Ring. Ring. Ring. Ring. Ring.
El sonido del despertador resonaba en la habitación de un joven de la ciudad de Kuoh, el joven tenia el cabello castaño enmarañado y con unos ojos color miel muy somnolientos mirando hacia al techo, como si aún estuviese en el mundo de los sueños. Como si estuviese confundido sobre porque estaba viviendo un día más.
- '¿Que pasó ... ? ¿Fue otra pesadilla ... ?' - Se preguntó Issei confundido y desconcertado.
Lo que había vivido la noche anterior, había sido tan real ... Había muerto de nuevo. Ese tal Amudiel ... Lo había matado y luego ...
Carmesí.
Rias Gremory había aparecido en su sueño esta vez, ¿Por qué? ¿Como? ¿Que le estaba pasando? Nada tenia sentido para el ahora. Ese sueño en verdad había sido tan real, no, debía ser real.
Sin embargo, se encontraba en óptimas condiciones cuando abrió los ojos nuevamente, y estaba en su cama en vez del frío piso del gélido parque por la noche. El despertador lo había despertado como todos los días, como si todo siguiera siendo un duro sueño el cual siempre debía despertar.
En ese sueño está vez no se había encontrado con Yuuma, sino dos sujetos. Pero al igual que la joven, tenían alas negras. No obstante, ese tal Amudiel de su sueño, había tenido dos pares extras de alas a diferencia de sus congéneres, ¿Por qué?
Issei sacudió su cabeza para tratar de alejar todos esos pensamientos que lo carcomen. La frecuencia con la que estaba teniendo esos sueños era alarmante, y cada vez eran peores, ¿Se estaba volviendo loco quizás? Hasta donde sabía, ningún familiar suyo había tenido registros de enfermedades mentales, ¿Acaso el era el primero? En primer lugar, tenia que calmarse y pensar las cosas con serenidad para evitar entrar en pánico.
Y fue en el momento en que Issei logró calmarse que se percató de un pequeño detalle del cual no se había dado cuenta con anterioridad, y aunque el detalle parecía muy minúsculo, era bastante crucial en este momento.
Hyoudou Issei, yacía en su cama, en su cuarto, en su casa, en la ciudad Kuoh, Japón.
Completamente como vino al mundo, es decir, desnudo.
Si, tal vez eso no fuese algo del otro mundo para algunos, después de todo, para algunos individuos dormir sin nada de ropa era bastante cómodo.
El problema de aquí radicaba en que no tenia recuerdos de haber llegado a casa luego de la escuela, recordaba haber ido a la Academia Kuoh y luego al parque pero luego toda la pesadilla comenzó, pero en ningún momento recuerda haber llegado a casa y saludar a su madre para ir a dormir. Además, el no recordaba haberse quitado la ropa para dormir desnudo, ni tampoco tenia esa extraña costumbre.
Pero justo antes de que tuviera una crisis por dormir desnudo por primera vez en su vida, un suave sonido interrumpió todos sus pensamientos para que pudiera enfocarse en el origen del ruido.
- ... Umm ... - Un suave sonido, como una dulce voz allanó su proceso de pensamiento, para que Issei le prestara toda la atención.
Fue un sonido extranjero y desconocido para el peli castaño pero de cierta forma le parecía agradable al ambiente, sin embargo, le intrigaba de donde salía un sonido tan hermoso y cautivador.
Así que con la motivación de donde provenía el sonido, decidió indagar un poco volteando su cabeza hacia un lado con cuidado, el cual era el origen de aquel dulce ruido.
- ... Suu ~ Suu ~ ... -
Grata fue la sorpresa de Issei cuando se encontró a una chica de cabellos carmesí durmiendo a su lado en la cama. Además, al igual que el peli castaño, la joven estaba tan desnuda como el, mostrando sus penas sin ninguna vergüenza y sin nada que le cubriera. Su piel blanca como la nieve parecía brillar ante los ojos color miel del castaño.
Sin embargo, Issei podía decirlo claramente, esta belleza sobrenatural solo podía pertenecerle a una sola persona. Evidentemente a su inconfundible Senpai en la Academia Kuoh, la idol número uno de la escuela. Cuyo cabello carmesí es su mayor característica, el cual se encontraba disperso en la almohada de una manera tan hermosa que parecía una obra de arte viviente.
