Saben, la vida de un demonio recién reencarnado era mucho más difícil de lo que parecía. O al menos así era como se sentía Hyoudou Issei por la situación en la que se encontraba, y quizás algunos demonios reencarnados como el podrían simpatizar con su singular mala suerte.
- ¡Issei-san! - Resonó el grito de una joven de cabello rubio con ropajes y hábito de monja, quién era sujetada por un hombre alto de cabello rojo en sus veinte años con ropas negras de sacerdote que fumaba con un rostro aburrido.
- ¡Mierda ... ! - Gruñó el castaño sosteniendo su costado que le quemaba, producto de un disparo de la pistola de luz que uno de los exorcistas le había dado amablemente.
La luz siendo un veneno para los demonios, el dolor que sentía Issei era inimaginable y fue solamente la fuerza de voluntad junto a diversos tormentos que había sufrido con anterior el mantenerse consciente contra el abundante dolor y seguir luchando para mantenerse con vida hasta poder escapar o bien, que sus compañeros demonios lo rescatarán de esta horrible situación.
El hombre pelirrojo dejó salir una bocanada de humo de su boca antes de hablarle a la cuarta persona en la habitación.
- Acaba con el de una buena vez, Freed. Ya hemos perdido mucho tiempo con un demonio de clase baja, nos están esperando. - Demando el sacerdote en un tono neutral. - O sino seré yo el que los quemé a ambos. -
- ¡Como digas, jefecito! ¡Pero luego te cortaré a ti! ¡Hahahaha! - Exclamo el joven de cabello blanco y rostro maniático con una espada de luz para atacar a Issei y dar por terminada su triste corta vida como demonio.
Pero antes de continuar, lo más apropiado sería explicar como se llegó a esta situación tan particular. Así que retrocedamos un poco en el tiempo y expliquemos como Hyoudou Issei acabo en el peor momento y en el peor lugar ... De nuevo.
...
Hyoudou Issei, un chico mundano, de una ciudad mundana, viviendo una vida mundana. Un joven de diecisiete años que vivía con aburrimiento, desinterés e incluso desamparo la vida.
Issei no parecía demostrar mucho interés en su futuro, no tenia metas o algún sueño en particular. Parecía vivir la vida sin un rumbo fijo, como iba caminando iba viendo.
El parecía apreciar mucho la tranquilidad, aunque sus "amigos", a falta de mejores palabras lo ponían en aprietos con toda la academia, especialmente con las chicas.
Matsuda y Motohama eran dos pervertidos de la academia Kuoh que les encantaba espiar a las chicas, ellos seguían con gran fidelidad el camino de la carne ... A pesar de que nunca han tenido novia, y lo más cerca que han estado a pasar el "umbral" y en verdad probar los placeres de la carne a sido espiando a las estudiantes que se cambiaban en los vestuarios.
Issei aún se preguntaba como no los habían expulsado aún, aquello era un misterio para él, como para también a la mayoría, por no decir todos, del cuerpo estudiantil considerando lo estricta y severa que era la presidenta del consejo estudiantil con las reglas.
Pero bueno, como el castaño tenia la mala fortuna de estar cerca de las travesuras del dúo de pervertidos, algunas veces terminaba involucrado en esos incidentes y terminaba siendo usado como chivo expiatorio por Matsuda y Motohama, lo cual resultaba con Issei siendo golpeado por los shinai del club de kendo.
Aunque no todo era malo, su amiga más cercana era Kiryuu Aika, alguien muy excéntrica e igual de pervertida que el dúo pervertido de la academia, pero seguía siendo alguien confiable dentro de lo que cabe ...
- ¡Oh! ¡Issei, haz crecido allí abajo! - Exclamó Aika en medio de la clase, sus gafas brillaron de manera ominosa.
Todo el mundo dentro del salón se puso tenso mientras sus mejillas se volvían rojas, las mujeres le mandaron miradas de reproche a la joven de cabello castaño y ojos amarillos mientras que los hombres trataban de cubrir sus partes y alejarse de lo más posible de la "Erótica Chica de Lentes".
Pero el que más quería alejarse de ella era el propio Issei, debido al comentario tan crudo de Aika no pudo evitar sonrojarse furiosamente por la situación.
- 'Oh, tierra, por favor tragarme.' - Pensó el joven que estaba recibiendo el "abuso sexual" de la chica a su lado. - ¡Aika! Deja de decir esas cosas, ¡Y mucho menos en público! - Le regañó.
