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—¡Buenos días a todos!
Harleen saludó a todos dentro de la recepción con alegría fingida, aunque sólo la recepcionista le contestó con amabilidad fingida también.
Tratando que ese minúsculo hecho no le afectará en su escudo falso de seguridad, ella fue hasta a la subdirección de psiquiatría. Cuando llegó, a la primera persona que encontró fue a Susanne. Al verla, sólo le dedicó una ligera sonrisa, aunque le había dejado muy en claro el día anterior que sólo serían compañeras de trabajo, no podía dejar de ser descortés.
Sin embargo, Susanne no dijo nada al respecto, ni siquiera le regresó la sonrisa. Harleen, intentado fingir que no le afectaba el hecho, siguió con su día.
Harleen fue a la cafetera, mientras esperaba que su café estuviera listo, ella se puso a leer un poco sobre el trabajo que iba a tener esa semana.
—Buenos días señorita— Extrañada de que alguien le dirigiera la palabra, elevó su cabeza. Guy estaba a un lado de ella con una sonrisa y mucha energía.
—Ah, Guy, Buenos días— Tratando de ser cortante, ella sacaba su taza de la cafetera mientras tomaba los cubos de azúcar y la crema.
—¿Dónde están tus modales?
Harleen extrañada de lo que escuchó, elevó su cabeza hacía Guy.
—Bueno, creía que no querían que les hablará
Guy se sorprendió de lo que dijo Harleen. Inmediatamente quería remediar todo lo que ocurrió ayer.
—Oye, si lo dices por lo de Susy, no le hagas ni un poco de caso, Susy es una mujer muy celosa, siempre le gusta tener la atención para ella, te aconsejo que no le hagas mucho caso, si la ignoras, las cosas irán con calma en este lugar
—Gracias Guy— Sonrió Harleen a su compañero.
—Dime, ¿Que tal Arkham? ¿Es demasiado rústico para una mujer moderna como tú?
Ciertamente había muchas cosas que le molestaban a Harleen, una de ellas era que la gente entrara demasiado rápido en confianza con ella.
—La verdad es que no entiendo lo de mujer moderna. No me considero como tal
—¿Ah no? ¿Y cómo es que te consideras?
—Una… Mujer normal, supongo
—¿Mujer normal? ¿Segura?
—Si, alguien estándar— Harleen trataba de mirar a otro lado, buscando con la mirada algo más interesante que seguir conversando con su compañero.
—No lo creo, tu tienes algo que te hace diferente, ¿Cuántos años tienes?
—¿Porque quieres saber eso?— Harleen tomaba su taza aún con café y se iba de la sala a su consultorio.
—Oh vamos, no es nada malo
—No, pero es raro, y me siento muy incomoda desde que llegué aquí. Además, eres muy amigo de Susanne, yo no quiero causar problemas
—Harley ya te lo dije, Susa—
Harleen se detuvo al instante, haciendo que casi Guy chocara con ella.
—¡Es Harleen! ¡Sólo Harleen! Dios, ¿Porque les cuesta recordar eso?
—Harleen, Harleen, si te parece mejor Harleen así te diré. Bien, dime Harleen, ¿Cuántos tienes?
Cruzándose de brazos, y un poco molesta, tuvo que hacer conversación con él.
—25 años, los acabo de cumplir
—¡Dios! Que pequeña estás— Guy le acarició la cabeza a Harleen como si fuera un pequeño animalito. Otra cosa que le molestó a Harleen —Si te preguntas la edad de nosotros, bien, la Dra. Joan tiene 39 años, yo tengo 34, y aunque Susy lo niegue, ella ya está por entrar a los 30
—Oh, que interesante, supongo…
—Sí, espero que puedas conseguir un trabajo aquí, a veces necesitamos muchos especialistas de la salud mental, y cómo es Arkham, nadie quiere formar parte de eso, yo lo sé, sé que te—
Harleen giró su cabeza de repente a los dos lados del pasillo.
—¿Ocurre algo?— Guy preguntó levantando una ceja.
—Eh… Nada en realidad, creía que alguien nos estaba esperando en algún lado…— Harleen miraba a todos lados para asegurarse que su instinto no le fallará.
