Dohnaseek creyó que matar al pequeño demonio recién reencarnado que su compañera había permitido que lo revivieran en su negligencia arrogante sería fácil.

Oh, que tan equivocado estaba.

Los ojos color miel del joven lo miraron con gran hostilidad, mientras que con su mano izquierda sostenía su herida provocada por la lanza de luz en su abdomen, el Ángel Caído no pudo evitar sentirse algo nervioso cuando miraba la mano derecha del demonio ante el.

Una escamosa y ominosa mano como la de un lagarto, no, como la de un dragón.

Un dragón furioso que acaba de despertar de su largo letargo y tomaría represalias son importar las consecuencias.

Sin embargo, eso no permitiría que Dohnaseek se sintiera nervioso o al menos no demostrarlo abiertamente. Después de todo, el demonio reencarnado ante el apenas había despertado su Sacred Gear, además de que estaba herido de gravedad, no sería un problema para el, un gran Ángel Caído terminar el trabajo.

O al menos eso fue lo que creyó.

Dohnaseek mostró un rostro engreído. - Mocoso, estas gravemente herido. Deberías dejar de luchar y morir de una vez, ese sería la mayor muestra de piedad que podría darte el destino. -

Los ojos llenos de determinación por vivir del castaño no vacilaron ante las palabras de su agresor, al contrario, la intensa llama en su mirada se hizo tan ardiente como un incendio forestal.

- ¡Jodete! - Gruñó Issei con la voz ronca. - 'Mi cuerpo ... Arde mucho ... ' - Pensó mientras le dio una breve mirada a su herida en su abdomen.

El castaño dio un paso hacia adelante, pero hizo una mueca de dolor debido al intenso dolor que aún asaltaba su cuerpo. Una buena cantidad de sangre se había derramado y seguía fluyendo de su herida, si no recibía atención médica de inmediato iba a terminar sucumbiendo por la hemorragia severa.

Issei dio otro paso hacia adelante sin importarle la grave situación en la que se encontraba ahora, su respiración era irregular y dificultosa, pero eso era un asunto menor para el, solo tenia un objetivo en mente.

Vivir.

Matar para vivir.

Vivir para matar.

Esa era la situación en la que Hyoudou Issei se encontraba, y estaba muy consciente de ello.

Ahora mataría.

- Tch. - Dohnaseek chasqueó la lengua con irritación, molesto de que un simple demonio recién reencarnado que apenas acaba de despertar su Sacred Gear y moribundo lo este intimidando.

Si algo como esto se llegara a descubrir por su grupo, sería el hazmerreír y jamás podría mostrarle su rostro a Lord Asderel en la vida ... Si es que no lo mataba antes. Así que con eso en mente, el Ángel Caído conocido como Dohnaseek demostraría porque era el más poderoso de su grupo a parte de su señor.

- Yo ... - Comenzó que decir el hombre con gabardina.

- Uf ... Uf ... - Respiraba Issei con dificultad, mientras seguía acercándose sin ningún cuidado en el mundo.

- ¡Te lo advertí, mocoso! - Exclamo Dohnaseek mientras se abalanzaba contra su objetivo con su lanza de luz firme hacia el pecho del joven para matarlo de una vez por todas.

Fue por un segundo, quizás mucho menos pero en la velocidad de un parpadeó la postura del castaño se enderezó por completó y sus ojos color miel brillaron de un enigmático color verde esmeralda.

Otouto, graba en lo más profundo de tu corazón ... ¡La fuerza de tu gran Onee-chan!

Una onda de choque resonó en el parque cuando Dohnaseek atacó con su lanza de luz. Con un ataque como ese, ni siquiera un demonio de clase baja en buena condición podría recibir semejante poder de luz.

Pero ...

- ¿Eh? - Vociferó el Ángel Caído anonadado por lo que veía ante el.

- Eres ... Lento. - Murmuró Issei como si estuviera en trance.

- Pero, ¿Que ... ? - Balbuceó Dohnaseek con incredulidad.

