Ondas en el agua
Capítulo 7. Mecanismo de defensa
Nota del autor: Después del segundo capítulo de la cuarta temporada, mucho me temo que terminaré fuera del canon... ^^U Como sigo pensando que entre Jubal e Isabel se está fraguando algo (o se fraguó en la segunda y tercera temporadas), aquí dejo un nuevo "momento perdido", inspirado por el final de S02E11 "Fallout". Hacia el final del capítulo, en la escena en la que Isobel comunica en el JOC las buenas noticias sobre Kristen, intercambia con Jubal ciertos gestos que parecen venir de alguna conversación que no se ha visto en pantalla. Con este relato intento cubrir ese vacío. Al final pongo mi versión de "realidad aumentada" de la escena en el JOC, para darle más dimensión. Cronológicamente, este relato va después de "Entre líneas 01. Compromiso, coraje y bellezas", y antes de "Entre líneas 02. Protector".
=Durante FBI S02E11 "Fallout"=
La cafetería más cercana al 26 Fed estaba concurrida, pero aún no era hora punta.
Jubal había bajado temprano, antes de que llegara el mogollón de gente del almuerzo, para pillar un café y algo rápido de comer. No tenía hambre, pero notaba que necesitaba alimentarse: no había desayunado esa mañana. Estaba tan preocupado por Kristen que el estómago no le había admitido ni un poco de café antes de salir de casa.
Había sido herida en acto de servicio. Un psicópata le había asestado una puñalada en el cuello que debería haberla dejado en el sitio. Por algo que Jubal sólo podría llamar un milagro del Cielo, había llegado viva al hospital. Ahora mismo seguía allí, luchando por su vida. Su arteria carótida había resultado dañada. Ayer noche habían tenido que llevarla a cirugía por segunda vez, y aún no se sabía si saldría de ésta.
Todo el mundo estaba afligido y tenso en el JOC. Jubal francamente apenas sabía qué hacer consigo mismo, así que se había zambullido en el nuevo caso. Anoche se quedó hasta tarde trabajando y aquella mañana, antes de la seis, ya estaba entrando por la puerta.
Cuando ya salía con su pedido, avistó a Isobel, sentada sola en una mesa cerca del ventanal, su silueta perfilada con contrastes por la claridad de la mañana. A Jubal no se le pasó por alto lo rápidamente que la había visto, una vez entró en su campo de visión; casi más que si la hubiera estado buscando. Le resultó... curioso, pero decidió mejor no pensar mucho en ello.
Se acercó, saludando.
—Hola.
Ella alzó la cara y Jubal alcanzó a ver en sus ojos una inusual vulnerabilidad. Parecía que la había cogido un poco por sorpresa, pero duró sólo un brevísimo instante, antes de que Isobel adoptara su habitual porte profesional. Aun así, le produjo cierta alarma, porque era ella quien se había quedado al cargo de la interlocución con el hospital.
—Ah, Jubal. Hola.
—¿Alguna... —comenzó él, y tragó saliva— mala noticia?
—No, no —lo tranquilizó—. Es sólo... esta interminable espera.
La había pillado justo cuando se estaba poniendo en lo peor, pero a Isobel no le pareció correcto trasladarle a él su pesadumbre. Ya se lo veía suficientemente angustiado.
Él volvió a respirar. Hizo un gesto hacia la silla que Isobel tenía a su lado. Ella le hizo enseguida un ademán invitándolo a sentarse, que Jubal aceptó. Observó que Isobel tenía un aspecto bastante cansado.
—¿Qué se sabe?
—Ha salido de quirófano a las 3 y cuarto de la mañana —dijo Isobel. Jubal chasqueó una goma elástica contra la palma de su mano derecha. *Chac*—, pero sigue en la UCI. Los médicos han sido preocupantemente conservadores con su pronóstico. Han dicho que la operación tuvo alguna complicación y que aún no está fuera de peligro... Al menos su familia ya está en el hospital. Llegaron al poco de que Kristen entrara en la UCI.
Jubal negó con la cabeza, agobiado. *Chac*. No había mucho más que pudieran hacer salvo esperar.
—Sigamos teniendo pensamientos positivos. —Suspiró. *Chac*—. ¿Quieres que informe al equipo?
—No —dijo ella con desaliento—. No quiero añadir más ansiedad a la situación. Para no poder dar casi información prefiero esperar...
Jubal le dio la razón mientras se fijaba en que a Isobel se le cerraban solos los ojos.
—¿Has podido dormir algo acaso?
Debía haberse pasado toda la noche en el hospital.
—Unas tres horas —respondió ella somnolienta.
Tres horas acostada. En realidad no había logrado dormir mucho de ese tiempo.
—¿Y qué haces aquí? Vete a casa y descansa esta mañana.
El tono grave de Jubal y la preocupación en sus ojos la conmovieron. Más de lo que quiso admitir. Tomando aire, sacudió levemente la cabeza, para despejarse.
—¿Ahora que me está haciendo efecto el café? —bromeó.
Dio un largo sorbo a su vaso. Él hizo un gesto poco convencido de concesión y bebió del suyo. *Chac*. Isobel notó que por un rato había dejado de hacerlo y que ahora había vuelto otra vez. Jubal miró el interior de la bolsa papel de su almuerzo, valorando si comer o no. Tardó unos segundos en decidirse. Sacó el sandwich, lo cogió con una sola mano y lo mordió sin apetito. Mientras, Isobel se fijó en él. Su rostro no tenía buen color y tenía evidentes marcas oscuras bajo los ojos. No parecía haber dormido mucho tampoco. Se obligaba a comer a grandes pero desganados bocados.
