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Los exalumnos de Hogwarts vieron a los jóvenes quienes les sonreían tímidamente, Harry al ver a los jóvenes y reparar en los rubios pensó en el parecido que tenía con su amiga y Draco Malfoy, de igual manera le sucedió a Daphne y Hermione al ver a los otros dos chicos, pensó en el parecido que tenían con su amigo.
— ¿Y bien?— hablo Draco —No quiero ser grosero, pero realmente tengo cosas que hacer, sino tienen nada que decir, paso a retirarme— trato de levantarse pero la voz de unos de los chicos lo detuvo.
—venimos del futuro— dijo Scorpius con tranquilidad
Draco y los demás lo vieron como si les fuera salido otras cabezas y Scorpius quiso reírse de sus caras pero se aguantó.
—¿Conocen las reglas del viaje del tiempo?— pregunto Hermione después de procesar lo que había dicho el joven.
Scorpius movió la cabeza en señal de afirmación— Si, pero hacer este viaje era importante.
Scorpius volteo a ver a su hermana y está a él, se tomaron de la mano y tomaron valor para hablar aunque se morían del miedo pues dependiendo de lo que se hablara en esa sala podía pasar muchas cosas.
—Me llamo Scorpius Malfoy-Granger y ella es mi hermana Cassiopeia Malfoy-Granger y ellos son nuestros amigos Albus Potter y Lily Potter— presento señalando a cada uno y al final volteando a ver a los adultos con cierto temor que no pensaba mostrar.
Daphne no mostro la sorpresa que sentía y volteo a ver a los susodichos padres, las miradas que tenían valían oro, la sorpresa, la negación e incredulidad y otros sentimientos posaban en los rostros de los demás.
Los cuadros que estaban en esa habitación se cuchicheaban entre sí, el retrato de Dumbledore ocultaba su sonrisa, nadie dijo nada, el silencio permitía que la noticia se procesara.
— ¿Qué clase de broma es esta?—pregunto un poco molesto Draco Malfoy
—Ninguna— hablo Cassiopeia
— ¿Tendré hijos con Malfoy?—se preguntó sin saber que sentir Hermione
—Tendré hijos con Ginny—sonrió Harry
Los dos chicos Potter se vieron y negaron — No, ella es nuestra madre— hablo Albus y señalo a Daphne
— ¿Qué?— no pudo esconder su sonrisa la mencionada /span/p
—Si tú eres nuestra mamá— dijo Lily sonriendo
Scorpius no sabría qué decir de la situación, su padre y madre se veían con cierta incredulidad, molestia pero no asco como pensó que sería según los diarios de sus padres ninguno se llevaban bien con el otro, sabía que su padre odiaba a su madre durante su tiempo en Hogwarts y su madre también pero después de la guerra ya no lo hacían.
Vio a su padrino y a su madrina, ambos tenían la cabeza agachada, él estaba serio y ella sonreía.
—Sé que les hemos ocasionado una gran sorpresa— dijo aun observándolos.
—Nuestra intención no era ocasionar algún disgusto entre ustedes — hablo Cassi
Ambos chicos se miraron sin saber cómo decir el propósito del viaje, no sabían qué pasaría si decían de más o si simplemente su llegada a ese tiempo ya haya alterado algo, pero Scorpius estaba desesperado, le quedaba un año a lo máximo a su hermana, no podía perderla, era lo único que le quedaba después de sus abuelos maternos, y el haber recordado cuando estaban en esas vacaciones y ella pregunto si alguna vez se enamoraría, le llevo a por fin tomar el valor que necesitaba para hacer ese viaje que venía pensando pero no había querido hacer.
Quería que su hermana tuviera todas la experiencias que tenía la vida para ofrecer, él quería vivir las experiencias de amar también y todo esas cosas que se vuelven comunes en la vida de un ser humano pero odiaba la idea de ser solo el quien las tuviera que vivir de manera egoísta o eso pensaba. Así que cuando descubrió ese hechizo lo pensó y lo pensó, era magia antigua y clasificada como magia oscura porque podría significar un grave peligro al viajero.
