Capítulo 12: Recluido.

Mis parpados y cuerpo en general están más pesados que de costumbre. Hago un pequeño chequeo de la habitación donde Celestia me pidió que me quedara. La Princesa Luna me prohibió terminantemente que saliera por cualquier cosa de dicha habitación, de hecho, Celestia también estaba ligeramente en contra, no la culpo, no puedo hacerlo desde lo que yo vi y sentí esa mañana. La mañana en la que les salvé, o mejor dicho, les salvamos.

Flashback

Continuaba mi ascenso, la motocicleta estaba en su límite, pero podría aguantar. Y lentamente lo vi, una diferencia entre Ecuestria y la Tierra, era que en la Tierra estaba lloviendo por lo que podía sentir algunas gotas de agua y ver las nubes negras a lo lejos.

De pronto algo ocurrió, el portal se cerró de inmediato, el agua que caía no lo hacía más, las nubes negras fueron reemplazadas por el cielo azul claro de Ecuestria y la potencia de mi moto desapareció debido a mi sorpresa; y entonces, caí al vacío.

La motocicleta caía con fuerza no podría estabilizarla a tiempo, lo que es peor, era que probablemente caería sobre mi apenas golpeara el suelo, así que no podía confiar más en ella. Debo admitirlo, sentía miedo, si caía y moría delante de las princesas, aun si Luna me odiaba, debe ser por lo menos traumático el ver a una criatura ser convertida en puré delante suyo. Eso es aterrador solo de pensarlo.

- ¿Quieres salvarte?

Una voz ni pasiva ni agresiva inundó mi mente.

- Puedo salvarte. Pero debes sacrificar algo para tener mi poder.

Nunca había caído de más de cien metros de altura, pero sabía que no era normal que el aire se pusiera tan denso, o que todo a tu alrededor pareciera ir tan lento como si estuvieras estancado en el aire.

Juaxen - ¿Q-Qué eres?

- Si quieres salvarte, debes darme la mitad de tu alma, eso me dejará vivir.

No sabía de qué demonios estaba hablando aquella voz, ¿era un demonio? ¿Un ángel? ¿Algo más? No lo sabía, pero si había algo que quería hacer, y eso era vivir.

Juaxen - ¿Qué debo hacer para dártela?

- Di mi nombre. Tú ya lo conoces, solo piensa en él, y dilo con todas tus fuerzas.

Durante un segundo mi mente se nubla con todos los nombres que yo conociera, pero en ningún momento pensé que alguno de ellos fuera de esa voz. Pienso un poco, pero entonces un nombre se pone delante de mis ojos, casi como si mi cerebro se enfocara solo en ese nombre, tomo aire y lo grito.

Juaxen - ¡Darkness!

Mi aliento se escapa por mi boca, mis extremidades ya no sienten ninguna reacción, siento que estoy muerto, pues mi corazón pareciera dejar de palpitar por unos segundos. De pronto toda mi sensibilidad regresa, una bocanada de aire entra con fuerza a mis pulmones, mi corazón va de cero a cien en un segundo y mis músculos se tensan.

Mi cuerpo se gira hacia el suelo y me permite aterrizar dando un pisotón al suelo, por un segundo el dolor inunda mi sistema nervioso, pero tan pronto aparece, se va, y siento como si más fuerza se aunara a mi cuerpo.

Juaxen - ¿Q-Qué… es esto?

Miro las palmas de mis manos temblando mientras mi pecho se mueve violentamente a la par que mi respiración no hace más que continuar agitada.

Darkness – Me has ofrecido la vida, y yo te ofrezco algo a cambio ¿Cuál es tu deseo, Juaxen Said?

Mi mirada se apunta al frente permitiéndome ver a un monstruoso Timberwolf atacando a las princesas. Mi pecho se aprieta al ver aquella escena, y más cuando aquella criatura me mira con odio, acercándose un poco a mí. No siento miedo hacia aquella criatura, por alguna razón puedo sentir que mi adrenalina está casi por encima del tope, en su lugar siento mi sangre casi hirviendo a causa de una sensación de ver a las princesas heridas. Y yo que me había preocupado por evitarles un trauma.

Juaxen – Lo que yo deseo, Darkness, es salvar la vida de las personas, para que puedan vivir felices y tranquilas, aun cuando yo no esté.

Darkness – Entonces. Te ofrezco todo mi poder y espíritu para que lo logres.

No recuerdo en que momento lo hice, pero fácilmente esprinté dos docenas de metros en un segundo, permitiéndome asestar un puñetazo con fuerza a la quijada de aquella criatura, destruyéndola por completo.