Ella era Rias Gremory, su salvación carmesí.
- ¿Que ... ? - Vociferó Issei en un tono ahogado por la sorpresa de ver a la infame Rias Gremory en su cama, especialmente desnuda como el.
Fue tal la sorpresa que sintió que se podía desmayar nuevamente, sin embargo, con pura fuerza de voluntad pudo recuperar la compostura ... Por lo menos un poco de ella, lo suficiente como para no entrar en pánico como un idiota.
- '¿Por qué Rias Gremory-senpai está aquí? ¿Que pasó ayer? ¡¿En serio, qué pasó?! ¿Que hice? ¡No recuerdo, no recuerdo absolutamente nada!' - Pensaba Issei en pánico en su cama mientras seguía mirando consternado el rostro de la pelirroja. Pero entonces la cara del castaño se llenó de horror puro. - 'Y si lo que pasó fue ... ¿Tuve relaciones sexuales con Gremory-senpai? ... ¡¿Eso fue posible para alguien como yo acaso?! ¡Tengo que recordar que pasó ayer! ¡¿Por qué diablos estoy en una situación como ésta?! ¡Onee-chan, ayúdame por favor!' - Suplicó mentalmente el joven a su hermana mayor que estaba en quien sabe donde haciendo quién sabe que cosa.
Para el joven de cabellos castaños, esta era la situación más surrealista que había tenido en toda su vida, incluso puede que este por encima que aquellos sueños sobre Yuuma, Amudiel y demás personas con alas negras. Issei llegó a pensar que no recordaba lo que había hecho anoche debido a la posibilidad de que se haya involucrado en una situación ilícita muy común en los mangas y animes, donde un joven salía a beber en un bar, se involucraba con una chica y luego despertaba en su cama con ella luego de ...
El rostro del castaño se encendió tanto como el cabello de Rias Gremory ante la posibilidad de que haya ocurrido tal cosa ... Y por alguna razón se sintió realmente horrible y asqueado por eso.
No lo malentiendan, el era un joven sano al cual les gustaban las mujeres, pero sentía que hacer ese tipo de actos ilícitos de tal manera sin amor o sin recuerdos o un simple "cosa de una noche" le resultaban de lo peor, pero que el haya hecho algo como eso y sin recordar para nada lo que había hecho luego de ir al parque ...
Lo enfermaba.
Sin embargo, a pesar de que su cabeza estaba a punto de implosionar debido a la mezcla de culpabilidad, aversión y confusión que el castaño estaba sintiendo en ese mismo momento, en los segundos siguientes Issei sintió que la perdición cuando en los segundos siguientes escuchó una voz demasiado familiar que lo dejó frío al momento.
- ¡Ise, despierta! ¡Ya es la hora para que vayas a la escuela! - Exclamó la voz de Hyoudou Miki, la cual espantó al joven como siempre estuviera viendo una película de terror.
- 'Oh, no ... No, no, no, ¡No! ¡NO, AHORA NO!' - Pensaba el peli castaño claramente preocupado por la situación en la cual se encontraba.
- ¡Cielos, Ise! Si que llegaste tarde a noche, ¡Además, vas a llegar tarde a la escuela si no te levantas a ahora! ¡No te perdonaré esas faltas! - Exclamó la voz de la madre de Issei en un tono de regañó y autoritario.
El castaño se pudo rígido cuando escuchó los pasos de su madre subiendo las escaleras, los pasos llevaban un sonido de furia detrás como para demostrar que Hyoudou Miki no estaba contenta con las faltas de su hijo, y ahora mismo venía de seguro con el motivo para ir a su habitación para despertarlo con un buen regañó. Lo cual no era muy conveniente en ese momento con la situación en la cual se encontraba con Gremory-senpai desnuda en su cama.
- '¡Mamá, no vengas justo en este momento! ¡No puedes ver esta situación tan mala ahora!' - Pensó Issei en pánico. - ¡Espera! ¡Espera! ¡Ya estoy despierto! ¡Ahora mismo me levantó, no te preocupes! -
- ¡Oh~! ¡¿Crees que te puedes escapar de esta?! - Exclamó Miki con furia por el pasillo. - ¡Pues no, mocoso! ¡Tenemos que hablar sobre esto ahora! -
- '¡¿Por qué tiene que pasar esto?!' - Pensó el castaño mortificado por lo que estaba a punto de ocurrir, sin poder imaginar lo que podría pasar si su madre veía a Gremory-senpai en su cama, y encima desnuda.
