¡Pasemos a las reviews!
Racon Omega 98: Jeje, muchas gracias bro-bro :D
Miguel16310: Me gusta que te haya gustado la interacción entre los padres, darles protagonismo es algo que gusta hacer bastante; en cuanto a la explicación, me esforcé en hacerla y que la pequeña Aria le entienda a un dragón más viejo que Matusalén. Y sí, no me enfoque tanto en ellos porque la inspiración me llegó solo hasta el punto donde los tres los ven subir, pero eso se va a arreglar y, por último, sobre la reacción de Hanako…bueno, está de más decir que no podían faltar a la invitación porque Zekram hubiera hallado otra forma para la interacción de Issei y/o Aria con ellos.
Alkirius: A veces héroe, a veces villano; bueno, eso siempre ha sido cuestión de perspectiva.
Yo no tengo favoritas en el harem porque el autor no se tomó el tiempo suficiente como para construir un buen desarrollo para todas, son como 10 mujeres enamoradas del protagonista al cual, por ser débil, debe darle más desarrollo a él (algo gracioso es que de lo que él se ponía detrás de todos, ahora todos se pone detrás de él), pero eso es algo que yo planeo arreglar en los…poco más de 100 episodios que tengo planeado para esta madre. Ojo, solo para la primera parte de Heavenly.
Sobre lo de Issei uniéndose a una facción y lo de Rias planeando su reencarnación; lo primero lo veremos más adelante y sobre lo último, sí, yo también pienso que ella lo planeaba con la alternativa principal de que algún caído le matase primero para hacer más fácil su reencarnación.
En cuestiones del top, yo lo tengo algo confundido. Según Vali en su encuentro con Issei, Sirzechs no llega ni siquiera al Top 10 pero luego dicen que junto a Ajuka están en el mencionado Top 10. Es raro, pero me encargare de cambiarlo; aunque la escala de poder aquí será…ridícula, pensando que el medio de poder está algo más cercano al manhwa The God of Highschool o a niveles de poder de Toriko que alguna serie de la índole de DxD. Solo para pensar, un demonio de clase baja de Heavenly sería capaz de bajarse a uno de clase alta del universo de DxD en cuestiones meramente mágicas.
Swid16kawail: ¡Muchas gracias!
Angel Arcano92: En primer lugar, muchas gracias. Y sobre la canción, la escuche; sin embargo, no es Issei quien destruirá el lugar. Issei tiene 4 años y, como en el canon, Akeno le lleva un año (es decir, tiene 5); teniendo en cuenta que Akeno vivió una temporada sola hasta que, en una edad aproximada a los 10 años, conoce a Rias. Suponiendo esto, y debido a que no dan muchos detalles de la edad en la novela ligera, Akeno vio morir a su madre a una edad que rondaba entre lo años; por ese rato, Issei andaría en otros lugares. ¿Participará allí? Tal vez, pero de una manera diferente ya que no será un causante de lo sucedido.
Arinst2305: ¿Okay?
¡Agradezco muchos sus reviews! ¡Vamos al capítulo!
Disclaimer: Ni HSDxD ni ninguna otra serie que se presente es de mi pertenencia, estos son propiedad de sus respectivos autores. Este fic está hecho sin ningún ánimo de lucro, solo hecho con las ganas que tengo de escribir; a su vez, tratare ciertos temas fuertes que pueden dañar la susceptibilidad de un público sensible. Advertidos están.
Nunca supe porque la humanidad era tan preciada. Simplemente, eran tan débiles en cualquier cuestión; lo único destacable en ellos era su capacidad de destruirse mutuamente en busca de conquistar tierras o demostrar poderío.
Eso sonó extrañamente familiar.
Sin embargo; las creaciones de Padre fueron lo mejor hecho ante sus ojos, no solo porque era su creador, no, ninguna creación hecha por los dioses hasta la fecha ha sido tan preciada como lo fue la humanidad para Él. Nunca supe porque de ello, no nos dio respuesta alguna desde la creación de Adán y ahora que no está, no nos diría nada.