Frente a él estaba el demonio reencarnado en estado crítico, sin embargo, había desviado el ataque de su lanza de luz con aquel extraño brazo rojo escamoso en su mano derecha, haciendo que el dicho ataque impactará con el suelo, mientras que aquella mano de dragón lucía completamente intacta, como si aquella parte de su cuerpo no fuese afectada por la luz, como si aquella mano haya dejado de ser ...

La mano de un demonio.

- Es ... Mi turno. - La voz calmada de Issei sacó de su estupor a su oponente, mientras se preparaba para atacar. - 'Mi cuerpo ... Sigue ardiendo ... ' -

- ¡Tu ... ! - Gruñó el Ángel Caído con furia por la insolencia de aquel joven que había tenido bajo su merced hace unos momentos atrás, pero ahora parecía que las tornas se habían intercambiado.

¡Mira a Onee-chan! ¡Este es su puño veloz! ¡Contempla el ... !

- Rompe Almas ... - Dijo Issei en apenas un susurro.

- ¿Que ... ? - Apenas logro pronunciar Dohnaseek antes de ser golpeado en la cara por el demonio.

A una increíble velocidad de alguien en ese estado, el castaño logró posicionarse en una postura apropiada y lanzar un golpe devastador con su mano izquierda cubierta de sangre extendiendo completamente su brazo, con el puño impactando directamente en el pómulo derecho de su oponente. Lo más sorprendente fue la leve explosión de energía de color verde esmeralda que se produjo debido al contacto.

- ¡Guh! - Gimió el Ángel Caído de dolor mientras retrocedía unos cuantos pasos. - ¡Maldición, pequeño bastardo! - Gritaba con furia el hombre mientras sostenía su rostro lastimado con ambas manos, olvidando por completo su lanza de luz que se hizo añicos. El hombre creyó que su pómulo se había fracturado debido a semejante golpe. - '¡¿Pero como?! ¡Se supone que era un humano normal! ¡Se convirtió en demonio hace poco y acaba de despertar su Sacred Gear! ¡¿Como es posible que sea tan fuerte?!' -

- Uff ... Uff ... - Seguía respirando con dificultad el joven de cabellos castaños, mientras volvía a sostener su herida con su mano izquierda. Pero aún así, el joven mantenía una expresión impasible y calmada a pesar de la situación.

Eso lleno de ira al Ángel Caído frente a él.

- ¡Te mataré! - Exclamó Dohnaseek con furia ciega antes de volver atacar al joven que lo había humillado tanto.

- Bien ... - Murmuró Issei antes de enfocar sus ojos en su oponente. - Continuemos un poco más. - Nuevamente, sus ojos color miel brillaron de un color verde esmeralda.

El Ángel Caído creo otra nueva lanza de luz para reemplazar a la anteriormente rota, y esta vez lanzó un ataque horizontal hacia el joven de cabello castaño dirigido específicamente hacia su cuello, para arrancarle la cabeza de un golpe.

- ¿Eh? - Vociferó Dohnaseek confundido cuando su ataque solo cortó el aire.

- Como dije antes ... - Murmuró una voz al costado derecho del hombre haciendo que se volteara hacia dicho lado y mirar consternado a Issei sin haber sufrido rasguño alguno de su último ataque y los ojos oscurecidos por su cabello. - Eres ... muy lento. - Entonces, sus ojos volvieron a resplandecer en un color verde esmeralda.

Y luego vino el dolor.

- ¡Ack! - Grito el Ángel Caído tanto de dolor como de sorpresa cuando recibió otro golpe explosivo en el rostro por parte del demonio recién reencarnado, provocando que saliera volando unos metros más.

Pero eso no se quedó así nomás. Dejando la contraofensiva a un lado, Issei se abalanzó contra su oponente completamente en la ofensiva. Esta vez lanzó un puñetazo con su mano derecha, su brazo con similitudes a las de un dragón.

¡Sigue mirando a tu Onee-chan! Este truco es incluso mejor, ¡No necesito de una espada para cortar la existencia! ¡Esta es ... !

- Corta Espíritus ... - Susurro el castaño mientras extendía completamente su brazo, mano y dedos formando una especie de lanza con su extremidad.