Por un momento, pensó que sería buena idea tomar el cuerpo de la pelirroja y ocultarla en su armario.
- Um ... ¿Ya es de día? - De repente, una suave voz hace acto de presencia al lado del peli castaño.
Con horror, Issei volteó para ver a su Senpai limpiándose los ojos del sueño que su lado sin importarle que el castaño mirase sus grandes pechos y cuerpo desnudo, aunque en ese momento el joven no estaba interesado en eso sino en como la pelirroja estaba tan calmada en ese instante.
Sin embargo, Issei se vio obligado de despegar su vista del rostro de su Senpai hacia la puerta, cuando esta última fue abiertamente violentamente por su madre. Y como si fuese una señal, Rias Gremory decide levantar la parte superior de su cuerpo para establecerse en una posición sentada.
Justo en ese momento, el castaño mortificado ve en cámara lenta como sus ojos asustados y los ojos iracundos de su madre se encuentran en una situación inevitable, revelando que Hyoudou Miki estaba enojada, muy pero muy enojada en esa mañana.
Sin embargo, un rayo de esperanza y al mismo tiempo uno de perdición hace si jugada en el momento siguiente.
- Buenos días. - Dijo suavemente Gremory-senpai en forma de saludo a la madre del castaño.
Miki, quien estaba enfocada en su hijo, se vio en la necesidad de alejar su vista de el para luego mirar a la forma desnuda de la pelirroja en la cama de su querido hijo.
Issei tuvo el beneficio de ver el rostro de su madre pasar de enojado, a una expresión confundida, para luego pasar a shock puro y finalmente voltear de nuevo su vista hacia el castaño.
El joven no tuvo el valor de verla directamente a los ojos, así que solo evitó su mirada con vergüenza.
- Solo ... Prepárense ... Rápidamente ... Por favor ... - Dijo Miki con una voz mecánica, antes de darse la vuelta de manera muy rígida y cerrar la puerta como si no hubiera pasado absolutamente nada.
Hubo un silencio total por exactamente cinco segundos, para luego escuchar ruidos fuertes resonantes detrás de la puerta cuyo origen eran los pies de la madre de Issei pisando con emoción el suelo para luego poder escucharla corriendo escaleras abajo al primer piso con una velocidad aterradora y casi inhumana.
- ¡Oh~! ¡Otou-san! ¡Nuestro hijo, nuestro querido hijo! ¡Nuestro pequeño Ise está ahora mismo con una mujer, un mujer extranjera! ¡Ya sentaron cabeza, Otou-san! ¡Muy pronto seremos abuelos! - Exclamaba con emoción Hyoudou Miki frente a la foto de Hyoudou Gorou la cual tenia flores nuevas.
Issei solo tuvo las fuerzas disponibles para ocultar su rostro con sus manos para conservar lo poco de dignidad que le quedaba. El podía ver claramente a su madre dándole oraciones a su difunto padre mientras le decía aquellas "grandes" noticias en el piso de abajo.
- '¿Como pudo pasarme esto? ¿Que hice para merecer pasar por esta situación? ¡¿Como puedo explicarle lo que pasó cuando ni siquiera yo se que esta pasando?' - Pensaba el joven de cabellos castaños agobiado de que tantas cosas ocurrieran en un solo instante en la mañana.
- Tu madre me agrada, hehe. - Dijo Gremory-senpai con una sonrisa frívola. Sucesivamente, ella se levantó de la cama sin importarle que el castaño mirase sus penas y recogió su uniforme que se encontraba en el escritorio.
Issei volteó su mirada con vergüenza, alejando su vista de la hermosa, escultural y desnudo cuerpo de su Senpai. Aunque por curiosa no pudo evitar mirar por el rabillo del ojo al curvilíneo cuerpo de Rias Gremory.
Su pequeña cadera, sus largas piernas, sus muslos, su bien formado trasero, sus grandes pechos con unos hermosos pezones unos tonos más oscuros que su piel blanca cremosa.
