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Tratando de olvidar el asalto de las primeras horas de su día, Harleen llegaba finalmente a su destino.
Era un enorme hospital que, si bien hacía 10 años atrás estaba en decadencia, no estaba mejor en esos días, de hecho, estaba menos peor.
Harleen entró con muchos nervios. Le dijo a la recepcionista que ella era la nueva interna, mientras la recepcionista estaba comunicando con otros, Harleen esperó pacientemente (O al menos lo intentaba) sentada mientras miraba sus zapatos.
¿Lo haría bien? ¿Daría una buena imagen con la elección de ropa que usó? ¿El maquillaje no estaba muy cargado? Muchas interrogantes bombardeaban la mente de Harleen, pero siempre en ella había al menos una pizca de optimismo. Se acomodó sus lentes. Mordió sus labios. Se llevó su mano a la boca pero recordó que sólo había uñas mordidas.
Miró al fondo de un pasillo y observaba como los camilleros se llevaban a los pacientes amarrados a su camilla mientras estos gritaban obscenidades y palabras sin sentido.
—No te preocupes— Se susurró de nuevo —Seguro te darán pacientes que no son tan horrendos...
Observó ahora su alrededor, la limpieza brillaba por su ausencia. Cuando se percató, trato de no mostrarse incómoda.
Notó entonces como un doctor llegaba hacía la sala de recepción. Preguntó algo a la recepcionista y le apuntó a ella con la mirada. Harleen se levantó inmediatamente.
—¿Dra. Harleen Quinzel?
—Si, soy yo, un gusto conocerlo— Estiró su mano hacia el doctor. Este la miró de pies a cabeza.
—Oh— La expresión en el rostro del Doctor al ver quién era ella le provocó más nerviosos de los que ella tenía —El gusto es mío. Soy el director del hospital, el Dr. Jeremiah Adams
A pesar de que no había dado una buena impresión, intentó sonreír al doctor para relajarse, sin embargo, el semblante de este provocó que la sonrisa se esfumara pronto.
—Bien Harleen, iremos al departamento que te corresponde, te presentaré a una colega que es la jefa de ese departamento...
Harleen empezó a seguir al director. La frivolidad con la que fue recibida la hacía solo sentirse que no debía de estar ahí. Volteaba a todos lados, mirando las paredes blancas del hospital, y de vez en cuando encontrándose con algún enfermero o paciente.
Llegaron a la subdirección de Psiquiatría, una zona conformada por consultorios y oficinas.
—Dra. Joan Leland— El Dr. Jeremiah se dirigió a una doctora alta, de cabello corto y piel oscura que se encontraba de espaldas. Esta se dio la vuelta —Le presento a Harleen Quinzel, la nueva interna, hoy se integra con nosotros
—Harleen, mucho gusto en conocerla
—Gracias, el gusto es mío
—Bien, las dejo, hay mucho que hacer en este hospital
Antes de decir otra palabra, el Director desapareció.
—Bien Harleen— La Dra. Leland habló al notar que las emociones de Harleen estaban notándose en su exterior —Antes de comenzar, debo de decirte algo: Leímos tu historial académico y de verdad que a muchos de nosotros nos tomó por sorpresa el hecho que decidieras que tú internado fuera aquí en Arkham, tus calificaciones son excelentes y tú tesis es sobresaliente
—Bueno, es que... No tuve mucha elección realmente
—Lamento escuchar eso. Pero por mientras acompáñame, te mostraré el lugar y te presentaré a los que serán tus compañeros
La Dra. Leland empezó a caminar y Harleen empezó a seguirla.
Llegó a una sala de reuniones donde había otros dos doctores en medio de su almuerzo.
—Chicos, vengan. Ella es Harleen Quinzel, la nueva interna
Uno de los doctores era una mujer alta, de cabello rubio natural, piel blanca y ojos verdes. El otro doctor era un hombre de cabello castaño, barba y piel morena clara.
En ese momento vocearon a la Dra. Leland, dijo que volvería en un momento, dejando a solas a Harleen con sus nuevos colegas.
—Hola Harleen, soy Susanne Brown. Puedes llamarme Susy
—Hola Susy—Las dos mujeres estrecharon la mano. El hombre quedó detrás de Susy, esperando pacientemente su turno para presentarse.
