Bueno, tras mucha demora, he aquí el capítulo 24. Por cierto Angelique, te respondo abajo a tus reviews.

Capítulo 24: Peticiones de una diosa a otra

Dianamon se despertó temprano. Muy temprano. Si acaso a eso se le podía llamar despertarse. No había pegado ojo en toda la noche. La tensión se había apoderado de ella completamente. A pesar de ello, debería acudir a la reunión lo más calmada posible, lo cual era prácticamente imposible.

Se levantó de su cama, y se aseó. Una ducha bien fría la sentaría bien. Cuando hubo terminado, se vistió y salió de cuarto. Atravesó rápidamente las estancias que la separaban de la entrada principal del castillo, dispuesta a abandonar la luna lo más rápidamente posible.

Sin embargo, apoyada en el marco de la puerta, se encontraba Queenchessmon, quien la detuvo.

-Buenos días Dianamon.- la saludó la princesa. -¿A dónde vas tan deprisa?-

-Ya te dije que hoy tenía tareas importantes que debía hacer sin falta.- dijo ella, seria.

-Es cierto.- respondió ella, apartandose el pelo con la mano.- Lo había olvidado.-

-Como ya te dije, las Crescemon están a tu completa disposición.-

-Oh, ya.- dijo ella, algo desilusionada.- A parte de luchar, ¿hay algo más que pueda hacer?-

-Dile a una Crescemon que te preste su libro de cabecera.-

-¿Su libro de cabecera?- preguntó la princesa, extrañada.

-Sí, un libro que todas las cazadoras tienen. En el se recoge todo lo que se debe saber para ser una buena cazadora; así pues, deberías leertelo.-

Queenchessmon asintió con la cabeza. Recordaba haberlo echado un vistazo cuando era pequeña. Había un ejemplar en la enorme biblioteca del palacio del Reino de Chess.

-No pierdas el tiempo durante mi ausencia.- añadió Dianamon, mientras daba la espalda a la princesa, abandonando su castillo, en dirección al Valle de Deramon.

Dianamon sólo había estado dos veces en el Valle de Deramon. A diferencia de Ceresmon, o Neptunemon, no se llevaba muy bien con el monarca. En el pasado, habían tenido varias "pequeñas trifulcas" debido a la aficción de Dianamon por la caza. Así que a la olímpica no le hacía ninguna gracia que el valle fuera el punto de reunión.

Cuando llegó a la entrada más cercana de la florida zona, Ceresmon, en su forma Medium, ya la estaba esperando. Elevó su brazo derecho y agitó su gran garra a modo de saludo.

-Buenos días Dinamon.- dijo la olímpica con una amplia sonrisa maliciosa.- Llevo un buen rato esperandote.-

-He tenido que hacer un par de cosas antes de partir.-

-Traquila, lo importante es que hayas venido.- la sonrisa de Ceresmon se desvaneció momentáneamente. – Deramon está muy ocupado y no va a poder recibirte personalmente, aunque te envía saludos.- Dianamon asintió, mientras que Ceresmon no pudo evitar soltar una tremenda risotada.- Ese es el mensaje que me ha dicho que te transmitiera; pero ycomo ya te imaginaras, la verdad es muy diferente. En cuanto le comenté que debía reunirme contigo organizó un apresurado viaje al Sky Palace, con la excusa de mantener las relaciones diplomáticas con el territorio gobernado por Valkyrimon.-

-Para serte sincera, a mi tampoco me hacía mucha gracia volver a encontrarme con él.-

-Ya me lo suponía.- Ceresmon cruzó los brazos.- No obstante, no dispongo de ningún otro sitio para realizar esta reunión. Por lo menos de momento. No tengo ninguna intención de permanecer aquí por mucho más tiempo.-

Dianamon volvió a asentir. Ceresmon le acababa de mandar una indirecta muy clara.

-Acompañame a nuestra mesa.- la indicó Ceresmon.- Los Kiwimon han preparado té.-

Ceresmon condujo, como buena anfitriona que debía de ser, a Dianamon a la exquisita mesa que los Kiwimon habían preparado para la ocasión. Era idéntica a la que habían montado para la visita de Neptunemon, aunque esta vez sólo había dos sillas, y no tres.

-Sientate.- dijo Ceresmon mientras ella misma tomaba asiento. Estaba deseosa de empezar la reunión.

Dianamon obedeció sin rechistar. Deseaba que aquello acabara lo antes posible. Se sirvió un poco de té, a ver si así conseguía calmarse. El aroma de la bebida era muy agradable. Lo probó. El sabor era exquisto.