Creo que él siempre quiso que lo supiéramos por nuestra cuenta.
El saber apreciar la fragilidad de la vida, la concepción del crecimiento cuantitativo y cualitativo del hombre cuando padre y madre salieron del Jardín, donde con el dolor de su corazón, mi hermano tuvo que poner aquella espada llameante que hoy en día sigue siendo la custodia de aquel bello lugar utópico donde descansan todos aquellos que hicieron bien al mundo.
Era sorprendente su perseverancia, resiliencia y evolución. Eso lo comprendí cuando caí; viviendo con ellos, comiendo con ellos, viviendo bajo el mismo techo; fueron aliados, enemigos, hermanos, camaradas, hijos, nietos, parejas, amantes…fueron de toda unión sentimental que pudieran tener.
Estoy casado con una hermosa humana y tengo una bella hija, Akeno. Años que no pasaba algo así, mi último hijo murió en la Segunda Guerra Mundial; con orgullo puedo decir que fue un respetado general estadounidense, y con gusto podré burlarme de que el último hijo de Azazel fue un nazi de poca monta al cual le terminaron disparando entre ceja y ceja.
Comprendí la belleza de la humanidad; lloré la muerte de todos ellos que llegué amar, y puedo decir que algunas de esas muertes dolieron más que las muertes de mis camaradas en la Gran Guerra. Donde nuestra única unión, aparte de tener las alas negras en nuestras espaldas, era la de un soldado con la de su líder.
Comprendí lo que era ser humano, aunque no lo fuera, y ame cada segundo de ello; a veces incluso detestando la idea de volver a Grigory, porque no quería separarme de ellos. Todo eso, lo comprendí viviendo cientos de años con ellos.
Pero, hay algo que no comprendo hasta ahora.
El temor que le tienen los dioses.
Y lo que nunca llegaré a comprender.
El temor que le tenían al linaje de ese pequeño niño y su familia.
Searching the Heaven
Arco 0: [Nacimiento]
Capítulo 3: Impacto – Parte 1
El Valhalla.
El Salón del Valor.
El Trono de los Héroes Caídos.
Mil y un nombres son los que ha recibido este lugar reconocido mundialmente como el lugar donde van las almas de los héroes caídos para tener un descanso compensando sus acciones a lo largo de su vida, a la espera de luchar codo a codo con Odín, el Dios principal de la mitología nórdica, en el Ragnarok, el fin del mundo.
O esa su concepción contemporánea, la realidad es completamente diferente.
El Consejo del Valhalla.
Los cuchicheos se dejaban oír en el enorme palacio, lugar donde los dioses de cada panteón se reunían cada mil años, o cada vez que la situación lo ameritaba, para decidir sobre el destino de su creación: la humanidad.
Las escaleras subían, uno desde abajo pensaría que eran infinitas, por supuesto, la cantidad de deidades en el lugar era vasta. Con tantas mitologías existentes y las que aún no han sido descubiertas, la cantidad era simplemente inverosímil.
En el podio, había un trono decorado de diversas y bellas maneras y, en el centro, había una mesa donde descansarían sus brazos y discutiría con los demás sobre el destino del hombre, o como en esta ocasión, el destino de uno solo.
—Hoo~ Vamos—una voz se dejó escuchar, una buena cantidad de dioses giró para ver quién era y se encogieron instantáneamente.
Era alto y musculoso, y su toga blanca no ayudaba nada en ocultarlo, su cabello blanco peinado hacia atrás con una barba del mismo color que le daba un aire de sabio. Sin embargo, su porte y figura daban a entender que no era alguien débil por ser simplemente un anciano.
Sus ojos azules eléctricos brillaban con las majestuosas luces que le tocaban con suavidad mientras bajaba por los escalones con toda la tranquilidad del mundo, su grandeza era innegable e indiscutible.
