- ¿Te gustaría tener una cita conmigo?
- ¿Qué?
- Te pregunte si querías ir a una cita conmigo, princesa, no es difícil de entender. – Zora apoyo sus manos sobre su cadera con un gesto presuntuoso, estaban llegando de una misión bastante caótica por lo que ambos estaban llenos de barro y suciedad, parecía el momento perfecto para preguntarle.
- ¿Por qué iría en una cita contigo? – Cruzo los brazos sobre su pecho con un ligero rubor sobre su rostro.
- Creo que sería bueno ir hacer un picnic. – Comento sin prestarle atención a su pregunta.
- No me estas escuchando. – Puntualizo enojada de ser ignorada.
- No estás siendo honesta, no la hemos pasado mal en la misión y sé que tenemos cierta química, no te estoy pidiendo que te cases conmigo solo que salgamos, solo necesito una cita.
- ¿Crees que puedes cortejarme con una sola cita?
- Absolutamente.
- Está bien. – Esta vez fue el turno de Zora de sorprenderse de que ella aceptara, su rostro se ruborizo intensamente mientras unía sus manos con nerviosismo desviando su mirada de él – Pero tiene que ser lejos de donde puedan vernos.
- Buscaré un sitio. No te arrepentirás. – Le sonrió mientras tomaba su mano con suavidad para darle un breve apretón – Espero que no te acobardes.
- No lo haré, no soy una cobarde. – Acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja antes de darle la espalda – ¿Cómo me avisarás?
- Mañana tenemos que entregar el informe al Rey Mago, te diré a donde iremos entonces.
Zora la observo marcharse durante unos minutos, sonriendo levemente cuando ella se giró para mirar atrás, apurando su paso con las mejillas rojas después de haber sido atrapada, ahora tenía que buscar la forma de que disfrutaran un día juntos, había ido aprendiendo pequeñas cosas sobre ella en las misiones que compartían juntos, así que después de regresar a la base convenció a Charmy que le preparara suficiente comida para un picnic, incluyendo algunos postres.
- ¿Tienes una cita? – Vanessa se apoyó sobre su espalda, Zora estaba sentado en la sala realizando el reporte de su misión.
- ¿Por qué piensas eso?
- Le pediste a Charmy que preparara algo especial. – La mujer se sentó a su lado con una botella en su mano, había disminuido su consumo de alcohol por órdenes de Noelle, pero todavia se daba el gusto algunos días a la semana – Puedo darte una buena botella de vino para que encantes a tu cita.
- No creo que le guste tu vino, Nessa. – No podía imaginarse a la señorita realeza bebiendo vino barato, no era buena idea si quería convencerla de repetirlo.
- Oh, oh. – Ella sonrió ampliamente con una mirada maliciosa en sus ojos – Es serio, estas totalmente tratando de impresionarla ¿Quién es?
- No voy a decirte, la podrías asustar.
- Por favor, estoy segura de que te puedo aconsejar, primero debes ir con ropa más bonita, al menos una camisa a menos que ella sea de las que les gusta mirar, entonces puedes ir con tu ropa diaria.
- Tomare ese consejo, del resto, preferiría que respetaran mi privacidad. – Termino de rellenar su informe ignorando la mirada de su compañera que se había recostado a su costado con una sonrisa.
- Deberías llevarle flores.
- ¿No es eso un poco cliché?
- Es romántico, es lindo ver que te llegan con un detalle, ya escuché que estabas mandando a preparar comida para un batallón ¿No sabes que llevarle?
- No conozco demasiado sus gustos, ella es bastante reservada, me sorprendió que aceptara en primer lugar. – Admitió dejando a un lado su trabajo para enfocarse en la mujer.
- ¿Ella de verdad te gusta?
- Me atrae, ni siquiera estoy seguro de porque, somos muy diferentes, pero congeniamos, le pedí a Charmy que hiciera varios platos para que pruebe y decida que quiere comer. Deja de sonreír, es molesto.
- Estas avergonzado.
- No. – Zora suspiro mirando la emoción en los ojos morados – Simplemente ella me gusta, pero es complicado.
- Trata de hacerlo simple, que se sienta especial.
