Ni Glee Ni Sus Personajes Me Pertenece… Solo Esta Historia.

Advertencia Rachel G!P.


¿Puedo saber qué está pasando? — preguntó la morena — se supone que el castigo termina hasta mañana.

No hagas preguntas Berry, mejor alégrate, no volverás a este lugar, por ahora — afirmó mirando a la reclusa mientras caminaban rumbo a la subdirección.

Una persona observaba toda la interacción a lo lejos, evitando ser vista.

Sue Sylvester

— "Lamento la demora señor, me ha sido imposible tenerle un reporte antes " dijo la mujer cuando respondieron su llamada, con el teléfono pegado a su mejilla veía como se alejaban las otras dos chicas.

— "supuse que si no te habías puesto en contacto conmigo era porque todo marchaba de lo mejor ¿Me equivoqué?"

— "No señor, no se equivocó, todo estaba bien, de hecho, mejor de lo que nosotros mismos habíamos planeado, no le he quitado el ojo de encima a Berry, las reclusas que están trabajando para mí, me tienen al tanto de todo, incluso la suerte estuvo de nuestro lado"

— "¿ A qué te refieres con eso Sylvester?

— " Pues, hasta hace un momento, Berry estaba en una celda de castigo" Una risa burlesca fue lo primero que escuchó " Hace un par de días inició una gran pelea en el comedor y la subdirectora la mandó directo a la oscuridad, no le importó que fuera la primera falta"

— "¡Vaya! Hasta que le veo agallas a esa mujer, me tenía harto con su fachada de mujer santa y defensora" escupió con molestia — "la jefa de celadoras tiene más coraje para desempeñar ese puesto, pero bueno ¿Qué más pasó con Berry?"

— "Eso era de lo que quería hablarle señor" — respiró profundo, tenía que tener cuidado al tratar aquel tema — "Estaba cerca de las oficinas principales cuando ví salir a su hija de la subdirección"

— "¿Danielle?" — cuestionó el hombre.

— "Si señor, salió ella y unos minutos después salió la oficial López, y no se veía nada contenta, decidí seguirla y fue directo a las celdas de castigo y sacó a Berry, supongo que ahora mismo va donde la subdirectora"

— "¿Crees que Danielle tenga algo que ver con su liberación? O mejor dicho ¿Sabes si Danielle tiene algo que ver con Berry?"

— "No lo sé señor"

— "Esa respuesta no me sirve Sylvester" — gruñó — "Necesito que lo averigues de inmediato, no quiero que se relacionen, no pueden relacionarse ¿Quedó claro?" —

— "Por supuesto señor, ya mismo investigo qué pasó con el castigo de Berry y si Danielle tuvo algo que ver"

— "Perfecto, necesito que te las ingenies para tenerme un reporte diario, ahora más que nunca quiero estar al tanto de todo, y no le quites el ojo a Saunders, no quiero que se entere de nada"

— " Como usted ordene señor " — dijo y colgó la llamada..


Quinn caminaba de un lado a otro, sabía que en cualquier momento llegaría su amiga con Rachel y eso la ponía nerviosa.

Moría por verla.

El recuerdo de lo sucedido en la celda de castigo llegaba cada segundo a su cabeza y automáticamente se sonrojaba.

¿A Rachel le estaría pasando lo mismo? — se preguntó en voz alta

No sabía cómo debía actuar, pero si algo sabía, era que tenía que dejarle claro algunos puntos a esa morena.

Danielle era uno de esos puntos.

A decir verdad era el principal y el que más atormentaba a la rubia.

Según Rachel no había pasado nada entre ellas, pero la manera en la que Danielle había defendido a la morena, la llenaba de dudas.

No sabía qué pensar, pero esta vez no se dejaría llevar por los celos, esta vez las cosas se tenían que hablar para dejarlas claras.

Unos golpes en la puerta la sacaron de su trance.

Fabray, aquí te traje a la reclusa — Santana asomaba la cabeza — ¿Puedo pasar?

La rubia trató de calmarse y se paró a unos cuantos pasos de la puerta.

Y entró la morena.

Se veía diferente, quizás se debía a la oscuridad de la celda que no le había permitido disfrutar de la belleza de la chica, o quizás el que ya no fuera virgen le daba un aire diferente, no lo sabía pero, definitivamente se veía más hermosa, mucho más .