-El té se elabora con las plantas que son cultivadas en estas tierras.- explicó Ceresmon. –Sin embargo, Deramon no deja que se exporten a otro lugar. Cómo mucho deja que sus invitados lo prueben y ya.-

Dianamon se limitó a asintir.

- Bueno, vayamos a lo que nos compete.- dijo al fin Ceresmon. Dianamon tragó saliva.- Yo entiendo que quisieras prevenir a tu gran amigo Cherubimon sobre el peligro que sobre él se cernía, pero como comprenderás, no está bien traicionar a tu familia. Además, personalemente, Cherubimon no me gusta. Quizás es porque me tuvo cautiva durante años... En fin...-

Tal y hacía siempre, Ceresmon comenzaba a irse por las ramas. Dianamon recordaba como en todas las reuniones de los olímpicos, Ceresmon terminaba elaborando un circunloquio sin fin hasta que, tras una larga espera, conseguía llegar al punto que quería tratar.

-Dicho todo esto, comencemos con mis exigencias. Deberás obedecerlas régiamente y seguirlas al pie de la letra si quieres que no diga todo lo que has hecho.- Dianamon asintió, mientras Ceresmon sacaba de su bolsillo un pequeño papel. Debía de ser una lista. No parecía muy larga, por suerte.- Lo primero, y como es obvio, en toda reunión de los olímpicos, deberás darme la razón y apoyar todas las decisiones que yo tome.- Era lógico que la pidiera aquello. Dianamon asintió: no parecía muy terrible.- Arrajatabla.- añadió Ceresmon, algo más seria.- La siguiente es algo más compleja, aunque de nuevo, se basa en que me proporciones tu apoyo incondicional y total sumisión.- La olímpica rió mientras pronunciaba las últimas palabras de la frase. Dianamon la miró con mala cara, y la diosa prosiguió.- Cómo ya te habrás dado cuenta, no me voy a pasar el resto de mi vida mendigando la caridad de Deramon.-

-Luego quieres tener un territorio que gobernar, como el resto.-

-Cierto.- confirmó con una amplia sonrisa.- Pero no quiero pequeñas islas como Neptunemon o Venusmon. No quiero un palacio como Mercurymon. Quiero algo más grandes. Como tú.- clavó su mirada en Dianamon.

-"Como yo...- susurró la diosa... Si quería un territorio tan amplio como la luna, aquella petición iba a ser complicada.

-En la siguiente reunión voy a proponer la conquista de una nueva zona para mí.-

Dianamon frunció el ceño. Consideraba aquella medida sumamente mprudente. Si a Ceresmon se le antojaba una zona que ya estuviera ocupada, gobernada, o dominada por algún otro digimon relevante, lo más probable era que estallara una guerra, que fuera mucho más allá que el conflicto entre ángeles y olímpicos.

-¿Tienes alguna en mente?- se decidió a preguntar. Quizás, aunque sabía que finalmente, Dianamon tendría que hacer lo que su compañera quisiese, quizás podría aconsejarla.

-Lo cierto es que no. Esperaba que tú me dieras alguna sugerencia.-

-Ahora mismo no se me ocurre nada.- respondió rapidamente.- Pero lo pensaré.-

-Tienes hasta el día de la reunión para sugerirme una varias zonas que me peguen...- soltó una carcajada, emocionada.

-Entendido.-

-Y dicho esto...- hizo una breve pausa.- Eso nos lleva al último punto... Tengo que enseñarte algo.- rebuscó entre su ropa hasta que encontró lo que buscaba. Lo estrujó entre sus garras, guardándolo como oro en paño. Abrió paulatinamente las garras, y un destello salió de ellas. Tenía un brillo entre rosado y púrpura, una onalidad que a amabas las resultaba familiar... Una lágrima comenzó a recorrer la mejilla de Ceresmon...

Flash Back:

La gigante figura verde, una vez hubo complido su cometido, huyó, camuflanjose en la espesura del bosque que rodeaba el valle en el que se encontraban...

Ceresmon se arrodilló ante la figura de su compañero caído, que había amortiguado el golpe que iba dirigido hacia ella. La herida era grande y profunda. Ambos sabían que no iba a salir de esta. Sus datos comenzaron a descomponerse lentamente, y Ceresmon comenzó a recogerlos antes de que se perdiesen en la inmensidad del valle y no pudiera recuperarlo...

Fin del Flashback

-¿Es lo que creo que es?- preguntó Dianamon, consternada.

