de un simple cariño fraternal o un gusto físico, pero era Shaoran Li y no iba a dejar de lado la naturaleza que había guiado su conducta por tantos años por ella.
Suspiró y abrazó sus piernas apoyando el mentón en sus rodillas. Quería llorar, pero no podía, así que se limitó a observar el color de las nubes que empezaba a cambiar por el inevitable ocaso.
-Papá, mamá… Ojalá pudieran escucharme, ojalá pudieran estar conmigo.
-Sabes que no estás sola – susurró la voz de Shaoran tras ella haciendo que la castaña diera un respingo.
-Qué…
-Perdóname, no fue mi intención importunarte ni asustarte.
-Qué haces aquí
-Necesito hablar contigo
-Pero yo no…
-Ya sé que no quieres, pero tú no eres así, Sakura. Eres más que esto, habla conmigo, por favor.
-Solo fue un golpe de realidad Shaoran, y yo quizá no estaba preparada.
-Pero a qué te refieres, no puedes creer que pudo pasar algo con Isabella en ese breve periodo de tiempo, vamos, dame algo de crédito.
Sakura lo miró con ojos entrecerrados por el último comentario – Shaoran, no es lo que pasó en ese momento, no soy estúpida y sé que no pudo pasar nada… Pero dime, sinceramente, ¿no iba a pasar?, tu fama te precede y no puedo ser tan ilusa de pensar que alquien cambie de un día para otro.
Shaoran guardó silencio, quería decirle que sí, que sí es posible si encuentras a la persona correcta, que en su mente no estuvo nunca el tener algo con Isabella, pero ¿cómo explicarle que mágicamente había dejado de sentirse atraído por la mujer con la que tuvo tanta historia? O cómo convencerla que ese Shaoran Li promiscuo play boy había dejado de existir en tan solo unos días. ¡Vamos! Ni el mismo lo podría creer si se lo dijeran.
No dijo nada, solo tomó la mano de Sakura y ella no lo rechazó, solo miraba el atardecer.
-Es la confianza, Shaoran. Es lo que puede y no pasar, no quiero perder tu amistad.
-Y yo no quiero perderte, pero también quiero que confíes en mí. Lo que sucedió anoche… Es decir…
-Sé a qué te refieres – dijo ella ligeramente sonrojada
-Fue real, Sakura. Mírame a los ojos – ella en realidad no quería hacerlo, sabía que al mirarlo estaría perdida, pero él insistió – mírame
Sakura lo miró, y más allá de cualquier duda ambos quedaron perdidos uno en la mirada del otro y todo lo demás desapareció en ese instante, Shaoran solo deseaba repetir el beso de la noche anterior, la marea de sensaciones que lo había abordado en aquel momento amenazaba con liberarse de nuevo y no creía tener la fuerza para detenerla.
-Shaoran, yo…
-¡Hey, Sakura! – una voz muy conocida para ambos se dejó oir a lo lejos – hola, te estaba buscando – dijo Fye procurando recuperar el aliento –
-En qué te puedo servir?
-Solo quería llevarte a cenar… Pero… ¿Interrumpo algo?
-Si / No – respondieron ambos al unísono
Shaoran se levantó molesto de su sitio y extendió su mano hacia Sakura, quien sacudió la arena de su vestido sin decir nada y luego con toda la amabilidad de la que fue capaz dio su respuesta a Fye.
-Agradezco mucho tu invitación, pero como te había dicho anteriormente no deseo salir esta noche, solo quiero descansar.
-Oh, entiendo… Es solo que como supe que estabas acá, pensé que estabas de mejor ánimo y podríamos salir, como pudiste ver antes, la isla puede ser muy divertida en la noche y…
-Gracias, pero no. ¿Es todo?
No necesitó más para hacer entender al francés que su presencia no era para nada bien recibida en ese momento, Sakura no solía ser grosera ni cortante con las personas, pero tampoco le gustaba que invadieran sus espacios personales y mucho menos una persona a quien acababa de conocer.
Mientras tanto, fue imposible para Shaoran disimular su sonrisa irónica y sentir un pequeño aire de triunfo ante ese charlatán francés.
-¿Nos vamos? – preguntó Shaoran a Sakura quien asintió
-Que pases feliz noche Fye y nuevamente te agradezco la invitación.
El francés solo atinó a sonreír por obligación, pero no dijo más mientras veía a Sakura partir con Shaoran.
-¿Podrías borrar esa sonrisita de tu rostro? – dijo Sakura a Shaoran – no veas esto como una especie de triunfo
-Perdón, solo si conocieras el tipo de persona que es Fye, sabrías el por qué de mi sonrisa.
-Ya, me imagino lo que vas a decir, pero prefiero formarme una opinión propia, por ahora pienso que es un hombre muy amable, inteligente, todo un caballero.
-Entonces por qué no aceptaste ir con él si te parece tan maravilloso – dijo Shaoran con ironía
-Porque estoy cansada
-¿No cenarás conmigo?
-No
-Vamos… No me vas a dejar solito.
