In the past…

No imaginé tener respuesta pronto de este Fic, sobre todo porque no es mi fuerte (creí que estaba arruinándolo todo jaja). Pero ver sus reviews fue maravilloso y como este capitulo era parte del primero, pero lo separé para que no fuera tan largo, pues aquí les dejo lo demás.
Por cierto!, SI, que bueno que lo notaran. Hay una explicación de porque a veces el hijo de Spock y Kirk se llama George y a veces Chris. Ambos son sus nombres, pero el porqué lo digo mas adelante. Espero y me disculpen por la confusión, de ahora en adelante solo será Chris, a menos que esté por explicarlo.

Star Trek no me pertenece, Es una creación original de Gene Roddenberry y la película, de J.J. Abrams.

Los rumores de inmediato se tornaron en simples recuentos en voz baja de la realidad. El antiguo capitán del USS Enterprise estaba ahí, de nuevo… 20 años después y con… ¿el mismo físico de entonces?
Las voces decían de todo: sobre Spock, sobre Chris, sobre Jim o sobre… Khan.
Todo lo que fue y ya no era… lo que los llevó al dolor, a la soledad. Lo que mató esperanzas de todos en ese lugar.

– ¡Señor McCoy!, ¿Cuál es el estado de mi padre? – Chris tomó la muñeca del, ya no tan joven, doctor terrestre, acto por el cual este se giró de inmediato en dirección contraria y repasó unas hojas que había leído mas de 10 veces. Esa voz… esa maldita voz. Que facilidad tenía para doblegarlo. Pero no era el momento…

– Jim sufre de un fuerte trastorno de las funciones cerebrales… de alguna forma, su sistema reticular activador se encontraba dañado cuando fueron transportados a bordo, pero… – Bones tomó una pequeña capsula y la alzó hasta la altura de los ojos vulcanos que lo inspeccionaban. Chris pudo notar una pequeña aglomeración de puntos azules y verdes flotando sobre lo que parecía una muestra de sangre. – Esta "muestra" se encuentra mezclada con toda la sangre que Jim posee… y al parecer, impide que sufra una disartria después de volver en si…

– ¿Ha dicho "volver en si"? – La voz ligeramente perturbada del capitán de la nave, esposo del paciente y padre de Chris asustó a Bones, no lo suficiente como para hacerlo dar un brinco, pero lo necesario para hacerle sentir una rabia desastrosa que seguramente se curaría solo matándolo.

– ¡Parece que entras a hurtadillas, duende! – Chris jamás comprendió porque su padre le dejó la tutela de su lado "humano" a un hombre que ni siquiera podía respetar a su otro progenitor. – ¡Si!, dije volver en si…

Spock y Chris intercambiaron miradas con cada ceja derecha alzada y un pensamiento similar cruzó por sus cabezas perfectamente peinadas.
Ambos querían ser el primero en ver a Jim.

– Teniente, necesita presentar el reporte escrito de su exploración al coman…

– Espero el capitán me permita permanecer, dadas las circunstancias, un poco mas en la sala de exploración, junto al doctor McCoy. – Interrumpió el vulcano de mirada azul.

– La situación no amerita una falta al código de la Federación, ni la desobediencia hacia una orden de su superior.

– ¡Pero…! – Alzó la voz, como solo los humanos hacían. Spock lo miró aun con el rostro tranquilo, pero en su mirada estaba aquel brillo que su hijo reconocía perfectamente como "No es de vulcanos contestar irracionalmente". Desvió la mirada y comenzó a contemplar otras oportunidades. Había vivido 19 años resignado a desconocer al único hombre que podría haberle explicado mil cosas respecto a quien en realidad era… había sido tanto que, esperar unas horas mas para algo que jamás creyó tener, parecía ridículo.

– De hecho, no aconsejaría que ninguno de los dos lo vieran por ahora. En realidad, mi consejo como profesional es enviar a Jim a la Tierra lo más rápido posible.