-Quiero traerlo de vuelta Dianamon. Lo necesito.- se corrigió.- Lo necesitamos.-

-He de darte la razón Ceresmon. Aunque Minervamon sería más adecuada para dicho cometido. No sé si dispongo de los conocimientos necesarios para ayudarte.-

-Pues al menos intentalo.-

-Consultaré un par de libros.-

-Eso sí, no se lo comentes a Cherubimon. Tengo la certeza de que estás pensando en que, quizás, el pueda ayudarte con este trabajo. Pero no. Él no debe saber nada.-

-Lo comprendo.- era imposible negar que era lo primero que se la había pasado por la cabeza.

-Puedes retirarte. No tengo nada más que comentarte, de momento.-

Dianamon asintió.

-¿Cuándo volveremos a encontrarnos?-

-En principio, el día de la reunión, a menos que se me ocurra algún otro favor que pedirte. No es conveniente que nos encontremos muy a menudo. Nunca hemos sido grandes amigas.-

-Yo nunca he sido gran amiga de ninguno de los olímpicos, Ceresmon.-

La diosa frunció el ceño y apretó sus garras metálicas.

-¿Y Apollomon?- preguntó consternada. La expresión seria que reflejaba su rostro no la pegaba. Contrastaba con su carácter distendido.

-Él es mi hermano. Es diferente.-

-Sigo sin comprenderte.-

-¿Acaso tú tienes verdaderos amigos entre los olímpicos?-

-Tengo a Neptunemon.-

-No cuenta, y sabes perfectamente por qué.-

Ceresmon asintió. Por su parte, Dianamon decidió dejar ese tema de lado. No sabía si Ceresmon conocía el matrimonio del olímpico. Y desconocía la reacción que la diosa podría adoptar. Seguro que ninguna muy agradable. Por ellos, lo mejor sería no ser la portadora de malas noticias.

.Lo dicho, puedes retirarte.-

Dianamon se levantó, y colocó la silla igual que antes de haberse sentado. Comenzó a caminar, tratando de andar a una velocidad moderada, pausada, a pesar de que estaba deseando marcharse.

-Me has dado mucho que pensar Dianamon.- fue lo último que oyó a ceresmon decirla, antes de abandonar el Valle de Deramon...

Fin del Capítulo 24


Respuesta a las Reviews de Angelique-Kaulitz:

Bueno, lo primero muchísimas gracias por todas las reviews y por seguir mi historia. En fanfction parece que ala gente le da pereza comentar, y a mí con lo que me gusta responder a los comentarios...

Dicho esto, vamos allá:

Creo que esto ya te lo había comentado por privado, pero me encanta la mitología, y debido a que no habia visto ningún FF sobre los olímpicos (alguno hay, pero no enfocados especialmente en ellos, o no especialmente buenos a mi parecer –aunque para gustos los colores...-) y con un par de ideas que tenía, me animé a escribirlo.

La infidelidad es inevitable hablando de mitología, así que había que ponerla de una u otra manera. Además, me permite manejar a Venusmon, de una forma que a mi me gusta. Seductora, inteligente, incluso ciertamente poderosa. Los pobres incautos, pese a ser fuertes, se vuelven débiles por un momento. Me gusta.

Con respecto a la relación Dianamon Cherubimon, es complicada. Muy complicada, e intento transmitirlo en cada uno de sus encuentros. Eso de conocerse el uno al otro también pero estar en bandos separados… Lo peor es que todo se va complicando...

*Me encanto el delirio pareja digiangeles* Son una de mis parejas favoritas desde frontier... Aunque prefiero Ancientmermaimon y Neptunemon. No es nada oficial, pero teniendo en cuenta que leí que gobernaban juntos el Ocean Net... ¿Por qué no hacerlos pareja?

Pasando a otro de tus comentarios, lo cierto es que a mí Mercurymon no me gustó en lo poco que vi de Savers, sobre todo porque se aleja de la visión que yo tengo de Mercurymon, es más bien un perturbado perfeccionista.

Con respecto a los olímpicos en el secuestro de Ophanimon se encuentran en baa forma (salvo Minervamon que mantiene su rutina de entrenamiento)Desde que abandonaron el gobierno, ninguno se ha esforzado mucho en la lucha. Ello les va a pasar factura a lo largo de la historia, como comprenderás.

La reacción de Seraphimon, me parece que es obvia y que muchos harían algo similar en su caso. Esta pensando en negociar, así que...

Luego, por fin pasamos al capítulo dedicado a Minervamon: la primera oportunidad de mostrarse como sí misma. ¿Era "adorable" como pensabas?

Y pasamos al último comentario. Has parado en uno de los capítulos que más me gustan y que más fluídos me salieron. Las intenciones de cada olímpico son diferentes, y las similitudes creo que no son tan obvias como tu piensas. Me exrañó que no me preguntases por una cosa en este capítulo, pero en fin...

Hasta pronto

Digimon263