Las chicas se pararon frente a la rubia pero ninguna dijo nada.

Oficial puede retirarse — dijo y la jefa de celadoras abrió la boca — Necesito hablar con la reclusa — la morena no levantaba la mirada, Quinn se moría de ternura.

No no, nada de eso, no pienso moverme de aquí.

Oficial es una orden, necesito darle unas cuantas advertencias a la reclusa — dijo mirando a la morena

Pues yo también tengo unas cuántas cositas para decirle a la reclusa — la morena la miró enseguida y la rubia la fulminaba, sabía que no podía contra la mirada de su mejor amiga — de acuerdo, pero estaré aquí afuera — la rubia solo asintió.

En cuanto la puerta se cerró, la rubia llegó hasta Rachel y la besó.

Con hambre, con deseo, quería que sintiera lo que ella misma estaba sintiendo en ese momento.

La morena se acopló a su arrebato y logró controlar el beso.

Sus manos estaban en su espalda, atadas a aquel metal, la rubia se aprovechaba de ello pues sus manos vagaron por el cuerpo de la morena, y está solo gruñía.

Poco a poco cesaron el beso, y unieron sus frentes, la rubia dejó un casto beso en la nariz de la pequeña.

te extrañé — susurró

¿De verdad? — la rubia sonrió por la ternura en la que la morena lo preguntaba, solo asintió y dejó otro piquito en sus labios — yo también te extrañé.

Lo sé, puedo sentir lo mucho que me extrañaste — chocó sus caderas haciendo gemir a Rachel, sentía como algo iba despertando dentro del overol.

Dios lo siento — se escondió en el cuello de la rubia — ha estado así desde que dejaste la celda.

¿De verdad? — sonrió orgullosa viendo como una sonrojada morena asentía escondida en su cuello — Eso es bueno — dijo y esta vez la morena movió su cabeza en negativa — ¿No? ¿Por qué no? — esperó unos segundo y sintió como salía de su escondite.

Porque no estabas tú para controlarlo, pero ahora sí — dijo mientras se acercaba más a ella.

¿Quieres que lo controle ahora? — preguntó de manera coqueta, la morena asintió sonriente — ¡Berry! — golpeó cariñosamente su brazo — no puedo hacerme cargo ahora.

¿Por qué no? — preguntó con su mejor puchero.

Porque no tenemos mucho tiempo y hay algunas cosas de lo que tenemos que hablar — la tomó del brazo sin hacer fuerza y la guió hasta el enorme sofá.

¿Advertencias? — preguntó mientras se sentaba muy cerca de la rubia.

No son advertencias pero si quiero que queden algunas cosas claras entre las dos.

De acuerdo ¿qué cosas son esas?

Bien, primero que nada, no quiero que se vuelva a repetir lo del comedor — la morena agachó su mirada avergonzada — no quiero volver a verte en ese estado, cariño me duele verte toda lastimada, por favor, prométeme que no habrá más peleas y que te vas a cuidar, prometelo.

Te lo prometo — la rubia sonrió, pero nada le duró la sonrisa porque volvió a hablar

Segunda cosa que quiero que queda clara es Danielle — la morena la miró enseguida.

¿Que pasa con ella?

Eso es lo que quiero saber ¿Que pasa con ella Berry? — sonó más molesta de lo que quería — Ella estuvo aquí hace un rato y me amenazó para que te dejará salir de la celda de castigo — se paró del sofá y caminó hasta su escritorio, no quería que viera la molestia en su cara.

¿Danielle te amenazó? — preguntó imitando a la rubia — ¿Que te dijo?— Se posó frente a ella.

Eso es lo menos Rachel, quiero saber qué está pasando entre ustedes, necesito saber si lo que pasó anoche con nosotras fue sólo producto de un calentón ¿Eso soy para ti? ¿Solo un calentón? ¿Una de tus fantasías? — preguntó con la voz quebrada, todo había sido hermoso pero tenía que aclarar sus dudas.

¿Crees que eso significas para mi? — preguntó mirando sus ojos avellana.

No lo sé Berry, no lo sé y necesito que me lo aclares, necesito saber qué papel desempeño en tu vida.