Spock y Chris permanecieron con los brazos cruzados tras sus espaldas, hasta el momento en que McCoy dijo eso ultimo. Miraron al doctor con desconfianza y lo siguieron mientras caminaba en dirección del pasillo, hacia el elevador.

– Intenté inspeccionar este químico, sustancia o "loquesea", pero ningún programa de reconocimiento puede definir que es… podría ser algún artefacto de Khan, alguna nueva tecnología que nosotros desconocemos… pero, solo puedo asegurar una cosa. – Spock y Chris se detuvieron justo frente a aquella puerta que los separaba del rubio de ojos celestes. McCoy preparo su hypo y miró con lo que parecía ser una sonrisa bien disimulada por una travesura que realizaría en breve. – Mientras se le mantenga medicado, podremos ganar tiempo para descubrir que es.

Antes de poder preguntar algo mas, la puerta se expandió y la recamara donde Kirk descansaba quedó a la vista de los tres hombres.
Nadie estaba ahí dentro.

– ¿Jim?, ¡JIM! – Bones entró como si estuviera de cacería, con el hypo listo para ser disparado al cuello del rubio, pero este no se encontraba por ningún sitio. Los oídos sensibles de Spock y Chris les permitieron notar que alguien se encontraba saliendo de la ducha. – ¿Que rayos haces tomando un baño?, te dije que no podías levantarte de la cama.

– ¡Vamos, Bones! No iba a mantenerme todo el tiempo…

Jim se detuvo en seco.
Miró a los dos hombres de pie tras McCoy. A uno lo reconocía perfectamente, pero el otro… aunque idéntico al primero, le resultaba desconocido.
Su comandante, Spock, era aquel vulcano que no parecía demasiado envejecido. Pero su rostro lucía muy apagado… como si algo le hiciera, ¿falta?
El vulcano que más lo fastidiaba en todo el mundo, pero su amigo al final.

El otro… resultaba extrañamente similar a Spock, con el cabello peinado de la misma forma y el mismo color de cabello, las orejas puntiagudas, ese perfil alargado y la mirada… no, la mirada no era igual. Su mirada era azul celeste… ¿Dónde vió ese brillo antes?

– Eh… ¿Spock?, ¡vaya, Spock! – No pudo ocultar la alegría de ver a su amigo/molestia frente a él.

A diferencia de McCoy, el no lucía viejo. Todo era extraño, todo era desconocido. Bones le dijo que había permanecido en coma durante casi dos décadas. Solo eso… no hubo tiempo de mayores explicaciones. Quizá su compañero Spock, el vulcano, podría explicarlo..

Extendió su brazo y abrió la palma de su mano como si fuera a darle un apretón. Spock miró el gesto con incredulidad, pero al instante extendió lentamente su mano. Kirk recobró el conocimiento sobre ciertos aspectos acerca de los vulcanos y retiró su mano para dar un par de pequeñas palmadas al hombro del vulcano. De no ser porque eso seria completamente ilógico… casi podría ver la decepción en el rostro de Spock.

– Tú no envejeces nada… McCoy, en cambio, parece 50 años más viejo… – El rubio rió divertido, sintiendo en el proceso que llevaba milenios sin hacerlo. – ¿Y quien es el nuevo Spock?

Spock alzó una ceja, miró en dirección de su hijo y después hacia McCoy, quien lo observó con la misma seriedad.

– Teniente Christophe George Ki…

– ¡Si!, el teniente Chris… es de Nuevo Vulcano, ha subido a bordo de la Enterprise para estudiar el comportamiento humano, ¿cierto? – McCoy interrumpió al vulcano solo para notar que era inútil. Los vulcanos no mienten.

– Doctor McCoy, no considero apropiado que…

– ¡Y ya se van!, ¿Por qué no vas a explorar el nuevo Enterprise junto al teniente?, sirve que lo ayudas en su "exploración". Yo necesito tratar un asunto importante con el capitán Spock.

Y empujó al rubio que a duras penas se alcanzó a ponerse unos jeans plastificados negros y una camisa negra de la federación. Parecía un simple civil a bordo de la que debería ser su nave. Le ofendieron ligeramente las palabras "capitán Spock".