Aika se rio con ganas. - Oh, ya veo. ¡Quieres que te las diga a solas~! ¡Que picaron eres, Ise~! -
- 'Oh, kami-sama ... Mátame, por favor, mátame.' - Pensó Issei muerto de vergüenza.
No lo que no sabía, sería el peso de aquellas palabras en su oración.
Pasaron las horas hasta que por fin terminaron las clases del día, luego de despedirse a regañadientes de Aika, quien seguía burlándose de él, fue rumbo a su casa mientras caminaba distraídamente bajo la apuesta del sol.
Luego pasaría lo inevitable.
- He ... ¿Eres Hyoudou Issei-san? - Una voz lo llamó desde atrás.
El susodicho se detuvo y miró a la persona que lo llamó.
Era una chica de su altura más o menos y parecía ser un año o dos mayor que el castaño, tenia un largo cabello castaño y una figura voluptuosa. Ojos como un caleidoscopio, desde un ángulo eran verdes, desde otro era azul y desde otro era violeta, fue una imagen cautivadora. Usaba un uniforme de una academia que difería con el de la academia Kuoh, lo cual explicaría porque Issei nunca había visto a la chica antes.
- Eh ... Si, ese soy yo, ¿Por qué lo preguntes? ¿Nos conocemos de algún lado? - Le preguntó Issei confundido.
- N-Nunca hemos hablado, pero ... - La chica se sonrojó, haciendo confundir aún más al joven. - Te he visto ... -
- ¿Eh? -
- ¡Me gustas! ¡Por favor, sal conmigo! - Exclamó ella cuando al fin tomó el valor.
- ¿Eh ... ? ¡¿Ehhh?! -
La reacción de Issei fue natural para la situación tan descabellada que solo se podría encontrar en los mangas de colegiales. Haber recibido una confesión, además de una chica que apenas acaba de conocer hubiese sido un shock para cualquiera.
En un principio, el castaño pensó que pudo haber sido una especie de broma por parte de los estudiantes de la otra academia de la ciudad. O quizás la chica había perdido una apuesta, o quizás ...
Pero a la final había sido en serio.
Una chica quería salir con él.
El corazón de Issei empezó a latir con rapidez.
Hasta ahora, el joven se sentía sentenciado a una vida monótona y así lo prefirió, una vida tranquila y normal. Aunque decidió no destacar y dejar que las cosas siguieran su curso sin siquiera hacer algo al respecto, pero luego de que sucediera algo tan inesperado como ser invitado a salir por una chica hizo que su mundo diera vueltas y que algo en el interior del joven cambiara.
Amano Yuuma, esa fue la precursora de ese cambio.
Pasaron los días hasta llegar al fin de semana, la fecha donde sería su primera cita.
Issei se puso muy nervioso y se terminó lavando los dientes, bañándose y planchando la ropa docenas de veces hasta el punto de que su madre tuvo que intervenir.
- Ya es suficiente, Ise. - Dijo Miki con los brazos cruzados.
- ¡Pero, okaa-san, esto es ... ! - Intento hablar el joven, pero la mujer mayor lo interrumpió.
- Te ves bien, y no tienes porque estar nervioso. Solo ve y se tu mismo, se que todo saldrá bien. - Le dijo la madre a su hijo.
Issei miró a su madre antes de suspirar. - Si ... Tienes razón, okaa-san. Creo que de verdad me puse nervioso. - Dijo con una leve sonrisa avergonzada.
Miki sonrió levemente. - Es natural, hijo. Debiste ver a tu otou-san cuando lo invité a salir, ¡Tropezaba con sus propios pies! -
Ambos Hyoudou rieron por la anécdota de la mujer mayor antes de que el ambiente se llenará de melancolía y tristeza.
- Bueno, creo que ya es hora de que te vayas, no querrás llegar tarde. - Dijo la madre de Issei mirando la hora en un reloj de pared. - No olvides despedirte de otou-san. -
- ¡Seguro, okaa-san! - Respondió el joven antes de ir a la sala, donde había un retrato de su padre con flores alrededor. Issei junto la manos e hizo una reverencia. - Adiós, otou-san. Tengo una cita con una hermosa chica, te veré luego. Por favor deséame suerte. - Dijo como despedida antes de salir de su hogar directamente hacia el lugar de la cita.