El peli castaño se sonrojó furiosamente volteando su mirada hacia la pared, incrédulo de que estaba actuando como un pervertido. Aunque no pudo evitarlo, el cuerpo pecaminoso de la pelirroja lo provocaba a hacer actos tan ilícitos en contra de su pura voluntad.
- '¿Por qué no ocultas tu cuerpo? ¡¿Por qué no muestras ningún signo de vergüenza ni la voluntad de tapar tu cuerpo?!' - Pensaba Issei furiosamente avergonzado.
Aunque el castaño tenia que admitir que el cuerpo de Gremory-senpai era todo una obra de arte, perfecta en todos los sentidos posibles y por haber. El no podía quedarse viéndolo como un pervertido total.
- ¡G ... Gremory-senpai! - Llamo el joven con algo de pena.
- ¿Uh? - La pelirroja voltea a verlo en respuesta. - ¿Que sucede? -
El rostro ya sonrojado de Issei se vuelve unos tonos más oscuro que el cabello de Rias a causa que debido a esa posición el castaño tenia primera fila para observar con mucho lujo la magnitud de los pechos desnudos de su Senpai.
- P-pechos ... ¡Digo, puedo verlo! ¡Te estoy viendo! ¡¿No puedes ponerte algo?! - Exclamó el joven alejando su mirada de ella con vergüenza.
En ese momento, la pelirroja sonríe. - Si quieres ver, entonces hazlo. No me molesta. - Dijo Rias en respuesta de una manera demasiado atrevida mientras se ponía el uniforme, sin darle mucha importancia su desnudez en el momento.
Issei casi jadea ante las palabras de su Senpai, casi pudo sentir una descarga eléctrica pasar por su columna vertebral que lo incitó a mirar el cuerpo de la pelirroja. Sin embargo, el castaño se contuvo y simplemente bajo su mirada hacia las sábanas de la cama como si fuese la octava maravilla del mundo para evitar convertirse en un pervertido.
Afortunadamente o desafortunadamente, Gremory-senpai dijo algo que distrajo al castaño de todo pensamiento impuro.
- ¿Ya tus heridas están bien? -
Esa repentina pregunta sacó al joven de su vergüenza. El mira a su Senpai semi desnuda con confusión, mirándola directamente a la cara le hablo sin pena alguna.
- ¿Heridas? ¿De qué ... De que estas hablando? - Le preguntó Issei entre consternado y preocupado. Parecía una broma, porque no sentía dolor en ninguna parte, sin embargo, Gremory-senpai hablaba tan en serio al respecto que sonaba como una simple broma para burlarse de su ingenuidad.
- ¿No recuerdas? Bueno, tus heridas fueron muy graves, así que no te culpo. Pero sería bueno que sepas que ayer fuiste apuñalado varias veces, casi mueres de hecho. - Dijo Rias con tanta naturalidad que estaba completamente mal con lo que decía.
Y con aquella declaración, Issei logró despertarse de todos los asuntos mundanos del momento. Unos fragmentos de los eventos ocurridos ayer en la noche llegaron a su mente, enfermando su estabilidad emocional y mental en ese instante.
Si, ahora recordaba todo, con horror vislumbro en su cabeza aquel hombre de alas negras con sombrero de fieltro apuñalando su estómago con una lanza que parecía hecha de luz pura. Luego, recuerda verlo muerto bajo el piel de un segundo sujeto ... Amudiel. Finalmente, este último lo había apuñalado varias veces en el pecho sin piedad ... Debería estar muerto, pero había sobrevivido por un milagro.
Y ese yacía milagro de frente a él, semi desnudo. Rias Gremory-senpai, su salvación carmesí.
En verdad, el no sabía que pensar.
Issei bajo su vista hacia su torso desnudo, recordando muy bien las heridas en forma de agujero que lo atravesaron limpiamente, sin embargo, ahora no había siquiera una marca en él. Aquel tipo de heridas que tenia no eran de aquellas que se curaban de la noche a la mañana, sino de aquellas que podrían tomar meses, incluso quizás años en curarse debido a la magnitud de sangre que perdió y el daño recibido.
Todo parecía irreal aún en su cabeza.
