Capítulo 5: Estos celos

Un pitido constante no dejaba de sonar y hacer eco en la gran habitación, molestándole el sueño a más de uno.

Tsuyu abrió los ojos y miró su alrededor, estando acostada en la sala junto a sus demás compañeros de clase. Observó la espalda de Bakugou a su lado izquierdo y el perfil de Shouto a su derecha. Se preguntó dónde estaría Midoriya, puesto que él no alcanzó a acostarse junto a ella porque sus amigas ocuparon los lugares libres, arriba de ella estaba Jirou y a sus pies dormía Ochako.

Se removió un poco en el futón, quejándose por el dolor muscular que le recorrió el cuerpo. El día anterior en cuanto terminaron de arreglar el gimnasio, alguien tuvo la maravillosa idea de hacer una pijamada entre todo el grupo y arreglaron la sala común para poder realizarla, quedándose dormidos en algún punto de la noche temprana gracias al cansancio por el arduo trabajo de toda la semana.

Escuchó el gruñido de fastidio de Katsuki, quejándose de la alarma que nadie callaba, junto a los quejidos de Denki y Kirishima.

Mina se levantó molesta y buscó con la mirada el odioso aparato, encontrándose con los ojos ojerosos e inyectados de sangre de su sensei. Tragó saliva y bajó la mirada apenada.

—Ya es de día, no sean flojos y levántense —proclamó con voz ronca, pareciendo también apenas haber despertado, aunque nunca se sabía con él, siempre tenía la misma apariencia.

La gran mayoría se quejó tanto por el fastidio de tener que volver a su rutina, como por el dolor que los aquejaba. En definitiva, esa semana había sido peor que una sesión de entrenamiento intensivo.

Mientras Satou se levantaba y comía un chocolate para recuperar energías e ir a cocinar el desayuno, sus compañeros luchaban contra sus futones en una batalla intensa de ver quien ganaba, aunque preferían que su cómodo lugar de descanso resultara el ganador, le temian maas a las represalias por parte de Aizawa de no levantarse en ese instante, que al dolor mismo.

La peliverde se frotó los ojos con pereza al ponerse de pie, siguiendo a sus amigas a los elevadores para poder asearse en sus propias habitaciones, viendo de reojo que tanto Todoroki como Bakugou observaban sus piernas desnudas, ya que usaba un pantalón corto verde de pijama junto a una blusa de tirantes a juego. Se sonrojó y apresuró a entrar junto a las demás en el estrecho cubículo.

—Pervertidos —susurró sin pensar, o mejor dicho, pensó en voz alta, como siempre.

—¿Mm? —Momo la miró curiosa —. ¿Dijiste algo, Tsuyu-chan?

—Dijo "pervertidos" —Jirou rodó los ojos.

—Oh, ¿hablas de Denki y Mineta? —Ashido ladeó la cabeza curiosa —. Esos idiotas no saben ser discretos.

—Y que lo digas. Por muchos ojos picados con los conectores de Jirou-chan o los lengüetazos de Tsuyu-chan dejan de ser pervertidos. ¿Cuándo aprenderán? —Ochako asintió ante las palabras de Hagakure.

—Aunque es un alivio que a ti no te puedan ver, Touru-chan —y ante las palabras de Asui, la ropa flotante se dio la vuelta hacia una esquina y un aura de depresión la rodeó.

—Si… que bueno —las demás se reunieron a su alrededor para darle ánimos y diciendo que "nadie tiene que verte para saber que eres bonita, además, esos tipos son asquerosos", logrando un efecto de montaña rusa en que la chica se alegraba por esas palabras de apoyo, pero aun así se entristecía, como las subidas y bajadas de ese tipo de atracción.

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El desayuno pasó sin problemas, la mayoría elogiando la habilidad culinaria de Satou por sus deliciosos manjares, como era costumbre.

Al acabar, todos se dedicaron a hacer sus respectivas tareas del hogar, como limpiar y acomodar la sala, la cocina y el comedor, algunos fueron a arreglar sus cuartos y, cuando acabaron, simplemente se pusieron a disfrutar un rato de ocio, de esos que pocas veces llegaban a tener incluso en fines de semana entre tantas tareas académicas como sus entrenamientos de héroe.