Naturalmente, como todo chico nervioso en su primera cita, terminó llegando una hora antes de la hora acordada pero eso le dio un momento al joven para reflexionar sobre algunas cosas y todo lo planeado para la cita.
- Disculpe. -
- ¿Eh? - Vociferó el castaño cuando una voz lo sacó de sus pensamientos. El joven miró a la persona que llamó su atención encontrándose a una mujer con una extraño traje.
- Por favor, tome uno. - Dijo la extraña mujer con una amable sonrisa.
- Uh ... Gracias. - Dijo Issei en respuesta mientras tomaba el papel que le había ofrecido, luego la mujer se fue bajo la mirada extrañada del castaño.
Luego el miro el papel que le habían dado con sospecha, tenia una apariencia sombría con un extraño símbolo mágico típico de los animes de fantasía, tenia una frase escrita: "Tu sueño será concedido".
Era sospechoso y quizás era una simple estafa, después de todo, ni siquiera tenia un número de teléfono a quien llamar, así que pensó en desecharlo. Pero antes de poder hacerlo ...
- ¡Issei-san! - La voz de Yuuma desvió su atención sobre el papel. - ¿Esperaste mucho por mí? -
- No, en absoluto. - El castaño sonrió antes de guardar el sospechoso papel en su bolsillo. - Yo acabo de llegar también. -
Con esas palabras había sellado su destino.
Y así comenzó la cita, tomados de la mano, fueron a varias tiendas, a la hora de almorzar fueron a un restaurante familiar, fueron al cine hasta que finalmente terminaron su cita en el parque que se encontraba lejos de la ciudad de Kuoh.
El cielo estaba oscureciendo y el parque se encontraba solitario a esa hora. La peli castaña estaba de frente de la fuente del parque con Issei a unos metros detrás de ella.
- Hoy fue divertido. - Dijo ella mientras sonreía.
El castaño no pudo esconder la gran sonrisa que se plasmó en su rostro por las palabras de su cita, en verdad estaba feliz de haberle hecho disfrutar el día.
- Hey, Issei-san. - Le llamo la chica de cabello castaño.
- ¿Que sucede, Yuuma-san? -
- Hay algo que quiero hacer para celebrar nuestra primera cita. - Dijo Yuuma volteando a mirar a su cita.
Esas palabras pusieron nervioso al castaño de lo que podría pasar a continuación.
- Un, ¿Que podría ser? - Le pregunto sonrojado, haciendo sonreír aún más a la chica de cabello castaño.
Entonces, ella habló con claridad ...
- ¿Morirías por mí? -
- ¿Uh? - Vociferó Issei desconcertado. - Um ... Yo ... Lo siento, ¿Pero puedes repetir eso otra vez? Creo que hay algo mal con mis oídos. - Dijo de manera crédula, pero ...
La dura realidad lo golpearía.
- Por favor, ¿Podrías morir por mi? - Lo repitió Yuuma esta vez con una una voz llena de pesadumbre.
Sin embargo, la sonrisa de Issei cayó y sintió que todo empezaría a ir mal y luego a empeorar aún más.
De repente, alas negras aparecieron en la espalda de la peli castaña. Eran tres pares enormes de alas negras de un cuervo.
- Ángel ... Caído ... - Salió como un susurro desde la boca de Issei, fue tan bajo que ni siquiera logró escucharlo.
En ese momento el castaño solo pudo limitarse a observar con incredulidad como su cita cambiaba, volviéndose mayor y adulta. Su linda ropa de chica común se volvió un vestido formal incluso aristocrático de color rojo, diversos volantes y detalles de colores grises y negros, con unos pantalones ajustados y zapatos de tacón oscuro, y mangas rojas y negras que no estaban unidas al vestido original. Las alas de la mujer hacían juego con la oscuridad de la noche. Los ojos de la peli castaña dejaron de ser dulces y cálidos, para denotar una mirada fría y cargada con incomprensibles pero pesadas emociones que Issei no podía discernir.
- Aunque fue muy dulce todo el tiempo que pasamos juntos, todo lo bueno tiene que terminar. - Decía la "Yuuma" ahora adulta con una voz mas madura pero por alguna razón denotaba un sentimiento de aprensión, pero aún así prosiguió con su cometido.