—Yo soy Guy Kopski
—Hola Guy
—Así que Harleen, es un lindo nombre, ¿Podemos llamarte Harley?
—¿Harley?
—Si, como un apodo, como Susanne y Susy
—Gracias... Pero preferiría mi propio nombre
Los doctores se miraron entre sí.
—Bueno... —Harleen intentó hacer una conversación entre los dos —Este lugar no luce tan mal como me lo han dicho
—Dios, se nota que eres la nueva. Esto es horrible— Susy empezó a quejarse —Todos los días aguantar a los mismos locos de siempre, soportar que no funcione el aire acondicionado o la calefacción, que empiecen los pacientes a tener crisis mientras comes, o tan sencillo como cuando "El Paciente" escapa.
—¿"El Paciente"?
—Si, uno de los más problemáticos, espero que te toque tratarlo pronto, ya hemos intentado de todo y parece que nada funciona. Me han dicho que eres
inteligente, podrías tal vez darle su cura, o su remate
Harleen, intentando sonreír de nuevo, quiso intentar responder a ello.
—Bueno, muchas gracias, espero dar lo mejor de mí—
—Oh Susy, no seas tan cruel con la nueva— Guy empezó a burlarse.
Nuevamente, la inseguridad de Harleen la atacó y la volvió callada.
—Oh Harley
—Es Harlee—
—Como sea, se que nos ves muy relajados y tranquilos, pero no por eso aceptamos a cualquiera como amigo. Se que la Dra. Leland es una mujer que quiere que todos estemos agarrados de las manos y vivamos una gran amistad, pero créeme que eso no va a pasar. Sólo somos compañeras de trabajo, ¿Entendiste?
La poca seguridad que había Harleen atrapado mientras conversaba con ellos decidió enterrarse viva a sí misma. Harleen agachó su cabeza hacia otro lado, sintiendo pena.
—Lo entiendo
—Bien
Para fortuna de Harleen, la Dra. Leland apareció de vuelta y se la llevó de ahí.
Las dos doctoras salieron de las oficinas y empezaron a caminar por los pasillos del hospital. La Dra. Leland le explicaba amablemente en qué
consistía cada uno.
—Espero que puedas acostumbrarte rápido a este lugar, aquí hay mucho trabajo que hacer
—Y que lo digas, escuché de nuevo del recorte
—Oh sí, parece ser que después de 10 años los millonarios no entienden. Por esa misma razón del recorte hemos tenido que reducir las plazas del
Internado a sólo una, en la que estás justo ahora. Estuvimos a nada de cerrar todas las plazas al menos por este año
Escuchar eso fue como si el destino le dijera a Harleen que siempre ella iba a ser su juguete favorito para probar que tan desgraciada podía llegar a ser una persona.
—Oh, wow...
Pasaron las siguientes horas recorriendo el hospital. Joan era alguien muy tranquila y relajada. Con amabilidad y paciencia, le explicaba todo lo que sabía a Harleen y le resolvía las dudas que ella tenía.
—Normalmente en el hospital hacemos diferentes tipos de terapia, las terapias electroconvulsivas son nuestra última instancia, pero las solemos usar, conforme vayas avanzando nosotros te enseñaremos a manejar los aparatos para cuándo alguno de tus pacientes requiera esa terapia
—Suena interesante, pero ¿No es algo peligroso?
—Si, si no lo sabes manejar
—Vaya, son muchas cosas de las que debo aprender
—Y aprenderás. Vamos a la zona donde se encuentran algunos pacientes—
Entraron las dos doctoras a un elevador. Cuando esté bajaba, Joan seguía explicando más cosas a Harleen.
—¿Qué opinas hasta ahora? ¿Qué opinas del asilo de Arkham?
—Bueno, creo que esto es muy... Bueno, no quiero sonar grosera, yo he escuchado historias de este lugar, creía que era un lugar horrendo, pero...
—¿Pero?
—No es tan malo como parece realmente
—Ah Harleen, ¿Por qué piensas que sonarás grosera? Es una opinión honesta, la más pasiva que he escuchado de este lugar siendo sincera, pienso que—
El elevador se detuvo en ese momento. Joan se extrañó, pues no era el piso al que tenía en mente. Se abrieron las puertas, un enfermero con la cara cansada y llena de sudor estaba del otro lado.