Alrededor de las cinco de la tarde, en el momento que Ojiro y Aoyama se disponían a preparar la cena, el cielo se nubló repentinamente, acompañado de un fuerte estruendo y luz que iluminó a toda la academia, anunciaban la venida de una posible tormenta.

—Oh, genial. Lo que faltaba —susurró el chico explosivo con molestia.

—Vamos, hombre. Es solo lluvia —Kirishima le sonrió, palmeando su espalda con algo de fuerza, moviéndolo varias veces por el impulso.

Bakugou solo chasqueó la lengua. Le desagradaban los días lluviosos por varios motivos: el primero, era que se mojaba y sus palmas difícilmente producían explosiones; y segundo, el ambiente fresco que acompañaba a la lluvia, odiaba el frio casi por la misma primera razón, pero más que nada porque no lo soportaba.

Miró en dirección a las chicas cuando escuchó una exclamación de sorpresa por parte de estas, arqueando la ceja al ver que observaban uno de los ascensores que iba directo a las habitaciones de la chica.

—Tsuyu-chan es rápida.

—Bueno, es normal, ¿no? Si llueve, ella estará afuera para recibir las primeras gotas —Momo sonrió a Uraraka—. No me sorprendería que hubiese ido por sus botas e impermeable para la lluvia.

—Por supuesto que fue por ellos —Kyouka se asomó por el ventanal—. Y más vale que baje rápido si de verdad quiere mojarse en cuanto empiece.

Volvió a chasquear la lengua, sentándose en una de las sillas del comedor y se cruzó de brazos. No comprendía el afán de la rana por la lluvia, te mojaba, te dejaba con la ropa pegada al cuerpo de una manera incomoda y si te descuidabas, podrías quedar postrado en cama con fiebre y un odioso resfriado.

Por eso prefería los días soleados, y aunque también llegaba a molestarle el bochornoso sudor que le pegaba la ropa al cuerpo, al menos podía quitarse cualquier estrés explotando cosas gracias a este.

—¿Uh? ¿Vas a salir tú también, Todoroki-kun? —parpadeó curioso y miró hacia el chico de doble quirk, sufriendo un espasmo en el parpado izquierdo cuando lo vio poniéndose un impermeable amarillo que había sacado del armario junto a unas botas del mismo material y color.

—Si —fue todo lo que respondió.

—Kero —el timbre del elevador anunció la llegada de Tsuyu al piso principal y su característica muletilla, notándose que estaba emocionada usando su impermeable verde con temática de rana, haciéndola ver más tierna a ojos de muchos.

—¡Ternura! —gritó Kirishima, quien de inmediato la atrapó en uno de sus abrazos de oso, restregando su mejilla contra el ojo de la rana de su gorro.

—Kirishima-chan —susurró algo avergonzada al tener la atención de todos sobre ella por el gesto de su amigo.

De pronto, el pelirrojo se alejó de ella al sentir un aura asesina asechándolo desde dos puntos destinos, uno lo reconocía como Bakugou, quien parecía querer asesinarlo con la mirada, pero no supo distinguir de donde provenía el otro.

—Ejem —carraspeó algo incómodo—. Te ves muy tierna, Tsuyu-chan. Que disfrutes de la lluvia.

—Gracias, Kirishima-chan —le sonrió y trotó hasta la puerta, mirando curiosa a Shouto—. ¿Saldrás también, Todoroki-chan?

—Te acompaño, Asui.

—De acuerdo, pero dime Tsuyu-chan. Kero —salieron ante la atenta mirada de Midoriya, quien pasaba sus ojos entre la pareja y Katsuki, pareciendo que este último estaba a punto de arrancar el respaldo de su silla.

Bakugou esperaba que ese imbécil resbalara en un escalón justo fuera del edificio y se partiera la cabeza, así podría ser llevado a la enfermería y se mantendría alejado de la rana. Salió de sus pensamientos casi homicidas cuando una mano pesada se posó sobre su hombro.

Levantando la vista de la puerta cerrándose, se encontró con los puntiagudos ojos de Kirishima, mirándolo con curiosa preocupación.

