Ni Glee ni sus personajes me pertenece, solo ésta historia.

Advertencia Rachel G!P


Jueves 14 de mayo.

Una montaña rusa, eso parecía últimamente la vida de Quinn.

Los momentos que pasaba con Rachel, esos pocos y contados minutos que pasaban juntas, la hacían subir hasta lo más alto de la montaña, y era inexplicable lo que le provocaba.

Pero luego estaba Santana López, quien la obligaba a lanzarse desde arriba.

Entonces su estómago se revolvía, y estaba comenzando a odiar esa atracción.

Tres días habían pasado ya desde la última vez que estuvo con la morena y los encuentros no se volvieron a repetir.

Dicen que todo lo que sube tiene que bajar, esa es la ley de la gravedad, y después de haber subido ese día en los brazos de Rachel hasta lo más alto de la montaña, pasaron cosas que la acercaron al filo de un precipicio.

El primer empujón se lo dió ella misma, cuando soltó aquellas palabras "amor mío", todo se volvió tenso y raro, entonces solo se tambaleó en la cima.

Estúpida — se dijo a sí misma enterrando las manos en su cabello.

El segundo empujón se dió en el consultorio de Emma, cuando la doctora le informó de las pastillas anticonceptivas para Rachel.

¿Cómo es que no pensó en ello?

Había puesto en riesgo muchas cosas, pero la más importante, había arriesgado a Rachel.

Lo peor es que no pudieron hablar del tema después.

¿Por qué?

Porque después vendría el tercer empujón y el que la lanzaría en picada hasta el piso.

Santana López.

Flashback.

La rubia buscaba a la oficial Annie tratando de no salir del área de seguridad.

La llamó por radio pero no respondió, ni su celular.

Señorita fabray — la celadora llegó por detrás — ¿Necesita algo?

Si Annie, te estaba buscando, necesito hablar con Rachel, digo, con la reclusa Berry — se corrigió.

La acabo de enviar a trabajar pero, en cuanto termine la llevo a su oficina subdirectora — respondió un poco extrañada .

No oficial, tiene que ser ahora por favor — pidió desesperada.

Fabray necesito hablar contigo — la oficial López hizo acto de presencia y no traía buena pinta.

Ahora no puedo Lopéz, tengo algo que hacer — dijo con superioridad.

Ahora Quinn — la latina no se achicó con el tono de la rubia, de verdad estaba cabreada — Retírate Annie.

Sí señora — contestó y echándole un último vistazo a la subdirectora, se retiró dejándolas solas.

¿Que necesitas López?

Vamos a tu oficina — trató de tomarla del brazo pero la rubia se sacó bruscamente — ¿Prefieres que te lo diga aquí? ¿Dónde todos pueden escuchar?

Yo puedo sola — dijo yendo por delante.

Caminaron de prisa y en silencio, solo los zapatos de la rubia se escuchaban por los pasillos.

Entró a su oficina seguida por la latina, y ésta última puso seguro a la puerta.

¿Ahora quieres hablar? ¿Después de tu actitud de todos estos días? — la rubia comenzaba a perder el control.

¿Sabías que Rachel Berry es fértil? — sin preámbulos y directo al grano — Dime ¿Lo sabías?

El semblante de la rubia se tornó pálido.

Si — dijo apenas audible.

¿Desde cuándo? — se acercó hasta la rubia.

Me enteré hace unos minutos, Emma me lo dijo.

¿Segura?

Por supuesto Santana, porque lo sabría, no soy su doctora.

¿Te acostaste con ella? — preguntó tratando de mantener la calma.

¡¿Que?! ¿De qué mierda estás hablando Santana? — pero la rubia no reaccionó de la misma forma.

Solo dime la verdad Fabray, y más te vale que no me mientas.

¡Estás loca! — la rubia caminó alterada, su amiga la iba a acorralar, lo sabía.

¡Responde carajo! — lanzó una de las sillas lejos, demasiado molesta — no se te ocurra mentir, no me mientas.

La rubia le dió la espalda, no podía mirarle a la cara, sabía que estaba perdida.

No — respondió sin más y con un nudo en la garganta.