Nebra estaba muy nerviosa, no entendía por qué acepto la invitación del campesino, solo parecía correcto hacerlo ya que se llevaban bien, era agradable tener a alguien que no tenía miedo de contestarle o de bromear con ella, sus mejillas se sintieron caliente mientras pensaba en sus ojos celestes y su cabellera roja.
- ¿Estás bien, Nebra? – La voz de Nozel la sorprendió – Estás roja.
- Sí. Solo tengo algo de calor. – Sacudió su cabeza enfocándose en su hermano – Tengo que llevar este informe al Rey Mago mañana ¿me necesitas para algo?
- No.
- ¿Por qué tienes que ir tu? – Solid estaba recostado en el sofá de la oficina del capitán, solían compartir este espacio, aunque cada uno contaba con su propia habitación.
- Es necesario que lo haga yo misma. – Se removió incomoda ante la mirada de sus hermanos, usualmente no les prestaban tanta atención a sus salidas – ¿Tienes algún recado o algo que necesites entregarle al Rey Mago?
- En realidad, sí. – Nozel se levantó para recoger varias carpetas llenas de informes que dejo caer sobre la mesa – Solid puede acompañarte a llevarlos.
- Nunca dejas que el trabajo se acumule ¿Por qué hay tantos informes? – Nebra arqueó una ceja preocupada hojeando algunas de las hojas.
- No es trabajo acumulado, sino que hemos tenido demasiadas misiones últimamente, nuestro equipo fue uno de los menos afectados con las bajas, así que todos están ocupados.
- Por eso tuviste que ir a la misión con ese campesino, me sentiría terrible si tuviera que soportarlo.
- Zora Ideale les salvo la vida, estoy muy agradecido con él por eso, así que no aceptaré groserías de tu parte, Solid. Nebra se ha portado de manera ejemplar. – La aludida se mordió el labio inferior ligeramente, no había sido particularmente amable con el pelirrojo, pero Nozel parecía creer que sí.
- Eso es porque le gusta. – Acuso con un tono burlón.
- ¡Claro que no!
- ¡Claro que sí! ¿Por qué otra razón aceptarías ir en misión con él? Ya es suficiente que Noelle este con ese grupo de plebeyos para que tú también aceptes a un marginado.
- Ha sido el Rey Mago y Nozel quienes han decidido que trabaje con él, no voy a ir en contra de sus decisiones.
- Podrías negarte, pero como quieres jugar con el campesino.
- ¿Qué sucede contigo, Solid? – No pudo evitar preguntar colocando sus manos sobre sus caderas, no entendía su comportamiento, estaba segura de que nunca había estado presente en sus interacciones con el campesino como para sospechar algo.
- No te comportes como un niño pequeño, Solid. Nebra sabe muy bien cuál es nuestra posición, y lo que se espera de nosotros.
Camino con inquietud de un lado al otro del pasillo en la entrada del edificio donde estaban las oficinas administrativas de los Caballeros Mágicos repitiendo una y otra vez la misma frase que le dijo Nozel, sostenía todos los informes que debía entregar con ayuda de su magia cuando sintió la presencia del pelirrojo.
- ¿Qué es todo eso? – Cuestiono intrigado después de echar un vistazo a su propio informe, una simple hoja.
- Reportes. Las Águilas de plata si trabajan a diferencia de tu escuadrón.
- Tenemos una forma distinta de hacer las cosas, pero también trabajamos, en cosas más peligrosa que ustedes, piensa que cada vez que vamos de misión tu vida está en peligro. – Sonrió orgulloso.
- Eso no es bueno, no entiendo la razón de que todas sus misiones son peligrosas.
- Somos parias, sin lazos familiares, ni puestos importantes, solo nos tenemos los unos a otros, pero para el reino somos dispensables. – Nebra le dedico una mirada que no esperaba, confundida y sorprendida.
- Noelle está en tu equipo.
- Eso refuerza mi punto: Parias, sin lazos familiares. Tú hermano metió a Noelle en este equipo porque no le importaba. – Nebra abrió la boca para decir algo, sin embargo, volvió a cerrarla sin saber que decir, entregaron sus recados en la oficina, luego de ser felicitados por su trabajo fueron liberados – ¿Sabes leer un mapa?