—¿Estás bien, bro? —suspiró al recibir un gruñido como respuesta y se sentó en la silla a su lado—. Lo digo más que nada, porque hace menos de cinco minutos parecías lanzarme dagas por los ojos e hiciste lo mismo mirando a Todoroki.

—Cállate, idiota —se cruzó de brazos y rechinó los dientes, acomodándose mejor en su asiento.

—Mira, sabes que puedes contarme lo que sea, ¿no? Para eso están los amigos Si algo te molesta, allí estaré para escucharte, por muy sencillo o difícil que sea —le sonrió, apretando el agarre que aún mantenía sobre su hombro.

El rubio no dijo nada, pero asintió ante las palabras del chico. De alguna forma, quería contarle sobre su relación poliamorosa con Asui, pero le había dado su palabra de no decirle nada a nadie y él no era de los que rompían una promesa, así que tuvo que tragarse sus celos y respirar profundo, sacando el aire lentamente para calmarse.

Izuku sonrió al ver que el aura asesina de Katsuki había casi desaparecido, volviendo su vista hacia la ventana por la que podían divisarse a Tsuyu y Shouto saltando los charcos que habían comenzado a formarse por la lluvia que empezó a caer unos minutos antes.

La chica dio un salto en un charco que terminó empapando a su acompañante y lo miró con su típica pose encorvada y el dedo en mentón, pareciendo preguntarle si estaba molesto por haber hecho eso; en cambio, el joven le mostró una pequeña sonrisa y, en un acto bastante alejado a su personalidad, saltó en el mismo charco que estaba ella, mojándola de paso. Tsuyu sonrió contenta, pareciendo una niña pequeña al seguir saltando mientras era seguida por Todoroki.

—Deku-kun, ¿estás bien? —viró hacia Uraraka, quien lo miraba con curiosidad.

—Si. ¿Por qué peguntas? —le sonrió.

—Es que… estás algo sonrojado. ¿Te sientes bien? ¿Tienes fiebre?

—¿Eh? —miró su reflejo en el espejo de adorno que tenían en la sala, notando sus mejillas y las puntas de sus orejas sonrojadas. Y debido a tal descubrimiento, el color rojo cubrió su rostro por completo.

No entendía que pasaba, no es como si Ochako se hubiese acercado demasiado a hablarle o decirle algún halago para que sucediera eso, como era costumbre.

—¡E-estoy bien! —agitó los brazos y se cubrió la cara, dejando solo sus ojos a la vista.

—¿Estás seguro? Podría llamar a la enfermería y saber si está Recovery Girl allí para que te revise —parpadeó preocupada.

—E-estoy bien, Uraraka-san. E-en serio —la miró avergonzado.

—De… acuerdo. Si tú lo dices —se encogió de hombros, volviendo con los demás para ver la televisión.

Volvió a mirarse al espejo, preguntándose qué es lo que pasaba y el por qué reaccionaba de esa forma.

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Llegó el día lunes sin contratiempos, y con él, las clases aburridamente rutinarias.

Denki soltó un gruñido exasperado al sentarse en su lugar en el salón de clases, quería seguir durmiendo en su cómoda cama en vez de estar esa mañana para que le metieran información innecesaria en la cabeza, porque, ¿a quién le podría servir en el futuro aprender sobre un hombre que pintó a una mujer sonriendo? Claro, el tal Leonardo DiCaprio (¿ese era su apellido?) pudo crear cosas innovadoras incluso para la época en la que vivió, pero sus pinturas no eran de su interés.

Aunque debía admitir que tener su primera clase con Midnight-sensei no era específicamente algo que le molestase, si lo era cuando hablaba de arte.

La clase avanzó entre bostezos y palabras emocionadas de la maestra, luego siguió matemáticas. Cementoss podía jurar que el salón tuvo cierto a humo al ponerle un examen sorpresa a sus alumnos.

Con Aizawa fue lo rutinario, les puso unos ejercicios y se metió en su bolsa de dormir, pero antes de que se acostara, pareció recordar algo, porque se levantó apresurado y llamó a Asui para que lo acompañase fuera del aula.