Una aura blanca de origen desconocido se formó alrededor de aquel brazo de dragón mientras lanzaba su ataque directo hacia la cabeza de Dohnaseek.

- We, ¿Que ...? - Apenas pudo decir el susodicho Ángel Caído antes de tratar de esquivar el ataque del demonio reencarnado.

Dohnaseek logró esquivar el ataque pero aún así había rosado su mejilla izquierdo, donde se formó un corte por donde varios hilos de sangre empezaron a filtrarse debido al ataque cortante de su oponente.

De repente, un sonido sordo resuena por todo el parque unos segundos después. Issei retrae su mano tranquilamente, mientras su cabello seguía cubriendo sus ojos, pero aún se podía notar su expresión impasible debido a la línea que formaba su boca mientras seguía sosteniendo su herida en su abdomen, que extrañamente ya no parecía tan grave como originalmente se presentaba. Pero el Ángel Caído no se preocupó, o más bien no se percató de dicho suceso, sino estaba en un estado estupor tal que no le permitía procesar tales cosas. Ahora mismo, Dohnaseek se centró en descubrir que había sido aquel ruido sordo que resonó hace poco, así que se dio la vuelta y ...

La respuesta no lo ánimo.

Detrás de él, lo que era originalmente un hermoso y orgulloso árbol que se alzaba hasta lo más alto, había sido cortado de tal manera que parecía que el árbol estaba hecho en realidad de mantequilla y un cuchillo caliente lo había atravesado. Para luego que el formidable árbol cayera al suelo de bruces sin ningún cuidado en el mundo.

Todo a causa del demonio frente a Dohnaseek.

Si aquel ataque lo hubiera alcanzado en su totalidad ... El Ángel Caído no quiso pensar en eso.

- Hey, aquí va otro. - Anunció Issei provocando que el hombre se diera la vuelta apenas lo suficientemente a tiempo para ver el siguiente puñetazo de parte del castaño directo nuevamente a su pómulo derecho.

- ¡Huck! ¡Maldición! - Aulló Dohnaseek de dolor cuando una leve onda de choque lo mandó contra el suelo del parque.

El demonio reencarnado miró de manera despectiva al hombre que trató de asesinarlo que había colapsado en el suelo, antes de suspirar y darse la vuelta para irse. De seguro su madre estaría muy preocupada por la hora. Con ese pensamiento prosiguió a volver a su cálido hogar ... Y también debería tratar de pensar como ocultar su mano derecha monstruosa de su madre.

¡Otouto! Atento, ¡Siempre atento! ¡Nunca bajes la guardia!

Pero antes de poder dar un paso, Issei se da la vuelta con rapidez justo que tiempo para mirar a Dohnaseek con sus dos alas negras de cuervo completamente extendidas y con seis lanzas de luz formadas a su alrededor.

- ¡Eres un pequeño bastardo muy fuerte! ¡¿Estabas ocultando tu verdadera fuerza todo este tiempo?! ¡Maldito, acabaré contigo ahora mismo! - El Ángel Caído formó una sonrisa maniática para luego extender una de sus manos hacia el frente. - ¡Muere maldito demonio! -

Las seis lanzas de luz volaron con rapidez hacia el joven de cabellos castaños, listas para empalar y destrozar su cuerpo. Sin embargo, la vista no parecía aterradora, en lo absoluto, más bien demostraba un semblante frío e incluso calculador ante la vista de aquellas lanzas mortales que se dirigían hacia el.

Ya había formado un camino por el cual alcanzar la victoria.

- ¡¿Pero qué?! ¡Estas loco! - Grito consternado Dohnaseek ante el curso de acción que había tomado el joven demonio.

Issei se abalanzó hacia adelante en una especie de asalto descuidado pero en realidad ya había calculado todo en relación a la velocidad y distancia de las lanzas. Así que ya sabia como contrarrestar dicha situación.

Utilizando su brazo derecho escamoso, desvió la primera lanza para luego lanzar un puñetazo con su mano izquierda hacia la segunda lanza que formó una onda de choque verdosa que desvió dicha lanza para que impactara con la tercera lanza haciendo que se anularan la una con la otra.

Dohnaseek no daba crédito a lo que veía sus antiguos ojos de Ángel Caído.