Jamás había estado con una mujer, le prometí a mis padres y a mí misma que el día que eso pasara solo sería con una mujer muy especial, que la iba a respetar hasta que ambas estuviéramos seguras de que era con la otra con la que queríamos estar, sé que suena patético y estúpido pero es la verdad, eres la única mujer que me ha visto totalmente desnuda, en cuerpo y alma, porque es contigo con quién quiero estar — terminó diciendo mientras se alejaba de la rubia.

La rubia se quedó sin palabras, la chica frente a ella le estaba declarando su amor prácticamente.

¿Y qué hay de Danielle? ¿Por qué te ha defendido de esa manera ?

No es por lo que estás pensando créeme, pero le prometí que no te diría nada, y no es porque no quiera, porque muero por hacerlo, para que me creas de que no me interesa como mujer, ni yo le interesó de esa manera a ella.

Pero te pidió sexo a cambio de ayudarte Rachel — algunas cosas no encajaban para la rubia — si no le interesas de esa manera ¿Por qué lo hizo entonces?

Me estaba poniendo a prueba — dijo sin más.

¿A prueba? ¿De que o por qué?

No puedo decirle, no ahora, por el bien de todas, la única mujer que me interesa en este lugar es usted, pensé que anoche había quedado claro — quiso salir de la oficina pero la rubia la detuvo cerca de la puerta, la abrazó y esta vez fue ella la que usó su cuello de escondite.

Discúlpame, me estaban matando los celos desde que se presentó aquí a amenazarme.

¿Con que te amenazó? Hablaré con ella.

No, ni siquiera me intimidó, más bien me sirvió de excusa para sacarte de ese lugar y tenerte aquí conmigo — le robó un beso — Danielle no tiene ni idea de quién es Quinn Fabray, y de lo que soy capaz de hacer por ti, así que no necesito sus estúpidas amenazas — la morena rió por la escena de celos.

¿Entonces terminó el castigo? ¿Volveré a mi celda? — la rubia asintió con una sonrisa enorme.

Si, volverás pero, necesito que nadie se entere de la verdadera razón, puedo tener problemas con los abogados de las otras reclusas.

¿Que propone señorita Fabray?— Quinn sonrió, amaba la educación en su chica

No lo sé, podemos decir que con tu abogado llegamos a un acuerdo de que solo serían dos noches, ya sabes, como una llamada de atención.

Me parece una buena idea.

¿Puedes decirle a Danielle? No quiero que peque de engreída y vaya a decir la verdad.

Usted tranquila que yo me encargo de ella.

Perfecto, bueno, creo que ahora deberías de salir, Santana debe estar desesperada y podría entrar en cualquier momento — la morena la miró sin entender el problema — Ella no sabe nada de lo que pasó anoche y no quiero que lo sepa, por ahora.

Oh, entiendo — se miraron intensamente — ¿Nos volveremos a ver?

Por supuesto, deberías pasar más seguido por la biblioteca, tal vez encuentres algo interesante por allí — sonrió guiñandole.

Me han entrado unas ganas enormes de leer — dijo y la rubia notó el doble sentido en sus palabras, se sonrojó.

¿Nos vemos más tarde allá? — preguntó abrazando a la morena.

Por supuesto señorita.

Cuídate mucho ¿Vale? — la morena asintió — hasta más tarde entonces — tomó el rostro de la morena y la besó.

Hasta la tarde señorita Fabray — la besó de nuevo y espero a que la subdirectora le abriera la puerta, salió y se encontró con una Santana cruzada de brazos y mirada penetrante.

¿Listo? — preguntó la oficial y sin esperar respuesta tomó el brazo de la morena y la llevó por los pasillos.

La rubia había llegado hasta el sofá, como niña se tiró en el y se cubrió el rostro evitando dar un grito, era tanta su felicidad que no cabía en su cuerpo

Se sentó de manera correcta y todavía con su sonrisa, recordó que aún tenía algo que hacer.

Tomó el teléfono de la oficina y marcó un número que jamás creyó que iba a utilizar.

Escuchó unos cuantos tonos y alguien respondió.