- Sí.
- Bien, entonces el sitio está marcado. – Dejo caer el papel sobre su mano, ella se mordió el labio inferior mientras lo sopesaba pensativa – Dime si te arrepientes para no perder mi tiempo.
- Iré.
Zora desconfió de ella.
De todas formas, decidió darle el beneficio de la duda, al día siguiente preparó la canasta del almuerzo, metió la botella de vino que le ofreció Vanessa, la manta para sentarse, los platos, los vasos, y las flores, todavia se sentía tonto por comprarlas.
- ¿Tienes una cita? – Pregunto Noelle con curiosidad – Compraste flores ¿Sabes lo que significan?
- Son bonitas, no me importa lo demás.
Fue imprudente al elegir las flores, se había olvidado que vivía con miembros de la nobleza que podían reconocer el significado de las que componía su ramo, aunque siempre podía resguardarse en su origen humilde y dar una respuesta simple como la que dio.
- ¿Las flores tienen significado?
- Lo tienen. – Aseguro girándose hacia los hombres que la miraban con atención – En la nobleza se usan para dar mensajes a otros, ya sea románticamente o no.
Zora prefirió aprovechar la distracción para escabullirse, uso su escoba para elevarse en el cielo en dirección del claro que encontró el día anterior, al llegar extendió la manta, acomodo la canasta y se sentó a esperar, y esperar.
Diez minutos después pensaba marcharse, levemente decepcionado de que ella no apareciera si bien siempre considero esa posibilidad, suspiro pesadamente cuando escucho el sonido de pasos, levanto la mirada para verla aparecer entre los arbustos, tenía puesta una capa de color marrón.
- Viniste.
- Dije que lo haría.
- Llegas tarde, eso no es propio de la realeza. – Se burló levemente, aunque procuro levantarse tomando el ramo para dárselo – Para ti.
- ¿Me has traído flores? – Zora sonrió al escuchar la sorpresa en su voz mientras tomaba el ramo en sus manos, detallando las flores escogidas.
- ¿Te gustan?
- Sí. – Noto el rubor que se extendía en sus mejillas, había escogido las flores con ayuda de la vendedora, una Aster Purpura, que se conocía como "Flor de Reyes y Reinas" rodeado de Pensamientos Blancos, que simbolizaba un "Amor que comienza", en conjunto era una declaración para la princesa – Estás vestido diferente.
- ¿Te gusta verme en cuero? – Sonrió con picardía ante su vergüenza, siguió la recomendación de Vanessa por lo que tenía una camisa manga larga de color blanco y unos pantalones caqui, incluso retiro su máscara – ¿Por qué sigues con la capa?
- Prefiero quedármela, solo por seguridad.
- Nadie vendrá por aquí ¿Por qué has tardado?
- Mi cabello ha tenido un mal día. – Contesto oliendo las flores sonriendo con tristeza – No poder llevármelas a casa.
- Las cuidare por ti. ¿No te quitas la capa por tu cabello? No puede ser tan malo, no más malo que tu cabello usual.
- Mi cabello no se ve mal usualmente. – Replico moviéndose hasta quedar encima de la manta, la analizo durante unos segundos antes de decidir sentarse con elegancia – Es solo que hoy no quería tomar forma.
Zora se sentó a su lado sin quitarle la mirada de encima, por su parte Nebra dejo el arreglo con suavidad sobre la canasta antes de dejar caer la capucha hacia atrás, en lugar de su peinado puntiagudo cotidiano, su cabello estaba aplastado sobre su cabeza, era extraño porque estaba acostumbrado a su extraño peinado, no a este extraño peinado.
- No se ve tan mal.
- Eso no ayuda mucho. – Bufó metiendo un mechón de su cabello tras su oreja – Y hoy no colaboro sin importar cuantas veces lo intente.
- ¿Querías verte bien para mí? – Pregunto halagado sin perder la sonrisa burlona a pesar de que ella negó efusivamente con la cabeza – He traído varios platos para almorzar porque no sé qué te gustaría especialmente.
- ¿Has cocinado tu? – Miro los panes rellenos, los alfajores, algunas manzanas, uvas, un guiso, una taza con ensalada y dos envases que no pudo mirar.