Y si como pudiese leer su mente, Rias habló nuevamente.
- ¿Aún crees que es un sueño? Pues déjame aclararte que nada de lo que pasó ayer fue un sueño. - Dijo la pelirroja con seriedad en el asunto, pero aún manteniendo su porte sereno y tranquilo, lo cual estaba aún mal para el peli castaño.
Issei traga saliva cuando registra completamente las palabras de su Senpai. - Yo ... Yo creo que fui herido ayer ... - Expresó con dudas el joven.
- Te curé, aunque fue crítico pero gracias a tu cuerpo resistente fue posible curarte en una sola noche con mi poder. Tuve que compartirte un poco de mis poderes demoníacos al abrazarte mientras estábamos desnudos. Es un método posible ya que pertenecemos al mismo Clan ahora. - Explayó Gremory-senpai, aunque el peli castaño no entendió casi nada de lo que hablaba.
- '¿Pero de qué esta hablando Gremory-senpai? No entendí casi nada ... Espera, ¿Me abrazo desnuda? ¡Eso significa que ... !' - Pensó Issei sorprendido.
- No te preocupes, aún soy vírgen. - Afirmó la pelirroja con una sonrisa.
Por alguna razón, el peli castaño se sintió muy aliviado de escuchar esas palabras ... Demasiado aliviado para su gusto.
- ¡No! Eso no era lo que quise ... - Intentó hablar pero solo logró balbucear algunas cosas sin sentido mientras un sonrojo volvía a su rostro avergonzado.
- Oh, vamos, no te pongas así. Puede que no sepas, pero este mundo está rodeado de muchas cosas misteriosas y poderosas que te puedes ni imaginar siquiera. - Le dijo la pelirroja mientras que se acercaba en a el en ropa interior, para luego acariciar su mejilla suavemente y casi con cariño y aprecio con sus finos dedos de porcelana.
El sonrojo de Issei se volvió aún más furioso, siendo más rojo que el cabello carmesí de su Senpai. El no podía evitar sonrojarse cuando una mujer tan hermosa como Rias Gremory-senpai hacia algo como aquello.
- Déjame presentarme formalmente. - Dijo ella con una sonrisa frívola. - Mi nombre es Rias Gremory, una demonio heredera de la Casa del Duque Gremory que ostenta el Puesto Cincuenta y Seis de los Pilares del Ars Geotia, ¡Es un gusto conocerte! - Dijo al final con una gran sonrisa en su rostro.
- ¿Umm ... ? ¿Que ... ? ¿Demonio ... ? - Vociferó Issei con incredulidad. Entonces, recordó las palabras de su primer atacante de ayer, llamándolo un demonio. El castaño empezó a sentir una especie de vacío en la boca del estómago.
- Y soy tu ama. - Continuó la pelirroja hablando sin importarle en absoluto lo que estuviera pensando el castaño ahora mismo. - Es un gusto conocerte al fin, Hyoudou Isse-kun, ¿Puedo llamarte Ise, verdad? - Dijo con una sonrisa suave.
Sin embargo, a los ojos de la existencia conocida como Hyoudou Issei, esa pequeña y suave sonrisa era en realidad una sonrisa diabólica de verdad.
Se parece mucho a Onee-chan.
Una sonrisa que no pudo evitar comparar.
...
- ¡Itadakimasu! - Dijo Rias alegremente, antes de excavar en su desayuno preparado por Miki con modales pertenecientes a la nobleza.
Todo bajo la vista asombrada de Issei y la madre de este último, aunque por diferentes razones. El castaño seguía asombrado el como la demonio que se declaró su ama podía actuar tan normal a pesar de ser ... Una demonio como bien había dicho, mientras que Miki veía el alto nivel que pertenecía su "futura nuera". También estaba un poco estupefacta de que su hijo haya podido relacionarse con alguien de dicho estatus, pero decidió que era lo mejor guardarse esos comentarios para si misma.
- 'Onee-chan, ¿Donde estas? Tu pequeño Otouto te necesita.' - Suplicó el peli castaño agobiado por la nueva situación en la que se encontraba. Issei miró de reojo a su "ama", quien bebía sopa de miso con satisfacción a su lado.