Antes de salir, dejó como encargado a Iida y salieron en dirección a lo desconocido, al menos para los que se quedaron dentro del salón.

Minutos después, el maestro regresó pero sin su acompañante, confundiendo a más de uno.

Las chicas se miraron la una a la otra preocupadas, pensando que Tsuyu se había llegado a meter en problemas por alguna u otra razón, devanándose los sesos pensando en una explicación posible, porque ella era menos capaz de meterse en problemas que cualquiera de la clase.

Tanto Todoroki, como Izuku y Katsuki, miraban la puerta esperando a que la chica entrase croando y se sentara en su asiento, pero mientras los minutos pasaban y ella no volvía, la confusión se instalaba en sus cerebros junto a una ligera preocupación, pero ninguno se atrevió a cuestionar su paradero al sensei.

Sonó la campana anunciando el receso y todos se levantaron con alivio, saliendo para dirigirse a la cafetería de la escuela, siendo la hora del almuerzo.

—Qué raro que Tsuyu-chan no volviese. ¿Crees que pasó algo? —Mina miró a las demás.

—Lo dudo. Estamos hablando de Tsuyu-chan, puede que diga en voz alta lo que piensa, pero tampoco es como si pudiera meterse en problemas por eso, ¿o sí?

—Justamente por eso ha llegado a meterse en problemas, Jirou-chan —a todas les bajó una gotita de sudor por la sien ante las palabras de Momo—. La gente que no la conoce puede ofenderse por lo que llega a decir aun si lo hace sin malicia.

—Oigan, allá está ella —miraron hacia donde apuntó Hagakure con los palillos de su bentou, alcanzándose a ver que la chica peliverde entraba a la cafetería acompañada de alguien a quien no lograron identificar.

—¿Mm? ¿Iba con alguien? —se encogieron de hombros.

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Midoriya estaba tenso, demasiado tenso que hasta sus compañeros de mesa le preguntaban si le ocurría algo, excepto por una persona a su lado derecho, quien estaba igual o más tenso que él, aunque claro, por su siempre actitud inexpresiva nadie se daba cuenta.

Solo él pudo saberlo porque, además de sentir que la temperatura a su costado había aumentado de un momento para otro unos cuantos grados, la imagen que se desarrollaba a unas mesas más adelante era más que suficiente para entender del porque ocurría eso.

Si agudizaba el oído, podía escuchar el rechinido de dientes que hacia Bakugou al apretarlos con fuerza, suponiendo que miraba al mismo punto desde la mesa a su espalda.

Asui Tsuyu, la novia de los tres (eso sigue sonando raro para Deku), compartía mesa con Shinsou Hitoshi, el chico de la clase 1-C del departamento de estudios generales de la academia, que además demostró ser alguien de temer gracias a su quirk de lavado de cerebro, capaz de controlar a las personas con el simple hecho de que respondieran a algo dicho por él, tal como lo vivió Izuku en carne propia durante el Festival Deportivo.

El peliverde no estaba en ese estado por el hecho de que Asui estuviera junto al pelimorado, no le veía nada de malo por muchas dudas que le generase el verlos juntos, estaba así, más que nada, por sus dos compañeros que transmitían un aura para nada feliz.

Desde que entraron a la cafetería, había notado que las chicas cuchicheaban entre ellas observando una mesa en específico, pero no le tomó mayor importancia sino hasta que se sentó y escuchó a Uraraka mencionar algo sobre tener una gran curiosidad por ver a ambos adolescentes juntos, y cuando por fin miró en esa dirección y ver a los dos tan juntos, se preocupó por la reacción que tendrían Todoroki y Bakugou, mucho más por la de este último, que podría explotar la cafetería en un arranque de ira.

Y no era para menos, el calor que comenzaba a emanar Shouto solo hacía que su sudor nervioso aumentara. Les dijo a sus amigos que se encontraba bien a pesar del pequeño pánico que empezaba a recorrerle la espalda con un escalofrió.

—¡Mi ramen! —gritó Mineta en el instante que se pudo apreciar como Tsuyu le sonreía a su acompañante, acercándose un poco a él para escuchar algo que este le dijo, distrayendo a los demás.