- No, cocino Charmy, es una de mis compañeras – Contesto pasándole un plato en las manos – Su comida es lo mejor que existe.
- ¿Esta envenenada?
- Directa, pero no te diría si esta envenenada, depende si consideras el azúcar un veneno entonces la respuesta sería afirmativa considerando los postres. – A pesar de su pregunta ella se metió un alfajor a la boca luego de darle un vistazo – ¿Esta bueno? Es el sabor del veneno lo hace adictivo.
- No moriría fácilmente por un veneno, recibimos un entrenamiento especial para evitar que seamos envenenados.
- ¿Disculpa?
- Soy miembro de la realeza, cualquiera podría intentar tomar mi vida. – Comento con un encogimiento de hombros – ¿Qué es esto?
- Carne con verduras, en ese hay ensalada y en el otro arroz, deberías comer lo salado antes que los postres. – La reprendió al verla comer más dulces, ella parpadeo lentamente mientras se comía otro, sus ojos brillaban con felicidad.
- Están ricos. – Tomo un utensilio para servirse en el plato que le ofreció anteriormente, Zora sonrió al ver que tomaba una buena porción de ensalada – Tú cocinero es decente.
- Charmy se sentiría insultada si le dices "decente", traduciré eso a: "Esto esta exquisito" ¿Quieres vino?
- No.
- ¿La realeza no bebe alcohol?
- Sí, pero no bebo fuera de eventos sociales. – Zora arqueó una ceja con curiosidad explicita – Bebo en las fiestas de té o los bailes por qué es lo que se espera de mí, y por qué es la única forma de tolerar las reuniones.
- Suenas molesta, y aparte de eso ¿debo sentirme honrado que no necesites del alcohol para tolerarme? – Sonrió mientras servía dos copas de vino – Solo para disfrutarlo ¿Cuál es tu favorito?
- La sidra. – Nebra dio un sorbo después de hacerle una evaluación profunda a la copa – No está mal, no tienes tan mal gusto como pensaba.
- No estaría tan seguro de eso, me gustas así que debe haber algo mal en mí. – A pesar de que estaba bromeando, noto que ella se puso seria comiendo en silencio – No hablo en serio ¿Te gustaría jugar algo?
- ¿Cómo qué?
- Verdad o reto. – Ella ladeó el rostro sin saber a qué se refería por lo que prefirió explicarse – Nos turnamos para elegir, si dices verdad tienes que contestar a mi pregunta, si dices reto tienes que cumplir con algo que te pida.
- Es un juego tonto, obviamente tenía que venir de un campesino. – Una sonrisa de superioridad se extendió por sus labios.
- ¿Tienes miedo, Princesa? No sabía que eras tan cobarde. – Provoco.
- Por supuesto que no, pero nada asegura que me respondas con la verdad o yo te diga la verdad. – Replico.
- No tengo razones para mentirte, yo comienzo. Pregúntame: ¿Verdad o reto? Tienes que preguntarme.
- ¿Verdad o Reto?
- Verdad.
- ¿Por qué me invitaste?
- Te lo dije: Me gustas. – Zora le sonrió mientras tomaba una de las flores blancas para colocarla en su cabello – ¿Verdad o Reto?
- Verdad.
- ¿Cuál es tu chiste favorito? – Nebra parpadeo confundida por lo que ladeo el rostro acercando su mano hacia sus labios.
- No tengo uno.
- ¿Te sabes al menos uno? – Ella negó con la cabeza – Te contaré el mío entonces: Erase una vez una fiesta de puntitos, de repente tocan la puerta y abre el punto, este se queda mirando y le dice: No puedes entrar, es una fiesta de puntitos. Y el asterisco le dice: ¿No ves que soy un puntito despeinado? – Zora estaba aguantando las ganas de reírse mientras hablaba, le encantaba ese chiste, escucharlo y contarlo, pero termino por romper en carcajadas cuando ella lo hizo, y era tan hermosa.
- Eso fue muy tonto.
- Pero te reíste.
- De acuerdo, es mi chiste favorito ahora.
- Es el único que conoces, puedo enseñarte más después. Verdad.