Bones no le dijo demasiado de nada. 20 años habían pasado, 20 años sin poder ver, sentir, explorar nada de lo que esa maravillosa obra de arte futurista había contemplado. 20 años desperdiciados… 20 años de nada… mientras el mundo siguió.

Sin él.

– Entonces… ¿eres vulcano?

– Evidentemente. – Contestó con seriedad el joven. Kirk sintió un leve escalofrío recorriéndole la espalda. Si que se parecía a otro vulcano fastidioso… ¿sería cosa del planeta?, ¿habría algo malo en la comida? – Señor Kirk – Comenzó Chris, conteniendo esas horrorosas emociones humanas que luchaban por salir a flote. – Temo que el doctor McCoy fue deshonesto al definir mi función dentro de esta nave…

– ¿No quieres saber nada sobre humanos?, deberías preguntarle a Spock cuanto ha aprendido de nuestra amistad… el es mitad… – De pronto, se detuvo. No tenia derecho a decir eso, ¿cierto?... el y Spock solo eran… eran amigos. De pronto un leve dolor de cabeza lo aturdió ligeramente. Quería fingir que podía reponerse rápido, pero… simplemente era demasiado doloroso. – Disculpa… Bones dijo que habría secuelas ligeras…

– No es del todo equivocada la suposición del señor McCoy… el tema de la condición humana me resulta fascinante… pero no es la prioridad de mis motivaciones.

– Tus ojos… no son como los de Spock, ¿también eres mitad terrestre? – Chris detuvo su paso ligeramente, pero de inmediato recobró la compostura. Era más difícil para él ocultar sus reacciones.

Debía haber una buena razón para que una persona tan extraordinaria (en palabras de Chris) como el doctor McCoy, mintiera a su padre. Kirk no parecía consciente de nada después de la primera ocasión en que peleó contra Khan.

Pero el moría por saber mil cosas… Spock era frío en una dimensión casi incomprensible.

¿Por qué te enamoraste de mi padre, James? – Preguntó cuando aun estaba en el instituto de Nuevo Vulcano. Acababa de llegar a los golpes con sus compañeros. Odiaba ser el "niño de dos mundos". Odiaba ser tan vulnerable a la rabia… al coraje… a los deseos de partirle la cara a todos los que se atrevían a mencionar a su padre humano.

Me pareció lógico. – Fue todo lo que respondió. No lo reprendió, pero le sugirió procurar un comportamiento más "lógico" la siguiente ocasión en que se le presentara una situación como esa.

Si algo como el "amor" podía ser lógico… entonces, quizá su percepción del mundo estaba equivocada.

Siempre quiso saber que pensaba su padre, Kirk, al respecto.
Al parecer, tendría que esperar más antes de saberlo.

– Así es… soy hijo del capitán Spock y una persona de la Tierra. – Contestó con una frialdad que cambió de un momento a otro en un gesto de curiosidad cuando el rubio comenzó a golpearse el pecho, como si estuviera a punto de ahogarse.

– ¡¿SPOCK?! ¡SPOCK! ¿TU–TU–TUVO UN HIJO?, ¿¡SPOCK!? – Parecía que quería gritar, vomitar, confundirse mas y a la vez… ¿reírse? – ¿que clase de loca podría…? – Quiso terminar la oración, pero al ver el rostro serio del joven vulcano, reconsideró la idea. – Yo, bueno… no es que tu padre sea… es que… Spock, el es tan… bueno, ya sabes.

El otro lo miró, tal y como Spock hizo la primera ocasión en que le preguntó si sabia porqué había regresado por el, al volcán. Como si no captara nada, en lo absoluto…

– ¿Espera que termine su oración?

Si… era un condenado vulcano.

– No, olvídalo… bueno, puedes llamarme Jim, te ayudaré en todo lo necesario… pero antes. – Jim se detuvo, miró en dirección de un pasillo, después del otro. No tenia la remota idea de hacia donde iba. Habían modificado la Enterprise. – ¿Dónde está el comedor?

