Hola! Tanto tiempo...
Perdón por una ausencia tan prolongada, pero espero que disfruten este capítulo, nos vemos abajo en las NA
CAPÍTULO 16
CLOSER
Sakura contemplaba el atardecer sobre las nubes desde el avión, habían partido de Atenas hacía ya ocho horas y por fin había convencido a Shaoran de que se fuera a descansar después de verlo cabecear en su asiento por un buen rato; en ese momento de soledad y contemplación sólo podía recordar lo que había sucedido la noche de la fiesta y los momentos posteriores a la misma.
FLASHBACK
El cielo entero brillaba sobre ellos, a lo lejos se escuchaban las explosiones y las risas emocionadas de los espectadores de ese hermoso espectáculo pero Shaoran y Sakura solo podían enfocarse en ellos y en las deliciosas sensaciones que experimentaban a través de aquel cálido beso.
Podría decirse que no fue nada del otro mundo, pero en realidad parecía serlo todo; no había prisa, no había una excitación vacía, solo ellos disfrutando mutuamente, unos minutos después se detuvieron, pero Shaoran no perdía el contacto visual y es que simplemente no podía dejar de mirarla. Se hacía cada vez más difícil lidiar con la sensación de estar lejos de ella, quería sentirla, quería abrazarla… Y lo siguiente que sintió fue la cabeza de Sakura recostándose en su pecho en silencio, solo observando las luces, era un silencio cómodo, como si supieran que a pesar de todo lo que pudiera pasar todo estaría bien.
Las luces terminaron y Sakura rompió el silencio - ¿Qué haremos ahora?
— Te diría que irnos a la cama…
— ¿A… La cama?
— Cada quien a su cama niña pervertida.
La castaña se sonrojó y lo golpeó en el hombro.
— En fin, todavía es temprano y no quiero que nuestra ausencia se preste para habladurías, ¿qué te parece si vamos un rato más?
— Me gusta aquí, creo que necesitábamos esta paz
— Lo sé — dijo él poniendo su mano sobre la de Sakura — haremos lo que quieras.
— Será mejor que regresemos, al fin y al cabo son nuestros socios comerciales y no querrán que les hagamos ningún desplante.
El ambarino suspiró y tomó la mano de Sakura, regresaron a la fiesta donde se encontraron con una muy molesta Isabella que buscaba como loca a Shaoran ͢͢mientras que Fye volvió a volcar su atención en la castaña.
— ¿Dónde estabas preciosa? desapareciste
— Estaba viendo los juegos artificiales
— Te busqué, no estabas.
— Ahhh bueno, es que con tanta gente alrededor pensé que no lo disfrutaría igual así que busqué otro lugar, es todo.
Fye no dijo más, Sakura pensó que era para no hacerla sentir incómoda, pero de inmediato la mirada del rubio viajó hacia Shaoran quien también se había perdido de vista un rato, era obvio que habían estado juntos así hayan regresado cada uno por su lado y esto no le gustaría en lo más mínimo a su ya trastornada prima.
— ¿Bailamos?
— Si, claro.
Se unieron a otras parejas que ya se encontraban en la pista de baile y Fye tomó a Sakura de la cintura acercándola a él y ella solo pudo sentirse incómoda, su cercanía no era algo agradable, pues percibía en su contacto algo más que simple amabilidad y cortesía, para ella no era un secreto que el rubio gustaba de ella, sin embargo no significaba que el sentimiento fuera mutuo, así que ella intentaba mantener una sana distancia pero al parecer el caballero a su lado había bebido un poco más de lo normal.
Shaoran a lo lejos trataba de soportar la melosería de su compañera pero no podía dejar de mirar hacia lo que sucedía con Sakura y notar las intenciones de Fye, debía confiar en ella, en que sabría manejar la situación de forma adecuada sin necesidad de él mismo tomar a ese presuntuoso francés y molerlo a golpes.
— Hey, Fye, creo que no es necesario que bailemos tan cerca.
— ¿Qué pasa preciosa? ¿no te gusta?
— La verdad es que no, prefiero que guardes tu distancia.
— Vamos, es nuestra última noche aquí — dijo acercándose aun más y hablándole al oído — podría ser inolvidable para los dos
Sakura lo apartó rápidamente — No me interesa tener algo "inolvidable" contigo o con cualquier otro, por favor no arruines lo que queda de la noche.
— Ven acá — dijo tomándola nuevamente de la cintura y acercándose a ella para hablarle en voz baja de nuevo — Así como te escapaste con Li, ¿qué impide que te escapes conmigo? prometo que vas a disfrutarlo mucho más
Y ahí fue, esa era la gota que rebasó el vaso y si de algo estaba segura Sakura en ese momento es que sin importar las consecuencias no podía permitir que le faltaran al respeto de esa manera tan burda y su mano viajó tan rápido y firmemente hasta la mejilla de su interlocutor que el sonido de la bofetada dejó pasmados a los asistentes y Shaoran de inmediato corrió al lado de Sakura quien estaba furiosa.
— ¿Qué pasó? — preguntó preocupado.
— Lo siento Shaoran, siento mucho si te causo problemas, pero no voy a permitir que él ni nadie me falte al respeto.
— ¿Qué te dijo? — preguntó Shaoran con ira contenida.
— Quítate Li, este es un asunto entre la florecita y yo — dijo halando a Sakura del brazo
— ¡No la toques!
— ¿Qué está pasando aquí? — preguntó molesto el señor Luca quien llegó acompañado de su esposa.
— Lo siento mucho señor D´Angello - dijo Shaoran tratando de calmarse - No es mi intención arruinar la fiesta, pero bajo ninguna circunstancia voy a permitir que se le falte el respeto a Sakura como lo acaba de hacer Fye
— ¿Sakura, estás bien? — preguntó Beatrice ubicándose al lado de Sakura
— Sí señora, es solo que… Como dice Shaoran, no voy a permitir que me falten al respeto, aunque sé que es su sobrino yo… — La castaña no había terminado de hablar cuando vio a la mujer moverse rápidamente hacia su sobrino y le asestó otra bofetada y lo reprendió notablemente alterada solo que en Italiano.
— Sakura, disculpa el comportamiento de Fye, no importa si es nuestro sobrino o no, no le da derecho.
— Tranquila y si me permiten, lo mejor es que me retire.
— Sí, creo que es mejor que te vayas — intervino Isabella con tono irónico.
— Yo me voy con ella, si me disculpan — dijo Shaoran rodeando con sus brazos a Sakura ante la mirada furiosa de la Italiana.
— ¡Pero Shaoran!
— ¡Isabella! — regañó su padre — ya basta, lo mejor es que Li vaya con la señorita Kinomoto y se asegure de llevarla hasta su habitación, y creo que Fye debería hacer lo mismo.
Shaoran salió del salón con Sakura y le preguntó sobre lo sucedido, el ambarino solo sentía deseos de regresar y partirle la cara al francés pero a su vez se sintió sumamente culpable por exponer a Sakura de esa manera, quizá si el hombre estaba pensando en eso muchos otros lo harían; se había prometido cuidarla y no lo estaba haciendo gracias a sus imprudencias.
El silencio se hizo extensivo hasta que llegaron a la puerta de la habitación de la castaña, ella pasó su tarjeta y abrió la puerta, ambos ingresaron a la habitación en silencio y Shaoran siguió hacia el balcón.
Sakura entró al baño, se dio una ducha rápida y luego salió con Shaoran.
— Sé lo que estás pensando
Shaoran sonrió mientras dejaba de lado la cerveza que había sacado del minibar
— Ilumíname
— No es tu culpa, yo soy una mujer adulta y tomo mis propias decisiones y las personas eligen lo que quieren pensar. Debes dejar de pensar que eres responsable de todo — añadió ella posando su mano sobre la del ambarino.