Pero eso no se quedó así.

El castaño siguió contrarrestando las lanzas. Utilizando su mano derecha, de nuevo aquella aura blanca rodeó su mano de dragón formando una especie de cuchilla de energía alrededor de su brazo. Con ella lanzo un movimiento horizontal hacia las lanzas número cuatro y cinco cortando dichas lanzas de luz por completo. Para luego, Issei finalice su acto esquivando la sexta lanzó haciendo un giro hacia un lado, provocando que la lanza de luz se clavara en el suelo del parque.

Luego, ante todo pronóstico, Issei saltó.

Y cuando digo que salto, salto realmente alto y lejos hacia Dohnaseek, quien solo miraba catatónico la tremenda destreza de combate del joven.

¡Ahora mira esto! ¡La hermosa patada voladora de Onee-chan!

- Patada Ilusoria ... - Murmuró Issei entre dientes mientras sus ojos volvían a resplandecer de un color esmeralda puro.

Entonces, mientras el castaño se dirigía hacia el Ángel Caído con aquel salto, dio un giro con el que aprovechó la fuerza centrífuga mientras estaba en el aire para propinarle una tremenda patada con la parte trasera del pie hacia el costado de la cabeza de Dohnaseek, el impacto fue tal que lo mandó a volar varios metros hasta estrellarse contra la fuente del parque, destrozandola y dejando al hombre mojado.

- Uhh ... Guh ... Gua ... - Eran los quejidos de dolor que el Ángel Caído dejaba salir de su boca, mientras una cantidad de sangre considerable salía del costado de su cabeza donde aquel demonio reencarnado lo había atacado.

Unos pasos resonaron frente al hombre, provocando que Dohnaseek levantara su cabeza con dificultad para observar como Hyoudou Issei estaba a menos de un metro frente a el, aún mirándolo con aquellos ojos verdes despectivos, como si no valiera en absoluto la pena su tiempo.

Y lo más importante, Otouto ...

El corazón de Issei empezó a latir con rapidez mientras miraba la sangre del Ángel Caído frente a él, mientras el hombre le daba una mirada suplicante de que parará. Sin embargo, debido a la mirada aterradora que el castaño tenia en sus ojos, Dohnaseek no podía formular palabras coherentes.

- Yo ... Uh ... Por ... Ah ... - Balbuceaba el Ángel Caído, habiendo perdido por completo aquella arrogancia que tenia originalmente en un principio.

Camina como un verdadero rey, que tus pasos resuenen, así ... ¡Para que tus enemigos se arrodillen ante ti! ¡Esto se llama ... !

- Pisadas Tectónicas ... - Susurró Issei como si estuviera en trance.

Entonces el joven castaño levantó su pie hasta donde su rodilla pudiera doblarse ... Para luego dejar caer su pie con fuerza directamente en la pierna derecha de Dohnaseek.

Crack.

- ¡ARGHH! - Grito de dolor el susodicho hombre cuando sintió como los huesos de su pierna se rompieron produciendo un repugnante sonido.

Pero eso no acabo ahí, Issei levantó de nuevo su pie para propinarle la misma dosis de dolor a la pierna izquierda de Dohnaseek.

- ¡ARGHHH! -

Crack.

Y de nuevo.

Crack. Crack.

- ¡ARGHH! ¡Por favor ... ! ¡ARGHH! -

Y otra vez.

Crack. Crack. Crack.

- ¡Te lo suplico ... ! ¡ARGHH! ¡Pieda-ARGHH! -

Y otra y otra y otra vez.

Crack. Crack. Crack. Crack. Crack.

- '¡¿COMO PUDO PASAR ESTO?!' - Fue el lamento que apenas pudo pensar el Ángel Caído al atravesar semejante umbral de dolor mientras sus piernas eran destrozadas hasta el punto de que parecían que una aplanadora les había pasado por encima.

Todo bajo la mirada esmeralda y despectiva del demonio recién reencarnado, no ... ¡Del monstruo que aquel brazo demoníaco!

Issei levantó su pie nuevamente, pero esta vez no apunto hacia las piernas de Dohnaseek, al contrario ...