Como el libro no sugería que precauciones tomar, más que el hechizo, los movimientos en la varita y que el viajero gastaría mucha magia hasta volver a recuperarla, decidió que lo mejor no era decir cosas que pudieran alterar algo aunque si lo pensaba, viendo ahí a sus padres, quienes se veían si pizca de amor, aquel amor que tanto su padre y su madre escribían con adoración en sus diarios y el cual él tímidamente leía, sintió que solo debía decirles como morirían para que lo evitaran y tal vez de manera egoísta, él y su hermana no quedarían solos cuando nacieran nuevamente, sabía que no estaban solos pero de alguna forma se sentían así.
Sabia como se iban a enamorar y sabía que no era necesario que el interviniera para que eso pasara, estaban muy cerca de que pasara de todos modos, sospechaba que si les decía como morirían, sus padres buscarían la forma de evitar no solo sus muertes, sino las de sus abuelos paternos, que su hermana no sea maldecida y por ende él no tendría que hacer este viaje en algún punto, aunque tenía claro que si eso pasaba no sería parte de su línea de tiempo sino seria otra línea de tiempo, algo así como las distintas líneas que pueden crear una decisión convirtiéndolos en un universo propio.
— ¿Por qué están aquí?— pregunto Hermione ahora viéndolos.
No sabía cómo decirlo realmente, incluso sentía que no debía decirlo todo en esa noche pero aun así hablo.
—Mi hermana tiene una maldición que la está matando lentamente, no le queda mucho, máximo un año, las pociones que toma para disminuir el dolor ya no son de mucha ayuda…
Cassiopeia bajo el rostro triste de saberse descubierta por su hermano de que las pociones ya no le están ayudando, pues la dosis a aumento d de esas a 5 al día
— ¿Quién le hizo la maldición?— pregunto Draco interesando y tomando asiento nuevamente, Scorpius lo vio, esa mirada, la reconocía muy bien, porque era la misma mirada que ponía el cuándo alguien se metía con su hermana para lastimarla.
—Unos mortifagos
— ¿Quiénes? Y ¿Por qué?— volvió a preguntar Draco
—Me encantaría responder todas esas preguntas que se están arremolinando en sus cabezas pero no puedo…— dijo después de pensar si era oportuno
—Yo no quiero interrumpir pero quisiera descansar después de esta poción, y sería la última de este día— se hizo oír Cassiopeia mostrando una pequeña poción incolora.
Draco no hizo más preguntas y aunque Hermione quería hacer algunas, decidió esperar al otro día.
—Me parece bien que por hoy se detuvieran y mañana hablaran con más calma, hacer un viaje de ese tipo deja a los viajeros sin energías y en este caso el que hizo el hechizo sin mucha magia en su fuente— dijo Minerva, observando desde hacía mucho rato a Scorpius quien a pesar de mostrarse sereno y cauto, estaba agotado y hasta debilitado por la cantidad de magia que había usado.
Los adultos se despidieron de la profesora McGonagall; cuando estaban a punto de retirarse fueron detenidos.
—Sé que quieres buscar a esos tipos para hacerles pagar por lo que le han hecho a Cassi pero no es el momento— dijo Scorpius viendo a su padre detenerse en la puerta del despacho del director. —Así que podrías esperar hasta que hablemos nuevamente para que cuando decidas hacer algo sea en el momento adecuado
—Descansen
Cerro la puerta detrás de él y camino hacia donde había aparecido, con muchas cosas en su mente llego a su casa, ingreso en su estudio y se sirvió un whisky de fuego, no era de tomar, pero no pudo evitar de beber uno con toda y poca información que había recibido hoy.
Pensó en ellos, primero tenía hijos, un chico y una chica y por lo que había notado de diferente edad, dos la madre de sus hijos era Hermione Granger, en algún punto de su vida se iba a enamorar lo suficiente de Granger para tener dos hijos que eran hermosos, tres su hija había sido maldita e iba a morir pronto y necesitaban su ayuda con la de Hermione para evitar eso.
Tomo de su vaso, unos mortifagos había sido la causa de que su hija este a un paso de su lecho de muerte, estaba enojado, tal vez crean que sigue siendo el Draco cobarde del colegio, tal vez piensen que por tener miedo en la guerra crean que no es un mago poderoso, pero estaban equivocados, Draco tenía sus secretos y los tenía muy bien ocultos, es cierto que tuvo miedo y que parecía un bebe llorón, después de todo eran humillados, obligados por el mago más fuerte de los tiempos hacer cosas de las que no estaba orgulloso.