*O*O*O*O*O*

Chris observaba detenidamente los rasgos de aquel hombre no mucho mayor, aparentemente, a él. Reconocía su mirada, idéntica a la suya cuando pensaba meterse en problemas. Su cabello rubio contrastaba con el color de su ropa de una manera que lo hacia lucir aun mas brillante. Su cuerpo parecía estar ligeramente enfermo. Seguía sin comprender porque Khan lo mantuvo encerrado en el núcleo… y las funciones que realizaba su cuerpo ahí adentro.

– ¿Y no tienes novia o algo?

El vulcano se sobresaltó ligeramente. Tanto la pregunta, como el momento, fueron inesperados.

– Considero las relaciones amorosas inapropiadas para la misión que se me otorgó, no es una prioridad y no tengo planes futuros para cont…

– Eso es un no, supongo… – Interrumpió Jim con la boca llena de algo parecido a la avena y una sonrisa incompleta. – Que raro, porque Bones…

Chris abrió los ojos con un brillo bastante obvio y contrajo su propia voz.

– ¿El señor McCoy ha dicho algo? – Interrumpió a Jim, algo que él sabía, era por completo inapropiado para los vulcanos. Aun mientras peleaban, Spock siempre le permitía hablar hasta el final. Entonces una pequeña chispilla de "maldad" le cruzó por al cabeza.

– No iba a decir nada de eso, es algo que siempre dice sobre Spock… pero… – Sonrió malévolo y travieso. – ¿que es eso en tu rostro?, ¿tus ojitos brillan?, ¿no será que te gusta Bones? – Disfrutaba incomodando vulcanos, eso bien que lo sabia hacer. – ¡Oh, que dulce es el amor joven!

– Se equivoca, mis funciones biológicas se encuentran estables. – Su piel se tiñó de un verde mas oscuro y eso fue suficiente para que Jim se echara a reír. – El respeto que siento hacia el doctor McCoy no es…

– Tranquilo, es una broma… – Jim golpeó ligeramente, como en un juego, el antebrazo del joven vulcano, confundiéndolo aun mas en el acto. ¿Por qué su padre se fijo en un hombre así?, ¿que hubo de lógico en eso? – Además, hablamos de Bones… si no ha cambiado nada, seguro es un cascarrabias con nauseas cada que despegamos.

– El doctor es eficiente y activo.

– Lo de activo no lo discuto – Agregó con una sonrisa de picardía. De pronto lo recordó… el vulcano no entendería el doble sentido… si, era un Spock 2.0.

Chris alzó la ceja derecha y Jim dejó caer los hombros cansado. Al menos no tendría que ver demasiado al vulcano, pensó.

– Entonces… ¿Spock esta casado? – No supo explicarse porque, pero una punzada horrible lo atravesó directo al corazón en el momento en que dijo eso ultimo. ¿Por qué?, ¿eso que le interesaba?... Spock tuvo una vida después que el desapareció, ¿cierto?

– No lo está. Mi padre no tiene pareja. – Lentamente se acercaban a ese momento en que Jim le preguntaría quien era su otro padre y finalmente podría pasar de ser ese vulcano, a ser su hijo. Verdaderamente, el hijo de dos mundos.

– Ya veo… lo lamento. – Chris se encontró confundido. ¿Cómo es que un punto llevó a una disculpa?

– Si su conclusión es que mi otro padre murió, es un error comprensible dado el contexto de la situación que enfrenta después de un estado de coma tan severo a largo plazo. – Chris observó a Jim directo a los ojos y parpadeó solo un par de veces. Justo igual a Jim en ese preciso momento. – Anteriormente, creíamos que mi padre, la pareja del capitán Spock, había muerto en medio de un secuestro a manos de un sujeto identificado como "Khan". Lo hemos localizado y ahora ha vuelto a bordo de la Enterprise.

Jim seguía bien la conversación… hasta que simplemente dejó de hacerlo.
Khan.
Spock.
El hijo de Spock.
Secuestro.
¿Ese vulcano estaba tratando de decir…?