— Tienes razón, eres una mujer fuerte e independiente pero… Ya sabes.
— Lo sé — respondió ella con una sonrisa — me has regalado una experiencia maravillosa con este viaje, desde que ingresé a trabajar con ustedes, todo ha sido increíble y tú has estado ahí, siempre conmigo. Gracias.
— Aquí estaré, Sakura.
— ¿Podrías quedarte conmigo esta noche?
— ¿Estás segura?
— Si
La castaña se levantó de su silla e ingresó a la habitación, Shaoran se dirigió a la suya para prepararse también y cuando regresó la encontró profundamente dormida.
Suavemente se recostó a su lado, era lógico que cayera profunda pues habían tenido un día muy pesado, así que se dedicó a contemplarla y aprovechar ese silencio donde nadie más lo observaba, donde no tenía que disimular ni ocultar nada.
El día siguiente sería diferente, ella se despertó un poco temprano gracias a una corriente algo fría que había ingresado a la habitación y Shaoran estaba profundo. Aprovecharía para disfrutar la piscina, no tenía claro en qué momento del día partirían así que debía aprovechar el tiempo. Hacía una mañana preciosa, con un cielo azul tan hermoso, pero aún así no hacía un calor sofocante y la brisa cálida rodeaba el lugar, se apoyó en el borde de la piscina que estaba justo frente al mar para contemplarlo desde allí. Quería atesorar todo lo vivido en ese viaje, sin dar más trascendencia de lo debido a los momentos desagradables.
— ¿Te gusta? - escuchó la voz grave a su lado
— Me vas a matar de un susto Shaoran Li
— Disculpa, no quise hacerlo, pero te veías tan tranquila y en paz.
La castaña sonrió y asintió — Nunca había estado en Grecia ni en ningún otro país europeo, este lugar es como un sueño
— Es apenas el comienzo, con este negocio y nuestros otros clientes tendremos que viajar con más frecuencia, yo había dejado de hacerlo un poco por el embarazo de Rika, a veces era Eriol quien me acompañaba o Fei, pero no era igual.
— Entiendo… Pero se acerca el invierno.
— Y lo odio, pero no te puedo negar que hay países donde el paisaje es increíblemente bello con ese clima.
— ¿A qué hora nos vamos?
— Mmmmmmm en un par de horas.
— Se siente triste dejar este lugar tan hermoso, ¿sabes?
— Lo sé, es muy paradisíaco aquí, pero seguramente tu hermano te extraña, puedo asegurar que Tomoyo también.
— Y yo los extraño a ellos. Así que me voy a preparar.
Shaoran sonrió y la vio salir de la piscina, seguro le gustaría la sorpresa que tenía preparada para ella.
El par de horas pasaron y Sakura se encontraba lista para partir, Sharan apareció por su puerta vistiendo una camisa azúl cielo un poco recogida hasta los brazos y un pantalón azúl marino, se veía tan guapo como siempre y ella…
— Sakura, ya te he dicho que no es necesario que vistas tan elegante, no vamos a ninguna reunión, solo seremos tú y yo.
— ¿Me veo mal?
— No, es solo que no vas a estar tan cómoda como podrías si usaras otro atuendo.
La castaña se miró de arriba abajo y frunció los labios — tienes razón, me voy a cambiar.
— Estaré fuera haciendo unas llamadas, ¿está bien? — La castaña asintió y corrió buscando algo más cómodo para usar. La verdad es que no tardó demasiado en regresar ataviada en un vestido color rosa pálido y bastante vaporoso.
— ¿Qué te parece? — preguntó al castaño
— Mucho mejor — respondió él con una sonrisa. Sakura regresó por su bolso y celular para partir al fin.
En ese momento, alguien conocido para ambos apareció trayendo un enorme ramo de flores.
— Sakura… — dijo Yue un poco confundido mirando a ambos castaños — ¿Ya se van?
— Si, Flourite, Sakura y yo vamos de salida.
— Pero pensé que se quedarían por lo menos un día más, mi tío…
— Vamos a despedirnos de ellos precisamente.
— Li, intento hablar con Sakura, ¿podrías darnos un momento? — La rabia que había sentido el ambarino la noche anterior había revivido de forma instantánea y por supuesto que no la dejaría sola con ese patán, pero sintió la cálida mano de la castaña tocando su brazo, le estaba pidiendo en silencio que los dejara solos.
— Estaré bien, no te preocupes.
— ¿Segura?
— Claro que sí - respondió ella sonriéndole.
— Estaré cerca por si algo sucede — y en sí parecía algo que diría a Sakura, pero era más bien una advertencia para el rubio.
Shaoran salió de su rango visual pero bien que estaría cerca a la menor amenaza.
— Bueno, ya estamos solos y como dijo Shaoran, vamos de salida.
— Si, seré breve. Quiero disculparme por lo sucedido anoche, yo no habría actuado de esa manera si…
— Mira, ese viejo truco de culpar al alcohol no va conmigo, solo digamos que debes regularte en un futuro y por mi parte, te disculpo.
— Traje esto para ti.
— Son muy hermosas y te agradezco, pero vamos de viaje y…
— Entiendo, claro — dijo el hombre visiblemente decepcionado.
Sakura sintió pena por él pero tampoco quería generar ninguna situación que pudiera malinterpretarse, así que se despidió y salió del lugar en busca de Shaoran solo para encontrarlo en el lobbie con Isabella colgando de su cuello.
Al llegar carraspeó su garganta por lo que la italiana solo le miró con fastidio.
— Kinomoto, pensamos que te demorabas más
— No, fue algo rápido, ¿vamos Shaoran?
— Por supuesto que sí — respondió el ambarino soltándose del agarre de la italiana — vamos a despedirnos de los señores D´Angello, ¿te parece?
— Claro que sí, han sido muy amables.
Shaoran pasó por el lado de la castaña y ahuecó su brazo para que Sakura lo tomara, cosa que hizo sin ningún reparo dándole una última mirada un tanto presumida a Isabella.
— En realidad señorita Kinomoto, cuando uno mira esa carita de inocencia y candidez que usted tiene, no llega a imaginarse que podría ser así de malvada con sus enemigos.
La castaña se encogió de hombros — Ella se lo buscó, me estuvo provocando de principio a fin, pero ya terminaron las negociaciones así que no me importa mucho lo que piense y debía sacarme la espinita.
Shaoran sonrió y acarició el dorso de la mano de la castaña que reposaba sobre su brazo — me encanta ese lado pendenciero de ti.
— Ya lo sabes, no te metas conmigo, Li.
Llegaron al restaurante donde sabían que se encontraban los italianos departiendo con otros empresarios europeos y con todos los protocolos y fanfarrias se despidieron, Sakura se sentía satisfecha porque habían sido muy amables con ella y eso sin duda alguna le facilitaría un poco las cosas en el futuro.
— Y ya sabes Sakura, cualquier cosa que puedas necesitar me llamas
— Lo mismo digo Beatrice, si el algún momento visitan Tokio, les esperamos con los brazos abiertos, será un honor atenderlos.
— No entiendo por qué no pueden visitarnos por unos días en Italia, me encantaría que disfrutaran del clima y el vino de nuestra propia cosecha.
— Será en otra oportunidad señor D´Angello — contestaba amablemente Shaoran al señor Luca — por ahora hay asuntos apremiantes que atender y me temo no contamos con más tiempo.
— Siempre tan responsable muchacho, eres el hijo que deseé tener. Pero nunca es tarde para que seas parte de la familia, ¿no? — mencionó el hombre aparentemente en broma.