—Señoritas, será mejor que salgan de este elevador, estamos trasladando a "El Paciente" a otra celda, lo mejor será que salgan
Harleen miró a Joan, se veía muy disgustada.
—Dios, ¿Tienen que hacerlo ahora? Estoy con esta chica, es la nueva y puede haber riesgo...
—Lo siento mucho Dra. Joan. Ya vienen con él
Haciendo una mueca de frustración, Joan volteó hacia Harleen.
—Harleen, este es un paciente sumamente peligroso, sólo sígueme, mantén la cabeza agachada, no la eleves ni por curiosidad y no mantengas contacto visual con este paciente
—Ok... — Insegura de seguir las instrucciones, las dos doctoras salieron del elevador. Mientras escuchaban gritos del enfermero diciendo que se preparan, que ya estaba el elevador, la tentación de Harleen de mirar hacía arriba era tan grande.
Escuchó pisadas que venían hacía donde estaban ella y la Dra. Leland, sus ojos miraron que su superiora iba al frente con la misma posición que le ordenó que hiciera.
Su primer error, mover sus ojos de lugar.
Su visión empezó a seguir el sonido y vio los pies de los enfermeros y "El Paciente" a quién le decían que no lo mirará a los ojos.
La curiosidad mató al gato, y Harleen era un gato muy curioso.
Sus ojos lentamente se elevaron hasta enfocarse al rostro de ese tal "Paciente".
Vio a un hombre de ojos claros, mucho más claros que sus ojos, y ya entendía porque le decían que no lo mirará a los ojos: Ella ya estaba en la mira de él.
Harleen apartó su vista apenada, pero a los dos segundos se atrevió a mirarlo de vuelta, y ahora observó al rostro de "El Paciente" por completo. Piel blanca, arrugas al lado de cada uno de sus ojos, una barba de dos días, su cabello llegaba hasta sus hombros y era color oscuro con una que otra cana.
Y claro, una sonrisa en el rostro de él.
Harleen, al sentir el peso de la mirada de ese paciente, nerviosamente le devolvió la sonrisa y relajó su cuello y hombros, ahora elevando su cabeza hacía él. Observó que en el rostro de ese hombre hubo un poco de sorpresa y a la vez satisfacción.
Los dos, después de cruzar sus caminos, continuaron con estos, Harleen siguió a la doctora y "El paciente" siguió al paso de los enfermeros que estaban sobre él.
Harleen no soportó la curiosidad una vez más, giró su cabeza hacía atrás para verlo una última vez, y él estaba haciendo lo mismo, sonriéndole. No pudo evitar corresponderle la sonrisa.
—¿Harleen?
Harleen inmediatamente volteó hacía la doctora y le siguió el paso, pues iba muy adelante que ella.
—¡Lo siento! Me puse nerviosa y no le seguí el paso
—No te preocupes, todos en este hospital nos ponemos nerviosos cuando se
trata de este paciente— Cuando se escuchó el elevador cerrarse, la doctora se persignó —Dios, cuida a esos enfermeros...
—¿Eh? ¿Ese paciente es... Muy malo?
Joan miró con ternura y sosiego a Harleen.
—No te conozco mucho, pero creo que pecas de inocente. Te diré quién es ese paciente Harleen, es uno de los más peligrosos que hayan existido, pues gracias a él, Gotham está sumergido en el crimen
Las cejas de Harleen se encorvaron.
—¿De verdad? Que horror... Dra. Leland—
—Puedes llamarme Joan
—Joan, ¿Ese paciente quien era?
—¿Qué quién era? Oh Harleen, ese paciente peligroso en Gotham es conocido como el Joker.
En ese momento, Harleen sentía que alguien la empujaba a un precipicio.
Quedando impactada, sus ojos se abrieron hasta donde sus párpados le permitieron y su boca por igual.
—E-e-e-¿Ese hombre de...? ¿Ese de ahí...?
—Sí, el mismísimo Joker. Ahora ya entiendes porque recé por esos enfermeros
Harleen miraba de nuevo al elevador, incrédula. Miraba a la doctora, estaba total y completamente sorprendida.