– ¿Dijiste que la pareja de Spock era otro hombre?

– Es correcto.

Jim dejó el plato, se puso de pie casi de golpe y caminó en círculos con la mano sobre su barbilla. Se detenía en ocasiones para intentar articular palabra, pero no podía pensar con claridad, mucho menos hablar.

– ¿Cuántos años decías que tienes?

– Jamás le brindé esa información… pero si resulta útil conocer mi edad, el número es 19.

Jim respiró hondo, todo comenzó a girar dentro de su cabeza. Algunas cosas cobraron sentido… otras lo perdieron.
¿En que momento…?
¿Cómo…?

¿¡PORQUE CON SPOCK!?

Entonces miró los ojos celestes de Chris, observándolo pasivamente. Si todo era cierto… sería lógico pensar que…

– ¿Tu eres…?

– Se lo he dicho anteriormente, junto al doctor McCoy y el capitán Spock. Mi nombre es Christophe George Kirk.

Dijo Kirk.
Dijo Kirk…
¡DIJO…!

O*O*O*O*O*O

– ¡Y se llama como Pike y mi padre!

– Ya lo sé, Jim, maldición… yo estuve aquí 20 años, ¿recuerdas?

– ¿Cómo pasó?, ¿es una especie de cosa esa donde se junta ADN y no se que cosas químicas para crear niños?, ¿fue un experimento?, ¿que fue?... ni siquiera me imagino… yo… haciendo… y Spock… ¡oh por Dios!, ¿Quién de los dos es la mamá?, ¡BONES!, ¿Quién es la mamá?, ¡tienes que decirme!, es Spock, ¿cierto?

– ¡Cállate, Jim!, estas muy confundido… ¡y no te voy a decir nada respecto a lo que tu y el duende hicieron para tener a Chris!, ¡asqueroso desconsiderado idiota!, son demasiadas imágenes mentales que JAMÁS quise poseer… y en cuanto al experimento… desconozco por completo el proceso en tu cuerpo…

– ¡MI, MI!, ¡DIJISTE…!, oh no, Bones… ¡BONES!

Sin una motivación mayor al fastidio de tener que explicarlo todo, Bones inyectó a Kirk, apaciguándolo ligeramente y dejándolo sentarse con la mano apretando su cuello, sobre el borde de la cama. Chris había guiado a su padre hacia su habitación de nuevo para que pudiera hablar URGENTEMENTE con McCoy.

– Ahora, detente un momento… hace casi 20 años llegó a la Enterprise un compartimiento de desechos con un bebé a bordo. – McCoy miró en dirección de Chris, pero este era particularmente bueno ocultándole todos los sentimientos… ajenos al del amor. Así que no parecía demasiado nostálgico. – Tenía dos memorias, una dirigida a Spock y la otra hacia mi… no conozco mas de lo que ahí decía. El niño lucia tan vulcano como Spock, el mensaje decía que era tu hijo… el resto solo tu y Spock deberían saberlo… pero, supongo que ahora solo Spock lo sabe.

– ¿Cómo que llegó?, ¿desde donde?, ¿desde la Vengeance?, ¿que sucedió con Khan?, ¿que sucedió conmigo?, ¿Por qué no recuerdo…?

Pero antes de poder terminar su pregunta, Jim sintió un fuerte mareo y todo se tiñó de rojo carmesí.

….

….

¡Capitán!, asistir sus exigencias resulta ilógico, debemos contactar a la Federación y…

Spock, basta… te he dicho que no podremos contactarnos a menos que la Vengeance nos permita establecer de nuevo las conexiones… soy el capitán, yo iré en busca de Khan… estaré bien.

Las probabilidades de que esa afirmación sea correcta, son… – ¡Spock!, no está a discusión… tranquilo. – Jim tomó el rostro del vulcano con ternura y robó un beso ligero de sus labios. – Estaré bien.

Y el vulcano, mirándolo con miedo nada disimulado, lo sostuvo de la mano y lo abrazó, contrario a cualquier costumbre.