— Bueno, nosotros nos vamos. Nuevamente reiteramos nuestros agradecimientos y esperamos vernos en breve.
Sakura y Shaoran salieron del restaurante y la castaña no quiso decir nada, pero Shaoran sabía que estaba pensando en el comentario anterior hecho por el patriarca Italiano.
— Bueno, ya culminados los protocolos podemos irnos.
La castaña suspiró — Si, supongo que ya es tiempo, pero este será mi destino cuando tenga vacaciones, es todo un paraíso.
— Hay otras islas, más pequeñas pero muy hermosas.
— Con mayor razón debo regresar.
Ingresaron al vehículo donde ya se encontraba todo su equipaje y emprendieron camino, pero Sakura notó que no tenían la misma ruta del aeropuerto.
— ¿A dónde vamos?
El castaño solo sonrió mirando fijamente por la ventana — Tú solo ten paciencia.
Y así fue, no mucho después llegaron a un puerto con hermosas embarcaciones muy similares a la que tenía Shaoran en Hong Kong. Bajaron del vehículo y el chofer se encargó de llevar el equipaje a un hermoso yate que aunque era un poco más pequeño que el que el ambarino tenía en China, se veía hermoso y lujoso.
— ¿Preparada para unas minivacaciones, señorita Kinomoto? — dijo Shaoran con una esplendorosa sonrisa y extendiendo su mano hacia Sakura que todavía estaba con la boca abierta.
— Yo… ¿No nos necesitaban con urgencia en Tokio?
— No, yo soy tu jefe y mi padre nos concedió unos días libres en vista del éxito que tuvimos en este viaje, así que puedes estar tranquila.
— ¡Por Dios! - fue lo único que dijo Sakura antes de arrojarse al cuello de Shaoran en un efusivo abrazo que él, por supuesto, correspondió.
— Debo avisar a Touya, le dije que nos iríamos hoy...
— Claro, avísale mientras yo termino de coordinar algunas cosas acá.
Sakura llamó a su hermano y Shaoran solo la veía manotear a lo lejos y podía imaginar el escándalo que le estaría armando a la pobre castaña, él sabía que Touya amaba a su hermana, pero nunca se imaginó que fuera tan posesivo.
— Aghhhh — llegó Sakura refunfuñando — Shaoran… Mi hermano quiere hablar contigo.
— Supongo que sí — respondió el ambarino tranquilamente
— "Shaoran Li, más te vale que no le pongas un dedo encima a tu hermana y si esta es una de tus estrategias para tus conquistas de turno, Sakura no está sola y..."
— Touya, ya cálmate, solo quiero que Sakura conozca y amplíe sus horizontes, recompensar un poco su arduo trabajo, porque tu hermana es brillante, dedicada y muy buena en lo que hace, estas negociaciones no habrian sido lo mismo sin ella — dijo el ambarino mientras Sakura se sonrojaba a su lado y él no pudo evitar sujetar con sus dedos el mentón delicado de la castaña — despreocúpate hermano, yo la cuido — pero el primer pensamiento que se le vino a la mente fue: ¿quién lo cuidaría a él de ella?
El viaje resultó ser una experiencia inolvidable, recorrieron en 4 días varias islas que quedaban de camino a Atenas donde el avión les esperaba, sin ninguna otra preocupación más que la de descansar y aprovechar el tiempo, comieron, bebieron, jugaron inclusive.
La relación entre ellos se había convertido en una de extraña confianza… Caminando de la mano por la playa o un beso furtivo al atardecer, hablaban y se contaban experiencias de la infancia, unas tristes, otras no tanto, pero el lazo que estaban creando se hacía cada vez más fuerte.
FIN FLASHBACK
Sakura suspiró con los ojos cerrados y sonrió, sí, había sido un buen viaje, ahora debían regresar a su realidad y poner los pies en la tierra, porque sin duda las cosas no serían iguales, pero tampoco era como si tuvieran una relación.
— Señorita Kinomoto, por favor abroche su cinturón, el capitán nos indica que pasaremos una fuerte turbulencia a causa de una gran tormenta e intentará rodearla
— ¿Turbulencia? — preguntó Sakura experimentando casi que de inmediato la ansiedad, su corazón empezó a latir con rapidez y sus manos a sudar, Shaoran no estaría para ayudarla a calmarse y no iría llorando a buscarlo. Le había dicho hasta el cansancio que era toda una mujer y ese era el momento de demostrarlo. Hizo caso y se abrochó el cinturón firmemente y pudo apreciar las nubes oscuras y el brillo de los relámpagos frente a ella. Sí, estaba aterrorizada.
De repente, un sacudón, lo suficientemente fuerte como para aumentar más aún el ritmo cardíaco de la castaña, las lágrimas amenazaban con aparecer y se aferró con fuerza de los reposabrazos de la silla, cerró los ojos de nuevo y trató de controlar su respiración y nuevamente el avión empezó a sacudirse y las luces parpadearon.
— Shhhhh, tranquila, aquí estoy — escucho la voz de Shaoran a su lado mientras este sujetaba su mano.
— Shaoran, tengo miedo.
— Lo sé, pero no pasa nada, no te preocupes estoy contigo.
El ambarino trataba de ponerse con dificultad el cinturón, la verdad es que los movimientos del avión eran bastante bruscos y hasta él sentía un poco de temor que obviamente no dejaría ver ante Sakura.
— Cierra los ojos, solo concéntrate en mi voz, ¿está bien?
— Está… Está bien
Shaoran sostuvo su mano todo el tiempo mientras trataba de hablarle de algo diferente, poco a poco la castaña se iba sintiendo más tranquila aun cuando el avión se sacudía con violencia, pero no tardó mucho; pronto, visualizaron de nuevo cielo azúl, la tormenta estaba quedando atrás.
— Hemos atravesado la tormenta, tenemos cielo despejado.
Ambos castaños respiraron tranquilos y de inmediato una de las sobrecargo se acercó a ellos.
— Por favor, necesito que le prepare a la señorita Kinomoto el té que envió Wey para el viaje.
— Por supuesto ¿y para usted, señor Li?
— Un whiskey en las rocas estará bien ¿Deseas algo más Sakura?
— No, así está bien.
La sobrecargo fue a cumplir con su encargo dejando nuevamente solos a los castaños.
— ¿Te sientes mejor? — preguntó Shaoran visiblemente preocupado
— Fue bastante fuerte — respondió Sakura evidenciando aún temor en su voz
— Lo sé, perdóname por dejarte sola.
— No, de ninguna manera, necesitabas descansar, además no sabías lo que sucedería.
— No te volveré a dejar sola hasta aterrizar sanos y salvos en Tokio, te lo prometo.
Sakura no dijo nada, sabía que de nada serviría discutir con él o tratar de convencerlo de lo contrario, así que solo asintió.
El largo viaje apenas iba por la mitad, pero no podía imaginar otra persona en todo el mundo con quien pasar esa experiencia que no fuera con el siempre elegante, caballeroso y dulce Xiao Lang Li.
Por fin estaban aterrizando, era un día precioso y soleado en Tokio. Sakura casi quiso besar el suelo pero obviamente no lo haría; allí les esperaba un sonriente Wei a la puerta de la limosina y un par de asistentes se encargaban del equipaje.
Shaoran saludó con un abrazo al hombre mayor y Sakura hizo una reverencia ante él, posterior a los saludos abordaron el vehículo y emprendieron viaje hacia su hogar. Ambos en silencio pero era sólo producto del cansancio, Shaoran acercó su mano a la de Sakura y solo cerró sus ojos solo disfrutando el viento cálido que ingresaba por la ventana.