—Pero... Pero... En persona no se parece...
—¿En persona?
Era hora de confesarle a la Dra. Leland que no había seguido sus instrucciones, pero decidió contarle la verdad a medias.
—... Hace un momento me... Me voltee un poco, justo cuando pasamos de él y ya estábamos lejos, el estaba mirando atrás. Yo no, yo—
—Ah, está bien Harleen, no creo que te reconozca de lejos, creo que no tiene buena vista. El problema hubiera sido si lo hubieras visto de frente.
Harleen tragó saliva en ese momento, pero intentó ser disimulada.
—En fin Harleen, aún tenemos mucho que recorrer de este hospital, la siguiente sala es donde nos solemos reunir cuando hay comités de Bioética…
No pudo escuchar a la Dra. Leland después de eso. Seguía nerviosa con cada paso que daba.
Había leído acerca de él, los asesinatos que había cometido, como se había ganado el apodo de "El príncipe payaso del crimen", y cómo fue que en una noche logró reunir a su reino.
Y a la vez, fue la única persona que le dedicó una cálida bienvenida a Arkham con esa sonrisa.
En su recuerdo, ella no pudo evitar sonreír. Pero cuando se daba cuenta de eso, intentaba comportarse y guardar la compostura.
—Eh... Joan, lamento interrumpirla pero tengo una duda
—Claro Harleen, ¿Qué ocurre?
—Cuando se me asignen pacientes... Para tratarlos obviamente, ¿Podré elegirlos o declinarlos?
—Hablas por el Joker, ¿Cierto?
Apenada, Harleen bajó su cabeza.
—De verdad que temería tener una consulta con él...
—Harleen, escúchame, se que Arkham no es el mejor hospital psiquiátrico, pero hasta en el mejor de todos siempre hay pacientes completamente peligrosos que no cualquiera puede tratarlos. Igual no está de más advertirte: Pacientes como el Joker son verdaderos psicópatas, ponerte al Joker cómo paciente sería como lanzar un corderito a una manada de lobos. Te comería como el desayuno por ser la novata. Así que por ese lado, no temas, el Joker no será tu paciente en lo que tú estadía dure aquí
—Oh, muchas gracias, de verdad
—No te preocupes, de cualquier manera no ha visto psiquiatras mujeres en muchísimo tiempo, la última vez que una psiquiatra mujer lo trató terminó asfixiada por una cadena de sus esposas
El miedo fue demasiado evidente y rápido en Harleen.
—Que... Que horrible...
—Por eso ni locos dejaríamos que estuvieras con esa clase de paciente
—Gracias...
—Bien, como te decía, nosotros aquí hacemos diferentes tipos de...
El día pasó demasiado rápido. Muchas cosas por aprender, y mucha paciencia que tener.
Cuando terminó el día, a Harleen se le fue asignado un consultorio, en donde se volvería su espacio de trabajo.
Sentada, pensaba en su primer día. Pensaba en la sonrisa del Joker. Y cada vez que lo hacía, se sonrojaba y sonreía involuntariamente.
—No Harleen, no— Se decía a sí misma —Es un loco, es un criminal. Te
asesinaría apenas tuviera la oportunidad... Si tuviera la oportunidad
Harleen se recargó en su asiento y pensó en esas palabras. Cerró sus ojos. Una media hora después había terminado su turno en el hospital. Salía de este y tomaba de nuevo el tren. Rezaba con no tener mala suerte como en la mañana.
Llegó a su estación, en cuanto bajó notó que había muchas personas reunidas
en la estación. Se acercó y veía que muchas personas estaban tomándose fotografías en el sitio donde el Joker había asesinado a los tres hombres de Wall Street. Era un lugar turístico para la gente rara.
Sacudió su cabeza, no quería pensar en eso, subió las escaleras y fue a su casa.
Caminó un par de calles de la triste y fría Gotham, era inicios de Otoño 1991. Llegó a su departamento. Entró cansada, quitándose la bata.
—Mamá, ya llegué
—Vaya, hasta que llegas...
Esta vez tuvo una respuesta de su madre.