Esta vez iría por la cabeza.

- Pisada Tectónica. - Dijo Issei mientras sus ojos verdes brillaban con intensidad.

Luego dejo caer su pie hacia la cabeza del hombre, el impacto destrozaría su cráneo y crearía un desastre de sangre y materia gris, pero eso poco le importo al castaño. Mientras que Dohnaseek solo podía limitarse a observar como aquel pie del demonio se convertía en una guillotina que terminaría con su vida.

Pero a veces los milagros existen ... Incluso para las personas malvadas.

- Vaya ... Que situación tan terrible. - Dijo una nueva voz se hizo presente.

- ¿Uh ... ? - Vociferó el castaño que se había percatado de que su pie había sido detenido por otro pie. Cuando levanto la vista se encontró con el origen de aquel pie y de también de esa voz.

- Este pequeño demonio si que te hizo pasar un buen rato ... - La nueva voz volvió hablar, claramente masculina por su apariencia. Una sonrisa burlona se hizo presente en su hermoso rostro. - ¿No es así, Dohnaseek? -

- ¡A ... Amudiel! - Exclamó el susodicho entre sorprendido y aliviado por uno de sus superiores vinieran en su rescate.

El ahora identificado como Amudiel era un hombre excesivamente guapo, incluso fuera de este mundo. Tenia un bronceado perfecto que hacía contraste con sus ojos violetas y cabello rubio oscuro, que caía en flequillo hacia su lado derecho, donde su cabello ocultaba su ceja derecha. Era alto y una complexión física musculosa pero no demasiada. Usaba un traje oscuro, una camisa gris y un chaleco azul oscuro debajo del traje junto a una corbata negra y unos zapatos a juego. Además, tenia un cigarrillo en una mano mientras que la otra estaba oculta en su bolsillo.

Amudiel sonreía casualmente mientras soportaba sin problema el peso y la fuerza detrás de la poderosa pisada de Issei.

- ¿Sabes? Odio a los mocosos que no conocen su lugar ... Pero me agrada tu poder. - Dijo el hombre rubio levantando aún más su pie, provocando que el castaño perdiera su equilibrio.

Issei rápidamente lo recuperó dando unos pasos hacia atrás, mientras miraba con extremo cuidado la figura de este nuevo individuo. Su corazón comenzó a latir con más intensidad, como si fuese la premonición de que algo pasaría ... ¡Y el castaño estaría preparado para eso!

- 'El es ... ¡Como Yuuma!' - Pensó el joven de manera imperiosa.

- ¡Mi señor Amudiel! ¡Yo ... ! - Comenzó a decir Dohnaseek, pero fue brutalmente callado cuando el pie de Amudiel terminó el trabajo de Issei.

Destrozó por completo la cabeza del Ángel Caído de un solo pisotón, causando una leve explosión de sangre y material cerebral manchando el zapato y el pantalón del hombre rubio, además de llenar la fuente de sangre.

Issei se tensó visiblemente cuando vio aquel acto cruel, tal vez sonaba un poco hipócrita de su parte ya que el había intentado hacer lo mismo, pero el castaño tenia la excusa de que aquel hombre lo había intentado matar. Pero en cambio, este Amudiel ... ¡Se suponía de que eran aliados! ¡Es decir, que solo lo había salvado para simplemente matarlo con sus propias manos! ¡¿Que clase de monstruo haría eso?!

- ¡Tch! Incluso muerto me irritas, Dohnaseek. Les dimos a ti y a tu pequeño grupo una oportunidad para unírsenos, y ni siquiera puedes con un demonio reencarnado, ¿Como le ibas explicar esto a Lord Asderel? ¡La muerte era lo menos que podías hacer para salvar el poco orgullo que te quedaba! - Hablaba Amudiel al cadáver de su antiguo aliado. Antes de mirar Issei, lo cual le produjo un escalofrío a este último.

La sonrisa del hombre rubio de ensanchó mientras más miraba al castaño, lo cual simplemente hacia que este último se sintiera más tenso.