—Suele pasar cuando entras a un psiquiátrico. Siempre tienes la sensación de que alguien te está siguiendo
—¿De verdad?— Harleen preguntó con sinceridad y de forma nerviosa.
—Sí, es como si los fantasmas te siguieran o algo por el estilo. No te preocupes, esa sensación se va a quitar pronto
—Eso espero, gracias
—Por nada, por cierto, me retiro, tengo muchos fenómenos de circo que debo de atender
Harleen estaba a punto de reírse, pero no le pareció ético el comentario de Guy, que prefirió reservarse la carcajada.
Harleen, haciendo lo mismo, se dirigió a su puesto de trabajo.
Pasó parte del día dando consultas y haciendo notas médicas, nada fuera de lo común. Era su segundo día, si quería ser la mejor psiquiatra, tenía que ser paciente.
Se encontraba terminado una nota cuando una alarma se escuchó de repente, Harleen se sobresaltó. Era una alarma que parecía más bien una campana que era golpeada en repetidas ocasiones ¿Qué significaba esa alarma? ¿Había un incendio? Rápidamente se levantó y salió de su consultorio.
Al salir, notó que en el pasillo no se encontraba ni un alma.
"Seguro ya todos salieron y yo soy la última" Empezó Harleen a apurarse, empezando a correr. La campana seguía tocando, en intervalos de 6 golpes.
Harleen trataba de pensar dónde se encontraba la salida de emergencia, pues estaba en un 5to piso, si era un incendio, no era buena idea usar elevadores. Pero aún no podía recordar dónde estaba la salida.
Su oído empezó a agudizarse, creyó escuchar pasos al fondo.
"Uff, no soy la única, menos mal" pensó sintiéndose alivianada. Caminó hacía donde escuchaba los pasos entusiasmada, estaba incluso en su mente planeando la conversación que iba a tener con esa persona.
Y alcanzaron a escuchar sus oídos una risa psicótica.
En ese momento, se dio cuenta que la alarma no era por un incendio, era porque "El Paciente" había escapado.
Se dio la vuelta y corrió, no iba a encontrarse con él de ninguna forma. Para su fortuna, encontró un armario de limpieza, lo abrió y se encerró ahí.
La campana no sonaba de tocar. Y realmente empezaba a estresar.
Una vez resguardada, Harleen se sentó en el suelo, empezó a sentirse mal y enojada, ¿Por qué nadie le había dicho que existía una alarma especial en caso de que algún paciente escapará? Llegó a pensar que esa alarma fue creada sólo para él.
Eso explicaba los pasillos completamente deshabitados, todos se habían resguardado, nadie quería morir a manos de un psicópata.
Escuchaba la risa volverse cada vez más fuerte y los pasos acercarse más. Maldijo haber llevado tacones ese día, pudo haberla escuchado. Rogaba a Dios de que no la hubiera escuchado.
Por la ventana esmerilada de la puerta del armario, Harleen elevaba su cabeza, y como si fuera una película de terror, ella veía la silueta del Joker pasar. Pero él ni siquiera se inmutó de que había una persona ahí. Harleen recuperó el aliento al darse cuenta que no se había percatado de su presencia.
Se levantó poco a poco. Lentamente. Asegurándose de no tirar algún limpiador o cloro en el proceso. La ventana no estaba del todo esmerilada, así que podía ver un poco del exterior.
En la parte limpia de la ventana de la puerta, Harleen puso sus ojos. A pesar del miedo, quería saber quién era. Es decir, ella ya sabía que era el Joker, pero quería saber quién es el Joker.
Volvió a ver al mismo paciente esposado del día anterior. Lo reconoció de espaldas.
Cuanto más lo veía, más le parecía irreal. Cuántas veces no había escuchado de él, cuántas veces no había leído de él. Era como si viera a su escritor o actor favorito caminando justo enfrente de ella.
Pero lo único que había escrito el Joker fue un camino de sangre, y las únicas canciones que compuso fueron sinfonías de terror.
Se acercó más a la puerta, quería verlo.
¿Que clase de sensación era aquella? Le temía, pero quería saber que era estar cerca de él.