- No te he preguntado todavía y no escoges reto ¿Tienes miedo campesino? – Estaba más relajada incluso mantenía una leve sonrisa en sus labios.
- En algún momento escogeré reto, pregunta. – Quería conocer más de ella, así que necesitaba que agarrara confianza y hablara.
- ¿Por qué escogiste ser un Caballero Mágico? – En este punto Nebra había vuelto a los dulces, un alfajor siendo rápidamente devorado.
- No podría decir que "lo escogí", más bien me escogieron, no tenía ningún interés en el sistema, me parece corrupto y desagradable, pero termine dentro ¿Verdad o Reto? – Nebra pondero sus palabras inconforme con la respuesta.
- Verdad.
- Tampoco te atreves a elegir reto, pero todavia tenemos tiempo, aquí va mi pregunta: ¿Qué te gusta de mí? – Ella se ruborizo intensamente por su atrevimiento, aunque intento mantener su expresión tranquila, Zora volvió a llenar sus copas.
- Asumes demasiado, campesino. – Tomo un sorbo largo.
- Estas evadiendo la pregunta.
- Tu cabello y tus ojos. – Contesto simplemente si bien su mirada fue intensa, casi coqueta – ¿Verdad o Reto?
- Reto. – Procuro comer un alfajor antes de que se los acabara todos, sabía que la confundió con su elección porque parpadeo pensando en algo que decirle, probablemente tenía una pregunta planificada.
- Cierra los ojos. – Ordenó mientras buscaba algo en el estuche de su grimorio, Zora arqueo una ceja, pero obedeció con curiosidad al escuchar su movimiento sobre todo cuando sintió algo apoyarse sobre sus labios. – No te muevas, ya está, el rojo te queda bien. – Bromeo enseñándole el lápiz labial, Zora sonrió ampliamente.
- Nunca te he visto usar ese color – Ella le dedico una sonrisa tímida al guardarlo – Te debe quedar bien ¿Verdad o reto?
- Verdad.
- ¿Te gustaría besarme? – Tuvo un impulso de audacia completamente metido en el coqueteo extraño que tenían, ella demostró interés en su labios al pintarlos así que pensó aprovechar la oportunidad.
- Reto. – Tartamudeo sonrojándose hasta las orejas, no pudo evitar sonreír con picardía al ver que caía en su trampa.
- Bésame.
El ambiente cayo en un silencio tenso, Zora sabía que se la estaba jugando al proponerle ese reto, sin embargo, fue inevitable, ahora que estaba seguro de que ella también estaba interesada solo tenía que tentarla para que pudieran repetir esto en el futuro, ya consideraba reírse para dejar el tema cuando se movió, cambiando su peso en sus manos para acercarse a él.
- ¿Segura? – Pregunto mientras se inclinaba hacia ella para encontrarla a mitad de camino, el beso fue bastante suave, apenas un toque leve, aunque era suficiente por ahora para complacerlo.
- Eres un tramposo. – Sé quejó al alejarse.
- ¿Por qué?
- Lo planeaste desde el principio, por eso querías jugar este juego tonto. – Se dio cuenta de que se habían acabado los alfajores cuando fue a buscar uno para distraerse, Zora le dedico una sonrisa divertida mostrándole el que tenia en la mano, no había sido intencional tomar el último, pero también le gustaban.
- ¿Lo quieres?
- Comételo.
- Bien. – Lo metió en su boca con una sonrisa desvergonzada hasta que ella apoyo sus manos sobre sus mejillas para atraerlo hacia un beso más apasionado que el anterior, compartiendo el sabor del dulce.
- ¿Sin palabras campesino? – A pesar de su tono engreído su rostro estaba completamente rojo.
- Puedes callarme de esta manera todas las veces que quieras, Princesa. – Estaba alentando su comportamiento, pero le encanto que tomara la iniciativa para besarlo.
- Eres horrible. – Su rostro estaba extremadamente ruborizado mientras se acomodaba de nuevo en su sitio desviando la mirada.
- Nebra. – La llamo por su nombre tocando su mano con la suya – Me gustaría que podamos repetir esto, nos gustamos mutuamente, podemos hacerlo funcionar.