— " ¿Hola? Si, diga"

— " Hola ¿Señor Clarington? Habla Quinn Fabray, soy la subdirectora del reclusorio de mujeres de Folsom y necesito hablar con usted de un tema delicado


¡Pequeño gnomo! — Danielle llegó frente a Rachel quien era custodiada por la Oficial López.

¡Danielle! — la morena se lanzó sobre su prima, y aunque llevaba aún las esposas, la otra no dudó en abrazarla.

Santana las miraba con recelo.

El abrazo que las otras dos se daban, nada tenía que ver con dos amantes, más bien parecía el de dos amigas, dos hermanas.

Danielle la abrazaba y la revisaba para asegurarse de que la otra estuviera en perfecto estado.

Estoy bien Danielle, de Verdad.

¿Lo prometes? — la conversación entre las chicas bajó de la nube a Santana.

Si, tranquila, estoy bien, mejor que nunca — dijo con su enorme sonrisa, la latina quería preguntar el porqué, pero se abstuvo recordando que no estaban solas.

Oficial, si usted me lo permite, me gustaría ser yo quien lleve a Rachel a su celda — preguntó de una manera demasiado amable para el gusto de la latina.

Santana la miró de arriba abajo, por ningún motivo le daría gusto, pero no tenía ganas de discutir, ni muchos de hablé con nadie, solo quería ir a casa.

Sin decir más nada se acercó a quitarle las esposas.

Espero que no se vuelva a repetir lo de los comedores reclusa — habló cerca de su oído — porque ya no habrá amenaza que la salve — esta vez miró a Danielle.

Le prometo que no volverá a pasar oficial.

Santana no respondió más y se fue golpeando levemente su hombro con el de Danielle.

¿Qué le hiciste para que te odie tanto? — preguntó viendo como la oficial desaparecía por los pasillos.

Esa mujer odia a todo mundo — dijo sin importancia.

Oh créeme, he visto como trata a las demás reclusas, y no se parece en nada a la forma en cómo te trata a ti, en serio te odia ¿Qué le hiciste? — comenzó a caminar mientras veía por momentos a Danielle, siempre había visto la relación entre esas dos, y quería saber el porqué de su odio — ¿Tiene algo que ver el que goces de ciertos privilegios?

Eso entre otras cosas — abrazó a su prima por los hombros — la oficial López es una defensora de los derechos humanos, siempre pegada a la ley y a la justicia, apesar de su fachada de perra, es una buena persona.

Oh vaya ¿El fin del mundo está cerca? Acabas de hablar bien de la oficial López — preguntó sorprendida, Danielle solo se encogió de hombros.

Solo digo la verdad, se reconocer las virtudes de las personas, y aunque no nos llevemos bien, sé que no es mala, y quizás si otro fuera el caso, estaría en mi círculo de amistades.

¿Por qué otra razón te odia tanto?

Santana y yo tenemos historia Rachel — respondió mirándola — nos conocemos de afuera, y la manera en que nos conocimos no fue agradable.

Entonces… si la conoces a ella, también debiste haber conocido a la señorita Fabray.

En realidad no, es decir, si, conozco a Santana, pero nunca nos presentaron ni nada Oficial, nos conocimos a través de una persona, pero desde el momento en que nos cruzamos, se sintió amenazada por mi, y preferí alejarme de ella lo más posible, la oficial es de las personas más desconfiadas que puedas encontrar en este mundo, y su desconfianza podría traerme problemas.

¿A qué te refieres?

Pues, supe que había mandado a investigarme, pero nunca pudo averiguar nada de mí, ni siquiera mi apellido, pero bueno, eso no importa, lo que importa es que las chicas nos esperan en tu celda, deben estar preocupadas porque no han recibido noticias.

Entonces no las hagamos esperar


¿Que fue lo que hablaste con Berry? — preguntó Santana en cuanto entró a la oficina de la subdirectora.

Le dije que no quería que se repitiera la pelea de hace unos días, o de otra forma me vería obligada a encerrarla de nuevo — comentó tranquila.

¿Y por eso tardaron tanto?

Si Santana… bueno no — su amiga la miraba impaciente — estábamos acordando lo que le diría a las reclusa por si alguna preguntaba el porqué no había permanecido los tres días en castigo.

Sigue siento muy poco para todo lo que tardaron.

Eso es todo Santana, no hay más.