—Bien, ya estamos—aquel dios se sentó con toda la tranquilidad del mundo en el trono, mirando a las deidades con serenidad antes de colocar sus brazos en la mesa—Demos inicio a esta conferencia.
Presidente del Consejo del Valhalla: Zeus. Representante y dios principal del panteón grecorromano.
El dios principal de su propia mitología dio una sonrisa libre de preocupaciones, antes de hablar nuevamente—Bien, lo primero que quisiera preguntar es porqué nos encontramos reunidos el día de hoy—Zeus lanzó la pregunta y los murmullos volvieron a nacer, esta vez por decidir quién sería quien hablara para responderle—Vamos; ¿Quién fue el que convoco esta asamblea? —
—La familia Hyodo.
Las cabezas giraron y se posaron en un hombre cercano a Zeus, ¿cuándo apareció allí? No lo sabían, ni querían preguntar; el aura que transmitía era similar al de la deidad sentada en el trono, quien le miraba con cierto desinterés.
Odín. Representante y dios principal del panteón nórdico.
Vestido con unas túnicas de colores grises y azules, apoyado en un bastón y con una mirada implacable y fría con su ojo izquierdo cubierto por un parche negro. En sus hombros reposaban dos cuervos, uno negro y uno blanco, en el izquierdo y derecho respectivamente; el dios nórdico miraba atentamente a su homólogo.
—Haaa, ¿de nuevo?—habló Zeus apoyando su rostro en su puño, suspirando aburrido—Ya hablamos de esto: los Hyodo no tienen nada de especial. Solo son una familia más, ¡son simples humanos! Tan sujetos al tabú como cualquier otro.
—¿Estamos seguros de eso?—fue la pregunta del Padre de Todo, mirando con su único ojo a su homologo grecorromano.
Una serie de murmullos nació entre los dioses expectantes, haciendo que el dios del trueno gruñera con molestia. Viejo de mierda…
—Bien—Zeus se levantó de su trono y se dirigió hacia él para quedar cara a cara—Dame una razón para creer que ellos son especiales, dime solo una y tomaré cartas en el asunto. No me importa cuál, dímela.
La deidad le miró por unos segundos, antes de sonreír. Una sonrisa que no le gustó para nada a Zeus—Izanagi no Okami ha estado visitando últimamente a la familia Hyodo.
…
Maldito. Pensó el dios griego soltando un gruñido en cuanto los gritos empezaron; las deidades siempre habían estado en conflicto cuando el Dios de Dioses era nombrado. Simplemente por la duda de su estado como tal.
Curioso; el mismo problema que tenían los mortales con respecto a sus poderes o lo que podían hacer, lo tenían ellos con aquella deidad.
Y eso le repugnaba.
Tener similitudes con ellos, era algo que siempre había querido evitar.
—¡SILENCIO!—sonando como mil y un truenos furiosos; Zeus ordeno la calma mientras una ligera aura chispeante le cubría. Por lo que, de manera casi instantánea, el silencio inundó el palacio.
El albino carraspeó un poco contra su puño, alzando la mirada para ver al dios nórdico que seguía presentando esa ligera sonrisa en su rostro—Bien, creo que eso es suficiente para considerarlos como "fuera de la norma"—se dio la vuela y volvió a su trono, donde tomo asiento para tener una vista en general de todos los presentes—Con eso presente; tomaremos una decisión que afectara a los integrantes de esa familia—sus palabras generó una nueva ola de murmullos en general—Para no tener tantos problemas y pasar más tiempo aquí, daré la potestad a Odín de dar la opción de lo que haremos.
Las miradas se posaron nuevamente en el dios nórdico, quien tranquilo e impasible, seguía mirando al representante de los griegos y romanos. Como si lo que hiciera no le afectara en su totalidad.
Pasaron unos pocos minutos, antes de que volviera a hablar—Sugiero quitarle la protección divina a la familia. Nadie se podrá meter con ellos, ni siquiera alguna de las Tres Facciones Judeo-cristianas. No reencarnados, no unidos, sus almas cuando mueran no irán a ningún lado—fueron las tranquilas palabras de la deidad, cosa que sorprendió y horrorizo a más de uno.
