Los personajes y lugares pertenecen a Suzanne Collins. Esta solo es una historia creada desde la imaginación de una fan de los Juegos del Hambre.

CAPÍTULO 5

Esa noche en el hospital del casi extinguido distrito 13, Peeta asimila todos los acontecimientos de ese día. Primero, es rescatado del capitolio aquí, aunque no siente que este a salvo, no se siente seguro y nunca cree que vaya a estarlo.

Segundo, ha vuelto a ver a Katniss, la misma que lo enamoró cantando la canción del valle, el primer día en el colegio, que fue con él a los juegos del hambre, que fingió sentir algo por él para que saliesen de la arena, la misma que no siente nada por él, sino por otro… .Y no puede echarle toda la culpa a Katniss, pero no puede de dejar de sentir el dolor, la rabia, el enfado, al recordar las imágenes de Katniss besándose con Gale, no puede olvidar que todo este tiempo se ha estado besando con él, que mientras él ha estado siendo torturado, ellos han estado juntos.

Por último, no puede dejar de sentirse sucio, mancillado, después de lo que le hicieron. Ahora entiende a Johanna, y no puede entender como aún, saca la fuerza para seguir adelante. Siente admiración por ella, siente que es la única que le puede entender.

Después de que se tranquilizase y lo revisasen, se tuvo que despedir de Johanna, aunque está no quería irse de su lado, pensando que aún le podría pasar algo al chico del pan.

Peeta no quiere dormirse, pero ya no puede aguantar más, le han inyectado un sedante, pero él no quiere dormir, no quiere volver a la habitación roja, donde lo ultrajaron, donde terminaron de romperlo…

- mmh…-gime uno de los monstruos, mientras pasa su lengua por su bajo vientre.-sabes espectacular cariño.

- Ni se te ocurra Casilda, seré la primera en saborear y sentirlo- dice otra, mientras coge su pene, y se lo mete a la boca- mmh….Me encanta tu sabor, veamos si se siente mejor de lo que sabe.-dice mientras se posiciona y se alinea, para de una estocada, bajar.- Ahh, síí!- gime y grita mientras se mueve una y otra vez encima del vencedor del 12.

- Después me toca a mí Sirena.- dice otra mientras pasa su lengua por su pecho.

- ¡Basta, parad! ¡No me toquéis! ¡Dejadme por favor!- grita desesperado y aterrorizado Peeta, aun dentro de la pesadilla, de su recuerdo.

El grito es tal, que Johanna, que está en una habitación al lado, despierta sobresaltada, con el pánico aún en el cuerpo de su propia pesadilla. Cuando consigue hacer a su cuerpo reaccionar, se desconecta el gotero y los demás cables que la tienen conectada, y va hacia la habitación de Peeta.

Cuando llega, lo ve rodeado de dos enfermeras que intentan tranquilizarlo, pero él no para de gritar que no lo toquen, que lo dejen, mientras se mueve desesperado, aún sin abrir los ojos. Y Johanna sabe lo que le está pasando, porque a ella también le pasa, está reviviendo su pesadilla echa realidad.

De un empujón aleja de él a las dos enfermeras, que ahora no paran de decirle cosas a ella, pero no las escucha, toda su atención está en el chico que está en la camilla, aterrorizado.

- Peeta- le llama Johanna, con la voz lo más calmada que puede.- Peeta, soy Johanna, tienes que despertar, no te va a pasar nada, estás conmigo. Peeta.-lo vuelve a llamar.

- Johanna, Johanna- dice una y otra vez Peeta, hasta que consigue abrir los ojos, aún con el pánico en todo su cuerpo.- Ha pasado otra vez, lo han vuelto a hacer, una y otra vez- dice con lágrimas en los ojos.

- Has tenido una pesadilla, tranquilo, estoy contigo no pasa nada.-intenta tranquilizarlo Johanna, mientras que las enfermeras calladas en un rincón, ven la impactante escena.

- Ha sido real Johanna, ha sido real- dice Peeta mientras se pasa las manos una y otra vez por los brazos, temblando.

- Ya no va a ser así Peeta, confía en mí, no te va a pasar nada, yo estoy contigo.- dice Johanna mientras lentamente coge las manos de Peeta.

- No quiero dormir otra vez, volverán- dice con el terror en los ojos.

- Me quedaré contigo, estaré contigo Peeta, lucharemos los dos contra las pesadillas.

- ¿Te quedarás conmigo?

- Sí.-dice dándole una pequeña sonrisa-¿No hay ningún problema, a que no?-les dice amenazante a las enfermeras.

Estas salen del estupor, y le dicen que tienen que consultarlo con la enfermera de guardia, pero tras una mirada de muerte de Johanna, le dicen que no creen que haya problema, en traer su camilla a la misma habitación, y salen apresuradamente de la habitación. Mientras que Johanna, se sienta en la misma camilla que Peeta, y sigue tranquilizándolo.

Mientras tanto las enfermeras, llegan junto a su superiora para comunicarles lo que ha pasado.

- Entonces, señora Everdeen, ¿cree que debamos llevar a la paciente Johanna Mason, a la habitación del señor Melark?

La señora Everdeen, aún impactada por todo lo que le han contado, y sacando algunas conclusiones, finalmente determina, que no hay ningún problema. Sin embargo, no cree que ella no vaya a tener problemas con su hija cuando se entere…

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Un saludo a todos los que os habéis tomado unos minutos en leer; Sinsajo: Una versión diferente.

PD: GRACIAS a todos los que comentáis, me gusta mucho leer vuestras opiniones respecto a la historia, GRACIAS también a todos los que seguís y le dais a favorito a mi historia.