El Joker se detuvo. Harleen se alejó de la ventana, pero aún podía verlo a través de está claramente. El empezó a reírse, primero era una risa suave, y de repente esta se descontroló.
Reía con fuerzas, reía tanto que su voz se escuchaba quebrada y desgastada. Tosía cuando sus cuerdas vocales se herían, pero no era lo suficiente para que su risa se detuviera.
Ella sólo miraba asustada del otro lado, y la vez fascinada.
La risa empezó a apaciguarse, se agachó y empezó a respirar profundamente. Sacudió su cabeza hacía adelante, liberado por fin de la risa maldita. Con la libertad de su lado, no tuvo mejor forma de festejar que bailando.
Dio vueltas por el pasillo, dio uno que otro paso y elevaba sus brazos hasta donde sus manos esposadas le permitían. Abrió su boca, estaba tarareando una canción, era una canción que Harleen se sabía de memoria, pues la cantaba con sus padres cuando era niña.
—I've been a puppet, a pauper, a pirate, a poet, a pawn and a king, I've been up and down and over and out, and I know one thing each time I find myself laying flat on my face, I just pick myself up and get back in the race— Harleen empezó a susurrar y a la vez cantar en voz baja. Volviendo a sonreír mientras trataba de seguirle el ritmo al Joker, incluso sus pies empezaron a bailar un poco —That's life, that's life, And I can't deny it, many times I thought of cuttin' out but my heart—
—¡Ahí está!— Escuchó otro grito, y de repente escuchó pasos corriendo. Harleen se alejó de la puerta, y escuchó una pelea, golpes, maldiciones y una risa dolorosa de fondo.
—¡Lo tenemos!— Uno de los guardias gritaba mientras con su porra golpeaba al paciente. Los otros tres enfermeros empezaron a tomarlo a la fuerza.
—¡Estoy harto de esta mierda! ¡Ni una maldita camisa de fuerza se le puede poner a este malnacido!
Harleen quería mirar más de la escena, se acercó de nuevo y se recargó contra la puerta para saber qué era lo que pasaba: Veía como todos lo sujetaban y lo golpeaban, no podían contra él. Lo único que podía mirar era a su rostro, a su risa incontrolable. Volvió a ver de nuevo sus ojos.
Era tanta su ansiedad de saciar su curiosidad que no se daba cuenta dos cosas: Se estaba recargando demasiado contra la puerta, y la había cerrado mal.
La puerta se abrió, dejando caer a Harleen al suelo. Si no llamaba la atención el sonido del golpe contra el suelo, entonces fue el grito quejumbroso que ella dio.
La atención fue puesta sobre ella en cuestión de segundos.
—¡Oye! ¡¿Qué haces tú aquí?!— Uno de los guardias le gritó —¡Debes de irte rápido de—
Escucharon dos golpes secos atrás. Los ojos de Harleen observaron que el Joker había aprovechado la distracción, usó su cabeza para liberarse de uno de los enfermeros y tomó la porra de uno de los guardias, golpeó a todos en la cabeza, dejándolos muy mal.
El guardia que quedaba sacó su pistola táser para inmovilizarlo, pero el Joker golpeó la pistola con la porra y de paso golpeó la cabeza del policía al menos cinco veces.
Dejó caer la porra al suelo, pues estaba una mujer frente a él.
Harleen quedó congelada, estaba nuevamente cara a cara. Estaba frente al peor psicópata de la ciudad (Otra vez).
Ella asustada y tratando de conservar la calma, elevó sus manos hacía él.
—Cálmate… No te voy a hacer nada...— Su voz estaba cargada de miedo, y no quería que el miedo se apoderará de ella pronto —Lo… Lo prometo...
Pero esas palabras eran palabras vacías para él. Ella caminaba hacía atrás, esperando que la dejará ir. Debía de ser una buena idea decirle que se tranquilizara. Pero no lo fue.
En vez de relajarse, él apresuró su paso hacía ella.
Sin pensarlo más, se dio la vuelta y empezó a correr por su vida.
No importaba si se lastimaba en el camino, ella tenía que huir. Volteó hacia atrás y veía que él estaba corriendo igual, iba por ella. Definitivamente iba por ella.
