Zora suspiro, le dolían mucho las cosillas, le habían dado una golpiza en su última misión, lo malo de cruzarte con un mago con magia explosiva, esperaba que Finral lo fuera a recoger al hospital, pero no lo encontraba, llenaría su cama de chinches hediondos si se había olvidado de él, camino por un pasillo cuando de repente pasos apresurados se dirigieron a su persona, se quejó en voz alta cuando un cuerpo golpeo el suyo por la espalda, estaba confundido hasta que noto los cabellos plateados.
- ¡Nebra! – Se quejo enojado por el dolor que recorrió su cuerpo.
- ¡Estaba tan preocupada! – Dijo cuando pudo hablar, había pasado sus brazos por debajo de sus axilas para abrazarlo desde atrás, enterrando su rostro en su espalda. – ¡Eres un estúpido!
- Oye, baja la voz, vas a llamar la atención. – Aguanto la respiración para no angustiarla más de lo que ya estaba, ella manejaba mal sus emociones, uso sus manos para liberarse del abrazo y girarse para enfrentarla, ella tenía el rostro lleno de lágrimas, la mirada aterrorizada en sus ojos le asusto – Estoy bien ¿de acuerdo? Pero si me abrazas tan fuerte me duele. Tengo unas costillas lastimadas y no estoy para el amor rudo ahora mismo.
- ¿Qué paso? – Cuestiono con curiosidad.
- Magia explosiva, incluso cuando la reflejo hay una pequeña explosión, no fue nada más que eso. – Contesto con tranquilidad usando su pulgar para recorrer su mejilla quitando los restos de humedad – Además pensé que no te preocuparías por un…
- ¡Claro que me preocupo por ti! Idiota. – Su grito lo sorprendió, ella se alejó de su toque con una expresión dolida que lo hizo sentir mal, solo quería bromear con ella para aligerar el ambiente – No debería, la mala hierba no muere así que…
- Lo siento. – Se disculpo tomándola de su muñeca para evitar que se fuera, la atrajo suavemente para que volviera a sus brazos, debía ser genuina su preocupación si lo vino a buscar en medio del hospital a pesar de que alguien podía verlos – Lo siento, no quería hacerte sentir mal.
- Realmente estaba preocupada, escuche a Noelle contarle a Mimosa en el Palacio de que estabas herido, no podía creerlo, es decir, aunque tu magia sea patética sabes defenderte.
- Pasare por alto tu insulto a mi magia. – Resoplo acariciando su rostro con una sonrisa – Como compensación creo que puedes darme un beso.
- ¿Por qué te besaría? Además, estas herido.
- Mis labios no están heridos, Princesa. – Ella sonrió suavemente antes de cerrar los ojos, sus manos se posaron con más suavidad sobre su cintura, quería abrazarlo, pero tenía miedo de lastimarlo.
- Que conveniente. – Le dedico una mirada divertida, Zora se inclinó para unir sus labios en un beso tierno, fueron lento al principio más que nada porque Nebra se sentía insegura, en cambio él estaba extasiado de que ella lo buscara, así que tomo su rostro para profundizar el beso olvidándose por completo del sitio donde se encontraban cuando un grito los asusto rompiendo su beso, los dos se giraron para ver al final del pasillo a Solid Silva y a Kirsch Vermillion.
Oh, oh.
- ¿Qué haces con mi hermana? – Pregunto señalándolo mientras creaba su serpiente marina totalmente ofuscado.
- Espera, Solid… – Nebra convoco su grimorio para crear niebla que rodaba a su alrededor preparada para defenderlos.
- Querida prima, tu belleza es un desperdicio en esta situación. – Dijo el pelirrojo dramáticamente – No debes ensuciar tu hermosa apariencia con…
- ¡Cállate, Kirsch! – Gritaron los Silvas al mismo tiempo.
- Libera tu hechizo, Solid. – Ordeno Nebra con seriedad, Kirsch era molesto, sin embargo no atacaría a diferencia de Solid que perdía los estribos fácilmente – Para que podamos hablar, Zora está herido así que sería injusto que lo ataques.