—Tuve mucho trabajo hoy, era mi primer día— Harleen dejaba su bolso y su bata en el sofá — Pero ¿Sabes que? Me fue bastante bien el día de hoy, Arkham no es tan malo como parece
—¿Y porque no te internas con esos locos? Harleen, Arkham es el peor sitio de Gotham, el lugar más peligroso del mundo
—En realidad ese sitio peligroso es Chernobyl, y—
—¿Tú no entiendes lo que quiero decir? Serás tonta
Harleen ignorando eso, caminó hacía la cocina, sabía que iba a recibir una lluvia de insultos de parte de su madre.
—No puedo creerlo aún Harleen, eres una pequeña zorrita, ¿Por qué no te acostaste con uno de tus maestros para que te largaras de Gotham? Experiencia ya la tienes
Harleen bajó la cabeza al escuchar esa última frase. Su madre sabía que las cosas no habían pasado así, pero no le creía, y nunca le creyó. Limpiándose la lágrima, tomó un plato de cereales y empezó a comerlos en la barra.
—Dios mío, ¿Ya viste las noticias? Ese tal enmascarado está en la boca de todos, me tienen harta
Su madre, una mujer que físicamente se pareciera a Harleen a excepción de la edad, la complexión y los ojos verdes.
—¿Ya cenaste?
—Ya, unas donas con café con leche
—Madre, ya te dije que deberías de comer más sano
—Bah, de algo tendré que morir
—Si, pero de ese trecho antes de morir sufrirás muchas enfermedades. No quiero que te pase nada de eso, quiero verte sana y—
—¿Acaso pedí tu opinión de mi vida?— La madre interrumpió de forma abrupta a su hija —Quieres arreglar muchos aspectos de mi vida después de que la arruinaste. Por tu culpa tu padre se fue de la casa, y si no se hubiera ido, no estaría muerto
Harleen sólo agachó su mirada llena de culpa.
—Ya lo sé mamá
—¿Y si ya lo sabes porque tengo que repetírtelo? Mi vida inició con mis enfermedades y achaques después del abandono de tu padre. Hoy es su aniversario, ¿Lo recuerdas?
—Sí mamá
—Entonces ve a tu habitación y no me estés jodiendo a mi. Dios, lo que una calentura adolescente puede provocar
Harleen no quiso escuchar más a su madre, simplemente entró con su cena en mano a su habitación y se encerró. Intentaba comer su cereal mientras las lágrimas se desbordaba de sus ojos. Quiso recordar los eventos de hace diez años, y lo único que provocaron fue que terminará llorando más y más. Dejó el plato en su tocador, se quitó sus ropas para ponerse su pijama de seda y se acostó en su cama.
Intentaba dormir, pero en un sitio como Gotham, y sobretodo en aquella fecha, era incluso más difícil dormir. Pero el sueño lo pudo conciliar. Sin embargo, sus sueños no solían ser tranquilos, al día siguiente despertó sobresaltada.
Quedó en su cama por muchos minutos.
¿Es que la vida siempre sería así, sin tener una oportunidad de cambiarlo todo?
Dejando de reflexionar, se levantó, se duchó y empezó con la misma rutina del día anterior.
Después de una hora llegó al hospital, y antes de entrar, se dijo a sí misma un par de palabras:
—Nada de lo que ocurrió ayer pasó realmente. No importa que tanto te afecte Harleen, sigue con tu vida, y pretende que todo va bien en ella, lo pudiste hacer por una década, puedes hacerlo un año aquí…
Harleen entró al hospital y con una sonrisa tímida en su rostro, saludó a todos
los que estaban ahí:
—¡Buenos días a todos!
...
"Oh yes, I'm the great pretender
Pretending I'm doing well
My need is such I pretend too much
I'm lonely but no one can tell"
— Freddie Mercury – "The great pretender"
[N/A: Bueno chicos, tenemos capítulo 2
¡Y finalmente pasó! ¡Harleen y Joker/Arthur al fin se miraron! Espero que les gustará mucho como fue ese momento. Quería que fuera algo sencillo pero que el feeling estuviera ahí entre los dos, como algo que los conecta y que lo saben ambos. Espero que les haya gustado mucho, ¡Nos vemos el siguiente capítulo!