-No estás "solito", ahí tienes a tu querida Isabella, invítala a ella.
-Estás celosa – dijo Shaoran entre risas haciendo sonrojar a la castaña y ganando de paso un buen golpe en el brazo
-Eres un tonto.
Ingresaron al hotel y Shaoran acompañó de nuevo a Sakura hasta su habitación.
-Descansa bien, si necesitas algo por favor no dudes en llamarme, estaré muy atento.
-Gracias, Shaoran
-Y para que lo sepas – dijo el ambarino acercándose a su oído y acariciando su rostro con delicadeza – Yo sí me siento muy celoso por Fye.
Sakura quedó petrificada y abrumada por todo lo que Shaoran le hizo sentir con ese simple contacto y sus palabras… ¿En serio estaba celoso de Fye?
Cuando pudo reaccionar se encontraba sola en la puerta de su habitación, ingresó rápidamente y se tendió en la cama aun sin saber qué pensar, su corazón revoloteaba como loco y se sentía aún más confundida ¿qué quería Shaoran de ella?
Finalmente, se levantó de la cama y se preparó para darse una ducha, quería preparar todo para la reunión de la mañana siguiente y… Extrañaba mucho a Tomoyo, poder hablar con ella y contarle lo que estaba pasando, pero era demasiado tarde en Tokio para una llamada. Suspiró e ingresó a la ducha, esperaba que el agua pudiera llevarse sus tensiones y poder pensar con claridad. Definitivamente Shaoran estaba volviéndola loca.
El ambarino ingresó a su habitación con una sonrisa en los labios, en parte se sentía mal por ver a Sakura en el estado de shock en que la había dejado, no tenía idea que podía lograr ese efecto en ella pero a su vez se sentía extrañamente feliz, habría dado lo que fuera por besarla, aunque fuera una vez, pero eso habría sido sobrepasar los límites.
Quizá las cosas podrían arreglarse, quizá todo dejaría de ser tan incómodo los días que durara el viaje y al regresar a Tokio resolver algo… Algo… ¿Qué diablos tendría por resolver? Era claro que existía una fuerte atracción entre ambos, pero era necesario comprender la profundidad de sus sentimientos hacia la castaña y por supuesto, de ella hacia él, no estaba dispuesto a lanzarse al vacío por un "tal vez".
Lo que si era claro para él, es que quería vivir un día a la vez, no se apresuraría a tomar decisiones o preocuparse por cosas que no sucedían por ahora… En todo caso, ¿ya habría cenado? ¿Estaría bien?
Tomó el teléfono de servicio a la habitación y consultó si Sakura había pedido algo de comer, le confirmaron que no habían recibido ninguna solicitud, eso sí le preocupaba, que todo lo que estaba sucediendo aunado a la carga laboral la llevaran a descuidarse y pasara lo que pasara se había prometido cuidarla y eso haría.
Sakura salió de la ducha y se vistió con su pijama más cómoda y acorde a la calurosa noche que estaba haciendo. Encendió su laptop pero escuchó ruidos fuera de la habitación, se asomó y vio que uno de los asistentes desaparecía por una de las puertas del balcón con su carrito de servicio, al salir, encontró que en la mesita fuera de la habitación estaba servida la cena, algo muy similar a lo que ella había hecho la noche anterior, algo muy íntimo y tranquilo con flores y velas.
-Pero qué… - se puso una bata y salió, encontró una tarjeta que leyó rápidamente
"Ahora es mi turno de cuidarte… Sabes que siempre estaré pendiente de ti pase lo que pase, así que ten una noche tranquila y descansa bien".
Así, Sakura se encontró estrechando la pequeña nota escrita a mano contra su pecho y dejando escapar un pequeño suspiro. Sí, estaba jodida.
La mañana siguiente fue muy diferente, el ambiente se sentía menos tenso entre Sakura y Shaoran pero la que llegó notablemente molesta fue Isabella, se notaba en su mirada al llegar a la sala de juntas y Fye, aunque no se notaba tan molesto como la Italiana no mostraba su característica amabilidad ni buscó a Sakura como solía hacerlo, lo cual sin duda extrañó a ambos castaños aunque a Shaoran le dio mala espina.
-Buenos días jóvenes – saludó amablemente el mayor de la delegación italiana – es una hermosa mañana, ¿no les parece?
-Si señor, lo es – respondió Shaoran
-Señorita Kinomoto, ¿ha sido cómoda su estadía? ¿Qué tal le ha parecido la Isla?
Sakura se sintió un poco apenada al ser el centro de atención a causa de las preguntas del señor D´Angello
-Sí señor, todo ha sido maravilloso y este lugar es un sueño. Agradezco mucho el estar aquí.
-He de suponer que todo están listos para la fiesta que daremos el sábado. Será preciosa, nos hemos encargado de que todo salga de maravilla. ¿Sabías joven Li que vendrá el resto de nuestra familia? Mi esposa estará feliz de verte de nuevo
-Oh, no lo sabía, también será un enorme placer verla de nuevo. Y por supuesto que estaremos en la fiesta.