Con lo que estaba pidiendo, negaba el derecho a un descanso eterno a las almas de aquellos humanos.
—Aunque suene…inhumano—mal juego de palabras, horrible de hecho—Es lo más seguro; así ningún panteón tomara provecho de sus almas en caso tengan algún valor. No vendrán al Valhalla, a los Campos Elíseos, al Edén o cualquier otro lugar que se te ocurra.
El lugar quedó en completo silencio; ahora las miradas estaban puestas en el presidente del concejo, quien mantenía silencio, no apartando sus ojos azules de su homólogo nórdico.
Pasados unos minutos, abrió la boca para hablar.
De acuerdo. El día de hoy, la familia Hyodo quedará fuera de nuestro cuidado y nadie se les puede acercar, ¿me entendieron?
¡SI!
Y pronto, la sala quedó vacía.
No había ningún alma allí; bueno, casi. Zeus seguía sentado en su trono y Odín seguía parado allí, no despegando la mirada del otro, como si estuvieran en un concurso donde demostraban el poderío sobre aquel que estaba frente suyo.
—¿Por qué?—fueron las únicas palabras que salieron de los labios del dios olímpico, más su congénere no respondió—Al quitarles nuestra protección hace que no puedan pedir el "préstamo", ergo, el tabú no les afecta. ¿Tienes idea de lo que sucederá si alguno se vuelve poderoso?
—Yo tengo todo presente, mocoso de mierda.
—¡Oh por favor! ¡Tenemos casi la misma edad, Odín!
—Soy mayor por 0.5 millones de años, Zeus—hablo el anciano con tranquilidad—Eso me da el total derecho de llamarte mocoso de mierda, mocoso de mierda.
El nombrado gruño con molestia, antes de volver al tema—No has respondido mi pregunta.
—Si lo hice: dije que tengo todo presente.
—¡A eso no me refiero!—grito el ojiazul mientras un trueno resonaba a las afueras, indicando que su paciencia se estaba agotando—¡Responde de una vez, Odín!
—No te hagas el imbécil, Zeus—fueron las palabras del dios mayor de la mitología nórdica, haciendo molestar más al nombrado—Sabes que es lo que está pasando.
El albino entrecerró sus ojos mientras unas ligeras chispas emanaron a su alrededor—Cállate…—la voz de la deidad griega se tornó distorsionada, como si dos voces se superpusieran sobre la otra generando un tono aterrado; más Odín no se inmuto.
—El "Heredero" está por llegar—un gruñido gutural salió de lo más profundo de la garganta de Zeus mientras las chipas se volvían relámpagos que revoloteaban alrededor del cuerpo del dios—Y si tengo que enfrentarte a ti, o a la familia de ese hombre…que así sea.
THUNDER BREAKER
GUGNIR
BRAUM
Los ojos rojos miraron el cielo nocturno de Kushinagar, la India, viendo el rayo que resonó en las nubes negras.
Una sonrisa juguetona surcó sus facciones maduras, unos colmillos ligeramente afilados se pudieron entrever entre la línea de sus dientes. Su cabello gris se movía por el viento mientras las luces nocturnas le iluminaban, dándole un aire misterioso—Vaya~ ¿Los altos están peleando?—murmuró aquel hombre con un tono jocoso antes de seguir caminando—Que aburridos han de estar.
—Es un gusto que solo ellos se pueden dar—una segunda voz se unió a él, haciéndolo suspirar para girarse y encararlo.
La sonrisa juguetona volvió a aflorar en el rostro del ojirojo, viendo a quién tenía frente suyo.
El pelaje dorado parecía brillar gracias a las luces nocturnas de la ciudad asiática, vestido con hábitos de monje y unos lentes negros que cubrían sus ojos. Una larga barba dorada caía desde su mentón hacia sus manos posadas en un bastón gris que servía como punto de apoyo, fumaba, o eso indicaba la pipa que tenía en su oreja, apagada y junto a ello, en su frente había una diadema dorada que parecía flotar. Pero eso, lejos de ser realmente sorprendente, no superaba a la cola de simio que nacía de su espalda baja y se movía juguetonamente.