¡Mientes Quinn! ¡Lo sé! — gritó desesperada

Por dios Santana, ella está encerrada, yo no puedo acercarme a ninguna reclusa, ni siquiera puedo ir a la zona de celdas ¡¿Como carajos lo haría?! — la encaró, sabía que si no lo hacía iba a perder la batalla.

En la celda de castigo — dijo y la rubia se vió invadida por el temor ¿Cómo lo supo?

¿De qué estás hablando Santana? — no iba a darse por vencida, lo negaría todo.

Un día antes de dejar salir a Berry, entraste en la celda de castigo, ¿te vas a atrever a negarlo? — la miró desafiante.

Por dios López ¿Te estás escuchando? — se echó a reír nerviosa — ¿Crees que iba a entrar así como si nada? Sabes que nunca me llevo esas llaves, sólo las de mi oficina y porque debo cerrarla, además, Albert está todas las noches en su puesto, puedes preguntarle si me vió volver.

Que curioso Quinn, yo no dije que lo habías hecho por la noche — caíste pensó la latina. — y ya que lo mencionas, esa noche, me encontré con Albert en tu oficina, me dijo que tú lo habías enviado a revisar si habías cerrado con llave tu oficina, pero tú nunca olvidas cerrar, entonces quise ir a guardar los famosos documentos importantes que te preocupan en ese momento — la rubia comenzó a sudar nerviosa — pero, no encontré nada, y lo más curioso es que, tampoco estaban las llaves de las celdas, que entre esas llaves, se encontraba las de las celdas de castigo — claro, la rubia debió suponer que el guardia le soltaría la sopa a Santana — Así que, te las llevaste, a media noche, volviste, llamaste a albert y lo entretuviste en tu oficina para poder entrar sin ser vista por él — se acercó lentamente a la rubia — pero claro, eso es sólo una teoría mía, porque no creo que hayas sido tan estúpida como para acostarte con una chiquilla ¿Verdad?.

Quinn bajó su cabeza y comenzó a sollozar, había Sido descubierta, y se sentía llena de culpa y vergüenza.

Lo siento — dijo quebrándose por completo — lo siento muchísimo, no pude evitarlo.

No, no no Quinn, no te atrevas — la señaló con su dedo — ¿Por qué carajos lo hiciste?.

¡Porque la amo! — gritó — porque me enamoré de esa chiquilla como tú la llamas, me enamoré como una estúpida adolescente, y no pude detenerme.

¡Pero cometiste un delito Quinn! — la rubia de nuevo se achicó ante lo duro que sonaba aquello — faltaste a tu ética — poco a poco iba bajando la voz — pero lo peor es que, le faltaste a ella, sabes perfectamente que eso es marcado como violación — dijo casi en un susurro.

Yo no la obligué Santana, lo juro — en ese momento, la rubia lloraba como una mártir — jamás lo habría hecho.

Eso no importa Quinn, conoces las reglas, el protocolo de tu trabajo, nadie te va a creer, además, si asuntos internos abre una investigación en tu contra, sabrán que ella no tiene ni la edad para estar en este lugar, y te irá muy mal Quinn.

Quizás eso sea lo mejor, así ella podrá salir de este asqueroso lugar — agregó cubriéndose el rostro con sus manos desesperada.

¿Y tú? ¿Qué hay de ti? ¿Ella sale pero tú entras? — se miraron fijamente — te pedí que la cuidaras Quinn, sabía que te gustaba, pero pensé que eras una mujer sensata, inteligente, que actuarias con la razón y la cabeza, no con tu calentura, pero veo que me equivoqué.

La rubia se sentó en el sillón, mirando hacía la nada.

tiene que ir a asuntos internos y levantarme un acta oficial, estaré aquí para cuando me manden llamar — Santana la observaba sorprendida ¿Se había vuelto loca? Si, pero por esa chiquilla.

Deja de decir estupideces Quinn, aunque te lo mereces, no lo voy hacer, eres mi hermana, y no soportaría que te hicieran daño.

Si no lo haces te volverás mi cómplice en este delito, y estarás faltando también.

No lo haré rubia — al parecer todo se había calmado ya — pero esto no se puede repetir, ¿Quieres ayudarla? Bien, házlo, encuentra las pruebas que ella necesita para salir de aquí ¿La amas? Entonces espera a que sea una persona libre de culpa, y no haya una ley de por medio entre ustedes, solo aguanta un poco más.