-Supongo que serás el acompañante de Isabella, no podría imaginar a mi bella hija con un caballero más idóneo que tú – dijo el hombre con una amable sonrisa
Shaoran miró con sorpresa a Sakura y a Isabella, en ese momento no sabía que responder, claro que sus planes eran ir con Sakura, pero al ver la mirada esperanzada del hombre no sabía qué decir.
De pronto, sintió la mano de Sakura en su hombro.
-Por supuesto que sí señor D´Angello, el señor Li será el acompañante de su hija, está en nuestro itinerario de esa manera.
El ambarino miró sorprendido a Sakura ¿cómo podía comprometerlo de esa manera? Pero justo la vio escribiendo en su teléfono.
- "Todo está bien, no te preocupes"
Quería responderle, decirle que sus planes eran otros y ella no podía tomar esas decisiones por él, pero ya era hora de iniciar la reunión y todo estaban preparados. Inició su intervención sobre el punto pendiente del día anterior y entre él y Sakura se encargaron de cerrar esa importante parte del trato.
Cuando llegó la hora de almorzar, Shaoran de inmediato salió con Sakura de la sala para no dar lugar a interrupciones por parte de terceros, necesitaba hablar con ella sobre el tema de la fiesta.
-¿Y cuál es la prisa por salir? – preguntó Sakura, aun cuando conocía de sobra los motivos de su jefe
-Necesito que hablemos sobre lo sucedido hoy, vamos a almorzar.
-Oh, podemos ir a un resturante en…
-No, no quiero que nadie nos interrumpa y eso parece ser el común denominador aquí. Pediremos que nos sirvan en el balcón.
-Como quieras.
Llegaron a la habitación de Shaoran y este, por puro reflejo se recostó sobre la cama.
-Quizá mientras traen el almuerzo puedo ir a mi habitación a descansar un poco
-Ven acá
-Qué dices
-Es una cama enorme, te haré espacio
-Estás loco.
-Mira, si te vas a tu habitación llegará Fye o cualquier otro idiota y arruinará nuestro almuerzo
-Así que quieres asegurarte que no iré a ningún lado.
-Exacto. Ven aquí – dijo él dando golpecitos al lado de la cama que estaba libre.
Sakura suspiró, se despojó de sus altos zapatos y se recostó en la cama al lado de Shaoran.
-No me preocupa lo de la fiesta, Shaoran.
-No tenías derecho a decidir por mí.
-Se notaba que estabas en un dilema, por mí, estabas pensando que me sentiría herida o molesta, solo te resolví el asunto porque en realidad entiendo la situación.
-¿Qué es lo que entiendes?
-Estamos en medio de una enorme negociación, nuestro cliente está haciendo una sencilla petición, es apenas lógico que accedas, Shaoran. Son solo negocios, no te preocupes por mí.
-No quería… Yo no planeaba ir con Isabella, quería ir contigo.
-Yo ni sabía de la dichosa fiesta Shaoran, ¿lo recuerdas?
-Lo sé, pero eso no cambiaba las cosas – dijo Shaoran suavemente mientras acercaba su mano con lentitud y tomaba el dedo meñique de la castaña
-No te preocupes por mí, de hecho, esa noche planeaba irme a pasear por la playa, ir a comprar obsequios para llevar a casa, un tiempo libre. Así que no te sientas mal por mí, estaré bien.
-¿No pensabas ir con Yue? – preguntó extrañado el ambarino
-No, de hecho, en el remoto caso de ir, preferiría ir sola.
-Pensé que te agradaba mucho Fye – dijo Shaoran con ironía
-Dejando de lado el tonito irónico, sí, me cae bien. Pero no quiero dar lugar a malos entendidos, no me interesa ningún tipo de relación sentimental con un desconocido.
Y sin quererlo, Sakura le estaba dando el mayor descanso a Shaoran quien estaba tan temeroso de que Fye lograra llamar la atención de Sakura más de lo debido.
-Sakura…
-Dime – dijo ella volviendo su rostro hacia Shaoran, definitivamente esos ojos verdes tenían un poder hipnótico sobre él, podría contemplarlos el resto de su vida.
Él tomó la mano de Sakura y con la otra acarició su rostro – Yo… Solo deseo que comprendas lo importante que eres para mí, sé que me equivoco y seguramente pasará en el futuro, pero no es mi intención hacerte daño, nunca.
-Lo sé.
El sonido de la puerta los interrumpió. Ya era hora de almorzar, pero ambos se sentían más tranquilos respecto a la situación. Shaoran iría a la fiesta con Isabella, sería solo un compromiso como parte del negocio y estaba bien, eran pequeñas concesiones que se podían hacer. Sí, todo estaría bien.
La jornada transcurrió y a esa se unió otra y otra y otra más… Sakura había salido a cenar una noche con Fye mientras Isabella trataba de seguir pegada a Shaoran como chicle pero parecía no molestarle a Sakura lo que llamaba la atención de ambos primos Europeos; por su parte, la castaña ganaba cada vez más el favor de los nuevos socios, el señor Luca D´Angello, inclusive había tenido un almuerzo con Sakura y Shaoran donde había manifestado su simpatía hacia la chica de ojos verdes y halagaba su belleza e inteligencia sin cesar, también les había invitado posterior al cierre del negocio visitarlos en su villa en Vernazza y pasar unos días allí.