De repente, un par de alas negras iguales, no, eran incluso más oscuras que las de Dohnaseek se hicieron presentes desde la espalda de Amudiel, demostrando que este último también era un Ángel Caído, pero hasta donde podía intuir Issei, este no debía ser comparado con aquel que trató de matarlo hace unos momentos debido a que este tal Amudiel era ...

Mucho más fuerte.

El hombre rubio dio un paso hacia adelante, provocando un sobresalto al joven de cabello castaño. Dicha reacción le sacó una sonrisa al hombre de traje elegante.

- Aunque, puedo ver que hay algo interesante en ti, muchacho. - La sonrisa de Amudiel se hizo más grande. - Te hemos investigado desde hace tiempo y no demostraste nada interesante, excepto la posible posesión de un Sacred Gear, pero a la final decidimos acabar contigo ... ¡Pero regresas como un demonio! ¡Y ahora tan fuerte como para darle una paliza a un Ángel Caído! ¡Hahahaha! - Decía riendo aquel hombre, simplemente haciendo que Issei se sintiera cada vez más incómodo. - Quizás Dohnaseek era un Ángel Caído de solo un par de alas, pero para que en poco tiempo te volvieras tan fuerte como para humillarlo eso ... -

Un segundo par de alas negras apareció desde la espalda de Amudiel, haciendo que sean cuatro en total.

El corazón de Issei latió con más fuerza, sintiendo como si su pecho fuera a estallar. Las iris de sus ojos no dejaban de parpadear de un color miel cálido a ese brillante verde esmeralda. Todos los sentidos del castaño le decían una sola cosa ...

¡Corre! ¡Cuando te sientas amenazado, corre! ¡Corre hasta que llegues a mi, Otouto! ¡Y luego yo me encargaré de todo!

- Me molesta mucho. - Terminó de decir Amudiel dejando rienda suelta su intención asesina y junto con ella ...

Un tercer par de alas de oscuridad infinita salieron de su espalda, haciendo que seis alas de negras como el cielo nocturno sin estrellas fueran el número que Amudiel poseía, eso era ...

El Símbolo de los Pecados Celestiales que los Caídos de Dios tenían el lamentó de padecer hasta el Final de los Tiempos.

- '¡ATACA!' - Se dijo Issei mentalmente, aunque todos sus instintos le decían que huyera lo más rápido posible. El castaño sabia muy bien que en el momento de que que diera la espalda a este nuevo Ángel Caído ... Iba a morir.

Así que lo único que podía hacer era ... ¡Atacar antes de que tal Amudiel hiciera su primer movimiento!

- Oh, que valiente. - Comentó el Ángel Caído rubio con una sonrisa divertida.

Issei levantó su brazo derecho, donde su mano escamosa formó un puño. Alrededor de dicho puño una energía verde claro se hizo presente, similar a los ataques que el castaño le había propinado a Dohnaseek, pero en este caso había mucha más pureza y poder en aquel ataque.

- Tch, que molesto. - Dijo Amudiel.

Sin embargo, la voz del Ángel Caído resonó detrás de Issei y no de frente. El castaño parpadeó un par de veces, sus ojos esmeraldas se apagaron y volvieron a su color miel natural.

- Gugh ... - El joven de cabellos castaños vomitó sangre.

- Eres más fuerte que un demonio reencarnado promedio, tienes algo interesante ... Una lastima, a Lord Azazel le hubiese gustado tenerte de su lado ... - Una sonrisa burlona se hizo presente en el hermoso rostro de Amudiel mientras miraba sobre su hombro a Issei que tosía sangre. - Pero interfieres en los planes de mi Lord Asderel, así que muere en paz. - Dijo antes de deshacer su lanza de luz.

- Coff ... Coff ... - Issei hizo una mueca mientras bajaba su mirada, donde en su pecho, específicamente en su pectoral derecho tenia tres agujeros.

La lanza de luz de Amudiel lo había perforado tres veces y el castaño no había podido hacer absolutamente nada, ni siquiera lo había visto venir.

- Guu, ¡Cof! Ah ... ¡Cof! - Issei tosió sobre su mano, manchando su palma de sangre. Justamente en ese momento sus piernas perdieron la fuerza desconocida que lo mantenía de pie y cayó de bruces contra el suelo en un ruido sordo. - Uh ... -

Y lo más ultra mega importante, Otouto ... Te quiero mucho, hehe.

