Un beso presionado en la parte superior de la cabeza.

- Señorita Secre. – La adolescente se detuvo en su camino hacia su lugar de trabajo, un hombre de mediana edad la miro con seriedad – Me gustaría que le recuerde a Su Alteza que pronto es el banquete y se requiere de su presencia.

- Me asegurare que Su Alteza acuda a la hora apropiada. – Respondió en un tono neutro.

No sabía en qué momento paso de ser la "asistente del Príncipe" a ser la "niñera" del mismo, pero repentinamente todos los nobles acudían a ella cuando querían que el Príncipe cumpliera con alguna obligación o evento al que probablemente se olvidaría de asistir.

- ¡Secre! Por fin has llegado, te estaba esperando. – Saludo con una gran sonrisa, estaba ligeramente sucio de polvo.

- Saludos a Su Alteza. – Hizo una breve reverencia que fue interrumpida por las manos del chico sujetando las suyas.

- Te he dicho que no hagas eso, me hace sentir incómodo.

- Pero es lo apropiado. Todavia no se ha vestido para el banquete. – Comento de forma acusatoria.

- Le pedí a Tetia que me trajera algo para ti, mientras la esperaba estaba probando uno de mis nuevos inventos y exploto. – Se movió dentro de su laboratorio hasta que consiguió una caja envuelta en papel dorado que puso en sus manos – Ábrelo.

Observo la expectación en el rostro de su acompañante por lo que simplemente levanto la parte superior de la caja desvelando un vestido de color plateado perfectamente doblado, acompañado de joyas y unos zapatos a juegos, podía notar la calidad de la tela con facilidad, sin duda ropa de alto rango.

- ¿Qué es esto?

- Es para ti. Le pedí a Tetia que escogiera algo para ti, para que puedas acompañarme al banquete. – Explico con gran emoción.

- ¿Yo? ¿Al banquete? – Secre sacudió su cabeza indecisa – Esto es demasiado para mí, soy solo una noble de bajo rango no puedo aceptarlo…

- Claro que sí, eres mi asistente y mi mejor amiga, debes venir conmigo.

- No puedo hacerlo. – Secre negó con la cabeza – Sus familiares estarán en contra de que entre a su lado, alguien como yo…

- ¿Qué tiene de malo alguien como tú?

Secre bajo la mirada hacia la ropa excesivamente valiosa en sus manos, había realizado su debut social a la edad de catorce años sin demasiado éxito, no tenía la confianza suficiente para convertirse en la flor de la sociedad, además solo era la hija de un barón con una magia menospreciada por toda su familia, el lugar junto al príncipe no le pertenecía.

- Debo insistir en declinar su regalo, Mi Príncipe. Es hermoso, pero no es para alguien como yo. – Insistió cerrando la caja.

- No te obligare hacer algo que no desees, Secre, pero para mí nada es tan hermoso como tú. – El rubio tomo la delicada mano femenina entre las suyas, llenas de costras por el trabajo manual en sus inventos – Espero que llegue el día que pueda lograr hacerte ver lo impresionante que eres.

Para su sorpresa coloco una mano en la parte posterior de su cuello para acercarla dejando un beso en la parte superior de su cabeza, sus mejillas se tiñeron de rojo rápidamente, su boca se congelo sin saber que decir mientras el hombre se giraba para recoger sus cosas, comentando alegremente que tendría que bañarse en tiempo récord y como debía crear un artefacto que agilizara esa actividad.

- ¡Secre! ¡Date prisa!

- Sí, sí. – Tartamudeo al seguir sus pasos con una pequeña sonrisa.