Miraron hacia al chico de baja estatura, encontrando que su comida estaba completamente congelada. Parpadearon confundidos y observaron con duda a Todoroki, quien tenía su mano derecha, echa un puño, tocando casualmente el plato hondo, dado que Mineta estaba justamente a su diestra comiendo felizmente, al menos hasta que el joven congelara accidentalmente el ramen.

—Lo siento —estiró su mano izquierda dispuesto a descongelar el platillo, pero de reojo visualizó que su novia se retiraba junto a Shinsou y este le abría la puerta de la cafetería cortésmente para que pasara primero.

—¡Mi ramen! —volvió a gritar el chico uva, mientras su preciada comida no solo se descongelaba, sino que ahora se incendiaba indiscriminadamente.

Shouto se quedó quieto sin saber qué hacer, completamente atónito ante sus acciones inconscientes, hasta que un estudiante mayor del curso de apoyo utilizó uno de sus aparatos para apagar el fuego con espuma para incendios.

Los profesores cuestionaron que pasó, siendo Izuku quien intervino declarando que había sido un accidente porque Todoroki estaba probando sus poderes. Regañaron al de doble quirk, pidiéndole que por favor no volviese a intentar algo parecido.

Mineta se lamentaba en una esquina por su fallido intento de comer su ramen, tanto que el causante de tal lio, o séase, Todoroki, fue y le compró otro como disculpa.

Después del incidente, regresaron a sus clases en cuanto sonó la campana, pero no hubo rastro de la chica rana, molestando aún más a Bakugou e incomodando a Shouto, Midoriya solo podía observarlos esperando a que nada malo ocurriese más adelante.

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En cuanto entraron al dormitorio y vieron a la peliverde sentada en el sofá, los chicos no pudieron hacer más que ver como las muchachas se la llevaban al cuarto de alguna de ellas para investigar porque estaba junto a Hitoshi.

Por lo que tuvieron que esperar a que pasara la cena y llegara la hora de dormir para escabullirse hasta la habitación de la joven, Deku como el mediador entre los dos chicos visiblemente molestos y celosos.

El peliverde golpeó la puerta dos veces, esperó alrededor de un segundo y medio, y toco otras tres veces, sonriéndole nerviosamente a la chica cuando le abrió, mirándolos curiosa. Era un clave que el sucesor de All Might había inventado para poder anunciar que eran ellos y no alguno de sus otros compañeros, aunque fuesen los únicos que iban a visitarla a esas horas con ella.

—Creí que hoy no vendrían-gero —puso su dedo sobre su labio, teniendo la punta de la lengua afuera.

—Tenemos que hablar, rana —dijo el rubio con brusquedad.

—Oh, adelante —se hizo a un lado, secándose el agua excedente de las puntas de su cabello con una toalla blanca, notándose que acababa de darse un baño.

Cuando estuvieron todos dentro, cerró la puerta y se sentó en su cama, ladeando la cabeza.

—Entonces…

—¿Qué hacías con ese idiota lava cerebros?

—No sé de quién me hablas, Bakugou-chan.

—No te hagas la tonta, idiota.

—No me digas idiota, y no me estoy haciendo la tonta.

—Bakugo se refiere a Shinsou-kun, Tsuyu-chan —intervino el moderador, escuchando pequeños estallidos desde las manos del rubio.

—¡No hables por mí, estúpido Deku!

—Ahora que sé a que se refiere Bakugou-chan, no comprendo porque quieres saberlo —dejó la toalla a un lado, tomando el cepillo para cepillar nuevamente su cabello.

—Porque estabas con él… —Todoroki comenzó a pensar lógicamente después de esas palabras, a pesar de todo, Asui era libre de hacer lo que le viniera en gana, por mucho que le molestase a él o a los otros dos.

—¿Y?

—Pues… —bajó la mirada apenada, tal vez querer reclamarle algo era una idiotez, pero no sabía cómo sentirse realmente con su molestia y celos, era la primera vez que se sentía así hacia alguien.

—¿Te lavó el cerebro acaso?

—No, no lo hizo —frunció levemente el ceño, mirando hacia Katsuki.