A pesar de algunos baches y momentos de tensión, el negocio se había cerrado en las mejores condiciones posibles y tanto Shaoran como el señor Hien Li se sentían complacidos; el papel que había jugado Sakura había sido sustancial para el éxito que habían tenido y ahora solo quedaba la fiesta de cierre. Algunos invitados ya habían llegado a la isla, no solo estaría la familia D´Angello, sino otros socios de Francia, Suiza y Alemania. Sería un evento muy exclusivo y Sakura se sentía por un lado liberada de ese compromiso, pero por otro, habría sido lindo poder estar en un evento de esa magnitud.
Había tenido tiempo el día anterior de hablar con Tomoyo, se sentía mucho mejor porque era la única persona – aparte de Shaoran – con quien tenía la confianza suficiente de hablar y compartir sus inquietudes, incluso el tema de la fiesta había salido a flote, Sakura había cambiado de opinión, pero no había encontrado un vestido acorde a sus expectativas.
La mañana del sábado se encontraba libre, no tenían nada pendiente del trabajo así que se permitió dormir un poco más, disfrutar un rato de la piscina y broncearse también. Por fin podía disfrutar, aunque fuera un poco, del paraíso en el que se encontraba; a la hora del almuerzo salió a disfrutar de la gastronomía local, Shaoran se había ofrecido acompañarla, pero lo habían comprometido en un almuerzo con los recién llegados y ella había estado de acuerdo en que aceptara dicha invitación, aunque él en realidad habría preferido tener un tiempo de ocio.
El día era precioso y Sakura estaba feliz explorando las diferentes tiendas y comprando recuerdos para su familia y amigos en Tokio, ingresaba también a las boutiques con la esperanza de encontrar un vestido adecuado, pero no tuvo éxito, ya se resignaría entonces a no asistir. Mejor apartaría un tiempo en el spa y como lo había planeado pasaría un buen rato en la playa.
Unas horas más tarde volvió al hotel con sus paquetes y se encontró con Fye de camino.
-Preciosa Sakura, ¿qué haces?
-Estaba de compras por la isla
-Es una lástima que no vayas a la fiesta, ¿qué tienes planeado hacer?
-Bueno, estaré un rato en el spa, luego iré a la playa durante la noche, tengo entendido que habrá un espectáculo de fuegos artificiales y seguro se verá precioso desde allí
-Si tú quieres – dijo Fye acercándose demasiado para su gusto – podría faltar a la fiesta y quedarnos juntos… Ya sabes, una cena para los dos, mi habitación tiene un balcón con vista increíble y…
-Gracias, pero no te preocupes, ve a la fiesta tranquilo mi habitación también tiene una vista magnífica así que estaré bien – Sakura se alejó y se despidió con la mano sintiendo algo de molestia por la súbita cercanía de Fye.
Llegó a su cuarto y dejó de lado sus paquetes, pero encontró algo sobre su cama, parecía ser un porta trajes con una inscripción "versace", se acercó con algo de reticencia y encontró una nota.
Porque no será nunca lo mismo sin ti… Brillarás como lo haces siempre y estaré a tu lado. Shaoran.
Sakura abrió el porta trajes y se encontró con un hermoso vestido negro, obviamente era su talla, si Shaoran lo había adquirido conocía su talla a la perfección, pero ¿cómo lo había conseguido? Ella había recorrido casi toda la isla y no lo había logrado, además era de diseñador. Estaba rebosante de felicidad y tomó su teléfono.
-Hola.
-¡Gracias, gracias! Está precioso – dijo Sakura emocionada - No sé cómo lo conseguiste, de verdad te lo agradezco muchísimo
-Bueno, ya sabes que soy experto en hacer magia
-Debo ver si hay cita en el spa para arreglarme.
-En primer lugar, no lo considero necesario, te verías perfecta de todas maneras, pero… No te preocupes, ya está resuelto. En una hora tienes cita para arreglo de cabello y maquillaje, ya lo había reservado para ti.
-No se te escapa nada, ¿no?
-Solo quiero que seas feliz. Así que bueno, tendrás un rato para descansar de tus compras. Por favor cuando estés lista házmelo saber, necesito hablarte un momento.
-Claro que sí, te avisaré.
Sakura tomó el vestido y lo observó mejor, era realmente hermoso con un escote de hombros caídos, de verdad Shaoran se había esforzado por verla muy hermosa esa noche y por supuesto, ella no iba a decepcionar. Descansó un rato y en una hora exacta llegó a su habitación un equipo de estilistas prestos a prepararla, se sentía extasiada por tantas atenciones y habían logrado un semi recogido con el cabello ondulado y algunos mechones al frente, el maquillaje no tenía otro objetivo que el resaltar la belleza e intensidad de sus ojos verdes; una vez la dejaron sola, procedió a vestirse y se sorprendió al verse en el espejo, el vestido le quedaba como un guante y tenía una abertura que dejaba al descubierto su pierna izquierda.