No vayas…

….

…..

– ¡Trae esa hypo, Chris!

– ¡No, estoy bien! – Al escuchar la palabra, Jim terminó de recobrar la compostura. ¿Que fueron esa imágenes?, ¿de donde…? ¿Eso sucedió? – No necesito…

Pero antes de poder negociar nada, el pinchazo directo a su cuello lo hizo odiar a su amigo.

– ¡Maldición, Bones!

Chris miró de nuevo a su padre.
No.
No había el mínimo rastro de lógica en tomar la decisión de amarlo… si es que eso podía elegirse. El no eligió amar al doctor y sin embargo, sucedió. ¿A que se refería su padre cuando dijo que le pareció lógico?, ¿Cómo lo definió?, ¿Cuál fue el parámetro?

– ¿Que enfermedad mortal me atacó como para terminar enamorándome de ese maldito…? – Jim caminaba de un lado a otro con la mano sobre la frente, hasta cruzar miradas con Chris. El vulcano permanecía al margen, tranquilo, apacible… y extrañamente de acuerdo. – Perdona, yo… eso fue… no debí decirlo, ¡es solo que yo…! – Respiró lo mas hondo que pudo y guardó silencio unos segundos.

– Su reacción exagerada es la suma de una alteración mental, el esfuerzo físico y la prolongación de su estado enfermizo… eso, además de la mínima exposición a la cultura vulcana que da como resultado una interpretación equivoca de sus verdaderas costumbres y principios.

Bones miró muy poco a Chris, sabía que cuando el joven vulcano no se encontraba solo con él o sobreexpuesto a una gran presión, era un vulcano más y no se veía fácilmente afectado por el entorno o lo que otros dijeran.
Jim, en cambio, al escuchar tal argumento, se preguntó la verdad.

– En serio… ¿enserio tu eres mi…? – Jamás pensó que tendría un hijo genio o nada similar. Valiente, si… Audaz, sin dudas… Cabeza dura, definitivamente… pero… nada, NADA que fuera vulcano.

– Su hijo, creía haber sido claro. Es biológicamente mi padre. – Chris puso en práctica todo su conocimiento respecto a los terrestres y analizó el rostro de Jim. – Aunque resulte incomodo para su persona.

– No, yo no… bueno, es extraño… digo… aquí – Apuntó con un dedo hacia su cabeza. – Sigo teniendo 29… no me veo a mi mismo con un hijo de 19 y… bueno, y Spock.

Bones terminó de guardar todos los instrumentos en la capsula que los enviaría al laboratorio.

– Pues tendrás todo el tiempo del universo para acostumbrarte, por lo pronto, los dejo para que charlen y todo eso… tengo que volver para analizar el componente que encontramos en tu sangre. No salgas de esta habitación, de ser posible y tienes estrictamente prohibido acercarte a Spock… aun tengo un par de cosas que hablar con él.

– ¡Pero…! – Jim intentó alcanzar al doctor, pero este lo dejó con la mano en el aire. Si, Bones y postura hasta la sepultura… o algo así. – Cretino.

Chris, con ambos brazos cruzados por atrás de su cuerpo, caminó alrededor de su padre y se colocó a una distancia de 4 metros de él. Jim se sentó a la orilla de la cama, con la peor de las migrañas, cuando de pronto miró en dirección del joven vulcano.

– A ver… ven, anda, aquí. – Dio unas pequeñas palmadas sobre la orilla del colchón. Chris alzó una ceja, dudó, pero terminó por acomodarse, muy incómodamente, a dos metros del rubio. Jim suspiró más que cansado… no, seguía sin creer nada… pero, familia era familia… y él estaba ahí, sentado (casi) junto a su hijo. – Y… bien. Christophe.

– Señor James.

– Bueno, yo creo que… si te parece… bueno… – Extraño sentimiento. Segundos antes le avergonzaba pensar siguiera que besó a Spock… y justo ahí… – "Papá" está bien.

– No tengo problema con "Señor". – Contestó seco. Jim lo miró muy poco. Se giró de nuevo y comenzó a jugar con sus muñecas.