Sakura por su puesto tomó la mano del castaño e imitó sus acciones, se sentía realmente bien con el calor que estaba haciendo y Wei por el espejo se percató del íntimo gesto, así que solo sonrió y prefirió no preguntar nada, eso era suficiente para comprender lo que estaba pensando y solo quería creer que todo saldría bien.
Cuando llegaron al edificio, ambos estaban profundamente dormidos sin soltar sus manos y una alegre Tomoyo les esperaba a la entrada, se emocionó mucho al ver el auto de Shaoran aparcar y se acercó de inmediato pero Wei fue el primero en descender y procuró ser lo más reservado posible.
Señorita Tomoyo, qué alegría me da verla
Señor Wei, lo mismo digo… ¿Está todo bien?
Si, si, por su puesto. Es solo que bueno, estaban bastante cansados y se quedaron dormidos.
Wei golpeó suavemente la ventanilla del lado donde se ubicaba su jefe, no quería que la señorita Daidouji viera algo que no debía, afortunadamente Shaoran despertó de inmediato e hizo lo mismo con Sakura, aunque habría preferido no hacerlo pues se veía muy tranquila, pero al reconocer a Tomoyo, no pudo ocultar su felicidad.
Bajó del auto y envolvió en un abrazo a su querida amiga y Sakura hizo lo propio, ingresaron al edificio mientras Tomoyo preguntaba los pormenores del vuelo, sakura le hablaba sobre las turbulencias que habían tenido, la forma como Shaoran siempre la ayudaba a sopesar esos momentos difíciles pero por supuesto, la parte donde compartían la habitación del avión había preferido mantenerla en secreto y es que por mucho que Shaoran quisiera insistir en salvaguardar la imagen de Sakura, el cansancio había terminado por vencerlos a ambos y compartir la pequeña habitación del avión.
Sakura se sonrojó al pensar en eso, no porque algo más hubiese pasado, sino por las emociones que la abordaban al rememorar estos momentos.
— Bueno, pues ustedes solo preocúpense por descansar, les prepararé una deliciosa cena.
— Gracias Tommy, pero no es necesario — refutó Shaoran
— Quiero hacerlo, además Mei está ansiosa por verlos.
— Hagamos algo — intervino Sakura — pizza y cervezas, así de simple.
— ¿Estás segura?
— Claro, y una película, quizá.
— En ese caso, sería mejor en mi casa — dijo Shaoran.
— Está bien, entonces déjame acomodar mi equipaje, tomar una ducha y los alcanzaré en un rato.
La castaña se quedó en su piso en compañía de Tomoyo quien insistió en acompañarla, aunque sus motivos radicaban básicamente en que no quería que Tsukishiro de alguna forma se colara en el edificio y le hiciera una escena como la sucedida antes de partir a Grecia.
Además, tendría la oportunidad de indagar un poco más en lo que estaba ocurriendo entre Shaoran y ella, Wei era tan amable al procurar ocultar lo que para ella fue obvio y es que verlos dormitando y tomados de la mano le había parecido una escena de lo más tierna.
Mientras Sakura se bañaba y cambiaba de ropa iban conversando sobre todo lo sucedido en el viaje; la amatista había sido enfática en que no quería información a medias, y aunque la castaña le había contado algo de lo que estaba sucediendo mientras estaba en Grecia, esta era la oportunidad para poder desahogarse y de paso conocer la opinión de su amiga, quien a su vez conocía mejor a Shaoran.
Tomoyo, por su parte, escuchaba con atención cada detalle narrado; llevaba muchos años de conocer a Shaoran y los detalles que su amiga le contaba le parecían enternecedores, la verdad es que no conocía esa faceta de él, Eriol le había contado alguna vez que Shaoran había estado muy enamorado pero ella no lo había evidenciado… Hasta ahora.
También era cierto que no podía dar un consejo irresponsable o emocionarse como colegiala y quizá darle esperanzas a Sakura, era su deber ser prudente y abrir muy bien sus ojos a lo que sucediera entre ambos, los quería mucho como para verlos heridos.
— Bueno, ¿te parece bien si pedimos la pizza de una vez? — indagó la amatista al ver que la tarde ya caía y Sakura había descansado un poco.
— Podríamos pedirselo a Touya de camino.
— Perfecto, que así sea entonces.
No mucho tiempo después ingresó Meilling saludando a Sakura de manera efusiva y preguntando a mil por hora todos los detalles del viaje.
— ¿Oye y conociste a Fye?
— Si
— Es un completo imbécil, créeme
— Ehmmm bueno pues intentó ser bastante amable.
— Claro, hasta que te lleva a la cama y consigue otra, es un patán.
— Meilling ya, demasiada información — intervino Shaoran ingresando — Hola Sakura — saludó y podría jurar que la habitación se iluminó cuando ella le sonrió de vuelta, de hecho, olvidó por completo que tenían compañía y fue directo donde ella estaba — ¿estás bien? ¿pudiste descansar un poco? — preguntó suavemente.
— Si, de hecho ya desempaqué, Tomoyo me ayudó — dijo enfatizando el nombre de la amatista pues parecía que había olvidado que tenían compañía — ¿pero por qué viniste? ya íbamos para tu apartamento
— Oh si… Tommy, ¿qué tal ha ido todo en nuestra ausencia?
— Sin novedades en el frente señor.
— Que bueno, los extrañamos mucho. Y respondo a tu pregunta… No lo sé, quizá porque todos se están reuniendo aquí, por algún motivo pienso que este seguirá siendo nuestro cuartel general.
En ese momento, el timbre anunciaba la llegada de Touya y su esposa quien venía cargado con pizza y cerveza e iniciaba lo que auguraba ser una gran noche.
Como era de esperarse, los hermanos se saludaron de manera efusiva y así mismo Touya abrazó a Shaoran.
— ¿Estamos todos? - preguntó el moreno con curiosidad, a todas luces se podía interpretar que preguntaba por Yukito
— Si, hermano. Estamos todos.
Kaho miró a Sakura con aprehensión, entendía que algo había sucedido y vaya si tenía que hablar con su cuñada, por lo menos antes de Touya lo hiciera, ya que si Yukito le había hecho algo, por mínimo que fuera, su temperamental esposo sería capaz de molerlo a golpes.
Todos los demás empezaron a departir en torno a su despreocupada cena y las cervezas, conversando sobre lo sucedido con sus vidas durante los últimos días, Touya, por su puesto, indagaba por cada detalle y Kaho aprovechó para llevar a Sakura aparte e indagar acerca de Tsukishiro.
— Sakurita, espero que hayas tenido un muy buen viaje.
— Gracias Kaho, en realidad así fue, obviamente trabajamos muy duro y siempre hay situaciones un tanto inevitables, pero Shaoran se portó maravillosamente.
— Ya veo… Y qué felicidad que estés de nuevo con nosotros, esta semana debes ir a cenar con nosotros, Touya no lo dice, pero te extraña mucho.
— Claro que sí.
— A todas estas… ¿Qué sucedió con Yukito, por qué no está aquí?
Sakura sonrió - Sigues siendo tan perspicaz como siempre, el caso es que Yukito y yo terminamos.
— Pero hace apenas un par de semanas anunciaban su relación. ¿Estás bien?
— Si, lo estoy, me di cuenta que tan solo estaba aferrada a una ilusión adolescente, pero los años pasaron y ambos cambiamos.
Kaho la miró en silencio, sabía que había mucho más tras las palabras de la castaña, así que, como un gesto maternal, acarició el rostro de su cuñada y le sonrió - Bueno, vamos a tratar de que tu hermano no enloquezca por esto, o por lo menos que no se entere de las verdaderas razones de su ruptura, porque presiento que hay mucho más.