¿Por qué no me dices la verdad? — se paró frente a ella — porque sé que no me la estás diciendo, se supone que somos amigas.

Santana eso es todo lo que pasó, te repito , no hay más.

Mientes — le apuntó con su dedo — eres una mentirosa.

¿Y si así fuera qué? Yo soy tu jefa acá y no necesito dar explicaciones a nadie — la enfrentó.

Tienes razón, tú eres la jefa, así que no tienes porqué dar explicaciones, que realmente no sé si quiero escuchar, así que no te preocupes, no me volveré a meter en tu vida y en lo que no me importa — terminó saliendo de la oficina y dando un portazo.


Hola chicas, lamento la demora — Danielle llegó a la celda 1512, pero sola.

Las chicas se pusieron de pie enseguida, no habían dejado de caminar de un lado a otro pensando en lo que pudiera pasar.

Tardaste demasiado mujer — Mercedes no paraba de morderse las uñas — ¿Cómo te fue?

¿Conseguiste algo? — esta vez fue la rubia la que cuestionó algo angustiada..

pues, no sé si fue mucho o poco pero, esto fue lo único que conseguí — dijo extendiendo su mano hacia la puerta donde aparecía Rachel Berry con su sonrisa nerviosa.

¡Richie! ¡Enana! — gritaron las chicas al mismo tiempo.

Las chicas abrazaron a Rachel y a este abrazo se unió Danielle dando un brinco y sacando la risas de las otras.

¿Cómo carajos lo conseguiste? — Mercedes no cabía de la emoción.

Tengo mis métodos — respondió con altanería.

De esos métodos tenemos que hablar — Rachel deshizo el abrazo para mirar a Danielle — ¿Por qué amenazaste a la señorita Fabray?

¿Te lo dijo? — preguntó — No lo puedo creer — dijo burlona.

Si, me lo dijo, pero no me dijo con qué, y no entiendo porqué lo hiciste Danielle.

Porque quería que te sacarán de ahí.

¿Por eso la amenazaste?

Si pero, solo fue eso, no pensaba hacer nada en su contra, créeme, sé que es importante para ti, y tú lo eres para mí, así que, también se vuelve importante para mi — las chicas miraban de un lado a otro, tratando de entender de qué amenaza hablaban.

¿Alguna podría explicar qué está pasando? — Mercedes era la más intrigada, Brittany tenía una ligera sospecha.

Pasa que Danny fue a la oficina de la señorita Fabray a amenazarla para que me dejara salir de la celda de castigo — dijo mirando a la antes mencionada.

¿Que hiciste que? Oh hermana, te has ganado un pase directo al infierno de la oficial López, no sé si felicitarte o darte el pésame — se acercó y palmeó su espalda ligeramente — ¿Y se puede saber con qué la amenazaste? Porque hasta donde yo sé, esa mujer es una chica muy correcta, espera, ¿No la habrás amenazado con contar lo que tuvo que Berry cierto? — se acercó peligrosamente a Danny, Rachel la miró enseguida, en sus ojos se notaba la preocupación.

¿Qué? ¡Claro que no! Jamás haría algo así, la vida de Rachel está de por medio.

¿Entonces cuál fue la amenaza? — la preocupación no desapareció en Rachel.

Pues, le dije que si no la sacaba de esa celda, mi abogado llamaría a los Clarington para contarles lo que estaba pasando con Rachel, y no me miren así — su dedo apuntaba a Mercedes y Rachel — porque funcionó.

Brittany soltó una risilla.

Obvio no — dijo la rubia sin dejar de sonreír.

¿Perdón? — cuestionó incrédula — sino la hubiera amenazado Rachel no estaría con nosotras.

Ella no liberó a Richie por tu amenaza Saunders, ella simplemente te usó de excusa para hacer algo que deseaba y moría por hacer, así de simple — la rubia habló con una claridad y firmeza que sorprendió a las chicas — Créeme, el que tú llames a chico ese y a su papá la beneficiaria más a ella que a ti ¿O me equivoco?

Danielle enrojeció.

¿Y tú por qué crees eso rubia? — Mercedes iba a aprovechar lo parlanchín que se encontraba su amiga ese día — ¿Quiénes son esas personas y que tienen que ver con la subdirectora?