- ¿En verdad lo estás defendiendo? ¡Es un campesino! ¡Eres de la realeza! – El chico estaba tan enojado que Zora de cierta forma estaba agradecido de que su ira iba dirigida a él y no hacia ella.
- Eso es algo obvio, tonto. – Declaró con una sonrisa nerviosa – ¿Además que hacen ustedes dos aquí?
- ¿Nosotros? – Solid retrocedió incómodo sin dar una respuesta.
- Ninguno de los dos está herido, y creo que nadie de nuestro escuadrón está aquí. – Nebra ladeó el rostro guardando su grimorio, los dos balbucearon algo incomprensible mientras desviaban la mirada.
- Solo es casualidad que nos reuniéramos. – Hablo Kirsch sacudiendo su mano exageradamente – Las cosas hermosas se juntan con facilidad. – Zora arqueo una ceja mientras pasaba su brazo por los hombros femeninos, ella se ruborizo levemente para su diversión, pero lo que le pareció interesante fue que el pelirrojo lo miraba a él, no a su prima.
- ¡No toques a mi hermana! – Gruño Solid al ver el gesto, luego suspiro apretando los puños dirigiéndose a ella– Has estado actuado extraño, así que te seguí, no pensé que te estabas enrollando con un campesino ¿qué pasa por tu mente? Primero Noelle y luego tú, algo está mal con las chicas.
- ¿Me estabas espiando, Solid? – Cuestionó enojada.
- No quisiste decirme que hacías.
- Porque te ibas a poner de este modo, escucha, sé lo que estás pensando porque también lo hago yo, lo hacía, pero realmente me gusta Zora. – Confesó con un rubor muy acentuado, tuvo que contener el impulso de girarse para esconderse en el pecho de Zora, quien además estaba muy sorprendido.
Tenían algún tiempo en esto, fuera lo que fuera eso, por supuesto podía ver su interés en sus gestos, en su preocupación, pero nunca le había dicho que le gustaba, al menos no con palabras, los otros dos estaban igualmente asombrados, Kirsch tomo una expresión seria mientras que Solid parecía sonrojarse de la ira, obviamente los Silvas tenían una tendencia a estar rojos.
- Entiendo. – Habló Kirsch con una sonrisa suave tomando una postura más seria – Creo que ambos hemos perdido, Solid.
- ¿Qué? – El aludido se ruborizo más acentuadamente bastante nervioso.
- ¿De qué están hablando? – Pregunto Zora confundido rascándose la parte posterior del cuello mientras apoyaba algo de su peso en su pareja.
- ¿Estás cansado? – Nebra lo miro con preocupación pasando su brazo por su cintura.
- Estoy bien. – Realmente quería escapar de esta situación incómoda.
- Viendo lo preocupada que esta Nebra por Zora me parece que es bastante honesta en sus palabras ¿no lo crees, Solid? – Kirsch les dedico una sonrisa triste, el chico parecía contrariado.
- ¿Me explican que sucede?
- Realmente vinimos a ver a Zora. – Respondió Kirsch son un leve sonrojo en su rostro y luciendo extrañamente avergonzado – Escuchamos por Mimosa que estabas herido, bueno yo escuché y le dije a Solid cuando venía en camino y decidió unirse a mí.
- ¿Por qué? – Nebra no entendía nada.
- Es vergonzoso.
- ¿Qué? ¿Vas a decirme que estas enamorado de mí? – Inquirió Zora con sarcasmo quedándose sin palabras cuando el rostro del hombre se puso todavia más rojo – No puede ser ¿Y tú? – Se giro para ver a los ojos al otro chico que solo negó efusivamente que luego bajo la mirada.
- No puede gustarles Zora. – Declaró Nebra extrañada.
- ¿Por qué no? Te gusto. – Le dedico una sonrisa descarada, en parte halagado, en parte asombrado – Es muy irónico que, dado que no me gustan los nobles, mi pareja sea una y al parecer atraigo a los nobles, es mi actitud de chico malo ¿verdad?