Sakura suspiró — sí, tienes razón pero no quiero que Touya arme un escándalo o termine enfrentándose a Yukito, han sido amigos durante muchos años
— Pero tú eres su hermana y eso para él pesa más que cualquier cosa, sin embargo, tienes razón. No quiero presionarte a decir qué fue lo que sucedió, solo… Si en algún momento me necesitas, estoy para ti.
Ambas se abrazaron y regresaron con el grupo antes que Touya empezara a sospechar.
En la sala del apartamento se escuchaba la animada conversación, a la historia propia del viaje se habían unido otras anécdotas de Meilling en torno a quienes estaban presentes allá o sus propios viajes a la hermosa isla del Mediterraneo.
Así, la noche fue pasando en un ambiente ameno, todos allí eran amigos y Sakura se sentía muy cómoda con las personas que le rodeaban, eran sinceras y leales, pero en ese momento estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no volcar su atención más de lo debido sobre Shaoran… Se veía tan guapo, vestido de manera casual y conversando totalmente relajado con su hermano, además que sabía que no solo el temperamental y celoso Touya estaría atento, sino la mirada aguda de sus amigas Tomoyo y Meiling.
Bueno, ya llegaría otro día en que podrían estar un poco más solos… Aunque, en realidad le asustaba lo mucho la forma en que podían cambiar las cosas ya estando en Tokio, pero sería cuestión de tiempo poderlo averiguar.
— Shao… Espero que estés preparado para lo que viene — dijo divertida Meiling.
El ambarino suspiró — Es inevitable, ¿no?
— Sabes que tía Ierán no acepta un no por respuesta, además son tus 30 años.
— Precisamente, 30 años y no puedo acostumbrarme.
— ¿De qué hablan? - preguntó Sakura a Tomoyo en voz baja
— De la fiesta de cumpleaños que prepara la señora Ierán para Shaoran, lo hace cada año, pero seguramente este año será más deslumbrante por su cumpleaños número 30.
— ¿Pero por qué le molesta tanto?
— Shaoran nunca se ha sentido cómodo con ese nivel de atención, vienen diplomáticos, funcionarios del gobierno, grandes empresarios y socialités.
— Ahora entiendo. ¿Y sabes cuándo será?
— La próxima semana.
— Nosotras…
— Si, por supuesto que estaremos allí y no te preocupes por nada, me encargaré de que te veas deslumbrante — dijo Tomoyo con toda la ilusión reflejada en su voz cantarina.
Shaoran miró de reojo y al ver la emoción de Tomoyo, ya podía adivinar cómo sería el dichoso evento, ya que era ella la que, en compañía de su madre, se encargaba de preparar el "magno evento"
— Espero que me acompañen ese día — dijo el ambarino a Touya.
— No lo sé, la verdad no sé si sea capaz de ver a la cara a Yukito y mucho menos con mi hermana — comentó visiblemente incómodo el moreno.
— No te preocupes querido, Sakura es una chica muy prudente y no haría nada para molestarte.
— No te preocupes Touya, todo irá bien. Además ustedes siempre están conmigo en ese evento.
— No te envidio para nada, pero allá estaremos.
No pasó mucho tiempo y todos empezaron a irse. La última en quedarse fue Meiling, pero adujo dirigirse a una cita por lo cual no se quedaría con su primo y dejando a los castaños solos.
— Bueno… Creo que ya es hora de irme, fue un viaje muy largo y
— Si… Si…
— Mañana puedes llegar a la hora que desees, o si no te sientes lista, solo hazme saber
— De ninguna manera, estaré en la oficina sin falta.
— Está muy bien… Entonces, hasta mañana.
— Hasta mañana
Sakura observó al ambarino desaparecer en el elevador, cerró la puerta recostándose en ella y un profundo suspiro escapó de sus labios, pero un par de minutos después el sonido de la puerta la hizo sobresaltar y sin siquiera mirar quién era solo abrió; al hacerlo, los labios del hombre al otro lado solo atraparon los suyos con un beso tan cargado de pasión que casi la hacía desmayar en sus brazos.
El delicioso vaivén se extendió por un par de minutos donde ambos se disfrutaron y se abrazaron para luego culminar con la respiración agitada, juntando sus frentes sin abrir los ojos y tomados de la mano sin decir nada, solo tratando de recuperar el aliento. Fue Shaoran el encargado de romper el silencio.
— Perdona, es solo que…
— No digas nada, no es necesario — interrumpió Sakura.
— Es la primera noche desde hace algunos días que hay tanta distancia entre nosotros — dijo Shaoran quedamente.
— Lo sé… Podrías…
— No, no es correcto y con mayor razón no pienso exponerte.
— Entiendo — respondió Sakura con un deje de decepción en su voz.
— Te dejaré descansar — dijo Shaoran acariciando el rostro de la castaña con el dorso de sus dedos -
— Tú también, descansa.
El ambarino soltó las manos de la castaña y se dirigió a su apartamento. Su corazón latía como loco y sabía a la perfección que lo que Sakura causaba en él era mucho más grande de lo que su lógica podía admitir.
El regreso a la oficina implicaba un inminente encuentro con Yukito, pero al parecer este, había estado evitando a toda costa cruzarse por el camino de Sakura o Shaoran y eso los tranquilizaba a ambos. Afortunadamente durante su ausencia, no había quedado ningún tipo de trabajo represado y no tendrían traumatismo alguno para desempeñar sus labores, así que trataban de organizarse para dedicar parte del día a lo respectivo al negocio que recién habían concretado con los Europeos y las nuevas propuestas que presentarían en Asia.
Todo en la oficina se desarrollaba con total normalidad, su relación seguía siendo de jefe/empleada, siempre con total profesionalismo; pero Shaoran había dejado de lado sus salidas sociales por más que Eriol intentara crear nuevos planes. Antes bien, era común que después de llegar de la oficina se reunieran en el apartamento de alguno de los dos a preparar la cena, beber algo de vino y conversar o solo ver una película; a veces, algunos besos furtivos hacían parte del encuentro y a su vez la tensión entre ellos iba en aumento.
Siendo las 4 am del viernes, Sakura se encontraba totalmente despierta mirando por el balcón de su apartamento, no había podido pegar el ojo en toda la noche pues solo podía pensar en lo sucedido más temprano en el apartamento de Shaoran ya que esa noche todo había sido más intenso, más… excitante, se había dado cuenta que aquellos besos castos ya no eran suficientes para ninguno de los dos.
La ojiverde no dejaba de pensar que Yukito nunca la había hecho sentir de esa manera; mientras que Shaoran, con tan solo mirarla, con una caricia delicada podía despertar en ella sus más bajos instintos, pero por alguna razón él se rehusaba a ir más allá, siempre lograba detenerse antes de un punto de no retorno.
No podía evitar sentirse conflictuada; sabía que Shaoran la quería, la respetaba y por momentos la deseaba… Pero ¿por qué no avanzaba ese pequeño paso que al parecer hacía falta? ella era consciente de que era una mujer bonita, él mismo se lo había dicho en varias oportunidades, pero ¿eso sería suficiente? Shaoran tenía fama de salir con las mujeres más hermosas, modelos cotizadas internacionalmente, la misma Isabella era todo un espectáculo de mujer… ¿Acaso?
— No pienses tonterías Sakura — se repetía la castaña y suspiraba al mirar al cielo; en un par de horas amanecería y debía ir a trabajar, al día siguiente sería la dichosa fiesta y si de algo estaba segura, es que la tendría muy difícil con las invitadas sofisticadas, adineradas y hermosas que estarían allí.