Ella levantó su mano con cierta renuencia y en un resplandor rojizo apareció un objeto brillante en su mano, uno con forma de lanza. Una lanza hecha específicamente de luz, una ocurrencia imposible ante los ojos del joven acaba de ser espectador. Y entonces, antes de que Issei pudiera reaccionar, la mujer de alas negras perforó su abdomen con la lanza.
- Agh ... - Jadeó el joven perplejo en un desesperado intento de alejar la lanza pero apenas pudo procesar que el arma había desaparecido y solo dejó un agujero sangrante en su abdomen.
Issei comenzó a marearse mientras su vista se nublaba, antes de que se diera cuenta estaba tirando en el suelo del parque. El escucho pisadas acercándose hacia su persona, pero solo pudo registrar su voz.
- Lo siento por esto ... Pero míralo como un acto de piedad, a la final esto evitará tu futuro sufrimiento. Demuestras un potencial oculto y mis superiores temen por eso, espero que lo entiendas. Pero si debes estar enojado con alguien, no sería conmigo ni mis superiores, sino con Dios quien fue el que colocó una Sacred Gear dentro de ti. - Le dijo "Yuuma" con cierta aflicción antes de alejarse. - O al señor Asderel ... -
Eso fue lo ultimo que la castaña dijo antes de irse mientras que le daba una última mirada al joven moribundo con el que había convivido una vida normal de chica enamorada ...
Que desgracia mas desafortunada ...
Mientras tanto, Issei estaba más allá de la confusión, y en el crítico estado en el que se encontraba no ayudaba mucho. Su vista se ponía borrosa, su herida era fatal debido a la cantidad abundante de sangre que se derramaba de ella, sin embargo, por alguna extraña razón no le dolía.
De hecho, se sentía tranquilo.
Pero su conciencia flaqueaba.
- 'Entonces voy a ... ¿Morir, eh? Cielos ... Ni siquiera he vivido dos décadas y ya se terminó ... ' - Pensaba Issei moribundo. - 'Me pregunto ... ¿Como se tomarán mi muerte? Motohama y Matsuda apenas reaccionarían supongo ... ¿Aika? Puede que sí llore por mi, o al menos eso espero ... Okaa-chan, lo siento ... Otou-san, al parecer nos vamos a encontrar más pronto de los que creí ... Nee-san, lo siento en verdad, espero que no me odies tanto ... -
Cielos, Issei. Se que lograrás grandes cosas. Llegaras a ser un héroe, yo lo sé.
Una voz retumba en lo más profundo de su mente, una reminiscencia de un recuerdo lejano del pasado.
Lagrimas se habían conglomerado en sus ojos al escuchar esas palabras.
- 'Jiji, lo siento, lo siento ... No hice nada para hacerte sentir orgulloso, ni siquiera hice algo para mejorar mi vida ... Solo fui un tonto despreocupado y moriré por eso.' - Ríos de lágrimas recorrían las mejillas del castaño cuando en el crepúsculo de su dio cuenta de sus errores y arrepentimientos.
Entonces, en un momento delirante Issei movió su mano hacia su herida y luego la acercó a su rostro. A pesar de su vista borrosa, fue fácil reconocer el tono rojo carmesí de su mano cubierta de sangre, el color era similar al vestido de "Yuuma".
Por un momento, el recordó a una chica. Una hermosa chica de cabello carmesí. Un cabello rojo carmesí que atraía su mirada.
- 'No estaría mal morir en sus brazos ... ' -
Fue lo último que logró pensar Issei con claridad antes de caer en las manos de Morfeo, pero esta vez sería un sueño eterno.
- Tu ... Me has llamado, ¿No es así? -
¿O no?
...
Ese sería el comienzo de la historia de Hyoudou Issei, y su nueva vida como demonio.
Rias Gremory había sido su salvadora aunque este no lo sepa, lo había vuelto su [Peón] en su nobleza, de esta forma salvándole la vida al joven.
El desconcierto que se habia ganado el peli castaño cuando despertó en su cama completamente curado había sido monumental, aunque las pesadillas de siendo asesinado le seguían asaltando por las noches. Además de eso, empezó a sentir grandes molestias con la luz solar.
En el transcurso de los días le fue difícil acostumbrarse a la luz del sol y despertarse en las mañanas, tanto que su madre tenía que despertarlo. Además, el empezó a sentirse mas fuerte por las noches, como si una especie de interruptor se activará en el momento que el sol se ocultaba.