Tienes razón Santana, necesito sacarla de aquí, para poder estar con ella — le tomó la mano y la miró a los ojos — perdóname por decepcionarte.

No me has decepcionado rubia, a veces el amor nos vuelve ciego, pero tú estás poniendo en riesgo a ambas y tú deber es protegerla.

Era verdad, había prometido proteger a Rachel de todo y de todos, incluso de ella misma.

FIN FLASHBACK

Era una decisión que le estaba costando demasiado, pero sabía que era lo mejor para Rachel, para ambas.

Hundida en en los recuerdos de los besos de la morena, no se percató que llamaban a su puerta.

Hasta que su mejor amiga entró.

¿Se puede saber porque no abres? Annie tiene más de diez minutos tocando — al escuchar el nombre de la celadora, se puso de pie para recibirla — pasa Annie — pidió Santana.

Lo siento, no escuché — dijo la rubia esquivando la mirada de su amiga — ¿Que necesitas Annie?

El abogado de Danny acaba de llegar, y quiere verla — respondió observándola y mirando en seguida a la oficial López — ¿Se encuentra bien? Está algo pálida.

Si sí, no he desayunado aún, y anoche tampoco cené, debe ser por eso.

Tal vez ¿Hago pasar al abogado?

No agendó ninguna cita previa, tampoco avisó ni nada ¿Lo hizo contigo Santana? — preguntó extrañada e incómoda por como la veían.

No, conmigo no ha hablado — dijo alzando los hombros.

¿No te dijo que es lo que ocupa? — preguntó volviéndose a sentar, el no comer le estaba pasando factura, sus piernas temblaban.

No, solo me dijo que necesitaba hablar con usted.

De acuerdo, veamos que necesita, hazlo pasar por favor — vió salir a la mujer y enseguida Santana hacía el intento por irse también — San espera, ¿podrías quedarte? No me siento muy bien y no sé qué quiera el abogado, no estoy para sorpresas.

por supuesto, pero en cuanto se vaya iré a comprarte algo para que comas, en serio te ves mal Quinn — bromeó tratando de que no se notara su preocupación.

Gracias Santana, tú siempre tan linda — ironizó.

Buenos días bellas damas — saludó el chico con una sonrisa coqueta.

Santana rodó los ojos "tipico gay sacando su poca heterosexualidad" pensó.

Abogado buen día,la celadora me dijo que quería hablar conmigo ¿Pasó algo?

Así es subdirectora, vengo a entregarle esto, sé que pude haberlo enviado, pero es prioridad, además quería hacerlo personalmente — entregó a la rubia una carpeta — como podrá ver, es el expediente de Rachel Berry, y también viene la autorización del juez quien me a cedido legalmente su caso.

¿Qué no es ya usted el abogado de Danielle? — se metió Santana

Así es oficial, pero como ya habrán notado, mi clienta tiene el dinero suficiente como para pagarle a Rachel Berry el mejor abogado de estados unidos, o sea yo — de nuevo la latina rodó los ojos.

¿Entonces ya es su abogado? — preguntó la rubia quien no estaba sorprendida.

Si subdirectora, ahora soy yo quien va a luchar por esa niña.

¿Niña? — preguntaron las dos.

Vamos señoritas, dejémonos de cosas, todos en esta oficina, sabemos que Rachel Berry no es legal, por lo cual, no tiene porqué estar aquí, pero esa es una de las tantas injusticias que mi cliente vive en este lugar — las chicas se miraron — la otra es que, fué llevada a una celda de castigo por una riña entre muchas reclusas y siendo esta, su primera falta, ya que es una reclusa ejemplar.

Sobre eso yo creo — empezó a decir la rubia, pero no la dejaron terminar.

Tranquila subdirectora, de eso nos encargaremos después, ahora quiero ver a mis clientas.

¿A las dos? — de nuevo hablaron al mismo tiempo.

Si, a las dos.

Creo que eso no se va a poder — se adelantó Santana.

Cómo abogado sabe perfectamente que no se trabaja así en este reclusorio, y en ningún otro, debería agendar una cita para cada una, en diferente día — el chico iba a protestar pero ahora era ella la que lo hacía callar levantando su dedo, a lo que Santana sonrió maliciosa — Pero siendo yo la más interesada en que el caso Berry se aclare, lo dejare pasar, solo por esta vez haré una excepción con usted abogado.