—El galante Rey Mono…—habló el hombre de cabellos grisáceos, haciendo que una sonrisa naciera en el rostro de su acompañante—Sun Wukong.
El Gran Buda Luchador Victorioso. Primera Generación de Reyes Mono: Sun Wukong.
Una ligera risa salió de los labios del monstruo que alcanzó la iluminación en ese mismo lugar, en esa misma tierra, donde acompaño al monje Xuanzang en la búsqueda de los textos sagrados. Que interesante humano… Era lo que pensaba siempre que se encontraba con el ojirojo, nunca dejaba de sorprenderlo. O más bien, nunca dejaba de sorprender su crecimiento.
Llevó una de sus manos a la pipa en su oreja y la llevó a su boca, dándole una calada para posteriormente soltar el humo al aire, dejando que este se desvaneciera.
El humano frente a él nunca dejó su sonrisa, chico molesto…
—Extiéndete…
—Hwechook
¡SWOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOSH!
El aire se movió y se hizo violento, el cabello dorado del Rey Mono se movió salvajemente, aunque el mismo rey se mantuvo tranquilo en todo momento. Con su mano ligeramente alzada, apuntaba tranquilamente al pecho del ojirojo, sin embargo, el pie de este estaba a escasos centímetros de impactar contra su cabeza.
Nadie dijo nada por unos escasos segundos; o eso fue hasta que una ligera risa salió de los labios del humano—Te has vuelto más viejo, mono tonto.
—No me he hecho más viejo, Ryuto—soltó Wukong con un gruñido leve que trajo otra risa al nombrado—Tú te has hecho más fuerte.
—Hooo~ ¡Me halaga!—exclamó el ojirojo rascándose la nuca con ligera vergüenza, antes de bajar su pierna, sin apartar la mirada del rey mono—Sin embargo, usted se está haciendo más viejo~
—No tientes la suerte, muchacho.
—¿Tentar la suerte?—repitió Ryuto con una ligera risa—¿Es eso? ¿O tienes miedo de destrozar este lugar?
—¿No eras un pacifista?
—Nunca le digo que no a una buena pelea—respondió el hombre con una sonrisa aún más grande—¡Soy el más fuerte!
Wukong negó levemente. Maldito loco…por eso le agradaba.
—¿El Ogro estaría de acuerdo con eso?—preguntó divertido mientras su cola se movía en el aire, cosa que trajo una mueca por parte de Ryuto.
—Estamos 385 a 385—habló con tranquilidad, girándose mientras alzaba la mirada, la casi tormenta parecía haberse detenido—¿Qué sucedió?
Wukong le dio una calada a su pipa, antes de hablar—Buda me habló hace unos minutos. Aparentemente, dejarán de darle protección a tu familia.
—Vaya…¿es así?—murmuró Ryuto mientras entrecerraba los ojos—¿Se puede saber quién lo pidió y por qué lo hizo?
—Odín—fue la sencilla respuesta del hombre-mono, dándole una calada a su pipa—Compró a todo el concejo cuando mencionó a Izanagi-no-Okami y que este puso especial atención a tu nieto.
Ryuto hizo una mueca, no muy convencido de sus palabras—¿La verdad?
—No lo creo. Izanagi ha sido de ser más un observador, si se mete con alguien, es porque debe de hacerlo para que la continuidad siga—Wukong se rascó con el bastón la cabeza un poco—Buda me dijo que Shiva y Odín se han estado reuniendo de vez en vez, de manera muy frecuente.
—El tercer ojo de Shiva y el ojo mágico de Odín.