—¿Todo bien?
—Sí, claro —respondió Jubal de manera automática.
Hizo una pausa para beber un sorbo de su café. *Chac*. Y siguió comiendo.
Isobel lo escrutó durante un rato. Su instinto le decía otra cosa.
—¿Seguro? —preguntó, buscando sus ojos, pero éstos la esquivaron.
No estaba seguro de querer contarle a Isobel aquella inseguridad. Temía darle pie a que cuestionara su toma de decisiones. *Chac*. Pero, recientemente, ella había confiado en él... Se hizo una larga pausa mientras Jubal terminaba su almuerzo y hasta que contestó. Para Isobel fue como si se hubiera pensado seriamente callarse.
—No es nada. —Usó una servilleta y bebió—. Sólo- —hizo una leve mueca— Sólo que tengo la sensación de que me precipité al poner a Kristen en campo.
*Chac*. A pesar de haberlo dicho con aire casual parecía atormentado por aquella idea.
—Llevaba semanas en campo ya —apuntó Isobel.
—Sí, pero es tan joven... —*Chac*—. Y antes era analista. No tiene experiencia previa en la policía ni nada parecido.
—Estaba preparada —argumentó ella—. Y la decisión la tomamos los dos. Si fue un error, ha sido de ambos.
La miró consternado.
—Fui yo quien te lo propuso.
*Chac*. La estaba poniendo nerviosa...
—¿Qué es esto? ¿Una competición? —replicó, sarcástica; la falta de sueño la volvía algo impaciente.
Bien visto, pensó Jubal con humor.
Un leve tic en la comisura de la boca de él le reveló a Isobel que aquello le había hecho gracia. El hecho de sentir que tanto el gesto como la reacción le habían agradado, la alteró un poco más.
—No, pero... Acababas de tomar posesión de tu puesto —Se explicó él. *Chac*—. Apenas la conoc-.
—¿Puedes parar? —lo interrumpió Isobel secamente, haciendo un ademán hacia las manos de Jubal.
Él se miró, como sorprendido de descubrirse haciendo aquello inconscientemente.
—Perdón —murmuró y se puso la gomilla en la muñeca.
—¿De qué va esto? —preguntó ella apenas controlando su irritación.
—Nada, un mecanismo de defensa que aprendí en AA.
Isobel alzó las cejas, aunque no sorprendida. Por supuesto, como su responsable directa, habría leído su expediente; conocería sus problemas con el alcohol seguramente hasta mejor que él. Entonces Jubal se dio cuenta de lo que estaba pensando.
—No te preocupes. No voy a tener una recaída —aclaró sin ofenderse—. Al principio sí lo usaba para distraerme de la tentación de beber, pero hace ya años que es solamente para liberar estrés de manera controlada. Ayuda a no llegar a estar en ese punto. —Ella no contestó y eso lo puso algo nervioso—. ¿Entiendes?
Isobel se estaba sintiendo arrepentida de haber perdido la paciencia y haber pensado mal de él. Jubal simplemente se consideraba responsable de la joven agente y estaba muy preocupado.
—Sí, entiendo... Kristen se pondrá bien —intentó tranquilizarlo.
La expresión comprensiva de Isobel logró hacer sentirse a Jubal un poco mejor. Hizo un gesto afirmativo con la cabeza.
—Tienes razón. Si Kristen se recupera, descuida, me desharé de la goma —prometió.
—Cuando Kristen se recupere —puntualizó ella mirándolo fijamente a los ojos.
Él se quedó inesperadamente atrapado en aquella mirada.
—Sí. Cuando se recupere —admitió Jubal.
Y se preguntó por qué el corazón le estaría latiendo tan fuerte.
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—Atended todos —llegó diciendo Isobel al entrar en el JOC, algunas horas más tarde—, un anuncio rápido.
Jubal se giró bruscamente sobre sí mismo y el resto del equipo lo dejó todo para escucharla.
—Acabo de hablar con los médicos de Kristen —continuó Isobel—. Ha salido de la operación, está estable y encaminada a recuperarse por completo—concluyó con una sonrisa.
Mientras la sala entera rompía en aplausos, Jubal logró gestionar su enorme alivio dejando escapar una sonora exhalación y pasándose la mano por la nuca.
—Muy bien —dijo alzando las manos—. No lo gafemos. Guardemos los aplausos para cuando Kristen regrese y entre por esa puerta, ¿de acuerdo?
La gente volvió a sus tareas mucho más animada que antes.
Jubal miró a Isobel alzando las cejas, exultante. Ella, sonriente, le hizo un gesto significativo y lleno de complicidad con la cabeza, recordándole su promesa. Jubal no hizo caso de cómo le aumentaron las pulsaciones; tomó aire y asintió. Una promesa era una promesa. Resopló, quitándose la goma de la muñeca. Y, haciéndola chasquear, la tiró con soltura a la papelera más cercana. *Chac*.
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Nota del autor: Estoy intentando que lo que escribo guarde una progresión en el tiempo a nivel emocional de los personajes y de la evolución de la relación entre ellos. De modo que, si se leyera en orden cronológico, debería seguir siendo coherente. Al estar escribiendo de manera salteada, no resulta fácil. Así que, si hay algo que no cuadre, agradecería el aviso.