Cuando la pelirroja tragó el alimento, miró con una expresión brillante a la matrona Hyoudou. - ¡Esto está muy delicioso, Okaa-sama! -
- Eh, s-si. Muchas gracias por el cumplido ... P-Princesa. - Dijo la mujer mayor respondiendo el halagó de la pelirroja con una expresión algo aturdida.
La demonio simplemente se río entre dientes, ignorando el semblante en shock de Hyoudou Miki, antes de seguir comiendo sin ningún cuidado o preocupación en el mundo.
- 'Esta es la primera vez que me siento tan incómodo en el desayuno ... Onee-chan, ¿Que harías tú? Querido abuelo, mándame una señal para ayudarme.' - Siguió suplicando por ayuda mentalmente para disolver la extraña situación en la que se encontraba en su casa con su madre.
- Ise. - Dijo Rias repentinamente llamando la atención del joven. - Esta es la comida que Okaa-sama preparó con diligencia. Será mejor que comas. - Aunque lo dijo en un tono de regañó, incluso sonó bastante elegante para los oídos de los dos únicos miembros de la familia Hyoudou presentes, en ese momento la pelirroja había sonado como una hermana mayor.
- ¡S-Si! - Le respondió el peli castaño con rapidez sin saber que más responder, y sin otra opción decidió atiborrar su boca con comida.
Sin embargo, al parecer había comenzando un desastre con la comida, y por lo tanto la pelirroja decidió intervenir.
- Ise, no comas de esa manera tan vulgar. Come despacio para que puedas saborear completamente esta deliciosa comida. Recuerda que esta es la preciada comida que Okaa-sama nos preparó y hay que apreciarla. - Habiendo dicho eso, Gremory-senpai tomo un pañuelo y prosiguió a limpiar la boca del castaño como si fuese una madre.
Issei quedó completamente aturdido en su asiento mientras que dejaba que la pelirroja limpiara su boca, aunque no podía mirarla para estar seguro, era muy probable que su madre tuviera un expresión semejante a la de su hijo.
- '¿Que está pasando? En serio, ¿En qué clase de situación me he metido?' -
- I-Ise ... - Habló Miki tartamudeando levemente, tenia una expresión nerviosa casi comparable a la del joven peli castaño. - ¿P-Podriames d-decírme de dónde viene esta señorita? -
Aunque estaba alegre de que su hijo haya encontrado su "media naranja", como madre debía ser firme para conocer todas las intenciones que cualquiera mujer pudiera tener con su hijo. Además, sabía que su había tenido una cita hace poco, pero nunca imaginó que hubiese sido con una chica con una belleza sobrehumana como la pelirroja ante ella.
Como nota aparte, aun se encontraba en shock luego de verlos desnudos en la cama del peli castaño luego de "cometer aquellos actos ilícitos". Aunque ella no sepa que en realidad no había pasado nada de lo que imagina en la noche anterior.
Luego de escuchar aquella pregunta de la matrona Hyoudou, la Idol de la academia Kuoh puso los palillos abajo e inclinó la cabeza hacia abajo.
- Oh, me disculpo por no presentarme con anterioridad ... Hice una ofensa para la Casa Gremory y la Casa Belial que han cuidado de mí. Por favor, permítanme presentarme formalmente ahora. Okaa-sama, mi nombre es Rias Gremory. Voy al mismo instituto que Hyoudou Issei-kun como podrá ver por mi uniforme. Es un placer conocerla. - Se presentó la pelirroja con una sonrisa.
- A-Así que es eso, ¿Eh? - Dijo Miki poco convencida. - Eres del extranjero, ¿No? Hablas muy bien japonés. -
- Sí. Debido al trabajo de mi padre, llevo viviendo en Japón por un largo tiempo. Aunque llevo pocos años en Kuoh al cuidado de un familiar. - Le responde con naturalidad la demonio.
Si el castaño no supiera la verdad, sentía que el pudo haber sido convencido con aquellas palabras. Pero al parecer su madre era por mucho más perceptiva al respecto cuando se trataba de mujeres, debido a que aún parecía mantener su guardia alta ante la extraña mujer que estaba interesada en su querido hijo.