Harleen empezó a gritar por ayuda, pero parecía que toda Arkham estaba deshabitada. Dobló una esquina y corrió hasta encontrar la puerta de las escaleras.
Bajó como podía, no importaba si se caía de las escaleras, eso incluso le daba más ventaja. Uno de sus tacones no aguantó y tronó mientras ella bajaba. Efectivamente, cayó y ahorró solo 4 escalones que bajar. Con su media izquierda rota, se quitó sus zapatillas y volvió a correr.
No sabía a qué piso había llegado, sólo salió de las escaleras y corría entre los pasillos. Golpeaba cada puerta que veía, pidiendo ayuda, que la dejarán entrar. Nadie respondía. Seguía corriendo, frustrándose de que nadie parecía tener las ganas de ayudarla.
Siguió buscando hasta dar con un pasillo sin salida. Sólo una ventana. Miró por esta. Estaba en el cuarto piso. Si se aventaba, lo mínimo eran muchos huesos rotos.
Asustada, con sus zapatillas en la mano, dejó caer la zapatilla rota y tomó con sus fuerzas la zapatilla que aún servía. Su tacón era menos de 10 CM, pero era su única arma. Ella estaba lista para usarla como arma en caso que llegará el Joker por ella.
Vio una silueta de un hombre hacerse cada vez más grande, se preparó para enfrentarse a él.
—A los ojos, atácalo por los ojos… — Volvía a decirse a sí misma en voz baja —Concentrará su dolor en uno de sus ojos… Te dará tiempo de huir… Corres a las escaleras hasta llegar a planta baja… Atácalo Harleen, atácalo… — El hombre dobló la esquina, Harleen elevó su brazo —¡ALÉJATE DE MI!
—¡No! ¡Espere!— Era uno de los guardias, Harleen se detuvo a tiempo. El guardia tenía excelentes noticias —Lo atrapamos, todos dentro del hospital están a salvo
Era todo lo que ella necesitaba escuchar. Se dejó caer al suelo, aún en shock.
Unas horas después, Harleen no podía seguir tranquila, pero no por el incidente al que había pasado, sino porque estaba muy, muy enojada.
—¡¿Por qué ninguno de los dos le dijo a Harleen lo que significaba la alarma de pánico?!
La Dra. Joan estaba regañando a Susanne y a Guy. Harleen estaba sentada, asimilando que aún estaba con vida. Se encontraba descalza, bebiendo un té.
—Creíamos que usted ya lo había hecho
—¡Les dije claramente qué detalles que a mí se me olvidarán decirle a Harleen ustedes deberían de decirlo!
—Ay por favor Joan, no fue para tanto— Susanne habló como si hubiera sido cualquier cosa.
—¿No fue para tanto?— Harleen se levantó del asiento indignada, acercándose a Susanne muy amenazante —¡¿Crees que no fue para tanto?! ¡El Joker me empezó a perseguir por toda la clínica! ¡Tú hubieras hecho lo mismo!
—Ay por favor, los guardias dijeron que te habías caído, aparte la alarma es diferente a las demás, ¿Cómo pudiste confundirla?
—Yo creía que era una alarma de incendios o desastres naturales, ¡Era obvio lo que pensé!
—Pues no piensas mucho a lo que veo
—¡Basta!— Joan gritó —Por el amor de Dios Susanne, ¡¿No podías decirle algo tan sencillo como eso?! ¡Harleen pudo haber muerto!
Susanne volteó sus ojos.
—Es cierto lo que dice— Guy habló, provocando que Susanne se sorprendiera —Harleen estuvo en peligro. Yo si acepto la responsabilidad de que ella pudo sufrir algún daño por no darle esos detalles vitales que hacemos en Arkham. Espero que puedas perdonarnos Harleen
Ella solo se cruzó de brazos, ni siquiera tenía ánimos de responder.
—¿Necesitas algo más Harleen?
—Si, el día libre… Y un par de zapatos por favor
Lo único que pudieron conseguirle a Harleen fue lo segundo. Estuvo el resto del día en Arkham con zapatos de enfermera.