- Eres extrañamente atractivo, si podría ser todo eso del chico malo y el cuero – Señalo Kirsch con soltura recuperando algo de audacia, su comentario resulto vergonzoso para el hombre que no esperaba tanta sinceridad – Incluso podría decir que hay algo de belleza, especialmente en tus ojos azules, parecen mágicos, al menos esa es mi opinión, no sé qué es lo que más le gustara a Solid.
- ¡No me gusta él!
- Kirsch está siendo más honesto que tú, mira ha dicho que le gustan mis ojos, para escuchar un cumplido de tu parte tienes que estar de buen humor, tienen que caer cerdos del aire y tengo que estar herido, quizás me equivoque de noble. – Quito su brazo de sus hombros con burla.
- ¡A mí también me gustan tus ojos y tu cabello! – Habló ruborizándose intensamente con una mirada de angustia en sus ojos – Solo me cuesta más decirlo, pero…
- Solo me estoy burlando de ti, tranquila. – Apoyo su mano en su cabeza para despeinarla con afecto, debía estar afectada por su burla ya que no se quejó como hacia habitualmente – ¿Y qué hay de ti, chico?
- ¡No te confundas! No tengo nada que ver con eso, ni parecido, como si pudiera importarme un miserable campesino. – Grito demasiado acalorado como para creer que sus palabras eran verdaderas, Zora levanto una ceja extremadamente divertido.
- Eres igual de deshonesto que Nebra, parece algo de familia. – Puntualizo con una sonrisa divertida pensando en Noelle – No te preocupes no tengo ningún interés en ti, así que relájate.
- ¿Por qué? – La pregunta contrario a los presentes que le dedicaron miradas intensas lo que lo hizo ruborizarse avergonzado.
- Se nota que eres el menor de todos, eres tan infantil, pero para ser franco y dejar todo en claro, la única realeza que estoy dispuesto a tolerar es esta, y Noelle, de los Silvas al menos, tu hermana me agrada. – Nebra frunció el ceño ante su forma de referirse a ella, sin embargo, se guardó su reclamo para procesar el hecho de que su hermano menor y su primo se sentían atraídos por su pareja.
- ¿No tienen problemas con mi relación con Zora? – Tanteo con cuidado.
- No, por lo menos yo no, sería tonto de mi parte reclamarte por algo que también quería, mis padres probablemente estén fuertemente en contra, no sé qué pensara Nozel, pero yo no tengo nada que decir. – Kirsch tomo la mano de Nebra entre la suya – Te deseo la mayor felicidad, Nebra. No me siento mal de perder contra ti, porque eres absolutamente hermosa.
- No soy un premio. – Murmuro suavemente, aunque feliz de que Nebra estuviera recibiendo la aceptación que necesitaba – ¿Qué hay de ti?
- Yo no estoy de acuerdo, para nada, le diré a Hermano Mayor Nozel de inmediato. – Solid retrocedió cuando Zora se acercó más rápido de lo que esperaba quedando a poco centímetros de su rostro, con una mirada intensa, no pudo evitar cerrar los ojos ¿quizás esperando un beso?
- No seas crío. Diciendo que la acusaras con tu hermano, piensa en la felicidad de tu hermana, no siento nada por ti, ni por ti. – Los señalo a ambos con su dedo acusador, finalmente se giró para tomar a Nebra por las mejillas plantando un beso en sus labios – Estoy herido y cansado, quisiera simplemente irme a mi casa a descansar o pasar un buen rato con mi pareja ¿Te parece bien?
- Sí. – Asintió efusivamente con una expresión apenada por la muestra de afecto pública.
- ¡No! – Solid avanzo para tomarla por el brazo – No puedes hacer esto, Hermana Mayor.
- Ni siquiera sé si estas siendo celoso de ella o de mí. – Comento Zora con una sonrisa divertida sujetando su mano con la suya para que liberara a su hermana – Ahora suelta a Nebra, no seas un llorón.