Poco a poco la luz del día fue apropiándose del cielo de Tokio, bebió una última taza de té antes de empezar a prepararse para ir a la oficina, iba a tener que usar suficiente maquillaje para tratar de disimular su cara de cansancio, podría reportarse enferma pero sabía que Shaoran podía preocuparse o peor aún, sospechar del verdadero motivo de sus desvelos.
Sin prisas se preparó y al notar que estaba lo suficientemente presentable tomó sus cosas y partió rumbo a la oficina sin fijarse si Shaoran ya había salido o no, ese día por lo menos quería tomar distancia y tener tiempo de pensar.
Llegó a la oficina casi que por inercia y notó que ninguno de sus compañeros había llegado, observó con detenimiento su reloj y había llegado una hora y media antes de su jornada laboral, demasiado temprano incluso para su jefe que siempre era tan madrugador; aprovechó la soledad y el silencio de las oficinas para adelantar lo más posible de su trabajo y estar disponible para cualquier otra cosa que pudiera ofrecerse sin necesidad de que el trabajo se acumulara.
Los minutos pasaron casi que imperceptibles y poco a poco el delicioso silencio del que había disfrutado se iba viendo menguado a causa de los murmullos y los ruidos propios de la oficina. Sus compañeros asistentes se encontraban ya ubicados en sus puestos y como siempre, el primero en llegar era su jefe. Al verlo salir del elevador su corazón empezó a palpitar y se sonrojó en el acto, estaba nerviosa y como pudo tomó sus cosas para ir tras él y empezar el itinerario del día.
Shaoran ingresó a su oficina después de haber saludado a los demás presentes y con Sakura siguiéndole le pidió que cerrara la puerta del recinto.
— Buenos días señor Li, hoy tenemos una agenda bastante cómoda, solo dos reuniones cortas, una con su madre para finiquitar asuntos de la fiesta y…
— ¿Por qué no me esperaste? — preguntó él sin mirarla
— Ahmmm bueno yo… Me levanté muy temprano y en lugar de quedarme en el apartamento preferí venir para adelantar trabajo.
— ¿Estás segura?
— Si, claro ¿Por qué otra razón podría ser?
— No lo sé… — dijo Shaoran acercándose a la castaña y tomando suavemente su mano libre haciendo que se sonrojara de nuevo — sabes que solo quiero que estés bien.
— Gracias por preocuparte.
— Te traje algo de desayunar, supongo que no tomaste nada.
— Gracias… De nuevo.
— Creo que no tenemos mucho trabajo hoy, ¿podría pedirte un favor?
— Si claro.
— Ahora cuando venga mi madre, supongo que tendrá algunas cosas que coordinar, ¿podrías estar con nosotros? tengo entendido que Tommy estará en una reunión y no le será posible.
— Por supuesto que sí, lo que necesiten.
Shaoran le sonrió con dulzura — No olvides tomar tu desayuno, por favor — la castaña sonrió y asintió saliendo de la oficina.
Definitivamente Shaoran le hacía las cosas cada vez más difíciles, se sentía a punto de caer en un enamoramiento profundo, estaba tratando de resistirse y mantener la sensatez. Empezó a gestarse en su mente la idea de no asistir a la fiesta del cumpleaños de Shaoran, no podría soportar verlo con otras o estar en sus manos y que las pocas defensas que le quedaban fueran derribadas para quedar a la deriva de un enamoramiento tonto.
Un largo suspiro escapó de sus labios sin que se diera cuenta.
— Vaya… Lo que sea que te tenga suspirando de esa manera, espero valga la pena — dijo con su voz suave la elegante mujer que se encontraba frente a su escritorio.
Al ser descubierta, la castaña se puso de pie rápida y atropelladamente ante la señora Ierán Li que se encontraba frente a ella con una sonrisa sobria.
— Señora Ierán, disculpe no ví cuando llegó — se excusó Sakura
— Pude notarlo, pero no te preocupes.
— Siga, por favor — indicó la castaña siguiendo a la imponente mujer hasta la oficina de su hijo.
Ambas ingresaron y Shaoran se levantó de inmediato de su puesto para dar la bienvenida a su madre como solía hacerlo.
— ¿Les parece si empezamos? - indicó Shaoran.
— Ya solicité algo de té y algunos pasabocas.
Así empezaron por la reunión que básicamente se trataba de hacer una revisión de todos los detalles que ya debían estar listos estas alturas, ya que la fiesta sería al día siguiente.
— Tomoyo y yo estaremos todo el día en el hotel para verificar que todo se haga de forma correcta.
— No sabes lo mucho que agradezco que puedas apoyarla en esto, Tomoyo es excelente, pero temo que sea demasiado.
— No se preocupe señora Ierán, todo va a salir perfecto.
— Confío en ustedes señoritas. Hijo, iré a la oficina de tu padre, ¿quisieras ir a almorzar con nosotros?
— Lo siento madre, tenemos algunos compromisos en el ministerio de asuntos exteriores — Sakura miró a su jefe con extrañeza, no tenían tal reunión programada… ¿O la había olvidado? ya realmente el cansancio había llegado a tocar a su puerta y podría no estar con todas sus facultades.
— Entiendo, hijo. Ya será mañana en la fiesta que nos veremos de nuevo, tus hermanas están ansiosas.
— Seguro que sí — respondió Shaoran con una sonrisa incómoda
La mujer abandonó la oficina tras despedirse de Sakura y la castaña de inmediato preguntó a su jefe por la reunión en cuestión.
— Shaoran… Disculpa, pero no recuerdo ninguna reunión en horas de la tarde, disculpa si la olvidé.
— No, no estaba programada, acabo de hacerlo, así que nos iremos en un par de horas que calculo es lo que demorará mi reunión con Eriol y Takashi.
— Está bien, estaré lista para entonces.
— ¿Podrías averiguar si ellos ya se encuentran en la sala de juntas?
— Claro que sí, en un momento te confirmo.
— Ah… Sakura, después de la reunión en el ministerio no regresaremos, así que no dejes nada pendiente. ¿Está bien?
— Claro que sí, ¿algo más?
— No, muchas gracias.
Sakura abandonó la oficina y puso manos a la obra sobre lo que su jefe había solicitado, hacía uso de todas sus fuerzas para no terminar dormitando sobre su escritorio, sería un día muy largo, sin duda.
Un par de horas concentrada en su trabajo para no dejar pendientes y de pronto Shaoran salió del elevador y se dirigió a su oficina. Era hora de irse.
Sakura tomó también sus cosas y se dispuso a seguir a Shaoran en cuanto este salió. Ingresaron al elevador en completo silencio y su teléfono indicó un nuevo mensaje.
"Sakura, espero que estés preparada. Esta noche llevaré tu vestido para que hagamos la prueba final y todo esté perfecto para mañana, ¡llevaré pizza! . TD"
La castaña sonrió ante la misiva
— ¿Todo bien? - preguntó Shaoran con curiosidad
— Si, se trata de Tomoyo que irá al apartamento esta noche, es todo.
Apenas terminó de hablar, un sonoro bostezo escapó desde lo más profundo.
— No descansaste bien anoche, ¿no?
— Bueno… Podría decirse que…
— Ya… Pues tu aspecto te delata
— ¿Tan mal me veo?
Shaoran se volvió hacia la castaña y sujetó con suavidad su rostro — Eso sería imposible, Sakura. Pero estás pálida y has bostezado toda la mañana aunque creas que no me he dado cuenta; además, esas pequeñas bolsitas bajo tus bonitos ojos, son una señal clara de lo que estoy diciendo — Sin notarlo, ya estaba demasiado cerca de ella y la apertura de las puertas del elevador los sobresaltó.