Tomó el teléfono en sus manos y se tomó una fotografía que envió a Tomoyo quien de inmediato se desbordó en elogios hacia ella y posteriormente le escribió a Shaoran.
-Estoy lista… ¿Aún me necesitas?
-Si, espérame un momento, voy para allá.
Un cosquilleo se apoderó del estómago de la castaña, obviamente quería causar una buena impresión en todos; pero, aunque no se lo dijera a nadie, el único que importaba para ella era él, la manera como esos ojos ambarinos la miraran esa noche. Procuró tranquilizarse, respirar profundo, estar tranquila hasta que escuchó con suavidad el sonido de la puerta. Era él, sin duda era él y los nervios se incrementaron.
Alisó de su vestido una inexistente arruga, se miró por última vez en el espejo y fue a abrir la puerta, y no pudo evitar sonrojarse no solo por la manera en la que él la miraba, sino porque se veía arrolladoramente guapo, con su smoking, su cabello alborotado y su resplandeciente mirada.
-Sakura… - dijo él en un susurro mirándola de arriba abajo – te ves… wow
-Me veo… - replicó ella tímidamente.
-Deslumbrante, es que creo que no tengo una palabra específica para… Bueno, ya sabes. ¿Puedo pasar?
-Oh, sí claro, por favor.
Ya dentro de la habitación la tomó de las manos y la observó de nuevo – demonios, no debí permitir que Tomoyo eligiera el vestido
-¿No lo elegiste tú?
-No, ella dijo que se encargaría de que fuera perfecto
-Y lo es. ¿No te gusta?
-Me gusta demasiado y a los demás les va a gustar igual
-¿Y por eso no te gusta?
Shaoran guardó silencio, cómo decirle que su único deseo en ese momento era no aparecer en esa fiesta y quedarse con ella, quitarle ese vestido y besar cada centímetro de esa piel de porcelana, sentir aquel sedoso cabello entre sus dedos y simplemente dejarse llevar por el deseo que lo estaba consumiendo.
-Shaoran… oye, ¿estás bien?
-Disculpa, me distraje
-Lo noté. Y bueno… ¿Qué era lo que necesitabas decirme?
-Oh sí – dijo él recordando la caja que traía en sus manos – Yo… Este, yo… Bueno, el día que llegamos estuve paseando por la isla y verás…
Sakura rió con suavidad – Nunca creí ver esto, el gran Shaoran Li, ¿tartamudea?
Shaoran también rió con ella- Aprovecha el espectáculo, no lo verás muy seguido… En fin, date la vuelta.
-¿Qué?
-Tú solo hazlo.
La castaña estuvo de espaldas a Shaoran y este sacó de la caja aquel hermoso collar que había comprado para ella el día que llegaron a Santorini, había estado ansioso por dárselo y esa era la oportunidad perfecta.
Por su parte, Sakura estaba sumamente nerviosa, el sentir a Shaoran tan cerca y luego sus dedos rozando su cuello desnudo le generó un escalofrío que no había tenido antes. Luego, vio la hermosa piedra verde brillante que colgaba de su cuello.
-Shaoran… Esto…
-Es para ti, lo compré cuando llegamos. No es una esmeralda, es una piedra rara llamada Tsavorita, nunca la había visto pero fue inevitable, es como el reflejo de tus ojos y… - Sin decir nada, Shaoran recordó lo que le dijo su madre alguna vez cuando hablaron sobre Sakura. Wabi-Sabi "la belleza de la imperfección" Sakura era una piedra preciosa, rara, especial, justo como aquella piedra.
-Gracias – dijo ella en un susurro pasando sus dedos por la delicada joya – lo voy a atesorar siempre – dijo ella mientras se volvía de nuevo hacia Shaoran y este le sonreía con dulzura.
Era uno de esos raros momentos que ya no parecían ser tan raros entre ellos y que estaban cargados de tensión, solo que esta vez estaban solos, en un lugar donde no serían vistos por nadie.
Sakura suspiró y Shaoran acarició uno de los mechones ondulados de su cabello acercándose cada vez más, Sakura sentía que el corazón iba a salirse del pecho, si algo sucedía en ese momento, por todos los dioses no sería ella quien lo detuviera, posó su mano sobre el pecho de Shaoran y se acercó también sintiendo como el aroma de su colonia inundaba sus sentidos; fue en ese momento donde él se inclinó un poco, solo un poco para rozar sus labios… Era raro, ya que no era la primera vez que se besaban, pero la misma electricidad recorría sus cuerpos.
-Estás preciosa – susurró él acariciando su rostro – no deberías entrar a ese lugar a menos que fuera conmigo.