Fin del Flashback

Traje a las princesas lo más rápido que pude, no me tomó mucho ya que logré cargarles con la ayuda del poder de Darkness. Hasta ahora he aprendido muy poco de él. Hasta ahora solo sé que cuando lo llamé me sentí muy cansado después de una hora. Así que supongo que él me dará fuerza como para derrotar a cualquier enemigo por un máximo de una hora.

Aun así, semejante cantidad de poder me hace desgastarme, por lo que debería simplemente evitar usarlo mucho.

Darkness – si tanto miedo me tienes, bien podrías no haber hecho el trato.

Siento un escalofrío recorrer mi espalda al escuchar aquella voz en mi cabeza.

Juaxen – Se supone que eres ¿qué? Sé que existes, pero no sé qué eres y realmente es molesto.

Digo en un leve murmullo mientras uso mi mano para cubrir mi boca, y evitar que alguien que entre de la nada me vea hablar, aparentemente, solo.

Darkness – En resumen, soy una sombra. No soy un ángel ni un demonio, pero si lo prefieres puedo mostrarte un poco de mi poder.

Juaxen - ¿a qué te refieres? Ahora mismo no puedo ni conmigo mismo. Tu poder solo me cansa demasiado.

Darkness – Eso no es cierto. Tu cansancio se debe a que liberé toda tu energía, sirvió para adecuarme a tu cuerpo. En resumen, tú sólo peleaste contra el Timberwolf, yo no te he prestado mi poder para nada, al menos todavía.

Escuchando eso me siento ligeramente extraño, ¿se supone que siempre pude dar un puñetazo mortal de ese estilo? ¿Cómo diablos se supone que eso funciona?

Juaxen – necesito que me lo expliques mejor. Y escucharte en mi cabeza no es ayuda.

Digo antes de ingresar al cuarto de baño que la habitación tiene en una de sus esquinas. Es pequeño, sin mucho que destacar. Pronto escucho un ligero golpeteo en la puerta, al girarme puedo ver a ambas princesas ligeramente consternadas antes de cerrar la puerta y aplicar lo que parece ser un hechizo para que el sonido no salga de la habitación.

Juaxen – Oh… P-Princesas, ¿Qué las trae por aquí?

No me sorprende que estén en su castillo y puedan hacer lo que quieran. Pero aún tienen heridas cerrándose tanto en sus alas como muslos.

Luna – no necesitas hacerte el tonto, Humano. Sé lo que ocultas.

Celestia – oh… Luna, no deberíamos hacerlo enfadar, es probable que no sepa de lo que hablamos.

Su discusión se ve opacada por una sola frase del que "habita" mi mente.

Darkness – Di mi nombre y chasquea los dedos.

Juaxen – Espera ¿qué?

Mi sobresalto llama la atención de las princesas quienes solo me miran ligeramente extrañadas.

Darkness – hazlo, ellas saben de mí. Y también servirá para mostrarte lo que puedo hacer.

Luna - ¿Te burlas de nosotras?

Su cuerno empieza a cargarse con magia haciéndome sentir algo de miedo.

Celestia – Luna… no creo que sea correcto…

Escucho antes de detenerle levantando mi mano, no sé si le hago caso porque quiero respuestas, o porque no parece molestarle la presencia de las princesas al punto de que puede decir que "ellas le conocen". Aun así, decido hacer lo que pide.

Juaxen – no se preocupe, Princesa… ¡Darkness!

Al chasquear los dedos de mi mano izquierda mientras digo eso, mi brazo se mueve involuntariamente hacia un lado, solo para que durante dos segundos sienta como si mi sistema nervioso fuera tirado desde mi muñeca para extraerlo al mundo.

Al principio pareciera que se trata de una mancha incorpórea hecha de lo que parece ser un tipo de tinta china que comienza a tomar una forma más humana. Se trata de un hombre de mi altura, mis facciones y las suyas son idénticas, pero su piel es clara como si fuese un cadáver, su cabello es una melena negra tan larga como la mía, ojos rojos y brillantes que combinan con una gabardina grande de color negro profundo y detalles dorados, la imitan sus pantalones mientras lleva lo que parece ser una camisa blanca muy parecida a las que se usaban hace siglos en la Tierra, con todo y el bolsillo de pecho con encajes.

Darkness – bueno, ahora… ¿De qué quieren que hablemos?

Su voz es profunda y casi ligeramente aterradora cuando lo dice con una sonrisa llena de afilados colmillos.