Los Clarington son "la justicia" del condado — dijo haciendo comillas con sus dedos — padre e hijo son un par de abogados prestigiosos de New York que llegaron hace unos años al condado, y que se han encargado de limpiar la porquería en este lugar.

¿Y por qué la señorita Fabray se beneficiaría si ellos se enteran y Danielle no? — Rachel también estaba intrigada.

Brittany — advirtió Danielle, pero la rubia la ignoró.

Porque Quinn Fabray es como ellos, siempre ha sido una persona justa y defensora, en cambio Danielle, solo busca una venganza más — puso su dedo en su barbilla — personal ¿No es así Saunders?

Yo solo quise ayudar a Rachel — dijo entre dientes.

y te lo agradezco Danielle, pero recuerda que no tienen que pagar justos por pecadores — dijo la rubia y terminó saliendo de la celda dejando a Mercedes y a Rachel desconcertadas.

Vaya, eso fué…

Raro — terminó Rachel.

Prepárate Rachel, en unos días mi abogado vendrá para hablar contigo de tu caso, nos vemos.

¿También te vas? — preguntó la morena — creo que nosotras también deberíamos saber su historia, para poder entender lo que pasa.

Danielle no dijo nada, ni siquiera se dió la vuelta, solo se fué.

¿Crees que algún día nos cuenten algo? — Mercedes llegó hasta la pequeña morena — Porque mi curiosidad es cada vez más grande.

Y la mía Mercedes — se miraron y empezaron a reír, por el doble sentido.


¿Se puede saber qué diablos te pasa Brittany? — la chica del cabello ya no tan rubio corrió prácticamente para alcanzar a Brittany — ¿Por qué has dicho todo eso?

¿Que me pasa a mi? Mejor dicho ¿Que te pasa a ti Saunders? — Brittany se mantiene alejada — Me dijiste que venias en son de paz, que solo querías ayudar a una persona importante, y me prometiste que no le harías daño a nadie — los ojos de la rubia más alta se tornaron vidriosos — Cuando te vi aquí, tuve un mal presentimiento, pero cuando me dijiste que venias a cuidar de tu prima, creí que era así, te creí, pero me equivoqué contigo, como siempre.

No digas eso rubia, no he hecho nada malo.

¿A no? ¿Me vas a negar que vives discutiendo con la oficial López!? ¿O que amenazas a Gordon? ¿Me vas a negar también que mandaste a golpear al hermano de Kitty Wilde? — Saunders estaba sorprendida, lo último nadie lo sabía.

¿Quien te ha dicho eso?

Al parecer no eres la única que tiene contactos acá dentro.

Por culpa de ella mi prima fue castigada.

No, te equivocas, Wilde cayó en nuestra trampa, era perfecta para el plan, pero no fue su culpa que todo llegara tan lejos Saunders.

¿Ahora la vas a defender?

Por supuesto, está vez no hizo nada.

Claro — trato de seguir caminando pero la rubia la detuvo del brazo.

Ya le has hecho pagar demasiado ¿No crees? — le susurró — es hora de que ambas se dejen en paz.

No lo creo — respondió burlona y se zafó del agarre.

La rubia resopló frustrada, Saunders era su amiga, dentro y fuera del penal, pero tenía mucho odio y rencor, y ella ya no quería saber de eso.


Las horas transcurrieron sin ningún otro "incidente" entre las chicas, cada quien había estado por su lado, cumpliendo con sus labores.

Se habían reunido a la hora de la comida y habían conversado un poco para después seguir con lo suyo.

A Danielle no se le había visto por ningún lado, ni siquiera había salido a "tomar el sol" como ella le llamaba cada vez que salía al patio a platicar con las chicas.

Después de terminar con el trabajo, habían estado en la celda 1512, hasta que Rachel se excusó para ir a la biblioteca a "leer un poco".

Antes de ir a la biblioteca pasó por la celda de su prima, no la había visto en todo el día y después de la forma en la que se marchó, quedó algo preocupada.

Se arrepintió enseguida cuando al llegar a la celda la encontrara con su cabeza entre las piernas de otra reclusa.

Regresó por donde había llegado y se fue ahora sí, rumbo a la biblioteca.