—Entonces, ¿qué hacías con él?

—No puedo decirles.

—Es curiosidad, Tsuyu-chan —intentó persuadirla.

—Lo siento, Midoriya-chan, pero Aizawa-sensei me pidió que no le contase a nadie sobre Shinsou-chan —la ceja rubia se crispó al oír el sufijo.

—¿Por qué?

—Porque no-gero.

—No te vuelvas a acercar a él —el chico explosivo se cruzó de brazos, sacando un poco el labio inferior en un ligero puchero.

—Es imposible.

—¿¡Por qué!?

—Porque Aizawa-sensei me pidió que lo acompañase algunos días. No puedo decirles por qué. —se levantó tan tranquila como siempre y entró al baño para secarse el cabello con la secadora de pelo, dando fin a la conversación por su parte.

—Déjalo, Bakugou. No nos dirá nada. Además, no hay razón para estar molestos.

—Ah, ¿no? —lo miró molesto—. ¿Por qué no, mitad-mitad? ¿Tú no lo estás?

—Todoroki tiene razón, Bakugou —se tensó cuando recibió la mirada rabiosa del rubio—. Tsuyu-chan no tiene por qué darnos explicaciones de lo que haga. Además… es una tarea que le dio Aizawa-sensei. Y si él le dijo que no comentara nada, ella obedecerá —jugó con el dobladillo de su camisa.

Puso los ojos en blanco con fastidio, pero ya no dijo nada más, aceptando a regañadientes lo dicho por ambos. Esperaron en un silencio incomodo a que la joven se les uniese para ir a dormir, habiéndose convertido en una costumbre que lo hicieran, además que ella no se quejaba, puesto que el calor que transmitían Bakugou y Todoroki era demasiado relajante para ella, a pesar de estar en pleno verano, aunque había veces en las que Izuku dormía en el suelo, más por órdenes del chico explosivo que porque él realmente quisiera.

Cuando salió del baño, apagó las luces y se acostó justo en el medio de la cama, con Shouto a su lado derecho pegado a la pared, Katsuki en el izquierdo de costado para evitar caer por la orilla y Midoriya, con completo nerviosismo, se acostó sobre ella, poniendo la cabeza encima de su estómago.

—¿Se-segura que no te molesto así, Tsuyu-chan? —se sonrojó al sentir sus grandes manos acariciando su cuero cabelludo. No era la primera vez que se acostaba así, pero eso no quitaba el hecho de que se sentía avergonzado.

—No me moletas, kero. Me recuerdas a mis hermanos pequeños, Midoriya-chan —sonrió, mientras los otros dos miraban con envidia al peliverde.

—Si peso mucho, di-dime y me quitaré de i-inmediato.

—Está bien. Buenas noches-gero.

—Buenas noches, Asui —cerró sus ojos bicolores, abrazando sus hombros con el brazo derecho, manteniendo su poder inactivo para evitar molestarla.

—Sí, sí. A dormir, rana —gruñó mientras ponía el brazo por debajo de sus pechos, sin llegar a tocarlos por vergüenza propia.

—Buenas noches, Tsuyu-chan —susurró ya adormilado por los mimos que le proporcionaba Asui.

Y en unos minutos, todos se quedaron dormidos, ya acostumbrados a dormirse alrededor de las 22:00 p.m. gracias a las exigencias de Bakugou de no querer dormirse tarde.


N/A: Hola, hola, criaturas del señor! Aquí les dejo un nuevo capítulo (si, por fin). No me complace del todo como quedó al final, no solo por lo corto que quedó, y puede que a futuro sufra algunos cambios, pero espero que aun así les gustase n.n

Esto esperaba a ser un regalo de navidad, pero al final no se pudo por varias cuestiones, entre ellas mi flojera, escuela, dolencia en mi muñeca derecha, ya saben, lo común. Una vez más, perdón por la tardanza y que pasen bien sus fiestas, aun queda año nuevo, así que, Feliz año nuevo! Por un año más de paciencia a mi tardanza! (no se crean XD)

Nos vemos a la próxima, que espero sea pronto. Cuídense y mis mejores deseos, los quiere, TsukiShiro22!