- ¿Es así? - Dijo de manera algo despectiva la madre de Issei. - Entonces, Rias ... Rias-san, ¿Eso está bien? -
La susodicha asintió. - Por mi esta bien, Okaa-sama. -
- Bien, seré directa al respecto. - Dijo la mujer mayor antes de tomar una respiración profunda y soltar la bomba. Mirando directamente a los ojos azul marino de la pelirroja, Hyoudou Miki habló. - ¿Que tipo de relación tienes con mi pequeño Ise? -
El joven involucrado en la pregunta contundente se exaltó, conociendo a su madre el castaño estaba seguro que no dejaría pasar la situación ocurrida más temprano cuando Miki los encontró a la pelirroja y al peli castaño desnudos en la cama.
Su madre esperaba una buena respuesta para ello, y al parecer no los dejaría abandonar la mesa sin tener una respuesta que la deje satisfecha. Sin embargo, a pesar de estar en una situación que podría llamarse tensa, Issei notó que su Senpai seguía sonriendo sin alterarse por la pregunta.
- Solo somos Senpai y Kouhai que son muy cercanos, Okaa-sama. - Le respondió Rias casualmente.
- Eso es mentira. - Rechazó Miki la respuesta automáticamente.
Issei la entendió, si el estuviera en la posición de su madre hubiera hecho lo mismo. Ese tipo de excusas son inservibles contra una madre, y aún más para la madre de la familia Hyoudou. Luego de haberlos vistos en una situación tan comprometedora, Miki no dejaría pasar el tema casualmente hasta que tenga sus nietos asegurados.
- ¡Estaban en la cama juntos! - Declaró la mujer mayor con seriedad. - ¡Ese no es un comportamiento normal entre un Senpai y un Kouhai! -
- Ise me dijo que estaba teniendo pesadillas con frecuencia, así que estaba durmiendo con el para tranquilizarlo. -
- ¡¿Solo durmiendo juntos?! - Exclamó Miki con incredulidad por las respuestas de la pelirroja frente suyo. - ¡Los dos estaban desnudos! -
- En estos días, la gente duerme desnuda cuando duermen juntos, Okaa-sama. - Dijo Rias con total naturalidad. Aunque quizás fue la imaginación de Issei, pero por un segundo vio a sus ojos azules brillar en un instante.
- ¿Es así ... ? - Dijo la matrona Hyoudou con duda. - Así que la gente duerme desnuda últimamente, ¿Eh ... ? - Dijo a la final como si lo aceptara completamente.
Issei miró con incredulidad a su madre. - '¡¿Mamá?! ¡¿Esta bien dices?! ¡¿Estas de acuerdo con eso?!' - Pensó estupefacto de que la mujer mayor haya aceptado simplemente el incidente de esa mañana como algo normal. Pero entonces, en ese momento se percato de que los ojos de su madre se veían raros. Se veían vacíos, como si fuese poseída por algo.
Eso no le gusto para nada al joven.
Sin embargo, aquellas emociones adversos fueron interrumpidas cuando su Senpai se acercó a su oído para luego susurrarle algo. - Lo siento. Pensé que se volvería problemático si la situación se extendía aún más, así que usé mi poder para hipnotizar a tu madre. Lo siento. -
- '¿Poder ... ?' - Pensó Issei confundido antes de recordar lo que la pelirroja le había dicho antes, en su habitación.
Soy Rias Gremory. Soy un demonio.
- '¿Así que esto es debido al poder de un demonio?' - El peli castaño volteó su mirada hacia su Senpai, quien había vuelto a comer su desayuno.
- Por ahora, comamos, no queremos llegar tarde. - Dijo Rias con una sonrisa ... Antes de que una imposibilidad ocurriera.
Hyoudou Miki se levantó de golpe de su asiento y golpeó la mesa con sus manos con fuerza, haciendo que los platos y tazones saltarán levemente pero afortunadamente ningún alimento fue derramado. Sin embargo, aquel acto sorprendió a ambos jóvenes quienes miraban a la mujer mayor anteriormente hipnotizada, actuar como si no pasara nada.
- No me importa ... No me importa ... ¡No me importa lo que haga la gente de hoy en día, pero ... ! - Miki miró con fiereza a la pelirroja. - ¡Juro que si te aprovechas de mí hijo te haré pagar por eso! -
Y Rias Gremory no supo como afrontar esa situación.
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