Susanne no quiso hablar con ninguno del departamento, Harleen estuvo todo el día intentando calmarse, bebiendo té junto con Guy cada vez que no tenía pacientes.
—Te juro que creía que iba a morir
—Eso yo creía cuando él Joker escapó hace 7 años, sólo tenía cuatro meses trabajando. Y eso que me encerré en un armario de expedientes con tres enfermeras y dos pacientes
—Dios, debe de ser un verdadero estrés cuando él escapa— Se llevó su mano a su cabeza, vaya que su vida si corrió peligro.
Guy notó que Harleen ya se encontraba más tranquila, así que era hora de las preguntas incómodas.
—Y dime, ¿Cómo fue ver al Joker en persona?
—Ya no quiero hablar de eso Guy, por favor
—Vamos, es que nunca lo he visto yo en persona, y tú ya tuviste esa magnífica oportunidad
—¿Magnífica? Cristo…— Harleen tomaba un sorbo a su té de manzana, no podía creer lo que escuchaba, pero no había mucho que hacer para ella en ese momento —Bueno, ¿Quieres que te diga cómo fue ver al Joker en persona? Te lo diré: Fue como ver a Jack Torrance, el de The Shining, la escena cuando tiene la maldita hacha. ¿Recuerdas la maldita cara de loco que ponía? Exactamente fue lo mismo
—¿Y en vez de decir "¡Aquí está Johnny!" gritó "¡Aquí está Joker!"?
Guy soltó una carcajada mientras que Harleen sólo lo miraba con desprecio.
—No es gracioso Guy
—Lo siento, es una pequeña broma para que puedas relajarte un poco
—Eres un idiota…
—Ya me lo han dicho antes
Harleen sólo quería desaparecer por mucho tiempo. Estaba asustada. Ya entendía porque todos en Arkham le temían. O más bien, todos en Gotham.
Al final del turno, Harleen salió de Arkham, y en el camino se encontró con el director. Esperaba que él le diera unas palabras de apoyo por lo que había ocurrido, o una disculpa por la seguridad del hospital. Sin embargo, sólo la vio de pies a cabeza y se fue de paso.
Harleen elevó una ceja, y tratando de no tomarle importancia, siguió caminando, escuchó entonces su nombre entre gritos, volteó y era Susanne.
—¡Espera Harleen!— Susanne llegó hasta con ella. Harleen al verla llegar apurada y entusiasmada, sintió un poco de optimismo, tal vez ella iba disculparse por su actitud por ese día.
—¿Pasa algo?
—Si, si pasa algo… No te lo dije porque Joan estaba ahí, y ya sabes cómo es ella. Así que te lo diré: Tú no me vas a meter en problemas, yo tengo 5 años en este hospital horrendo, estoy dando lo mejor para ser trasladada a cualquier maldito hospital del país que no sea este, así que lo mejor será que no seas una entrometida
—¿Qué?
—Lo que escuchaste. No quiero tener problemas, no quiero que mis planes se vengan abajo porque una niñita no sabe quedarse quieta aunque le digan que está en peligro
—Ok...— Vaya, ¿Que clase de compañeros era esos? No importaba, lo único que quería era irse a casa.
—¡Harleen! Una cosa más: Siendo sincera, me caes mal, y ojala el Joker te hubiera… Te hubiera hecho un favor...
Susanne sonrió al decir lo último. Harleen volvió a quedarse en silencio.
—Ok…— Dirigió su mirada a otro lado.
—Muy bien, buenas tardes, Harley— Diciendo ese último apodo que odiaba Harleen, se fue, no sin antes chocar con su hombro a propósito. Harleen miró al cielo, y luego siguió su camino con la mirada agachada.
Pasando una media hora, sentada en el tren subterráneo, se llevó una mano a su frente.
Siempre se decía a sí misma que fuera más asertiva, más capaz de enfrentarse a ese tipo de personas. Pero era más complicado de lo que parecía. Además, otra interrogante le taladraba su cabeza:
¿A qué clase de lugar la habían mandado?
…
"To be or not to be?
That is not the question
'Cause I decided long ago to be!
With me it's what to be
Now making some suggestions
Good or bad, which is the best for me?"
Annette Hanshaw – "I want to be bad"