Draco había aprendido a reconocer con el paso del tiempo lo imbécil y cobarde que era, se odiaba por ello, había aprendido a reconocer a la gente a su alrededor e incluso quienes merecían reconocimiento, pero había crecido bajo los mortifagos, madurado con ellos a lado, y había aprendido más magia oscura que los más fieles mortigafos, su tía, una loca, le había enseñado más de lo que debería, Snape a pesar de no aceptar su ayuda en más de una ocasión, le dio libros que le ayudaron a crecer como mago, los mismos libros que él había estudiado.
Aun recordaba aquel día donde Harry Potter y George Weasley lo habían golpeado, se sintió humillado, furioso, pensó muchas veces en vengarse, de la misma forma pero entonces sucedió todo lo de la guerra y comprendió lo imbécil que había sido y que se merecía aquella golpiza, pero eso no quita que haya aprendido a pelear de la manera muggle, Draco sabia demasiada magia oscura y aprendiendo a defenderse de manera muggle por si la situación lo requería, era fuerte, había decidido durante esa guerra a fortalecerse para ser un hombre de confianza.
— ¿Por qué viajar a este tiempo y no pedirles ayuda a nuestras yo del futuro?— se preguntó dejando el vaso vacío
A pesar de tener curiosidad del viaje y él porque ellos y no a su versión del futuro que le pedían ayuda, aun así siguió pensando en que tendría hijos y es que el juraba que no tendría hijos, con el terminaría el legado Malfoy, aquella decisión se había dado al comprender que por sus acciones su hijo podría terminando sufriendo y desarrollando así una soledad, pero ahora sabía que tendría dos hijos y teniendo en cuanta la diferencia de edad, él estaba casado con Hermione, así que viendo el techo decidió ser más fuerte para proteger a su futura familia.
Hermione llego a su casa acompañada de Harry quien se despidió en cuanto llegaron a la puerta, dejo las llaves, el portafolio y su bolso en el mueble que tenía cerca, se quitó su gabardina y los tacones, se soltó el pelo y se sentó en el sillón.
—Hijos…
Observo el techo y dejo que su mente pensara en lo que había pasado hace un momento, uno tendría hijos, hermosos, a sus ojos ellos eran más de lo que podría haber imaginado, pero tristemente lo había hecho con Ronald Weasley, dos el padre de sus hijos era Draco Malfoy, estaba confundida, esa noticia no le causaba nada de desagrado pero ni en sus mejores sueños espero compartir algo con Draco, así que entender que se enamoraría de Draco se volvía interesante para ella.
— ¿Por qué mi yo del futuro no puede ayudar a mi hija?— dejo de ver al techo y observo a su gato que se había colocado en el regazo de ella.
Tres, su hija iba a morir por una maldición hecha por mortifagos, estaba preocupada y enojada, ¿Cómo le haría eso a su hija?, ¿Qué les sucedería a Draco y ella que no podrían evitar ese evento?, ¿Qué les había pasado para que su hijo viajara al pasado a pedir su ayuda?
Muchas preguntas se arremolinaban en su cabeza y cuatro Draco estaba molesto, desde que supo que Draco era el padre de sus hijos y desde que pregunto quienes había maldecido a su hija, no dejo de observarle, podía notar la ira que contenía adentro de si, viéndole de esa forma no parecía ser el Malfoy de sus años escolares y mucho menos el Malfoy de la guerra, se veía atemorizante pero ella no le tenía miedo, y no por ser Gryffindor, para ella verlo de esa forma le causaba confianza pero despertaba más su curiosidad, al escuchar la petición de su hijo de no hacer nada, pensó que le diría gritaría o algo así, pero por el contrario lo vio relajarse, sonreír tranquilamente sin voltear a sus hijos y desearles un descanso para después irse, entendió que Draco no sería como su padre, no sería como Lucius.
Hermione no era tonta, no tenía ningún pelo de eso, aunque comprendía que Draco no sería como Lucius y que sería un padre amoroso, lo cual le causaba cierta timidez y hasta curiosidad, sabía que estaba molesto y que buscaría vengarse.