- Nozel me dijo ayer que debía recordar mi posición y nuestro deber, soy un miembro de la realeza debería hacer lo que esperan de mí. – Bajo la mirada para observar sus manos juntas – No creo que esto este bien.
- Tu hermano no necesita saber nada.
- ¿No seria doloroso? Si llegáramos a tener un lazo más fuerte y me comprometieran… Dolería renunciar.
- No renunciaría. – Zora considero sus palabras, no le importaba como funcionaba el sistema de la nobleza, solo estaba seguro de sus sentimientos por ella – Si quieres darme una oportunidad para que te muestre lo mucho que podemos compartir estaría encantado.
- Sería más fácil si fueras un noble, incluso uno de bajo rango.
- Si fuera un noble no seriamos amigos, no te gustan los nobles.
- No lo sé.
- ¿Te gusto besarme? Porque a mí me gusto hacerlo. – Se inclino para besarla en la mejilla – ¿Puedes considerarlo?
- Lo pensaré, de acuerdo. No prometo nada. – Nebra sacudió la cabeza para sacar los pensamientos cursis de su cabeza, luego enfoco su mirada en los suyos, de un intenso y precioso azul, que la miraba con franqueza, estaba siendo honesto en sus sentimientos, el ramo también lo representaba, la flor de reinas, le dejaba claro que él entendía la situación en la que se encontraban - ¿Por qué arriesgarte por mí?
- ¿Por qué no hacerlo?
- Será difícil, puede ser doloroso, tendríamos todo en contra.
- No tengo miedo.
- Podemos ir un paso a la vez, lento, esperar y mirar.
- Me parece bien. – Zora asintió con entusiasmo cuando una mirada de terror se mostro en el rostro de Nebra que se apresuro a colocarse la capa – Oigan idiotas, les dije que respetaran mi privacidad.
Escucho el movimiento de Zora gritándole a sus compañeros de escuadrón, al parecer una mujer y un hombre, que empezaron a suplicar por el perdón del pelirrojo, Nebra no encontraba una forma de escapar de la situación, por suerte cuando se tapó los oídos y cerro los ojos pudo evadir el momento, al menos hasta que una mano se posó sobre su cabeza.
- Lamento mucho eso, Nebra. Mis compañeros son un poco entrometidos, tendré más cuidado la próxima vez ¿Cómo esta tu corazón?
- Viviré.
- Me alegro ¿no te parece emocionante?
- No, por supuesto que no.
- Mis amigos no tendrían ningún problema contigo.
- Eso es una mentira, deben odiarme por la forma en que trate a Noelle, al menos el chico sin magia lo dejo muy claro.
- Podría ser incomodo, pero Noelle no dudo en salvarlos, así que si ella no tuvo problemas los demás lo entenderán, respira. – Zora le ofreció su mano para ayudarla a levantarse – ¿Te arrepientes? Si no quieres intentarlo lo entenderé no pienso presionarte ni me molestare, lo que tu desees…
- No. No me arrepiento, solo me he asustado. – Se coloco en la punta de sus pies para besarlo en la mejilla – ¿Lo dejamos para otro momento?
- Me parece bien. – Él fue más abierto besándola en los labios con suavidad – Ten cuidado al regresar.
Nebra asintió con las mejillas ruborizadas, sus ojos cayeron en el ramo de flores que permanecía sobre la canasta, quería llevárselas a casa, pero era demasiado obvio el significado, tendría que enseñarle a ser mas sutil.
- Las cuidaré bien, lo prometo, la florista me enseño.
- Espero que no se te mueran pronto, campesino.
- Siempre puedes venir a supervisarme, princesa.
Nebra tosió avergonzada antes de sonreírle con suavidad, volvió asentir con la cabeza antes de retirarse, manteniendo el contacto de sus dedos hasta que la distancia los obligo a soltarse, no miro hacia atrás esta vez subiendo a su nube de niebla para alejarse rápidamente, Zora espero hasta verla desaparecer antes de recoger todo su picnic, tenía un buen presentimiento, y además una razón razonable para vengarse de sus compañeros de escuadrón con sus chinches, no es que usualmente necesitara una excusa, pero no podían quejarse de este castigo.