Que amable señorita — dijo entre dientes.

Oficial ¿puede pedirle a Annie que busque a las reclusas y las lleve a la sala de visitas por favor? — pidió de manera amable, como amaba tener poder.

Por supuesto — se acercó a la puerta y le señaló al abogado la salida, este no dudó en seguirla.

Por cierto abogado — Lo detuvo la rubia, tanto el chico como Santana detuvieron su andar para mirarla — Danielle podrá tener todo el dinero del mundo, pero no se le olvide que la que manda acá soy yo, y yo no me vendo por nada ¿Quedó claro?

El chico enrojeció, incómodo y molesto por el momento, alisó su traje y respondió.

Muy claro Quinn Fabray — salió como pantera y la latina alzó sus pulgares felicitandola.

Quinn le sonrió y guiñó.

Al fin y al cabo seguía siendo la temible Quinn Perra Fabray.


En el patio del reclusorio.

Pues yo pongo 5 dólares más — dijo Brittany colocando los billetes junto a los otros en el centro de la mesa.

Las chicas se miraron y sonrieron, el juego se estaba poniendo interesante.

Tanto Mercedes como Brittany habían planeado mantener ocupada a la pequeña morena, que después de lo ocurrido en la oficina de la subdirectora, ya no había vuelto a verla, y eso la tenía de pésimo humor.

de acuerdo, van mis 5 dolares, y porqué no, tres más — apostó Danielle y Brittany aplaudía emocionada.

Rachel y Mercedes se miraron, no, definitivamente la suerte no estaba de su lado.

Yo no voy — dijo Rachel

Ni hablar, yo tampoco — siguió Mercedes.

El juego era entre Danielle y Brittany.

Pago por ver — dijo Danielle, la rubia mostró una carta y se encontraron con un A de corazones y una sonrisa de superioridad de Brittany — joder — Danielle tenía un buen juego, pero estaba segura que no le haría daño a Brittany — Tu ganas rubia, ya no voy — dijo aventando sus cartas.

Lamento mucho interrumpir su partida señoritas — apareció Annie — llegó tu abogado Danielle, quiere verte y a Rachel también — la morena la miró en seguida, Danny le había dicho que cuando fuera su abogado, sería acompañado de su madre, por fin la vería de nuevo.

Vaya, ya era hora — se levantó — ¿Estás lista? — estiró su mano a Rachel, quien no dudó en tomarla — más tarde vendré por la revancha rubia — dijo mirando a Brittany, quien le sonrió y se fueron custodiadas por la celadora.

Brittany comenzó a recoger todos los billetes con una enorme felicidad.

Para las cartas siempre tienes suerte rubia, ni siquiera hizo falta que mostrarlas todo tu juego — dijo destapando todas sus cartas, conforme destapaba iba abriendo más y más la boca sorprendida — ¡Brittany! No tienes nada de juego!

Ya lo sé — respondió como si nada — Pero eso solo lo sabía yo, no ustedes — le guiñó y siguió tomando los billetes — Esa técnica la aprendí de la mejor.

No quiso saber quién había sido la maldad para la rubia.


Sala de visitas.

La subdirectora aparecía en la sala después de haber recibido un llamado por parte de su amiga, quien le decía que el abogado se quejaba mucho y exigía verla de nuevo, aunque eso solo fue un pretexto para ver a la morena.

¿Puedo saber que está pasando? — llegó preguntando al ver la discusión entre el abogado y su amiga.

Pues resulta — comenzó Santana fastidiada — que aquí el señor — dijo mirándolo de arriba abajo — pide, bueno no, exige una sala para el solo.

No estoy pidiendo una locura, yo no vine a una visita familiar, soy su abogado y por ende hay temas que quisiera ser tratados con discreción y a SOLAS — dijo resaltando lo último.

La rubia comenzaba a desesperarse.

Señor abogado, como le dije mientras estuvo en mi oficina, usted tuvo que haber agendado una cita previa, para que así, se le hubiera reservado una sala para ustedes tres, lamentablemente quiso saltarse el protocolo y de paso venir en día de visita, así que, como verá — dijo abriendo sus manos y mirando a las personas — hoy todas las salas están llenas, lo cuál me parece genial, todas desean ser visitadas, y no voy a desalojar a nadie solo por sus aires de superioridad.