Por las noches era capaz de correr por toda la ciudad sin cansarse, su corazón saltaba de alegría mientras más oscuro era el sitio, incluso podría permanecer despierto hasta las cinco de las mañanas sin problemas. Pero de día era completamente lo contrario, iba un poco más lento que un estudiante de secundaria al correr, le molestaba la luz y solo quería echarse a dormir todo el día.
Fue un gran cambio.
Otra cosa que se percató, es que solo el recordaba a Amano Yuuma. El recuerda habérsela presentado a Aika, y más de una vez la peli castaña había ido a la academia Kuoh para verlo, sin embargo, nadie la recordaba. El número y su correo electrónico fueron borrados de su celular, pero cuando intentaba marcar al número que recordaba pero recibía el duro golpe de que el número telefónico no estaba en uso.
Esa incongruencia hizo que Issei entrará en pánico por dentro mientras que pensaba que quizás Yuuma solo era un producto de su imaginación solitaria. Llego al extremo de ir incluso a la academia que supuesta pertenencia ella, pero se llevó la decepción de que nadie la conocía.
Pero lo único que lo mantenía cuerdo era ...
Carmesí.
Rias Gremory era su ancla.
Cada vez que veía su cabello rojo, cual llama, dejaba todas sus preocupaciones incineradas por completo.
Ella era ...
Su salvación.
...
Aquel día, Issei se había dirigido al parque donde había finalizado su cita. Obviamente lo encontró normal, sin ninguna gota de sangre en el suelo. Más de una vez había venido y había encontrado aquel lugar desolado y sin evidencia clara de lo que había ocurrido en aquel atardecer que lo cambió todo.
Pero aquella noche tuvo un mal presentimiento mientras estaba en el parque, sus sentidos se afilaron, su vista se adaptó muy bien a la oscuridad, su oído podía escuchar con claridad varios metros de distancia. Issei a veces pensaba que cada noche se hacía más fuerte.
El castaño sintió un escalofrío y notó en el suelo algo en particular.
Una pluma.
Una gran pluma negra.
- 'Alguien me observa.' - Pensó el joven al sentir su cuerpo temblar por la mirada de los ojos fríos desde la distancia que simplemente se hacía más cercana el origen de aquella presencia.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Issei pudo discernir que era un hombre, el cual estaba vestido con un traje y sombrero. Este hombre miraba al castaño ferocidad que hicieron sentir al chico inquieto.
- 'Esto es ... ¿Intención Asesina?' - Pensó alarmado y aprensivo el joven congelado en el lugar a la ominosa presencia.
El hombre se acercó más a Issei,el cual aún conseguía que su cuerpo respondiera a sus órdenes.
- Esto es raro. Deberías estar muerto, y sin embargo, has vuelto a este sitio ... - El hombre mostró una sonrisa burlona. - Hilarante la verdad, muy pero muy hilarante. -
En ese momento el joven empezó a sentir angustia, ¿Y cómo no hacerlo? Cuando este hombre hablaba como si lo que ocurrió en su cita ...
Fuese verdad.
- Tu ... - Issei empezó a retroceder agobiado por la situación.
El hombre simplemente se acercó con naturalidad. - ¿Estas tratando de escapar? Dime, ¿Quién te trajo de vuelta? Esos demonios siempre complican todo, bueno, ahora dime quién es tu [Rey]? -
- '¡Ni siquiera se de que estas hablando!' - Issei quería gritarle pero estaba demasiado asustado como para hacerlo. Así que solo se dio la vuelta y salió corriendo de ahí a toda velocidad.
Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando chocó contra algo increíblemente duro frente a él, lo que hizo que cayera sobre su trasero en el suelo del parque.
El castaño levantó la vista solo para mirar con horror que el extraño sujeto se encontraba ahora frente a él, y no solo eso. Porque el hombre tenia un par de alas negras saliendo de su espalda.
- ¿En serio creíste que te dejaría escapar? Cielos, los seres de tan bajo nivel como tú siempre son tan problemáticos. -
- Yo ... Yo ... Yo ... - Vociferaba Issei retrocediendo arrastrándose por el suelo mientras miraba aterrado aquellas alas.
- Ahora dime el nombre de tu ... Oh, espera, ¿No habrás sido abandonado? Interesante, interesante. Eso explicaría muy bien porque tienes un rostro tan preocupado. - Decía el hombre para si mismo. - Fuiste traído de vuelta a la tierra de los vivos solo para morir, que triste, que triste ... Pero descuida, tu sufrimiento se acaba aquí. -
Sin embargo, antes de que el joven pudiera procesar las palabras dichas por aquel hombre, este último levanta su mano donde de repente se empieza reunir la luz para formar una lanza.