– Ajá… ¿a Spock también le dices "Señor"?

– No.

– ¿Y porque el si es papá? – ¿Celos?, ¿se sintió celoso de ese vulcano?, ¡NUNCA! – No, sabes, mejor no me digas nada…

– Padre, la palabra es Padre. Me refiero a él de esa forma desde siempre. Si lo desea, puedo intentar…

– ¡No!, te digo… pero Señor es demasiado formal… ¿Jim está bien?

Señor está bien.

¡NO TARDÓ NI UNA HORA EN QUERER ARRANCARLE EL FLECO!, ya no le cabía duda, era hijo de Spock.

– Está bien… y, Chris… ¿Quién te puso esos nombres?, ¿fui yo?

– Mi padre recibió, tal como el doctor McCoy le expuso, un mensaje suyo, junto conmigo, en donde expuso su interés de nombrarme Christophe Spock Kirk. Mi padre consideró inapropiado el nombre vulcano y en su lugar, me nombró como a mi abuelo, que en sus propias palabras "fue un gran hombre que significó mucho para usted", al igual que el capitán Pike.

– No es que lo conociera en realidad, pero… si, fue un gran hombre. – Jim dejó de prestar atención después de cierto detalle. ¿Era acaso que Spock no había deseado un hijo?... no uno… con él. – Así que yo te iba a llamar Spock… claro… entonces eres teniente.

– Así es. Trabajo para la Federación, aunque me encuentro temporalmente en un receso de 6 meses.

– ¿Y eso? – Jim se recorrió un tramo en dirección de su hijo apra poder estar mas cerca. El vulcano observó ese gesto, pero no se movió… un tema más importante que el "espacio personal", recorría su cabeza.

– La Federación me concedió un escuadrón de exploración para encontrar material útil en el interior de la abandonada Vengeance… aunque ahora… – Lo había arruinado todo… y no había manera de exponerlo en palabras simples… o al menos eso creyó.

– La jodiste… – Completó Jim. El vulcano se giró, quitando ese rostro de tranquilidad de su rostro y mirando intrigado al rubio. – Oh, perdona… bueno, tú entiendes, "metiste la pata".

Chris asintió con la cabeza y agachó su mirada. Siempre tuvo la esperanza, pequeña… diminuta… su único roche irracional interno, en el cual creía que, de haber "otro mundo", podría hacer sentir orgulloso al padre que jamás tuvo y que debía estarlo observando en algún lugar de ese sitio. Ahora lo tenia frente a si mismo y lo único que podía ofrecerle era vergüenza…

– Todo va a estar bien… las cosas se pondrán mejor. – La voz de Jim lo hizo asombrarse de sus palabras. El rubio tenía ambos brazos recargadas tras su espalda, con el peso de su cuerpo inclinado hacia el colchón y los ojos centellantes de vitalidad.

– Pero… todos murieron… la Federación tenia grandes expectativas… y mi padre sabe que soy el responsable.

– La muerte no puede solucionarse y probablemente sea la parte mas dura de asimilar, pero esa experiencia te permitirá obtener fuerza que jamás habrías encontrado de otra forma… por la Federación, ¡JA!, no te estreses… siempre encuentran nuevos conejillos de indias y al final del día, es para el Universo para quien trabajas y todo el bien que puedas obtener solo tiene valor si ayudas a otros y no a una organización… – Chris sintió una sensación fuerte y abrazadora dentro de su pecho. Era una de esas conversaciones extrañas, ilógicas e inútiles que mantenía en ocasiones con McCoy… pero en con su padre terrestre. Uno de sus dos mundos. – Y en cuanto a Spock… seguramente se enfadará, te dará un par de golpes vulcanos al cuello y finalmente lo dejará pasar, ¿no lo crees?

– Ese comportamiento ilógico no parece una respuesta acertada para las acciones que Padre tomará.