Santana ni siquiera se molestó en ocultar su risa malevola.

Subdirectora — llegó Annie acompañada de las reclusas, la rubia giró en seguida — aquí están las reclusas, vaya — dijo sorprendida mirando la sala — hoy tenemos casa llena.

Quinn y Rachel se perdieron con una mirada, una con culpa y la otra con molestia.

Si, Quinn pudo percibir que la morena estaba molesta.

Bueno, pueden tomar una mesa y hablar con su abogado, y espero no mas quejas señor, o me veré obligada a suspender la próxima visita — dijo y en segundos todos miraban al abogado, bueno, Rachel seguía mirando a la rubia mientras se alejaba seguida por Santana López.

Pateaste su trasero rubia, eso estuvo increíble.

Sabes que no me gustan las personas que abusan de su poder — dijo y santana se hizo la desentendida — ¿Pasa algo?

No nada, iré a revisar que todo esté en orden — quería escapar de la rubia pero la detuvo.

San — suspiró — sé que prometí que esperaría el tiempo que fuera necesario pero, me gustaría hablar con Rachel, ya sabes, para explicarle lo que está pasando, debe estar molesta porque no me he acercado.

Santana la miró por unos segundos.

De acuerdo, pero solo unos minutos, cuando termine la visita la llevaré a tu oficina, mientras yo espero afuera

De acuerdo — sonrió victoriosa.


Sala de visitas.

¿Que demonios fue eso Jesse? — preguntó Danielle sentándose y llamando la atención de una boba morena — ¿acaso te puso un ultimátum? Lo veo y no lo creo — reía.

Esa tipa es una perra — Danielle abrió la boca

No, no lo es , y no te permito que hables así de ella — se anticipó Rachel, quien ya miraba de mala manera al abogado.

Jesse la observó y después a Danny, esta sonreía divertida.

Me disculpo Rachel, digamos que, con ella no funcionó ni apellidos, ni el poder.

Creí que mi madre vendría contigo — dijo la morena ignorando lo dicho por el chico.

Yo también lo creí ¿Que pasó? — preguntó preocupada.

Me han estado siguiendo Saunders, tal vez sospechan algo pero, yo me las he ingeniado, por eso es que preferí no traer a tu madre, no quiero arriesgarme.

¿Crees que vayan al juzgado a preguntar algo? — Danny no quería sorpresas.

No, digamos que tengo un viejo amigo ahí, a quien visito seguido, y me tiro seguido, así que, estoy cubierto — dijo coquetamente, las chicas se miraron con asco — Pero bueno, a lo que vine — sacó de su portafolios unos papeles y fotos — cariño, he estado haciendo muy bien mi trabajo, así que, aquí tienes, por cierto, la casa de los Ángeles ya está lista para el traspaso.

¿Qué casa? — preguntó curiosa la morena.

Danielle recibió del abogado una hojas, que ni siquiera se molestó en leer, solo se s entregó a Rachel.

Tu casa Rachel Berry — sonrió y esperó a que la morena revisara lo que le había entregado — Es la casa que hace años compró el tío Hiram en los Ángeles — contó en espera de que la morena terminara de ver lo que parecía ser una escritura.

Papá vendió la casa cuando nos mudamos, el mismo nos lo confesó — dijo perdida en la lectura y mirando de inmediato a su prima al leer el nombre del propietario — Está a mi nombre — dijo sorprendida.

El no la vendió en realidad, más bien la perdió en una apuesta, pero poco tiempo después, yo la compré, y se nos ordenó que la pusiéramos a tu nombre.

De nuevo tenía su atención

¿Se les ordenó? Creí que eras tú la que dabas las órdenes — dijo confundida.

El equipo Berry tiene más integrantes de los que pensabas prima — sonrió — Pero todo lo sabrás a su debido tiempo.

No creo que debamos esperar más tiempo Saunders — su cliente lo miró — Él comienza a sentirse amenazado, está dudando de todos ahora, además, adelantó su llegada.

¿Como lo sabes? — cuestionó preocupada, la morena se sorprendió de verla así, no ocurría a menudo.