- Onee-chan ... Perdón ... - Murmuró Issei débilmente.

Ruidos de pasos llaman la atención de la poca conciencia que le quedaba al joven de cabellos castaños, como puede el demonio reencarnado trata de levantar su vista ... Solo para ver a su asesino, al tal Amudiel mirándolo desde abajo aún con su sonrisa burlona y una absoluta expresión de superioridad.

- Aún me sorprende que un demonio recién reencarnado como tú pueda soportar el golpe de una lanza de luz, y ni se diga de unos tres golpes míos. - Hablaba Amudiel con naturalidad, como si matar a alguien fuese su día a día, y quizás si lo era. - Pero ahora ya estas perdido, los golpes que te di son fatales, morirás por la pérdida de sangre. Adiós, demonio-kun, kukuku. -

- 'Así que ... Ya se acabó en verdad ... ' - Issei suspiró mentalmente mientras sentía como su vida se filtraba desde sus heridas.

Lo más poético del asunto es que el castaño se percató de que se encontraba justamente en el mismo lugar donde había muerto en sus sueños ... Pero ahora que el joven lo pensaba mejor, ese "sueño" parecía más realidad que una simple fantasía.

Y hablando de aquel sueño ... Toda la vida de Issei estaba pasando como un destello a través de sus ojos cristalinos que poco a poco perdían su luz.

Su madre ...

Su padre ...

Su abuelo ...

Su ... Hermana ...

Carmesí.

Un brillante color carmesí allanó la vista del joven, como si toda su sangre estuviera empapando su vista, pero extrañamente sentía que era otra cosa ... Como un Ángel de la Guarda que venía a salvarlo.

Y aunque en parte tenia razón, quien lo venía a salvar no era para nada un Ángel, sino ...

Un Demonio.

- 'Por favor ... Ayúdame, por favor ... Yo ... Yo ... ¡Yo quiero vivir un poco más!' - Una súplica desde el corazón, no a Dios, sino a cualquiera en este oscuro mundo que estuviera dispuesto a salvarlo.

Y como si fuese una respuesta del mundo mismo ...

Issei hizo un llamado.

Cualquier persona o cosa ... Esta bien, no me importa ... Solo, por favor ... Quiero vivir ... Y a cambio ...

Les entregaré mi entero ser.

El sonido del viento se hizo audible, luego se produjo una explosión de la nada justo al lado del cuerpo moribundo del peli castaño. Justamente en el lugar donde se encontraba Amudiel, tomando por sorpresa al joven por lo ocurrido.

Cuando Issei levanta la vista, ve que a unos metros se encontraba Amudiel, sin embargo, la manga izquierda de su traje estaba destrozada y chamuscada, humo salía de su antebrazo el cual se encontraba algo quemado.

- No te atrevas a tocarlo. - La voz autoritaria de una mujer resonó en todo el parque, mientras que ella se posaba junto al castaño.

- Ah ... - Vociferó Issei al reconocer el cabello rojo carmesí de la mujer, el podía reconocer fácilmente quien era la joven mujer que lo protegía incluso mientras que ella le daba la espalda.

Era ... Su Salvación Carmesí.

- Cabello carmesí ... - Dijo Amudiel aún con una sonrisa, pero llena de irritación. - Eso significa que perteneces al Clan Gremory. - Dijo de manera plana pero en sus ojos se podía notar el reflejo del odio ilimitado que el hombre sentía por la mujer frente a él.

La mujer le dio una sonrisa falsa al Ángel Caído, como si reconociera el odio que Amudiel sentía por ella, pero no le importaba en absoluto.

- Mi nombre es Rias Gremory. ¿No es una linda noche, Ángel Caído-san? Demasiado linda para este parque tan ... Sucio. - Comentaba la ahora conocida como Rias mirando la fuente llena de sangre donde se encontraba postrado el cadáver de Dohnaseek. Luego volvió su atención hacia Amudiel. - Sin embargo, no estoy de humor ahora. Así que si sigues tratando de lastimar a este chico, entonces ... No dudaré a tomar las represalias necesarias para ponerte en tu lugar. - Dijo con calma pero se notaba un grave hilo de hostilidad en su hermosa voz.