-No te preocupes, confío en que siempre estarás cerca
Shaoran tomó sus manos y suspiró - Debo ir por Isabella, no tardes mucho en llegar, ¿está bien? Sakura asintió y con un último y corto beso Shaoran se despidió y salió de la habitación. En la cajita había un par de pendientes a juego que Sakura se puso. Estaba lista para ir a la fiesta, tomó su teléfono y su cartera y se dispuso a salir rumbo a la fiesta. El hotel contaba con un salón que no era demasiado grande pero tenía el suficiente espacio para albergar a todas las personas que estaban invitadas, muy similar al salón de reuniones, tenía muchos ventanales y un balcón lleno de lucecitas y flores. Antes de ingresar se sintió un poco nerviosa, de lejos podía ver que había bastantes personas a quienes no conocía, pero ella era Sakura Kinomoto, había estado en eventos mucho más grandes y era perfectamente consciente de su aspecto aquella noche así que nada ni nadie la haría sentirse menos.
El vestido era completamente ceñido hasta las rodillas y de ahí se desplegaba un poco más en una tela translúcida, sabía cómo manejar a la perfección ese tipo de atuendos y usarlo en su favor para impactar. Algo había tenido que aprender en la capital de la moda.
El administrador del hotel estaba en la puerta de entrada y le dio la bienvenida, la primera persona que encontró fue al señor D´Angello junto a su esposa, una mujer mayor también muy elegante con hermoso cabello negro como su hija y ojos miel.
- Señorita Kinomoto, es un enorme placer tenerla con nosotros - saludó con amabilidad el señor - permítame presentarle a mi esposa, ella es la señora Beatrice D´Angello Rossi.
Sakura extendió su mano pero la mujer la tomó y le plantó un par de besos en cada mejilla como se acostumbraba allí - Mi esposo ha hablado maravillas de ti niña y veo que se ha quedado un poco corto, eres muy bonita - A esas alturas la castaña ya sentía que el rostro le ardía
- Es usted muy amable señora D´Angello y es un gusto conocerla.
- Llámame Beatrice, aquí no usamos de tantos formalismos y ya somos socios, casi familia - dijo la mujer con entusiasmo.
- Muchas gracias… Beatrice.
- Buenas noches - saludó Shaoran que traía colgando de su brazo a Isabella.
- Señor Li - saludó Sakura a Shaoran-
- Vamos, estamos entre amigos, aquí no es tu jefe, no creo que seas tan estricto en eso Shaoran - dijo el hombre mayor.
- No señor, no lo es. Es solo que…
- Nada, ya te dije que aquí todos somos amigos, colegas, familia. Así que nada de señor o reverencias. Shaoran, creo que a mi hija no le molestará quedarse un rato con nosotros mientras llevas a la dulce señorita Kinomoto y le presentas al resto de invitados que aún no conoce.
- Pero papá - trató de protestar la Italiana con evidente molestia-
- Vamos Bella, Sakura no te va a robar a tu querido Shaoran, si Fye hubiese llegado a tiempo… Pero bueno no es problema
Así, Shaoran extendió su brazo para que Sakura lo tomara ante la mirada molesta de Isabella.
- Por primera vez agradezco la irremediable impuntualidad de Fye, no soportaría verte de su brazo - dijo Shaoran
- No digas esas cosas, en algún momento vendrá y presiento que va a estar muy cerca.
- Debería proceder con las presentaciones y raptarte después.
- ¿Ah sí? No sé qué pretende señor Li, pero solo le diré que no me esforcé tanto por verme así para permitirle raptarme sin disfrutar de la fiesta.
- Patrañas señorita Kinomoto, usted bien podría ponerse un costal de papas y verse absolutamente hermosa.
- Bueno, pero de entre todas estas personas solo usted lo sabe.
- Está bien, me rindo. Pero que quede constancia que mi deseo sería estar a su lado el resto de la noche.
- Así será, señor - respondió Sakura con una sonrisa.
Pasaron un buen rato entre presentaciones y conversaciones con las personas que ya eran socios de la empresa en otros tantos negocios en Europa, todos quedaban fascinados con la castaña pues eran en su mayoría hombres, pero no era solo por su apariencia física que era impactante en primer momento o su porte y elegancia, sino que también presentaba conversación interesante, no era como muchas de las presentes que solo se limitaban a escuchar sin poder participar activamente, Sakura era lista, aguda y precisa a la hora de expresar sus opiniones, argumentaba con solidez y conocimiento y Shaoran se sentía mucho más orgulloso.
De repente, una presencia irrumpió en la agradable tertulia que sostenían con uno de los clientes Italianos y un par Suizos.
- Mi preciosa Sakura, estás deslumbrante esta noche - se acercó Fye tomando su mano y besando sus nudillos.
- Fluorite - espetó Shaoran
- Oh, Li. Isabella y mi tío te buscan, ya no debes preocuparte por nuestra bella Sakura, yo podré escoltarla el resto de la noche.
El ambarino sentía deseos de golpearlo, pero en realidad no había nada que decir o reclamar ya que su compromiso esa noche era con Isabella, solo esperaba que el tipejo aquel supiera mantener sus manos quietas y bien alejadas de Sakura.
Ella a su vez podía ver la incomodidad de Shaoran, así que puso su mano sobre su brazo y solo le susurró - voy a estar bien, ve.