Mis contactos en el juzgado me lo han dicho hace unas horas — se acercó sobre la mesa y susurró — Aún no da fecha pero es probable que sean en menos de un mes, y me dijeron que el primer caso que va a enterrar es el de Rachel — esto sí preocupó a la morena — así que tenemos menos de un mes para preparar el golpe final.

¿De quién demonios hablas y por qué quiere enterrar mi caso? — el terror se reflejaba en su rostro.

De nuestro enemigo Rachel, del enemigo de los Berry, él se ausentó un tiempo, para poder crear un caso sólido en tu contra, y si está por volver, es que ya lo tiene, así que debemos actuar antes que él, no podemos permitir que acuda al juzgado sin tener nuestro caso también sólido, pero contra él.

¿Cómo lo haremos? — preguntó decidida.

Ya lo tengo casi todo, solo falta una prueba más, pero esa no está en mi poder — dijo el chico.

No te preocupes por eso Jesse, esta misma tarde me encargo de eso.

Solo recuerda que no tenemos mucho tiempo, y que por el momento, lo menos que puedan estar juntas ¿Entendido? No tentemos a nuestra suerte.

De acuerdo — respondieron.

Iré a prepararlo todo, las mantendré informadas de todo — dijo levantándose, las chicas hicieron los mismo — Y por favor, traten de ya no meterse en problemas ¿Quieren? — miró a Rachel quien enrojeció — Hasta luego — se fué.

La visita terminó — Santana llegó hasta la mesa que ocupaban las chicas — Danielle, Annie te llevará a tu celda y tú Rachel vendrás conmigo — sin esperar respuesta tomó a la morena del brazo y se la llevó.

¿Está en problemas? — le preguntó a la celadora mientras las veía alejarse.

No lo creo, Rachel se ha portado muy bien estos días — dijo caminando a la par con Danny.

Entonces no me preocuparé.

Tal vez deberías hacerlo — comentó Annie y la reclusa se detuvo de golpe cuestionando con la mirada — El abogado de Brittany ha venido a verla, y no tiene buena pinta.

Lo que faltaba, ¿te dijo algo?

No, pero ahora que te lleve la traeré a ella — Danny la detuvo del brazo.

Cualquier cosa que suceda me informas enseguida ¿De acuerdo?.

De acuerdo — hicieron silencio al llegar al patio, donde se encontraban Brittany y Mercedes.

¿Ya vienes por tu revancha? — preguntó la rubia.

Venía a eso pero Annie me acaba de informar que tienes visita.

¿En serio? — preguntó emocionada, Danielle esta vez miró a la celadora.

Muy en serio rubia, tu abogado está esperando en la sala — el rostro de la rubia cambió por completo, y todas lo notaron — andando.

Se puso de pie y caminó tras Annie.


Subdirección.

Santana entró sin tocar solo para que pasara la morena, la rubia se percató de su presencia y se puso nerviosa.

Tienen diez minutos rubia, no más — salió.

No tenemos mucho tiempo así que, me gustaría ser rápida — dijo recibiendo la mirada de Rachel — me imagino que debes estar molesta por lo que ha pasado, por cómo me he ausentado de la biblioteca, y porque no te he buscado, y quisiera decirte que…

Molesta no es la palabra correcta, estoy confundida — la rubia no terminó de hablar — usted me confunde, todo el tiempo.

Primero me envía a una celda de castigo, no sin antes tratarme peor que a una basura, después, llega a medianoche a disculparse y a tomar mi virginidad — la rubia aguantó las ganas de hablar — los días siguientes es una dulzura conmigo y de nueva cuenta, así sin más, comienza a ignorarme ¿Que es lo que quiere de mí? ¿Quiere jugar conmigo? ¿Eso quiere?

Por dios no Rachel, no juego contigo, nunca digas eso.

¿Entonces qué hace conmigo? De verdad necesito saberlo ¿Que soy para usted? — se acercó peligrosamente a la rubia.

Eres el amor de mi vida — dijo viendo fijamente sus ojos, la morena no lo vió venir e inconscientemente retrocedió — ¿Eso querías saber? Pues bien, lo dije — suspiró al borde del llanto — me enamoré de ti Rachel Berry, de todo lo que eres, de todo lo que conozco, me enamoré como una adolescente, y perdón, pero no lo pude evitar — Rachel seguía sin poder procesar aquello — perdón por ser una idiota, por no poder controlarme, y perdóname también por fallarte.