– Es una broma, Chris… – Su padre Jim lo llamó "Chris"… fue extraño. – Lo que quiero decir es que, Spock no se enfadará demasiado… tan solo mírate… eres mi hijo también… y yo lo he hecho gritar, enojarse, llorar y confundirse mas que nadie en el universo, creo… si pudo tener un hijo con un hombre que lo irrita tanto, ¿no podría comprender a su propio hijo?... suena "lógico", ¿no?

Con una sonrisa sincera, Jim miró al joven vulcano que comenzó a meditar sus palabras.

– En realidad… no. – Suspiró cansado. Sería difícil siempre, al parecer. – Pero entiendo su punto.

¡Hey!, eso era un avance. Sonrió triunfante y feliz.

– Bueno, es algo… entonces, George, no, Chris, bueno… ¿Cuál nombre prefieres?

– Tener preferencia por uno de los dos es innecesario, ambos son mis nombres y cualquiera de ellos es acertado.

– ¿Alguien mas te llama George?, yo solo escucho Chris por todas partes…

– Si… el señor McCoy. – Dijo con cierto tonito que hizo a Jim mirarlo con incredulidad. Entonces no se había equivocado… ¿o acaso…?

– ¡Oye!... ¡te gusta Bones! – Apuntó divertido hacia el rostro del joven vulcano. El joven intentó negar sus sentimientos… pero supuso que aquel era el único hombre en todo el universo con el cual podía abordar esos asuntos… tan… irracionales.

– Así es, siento un lazo emocional y una atracción física hacia el doctor McCoy. – Después de todo, los vulcanos no mienten.

Aunque a veces fuera mejor que lo hicieran…

– ¡¿QUE?! ¡¿DE BONES?! – Obviamente, de nuevo había confundido el tono de las bromas humanas. – ¡Pero el tiene como 60!

– ¡Esa información es incorrecta! – Salió en defensa del humano… no, olvidó de nuevo sus principios. – Quiero decir que… es incorrecto afirmar que…

– ¡Le voy a decir a Spock! – Como si fuera un niño, Jim saltó de la cama y comenzó a caminar velozmente hacia la salida. Chris se quedó perplejo y confundido… ¡esperen, ¿DIJO SPOCK?! – Señor James, los hechos que desencadenará la reacción de padre podrían ser perjudiciales para el, para el doctor y para la tripulación, pues ambos son miembros de la misma…

– ¿Me estas pidiendo que mienta? – Tal vez si era su hijo después de todo.

– No mentir… solo… – ¿Cómo definirlo? – Retrasar el momento en que Padre conozca mi condición… hasta que sea relevante.

– ¡OH DIOS MÍO!, ¡JOVENCITO, ESAS SON MIS MAÑAS!, ¿que cosas has estado aprendiendo de Spock?

Y con una sonrisa que logró confundir (mas, de ser posible) al vulcano, Jim contempló con esperanza, por primera ocasión, al próximo Kirk de la familia.

Y comenzó a creer que ya no era todo parte de un sueño.


Gracias por leerlo. Les expliqué ya porque el hijo de Kirk tiene el nombre de George… pero el motivo sincero lo tendría que definir Spock y eso sucederá mas adelante. En cuanto al capitulo, ojala les guste, solo quería dar comienzo a la que será la relación de Jim y Chris. Igualmente no avancé nada… pero me esforzaré para que sepan que hacía Jim en la Veangance y donde está Khan.
En mi trabajo me puse a dibujar sobre unas servilletitas pequeñas que nos dan y obtuve una imagen de un pequeño Chris y un Bones cargándolo. Tiene escrita la primera impresión de cada uno hacia el otro XD.
La segunda imagen es sobre la idea principal que tenia sobre este Fic, pero que no pude escribir (lo hare en otro, si puedo…). Son una familia de 4 vulcanos y un humano. 2 pequeños vulcanos rubios, uno pequeño moreno y el papá vulcano. Supondrán quien es el padre humano. Y eso es lo que hago en el trabajo jaja. Tengo un problema.

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Ya saben, quiten los asteriscos.

Cuidense mucho, nos leeremos pronto.
By:_ Roglia15