—Por sí solo, Odín no puede ver el futuro. Sin embargo, el tercer ojo de Shiva siempre ha sido bastante problemático por lo que puede hacer—reflexiono el rey mono con tranquilidad—Lo más probable es que Odín haya visto algo o a alguien…—giró la cabeza, sus ojos rojizos brillaron bajo sus lentes mientras Ryuto giraba la cabeza hacia la dirección en la que veía el rey mono—Y sea lo que sea que hayan encontrado allí…—alzó su bastón, señalando una edificación no muy lejos de ellos, rodeada por la neblina—Tiene que ver con todo esto.
Ryuto miró con neutralidad al edificio en cuestión; era grande, casi inmenso, hecho de mármol blanco con detalles dorados por todo el lugar. Se erguía imponente, ante todo, más eso no lo intimidaba para nada.
Procedió a caminar junto al rey mono en completo silencio; sintió que hacía más frío, pero no le importaba en lo absoluto. Quería respuestas, algo le molestaba, algo profundo.
Se sentía acechado, las sombras se movían amenazantes en la noche, buscando una presa. Mientras más fresca estuviera la carne, mejor estaría para ellos.
Las sombras danzaban sin parar, sus pasos resonaban por la edificación en cuanto pusieron un pie en ella. Un escalofrío surco desde lo más profundo de ellos, pasando por todo su cuerpo. Algo malo había, algo malo y antiguo, un caos inexplicable estaba al acecho.
Ryuto estudió con cautela el lugar; no se veía como una trampa mortal, su guía pronto estaría allí para ayudarlos y mostrarles lo que tenían que ver.
—Llegan tarde—y hablando del diablo, de entre las sombras salió un hombre de mediana edad. Bastante apuesto; cabello negro con una mata de pelo rubio al frente, ojos morados atrayentes, complexión delgada pero ligeramente musculosa, vestido con un traje que dejaba el pecho desnudo al descubierto, cosa que facilitaba ver que no era solo pura carne y hueso, sino también musculo.
—Tuvimos unos problemas, Azazel—habló Wukong mirando al hombre, quien le dio una ligera sonrisa.
Fue entonces que el trajeado giró para encarar al ojirojo, quien le miraba impasible, cosa que se compartía mutuamente.
Se quedaron mirando por unos segundos, antes de que amplias sonrisas surcaran sus rostros.
BAM
Por mucho que fuera ridículo, ambos se saludaron como si fueran amigos de toda la vida con un masculino apretón de manos.
—Jin Ryuto—habló Azazel apretando la mano del nombrado, tensando los músculos del brazo para aplicar fuerza a su apretón.
—Azazel—saludó de vuelta Ryuto, con una sonrisa similar—¿Qué hace el líder de los caídos aquí?
El Chivo Expiatorio de Dios. Gobernador de los Ángeles Caídos: Azazel.
—Soy su guía—respondió el caído, retirando su mano un poco, para después sobarla con una mueca—Viejo de mierda. Casi me rompes la mano.
Ryuto soltó una carcajada junto a Wukong, haciendo gruñir al caído—No eres quien, para decirme viejo, Azazel.
—Hmp—bufó el nombrado en respuesta mientras se sobaba la mano—Como sea. Vengan, es por aquí—habló, dándose la vuelta para empezar a caminar, siendo seguido del mono y del humano.
El ojirojo giraba la cabeza constantemente, mirando con ligera maravilla las esculturas hechas en pierda y otros materiales de diversos budas estampados en la pared. Era verdaderamente fascinante.
Pero sabía que ninguna de las cosas que estaban ante sus ojos eran la causante de que estuviera allí en primer lugar.
—¿Qué vinimos a ver?—fue la pregunta del humano, pero solo recibió silencio—…¿Qué sucede?
Azazel se detuvo un momento, inhaló y exhaló profundamente, antes de responder—Hace unos días, Wukong me contactó. Buda le había hablado de una cosa que le tenía inquieto—contó el caído con un tono serio que hizo que Ryuto adquiriera un semblante similar al que suponía que tenía Azazel—Desde hace unos años, los dioses han estado inquietos. No sé por qué, y eso me jode como no tienes idea…porque la última vez que estuvieron así, ocurrió un enorme problema que afectó a todos—se giró para ver a Ryuto con una seriedad que parecía ser mortal—Y por todos, me refiero a todos.