Mantuvieron su distancia hasta salir del edificio pero ninguno dijo nada, de hecho nunca lo hacían… Ni sobre sus encuentros nocturnos para hablar, lo que decían y lo que no, o lo que pasaba en la privacidad de sus hogares, nunca era discutido después, como si se tratara de una especie de terreno prohibido para ambos.
Al estar en el auto, el calor del día, el ruido de los carros y el jazz suave que sonaba en la radio no pudo evitar caer profundamente dormida y perderse del resto del mundo; Shaoran, por su parte, la observaba con cuidado y sonrió. No había ninguna reunión planeada, pero tampoco tendrían más trabajo por el resto de la tarde, sabía si dejaba a Sakura en la oficina buscaría más trabajo o no se iría a casa si él se lo pedía, además también quería algo de descanso.
Llegaron al parqueadero del edificio y Sakura no despertaba, así que con mucho cuidado la tomó en sus brazos y la llevó cargando hasta el elevador, afortunadamente era liviana y cálida… Oh, solo los dioses sabían el gran esfuerzo que estaba haciendo por resistirse a ella desde hacía días atrás y esto, sin duda, no ayudaba en lo más mínimo.
Pronto estuvieron en el apartamento de la castaña y la llevó rápidamente a la habitación donde trató de dejarla lo más cómoda posible, mientras él se dirigió a la cocina, estaba hambriento y había pasado un buen tiempo desde la última vez que cocinara y mucho menos, para alguien más.
Sakura despertó sobresaltada, solo había cerrado los ojos por un momento, ¿dónde estaba? fue cuestión de segundos para que sus sentidos la ayudaran a ubicarse en su propia habitación, sin zapatos y una pequeña manta cubriéndola. ¿qué demonios? ¿estaba tan dormida que había llegado a casa sin darse cuenta? pero muy en el fondo escuchó música, se sentó sobre la cama un momento para despabilarse un poco y salió de la habitación encontrando a Shaoran en su cocina tarareando una canción de Nat King Cole que ella personalmente amaba y revolviendo algo en una sartén. Se veía adorable con su mandil rosa y moviendo la cabeza al ritmo de la música.
Fue inevitable para ella preguntarse ¿cuántas personas habrían visto al duro y perfecto Shaoran en una actitud desenfadada y tranquila? ¿para cuántas mujeres habría cocinado? ¿era una de sus técnicas de seducción?
Y allí estaban, de nuevo sus fantasmas e inseguridades salían a flote. ¿Por qué le era tan difícil simplemente disfrutar de ese momento? el hombre ni siquiera había notado su presencia allí, así que se deleitaría un poco más y es que se veía tan guapo, las mangas de su camisa recogida y obviamente estaba sin corbata, el cabello despeinado, los músculos de su espalda…
— Sakura, hola. — saludó él animadamente
— Ho… Hola
— ¿Estás bien? — dijo Shaoran llevando la palma de su mano hacia la frente de la castaña — estás roja, pero no tienes fiebre.
— Esto… Debe ser el calor, ya sabes
— Dormiste muy poco, ¿por qué?
— Me siento avergonzada contigo, ¿qué sucedió con la reunión?
— No había ninguna reunión, solo quería huir de la oficina… Mañana será un día difícil.
— Suena irónico considerando que es tu fiesta.
— No es mía, es de mi madre, no me siento cómodo con tantas personas y el tener que sonreír y ser encantador todo el tiempo.
— ¿Y por qué no se lo dices?
— Porque hay dos aspectos importantes, el primero es que soy el único hijo varón y primogénito de la familia y no sabemos hacer las cosas de otra manera, así ha sido siempre en la familia desde que estaban en China y antes de nacer nosotros, el segundo es que somos personalidades públicas por así decirlo y gran parte de nuestros negocios y clientes son partícipes de este tipo de eventos. Se matan dos pájaros de un tiro.
— Entiendo.
— En fin, solo es cuestión de soportar unas horas, además no todo el mundo es tan malo y siempre he podido tener buenas conqu… — El castaño guardó silencio de golpe
— Dilo, conquistas. Ya tengo una idea de cómo ha sido el dichoso evento — dijo la castaña con un deje de molestia que no pasó desapercibido para Shaoran.
— En fin… Creo que esto ya está. Preparé un pollo stroganoff y ensalada griega, espero que te guste… Hace mucho tiempo no cocinaba para alguien y bueno yo…
Gracias Shaoran — la ojiverde le sonrió con tal dulzura y sinceridad que para el ambarino fue imposible no sonrojarse, solo le quedaba disimular indicando que iría por el vino.
Estuvieron parte de la tarde juntos, después del almuerzo conversaron en el balcón aprovechando la brisa de la tarde y la tranquilidad que se percibía en el ambiente, en un rato llegaría Tomoyo y se convertiría en una noche de chicas que él no quisiera interrumpir, ya encontraría otra cosa que hacer pero por ahora, cada minuto era valioso.
Unas horas más y Shaoran salió del apartamento de Sakura y no mucho tiempo después llegaban Tomoyo y Meilling listas para probar los vestidos que usarían el día siguiente.
Aquella noche, Sakura hizo de lado el cansancio que tenía para disfrutar con sus amigas, había quedado absolutamente sorprendida con el increíble talento de su amiga con el traje que había traído para ella. "te verás maravillosa, Sakura" había dicho con gran entusiasmo la amatista y estaba segura que así sería, aunque solo le importaba la opinión de una única persona.
— Todo está quedando precioso —- comentaba Tomoyo a Sakura quien miraba con fascinación el esplendor del salón donde se reunirían aquella noche.
—Sin duda será una velada maravillosa — añadió Sakura
— Por supuesto que sí, ya todo está listo, creo que podemos irnos a casa para arreglarnos, ¿te parece?
— Estoy nerviosa, Tommy.
— No tienes por qué, Sakurita, brillarás como nadie esta noche y yo me aseguraré de ello.
No tardaron en llegar y la magia comenzó, no solo Tomoyo estaba preparada con lo necesario, tres estilistas expertos las esperaban para preparar peinado y maquillaje de las dos, la amatista se encargaría de no dejar ningún detalle al azar.
Sakura estaba entre emocionada y nerviosa, no sabía por qué pero era como si esa noche determinara el rumbo de su vida.
— Por Dios Sakura, pareces un sueño— decía una sorprendida Tomoyo mientras miraba a la castaña de arriba abajo
— Estás exagerando— respondió sonrojada la castaña
— ¿Exagero muchachos? — preguntaba Tomoyo a los estilistas quienes negaban con vehemencia.
— Te lo prometí, brillarás esta noche como un millón de estrellas.
Sakura abrazó a Tomoyo con gratitud, la vida la había bendecido con una amiga como ella, quien era absolutamente bondadosa y generosa y quién además era preciosa pero nunca buscaba opacar a otros para brillar.
— ¿Tú ya te miraste al espejo? Te ves perfecta, y Eriol es un imbécil si no deja las tonterías y comprende que nadie, nadie es como tú. Esta noche será inigualable Tommy, ya lo verás.
— Así será — Respondió la amatista con determinación.
La limusina las esperaba a la entrada del edificio rumbo al gran salón que las esperaba de nuevo, si bien estarían atentas a la logística de los aspectos más importantes, habría personal encargado de todos los demás detalles.
Una oleada de periodistas se arremolinaba a la entrada del evento y ellas eran de las primeras en llegar, los flashes de las cámaras cegaban su visión y Tomoyo solo le susurraba a Sakura que sonriera ya que ella no estaba acostumbrada a las luces de los reflectores mientras avanzaban hasta ingresar.
Algunos de los invitados ya estaban allí y departían con algún aperitivo mientras los señores Li saludaban a todos los que iban llegando. Ieran usaba un imponente vestido inspirado en la cultura china con aplicaciones de oro que la hacían ver majestuosa y etérea.
