El beso fue accidental.

Al menos el primer beso.

Noelle sabía que podría haberse hecho daño cuando Asta uso su espada para entrenar con ella, había confiado demasiado en su velocidad para esquivar pero se olvidó que la anti magia perseguía la magia y aceleraba hacia una fuente de maná, su error fue salvado gracias al movimiento del chico después de que perdió su traje de valquiria cuando alargo su mano para atraparla en el aire y atraerla hacia él, solo que el movimiento fue tan brusco que sus labios se rozaron accidentalmente, el toque hizo que la cara de la adolescente se ruborizara violentamente mientras su cerebro entraba en cortocircuito, al mismo tiempo Asta estaba conmocionado siempre había pensado en que daría su primer beso a la Hermana Lily pero una emoción desconocida e intensa lo atravesó, sobre todo al ver el hermoso rostro de su amiga a esa distancia, su piel tersa, sus brillantes ojos rosados, el golpeteo salvaje de su corazón, la pausa no evito que se alejaran demasiado, sus miradas todavía se encontraban conectadas cuando Noelle se rindió para acercar sus labios de nuevo hacia los suyos mientras sus manos enmarcaban sus mejillas, Asta no se resistió al movimiento cerrando sus ojos para fundirse por completo en el contacto, disfrutando de la sensación de sus cuerpos en completo contacto, la forma en que el ki de Noelle se revolvía de una manera que nunca había sentido antes, le gustaba.

- Tengo que elevarnos, Noelle. – Dijo extendiendo su ala para detener la perdida de altura, la chica había escondido su rostro en su hombro mientras lo abrazaba con mucha fuerza.

Se elevó hasta quedar por encima de las copas de los árboles, estaba convencido de que Noelle podría haber convocado su vestido para apartarse de su cuerpo sin embargo no mostraba intenciones de hacer eso, su ki todavía parecía un torbellino sin fin, las emociones lo mantenían confundido, porque, aparte de felicidad, sentía confusión, tristeza y euforia.

- ¿Estas bien, Noelle? – Pregunto suavemente empezando a recorrer lentamente su espalda en círculo, la sintió negar frenéticamente sin soltarlo – Voy a llevarnos hasta el suelo.

La chica sintió sus pies tocar la tierra sabía que tendría que enfrentarse al chico del que estaba enamorada y al que acababa de besar, no sabía qué pensaría él de lo que sucedió, quizás estaría enojada con ella por besarlo o tal vez se estaba sintiendo culpable de fallarle a la Hermana Lily.

- Noelle.

- De acuerdo. – Accedió a soltarlo, cruzo sus brazos sobre su pecho mientras mantenía su mirada fija en el suelo.

- ¿Estas bien? – Se sobresalto cuando el chico se acercó muy cerca de su rostro, se había agachado para poder mirarla a los ojos, sus iris verdes parecían llenos de un brillo particular – ¿Estas enojada?

- No. – Vacilo un poco mientras miraba su sonrisa suave – ¿No lo estás tú?

- ¿Por qué lo estaría?

- ¿No dices siempre que te casaras con la Hermana Lily?

- Sí, eso digo. – Admite con un asentimiento de su cabeza antes de buscar la mano con la suya – Ha sido un deseo desde que he sido un niño porque la Hermana Lily siempre fue hermosa y perfecta para mí, ella era mi vida.

Aquellas palabras resultaban especialmente dolorosas en esos momentos, y aunque quería tirar de su mano para soltarse e irse, no lo permitió, su agarre era firme pero amable, no le haría daño en cambio la llevo hasta sus labios donde verso el dorso de su mano, el gesto tan tierno hizo que Noelle se ruborizara.

- La Hermana Lily siempre será una persona importante en mi vida, fue la primera que creyó en mi realmente, los adultos no suelen confiar en niños inútiles como yo, pero ella nunca ha aceptado mi propuesta de matrimonio. Pensaba que se debía a que no era suficiente. – Noelle permaneció en silencio ella sabía muy bien lo que se sentía creer que eras inferior a los demás – Luego aparecieron todos ustedes, tuviste fe en mi desde el comienzo y aunque no somos de la misma clase social me aceptaste como alguien que valía la pena.

- Vales la pena, Asta. – Afirmo de forma espontánea lo que solo logro que la sonrisa del joven volviera a sus labios.

- Gracias. – Asta llevo su mano libre a su cabello con un gesto nervioso – Eso es a lo que me refiero, las últimas veces que he visto a la Hermana Lily no he sentido tanta necesidad de querer casarme con ella. Ahora pienso en ustedes, en cada uno de los miembros del escuadrón y me siento aceptado. De todos tú eres la más importante.

- ¿Yo?

- Claro.

- Me gustas, Asta. – Declaró después de tragar su nerviosismo, sus ojos rosados clavándose con honestidad en los esmeraldas.

- También me gustas, Noelle.

Se sonrieron con timidez, Asta alargo su mano para tocar la mejilla femenina, Noelle se apoyó en el contacto con una expresión pacífica, sintiendo que un peso sobre su corazón finalmente era liberado, permanecieron en silenció hasta que se besaron una vez más, luego de eso juntaron sus manos para volver hasta la base.