—…—Ryuto guardó silencio por unos segundos, antes de mirar a su acompañante que se había mantenido en silencio por esos momentos—¿Qué quería Buda que viéramos?
Wukong no habló, simplemente alzó su bastón y señaló hacía delante.
La oscuridad en ese punto era notoria, pero la visión del humano, adaptada a ambientes oscuros, pudo vislumbrar rápidamente lo que había allí.
Una estatua, eso era. Pero lejos de ser una de un buda, era más siniestra. Negra como el carbón, ojos rojos como dos rubíes brillaban levemente aun estando a oscuras.
Era sumamente detallada, al punto que era casi enfermizo el cuidado con el que fue hecha. Era como un demonio, musculoso, de poco más de dos metros. Cuatro brazos, espadas afiladas en cada una de sus manos; todo su cuerpo mostrando unas marcas rojas, como tatuajes que no dejaban libre ninguna zona de él.
Una expresión entre iracunda y emocionada adornaba su rostro, haciendo que sus colmillos se notaran. Especialmente cuatro: los caninos afilados y largos que sobresalían de los labios parecían tan afilados que parecía que, si alguien lo agarraba, se cortaría con ellos.
Era un dios, ¿o un demonio? Como sea, para ese ser, había una palabra o más bien categoría con la que se les conocía.
—Ashura…—¿qué hacía una estatua así en un lugar como el que se encontraban? No hallaba respuesta alguna, más aún cuando el detalle que presentaba era abismal comparado con la de las otras representaciones.
—Hay una leyenda que circula desde la existencia primigenia de los dioses—empezó a hablar el Rey Mono, sorprendiendo levemente al peliplata—Hace eones, antes de que siquiera lo que conocemos existiera, habitaban seres que escapaban de cualquier conocida. Los "dioses de los dioses" fueron llamados. "Celestiales" era el nombre más correcto para ellos—contó Wukong, mirando con seriedad a la estatua, le daba una jodida mala espina.
Ryuto inhalo levemente, viendo su propio aliento. ¿Cuándo bajo tanto la temperatura? Hacía un frío de mierda, totalmente insoportable—Fueron considerados una leyenda, o incluso algo más. Como sea…los dioses también son considerados leyendas, y bien que están allí…regodeándose…—fueron las palabras de Azazel, quien ahora miró pasó su mirada de lo que venían a ver hacia el humano—Sin embargo, ellos nunca dejaron de pensar en que esos entes existieron en algún punto…Especialmente cuando ciertas señales aparecieron en las diversas partes en las que se les alababa.
—¿Estás diciendo que hay más de estas…—habló, señalando a lo que estaba frente a él—…por allí?
—No solo estatuas, Ryuto—negó el caído—Diversas manifestaciones, todas hechas por humanos: pinturas, estatuas, edificaciones completas. Todas dirigidas hacia algo o peor…alguien.
—En Roma—ahora Wukong tomo la palabra—Hay una estatua de un ángel de una sola ala, la otra está destruida; o así piensan. La verdad es que fue construida así adrede. Un ángel caído, por así decirlo, un insulto a Elohim.
—En Grecia—continuó Azazel—Hay una pintura de un hombre mitad dragón, devorando los cielos. Los rayos lo atacaban, pero no dejaba de comer. Un insulto a Zeus.
—Y así hay más alrededor del globo—finalizó el Rey Mono, por alguna razón, sonaba bastante cansado.
—Todo…por-
EL HEREDERO ESCARLATA
Los tres saltaron en su lugar, sorprendidos por una voz ominosa que llegó de todo lado y de ninguno.
Giraron a todo lado, buscando el origen de ello. Hasta que la mirada de los tres cayó en la estatua frente a ellos.
Azazel movió su mano, y antorchas se prendieron al instante, alumbrando a la estatua que parecía verlos fijamente, a sus almas.