¿Fallarme? — por fin reaccionó.

Si, te fallé, me aproveche de tu situación y de todo.

Por favor deténgase — pidió confundida — ¿A qué se refiere?

A que no debí permitir que cruzaramos la línea Berry, yo soy el adulto responsable aquí, y no debí dejarme llevar.

sigo sin entender.

Le conté a Santana lo que ha pasado entre nosotras y — de nuevo se vió interrumpida.

Ah claro, eso lo explica todo.

¿Qué? — ahora era la rubia la que estaba confundida.

Pues sí, ahora entiendo el por qué se alejó de mí, ahora entiendo todo, ¿ella la obligó no?.

Por supuesto que no, ella no me obligó a nada, ella solo me hizo ver la realidad.

¿Y de qué realidad estamos hablando?

Cometí un delito Rachel — la morena no dijo más — rompí las reglas de este lugar, fui contra mi ética y contra lo que soy, me aproveché de la situación y te puse en riesgo.

Usted no se aprovechó de nadie, yo quería hacerlo, yo quería estar con usted.

Hay leyes que lo prohíben Rachel, además, eres menor de edad, lo cual es peor — la morena abrió grandes los ojos — Si, se lo de tu edad, y se muchas cosas más, pero ese no es el punto ahora, el punto es que, si alguien se llega a enterar, puedo ir a prisión de por vida, se me acusaría de dos delitos.

Pero yo no pienso decir nada — se abalanzó sobre ella — y estoy segura que su amiga tampoco lo hará.

Lo sé, yo lo sé, pero no puedo seguir haciéndolo, de verdad no puedo — sollozó

¿Y entonces que? Solo nos alejamos ¿y ya? — la abrazo y pegó su frente a la de la rubia, después se acercó a su oído — yo también me enamoré de usted, y no quiero alejarme — ahora Rachel también lloraba — No me aleje por favor.

Dios Rachel — la aprisionó contra su cuerpo robando el poco oxígeno que había entre las dos — ¿Que hemos hecho?

Nos enamoramos, y eso no puede ser un delito.

Lo es en estas circunstancias — dijo separándose y quitando el cabello rebelde de su frente — no quiero ir a prisión, no por miedo a lo que pueda pasar allá dentro, sino por miedo a ya no verte, creeme cuando te digo lo que siento, no quiero que nos pongan más distancia de por medio.

¿Entonces ya está? ¿Solo se acaba aquí y ya? — la besó fugazmente

No amor mío — unieron sus frentes y sonrieron, esta vez no hubo tensión — solo es cuestión de esperar.

¿Esperar? ¿Esperar qué? ¿Una semana, un mes, un año? — preguntó desesperada

Tenemos que esperar a que tu caso se resuelva, y que seas totalmente libre, y solo entonces, podremos seguir con lo nuestro.

Y si, mientras esperamos ¿llega alguien a su vida? — se preocupó.

Eso no sucederá, quiero que te quede algo muy claro Rachel Berry, yo te voy a esperar allá afuera, una semana, seis meses, diez años o toda la vida si es necesario ¿Te quedó claro?

Si — se besaron, pero era un beso diferente.

Se sentía diferente, se sentía con puntos suspensivos, cargado de amor y promesas.

Es hora de irnos Berry — ninguna se percató de la llegada de Santana.

Se separaron pero jamás dejaron de mirarse,

Estaré afuera esperando por ti Rachel Berry, lo prometo — la besó y poco a poco se alejó de ella, pero sentía que su alma se desgarraba por la distancia.

Santana la llevó a la puerta y se fueron sin mirar las lágrimas que sin esperar cayeron por el rostro de la rubia.

Toda la vida te voy a esperar amor mío.

Era otra promesa que no iba a romper jamás.


¡Hola! Lamento la demora, de verdad lo lamento, me había bloqueado por completo, pero aquí estoy.

No pienso hacerlos esperar mucho, a la historia le queda muy poco, así que ojo con las pistas.

En el siguiente capítulo por fin sabrán la razón del porqué Brittany está en prisión.

¡Comienza la cuenta regresiva!

No se olviden de dejar sus bellos comentarios.

¡Nos leemos pronto!