Se preguntó si algún día ella podría estar entre las piernas de la rubia, se tensó de solo imaginar la escena, la india de perderse en la intimidad de la mujer le ponía demasiado, y de repente un pensamiento la golpeó salvajemente.

¿Y si era la boca de la rubia la que se perdía bajo su pelvis?

Sacudió su cabeza para tratar de alejar esos pensamientos, no quería llegar con una situación algo bochornosa.

No tenía la edad de Quinn pero tampoco quería parecer una adolescente hormonal.

Tocó un par de veces para asegurarse de que el lugar estuviera completamente solo.

Se adentró y se fue directamente a la mesa del rincón, desde ese punto no se veía quien entraba, pero si le daba unos segundos para esconderse en caso de que se tratara de alguien desconocido.

Y como si la hubiera llamado con la mente, la puerta se abrió y una cabellera rubia se asomó un poco.

La morena se paró enseguida pero tratando de no hacer ruido alguno.

Se dirigió hasta uno de los estantes y se escondió detrás de él.

¿Rachel? — susurró la rubia — ¿Estás ahí?

Por acá — alzó un poco la voz para que pudiera escucharla.

La rubia entró y puso seguro a la puerta.

Caminó lo más rápido que pudo y llegó hasta su pequeña morena.

Pero está no estaba.

¡Rachel! — susurró un poco más audible.

¿Me busca a mí señorita? — la morena llegó por detrás de la rubia, la abrazó por la espalda dejando sus manos en la cintura de la mayor, dejó un tierno beso en su cabello, ese gesto hizo estremecer a Quinn.

Te extrañé — dijo la rubia seguido de un largo suspiro.

¿Ah sí? Pero si nos vimos hace unas horas ¿Tan irresistible soy? — la subdirectora se muerde los labios, le gustaba la timidez de esa chiquilla pero, ese lado coqueto y juguetón comenzaba a excitarla.

Lo eres, no tienes idea lo lento que pasaron las horas para mí — se giró para quedar frente a la morena — Moría por verte.

Yo también moría por verla — la rubia sonrió — ¿no se mete en problemas con la Oficial López por estar aquí? — Quinn negó con la cabeza.

Santana se fue hace un rato a casa, terminó temprano y decidió retirarse temprano.

Pero creí que se iban juntas.

Así es, pero ahora está molesta conmigo, me ofrecí a llevarla como siempre, pero me rechazó — dijo entregándose a las caricias que la morena le daba en su espalda baja — es una cabeza dura.

¿Se molestó por mi culpa?

¿Que? No, claro que no.

¿Entonces por qué está molesta?

¿Por qué no le quise contar de lo que hablamos tú y yo en mi oficina, pero no te preocupes, ya se le va a pasar.

¿Está segura?

Si, créeme, la conozco.

Espero que así sea — le dio un fugaz beso que la otra no tuvo tiempo ni de saborear — Hablé con Danny y me contó lo de la amenaza.

La rubia se removió nerviosa.

¿Puedo preguntarte algo?

Por supuesto.

¿Danielle sabe lo que tenemos? ¿O alguna de tus amigas?

Si, las tres lo saben — la rubia se separó de Rachel y se puso nerviosa — no tienes de qué preocuparte, ninguna dirá nada, lo prometo.

Jones y Pierce puede que no lo hagan, pero de Danielle no estaría tan segura Rachel.

Créame, ella menos que nadie diría nada.

¿Por qué estás tan segura de ello? ¿Por qué le has dado tanta confianza a Danielle? Simplemente no entiendo ¿Cuál es el lazo que las une?

La sangre — respondió tranquilamente.

Lo había dicho.

Pero no se arrepentía.


¡Hola! Solo paso a saludarlos y a darles las gracias! (Por milésima vez)

Quería contarles que se acercan los capítulos más intensos, cada capítulo tiene claves que dejó para que ustedes mismos vayan sacando sus conclusiones.

La verdad está muy cerca, lo cual quiere decir que el final de esta historia también :(

Pero no se preocupen que aún le quedan unos cuantos capítulos más.

También quería comentarles que ya tengo tres historias para subir, pero las iré subiendo de una por una, para no quedarme estancada con ninguna, y obvio todas son faberry ;)

Espero sus hermosos comentarios!

Gracias!

¡Nos leemos pronto!