- ¿Zora? – Noelle se acercaba por el pasillo en compañía de Finral, la escena era de lo más desconcertante para ella, por una parte, Solid sujetaba el brazo de Nebra y a su vez Zora tenía su mano en la de Solid, mientras Kirsch los veía a un lado – Vinimos a buscarte ¿Qué sucede?
- Llegan tarde, los perdono porque me he divertido mucho y me he enterado de muchas cosas. – Comento apretando con fuerza la muñeca del chico que soltó su agarre – Noelle, tengo que decirte algo: Eres mi cuñada favorita.
- ¿Cuñada? – Ladeo el rostro sin saber que sucedía.
- Nebra es mi pareja. – Informo con simpleza entrelazando su dedos con los de ella.
- ¿Qué? – Preguntaron al unísono los dos toros negros.
- Eso es imposible, es imposible que tengas novia antes que yo. – Grito Finral conmocionado y con un aura deprimente, sobre todo porque la novia de Zora era una princesa.
- ¿Qué pasa con Finesse? – Le recordó ofendida Noelle, dándole un golpe ligero en la espalda.
- Tienes razón, Noe. – Lloriqueo, girándose para castigarse por su debilidad.
- ¿Finesse Calmerich? ¿No es la prometida de Langris? – Cuestiono Kirsch.
- Sí, ella misma, pero eso no importa. – Sacudió la cabeza para no distraerse y centrarse en lo importante, Nebra estaba parcialmente escondida detrás de Zora, sus manos seguían entrelazadas – ¿Quieres decir que están juntos?
- Si, eso significa ser pareja. – Hizo un gesto como si estuviera pensando – Dime por favor que no te atraigo de ninguna manera.
- ¿Por qué lo estaría?
- Resulta que al parecer soy increíblemente atractivo para tu familia.
- ¡Zora! – Nebra le pellizco en el costado, logrando que saltara por el dolor – Lo siento, lo siento.
- No era necesario que me maltratarás. – Hizo un gesto dramático.
- Lo siento.
- No entiendo que está sucediendo.
- Te diré después, ahora estoy cansado. – Se inclino para besar la mejilla de Nebra – Nos vemos mañana ¿está bien? Me encantaría pasar un rato contigo, pero ya que me has agredido y mi transporte ha llegado, me voy. – Se detuvo cuando su mano apretó con fuerza la suya mientras le dedicaba una mirada de cachorro, la que solía usar para tratar de conmoverlo – No estoy molesto, tranquila.
- Ten cuidado.
- Sí, sí. – La beso suavemente con una sonrisa divertida por su vergüenza, luego se unió a sus compañeros para marcharse – Tengo que contarte algo muy interesante. – Noelle no sabía que más podía decirle después de la bomba que acababa de soltarle – Acabo de descubrir que le gusto a tu hermano idiota y a tu insoportable primo.
- ¿Qué?
Zora se rio extremadamente divertido por la conmoción en su rostro al mismo tiempo que Finral lo observaba con envidia, no solo una princesa, sino otros dos miembros de la realeza estaban interesados en él.
- Creo que es porque soy un chico malo.
- Estoy muy confundida en este momento.
- Yo estoy extremadamente alegre a pesar de que me duelen horrible las costillas.
- ¿Ibas a salir con Hermana Mayor Nebra?
- No tenía nada planeado, no esperaba que viniera a verme, pero he descubierto muchas cosas interesantes hoy, me encantaría poder molestarla con esta información, pero estoy cansado y me duelen bastante las costillas.
- ¿Cómo has logrado que esa belleza se interese en ti?
- ¿Kirsch?
- Hablaba de Lady Nebra.
- Oh, no puedo hablar de eso, le prometí a Nebra que mantendría en silencio esa información.
- Por favor, necesito trucos.
Noelle se mantuvo en silencio escuchando la conversación de los hombres, con la mirada fija al frente con su mente corriendo a toda marcha.
- Lo más extraño es gustarle a la pequeña rata…