- Búscame cuando anuncien los juegos pirotécnicos - le susurró él antes de partir y ella asintió.
La velada avanzaba sin problema, Fye se regodeaba de la compañía de Sakura y si bien seguía siendo un hombre caballeroso y atento a veces se acercaba un poco más de lo que - a juicio de Shaoran - era adecuado y eso lo hacía perder la calma.
- Shaoran… ¿Qué dices?
- Ah… Perdón, ¿me decían?
- Te noto un poco distraído - señalaba la señora Beatrice - ¿estás bien?
- Por supuesto, les pido disculpas. ¿Me podría repetir por favor?
- Claro, te decía que me muero por escucharte tocar y cantar nuevamente, fue algo maravilloso aquella vez.
- Ahmmm bueno, espero que se presente la oportunidad en algún momento.
- Pero aquí tenemos todo lo necesario, ¿por qué no ahora?
- ¿Ahora? es decir ¿aquí?
- Claro, ¿hay algún problema?
- Bueno, es que no me siento preparado y…
- No te tenía por un hombre tímido Shaoran, anda, por favor compláceme en este pequeño capricho.
- Vamos Shaoran, eres muy talentoso, seguro tendrás un as bajo la manga - presionaba el señor Luca
- Está bien - respondió el ambarino encogiéndose de hombros y despojándose de su saco. Se sentó al piano y recordó una melodía muy especial que justo en ese momento lo llevaba a evocar sólo a una persona.
En cuanto se empezaron a escuchar las notas del piano los asistentes empezaron a acercarse pero Sakura lo hizo con mayor curiosidad y cuál sería su sorpresa al ver a Shaoran en el instrumento y no solo eso, presto a cantar. Era la primera vez que lo escucharía
Escuchar: Hello - Lionel Richie
I´ve been alone with you inside my mind,
and in my dreams i've kissed your lips a thousand times
I sometimes see you pass outside my door
Hello, is it me you´re looking for?
Sakura sabía que podía estar pecando de ególatra, pero se sentía sobrecogida por la interpretación de Shaoran y de una u otra forma, como si aquella letra se tratara de ellos.
I can see it in your eyes, I can see it in your smile...
You´re all i´ve ever wanted, and my arms are open wide
´Case you know just what to say, and you know just what to do
And I want to tell you so much… I love you
Sin perder su enfoque en la melodía ni la entonación correspondiente, Shaoran miraba a Sakura, como si fueran solo ellos dos en aquel salón, esa noche de verano.
I long to see the sunlight in your hair,
and tell you time and time again, how much i care
sometimes i feel my heart will overflow
hello! i´ve just got to let you know
´cause i wonder where you are, And i wonder what you do
Las palabras dejaron de ser solo eso… La melodía entera la abrazaba y sobrecogía, porque era así, siempre había sido así, Shaoran estaba en sus alegrías y tristezas, siempre a su lado para cuidarla, consolarla y hacerla sonreír.
Are you somewhere feeling lonely?
Or is someone loving you?
Tell me how to win your heart, for i haven't got a clue
But let me start by saying I love you.
Cuando la melodía terminó todos aplaudieron a Shaoran pero él solo buscaba a la musa de su inspiración quien desde un costado solo lo miraba con dulzura y aplaudía a la par con los demás aunque a su lado se veía un malencarado Fye que sujetaba a la castaña por la cintura como si eso significara algo, como si las profundas esmeraldas verdes no estuvieran fijas en él… Como si el mundo entero no hubiese desaparecido para dejarlos solo a ellos, nadie más que ellos.
- Maravilloso Shaoran, gracias por deleitarnos esta noche - se acercó la señora D´Angello y de inmediato Isabella se acercó para colgarse de su cuello e intentar besarlo, cosa que él no permitió y aumentó la molestia de la Italiana.
- ¿Podrías tocar algo más?
- Solo si no me hacen cantar - dijo Shaoran entre risas e interpretó un par de piezas más, esta vez de música clásica.
Sakura, a pesar que seguía conversando con los demás invitados prestaba atención atenta a la interpretación de Shaoran, amaba la forma en la que tocaba el instrumento, era como si proyectara parte de su alma en cada nota, y empezó a escuchar aquella pieza que tanto amaba, le hacía vibrar el corazón y debía tratarse de una hermosa casualidad. Era "Serenade" de Schubert.
Dio una rápida mirada hacia el pianista del momento y él la miraba con una expresión que no pudo descifrar pero sin duda le transmitía una calidez increíble, definitivamente Shaoran tenía la habilidad de llevarla a límites insospechados y a explorar emociones que a veces no reconocía.
Pasaron un par de horas más, las personas bailaban animadas en la pista, Sakura procuraba desmarcarse un poco de Fye aceptando la invitación de los diferentes invitados y la verdad es que se divertía mucho; Shaoran, por su parte, trataba de hacer lo mismo para que Isabella no acaparara por completo, hasta que llegó el momento de ellos, se encontraron por fin para compartir la que sería quizá su única pieza aquella noche, por lo menos en aquella fiesta.