Al igual que pasó con Yuuma.
- ¡Tu ... ! -
- Hmph, no siento ninguna presencia cercana de un demonio, no hay ninguna magia de teletransportación tampoco. Al final, no eres más que un vagabundo, así que no habrá ningún problema matarte. -
- ¿De-Demonio ... ? - Logro decir Issei antes de que el hombre lo terminará apuñalando en el abdomen. - ¡Gough! - Una gran cantidad de sangre salió de su boca, acompañado de un intenso dolor.
El sentía como si su interior estuviese ardiendo, como si fuese quemado por dentro hacia fuera. El dolor recorría todo su cuerpo, de hecho, llamarlo un intenso dolor sería suave en comparación a lo que estaba sintiendo en es momento. Simplemente no tenia palabras para describir tal sensación horrorosa.
En un desesperado intento de alejarse de aquel dolor, Issei trató de sacar la lanza de luz con su mano pero lo único que consiguió fue una grave quemadura en su mano.
- Guu ... Ahhh ... Mierda ... - Gimió el joven de dolor.
- Tiene que doler, la luz es tóxica para seres como tú. - El castaño levantó su mirada para ver al hombre formando otra lanza de luz en su mano. - Ser golpeado por ella resultará en daños fatales. Pensé que con una lanza bastaría, pero eres más fuerte de lo que imaginé. Pero esta vez ... Morirás. -
- 'Me matará ... ¿Eh? Que dicha ... Que-' - Sin embargo, su diatriba mental fue cortada.
Por los recuerdos del pasado no tan distante, pero si muy ajenos a su persona.
Ne, ne, Issei, recuerda. Cuando tengas miedo o te sientas débil, recuerda a tu Onee-chan, ¡Onee-chan es muy fuerte y te salvará de todo!
- 'Nee-san ... No nos hemos visto desde hace dos años ... Pero siempre me decías eso ... Nee-san es la más fuerte ... Entonces, Entonces, ¡Entonces porque no estas aquí para salvarme!' - Gruñó el joven de furia volviendo a tomar la lanza de luz en un intento desesperado de vivir.
- Oí, oí, ¿Que crees que haces? - Dijo el hombre consternado por la acción del demonio frente a él.
- ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Pura mierda! - Gritaba Issei de dolor mientras sentía su mano siendo quemada por la lanza. - ¡No me puedes venir con esas mierdas de matarme cuando no he hecho nada con mi vida! -
Recuerda Issei, tu Onee-chan es fuerte, la más fuerte del mundo entero.
- '¡Eres fuerte, pero no estás aquí! ¡De que sirve ser fuerte si al final no utilizas ese poder para bien! ¡Por mi, tu familia! ¡Debiste estar aquí para protegerme como lo prometiste! ¡Pero ... ! ¡Pero! ¡Ya no quiero tu protección, porque ... !' -
Su corazón comenzó a latir. Un sentimiento único lo inundo ... La Indignación.
Que se haga su voluntad.
Su mano derecha, la cual sujetaba la lanza brillo, una luz que resplandeció en todo el parque y dejó al hombre sospechoso anonadado.
- ¡No! ¡No puede ser! -
- ¡Seré fuerte por mi mismo! -
Para poder vivir en paz.
La lanza de luz en su abdomen se rompió en miles de virutas de luz ante la mano del castaño, pero cuando este se dio cuenta su mano ya no sentía dolor y de hecho, se sentía muy diferente.
Su mano había cambiado.
Una mano escamosa carmesí había reemplazado su mano derecha que comenzaba desde la punta de los dedos hasta el codo, sus uñas se volvieron garras y tenia un cierto brillo luminoso en el.
- Sacred ... Gear ... La has despertado ... - Dijo el hombre de alas negras de manera reflexiva, antes de apretar su agarre en su lanza de luz.
- Ku ... Ku ... Ku ... - Issei se levantó con dificultad mientras miraba con ferocidad al hombre que lo había apuñalado. El joven con rostro normalmente frívolo, tenia una cara de pocos amigos. El castaño sostuvo su herida con su mano izquierda que empezó a cubrirse de sangre. - Te haré mierda. -
Todo se volvió carmesí luego de eso.
...