Cuando Tomoyo y Sakura ingresaron al lugar les fue imposible no notar la presencia de las recién llegadas, pues todas las miradas se dirigieron a ellas.
El vestido de Sakura era color rosa pálido en su parte superior para irse degradando en la parte inferior a un poco más oscuro, con escote de corazón y tiras muy delgadas en cristales Swarovsky, la parte superior del vestido se adaptaba perfecto a su pequeña cintura pero se abría con un corte princesa en una amplia falda con brillo muy discreto pero que le daba un aire de fantasía y delicadeza totalmente único.
— te ves increíble, Sakura— comentó Ierán
— Muchas gracias — Respondió la castaña tratando de disimular su sonrojo.
— Y tú, Tomoyo, preciosa también. Me siento muy orgullosa.
Las dos mujeres estaban muy contentas y emocionadas, los invitados seguían llegando, por primera vez en la vida Touya no había cuestionado a Sakura por su vestido o le había dicho que se cubriera y para más sorpresa aún, no le había dicho que parecía un monstruo. La música sonaba, los tragos iban y venían al igual que la comida, el salón se iba llenando de mujeres hermosas, adineradas, operadas e increíblemente huecas.
Y llegó el momento, el homenajeado haría su arribo al gran salón.
— Queridos amigos, el momento que todos estábamos esperando, hoy, celebramos el trigésimo cumpleaños de nuestro heredero, nuestro primogénito, nuestro orgullo, Li Xiao Lang.
El lugar completo estalló en aplausos y las puertas principales del salón se abrieron, los reflectores se enfocaron en él quien entró al lugar saludando respetuosamente y con esa sonrisa que hacía suspirar a la castaña. Ella no estaba cerca de un lugar en el que pudiera llamar la atención, pero él buscaba encontrarla entre tanta gente aunque no lo lograba; tenían una tradición y es que con su entrada se daba inicio al baile y siempre el primero era con su madre, una costumbre occidental que habían adoptado muchos años atrás y su padre bailaba con Shiefa, la mayor de sus hijas. Mientras bailaban, él seguía buscando y su madre lo notó. Antes que llegara el cambio de parejas y otras se acercaran a la pista de baile, Ierán susurró algo en su oído que lo hizo sonreír.
Shaoran tomó de la mano a su madre y la entregó cortésmente a su padre mientras él se acercó a la multitud para buscar su próxima pareja; las jóvenes que allí se encontraban estaban expectantes y casi que ofreciéndose para ser la siguiente, pero solo un rostro buscaba entre la gente y lo encontró por más que buscara pasar desapercibido, por mucho que intentara ocultarse entre la multitud, ella era una en un millón.
— ¿Me concede esta pieza, señorita Kinomoto? — dijo inclinándose cortésmente hacia Sakura cuyas mejillas fueron adornadas por un adorable sonrojo.
— Será un honor, señor Li — respondió ella extendiendo delicadamente su mano hacia él tratando de controlar el leve temblor que se apoderaba de su cuerpo y observando esa sonrisa indescifrable que se había posado en el elegante rostro masculino.
Tomoyo observaba a su lado con una sonrisa tonta y tratando de disimular un suspiro, sin darse cuenta que a su lado, Eriol, segundos más tarde, imitaría la acción de su primo y la dejaría sin defensas.
Allí estaban ambas parejas, entre muchas otras, pero siendo protagonistas de un momento hermoso, clásico, romántico, único.
Sakura y Shaoran no decían nada, pero tampoco dejaban de mirarse y sonreirse, las palabras simplemente no hacían falta porque los sentimientos fluían con fuerza incontrolable, todo lo que se venía acumulando días atrás estaba a punto de desbordarse en aquella velada.
— Podría limitarme a decir lo obvio, pero eso sería tan cliché — comentó Shaoran.
— Bueno, pues yo me dejaré llevar por lo cliché y diré que te ves increíblemente guapo esta noche. La verdad es que no pensé que eso fuera posible.
La sonrisa en el rostro de Shaoran lo decía todo, no era una pretenciosa o engreída como podría esperarse; todo lo contrario, se notaba realmente halagado y complacido con las palabras de la castaña.
— En ese caso, señorita Kinomoto, permítame decirle que no hay un calificativo con el que pueda describirla en esta noche, simplemente me ha dejado usted sin palabras.
Sakura no atinó a decir nada, solo inclinó su rostro negando con una sonrisa, por supuesto que esperaba que le dijera que estaba bonita o algo similar, pero él siempre sabía sorprenderla de la mejor manera.
La canción terminó y como era de esperarse las parejas empezaron a dispersarse y otras llegaban a la pista, pero Sakura y Shaoran solo se quedaron ahí, mirándose en silencio hasta que una mano femenina asomó por el cuello de Shaoran y segundos después una voluptuosa mujer rubia y con profundos ojos azules apareció en el rango de visión de Sakura y acariciando el pecho del ambarino.
La recién llegada miró de pies a cabeza a Sakura con una expresión de menosprecio para luego ocuparse del protagonista de la celebración.
— Te estabas tardando.
— Amy, qué sorpresa — dijo con algo de incomodidad el ambarino
— Surprend, mon amour — respondió la mujer dándole un beso en la comisura de los labios haciendo que la ira de Sakura se empezara a encender, así que consideró prudente retirarse antes de cometer una imprudencia.
— Me retiro. Señorita, ha sido un gusto conocerla — la mujer miró de nuevo a Sakura sin decir palabra y se volvió a abrazar a Shaoran tratando de hacer que bailara con ella.
Shaoran vio como la ojiverde se abría paso entre la multitud, impávido y sin saber muy bien qué debía hacer, Amy Dubois era la hija de uno de los mayores empresarios de la industria del acero en Europa y con quien, obviamente había tenido una fugaz aventura, debía tratarla con guantes de seda. Pero, ¿y Sakura? habían compartido un momento mágico en aquella pista de baile, no podía dejar las cosas así, no podían seguir en esa situación.
Esa noche, las cosas debían ser diferentes
Mis muy amados lectores,
Con todo mi corazón deseo que este nuevo año que recién empieza venga cargado de cosas maravillosas para ustedes y sus familias y que todos sus proyectos, metas y propósitos puedan salir adelante de la mejor manera.
Nuevamente me disculpo por la larga ausencia, han de saber que mi inspiración ha estado en unas (muy largas) vacaciones, me ha sido difícil poder escribir aun cuando he tenido lapsos de tiempo para hacerlo y aunque tengo clara la trama en mi cabeza, a la hora de plasmarlo quedo en blanco. Pero bueno, aquí vamos y espero que les guste.
Este capítulo originalmente era muy largo, pero decidí dividirlo porque lo que sigue es un poquito... ejemmmm... picosito, así que ya saben lo que se viene.
No me quiero despedir sin dedicar este cap a mis queridas y entrañables Elizzekomatsu, mi amiga querida del alma, que sabes que te adorooo mujer!
Isa querida, quien siempre me apoya, me acompaña, me enseña y valora lo que hago, tu amistad es invaluable para mí.
CherryLeeUp, mujer brillante, con tu delicioso estilo de escritura y tu inquebrantable disciplina, cuando crezca quiero ser como tú
Carrie10... VUELVEEEE, TE EXTRAÑOOO (Y estoy segura que no soy la única)
Florecita de mi vida, te llevo en mi corazón.
Por último agradezco todos sus reviews, todos y cada uno de ellos me llegan al corazón y lo saben, yo también quiero leerloa! conocer sus impresiones, sus teorías, todoo!
Los dejo con muchos abrazos y la promesa de vernos muy muy pronto!
Ale-San