De fondo, la suave melodía era una invitación al reencuentro, al romance… Dos corazones que palpitaban entre una multitud que ignoraba la magnitud de los sentimientos que convergen; pero para ser justos, ellos tampoco lo sabían a ciencia cierta y aunque en la cotidianidad pudieran huir de dichos sentimientos esa noche no sería así.
Shaoran tomó a Sakura suavemente de la cintura y la miró directo a los ojos sin decir nada, empezaron a moverse al son de la balada que sonaba de fondo y que en realidad daba igual cuál era, solo importaba que se tenían el uno al otro y que lo demás había dejado de existir.
- ¿Qué tal tu noche? - preguntó Shaoran con una sonrisa.
- Maravillosa.
- Todos te adoran, ¿sabías?
- Bueno, es inevitable - respondió ella riendo suavemente
- Presumida
- Han sido muy agradables conmigo esta noche y tú en el piano…
- ¿Te gustó?
- Lo amé… Hello es una de mis baladas favoritas en todo el mundo
El ambarino se acercó al oído de la castaña y empezó a susurrar - "I´ve been alone with you inside my mind" - Y sin duda escucharlo cantar esa pequeña frase en su oído conmovió lo más profundo de su ser.
- Qué pretendes - respondió ella también en un susurro.
- Hacerte feliz. Solo eso quiero.
- Creo que estamos llevando esto a un plano complicado Shaoran - dijo ella acostándose en su pecho.
- Hoy, solo por hoy, disfrutemos este momento. Ya habrá tiempo de resolver lo demás.
La canción terminó y se escuchó a un alegre señor Luca anunciar que iniciarían los juegos pirotécnicos. La música se suavizó y todo empezaron a dirigirse hacia el enorme balcón para admirarlos. Shaoran le dijo al oído a Sakura que la esperaba fuera del salón lo más pronto posible y él salió del lugar.
Fye ya la estaba buscando entre los presentes para llevarla al balcón pero ella encontró la manera de escabullirse hasta la salida donde se encontró con el ambarino, él la tomó de la mano y ambos corrieron fuera de allí.
- ¿A dónde vamos?
- Ya verás.
Corrieron a través de un pasillo no muy largo para después tomar una pequeña puerta rumbo a unas escaleras y de ahí a una terraza donde no había nada.
- ¿Qué es este lugar?
- Es la azotea del hotel, solo el personal de servicio puede ingresar
- Nos meteremos en problemas entonces - dijo la castaña con preocupación.
- Moví algunos contactos, nadie nos molestará aquí.
Un poco más adelante había una especie de manta con muchos cojines y al lado una heladera con una botella y un par de copas; pronto, el primer destello de luz iluminaba el cielo y ellos se acomodaron lo más rápido posible entre los mullidos cojines, Shaoran sirvió champagne y empezó el espectáculo en todo su esplendor, el cielo completo iluminado por miles de luces.
- Quiero agradecerte - dijo Shaoran
- ¿Por qué?
- Este viaje ha sido increíble y todo ha sido por ti.
- Si alguien debe agradecer soy yo, te has encargado de cuidar de mí todo el tiempo y… Perdóname por desconfiar de ti.
Shaoran la miró con una sonrisa y negó, nada de lo que pudiese haber sucedido podría opacar lo que estaba viviendo en ese momento; la imagen de Sakura cuyo cabello danzaba con el viento de la noche, sus labios rojos, las esmeraldas centelleantes que lo observaban de una manera indescifrable, la delicada y suave piel de su rostro. La llevaría siempre con él sin importar qué sucediera, y aquella noche no podría terminar de otra manera… su mano acunó el menudo rostro de la castaña y se acercó a ella pausadamente, sabía que como él, no podría resistirse, la vio cerrar sus ojos y entreabrir sus labios y los tomó con cariño y anhelo, besarla podría convertirse en su pasatiempo favorito, pues por primera vez dejaba de ser una simple acción de la carne para convertirse en un lenguaje del alma…
Hola!
Bueno, aquí está. El casi desenlace de este loco viaje por este mágico destino. No se imaginan lo que sufrí escribiendo esto, porque sí, me gusta la intriga y los enredos pero es el romance el que termina dominando mi relato y no podía ser de otra manera!
Sakura y Shaoran están locos el uno por el otro, eso es obvio pero pienso mucho en el conflicto que hay principalmente en Shaoran. Saber que quieres a alguien tanto que solo deseas que esté bien y protegerla incluso de tí mismo. Vamos a ver si sucumbe ante sus sentimientos o definitivamente entra en razón. A ver qué se le ocurre a esta loca cabeza mía.
Ahora, solo me queda agradecerles enormemente por sus lecturas, sus reviews que siempre me alegran el corazón y por la confianza en que no dejaré esta historia iniciada, aunque me tarde en actualizar, no porque quiera sino porque a veces paso días en blanco, la terminaré, como todas las que he escrito.
Un abrazo gigante con todo el cariño del mundo.
Ale-San