- Rias ... Gremory ... - Susurró Issei, la estudiante más famosa de tercer año de la Academia Kuoh, la hermosa mujer de cabello carmesí que encantaba a todos en Kuoh.

- Kukuku. Está bien, está bien. ¿Quien diría que este mocoso te pertenece? Es cierto que este territorio le pertenece al Clan Belial, pero no imagine que los Gremory tenga autorización para estar por aquí. - Hablába Amudiel con irritación, pero su sonrisa se mantenía omnipresente en su rostro. - Esta bien, solo está vez pediré disculpas por las acciones de mi subordinado y mías ... Aunque Dohnaseek ya recibió su debido castigo, kukuku. - Dijo el Ángel Caído mirando el cadáver de su antiguo aliado con sorna. - Pero te daré una pequeña recomendación para que veas que soy un hombre generoso, no vuelvas a dejar a tu sirviente solo. Personas como yo podrían matarlo mientras da un paseo tan casual por la ciudad ... ¿Entiendes? - Dijo el hombre sonriendo de manera depredadora, liberando su intensión asesina y su sed de sangre de Issei.

El susodicho tembló levemente al sentir como el ambiente se volvía más tenso debido a la intensidad de sed de sangre que exhibía Amudiel. Por otro lado, Rias se mantuvo en calma absoluta, de hecho le sonrió casualmente al Ángel Caído, pero detrás de esa hermosa cara sonriente había un manojo de emociones furiosas por la amenaza hacia uno de sus queridos sirvientes.

- Te agradezco por tu amable consejo. Esta ciudad está bajo la vigilancia de Cleria Belial, ¿La conoces, no? Bueno, yo soy una de sus afiliados así que si te metes en el camino de ella o el mío, entonces no me contendré. -

La sonrisa de Amudiel se tensó levemente. - Voy a decir lo mismo para ti, heredera del Clan Gremory. Mi nombre es Amudiel. Espero sinceramente que nunca nos volvamos a encontrar en el resto de nuestras longevas vidas. -

Luego de terminar su diatriba, el Ángel Caído extiende sus seis alas negras y su cuerpo comienza a flotar debido al aleteo de sus alas, mientras mirada con los ojos entrecerrados hacia la silueta firme de la pelirroja y el cuerpo moribundo y apenas consciente del castaño. Un instante después vuela hacia el cielo nocturno simplemente dejando unas pocas plumas negras de cuervo como evidencia de que alguna vez estuvo aquí presente, dejando el cuerpo de Dohnaseek como si fuese basura.

Rias suspiro por eso último, tendría que limpiar el desastre ella ahora. Por lo menos ahora todo era seguro para su querido sirviente.

Pero ahora su querido [Peón] estaba pasando por una situación difícil ahora mismo si ella no hacía algo al respecto.

Los párpados de Issei comenzaron a pesar, luego todo aquel encuentro su adrenalina estaba bajando y las graves heridas de su cuerpo empezaron tomar represalias. Aunque se sentía aliviado, la vista de sus ojos se volvió terriblemente borrosa, y poco a poco su consciencia se desvanecía en la oscuridad del parque. Su respiración se hacia cada vez mas y mas lenta.

- 'Ya ... Ya no puedo más ... Al menos, una hermosa chica dio la cara por mí ... ¿Eso los pondrá orgullosos? Otou-san ... Jiji ... ' -

- Ara ara, no me digas que estas a punto de desmayarte. Estas son ciertamente heridas fatales, esos ángeles caídos hicieron un buen número en ti ... Pobrecito, no tendré de otra, lo que sea por mi lindo sirviente. No te duermas, dime donde se encuentra tu casa. - Decía Rias mirando al castaño moribundo frente a ella, sin embargo, Issei no se encontraba en condiciones para darle una respuesta más allá de ...

- No quiero ... Morir solo ... -

Entonces, su conciencia se perdió en la oscuridad infinita de su subconsciente.

...