HUMANO
MONSTRUO
CAÍDO
—Debes estar jodiéndome—murmuro Azazel viendo como con cada palabra, los ojos rubíes de la estatua brillaban de manera casi espectral.
CUIDEN SUS PASOS
El pelaje de Wukong se erizó mientras gruñía, su bastón girando entre sus manos. Los habían seguido, sentía cientos de presencias alrededor de donde se encontraban—¡Ryuto!—gritó el rey mono para que el humano reaccionara, pero no podía, miraba embelesado la estatua. Sus ojos rojos también brillaban junto a los de aquel ente que les hablaba.
ÉL YA ESTÁ DESPERTANDO
Azazel desplegó sus alas, doce pares de ellas, negras como los de un cuervo. Mirando a todo lado, cubriendo los flancos, se estaban acercando, pero no sabía por dónde.
—¡RYUTO!—necesitaba que el humano reaccionara, se quiera o no, él era su único tanque capaz de resistir la mayoría de ataques.
EL HEREDERO DE NUESTRO REY
Ryuto abrió sus ojos, como si hubiera llegado a una especie de realización o iluminación horrorosa. Su cuerpo tembló, pero no tardó en reaccionar.
Tenía que largarse de allí, tenía que largarse, pero ahora. Tenía que llegar con su familia, tenía que proteger, tenía que salvar, tenía que evitar que algo horrible sucediera.
—¡JIN HOECHOOK!
A miles de kilómetro de allí, la sangre caía de un puño hacia el pulcro suelo blanco. Dos niñas temblaban detrás de una figura pequeña, pero masculina, un niño que se mantenía frente a una persona agachada.
En el suelo, un hombre de cabellos castaños temblaba de rodillas, tomándose el rostro en el área del ojo mientras sangraba profusamente. El dolor abrumaba cada uno de sus sentidos, un instinto primitivo le decía que debía largarse de allí, escapar del predador frente a él.
No podía hacer nada, salvo temblar a su merced, dolido y humillado.
Un gruñido llamó su atención y temeroso alzó la mirada, su único ojo azul miraba aterrado a la figura del niño.
Unos ojos rojos llenos de ira reemplazaron a los cálidos ojos mieles que eran antes, su sangre hervía como nunca antes. La adrenalina viajaba de manera torrencial por todo su cuerpo, una emoción que nunca antes había sentido le impulsaba.
Ahora solo quería hacer una cosa.
M̷̩̮̼̪͎̤̝͔̝̓̂̎͘͜ ̶̧̧̡͈̱͎̘̍̏̓̀̽̌̒͂A̴̲̮̳̫͓̥͔̟̺͒̿̐ ̸̛̜̇͂Ţ̴͔̩̬̗̭͉̉̆̎͛́͆͑ ̴̛͍͆̋̀͌́̂̿Ả̸̺̀ ̶̠̜̰̹̂͗̔́͠Ȓ̷̛͎̳̞̻̺̖̬̞̈́̄̐̑̓͌͠ͅ
Santa mierda, fueron dos jodidos meses para poder actualizar. No me gusta dejar mucho tiempo sin actualizar, especialmente cuando tengo las ideas pero no me pongo a hacer nada realmente productivo…
En otras noticias, tengo laptop propia y mañana salgo de mis clases. Mi primer ciclo de universidad…joder, que pasaron cuatro meses ya y mes y medio de vacaciones.
Espero eso signifique traer capítulos más seguido…espero.
En fin, lamento si el capítulo es algo…escueto, pero no doy para más. Debo ordenar algunas ideas más que irán a Impacto – Parte 2, pero déjenme decirles que será brutal a su manera.
Son casi 2:30 de la mañana, y gracias a la cafeína he podido terminar esto…espero les guste.
Ah, por cierto, quien no lo haya notado. Ryuto es el abuelo de Issei y Aria, pero eso se profundizará más adelante en profundidad.
Hasta otra, mi cama me llama.
